Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Carme Pinós inaugura su
diseño del MPavilion 2018
en Melbourne
Por Katherine Allen
(traducido por Nicolás
Valencia)
Tomado de Plataforma
arquitectura
7 de octubre 2018
Por su parte, Gustavo Legórburu, egresado de la FAU UCV en 1957 en la promoción número 6,
Premio Nacional de Arquitectura 1989, con una amplia experiencia docente y una vasta práctica
profesional, contaba para el momento en que se le encomienda el proyecto para el Politécnico de
Barquisimeto, a pesar de su juventud, con una considerable cartera de estudios y proyectos,
destacando el Estudio de Planificación de la Universidad de Carabobo,1959-63, en colaboración
con su compañero de estudios Américo Faillace; el conjunto residencial Veracruz en Las
Mercedes, Caracas (1965) también en compañía de Faillace; el edificio IASA en La Floresta,
Caracas (1966) y varias residencias unifamiliares ubicadas en diversas urbanizaciones del este de
la capital. Posteriormente participará en la Comisión creada por el rector Ernesto Mayz Vallenilla
para desarrollar el proyecto para la Carrera de Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar, el
cual presenta en diciembre de 1970 y es aprobado con modificaciones en enero de 1971. También
proyectará entre otros: las Estaciones Chacaíto y Altamira de la Línea 2 del Metro de Caracas
(1973-1977), el edificio Sede del Ateneo de Caracas (1975), el Monumento a la Agricultura “La
Espiga” (Portuguesa, 1981-82), el edificio Banco del Orinoco (Caracas, 1984), la Biblioteca del
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas -IVIC- (afueras de Caracas, 1987), y el Centro
de Atención Nutricional Infantil de Antímano -CANIA- (1995).
Sin embargo, el Politécnico de Barquisimeto significará para Legórburu un punto de inflexión en
su carrera, particularmente cuando estaba dando sus primeros pasos como profesional, habiendo
confesado que durante su construcción “aprendió aún más” de lo que la universidad le había
dado. Ahí conoció a Héctor Silva, ingeniero experto en climatología, quien le enseñó la
importancia de los factores climáticos en la construcción y cómo debe ser la arquitectura en el
trópico, idea que terminaría siendo un pilar en su propia obra y un aspecto importantísimo en su
rol como profesor.
Se trataba, la suya, de una arquitectura lineal y coherente, “sobria y ausente de vanidad”,
impregnada de una comprometida vocación de servicio, que prescindía del protagonismo de los
detalles, demostraba la importancia del saber construir para controlar el costo de lo que se hacía,
dominaba a la perfección el confort procedente del adecuado acondicionamiento ambiental y
apelaba a la nobleza de los materiales para brindar el carácter definitivo a las obras,
asemejándose en todo ello a la actitud asumida por Carlos Raúl Villanueva quien fuera su maestro
durante su etapa formativa.
A sus 81 años sentenció: “El arquitecto debe darse cuenta del lugar donde vive y su arquitectura
debe actuar, en consecuencia, en respuesta a ese lugar”. Esa vinculación al medio y esa toma de
consciencia del pedazo de mundo en que se está, tienen en el Politécnico de Barquisimeto y la
obra de Legórburu un libro abierto del cual se puede aprender día a día.
Descarga el boletín aquí en formato PDF
Facebook Instagram