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Una tarde mientras descansaba en casa, recibí una de las llamadas más angustiantes que podría
haber oído, era una madre que con voz resquebrajada me decía: por favor ayúdeme, encontré a mi
hijo (un adolescente de 15 años) fumando marihuana, no sé qué hacer, ayúdeme….
Como imaginarse que detrás de ese muchacho que siempre te ayuda a colocar las sillas para el
inicio de los cultos , aquel que anda buscando la escoba para barrer los pisos en los ambientes de la
Iglesia ,poseedor de grandes talentos y con un bello corazón ; se encontraba una oscura adicción
que estaba destruyendo sus sueños , su voluntad , su mundo.
Con gran dolor he internado a algunos adolescentes en un Centro de Rehabilitación por distintos
problemas de adicciones , créanme, es algo que no me gustaría tener en mi Hoja de Vida , ya que
es tremendamente confrontante ver esas escenas en las que los padres se lamentan de lo que
pudieron hacer y nunca hicieron , escenas en las que ese adolescente descubre que sus “amigos” se
esfumaron así como el humo que inhalo su sistema y fue matándolo , es en ese momento en el que
como líder que trabaja con las nuevas generaciones retumba en tu cabeza : ¿Pude haber hecho
más?.
En los años de labor con pre adolecentes , adolescentes y jóvenes , he tenido una gran inclinación
por el trabajo profesional y ministerial con los que yo llamo “Extremos” , aquellos que están en
situaciones de adicciones , prostitución , depresión , trastornos de ansiedad , intentos de suicidio y
entre otros ; aquellos que son parte de sociedades vulnerables, muchos de los cuales provoca temor
con su aspecto , su mirada o su forma de hablar, escondiendo una gran necesidad de afecto ,
teniendo sus ojos nublados ante sus hermosos potenciales.
Tener a alguno de estos “extremos” en sus equipos de Iglesia probablemente a cualquier líder de
las nuevas generaciones le parecerá un enorme reto y no están equivocados, pero también quizá
para otros sea algo inalcanzable, ser parte del proceso de cambio y trasformación de alguno. Si tú
eres alguno, no pienses en dejarlos, ni se te ocurra alejarte o mucho menos dar a otro la hermosa
responsabilidad que el Creador ha previsto para ti; a continuación me permito dar algunas pautas
generales de la intervención con ellos:
Dales lo que necesitan , menos dinero , ya que es poner a su disposición la compra de algún
agente de consumo , si quieren comer dales comida , pero no le des dinero, es muy riesgoso.
Una situación de adicción no debe ser manejado solo desde la óptica del liderazgo eclesial ,
recuerda que las adicciones son consideradas enfermedades : no trates de intervenir solo ,
solo ampliaras el tiempo de sufrimiento de esta persona ; requieres de ayuda profesional
pero antes la familiar ; mayormente en estos casos los padres son conscientes de este
problema en sus hijos pero se han
enceguecidos en verlo , es crucial que
obtengas su aprobación para informar
este caso a los profesionales y puedan
recibir ayuda.
Estos “extremos” son los que probablemente cualquier líder de las nuevas generaciones les gustaría
tener en sus filas , luego de pasar su proceso de Restauración ; ya que así como fueron
extremadamente auto-destructivos también son extremadamente apasionados por dar a conocer a
quien los rescato : Jesucristo , son aquellos que han descubierto que su situación no determina su
futuro , aprendiendo a perdonar las enormes heridas que han recibido a tan corta edad , a vivir su
presente sin seguir estancándose con su pasado y sobre todo aprendiendo a dejarse amar por Cristo
y por todos quienes creemos en sus potenciales.
Si entre tus filas tienes a algún “extremo” estoy segura que es Dios mismo está ampliando tus
horizontes de liderazgo, no se te ocurra dejar este reto: asúmelo, ver una vida transformada y oír
ese: “gracias” de alguno de ellos, es lo más gratificante que podrás recibir .Recuerda que como
líderes nos toca ver con los ojos de Dios y estoy segura que Él ve propósitos enormes en cada uno,
conviértete en un Líder Extremo.