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INTRODUCCION............................................................................................................................2
TEORIA DE LA PRUEBA........................................................................................................3
CONCEPTO...............................................................................................................................3
PRINCIPIOS GENERALES DE LA PRUEBA........................................................................4
EL “ONUS PROBANDI” O CARGA O PESO DE LA PRUEBA...........................................5
CLASIFICACION DE LAS PRUEBAS....................................................................................6
MEDIOS DE PRUEBA..............................................................................................................9
MOMENTOS DE LA ACTIVIDAD PROBATORIA................................................................12
SISTEMAS DE VALORACION..............................................................................................14
CONCLUSIONES..........................................................................................................................16
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................................17
INTRODUCCION
En la cotidianidad, con frecuencia las personas se encuentran en la necesidad
de corroborar las versiones que les son proporcionadas. Un medio de hacerlo
son las pruebas. La utilidad de las pruebas se demuestra en todas las áreas y
no sólo en materia jurídica, ya que, en general, todos necesitamos corroborar
ciertas circunstancias a través de los medios idóneos para tal fin. Las distintas
legislaciones procesales contemplan ciertos medios de prueba, mismos que
son útiles a los litigantes para involucrar al juez hasta el punto mismo en que,
convencido de la versión de uno de ellos, dicte una sentencia en la que dilucide
un litigio de la forma más favorable. En la práctica, es posible observar, que del
mismo modo en que las pruebas sirven para corroborar una versión propia,
también pueden ser empleadas en contra de uno si no se apegan a lo que dicta
la ley para tal fin. Ejemplo de lo anterior puede ocurrir si no se ha ofrecido
correctamente una prueba como la ley lo exige; esta carencia, lejos de producir
un beneficio, acarreará un perjuicio, dada la falta de pericia y la debilidad
argumentativa en dicho ofrecimiento. Por ello, que resulta de suma importancia
conocer este concepto a profundidad.
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TEORIA DE LA PRUEBA
CONCEPTO.
Según ANGEL ASCENCIO ROMERO, por prueba entiende la demostración de
la certeza de un hecho. En materia de Derecho procesal, probar es demostrar
en juicio la certeza de un hecho afirmado por alguna de las partes en litigio. El
concepto de prueba implica además la delimitación de su objeto, de su
finalidad, y de los medios para arribar a la certeza de un hecho determinado:
1. Objeto de la prueba. El objeto de la actividad probatoria son los hechos
controvertidos. De esta manera, el juzgador debe rechazar, por
improcedentes, las pruebas con las que se pretendan probar hechos que
no han sido materia de controversia o no han sido alegados por las
partes.
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2. Fin de la prueba. Es lograr el convencimiento del juzgador respecto de lo
afirmado por las partes tanto en la demanda como en la contestación
misma ; aun cuando por convicción debe entenderse el convencimiento
o persuasión a que llega el juzgador a partir de la información probatoria
que se le proporciona, pues el juzgador puede llegar a tener una
convicción equivocada por las habilidades de los litigantes o de sus
asesores.
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juez constitucional al conocimiento real de los hechos en que se funda la
pretensión del actor.
2. Principio de unidad de la prueba: el conjunto probatorio forma una unidad,
por lo que debe ser analizada por el juez constitucional para confrontar las
diversas pruebas, establecer sus concordancias o discordancias y concluir
sobre el convencimiento que de ellas se forme.
3. Principio de comunidad de la prueba: este principio determina la
inadmisibilidad de renunciar o desistir de la prueba ya practicada, dado que
quien aporte una pruebe al proceso deberá aceptar su resultado, le sea
beneficio o perjudicial. Este principio está íntimamente relacionado con el de
lealtad y probidad de la prueba.
4. Principio de interés público de la función de la prueba: Es evidente que
existe un interés público manifiesto en la función que desempeñan las pruebas
en el proceso a pesar de que cada parte persigue su propio beneficio. No
obstante que son los particulares los que ponen en movimiento los procesos
constitucionales, es claro que existe paralelamente un interés público en su
resolución, por las consecuencias jurídicas y de otra índole que una eventual
sentencia estimatoria podría significar para la Administración recurrida.
5. Principio de lealtad y probidad o veracidad de la prueba: Consecuencia de
los principios anteriores, ya que si la prueba tiene unidad y función de interés
general, no debe utilizarse para ocultar o deformar la realidad con el fin de
inducir al juez a engaño, sino con lealtad y probidad o veracidad, sea que
provenga de la iniciativa de las partes o de la actividad del mismo juez.
Como decía Couture “Las leyes del debate judicial no son sólo de
habilidad sino también de lealtad y probidad, de respeto a la justicia”. En
consecuencia, este principio rige tanto para las partes en los procesos
constitucionales como para los eventuales testigos, peritos y funcionarios que
tengan relación con la evacuación de la prueba.
6. Principio de contradicción de la prueba: Consecuencia lógica del anterior
principio, la parte contra quien se ofrece una prueba debe gozar de la
oportunidad procesal para conocerla y discutirla, incluido su derecho de ofrecer
y evacuar la respectiva contraprueba.
7. Principio de publicidad de la prueba: significa que debe permitirse a las
partes conocerlas e intervenir en su práctica.
8. Principio de legitimación para la prueba: este principio exige que la prueba
provenga de un sujeto legitimado para solicitarla, es decir, las partes o el juez
constitucional.
9. Principio de la preclusión de la prueba: se trata de una formalidad y
oportunidad para la práctica de la prueba y se relaciona con los principios de
contradicción y lealtad, persiguiéndose impedir que se sorprenda a la otra parte
con pruebas de último momento.
10. Principio de libertad de prueba: es indispensable otorgar libertad de la
prueba para que ésta cumpla su fin de lograr la convicción del juez
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constitucional sobre la existencia o inexistencia de los hechos que interesan al
proceso. Sin embargo, se admite como limitación la de aquellas que la ley no
permite investigar o que resultan inútiles por existir presunción legal que las
hace innecesarias.
11. Principio de pertinencia, idoneidad y utilidad de la prueba: este principio
implica una limitación de la libertad, pero su presencia es necesaria ya que el
tiempo y el trabajo de los tribunales constitucionales y de las partes no debe
perderse por la evacuación de prueba que por sí misma o por su contenido, no
sirve para la averiguación de los hechos base del proceso. De esta manera se
contribuye a la concentración y a la eficacia procesal de la prueba.
12. Principio de la carga de la prueba: postula que quien afirma un hecho en el
proceso debe probarlo. No basta, en consecuencia, con que le funcionario
recurrido rinda declaración bajo fe del juramento para tener por acreditada la
verdad de su dicho. Se trata, en este caso, simplemente de una presunción
iuris tantum que puede ser dejada sin efecto por prueba en contrario del
recurrente o por la aplicación de las reglas de la sana crítica por parte del juez
constitucional.
“Onus” viene del latín, y significa la carga que portaban las mulas. De ahí que
se hable de “la carga de la prueba”. La necesidad de probar no es
jurídicamente una obligación, sino una carga. La obligación consiste en un
vínculo jurídico que implica la subordinación de un interés del obligado al
interés de otra persona, so pena de sanción si la subordinación se infringe; la
carga, en cambio, supone la subordinación de uno o más intereses del titular
de ellos a otro interés del mismo. Por lo tanto, el litigante no está obligado a
probar, la ley no lo obliga a ello; pero si no proporciona la prueba, sus
pretensiones no serán acogidas por el juez. ¿A quién incumbe rendir la
prueba? Como principio general, corresponde probar al que ha sostenido una
proposición contraria al estado normal u ordinario de las cosas, o al que
pretende destruir una situación adquirida. En efecto, lo normal es que el
poseedor de una cosa sea su dueño o que una persona no sea deudor. Por
ende, corresponde probar que el poseedor no es dueño o que es deudor al
demandante que a su vez afirma ser dueño o acreedor, respectivamente. El
demandado, que se limita a negar, en principio no tiene que presentar prueba
alguna en apoyo de su negación. Esta situación se invierte, sin embargo,
cuando el demandante prueba la exactitud de los hechos en que se funda su
pretensión, debiendo el demandado, por ejemplo, probar cómo adquirió el
dominio (prescripción adquisitiva) o cómo extinguió la deuda (pago,
prescripción extintiva, etc.)
HECHOS REQUERIDOS DE PRUEBA
En un proceso deben ser probados los siguientes hechos:
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a) los hechos sobre los que se ha fijado la traba de la litis, a saber, los hechos
constitutivos del derecho reclamado por el actor; y, los impeditivos, extintivos o
modificatorios de la acción, sustento de las excepciones del demandado. En
caso de reconvención se da una situación similar pero inversa.
b) los nuevos hechos discutidos y no admitidos expresa o tácitamente por las
partes en el curso de la Litis, como cuando se tacha un testigo, o se alega error
esencial en el informe pericial; o, se presentan incidentes por falsedad de
documentos, falta de calidad de herederos, etc., que conllevan el requerimiento
de pruebas de lo alegado.
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que no hacen prueba por si mismos y requieren de la concurrencia de un
peritaje, declaración de testigos que vieron otorgar o reconocimiento del autor,
etc.
3) Por su licitud o ilicitud en Pruebas Lícitas e Ilícitas. Por principio son aptas y
por lo tanto el juez debe admitir a juicio únicamente las pruebas permitidas por
la ley, pues el proceso debe marchar siempre sometido a ella. En esta virtud es
Prueba Lícita aquella autorizada directa o indirectamente por la ley, ya por estar
expresamente aceptada, o que sin estarla, no contravienen ningún precepto
legal, ni atentan a la moral ni al orden público Ejemplo: confesión Judicial, el
polígrafo. Prueba ílícita es aquella que contraviene la ley, ya porque expresa o
tácitamente se halle prohibida su utilización, o porque atenta a la moral o
buenas costumbres. Ejemplo: La obtenida con fraude, violencia, uso de
narcóticos, interferencia de comunicaciones, etc. No tendrían cabida hoy las
ordalías o manifestaciones divinas, génesis del derecho probatorio. En el
supuesto de que se admitieran, serían nulas al igual que las evacuadas o
diligenciadas infringiendo los procedimientos establecidos.
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6) Pruebas Solemnes y Libres. Pruebas Solemnes son aquellas que por
exigencia de la ley deben cumplir con ciertos aspectos formales o requisitos
externos, en atención a la naturaleza del acto o contrato que se pretende
demostrar. Ej: en la compraventa de un inmueble, será la escritura pública con
los requisitos exigidos en el C.Civil, Ley Notarial; la acta de finiquito
solemnizada ante la autoridad de trabajo. Pruebas Libres son aquellas que
nacen o quedan a la iniciativa de las partes su formación, pues la ley no exige
expresamente de solemnidades para la validez. Ej: La venta de bienes muebles
se perfecciona desde que las partes han convenido en la cosa, el precio y la
entrega, sin embargo libremente las partes pueden legalizar la transferencia ya
por instrumento privado o incluso público.
Por su grado o categoría en pruebas Principales y Supletorias o Sucedáneas.
Son principales las que por disposición de la ley, por la naturaleza del proceso,
o por su eficacia son las aptas para llevar convicción sobre los hechos que se
pretenden demostrar. Son supletorias aquellas que a falta de pruebas
principales la ley permite sean aducidas válidamente para demostrar el hecho
que debía probarse con las primeras. La prueba supletoria tiene valor si se
demuestra la falta o inexistencia de la principal.
8) Por su forma pueden ser Escritas u Orales, según consten o sean rendidas
en una u otra forma. Ejemplo de las primeras: las escrituras públicas,
certificados, informes de intérpretes; y, de las segundas: la declaración de
testigos y la confesión judicial.
Por último debe tenerse en cuenta que por el traslado no se varia la naturaleza
de la prueba, así, la confesión seguirá siendo tal y no se la tomará como
prueba instrumental; y, que no por haber sido actuada en otro proceso,
disminuye su valor, pues a fin de cuentas siempre quedará a la sana crítica del
Juez, su apreciación.
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Generalmente se obtiene a través de diligencias previas, muchas veces sin
notificación, ni contradicción, lo que no impide al Juez pedir aclaraciones o
explicaciones a testigos, confesantes, peritos, intérpretes, etc.
MEDIOS DE PRUEBA
Necesario es tratar los medios de prueba, ya que son indispensables para que
el juez conceda la razón a una de las partes. En este sentido, se puede afirmar
que “si alguien tiene la razón y no la puede probar es como si no la tuviera41”.
Antes de desarrollar el tema propuesto, se impone entender para qué sirve la
prueba y el porqué de su importancia. Las pruebas servirán a los litigantes para
que el juez se enfrente a la verdad y pueda estar en aptitud de dictar una
sentencia en la que se haga justicia. Los litigantes, al servirse de los distintos
medios de prueba, buscan crear en el juzgador la convicción de que la verdad
de su causa es la que debe prevalecer sobre la versión del oponente.
Antes de conocer los medios de prueba que nos ofrecen las distintas
legislaciones procesales, es oportuno mencionar cuál es el significado de la
palabra prueba. Etimológicamente proviene del latín probandum que significar
“mostrar razón” o “hacer patente algo”.
Esta definición confiere sentido a los medios de prueba. Se trata de
instrumentos que sirven al litigante para “hacer fe” de las afirmaciones vertidas
en sus escritos y, en la medida en la que utilice adecuadamente tales medios,
será como finalmente obtenga una sentencia favorable a sus intereses.
Doctrinariamente se pueden clasificar de la siguiente manera:
POR LAS FUENTES:
· Los medios de prueba directos o de percepción. Son las propiamente
dichas, pues se refieren directamente al hecho.
· Los medios de prueba indirectos o de deducción. Generalmente no
tienen una relación con el hecho que se discute, pero tienden a probar
otro hecho por medio de la deducción.
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· Las pruebas de cargo o inculpatorias que son las que tienden a
acreditar la responsabilidad penal del procesado, a vincularlo con la
comisión del delito. Y las pruebas de descargo o exculpatorias que
son las que vienen a desvirtuar la imputación y a establecer la
inocencia del inculpado.
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Los documentos privados son aquellos elaborados por los particulares; pueden
clasificarse en este rubro los contratos, cartas, títulos de crédito, libros de
contabilidad, elaborados o dirigidos las personas físicas y/o morales, en los que
no intervienen funcionarios públicos o personas investidas de esta facultad.
Debe aclararse, a este respecto, que una copia fotostática no puede ser
considerada como un documento público, ya que este papel puede ser
manipulado a voluntad de la parte interesada en ser favorecida.
3) Periciales. La prueba pericial consiste en la apreciación especializada que
de cierta circunstancia o hecho realiza un experto y el cual se vierte en lo que
denominamos “dictamen pericial”.
Es de suma importancia el ofrecimiento de esta probanza, ya que mediante los
dictámenes periciales es posible profundizar en determinada área que se
interesa destacar, como puede ser: psicología, grafoscopio y valuación de
inmuebles, entre otras, La opinión es emitida por un perito, que presupone un
conocimiento vasto y especializado en determinado tópico.
4) Testimoniales. Esta probanza se integra con las declaraciones que formulan
las personas a quienes les constan directamente determinadas circunstancias
o hechos, en virtud de haberles apreciado con sus sentidos.
Esta prueba requiere ciertas formalidades para ser admitidas, entre las que
destacan: los nombres y domicilios de las personas a quienes deberá citar el
tribunal para que acudan a rendir su testimonio en la oportunidad que les sea
señalada para tal efecto; también se debe hacer saber al juez si existe la
posibilidad o imposibilidad de que la parte que ofrece dichos testimonios acuda
para su desahogo. Puede ocurrir que los testigos estén dispuestos a rendir su
testimonio, pero también suele presentarse la necesidad de llamarlos por
conductos legales para que acudan a desahogar la citada probanza.
Los testigos deben de ser personas idóneas, es decir, ser observadores y
oidores directos de determinada circunstancia o hecho que se encuentra
pendiente de ser probado. Aquellas personas que refieren que alguien más les
dijo tal o cual cosa, no son fiables en sus aseveraciones y se les denomina
testigos de oídas, ya que es una tercera persona la que les pone en
conocimiento de la cuestión que se les pregunta, pero no les consta de forma
directa dicha apreciación a través de sus sentidos. No es lo mismo afirmar “lo
escuché” que “me lo dijeron”.
5) Inspecciones judiciales. También denominadas “reconocimientos judiciales”
consiste en que el juez se enfrente de forma directa con la verdad. En otras
palabras, percibirá con sus propios sentidos el hecho materia de la prueba.
6) Presuncionales. Consisten en los razonamientos que se hacen a partir de
hechos conocidos para llegar a la convicción de un hecho desconocido; es
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decir, se da certeza a lo que no se conoce a partir de lo que se tiene por
conocido.
LA ASUNCION DE LA PRUEBA
Esta etapa no se relaciona al hecho material de la práctica del medio de prueba, sino a
la operación de aprehensión sensorial y subjetiva del juez para conocer, saber o
entender su contenido, previo a la valoración. Muchas veces la asunción se da al
momento mismo de la obtención o práctica de la prueba, como en el caso de la
inspección, pero en otros casos con posterioridad cuando se la evacua mediante
comisión o deprecatorio, cuando se le remite su resultado; o en el caso de la prueba
pericial, cuando se presenta el informe; o con prueba documental preexistente o que
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se obtiene con orden judicial, cuando se la incorpora a posteriori.
SISTEMAS DE VALORACION
Hay quienes sostienen que solo existen dos sistemas para la valoración de la prueba,
que son el de la tarifa legal o prueba tasada; y, el de la libre apreciación o íntima
convicción. Sin embargo, tratadistas como Couture y códigos como el nuestro, se
refieren a la sana crítica como un tercer sistema y la mejor alternativa para una
equilibrada apreciación de la prueba, aunque hay quienes le asimilan al sistema de
libre apreciación, por considerar que representan una misma realidad.
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El sistema de la prueba tasada, tarifa legal o prueba aritmética, tiene como
antecedente mas remoto al sistema germánico que imponía al Juez resolver sobre el
resultado del duelo, la prueba del fuego, el hierro candente, etc., pues consideraba
que en la actuación de las ordalías se hallaba presente Dios y el no podía condenar a
un inocente, aspecto contrario a la razón que llevaba a que triunfe quien tenía menos
razón, pero mas fuerza. Desde tiempos antiguos se ha buscado fijar en la ley, reglas
abstractas que preestablezcan el valor de las pruebas, en principio sobre bases
sobrenaturales, luego sobre razones jurídicas y lógicas, que permitan al juez llegar
obligatoriamente a conclusiones uniformes, en el ánimo de evitar el análisis subjetivo,
autoritario o parcializado, considerando que es "preferible la arbitrariedad de la ley a la
del juez". Lessona al respecto señala que " la mejor ley procesal es la que deja menos
campo al arbitrio judicial". Duranti en su obra Speculum Judiciale estableció una
clasificación de pruebas, señalando reglas que determinaban por ejemplo las
características y el número de presunciones necesarias para que constituyan prueba
plena o semiplena; el número de pruebas semiplenas necesarias para constituir una
plena, las circunstancias en que una prueba plena deriva en semiplena, etc. Así, en la
prueba testimonial se sostenía que “El número hace el hecho”.
Este sistema aritmético que busca la verdad legal, ha sido superado, pues llevaba
muchas veces a una actuación rígida, mecanizada y deshumanizada por parte de los
jueces, sometidos a la valoración previa formulada por el legislador, ya por la calidad
del medio de prueba (confesión, inspección, documentos públicos),o por el número de
testigos, documentos, etc., caso en el que, aún contra su convencimiento lógico, moral
y racional, tenía que asumir conclusiones que provoquen un rompimiento entre la
justicia y el fallo. Un ejemplo actual es el de la fijación de pensiones alimenticias en
base a una tabla, cuya aplicación no requiere de un Juez sino de un contador.
Al decir de Couture, por este sistema el legislador le dice al Juez “Tu fallas como yo te
lo digo”.
Por el segundo sistema encontramos que se deja al juez la mas amplia facultad para
valorar las pruebas conforme a su libre e íntima convicción, la que se considera, no
debe degenerar en un libertinaje basado en subjetividades ni excesivas abstracciones
intelectuales. Este sistema tiene su antecedente en el sistema valorativo romano,
basado en la racionalidad absoluta.
Se considera que este sistema conlleva demasiado riesgo, ya por la arbitrariedad y el
mal uso que se puede dar a esta amplia facultad, o por la inmadurez, falta de estudio
o capacitación de los jueces, que puede llevar a fallos errados, con desprecio de las
pruebas aportadas y de la ley, bajo el justificativo de que aquello constituye el
resultado de su íntimo convencimiento.
Al criterio de Couture, bajo este sistema el legislador le dice al Juez:”Tu fallas como tu
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conciencia te lo diga: yo no tengo reglas. Si diez testigos te dicen que un libro es negro
y tu lo ves rojo, tu puedes decidir que el libro es rojo. La sentencia sale como tu
conciencia te lo indica”.
CONCLUSIONES
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conveniente el sistema de libertad de medios pero siempre dejando al
juez su calificación y aceptación cuando sean conducentes, útiles,
pertinentes, no estén prohibidos por la ley, la moral o las buenas
costumbres
BIBLIOGRAFÍA
MIXÁN MÁSS, F. Categorías y actividad probatoria en el procedimiento penal,
Ediciones BLG, Trujillo, 1996.
VELEZ MARICONDE, A. Derecho Procesal Penal
ORTELLS RAMOS. M., Derecho Jurisdiccional, T. III. con MONTERO AROCA,
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WEBGRAFIA:
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https://www.upg.mx/wp-content/uploads/2015/10/LIBRO-17-
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https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/b4322f8046e1189b99489944013c2be7
/Teor%C3%ADa+de+la+prueba.pdf?MOD=AJPERES
http://moodle2.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/lic/DE/GP/S12/GP12_Lectura.pdf
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/3ab8328046e118d79a509b44013c2be
7/Teoria+general+del+proceso.
+Naturaleza+procesal+de+las+pruebas+anticipadas.pdf?
MOD=AJPERES&CACHEID=3ab8328046e118d79a509b44013
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