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L.E.

E VALENTINO FRANCISCO PEREZ Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación


Regular F18

TDAH
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

Pequeñas estrategias y
consideraciones para el manejo
del TDAH en el aula.
L.E.E VALENTINO FRANCISCO PEREZ
L.E.E VALENTINO FRANCISCO PEREZ Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación
Regular F18

TDAH: un problema de la corteza prefrontal

Si consultamos el DSM-5, la última versión del manual diagnóstico y estadístico de los


trastornos mentales que publica la Asociación Americana de Psiquiatría (APA)
encontraremos que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) está
encuadrado en la categoría de los trastornos del desarrollo neurológico. Esto, en la
práctica, se traduce en que el TDAH es un trastorno que implica una inmadurez o un
desarrollo más lento del cerebro en comparación con otros niños de su misma edad. La
inmadurez es más visible en algunas zonas del cerebro, sobre todo en la corteza
prefrontal, donde se ubican las funciones ejecutivas que permiten el control de los
impulsos, la planificación y la concentración entre otras variables ejecutivas. Los dos
neurotransmisores cerebrales que están alterados en las personas con TDAH son la
dopamina y la noradrenalina.

El TDAH ¿un trastorno reciente?

A pesar de lo que se cree, el TDAH es un trastorno con una historia de más de dos siglos.
Los primeros escritos que encontramos en relación a este trastorno datan del año 1798
cuando el médico escocés sir Alexander Crichton en su obra “Una investigación sobre la
naturaleza y el origen de la enajenación mental” describía los síntomas de lo que hoy
conocemos como déficit de atención.

Síntomas del TDAH


Los síntomas o manifestaciones de este trastorno pueden ser muy variados en función del
niño, su edad y el subtipo de TDAH que presente. Los síntomas nucleares de este
trastorno son el déficit atencional, la hiperactividad y la impulsividad, lo cual no quiere
decir que todos los niños con esta patología presenten los tres síntomas principales.
Además, existen una serie de síntomas secundarios como son dificultades en la
autorregulación de la emociones, la memoria operativa, control interno del tiempo,
planificación de tareas, lenguaje interno, etc. Además, suelen tener una baja tolerancia a
la frustración, se muestran rígidos cognitivamente hablado (motivo por el cual a veces se
les tacha de obsesivos), necesitan de una mayor motivación extrínseca que el resto de
compañeros sin este diagnóstico, baja autoestima, etc. Todos estos síntomas desembocan
en dificultades en los seis ámbitos que tenemos en cuenta en estos niños.

Veamos los citados ámbitos así como algunos datos relevantes de cada uno de ellos:
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 Ámbito académico: los padres de los niños con TDAH tienen un mayor número de
tutorías en el colegio si los comparamos con otros niños de clase. Además, los
propios niños con esta patología tienen 4-5 veces más de probabilidad de recibir
tratamientos específicos tanto dentro como fuera del colegio.

 Ámbito familiar: los padres de los niños con TDAH suelen mostrar más dudas
sobre su capacidad de ser padres, además de tener hasta cuatro veces más de
probabilidades de separarse que el resto de familias.

 Ámbito social: entre un 60-70% de los niños diagnosticados con TDAH son
rechazados y estigmatizados por sus compañeros por la manifestación de los
síntomas. Un 70% de ellos reconoce no tener mejores amigos y suelen ser menos
invitados a los cumpleaños.

 Ámbito emocional: suelen tener grandes dificultades para identificar y entender


las emociones tanto propias como de los demás. Además, un porcentaje muy
elevado de niños con TDAH muestran una baja autoestima.

 Ámbito conductual: los niños y adolescentes con TDAH muestran un mayor


número de conductas de riesgo y, por tanto, las probabilidades tener accidentes y
de muerte son más elevadas en comparación con el resto de niños de su edad.

 Ámbito ejecutivo: obtienen peores resultados en las pruebas de concentración,


planificación, control de impulsos (inhibición) y de memoria operativa.

La gran mayoría de estudios concluyen que la prevalencia del TDAH, es decir, el porcentaje
de la población infantil que está diagnosticada de este trastorno, se sitúa en torno a un 5-
7%. La etiología (causa) de esta patología es mayoritariamente genética. Los estudios de
Stephen Faraone concluyen que un 77% de las causas el TDAH son genéticas, siendo el
trastorno con mayor peso del ADN que existe, por encima de la depresión (39%) y la
ansiedad generalizada (32%).

La evolución de los síntomas en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad


depende del niño en cuestión y la edad que tenga. Así, es más frecuente en niños
pequeños encontrar síntomas relacionados con la hiperactividad y la impulsividad,
mientras que las dificultades de atención suelen pasar desapercibidas. En cambio, en la
etapa de Educación Primaria y ESO, aumentan las dificultades para centrar la atención, y a
partir de la adolescencia la impulsividad suele disminuir. Además, en la edad adolescente
se pasa de una hiperactividad conductual (comportamiento) a una hiperactividad
cognitiva (pasar de una idea a otra sin una coherencia ni continuidad).
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¿Cuándo y cómo diagnosticar el TDAH?


En cuanto a la evaluación se refiere, no existe una única prueba que determine si el niño
tiene TDAH o no. El diagnóstico es clínico, por lo que el profesional con experiencia en
este trastorno emitirá un juicio clínico en función de la información obtenida a través de
diferentes pruebas (entrevistas, observación, cuestionarios estandarizados, etc). A la hora
de diagnosticar nos podemos apoyar en el DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría) o
en el CIE-10 (Organización Mundial de la Salud).

¿Cuándo se suele detectar o diagnosticar el TDAH?


Generalmente, el subtipo inatento es el que más tiempo se tarda en detectar debido a la
manifestación encubierta de sus síntomas (déficit de atención). Se suele detectar en torno
a los 8-9 años si no más tarde. Los subtipos hiperactivo-impulsivo y combinado, se suelen
detectar antes (5-7 años) debido a la manifestación observable y externa de sus síntomas.
Aun así, los estudios de Willcutt (2012) concluyen que el subtipo de TDAH más frecuente
es el inatento a pesar de que el que más se diagnostique sea el combinado.

Los docentes que trabajan con alumnos que presentan TDAH deben tener en cuenta en su
trabajo acciones que no necesariamente tienen que implementar especialmente para
ellos, sino que sirven para todos los alumnos (se anotan 85 que llevan en negritas los
conceptos clave):

1. Alejar al alumno de distractores


2. Diseñar una “zona tranquila” donde el niño pueda realizar exámenes o trabajar.
3. Presentar la información de manera explícita (pistas, recordatorios, señales).
4. Utilizar marcadores de tiempo.
5. Supervisarle y ayudarle a que supervise sus avances.
6. Mejorar la forma en dar las instrucciones.
7. Promover la actitud para mantener atención.
8. Presentar tareas que le interesen, con un material atractivo.
9. Graduar las tareas en orden progresivo de dificultad
10. Darle información sobre su acción de manera frecuente.
11. Definir y trabajar normas de clase y consecuencias de su incumplimiento.
12. Fragmentar las tareas en objetivos más cortos y supervisar con más frecuencia su
consecución, de forma que el tiempo en el que tienen que inhibir su respuesta sea
menor.
13. Premiar las conductas adecuadas e ignorar las inadecuadas.
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14. Implantar un sistema de fichas en el que se es premiado por la consecución de


objetivos y con costo ante el incumplimiento.
15. Ignorar las conductas inadecuadas como interrumpir y en caso de ser muy
molesto utilizar el tiempo fuera.
16. Estructurar el ambiente con señales visuales sobre “esperar y pensar”.
17. Fomentar el uso de las autoinstrucciones.
18. Pedirle que cuente en voz alta lo que hace o tiene que hacer.
19. Favorecer momentos de actividad adecuada.
20. Pequeñas tareas que faciliten liberar tensión tras haber estado quieto.
21. Permitirle levantarse de la sella en determinados momentos de forma
estructurada.
22. Mandarle menor cantidad de tareas y que requiera menor esfuerzo mental
sostenido.
23. Programar tareas intercalando aquellas de mayor esfuerzo mental con otras que
requieren movimiento.
24. Manejar adecuadamente las contingencias.
25. Reforzar el estar adecuadamente sentado, en silencio, escuchando, escogiendo
para cada día una conducta concreta.
26. Contener o controlar las conductas no deseadas para que no sean reforzadas por
otros observadores.
27. Adaptación de la organización física y social del aula.
28. Diseño y puesta en práctica de un clima de aula estructurado, claro y seguro.
29. Adaptación de contenidos y actividades.
30. Planificación de estrategias para el desarrollo de las funciones ejecutivas.
31. Planificación de estrategias para el control del comportamiento disruptivo.
32. Previsión de ayudas personales a las que recurrir en caso de que sea necesario,
como por ejemplo la cotutorización del alumno por compañeros competentes y
profesores de apoyo.
33. Mantener una actitud positiva hacia el alumno.
34. Partir de las capacidades positivas y no sólo de las limitaciones.
35. No culpabilizar-No discutir con el alumno ante los conflictos y problemas de
comportamiento.
36. Plantear una relación de manera que en ambas partes se consigan ganancias.
37. Exigir: el padecer TDAH no disculpa al alumno del cumplimiento de
responsabilidades.
38. Priorizar los objetivos de trabajo.
39. Atender las pequeñas cosas con amabilidad y cortesía.
40. Recordar que el castigo es mucho menos eficaz que el refuerzo.
41. Entrar en la clase con el plan de la sesión ya elaborado, no improvisar.
42. No señalar ante los demás a los alumnos “problemáticos”.
43. Utilizar estrategias para captar la atención inicial.
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44. Comenzar dejando claro el esquema general de la clase.


45. Proponer actividades motivadoras.
46. Distribuir a los alumnos de forma apropiada.
47. Dejar claras las normas de cumplimiento obligado.
48. Relacionar el nuevo contenido con otros anteriores.
49. Cuidar la explicación de la materia o las instrucciones.
50. Eliminar del entorno los distractores que puedan interferir durante la exposición.
51. Señalar con marcadores visuales y/o sonoros el inicio y el final de los momentos
didácticos clave.
52. Mantener contacto visual con los alumnos menos atentos.
53. Emplear estrategias para evitar que los alumnos contesten impulsivamente.
54. Plantear las tareas y trabajos de clase como proyectos que exigen la elaboración
de planes y reservar un tiempo para que los hagan.
55. Dejar visualmente claros los términos fundamentales de la exposición.
56. Realizar un mapa conceptual o esquema de la unidad didáctica.
57. Plantear al alumno una hoja de plan de trabajo para la sesión con tareas y
descanso.
58. Fraccionar la propuesta de actividad general en actividades más cortas.
59. Reforzar con alabanzas publicas a los alumnos concentrados en sus tareas.
60. Utilizar descansos funcionales cuando el alumno necesita moverse.
61. Colocar al alumno con TDAH junto a un compañero con comportamiento
adecuado y buen nivel de concentración.
62. Realizar con el alumno numerosas prácticas guiadas siguiendo el modelo de
ejecución explicada.
63. Enseñar a los alumnos reglas en mnemotécnicas.
64. Proponer actividades cooperativas y potenciar las relaciones sociales positivas.
65. Preparar los exámenes y realizar evaluaciones formativas, no punitivas.
66. Ser claro a la hora de plantear las preguntas.
67. Procurar hacer una lectura en voz alta de las preguntas.
68. Decir al comienzo el tiempo disponible para la prueba.
69. No diseñar siempre exámenes en formato tema o preguntas largas.
70. Llamar individualmente al alumno para comentarle las valoraciones y todas las
puntualizaciones convenientes, comunicándole sólo entonces su calificación.
71. Si la calificación ha sido negativa proponer un plan para mejorar, ofrecer ayudas
concretas y mostrar expectativas favorables.
72. Cuidar siempre el comportamiento.
73. Elaborar en el aula, con la participación de los alumnos, un programa de disciplina.
74. Tener en cuenta que los niños ocupados en aprender no suelen ser perturbadores.
75. Analizar, con ayuda de otros compañeros, el origen de los problemas de
comportamiento que hay en el aula: quienes los presentan, cuando, en que
momentos, con que finalidades, etc. y elaborar entre todos un plan de trabajo.
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76. Reunirse con los alumnos problemáticos y plantearles la situación y el análisis que
se ha hecho. Pedir que expliquen sus motivos y pactar con ellos.
77. Seleccionar las técnicas de modificación de conducta y aplicarlas consistente y
sistemáticamente.
78. Utilizar la clase como un entrenamiento permanente en habilidades sociales.
79. Programar actividades en formato grupal (trabajo por parejas, pequeños
grupos…).
80. Programar actividades que fomenten el conocimiento y experiencia del otro y de
uno mismo.
81. Programar salidas, excursiones y convivencias.
82. Prestar atención al estado emocional de los alumnos.
83. Crear en el aula un buzón de quejas y reclamaciones que permita a los alumnos
expresar sus inquietudes y necesidades. Dedicar un tiempo a resolverlas.
84. Mantener siempre en la clase un clima relajado y cordial en el que el alumno se
sienta seguro, respetado y querido.
85. Resaltar y alabar sus habilidades positivas: suelen ser niños creativos, entusiastas
y enérgicos.

No hay que perder de vista que quienes padecen TDAH también:


 Son vitales, entusiastas, llenos de energía.
 Pueden hablar de muchas cosas a la vez y llevar a cabo muchos proyectos al mismo
tiempo.
 Cuando algo les interesa son tenaces y persistentes, no paran hasta conseguirlo.
 Tienen una personalidad atractiva: son optimistas, ocurrentes, tienen gran sentido
del humor…
 Sensibles, de buen corazón, compasivos, generosos. Siempre están dispuestos a
ayudar.
 Sinceros: cuando se dan cuenta que han estado mal, se arrepienten de verdad.
 Innovadores, creativos, grandes generadores de ideas.
 Siempre están dispuestos a probar cosas nuevas.
 Son ambiciosos, quieren ser “todo cuando sean mayores”

Las tablas siguientes se elaboraron para mostrar a manera de resumen la estrategia a


seguir con relación a los síntomas mas comunes que se enfrentan en el salón escolar con
un alumno con TDAH.
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Síntomas de falta de atención Estrategias


Parece no escuchar cuando se le habla  Mantener el contacto visual al
directamente. hablarle.
 Tener contacto físico, caminar
durante la clase percatándose que
mantiene la atención.
Se distrae fácilmente por estímulos  Sentar al estudiante cerca sin
irrelevantes. excluirlo del grupo.
 Evitar estímulos distractores.
Tiene dificultad para organizar tareas y  Trabajo conjunto con los padres para
actividades. una mejor organización en casa.
 Dar énfasis que el alumno se percate
de sus materiales.
 Preparar materiales y objetos con
anticipación.
No sigue instrucciones y no finaliza tareas  Preguntarle que fue lo que se dijo y
escolares, en cargo u obligaciones en el que comprendió.
centro de trabajo.  Además de instrucciones verbales
anotar claves para recordar la
información.
 Revisión de tareas.
 Establecer fechas limite de entrega
de tareas y trabajos y hacer
conocimiento a los padres.
 Proyectos largos dividirlos en partes
y monitorear el avance.
 El niño debe saber las consecuencias
de no entregar las tareas.
 Llevar un control de tareas
completas/incompletas para
reforzamiento.

Síntomas de hiperactividad Estrategias


Habla en exceso.  Utilice señales que indiquen silencio
y hablar.
Se levanta constantemente de su asiento,  Recordar la norma de permanecer
le es difícil mantenerse tranquilo. sentado antes de empezar la clase y
acordar una señal privada que le
recuerde la instrucción.
 Asegurarse de que dispone del
material necesario para realizar el
trabajo y que no tenga que
levantarse.
 Reforzar la conducta correcta.
 Elaborar un plan con el cual pueda
llegar a ponerse de pie o
encomendarle funciones.
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Síntomas de impulsividad Estrategias


Interrumpe constantemente.  Ofrecer la norma en forma escrita o
en dibujo en un lugar visible.
 Aprovechar situaciones con otros
niños para mostrar el modelo o
conducta esperada.
 Reforzar la conducta deseada.
 Darle pequeño margen de
interrupción y permitirle
“interrupciones legales” para
mejorar el autocontrol.
Molesta constantemente a sus  Sentarlo junto a un compañero con
compañeros, le es difícil monitorear su buen comportamiento.
conducta en ambientes sociales.  Generar un tiempo para hablar
sobre los sentimientos que genera
en los compañeros cuando invade
su espacio.
 Ofrecerle un espacio para “trabajar
tranquilo”.
 Elogiarlo cuando trabaje
adecuadamente con los
compañeros.
 Si incumple usar la técnica
conductual “tiempo fuera” diciendo:
“regresa cuando puedas trabajar en
silencio”.

Como dice el dicho “La práctica hace al maestro” por lo que se exhorta a los docentes
a usar repetidamente las acciones descritas, cambiarlas, obsérvalas y acomodarlas de
acuerdo con su entorno del aula, para que puedan tener un mejor control de grupo y
evitar se disparen los problemas de conducta en su salón.
El entorno generado alrededor del control del problema de conducta, facilitará el
trabajar los problemas de aprendizaje que se puedan presentar relacionados con el
TDAH, pero para para ello hay que conocer un poco más los aspectos cognitivos que
están involucrados.
L.E.E VALENTINO FRANCISCO PEREZ Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación
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REFERENCIAS BLIBLIOGRAFICAS

American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of


mental disorders (DSM-5), Washington, D.C.: American Psychiatric
Association.

Pérez Castro, J. and Sirvent Cancino, M. (2016). TDAH y comorbilidades en el


aula. 1ra ed. Torresco, No.6, Colonia Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de
México. México. C.P 04010: Fundación Cultural Federico Hoth, A.C.

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