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El interrogador está apartado de los otros dos, y sólo puede comunicarse con ellos
escribiendo en un lenguaje que todos entiendan. El objetivo del interrogador es
descubrir quién es la mujer y quien es el hombre, mientras que el de los otros dos
es convencer al interrogador de que son la mujer.
La variante introducida por Turing consiste en sustituir a uno de los interrogados por
un ordenador. Se pueden dar dos casos, que se sustituya al hombre, con lo cuál
sólo el ordenador tendría que aparentar ser una mujer, o que se sustituya a la mujer,
con lo cual tanto el hombre como el ordenador estarían imitando. Aunque esta última
opción podría ser un experimento interesante, no se intenta comprobar la habilidad
de imitar a una mujer, así Turing cambia el objetivo de conocer el sexo por el de
reconocer la máquina. La finalidad de estos cambios es hacer el juego lo más justo
posible. Lo primero, es que no tiene que consistir en un concurso de engaños, por
lo que uno de los implicados no tendría por qué aparentar ser otra cosa. Otro detalle
es que a Turing poco le importa si el ordenador emplea trucos preestablecidos para
eludir o manipular las respuestas (por ejemplo, equivocándose en preguntas
aritméticas o tardando más tiempo del necesario en responderlas). Supone que el
interrogador también les empleará para reconocerle, así que lo importante es lo que
resulta del juego, no los métodos que se emplean para jugar ni los mecanismos
internos de razonamiento, que, entre otras cosas, también son desconocidos en el
ser humano.
Objeciones
Nada más aparecer el Test de Turing, también salen a la luz las primeras críticas.
La mayoría de ellas estaban basadas en temas éticos y religiosos, y muchas de las
posiciones más críticas venían de personas que consideraban que el ser humano
era muy especial y que ninguna máquina podría ni siquiera acercarse a las
capacidades de este.
Otra dificultad es la falta de conciencia. Se afirmaba que para que una máquina
fuera mentalmente activa debería tener conciencia, tanto de sí misma como de los
demás, y generar sentimientos positivos o negativos sobre la información que le
llega o las acciones que realiza. El solipsismo es una radicalización de esta idea,
que sostiene que la única manera de saber si una máquina piensa es ser esa
máquina. El problema es que, siguiendo esta idea, la única manera de saber si otro
ser humano piensa es ser ese ser humano, lo que se conoce como el problema de
las otras mentes. Turing afirma que, si entre los seres humanos se considera
políticamente correcto obviar el solipsismo, también debería hacerse con las
máquinas. Y cómo la única forma de resolver el problema de la falta de conciencia
es el solipsismo, lo más adecuado es que tampoco se considere.
Con la objeción de Lady Lovelace se quiere mostrar la idea de que las máquinas
nunca podrían generar nada nuevo, sorprendente o distinto. Como dice Turing (y
como cualquiera que haya utilizado, por ejemplo, un programa de cálculo estructural
o simplemente conocidos sistemas operativos de ventanas, podría ratificar), el
ordenador, siendo una máquina, puede sorprender continuamente. Aunque esto no
puede considerarse como un proceso mental creativo, puede que la creatividad se
realice en la mente del observador, y no en el generador. Por ejemplo, tanto puede
sorprender un libro como una persona o un coche.
http://enciclopedia.us.es/index.php/Prueba_de_Turing
https://www.elcultural.com/revista/ciencia/El-test-de-inteligencia-
artificial-de-Turing/13909
https://matap.dmae.upm.es/cienciaficcion/DIVULGACION/3/TestTuring
.htm
https://filosofia.laguia2000.com/logica/kurt-godel-ii-el-teorema-de-
completitud-de-la-logica-de-primer-orden
https://www.mediavida.com/foro/ciencia/ciclo-kurt-godel-1-teorema-
completitud-479848