Sei sulla pagina 1di 13

Evolución

Australopithecus afarensis
El Australopithecus afarensis fue un homínido considerado por los científicos como uno de
los ancestros del Homo Sapiens. Vivió en algunas zonas del este de África (Etiopía,
Tanzania y Kenia), entre los 3,9 y los 3 millones de años a. C.
El descubrimiento de esta especie se realizó el 24 de diciembre de 1974. Los paleo
antropólogos Donald Johanson, Yves Coppens y Tim White se encontraban investigando
en el valle del río Awash, Etiopía, cuando encontraron los muy bien conservados restos de
un homínido.
Características físicas y biológicas
El peso estimado de los Australopithecus afarensis oscilaba entre los 28 y los 45 kilos y su
altura entre los 105 y los 151 centímetros.
Esta gran variación dependía del sexo de los individuos. Su complexión física era delgada y
grácil y presenta características que les permitían caminar erguidos sobre sus dos piernas.
Su pecho se estrechaba hacia arriba, con forma de campana.
En cuanto a la capacidad craneal, esta se asemejaba más a la de un chimpancé que a la de
un humano actual: entre 380 y 450 cm³.
Morfología ósea
A pesar de que, como ya se ha comentado, su cráneo no era grande comparado con el del
ser humano actual, si lo era en relación al tamaño del cuerpo.
Su cara presentaba unas dimensiones amplias, con una característica proyección hacia
delante de la zona de la mandíbula. Esto, denominado prognatismo, era debido al gran
tamaño de sus dientes.
Por otra parte, a pesar de la mencionada similitud con el del chimpancé, el cráneo también
presentaba unas crestas sagitales y nucales parecidas a las que tienen los actuales gorilas,
pero más pequeñas.
La dentadura presentaba varias peculiaridades que han servido a los científicos para
descubrir su tipo de alimentación.
Así, los incisivos eran los propios de una dieta principalmente frugívora, con un tamaño
considerable, al igual que los molares y premolares. En cuanto a los caninos, eran
pequeños.
El paladar sí presentaba un gran parecido con el del ser humano actual, con una curva que
no se asemejaba a la de los grandes simios.
Otro aspecto importante de su morfología era la forma de la pelvis. El estudio de esta parte
del cuerpo es lo que ha permitido afirmar que podían caminar erguidos sobre las dos
piernas.
Hábitat
El tipo de hábitat que ocupaban habitualmente eran zonas con bosques secos y no
demasiado densos. Datos más modernos sugieren que también pudieron desplazarse a zonas
de la sabana, buscando orillas de ríos y lagos.
Australopithecus africanus
Es una especie de homínido fósil de Sudáfrica. Los primeros restos fósiles, el cráneo de un
niño conocido como el niño de Taung, fueron descubiertos en 1924 por Raymond Dart en
Taung, Sudáfrica, pero no fue tomado en cuenta hasta 30 años después.
Muchos estiman que su edad biológica va desde menos de 3 millones de años de
antigüedad hasta más de 2 millones.
Características
Tenía una marcha bípeda, aunque aún conservaba costumbres arborícolas. Su peso
promedio era de 41 kg para los machos y de 30 kg para las hembras, con una estatura de
1,50 m.
Su capacidad craneal es de 480 cm³ a 520 cm³, muy por debajo de los 1.500 cm³ del ser
humano actual. Su caja craneal es más alta y redondeada que la de los antropomorfos, y su
esqueleto postcraneal es similar al de Australopithecus afarensis.
Su cara es más corta. Presenta menor prognatismo (la mandíbula está adelantada con
respecto al maxilar), unido a un menor tamaño de piezas dentales.
Sus piezas dentales no se diferencian mucho de las del humano. Los caninos eran pequeños,
sin sobresalir, y los incisivos eran tan pequeños como los nuestros. Recientes estudios han
demostrado que podía partir semillas y frutos secos grandes con sus dientes, lo que le
habría dado una gran ventaja en épocas de escasez de otros alimentos más blandos.
También es importante mencionar que desaparece el diastema (separación entre incisivos),
o es muy escaso.
Australopithecus robustus
Paranthropus robustus es un homínido fósil que vivió en Sudáfrica hace entre 2 y 1,2
millones de años. Fue la primera especie descubierta del género Paranthropus, aunque
durante un tiempo se consideró perteneciente al género Australopithecus.
Características
La denominación de robustus se debe a que los primeros hallazgos, en el sur de África, eran
restos de mandíbula de gran tamaño, lo que hizo pensar que el resto del cuerpo seria
enorme. Pero los descubrimientos han rechazado esta teoría, y Paranthropus robustus tenía
una corpulencia similar a la de sus antepasados Australopithecus.
Tenía un gran aparato masticador, producto de una alimentación variada, como diversos
tipos de pastos, semillas y, posiblemente, animales.
Su rostro es achatado, con mejillas más abultadas y mandíbulas menos prominentes que el
Australopithecus afarensis. Posee una pequeña cresta ósea, menor que la del Paranthropus
boisei, en la parte superior del cráneo.
Había bastante diferencia entre machos y hembras, sobre todo en el desarrollo de las
crestas, ausentes o muy poco marcadas en las hembras.
Los machos pesaban unos 40 kilos y las hembras alrededor de 32 kilos. En cuanto a su
estatura, también había grandes diferencias: el macho mediría alrededor de 1,35 metros y
las hembras 1,10 metros.
Yacimientos
Los principales yacimientos de esta especie son los de Kromdraai, Swartkrans, Drimolen,
caverna Gondolin y Coopers. En la gruta de Swartkrans se hallaron los restos de 130
individuos; el estudio de su dentición reveló que la edad media de estos homínidos era solo
de 17 años.
Homo habilis
El Homo habilis fue considerado el antepasado más antiguo del género humano tras el
descubrimiento de los primeros fósiles. Su aparición se data, aproximadamente, hace 2,4
millones de años y no desapareció hasta hace 1,6 millones. Al final de ese periodo, llegó a
coincidir con otros antecesores como el Homo erectus o el Homo rudolfensis.
El nombre con el que se bautizó a la especie, habilis, proviene de su capacidad para
manipular objetos y construir algunas herramientas.
Descubrimiento
Los descubridores de los primeros restos de un Homo habilis fueron el paleontólogo
británico Louis Leakey y su esposa, Mary Leaky. Ambos dirigían una expedición científica
en Tanzania, en la zona del Gran Valle del Rift.
El homínido fue bautizado como Homo Habilis, siendo catalogado como una nueva especie
dentro del género humano. En ese momento, de hecho, fue calificado como el antepasado
más antiguo del hombre, aunque el posterior descubrimiento del Homo rudolfensis le
arrebató esa categoría.
Características físicas y biológicas
Cráneo
La forma del cráneo del Homo habilis era más redondeada que la de sus antecesores,
presentaban un hueco occipital situado más al centro. La mandíbula, por su parte, poseía
unos incisivos en forma de espada, bastante más grandes que los que tenían especies
anteriores. Los expertos afirman que la función de estos dientes era cortar y desgarrar,
especialmente la carne.
Los incisivos superiores no contaban con diastema, el típico espacio interdental. En cuanto
a los molares, también tenían un tamaño grande y estaban recubiertos por un esmalte
grueso y resistente.
La cara, por su parte, estaba muy marcada por un menor prognatismo que los
australopithecus, provocando un achatamiento de las facciones.
Cuerpo
Los hombres de la especie llegaban, más o menos, a los 1,40 metros de altura y pesaban
alrededor de 52 kilos. Las mujeres eran bastante más pequeñas, con unos 100 centímetros
de altura y un peso de 34 kilos de media. Esto indica que el dimorfismo sexual estaba muy
marcado.
Las extremidades superiores eran más largos en proporción que los del ser humano actual,
más parecido a los de algunos simios. Los investigadores afirman que el cuerpo estaba
cubierto totalmente de pelo, por lo que se supone que no se cubrían con nada frente al frío.
Como todos los bípedos, tenía la pelvis adaptada para mantenerse sobre las dos piernas.
Este hueso era pequeño, provocando una mayor dificultad a la hora del parto. Esta
circunstancia provocaba que los neonatos nacieran antes, con muchos partos prematuros.
La consecuencia de esa fragilidad de los recién nacidos hizo que la especie, especialmente
las hembras, tuvieran que prestar un mayor cuidado para que sobrevivieran. Finalmente,
esto dio lugar a que crecieran los lazos sociales, ya que era necesaria la colaboración el
grupo para que los pequeños salieran adelante.
Manos
Al encontrar muchos utensilios junto a los fósiles de Homo habilis, los expertos
procedieron a estudiar las manos y los dedos para comprobar si tenían la habilidad
suficiente para haberlos construidos. El resultado fue positivo, ya que descubrieron que
tenían la capacidad de prensión de agarre para hacer las manipulaciones necesarias.
Además, los dedos tenían una curvatura algo pronunciada. Esa forma indica que el Homo
habilis podían trepar y moverse por los árboles sin problemas.
Aparato digestivo
Aparte del aspecto óseo, el Homo habilis se diferenció de sus antecesores por su aparato
digestivo. De esta forma, su tubo digestivo se redujo, al igual que el aparato masticador.
El motivo fue el aumento del consumo de nutrientes de más calidad, especialmente
proteínas animales y algunas grasas. A la larga, aparte de los cambios mencionados, esto
provocó un aumento en la inteligencia de la especie.
Alimentación
La dieta del Homo habilis también es motivo de ciertas discrepancias entre los
especialistas. Todos están de acuerdo en que, principalmente, su alimentación estaba basada
en los restos animales que encontraba, además de insectos y los vegetales que recogía. Sin
embargo, algunos opinan que se convirtió en cazador.
La manera de averiguar qué tipo de alimentos consumía es analizando los dientes. Los del
Homo habilis eran más pequeños que los del Australopithecus, pero aún eran lo
suficientemente gruesos para masticar elementos duros. A esto ayudaba la musculatura de
su mandíbula.
Por otra parte, al analizar con microscopio las muescas provocadas por el desgaste de los
dientes, los expertos han concluido que su alimentación era muy flexible. De esta manera,
iba desde raíces, hojas, plantas, semillas o algunos frutos. Y, por supuesto, la carne.
Las pruebas realizadas a los restos han demostrado que eran capaces de aprovechar el
tuétano de los huesos. Para alcanzarlo utilizaban algunas herramientas, al igual que para
triturar los vegetales más duros.
Capacidad craneal
Durante el tiempo en el que vivió el Homo habilis su cerebro creció desde los 550
centímetros cúbicos hasta los 680. Esto supone un 50% más de la capacidad craneal que
tenía el Australopithecus, un avance evolutivo notable.
Herramientas utilizadas
Dado que el nombre de la especie proviene de su habilidad para manejar instrumentos con
habilidad, queda claro que el Homo habilis fue capaz de fabricar algunos utensilios útiles
para su vida cotidiana.
Los restos encontrados en los yacimientos habían sido elaborados con piedras. Según los
expertos, los utilizaban para cortar, triturar o cazar animales.
Homo erectus
Homo erectus es un homínido extinto, que vivió entre 2 millones de años y 70 000 años
antes del presente. Los Homo erectus clásicos habitaron en Asia oriental (China,
Indonesia). En África se han hallado restos de fósiles afines que con frecuencia se incluyen
en otra especie, Homo ergaster; también en Europa, diversos restos fósiles han sido
clasificados como Homo erectus, aunque la tendencia actual es la de reservar el nombre
Homo erectus para los fósiles asiáticos.
Características
Fue un homínido robusto de talla elevada, son individuos de 1.70 m de altura. Su cerebro
variaba entre 800 y 1200 cm³, su rostro estaba marcado por un toro supra orbital, o sea una
saliente de hueso sobre los ojos, que también hacían que la frente fuese un poco huidiza. No
tenían mentón, y tenían dientes bastante pequeños en comparación con los homínidos más
antiguos, había una diferencia de tamaño entre los hombres y mujeres, lo que se llama
dimorfismo sexual, y se caracterizaron por haber dominado el fuego, y por construir
herramientas líticas del estilo Achelense. Además, caminaban erguido, fue la primera en
utilizar el fuego para cocinar y para calentarse.
El cráneo podía tener tres rasgos distintos:
 Recto y grueso toro supra orbital: No todos los Homo erectus lo tienen recto, por
ejemplo, se encontraron en Grecia y Francia cráneos que no eran nada rectos.
 Cresta sagital en el cráneo: Este tipo de cráneos se encuentra en los Homo erectus
asiáticos.
 Grueso saliente occipital: Al igual que la anterior es frecuente en los Homo erectus
asiáticos.
Hábitat y alimentación
Se alimentaban de lo que cazaban, del carroñeo y recolección de gramíneas y vegetales.
Vivían en cavernas cálidas o adversas. Este tipo de Homo tenía una vida sedentaria, los
lugares de habitación son al aire libre, zonas tropicales o en cuevas y zonas más
septentrionales. En algunas estaciones al aire libre se han localizado estructuras complejas
formando cabañas donde se pueden diferenciar distintas áreas: para cocinar, tallar o
descansar.
Los cambios climáticos suponen grandes cambios en plantas y animales, modificando
intensamente los recursos accesibles para estas comunidades con una economía cazadora-
recolectora. Sus estrategias son todavía de supervivencia y adaptación al medio, que van
cambiando, de forma cíclica, junto con los cambios en la naturaleza. Se dividían el trabajo
y presentan un comportamiento cooperativo.
Su estructura física constaba del aumento de la estatura, la contextura más fuerte y el rostro
con características actuales.
Herramientas
La herramienta más característica del Homo erectus es el hacha de mano. Solían estar
hechas con sílex y talladas con elementos percutores blandos, de madera, una técnica que
descubrieron en esa época, lo que permitió tallar con más precisión y hacer mejor el filo.
También inventaron otros instrumentos más complejos, como pueden ser los raspadores o
los perforadores, pero que serán más desarrollados por homínidos posteriores. Los
cavadores, cuchillos, puntas, los hacían normalmente con huesos de animales como el
ciervo o el gamo. Estos homínidos ya utilizaban la madera en sus instrumentos, pero
lógicamente ya no se conserva.
Homo neanderthalensis
Origen
África es conocida como la cuna de la humanidad debido a que el Homo sapiens surgió en
ese continente hace unos 200000-180000 años. Desde allí, los antepasados del ser humano
se expandieron al resto del planeta, llegando a dominarlo.
En Europa surgió otra especie que, de acuerdo a los expertos, tuvo suficientes capacidades
para haberse convertido en la dominante. Se trataba del Homo neanderthalensis, un
homínido que descendía del Homo heidelbergensis europeo.
El Homo heidelbergensis tuvo que cambiar su hábitat durante la Glaciación de Mindel. El
frío que azotó el continente europeo les obligó a instalarse en el sur. Con el paso de los
siglos, las condiciones de aislamiento y la necesidad de adaptarse provocaron la evolución
de estos homínidos.
Una vez terminada la Era Glaciar, el Homo Heidelbergensis ya empezaba a parecerse a los
neandertales. Los científicos marcan que el momento para que pasaran a ser una especie
diferente se produjo hace entre 230000 y 200000 años. Había nacido el Homo
neanderthalensis.
Descubrimiento
El reconocimiento del neandertal como especie diferenciada tomó bastante tiempo. Los
primeros restos aparecieron en Bélgica, en 1829, pero los descubridores no les dieron
mucha importancia. Tampoco se la dieron en 1856, cuando Johann K. Fuhlrott encontró
otros fósiles en 1856, en el valle alemán de Neander, de donde procede su denominación.
Como curiosidad, se puede señalar que el año del descubrimiento en Alemania, se lanzó
una teoría para explicar los restos encontrados. Esta afirmaba que el fósil pertenecía a un
cosaco ruso que había perseguido a Napoleón. Para explicar su extraña anatomía, se señaló
que el cosaco había padecido de raquitismo.
Hay que tener en cuenta que en el momento en que esos restos fueron encontrados, Darwin
aún no había publicado su teoría de la evolución. Esto puede explicar la falta de interés en
investigar seriamente los hallazgos.
El neandertal tuvo que esperar hasta 1864 para ser tomado más en serio. Ese año William
King estudió todos los restos. El investigador concluyó que pertenecían a una nueva especie
humana y lo bautizó usando el nombre del valle de Neander.
Características físicas y biológicas
Los fósiles de Homo neanderthalensis encontrados hasta ahora, unos 400 ejemplares,
aportan suficiente información para conocer sus características físicas. Así, en líneas
generales, se trataba de una especie con un esqueleto robusto, una pelvis ancha, cortas
extremidades y un tórax con forma de barril.
De igual forma, la frente era baja e inclinada, con unos arcos supraorbitarios prominentes.
La mandíbula carecía de mentón y tenían una considerable capacidad craneal.
Los brazos, como ocurre con los primates, eran más largos que los que tienen los humanos
modernos. Su pelvis, aparte de la anchura, presenta características que parecen indicar una
diferencia en su manera de andar con respecto al Homo sapiens, aunque era también
bípedo.
Las investigaciones apuntan a que su esperanza de vida no era muy larga, quizás por la
dureza del entorno. Así, los hombres no solían sobrepasar los 40 años y, las mujeres, los 30.
Adaptados al frío
Los neandertales tuvieron que sobrevivir en un entorno marcado por la última glaciación.
Esto provocó que tuvieran que adaptarse a ese clima de frío extremo para sobrevivir.
Rasgos como el cráneo alargado, su baja estatura y la nariz amplia, son de acuerdo con los
expertos algunas consecuencias de dicha adaptación.
Como se señalaba, los neandertales no destacaban por su altura. La media de la especie
estaba en 1,65 metros. Esto era compensado por su complexión robusta, tanto ósea como
muscular. Se piensa que no estaban bien equipados para correr largas distancias, aunque si
para efectuar carreras cortas y rápidas para capturar presas o escapar de los peligros.
Laringe y boca
Más que el aspecto puramente anatómico, lo interesante en la laringe de los neandertales es
el uso. De esta manera, su ubicación, más arriba que la del hombre moderno, podría haberle
permitido articular una fonética limitada.
Por otra parte, los expertos han concluido que la apertura de la boca era mayor que la del
hombre moderno. Esto facilitaba dar grandes mordiscos a los alimentos.
Alimentación
El neandertal era una especie omnívora, con una dieta que cambiaba dependiendo de su
hábitat. Se conoce, por ejemplo, que en áreas mediterráneas consumían animales pequeños,
como conejos o pájaros.
Por otra parte, también aprovechaban los recursos marinos. Se han hallado restos que
prueban que comían moluscos, focas o delfines.
Aparte de la dieta carnívora, el neandertal también ingería una importante cantidad de
frutas y vegetales. De hecho, algunos especialistas calculan que el 80% de su alimentación
procedía de estas fuentes.
Al conocer el fuego, fueron capaces de mejorar su alimentación, cocinando animales o
plantas. Respectos a estas últimas, hay evidencias que indican que usaban algunas para
aliviar o tratar enfermedades.
La variedad de la dieta ha hecho pensar a los científicos que los neandertales desarrollaron
técnicas complejas para cazar y recolectar.
Canibalismo
Uno de los aspectos que fue más controvertido en su momento fue la existencia de
canibalismo entre los neandertales. Los yacimientos de Moula-Guercy o Vindija han
aportado pruebas bastante concluyentes acerca de este hecho.
Se han encontrado, por ejemplo, huesos con cortes realizados con herramientas de piedra,
con claras señales de haberse retirado la carne con cuidado.
Sin embargo, los expertos apuntan que no era un canibalismo por causas alimenticias. El
motivo parece haber sido ritual, según demuestra la comparación etnológica y las técnicas
de corte en comparación con los animales destinados a ser comidos.
El canibalismo se practicó en diferentes regiones y durante periodos de tiempo
prolongados. Aparte de en los yacimientos mencionados, se han encontrado pruebas en
otros como el de El Sidrón, en España o el de Krapina, en Croacia.
El caso español, no obstante, presenta algunas diferencias significativas. Esto ha llevado a
pensar que, en ese caso, si pudo tratarse de un canibalismo por necesidad, debido a las
grandes hambrunas que se vivieron en la zona. Los huesos encontrados habían sido tratados
para quitarles el tuétano, una de las partes más apreciadas por sus nutrientes.
Fuego
El hombre de neandertal ya había aprendido a manejar el fuego. Más allá de aprovechar el
que se producía de manera natural, por rayos o causas similares, estos homínidos podían
encenderlo cuando lo necesitaran.
Como ocurrió con las otras especies que lo consiguieron, el dominio del fuego proporcionó
calor para protegerse del frío extremo, ayuda para ahuyentar a los depredadores y el asado
de los alimentos. Gracias a esto, la comida se digería mejor y, además, duraba bastante más
sin estropearse.
Ritos funerarios
Uno de los aspectos que más llamaron la atención a los primeros paleontólogos que
encontraron restos de neandertal fueron las muestras de sus ritos funerarios. Esto indica que
le daban importancia a la muerte, demostrando que tenían capacidad de abstracción y de
autoconciencia.
El rito funerario se convirtió, así, en uno de los más importantes entre estos homínidos, con
un sentido que podría catalogarse de religioso. Aparte, como ya se apuntaba, existía
también un ritual basado en el canibalismo, que podía tener componentes similares.
Por último, existía un tercer tipo de ritual dedicado al oso de las cavernas, que algunos
llegan a denominar como un culto.
Hombre de cromañón
Hombre de Cromañón es el nombre con el cual se suele designar al tipo humano
correspondiente a ciertos fósiles de Homo sapiens, en especial los asociados a las cuevas de
Europa en las que se encontraron pinturas rupestres. Cromañón es la denominación local de
una cueva francesa en la que se hallaron los fósiles a partir de los que se tipificó el grupo.
Su datación (40 000 y 10 000 años de antigüedad) se toma como el hito que da comienzo al
Paleolítico superior desde el punto de vista antropológico, mientras que el límite moderno
no lo marca la aparición de ninguna modificación física, sino ambiental y cultural: el fin de
la última glaciación y el comienzo del actual período interglaciar (periodo geológico
Holoceno), con los periodos culturales denominados Mesolítico y el Neolítico.
Descubrimiento
Hace casi 150 años, en marzo de 1869, el geólogo francés Louis Lartet encontró cinco
esqueletos que hicieron historia.
Lartet estaba analizando una cueva para una investigación financiada por Henry Christy.
Se encontraba Louis Lartet junto a otras personas en uno de sus viajes al sureste de Francia.
Estaba en una cueva llamada Cro-Magnon, cerca de Les Eyzie de Tayac Sireuil, en
Dordogne. Allí encontraron los esqueletos de tres varones adultos, una mujer y un feto.
Este descubrimiento llegó a impactar al mundo.
Características
Culturales
El hombre de Cromañón llegó a protagonizar el Paleolítico en un tiempo que calificaron
como la Era de los Renos. Sus huellas quedaron en las paredes de muchas cuevas donde
aún permanece la pintura rupestre. Estas creaciones son relatos visuales de la cacería de
animales, estrategias, técnicas e incluso celebraciones.
Para algunos antropólogos esas pinturas forman parte de un circuito didáctico. Se
consideran una especie de grafitis antiguos destinados a enseñar el arte de la caza. Para
otros forman parte de rituales religiosos: al pintar en un muro el evento, este mágicamente
queda apresado y, por lo tanto, conquistado.
Finalmente, otros historiadores interpretan las pinturas rupestres como los primeros relatos
condensados de la humanidad.
Cultura material y forma de vida
El Hombre de Cromañón se asoció desde su descubrimiento a la industria lítica
denominada Auriñaciense que fue identificada pocos años antes.
El Hombre de Cromañón fue el primero en desarrollar el arte de la fabricación de útiles de
piedra y hueso muy precisos. Fabricó agujas de hueso demasiado delgadas como para
atravesar pieles pero que fácilmente atravesaba telas con las que elaboraba sus vestidos.
Fabricó afiladas puntas de lanza, hojas de cuchillo, perfectos picos, hachas y herramientas
por medio de un lascado cuidadoso. Además, aprendió que una piedra calentada al fuego y
enfriada después lentamente se podía trabajar con mayor facilidad y precisión. Elaboró
dardos y lanzas de madera que dotó de puntas de pedernal u obsidiana en forma de flecha, o
sobre las que insertó cabezas de arpones de hueso con numerosos garfios. Los cromañones
ya disponían de una capacidad para el lenguaje (tanto del aparato fonador como cerebral) y
para el pensamiento simbólico, fue el primero en dominar un lenguaje oral coherente.
La forma de vida era cazadora-recolectora. Cazaba en grupo; los animales grandes, con
trampas; y los pequeños, con piedras y saetas. Planificaba la captura de grandes animales.
Para apresar animales empleaba trampas cuidadosamente disimuladas. Además, se dedicó a
la pesca y construyó las primeras canoas dotadas de condiciones de navegabilidad.
Descubrió que era posible mejorar la fabricación de útiles de piedra mediante nuevos
procedimientos. En lugar de golpear piedras entre sí, comenzó a trabajarlas con materiales
blandos tales como herramientas cilíndricas para golpear o martillos de madera, hueso o
cuerno. Utilizó también cinceles de madera o hueso y con ello consiguió realizar trabajos
Vivía en hordas de entre 15 y 30 individuos, aunque según Coon (1962), comunidades de
más de 1000 individuos no eran infrecuentes, patrón que continuó en el Mesolítico. El
Hombre de Cromañón no tuvo necesariamente que seguir la migración de rebaños de
animales, pues ya domesticaba algunas especies. Sin que pueda considerárseles sedentarios,
posiblemente mantenían un lugar preferente de residencia, que ocasionalmente
abandonarían para trasladarse a otro. Aunque llegó a vivir en cuevas y temporalmente en
campamentos al aire libre, por primera vez en la historia construyó viviendas y poblados.
Pozos, chimeneas y patrones de hoyos son usuales restos de estas viviendas. Excavaciones
al centro de Europa han puesto de manifiesto que durante el período Solutrense había
lugares en los que pueblos enteros una vez existieron con hileras de casas. Como protección
contra la lluvia fabricó tejados de hojas o de paja donde se carecía de refugios naturales.
Construyó cabañas familiares, soterradas hasta media altura para protegerse del frío.
Confeccionó asimismo tiendas fijas con pieles y cueros. Comparativamente, en la época del
Cromañón las artes plásticas alcanzaron un gran desarrollo, sobre todo la elaboración de
esculturas y bajorrelieves de arcilla o hueso, el grabado de huesos y la pintura mural. Se
sabe por los objetos funerarios encontrados que el hombre de Cromañón también fabricó
adornos y joyas que tenían una función de talismán: collares de conchas y dientes
perforados, pulseras y redecillas para el pelo, e incluso instrumentos musicales y
calendarios de hueso tallados con notaciones simbólicas cercanas a la escritura (Marshack,
1964).
A menudo decoraban sus tumbas con pilas de huesos de Mamut ordenadas. En Sunghir,
sitio Paleolítico en Rusia a 190 kilómetros de Moscú, que data aproximadamente de 25.000
años, es conocido por el estilo de los enterramientos. Los difuntos eran enterrados vestidos
con ropa y joyas de marfil.
Evolución mental
El Cromañón, más alto y más delgado que el Neandertal, va a depender menos de su fuerza
física y de su instinto. Ahora su fortaleza está en el conocimiento adquirido y compartido.
A partir de ese instante la evolución comenzará a ser mental más que física. Será el cerebro,
el razonamiento, la lógica, los datos y la experiencia lo que empezará a crecer.
Los cromañones eran semi nómadas y el lenguaje, con todas sus riquezas y sutilezas, los
llevó a la siguiente etapa: la construcción de infraestructuras.
https://www.lifeder.com/australopithecus-afarensis/
https://es.wikipedia.org/wiki/Australopithecus_africanus
https://es.wikipedia.org/wiki/Paranthropus_robustus
https://www.lifeder.com/caracteristicas-del-homo-habilis/
https://www.ecured.cu/Homo_erectus
https://www.lifeder.com/homo-neanderthalensis/
https://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_de_Croma%C3%B1%C3%B3n
https://www.lifeder.com/hombre-cromanon/
https://es.metapedia.org/wiki/Hombre_de_Cro-Magnon

Potrebbero piacerti anche