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Está de moda la palabra vintage, usada como una forma para traer las
características visuales y estéticas del pasado a nuestro tiempo, valorándolas
como algo clásico y con mucho estilo.
Además, muchos son los fanáticos que sienten que es una sensación
verdaderamente increíble manejar un transporte vintage, debido a que éstos
tienen un andar totalmente distinto al de los actuales. Desplazarse en ellos
significa viajar de una manera más rustica, sin equipamientos de lujo como por
ejemplo el aire acondicionado.
El gusto por los automóviles clásicos se da en casi todos los países. Ésta es una
oportunidad para emprender reviviendo épocas antiguas.
Como toda reliquia, el valor de un auto clásico aumenta conforme pasa el tiempo
(en el caso de los autos producidos en una cantidad limitada), pero cuando la
producción fue a gran escala éstos pueden bajar su costo, y podrás adquirir un
auto con un precio hasta un 50% menor de la inicial.
También deberás saber que no cualquier auto usado y viejo califica como clásico.
Para empezar, podría definirse como vehículo clásico a todos aquellos que tienen
una edad mínima de 20 o 30 años. Además, su modelo debe haber destacado por
alguna singularidad, como calidad, rendimiento, estilo, diseño o popularidad
obtenida, por ejemplo, por aparecer en alguna película.
Es muy amplia la gama de autos que puedes buscar, conseguir y restaurar para
comercializar como vintage. Van desde vehículos de la década de 1920 hasta los
ochenta. Algunos ejemplos clásicos son: el Ford T, camionetas de 1972, o un
Chevrolet 27.
Vehículo histórico
Es comúnmente aceptado que los primeros automóviles con gasolina fueron casi
simultáneamente desarrollados por ingenieros alemanes trabajando
independientemente: Karl Benz construyó su primer modelo (el Benz Patent-
Motorwagen) en 1885 en Mannheim. Benz lo patentó el 29 de enero de 1886 y
empezó a producirlo en 1888.
Uno de los inventos más característicos del siglo XX ha sido sin duda el automóvil.
Los primeros prototipos se crearon a finales del siglo XIX pero no fue hasta esa
decada donde las personas comenzaron a mirarlos como algo útil. El intento de
obtener una fuerza motriz que sustituyera a los caballos se remonta al siglo XVII.
El automóvil recorre las tres fases de los grandes medios de propulsión: vapor,
electricidad y gasolina.
Para comprender las grandes diferencias entre los coches europeos y americanos
es necesaria una breve introducción histórica.
Ya antes de la Segunda Guerra Mundial existían algunas diferencias entre la
producción de ambos continentes que son independientes de la situación histórica.
En primer lugar está el factor geográfico. Las distancias a cubrir en los Estados
Unidos son en general mucho mayores que las de Europa, lo que obliga a que los
coches americanos sean mayores y más potentes.
En segundo lugar se tienen diferentes idiosincrasias y diferentes características
del mercado consumidor. En los EE.UU. con Henry Ford a la cabeza el automóvil
deja de ser un artículo de lujo. El producto se masifica y en breve surge una fuerte
competencia entre las distintas marcas.
Por el contrario en Europa todavía muchos automóviles se construían en forma
casi artesanal. Esto también responde a la composición del mercado: se hacían
modelos "a medida" para una clientela selecta y poco numerosa.
Conclusión
No es posible comparar cuál de las dos industrias era mejor o peor por cuanto se
trata de automóviles que nacen en medios diferentes y en cierta forma cumplen
con funciones diferentes. Desde ese punto de vista ambas modalidades eran
ampliamente satisfactorias.