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1.

HISTORIA DEL CALZADO

La documentación más antigua conocida alusiva al calzado tiene más de 15.000


años. Se trata de unas pinturas rupestres halladas en una primitiva cueva. De
forma esquemática aparecen hombres con una especie de botines y una mujer
que calza algo parecido a unas botas de piel. Podríamos afirmar que el origen del
calzado comenzó con la sandalia. En el Antiguo Egipto se confeccionaban con
paja trenzada o láminas de hoja de palmera, y era de uso masculino del que
estaban excluidas mujeres y esclavos. Su uso era ceremonial ya que la tendencia
a ir descalzo perduró durante muchos siglos en la Historia.

También fue signo externo de éxito y de victoria sobre los enemigos: en Egipto, las
sandalias del faraón llevaban pintados los rostros de los enemigos vencidos en la
suela en las ceremonias oficiales.

En la Antigua Grecia, Homero describe a los héroes calzando lujosas sandalias.


Un poco más adelante, el historiador y geógrafo griego Pausanias asegura que
solo los dioses deben calzar sandalias doradas.

Mientras tanto en la antigua Persia se imponía el calzado flexible: las persikai,


calzado cómodo para mujeres y ancianos. Se conocía el borceguí o zapato de
caza o calzado de viaje, así como las botas lazadas llamadas endromides.

Algunos diseños de calzados pueden ser considerados casi un elemento de


tortura. A Confucio, pensador chino, se le ocurrió decir hace 25 siglos que la mujer
debe imitar al andar “el ondear flexible del sauce”. Con este fin, en la Antigua
China, se les impuso a la mujer la reducción del tamaño del pie hasta un tercio de
su desarrollo natural para conseguir lo que ellos llaman “la flor de loto”, ideal de
sensualidad y elegancia. Toda una barbaridad.

Los ciudadanos del imperio romano llevaban sandalias en casa: las solae, o
simples suelas de cuero unidas al pie mediante correas y sujetas con lazos y
cintajos. Puedes ver la historia de la alpargata. El calzado solía combinar con el
atuendo, por ejemplo, con la toga se usaba el calceus o especie de borceguí, de
empeine recortado en varias tiras de cuero que se anudaban sobre el tobillo, que
suele encontrarse en la mayoría de las estatuas.

Los patricios calzaban el mulleus de cuero rojo, anudado a la pantorrilla, con su


media luna decorativa sobre el cuello del pie. En el siglo III las mujeres pudientes
de la Antigua Roma lucían lujosos calzados en los que no faltaban las perlas y
piedras preciosas.
En la Roma clásica el zapato rojo en la mujer era propio de las cortesanas, hasta
que el emperador Aureliano decidió llevarlos él…, decisión que afectaría luego al
Sumo Pontífice, de ahí que los Papas calzaran babuchas coloradas.

Pero todo esto era un calzado abierto. No podríamos llamarlo zapato. El zapato
comenzó su larga evolución a finales del siglo IV, y fue consolidándose en el
mundo bizantino tras la caída de Roma. Nacieron los zapatos cerrados y las
chinelas de cuero marrón oscuro o negro.

Entre los siglos VII al X el calzado occidental se transformó. Son célebres por su
elegancia los zapatos de Carlomagno. La Edad Media impuso nuevos derroteros.
Triunfa el zapato en punta curva, moda sorprendente por lo poco práctico que
resultaba, sobre todo cuando empezó a exagerarse.

Surgió el zapato de punta retorcida como distintivo de clase social: mientras más
centímetros medía la punta, mayor prestigio social denotaba quien lo calzaba. Se
llegó al absurdo, de modo que a menudo era imposible caminar con tales
artefactos, pero en vez de renunciar a tan absurdo aditamento lo que se hizo fue
sujetar la punta a la rodilla mediante una cadenita, aquella moda repercutía
negativamente en el rendimiento de los caballeros.

Una moda de origen español revolucionó el calzado a finales de la Edad Media: la


de los chapines, moda que triunfó en Venecia y Florencia donde hicieron furor los
zapatos de plataforma, de madera ligera forrados de tisú o cuero. Para caminar
sobre este zapato femenino se requería el apoyo de un galán o de una sirvienta;
las caídas eran peligrosas, y se vio gran número de mujeres tullidas por haber
caído de lo alto de sus chapines que alcanzaban los veinte centímetros de altura.

Pero en muchas ocasiones el calzado era fuente de problemas. Estrenarlos


suponía una tortura en una época en la que no existía la idea de zapato a medida.
En la Edad Media este trabajo se confiaba a un criado, encargado de llevar los
zapatos nuevos durante una temporada para que tomaran la forma del pie.
Además existía la idea de que estrenar algo nuevo era cosa plebeya, de mal
gusto.

Otro ciclo revolucionario en la historia del calzado se inicia en 1600 con la


resurrección del tacón, el tacón influyó en la forma de andar y transformó las
costumbres de vestir en el renacimiento porque modificaba la disposición del
cuerpo; lo realzaba. Se empezó añadiendo suelas de corcho, de cuero e incluso
de madera que dejaban casi vertical la superficie de apoyo de la planta del pie, a
la que añadieron un tacón más bien alto que iba estrechándose según alcanzaba
la superficie del suelo.
Cuando la bota se convirtió en pieza palaciega se constató que el tacón daba
prestancia a la figura, realzaba el porte y elevaba la estatura. El tacón desempeñó
función psicológica a partir del siglo XVII, en que comenzó a hacer furor en
Francia.

En la elegante Francia del XVIII se puso de moda lo que se llamó la fine fleur de
las damas de la Corte, moda consistente en caminar sobre zapatitos de estrechez
increíble, con los que apenas se podía avanzar unos cuantos metros antes de
dejarse caer sobre los suntuosos sillones.

La Revolución Francesa prohibió la peluca empolvada y los tacones como símbolo


de una época deplorable e impuso el zapato plano para todos. Pero el tacón no
tardó en resurgir de sus cenizas con Luis Felipe II, el Rey Ciudadano. El tacón alto
empezó entonces a ser patrimonio exclusivo de las mujeres hasta nuestros días.

2. LA EMPRESA
2.1. TIPO DE EMPRESA

Empresa dedicada a la producción de calzados para niños, que constara con


maquinaria especializada en cortes, costuras, pegado de suelas y pulidos.

2.2. MISION

Ofrecer el mejor calzado para niños mediante la innovación de los diseños, la


calidad de los productos y la satisfacción de los gustos y necesidades del cliente,
fomentando el crecimiento y desarrollo comercial de marcas infantiles.

2.3. VISION

Ser identificados como sinónimo de innovación, abrir nuevos mercados y obtener


una participación en estos, garantizando que los productos continúen bajo estricto
control de calidad y siempre cumpliendo con las expectativas de los clientes.
3. DESCRIPCION DEL PRODUCTO
3.1. LINEA DE CALZADOS DE NIÑA
3.1.1. DISEÑO 1

3.1.2. DISEÑO 2
3.2. LINEA DE CALZADOS DE NIÑO
3.2.1. DISEÑO 1

3.2.2. DISEÑO 2

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