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Con el surgimiento de la ciudad, aparecen y se consolidan dos tipos

ampliamente diferenciados de espacios urbanos: el abierto, apto para la vida


pública, llamado espacio público, espacio urbano, o espacio urbano público y,
el cerrado, privado, más íntimo, llamado espacio arquitectónico o espacio
urbano privado.

Esta clasificación es pautada por el grado de publicidad o privacidad con


que cultural, fisiológica y pragmáticamente se deban y se quieran realizar las
actividades urbanas, confiriendo a los usuarios menores o mayores niveles de
control del espacio.

Ambas categorías de espacios urbanos son entendidas y expresadas


como representantes del lleno y el vacío de la ciudad

Espacio Público

Para entender que se comprende como el espacio público, primero se


debe tener en claro los conceptos por separado de “espacio” y “publico” se
define como espacio a aquel lugar en el que está contenida la materia,
entiéndase como materia, cualquier objeto que ocupe una superficie. En un
sentido similar, espacio es la parte que ocupa un objeto sensible y la capacidad
de terreno o lugar.

Por otro lado, público, deriva de dos conceptos latinos: primero,


publicar, que significa hacer algo visible al pueblo y segundo, república, que se
refiere a “cosa del pueblo”. Por lo tanto, público se relaciona con todo aquello
que es libre y gratuito.

Es un adjetivo que hace referencia a aquel o aquello que resulta notorio,


manifiesto, patente, sabido o visto por todos. Público es aquello perteneciente a
toda la sociedad o común del pueblo, es decir, que están destinadas para el
uso o consumo de todos los ciudadanos que habitan o forman parte, de alguna
manera, de una nación.

Sabiendo esto, se entiende por espacio público al espacio de propiedad


pública, dominio y uso público. Es el lugar donde cualquier persona tiene el
derecho a circular en paz y armonía, ya sean espacios abiertos como plazas,
calles, parques, etc.; o cerrados como bibliotecas públicas, centros
comunitarios, etc.; donde el paso no puede ser restringido por criterios de
propiedad privada, y excepcionalmente por reserva gubernamental.

En estos espacios se integran diferentes dimensiones, pero casi todas


ellas relacionadas con un aspecto: “El lugar de la expresión y representación
social, civil y colectiva, el espacio democrático por excelencia, el espacio
común.

Asimismo como lo señalan Toussaint y Zimmermann (2001): "El espacio


público es un término polisémico que designa un espacio tanto metafórico
como material. Como espacio metafórico, el espacio público es sinónimo de
esfera pública o debate público. Como espacio físico, los espacios públicos a
veces corresponden a espacios de encuentro social e interacción,y a veces a
espacios geográficos abiertos al público.

Entendemos que para estos autores la principal característica que


califica a un espacio como público es la el desarrollo de interacción social en el
mismo. La apropiación del espacio por la sociedad lo convierte en si en público.
Otra cualidad que representa a un espacio público es la capacidad de dar
cuenta de la historia de la ciudad y su desarrollo.

Según Vivescas (1997) el espacio público tiene dimensiones físicas, sociales,


culturales y políticas. Es un lugar de relación y de identificación, de
manifestaciones políticas, de contacto entre la sociedad, de animación urbana,
a veces de expresión comunitaria. Además de funciones físicas, el espacio
público configura el ámbito para el despliegue de la imaginación y la
creatividad.

Por otra parte Segovia y Dascal (2000) Mencionan que la calidad del espacio
público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las
relaciones sociales que facilita, por su capacidad de acoger y mezclar distintos
grupos y comportamientos, y por su capacidad de estimular la identificación
simbólica, la expresión y la integración cultural.

Etienne Tassin señala que “además de su función de puesta en escena


de una sociedad en su diversidad, los espacios públicos figuraron siempre
como el espacio privilegiado del aprendizaje de la alteridad del individuo”.
Desde una perspectiva de lo colectivo. Ghorra-Gobin refuerza esta idea y
agrega que los espacios públicos permiten al individuo distanciarse de la
comunidad y aprender a reconocer las diferencias y semejanzas de los
mismos. Señala que los espacios públicos permiten conferir a los individuos el
sentimiento de una identidad posible, aunque esta identidad común sea
efímera.

Desde otro enfoque, una revisión de los orígenes del espacio público, en
el sentido de “esfera pública” que plantea Habermas, nos conduce al espacio
público como un producto social y urbano. Esto se asocia íntimamente con el
sentido de las ciudades, en donde el intercambio, el encuentro con el otro y la
co–presencia en anonimato son elementos fundamentales, y de algún modo
participan de su esencia.

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