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La siguiente historia es ficticia y contiene situaciones adultas, palabras que quizá en tu país sean
altisonantes y escenas que quizá en tu cochina imaginación sean demasiado explícitas, por lo que te
recomendamos evitar que los menores de edad y/o personas con mentalidad retrógrada y fanática
(incluyendo también, por razones discriminatorias a Rob Liefeld, los holandeses, los hinchas del Boca y
los fans de las Ardillitas Cristianas) tengan acceso a ella, a menos que necesites que un niño te explique
algo que no entiendas. Y si eres menor de edad, fíjate bien si nadie te está mirando antes de continuar la
lectura, ¡no seas tonto!

El idioma original en que fue escrita esta obra es español (con algunas secciones en inglés) y aunque los
autores trataron de usar un lenguaje fácilmente accesible a todos los latinoamericanos, incluye algunas
frases y palabras que quizá tengan un significado diferente fuera de México, por lo que, dentro de lo
posible, se tratará de aclarar las dudas que tuvieran los lectores a través de pequeñas notas al pie de cada
página.

Antes de continuar, en serio: niño, fíjate que nadie te esté mirando, o espérate a llegar a tu casa para
encerrarte en tu habitación a leer lo que sigue y por lo que mas quieras, ¡haz primero tus deberes
escolares y arregla tu habitación!

ATENTAMENTE:

TARQUINO (EL AUTOR)

elblogazodelcomic.blogspot.com.ar

magnificomics.blogspot.mx

www.facebook.com/pages/EL-BLOGAZO-DEL-COMIC/46161970842
EL MONSTRUO
INTERIOR
PARTE 1 DE 9

Por:

Dr. Tarquino Félix Flores

Imagen de El Magni cortesía de Esteban Espósito


El Magni ©Espósito 2012
AGRADECIMIENTOS
Tarquino quiere agradecer:

Primeramente a Dios, por todas sus bendiciones.

A mi novia Layla por su amor, paciencia y regaños y a Nina, nuestra hija


cachorrita que llena de amor perruno nuestras vidas.

A mi familia: mis padres (+), mis hermanos y hermana, tías y tíos, sobrinos y sobrinas, por
el amor y apoyo incondicional.

A Tony DePaul (incluyendo a su apreciable familia: Pam Smith DePaul y sus hijas) por
inspirarme con su trabajo para empezar a escribir mis propias historias.

A mis amigos: a los que tengo el gusto de conocer en persona y a los que solo conozco de
modo virtual.

A los administradores y personal del Blogazo del Comic y Magnificomics por creer en
este proyecto.

A mis amigos de: Mas Otaku Imposible, Otakus Sin Control, RockandRadio.net, Back
to Basics, La Fortaleza de la Soledad, Comics All Too Real, Black Comic y El Gato
Elías (en México, Perú, Argentina, Costa Rica, Chile, España y demás países donde se
encuentren) por su apoyo y amistad incondicional a toda prueba.

A todos los que luchan día a día para hacer un México mejor, libre de corrupción,
impunidad e injusticia.
Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas. Si dijeren: Ven con
nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre, Acechemos sin motivo al
inocente; Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un
abismo; Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos;
Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa, — Hijo mío, no andes en
camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, Porque sus pies corren hacia el mal,
Y van presurosos a derramar sangre.

(Proverbios 1:10-16)
CAPÍTULO I
Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida,
preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y
llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto
(Apocalipsis 18:6-7)

En un mundo diferente y a la vez, muy parecido al nuestro…

Ciudad de México. Sábado 8 de Febrero de 1997

Era una noche oscura y lluviosa. La gente corría para protegerse de las inclemencias del tiempo,
ignorando que ELLA volaba sobre ellos. Aunque alguno hubiera levantado la vista, las nubes
negras que desde la tarde cubrieron el cielo, y el aguacero incesante les hubieran impedido verla,
además el ruido del tráfico de la Ciudad de México era casi ensordecedor y distraía a los transeúntes
que buscaban llegar a su casa lo más pronto posible. Esa noche ocurriría algo nunca antes visto y
querían estar frente al televisor para ser testigos de ello; no sabían que algo aún más extraordinario
ocurriría esa misma noche allí, en la ciudad más poblada y peligrosa del planeta.

8:57 PM

Eran casi las 9:00 de la noche cuando sonó la alarma. Los ladrones habían sido descuidados,
alguno había dejado conectado un pequeño cable en la consola de controles y ahora tenían más prisa
por terminar el trabajo. Estaban en un noveno piso y aunque el edificio estaba completamente solo,
sabían que tendrían que tomar una ruta de escape alternativo que había sido cuidadosamente
planeada en caso de que llegara la policía. “Como si eso fuera a pasar precisamente hoy que todo
mundo estará pegado a la tele” había comentado uno de ellos cuando le explicaron las instrucciones.
Todos rieron excepto el líder, que se tomaba muy en serio su trabajo. “Dinero fácil” había dicho
uno de ellos. “Dinero rápido” corrigió el líder, quien solo sabía que un tipo les estaba pagando por
hacer un robo discreto en una caja fuerte, aparentemente era solo sacar y destruir unos documentos,
cosa que no era fácil en absoluto. Con el dinero que cobrarían (y del cual ya les había sido
adelantada una jugosa cantidad) se retirarían al paraíso en una playa en Baja California, frecuentada
por jovencitas gringas alcoholizadas que se desnudaban a la menor provocación1. Todo iba a pedir
de boca, la caja fuerte no había sido mayor obstáculo, y dentro de ella estaba el sobre cerrado con
los documentos que había que destruir. Los tres hombres se miraban, satisfechos, justo cuando sonó
la alarma y tomaron apresuradamente el contenido para huir. Corrieron hacia la azotea, desde donde
pasarían al edificio vecino, y de allí, al lote de estacionamiento que estaba en la esquina; después,
solo sería cosa de quemar los papeles y se dirigirían al punto de reunión.

-Señores, gracias por todo, fue un placer trabajar con ustedes, espero que disfruten su dinero.

1
Las famosas Spring Breakers, que viajan a las playas mexicanas en vacaciones de Semana Santa.
-¡No celebren antes de tiempo! –Dijo el líder, que los guiaba hasta la azotea- ¡Apenas va la mitad
del trabajo, aun hay que quemar esa mierda y cobrar el resto de nuestro dinero!

Los otros dos asintieron y subieron los pocos escalones que los separaban del techo. Cuando
abrieron la puerta, fueron recibidos por ella.

-¡Buenas noches, señores! –Dijo en español con un ligero acento extranjero- Les pediría que se
rindieran, pero tiene mucho que no me divierto, así que les daré oportunidad de que saquen sus
armas e intenten algo.

Los tres hombres se detuvieron, asustados al verla. Frente a ellos estaba Lady Warrioress, la
superheroína más famosa del mundo, ataviada con su inmaculado y ajustado traje blanco, que
dejaba adivinar las curvas de su atlético y voluptuoso cuerpo, su máscara que solo dejaba visibles
sus ojos azules (que los miraban fijamente) y su larga capa roja, que cubría sus hombros y su
espalda, que ondeada por el viento…una visión casi divina frente a los ojos de los ladrones.
Repuesto de la sorpresa, uno de ellos sacó su arma y disparó contra ella, que se movió más rápido
de lo que cualquier humano alcanzaría a ver y atrapó los tres disparos con una de sus manos
enguantadas.

-Ah, una .38 especial, ¡tenía años que no me disparaban con un juguete así! –dijo, mientras
examinaba los trocitos de plomo entre sus dedos enguantados- ¿Quien sigue?

Los otros dos sacaron sus armas: una .9 mm y una uzi, abriendo fuego contra la mujer, quien,
divertida, solo esquivó los disparos y con un rápido movimiento los golpeó. Los miró caer al suelo,
sangrantes y lanzó un suspiro de resignación al ver como el primer ladrón corría hacia el borde del
edificio, rumbo a la calle. ¿Se atrevería a lanzarse al vacío? No correría el riesgo de dejarlo escapar
o morir, así que flotando en el aire, se dirigió lentamente hacia él, que ya se asomaba nervioso hacia
abajo. Estaba a punto de alcanzarlo cuando de repente, la cabeza del sujeto estalló, desparramando
sus sesos a lo largo de los charcos de agua formados en el techo.

Ella sonrió. Había pensado que sería una noche aburrida pero se estaba poniendo más interesante.
Miró fijamente hacia el lugar desde donde habían disparado: un estacionamiento de varios pisos a
algunas cuadras de allí, donde alcanzó a ver la luz roja de un rayo láser y hasta donde llegó en
breves segundos, sin prisa. La lluvia seguía incesante, y en cuanto puso un pie en el edificio, se dejó
oír un trueno que rompía el ruido de los autos atapados en un embotellamiento. Lady Warrioress
estaba ansiosa de una pelea, tenía más de diez años que no había encontrado un rival digno, quizá
desde principios de los ochentas, cuando hizo equipo junto a los demás súper héroes para derrotar a
los mayores villanos del planeta. Flotando a escasos centímetros del piso, se movió a través de las
hileras de automóviles estacionados en el lugar mientras su larga capa arrastraba en el suelo,
buscando un rastro que seguir hacia el misterioso francotirador. “Sigue aquí” pensó ella mientras su
mirada analítica buscaba alguna pista. De repente, un ruido apenas perceptible, como de un
estornudo, llegó a sus oídos. Voló hacia el otro extremo del lugar, donde encontró unas huellas
húmedas que se dirigían hacia una esquina. “Se esconde detrás de esas camionetas” pensó mientras
ponía ambos pies en el suelo “Será cosa de asustarlo un poco antes de atraparlo, quizá romperle un
hueso o dos para divertirme”. Cerró sus ojos para concentrarse y detectó el sonido de la respiración
de alguien. Sonrió debajo de la máscara y usando una mano, empujó los automóviles uno contra
otro, para aplastarlos contra la pared. Nadie salió de allí, así que usó un poco más de fuerza y
aplastó los vehículos contra el muro, como si se tratase de un acordeón. “Creo que le romperé más
de un hueso con esto” pensó mientras empujaba más fuerte, escuchando el metal chillando mientras
se retorcía y aplastaba bajo la presión. Esperó varios segundos, hasta que vio un charco oscuro
surgir debajo de los autos. Se alegró, pensando que sería la sangre del asesino, pero se sintió
decepcionada al ver que solo era aceite de motor. Se acercó hacia la pared, y al inclinarse, siguió
escuchando la respiración de alguien….o algo, allí debajo. Con mucha facilidad, apartó los restos de
los autos de la pared y encontró en el suelo un pequeño aparato amarillo con la palabra “walkie-
talkie”, que era de donde provenía el sonido.

-¡Engañada por un juguete barato! ¡Pareces una novata, Lady! -La voz que escuchó detrás de ella le
parecía muy familiar- ¡Has cometido un error que te costará muy caro!

Lady Warrioress volteó y miró al hombre enfundado en una gabardina, usando unos jeans negros
y una camisa con la foto de un cantante de moda que la observaba sonriente, sosteniendo en una de
sus manos un pequeño radio (“De allí venía el sonido” dedujo ella) y en la otra un pequeño control
con una antena y un único botón.

-¡Tú! –Exclamó ella, sorprendida, sin distinguir bien quién era.

-Si…. ¡Yo, mi querida guerrera! –Se regocijó el sujeto al creer que ella lo había reconocido al
instante.- ¡Han sido varios años de espera, viviendo en este país olvidado de Dios, esperando este
momento, cuando tendré mi venganza! –Y al decir esto, oprimió el botón, y las lámparas del lugar
empezaron a parpadear, víctimas de un bajo voltaje.

-¡Oh! –Dijo la enmascarada- ¡Vas a matarme de miedo al apagar las luces! –Y al decir esto, saltó,
tratando de volar hacia el hombre, cayendo al piso estrepitosamente sin lograr elevarse por los aires.

-¿Que….que me pasa? –Exclamó ella, desconcertada.- ¡Mis poderes…..!

-Así es: ¡no tienes ninguno de tus poderes! –Gritó triunfal el sujeto vestido de negro, mientras
tiraba el control y el radio a un lado- En estos momentos no eres más que una mujer común y
corriente. Y aunque escapes de aquí, tardarás mucho en recuperarte al cien por ciento, así que,
aprovechemos el tiempo ¡y vamos a divertirnos, preciosa!

Sintiéndose vulnerable (una sensación casi olvidada para ella) se levantó y corrió hacia las
escaleras, pero su larga capa le estorbó y se tropezó, cayendo de rodillas al piso. Mientras se ponía
de pie y trataba de deshacerse de la larga tela roja, el hombre se le acercó por detrás para sujetarla
por el cuello, empujándola hacia el suelo con una saña inaudita. Después de propinarle varias
patadas para minar su resistencia, la jaló de una pierna, arrastrándola hacia el lugar donde estaban
los autos que ella misma había destruido hacía solo unos instantes, la puso de pie jalándola de la
capucha y la estrelló contra el parabrisas de una minivan, provocando que en su alba máscara
apareciera una mancha rojiza, signo inequívoco que al fin algo había podido herir su antes
invulnerable piel. Sintiendo que empezaba a ver rojo, instintivamente se llevó una mano a la cabeza
y no pudo evitar un grito al ver el líquido carmesí manchando sus dedos, mientras sentía como los
brazos del sujeto rodeaban su cuello para ahorcarla.
-¿Sabes una cosa? –Dijo el tipo en su oído, fingiendo amabilidad en su voz.- Hace muchos años,
cuando Mistic Blazer y yo quisimos secuestrar al Príncipe Charles de Inglaterra y nos derrotaste,
íbamos hablando de ti camino a la cárcel, apostando a si usabas o no ropa interior debajo de ese
traje tuyo tan ajustado…. ¡Es una lástima que el gordo no esté vivo para verme ganar la apuesta,
jajaja! Pero primero lo primero… –Le dijo con voz lujuriosa.- ¡Vamos a conocernos mejor!

Las palabras del sujeto hicieron que ella recordara por fin quien era él en realidad. Intentó librarse,
adivinando sus negras intenciones, pero su atacante ya era, en esos momentos, más fuerte y rápido
que ella. Sintió como las manos del tipo iban directo a su cara, y sabiendo que intentaría
desenmascararla, forcejeó para liberarse hasta que sintió el crujir de sus costillas debido a un
puñetazo del sujeto, que después la sujetó por las aberturas de los ojos de su capucha para no dejarla
caer, mientras ella gemía, a la vez que se encorvaba y se ponía lívida por el dolor que le causaba
ahora el simple hecho de respirar. El tipo soltó una carcajada mientras jalaba violentamente la
máscara de Lady, rasgándola después de varios intentos, dejando al descubierto gran parte de su
rostro ligeramente ensangrentado, así como algunos mechones de su rubia cabellera. Mientras ella
trataba inútilmente de proteger su identidad secreta, cubriéndose con las manos mientras gritaba, el
tipo la empujó contra el cofre de un auto y la sujetó de las manos para apreciar mejor su rostro.

-¡Vaya, vaya, vaya! ¡Si es nada más y nada menos que Laura Jones, la heredera británica
multimillonaria! –Dijo él, al reconocerla.- ¡No solo me voy a tirar a una súper heroína, sino también
a una celebridad! Jajaja! ¡Será una noche inolvidable! ¿No lo crees así, preciosa?

Gritó más del susto que del dolor, comprendiendo a lo que él se refería. Trató de escaparse
nuevamente, poniéndose de pie y avanzando unos cuantos pasos, pero él la detuvo jalándola
bruscamente de su capa, provocando que ella azotara contra el suelo de espaldas y después la
golpeó en el abdomen para sacarle el aire. Se inclinó sobre ella y la jaloneó bruscamente de las
mangas, pero al ver que la tela del traje era más resistente que la de la capucha, aprovechó que la
heroína aún no recuperaba el aliento para buscar una navaja en su bolsillo, usándola para abrir con
mucho trabajo una abertura entre las costuras a la altura del hombro derecho. Ella aún no se reponía
por completo, cuando sintió que la jaloneaban y escuchó el sonido de la tela que se rasgaba, dejando
al descubierto sus pechos desnudos. Escuchó la risa del hombre de negro mientras la acariciaba
obscenamente, y después sintió como la empujaba para voltearla, poniéndola boca abajo sobre el
sucio y grasoso suelo. El tipo nuevamente usó la navaja para romperle el traje, esta vez de la parte
posterior, dejando expuesta casi toda su desnudez. Desesperada, Lady Warrioress trató de cubrirse
el busto y la entrepierna con la capa, pero una patada en la cara la dejó inmóvil, quedándose tirada
en el suelo, a merced de su atacante.

-Bien, y ahora, ¡a divertirnos, preciosa! –Dijo, mientras se bajaba los pantalones.

Ella empezó a llorar mientras sentía las manos del tipo sujetándola fuertemente. Las risas
burlonas del hombre de negro, que ella había conocido de años atrás cuando era un aspirante a
supervillano le retumbaban en los oídos y le dolían en el orgullo. Cansada, golpeada, adolorida y
humillada, gritó al sentir su cuerpo invadido y su intimidad desgarrada mientras él mordía
violentamente su piel desnuda y saciaba con su cuerpo sus más bajos instintos. No supo cuando
terminó todo, pues mientras sentía un dolor que la partía a la mitad, todo a su alrededor empezó a
dar vueltas y a ponerse negro, como si poco a poco fueran apagando las luces.
10:37 PM

Esteban Rodríguez, Agente Especial de la UCE (Unidad de Crímenes Especiales, fuerza policial
fundada por el primer Presidente que no era del PRI2 apenas ocho años antes para actuar a nivel
capitalino, y ratificada con autoridad a nivel federal por su sucesor a principios del siguiente
sexenio) subió lenta y cautelosamente las escaleras, tratando de no hacer ruido. El procedimiento no
era nada nuevo para él, pero sentía algo extraño, una especie de presentimiento, que había
empezado a hacerse más fuerte desde el momento que puso un pie por primera vez en ese edificio.
Procedimiento estándar, claro está, para casos en los que la UCE se involucraba, como en el que en
esa fría y lluviosa noche le tocaba participar: intento de robo de material “políticamente-muy-
delicado” de la caja fuerte de una Oficina de Seguridad (donde al parecer había documentos sobre
una investigación de contratos federales fraudulentos de tres sexenios atrás) y un homicidio, al
parecer perpetrado por un francotirador, cuya víctima se encontraba a varias cuadras del oscuro
estacionamiento en que se encontraba.

“Les diré solo una cosa: cuando se trata de un delito, nada es poco importante, nadie hace
trabajos inútiles, trabajamos como una Unidad, nos movemos como una Unidad, pensamos como
una Unidad y eso es lo que somos: una Unidad, y para que les quede más claro, somos LA
UNIDAD, dependemos directamente del Presidente y del Secretario de Seguridad y los delitos que
investigamos son aquellos que afectan directamente al Supremo-Bienestar-de-la-Nación, ¿está
claro?” Mientras subía, se animaba a sí mismo recordando “el discurso” como el Comandante
Ferreira le gustaba llamarlo, la bienvenida de todos los agentes nuevos que tenían la suerte (¿o la
desdicha?) de caer en la UCE. Y allí estaba el, castigado por un error cometido hacía solo unos días,
enviado a hacer trabajos de poca importancia a menos de dos meses de conseguir la antigüedad
necesaria para ascender de agente a oficial de una unidad de élite reconocida y respetada a nivel
internacional después de salvar la vida de varios líderes mundiales en la ciudad de Caracas en 1991
cuando un loco (buscando eliminar al líder del Gobierno Cubano en el Exilio) había instalado una
serie de bombas en varios sitios del Paseo de los Próceres, que fue detenido a tiempo por el
Comandante Ferreira y un grupo de agentes civiles (aunque el mérito oficial fue para un pequeño
comando antiterrorista del ejército de ese país, comandado por el ahora presidente Chávez3, quien
tenía una gran amistad con Ferreira y lo invitaba cada año a pasar sus vacaciones en Venezuela)
además de ser una de las pocas unidades especializadas en toda Latinoamérica que tenían la
capacidad de investigar los llamados “Súper Crímenes” que tuvieron una escalada enorme en la
zona a principios de los 80’s, después de que (según la historia oficial) la mayoría de los
supervillanos habían sido derrotados por los superhéroes durante la llamada Gran Batalla, huyendo
los sobrevivientes a países en vías de desarrollo, lejos del alcance del Nuevo Gobierno Americano,
con una estricta política de mano dura contra el crimen.

Esteban sintió una sensación fría recorrer su espalda cuando llegó al último piso. Sintió como sus
manos sudaban mientras sostenían su arma, avanzó unos pasos en la oscuridad y fue entonces que
escuchó los sollozos. Lentamente llevó su mano izquierda hacia su costado para sacar su segunda

2
PRI: Partido Revolucionario Institucional. Partido político que ganó todas las elecciones presidenciales en
México por casi 70 años, en nuestro mundo, perdió su primera elección presidencial hasta el año 2000.
3
En este mundo alternativo, al parecer Hugo Chávez llegó a la presidencia venezolana mucho antes que en
el nuestro, y Cuba fue invadida con éxito por Estados Unidos en los 80’s.
arma (cargada, al igual que la primera, con balas especiales anti-armaduras) y rodeó el sitio de
dónde provenía el extraño sonido. Hacía años que uno de sus compañeros había sido sorprendido
por el sonido de un niño llorando y había avanzado descuidadamente hacia una trampa, de la cual a
duras penas él y su escuadrón habían salido vivos, así que se tomó todo el tiempo del mundo para
analizar la situación en completo silencio. Al avanzar unos pasos más, lo que vieron sus ojos a
través de los anteojos especiales para la oscuridad lo dejó sorprendido.

La mujer estaba tendida en el suelo, golpeada, ensangrentada y casi desnuda, a excepción de unos
cuantos jirones de tela que eran insuficientes para cubrir su cuerpo. A través de una especie de gorro
que traía en la cabeza, podía verse su rostro hinchado lleno de moretones y una de sus piernas
estaba girada grotescamente, dislocada en la rodilla y con probables fracturas. Esteban no lo pensó
dos veces y avanzó a checar los signos vitales de la mujer, quien al verlo reaccionó, tratando de
cubrirse con una larga tela roja en la que estaba recostada.

-Espere un momento, no se mueva –dijo Esteban mientras caballerosamente la cubría con la capa-
Llamaré ayuda, una ambulancia, ¿me entiende? Irá usted a un hospital donde….

-No…así no… –dijo ella, sujetando al joven agente del brazo- …no me pueden…ver así,
¡ayúdeme!

-La vamos a ayudar, no se preocupe. –Y diciendo esto, se llevó la mano al oído, donde tenía el
audífono del comunicador para activarlo.

-Espere, así no…. –Dijo ella una vez más.- Primero tengo que quitarme esto… –Gimió, mientras
torpemente trataba de librarse de los restos de su otrora impecable traje blanco.- Nadie puede verme
así, nadie debe saber que yo soy….que yo era…..-y empezó a llorar desconsoladamente.

Esteban la miró fijamente unos instantes. A pesar de los jirones que vestía la mujer, él ya había
reconocido el diseño de Lady Warrioress, algo que al parecer ella quería evitar, quizá para no
arriesgarse un escándalo o al escarnio público que atraería su situación. Cuidadosamente, para no
lastimar más su pierna lesionada, la despojó de las botas, guantes, mallas y demás restos de su traje
y capucha que aún vestía, dejándola completamente desnuda, cubriéndola inmediatamente con su
camisa, dándose cuenta del brazo fracturado y de la sangre que aún le brotaba de la entrepierna.
Rápidamente llevó los jirones de tela hacia un automóvil, para esconderlos debajo. Se llevó la
mano al oído izquierdo, activando su radio para pedir ayuda.

-Código Verde, Código Verde, aquí el Agente Especial Rodríguez, ¿me copia alguien? ¡Necesito
una línea segura! –Preguntó, usando la clave para pedir asistencia médica inmediata.

-Aquí unidad aérea 2, copiando fuerte y claro, agente. –Se escuchó la voz al otro lado de la línea.-
La línea es segura, agente…ambulancia y personal están listos. Reporte su ubicación, repito
¡Reporte su ubicación!

-¡Sexto piso del estacionamiento junto al edificio del Corporativo Huasteca. Hay una persona
herida de gravedad, sexo femenino, entre veinticinco y treinta años. ¡Aseguren el área!

-¡Copiado, agente! No se mueva del sitio. ¡Refuerzos en camino!


-La ayuda ya viene en camino, ¡resista! –Le dijo a la mujer después de apagar su radio mientras la
tomaba de la mano.

-Gracias…..no……no deje que…… nadie…..vea….el traje….

-¿Porque? ¿Quién es usted? –Preguntó para que ella no supiera que la había reconocido- ¿Qué
estaba haciendo aquí?

-Yo…yo….no…yo no soy….nadie…..-Y diciendo esto, perdió el conocimiento.


CAPÍTULO II
Desapareció de la hija de Sion toda su hermosura…. (Lamentaciones 1:6-a)

11:05 PM

Mientras la ambulancia arribaba al hospital, un grupo de agentes, incluyendo un grupo de la


afamada (aunque detestada por los agentes de la UCE) Policía Científica, revisaban el
estacionamiento meticulosamente. El agente Rodríguez subió nuevamente al sexto piso,
acompañado por el Comandante Ferreira4, guiándolo hasta el auto donde había guardado los restos
de la vestimenta de la mujer.

-¡Muy mal, Rodríguez! –Recriminó el Comandante mientras le arrebataba los jirones de tela- ¿Por
qué carajos escondes evidencia del crimen?

-¡Mi Comandante, no sé si ya se dio cuenta de quién es la ropa que usted tiene en sus manos! –
Comentó Esteban, sin perder la calma- ¿Se dio cuenta de cuantos fotógrafos había aquí abajo
cuando bajamos a la víctima? ¡Imagínese que alguno hubiera llegado a ver eso!

El Comandante Ferreira miró la tela cuidadosamente. La sostuvo con ambas manos, la extendió
frente a sí, y al darse cuenta de que se trataba, abrió los ojos desorbitadamente mientras volteaba
hacia donde estaban sus agentes para gritarles a todo pulmón:

-¡En la madre! ¡Rápido, alguien que me comunique con Chavarría! ¡Es para hoy!

11:13 PM

El Agente Especial Chavarría entró al hospital y discretamente se dirigió hasta la sala de


operaciones. Al verlo, uno de los médicos de guardia fue hacia él, amenazante, pero el agente
simplemente le mostró su identificación y el doctor asintió con la cabeza y lo llevó hasta una
habitación. Desde allí, a través de varias pantallas, contemplaron lo que ocurría en el quirófano.

-Jamás habíamos visto alguien así de golpeado, agente. –Dijo el médico, extendiéndole al agente
un expediente- Tiene hemorragias internas, fracturas en varias costillas, fractura de tibia y peroné
izquierdos, y también del húmero del mismo lado. Estamos esperando que encuentren a alguna
ginecóloga que venga a revisarla, porque presentaba hemorragia vaginal grave. En estos instantes
ya hay varios especialistas trabajando con ella, pero tardarán varias horas más…

-Gracias por el informe, doctor. –Contestó secamente el agente mientras leía.- Si fuera tan amable
de decirme quien le avisó a los buitres de la prensa que la Paciente venía para acá, se lo agradecería.

4
En México, un Comandante de la Policía es el oficial a cargo de un grupo de agentes en casi todas las
agencias. Solo en el ejército se manejan grados como los de sargento, teniente, etc.
-No lo sé señor…. Nuestro personal de seguridad los ha mantenido a raya hasta ahora, pero….

-¿A raya? ¡Por favor, no me haga reír! –Contestó el agente, con un tono molesto.- Si yo logré llegar
hasta acá sin mayor problema, y sin mostrarle a nadie mi identificación, hasta que me lo encontré a
usted, ¿cuantos de nuestros amigos de los medios no estarán por aquí?

-Usted dirá que hacer, señor agente.

-Bueno, médico, creo que debido la gravedad de las lesiones, la paciente requerirá ser trasladada a
otra institución, donde su seguridad y privacidad no se vean comprometidas como lo están aquí.

11:38 PM

La ambulancia salió del Hospital Santísimo Salvador escoltada por varias patrullas. Los
miembros de la prensa que aguardaban afuera (bajo la lluvia unos, resguardados en sus autos los
que más) desaparecieron como por arte de magia en la negra noche. Al llegar a su destino, el
Hospital San Pablo (uno de los más caros y exclusivos del país) ya estaban aguardando varios
miembros de la Policía Metropolitana, así como algunos agentes que a más de un reportero le
parecieron como si fueran del Estado Mayor Presidencial, quienes hicieron un cerco alrededor del
edificio, impidiendo la entrada de los periodistas y fotógrafos.

Mientras, el Comandante Ferreira y el agente Rodríguez llegaban hasta la sala de espera del
Hospital Santísimo Salvador, donde su compañero los esperaba. Después del saludo, el Agente
Especial Chavarría rendía su reporte.

-Con la novedad, mi Comandante5, conseguí que un paciente se fuera de voluntario al San Pablo,
bajo estrictas medidas de seguridad, y al seguirlo, la prensa despejó este hospital, dejando libre el
acceso para entrada y salida de nuestro personal.

-Bien hecho, Chavarría, sabía que podía confiar en usted… –lo felicitó el Comandante- …y si no es
indiscreción…. ¿Quién fue el voluntario?

-Una señora que estaba internada para una operación de la vesícula, hablé con ella y le pagué de mi
bolsillo la operación y su estadía en el San Pablo por una semana. Para cuando la prensa se dé
cuenta, será muy tarde.

El comandante sonrió satisfecho, gesto que fue imitado por los dos hombres. Chavarría no solo era
uno de los agentes más capaces, también era de los más inteligentes. Hacía unos años se había
sacado el premio mayor del Melate, por lo que el dinero ya no era problema para él (y su honradez
era, por lo tanto, a toda prueba) y lo que más admiraban la mayoría de sus compañeros era que su
trato hacia los demás no había cambiado en lo más mínimo a raíz de hacerse rico, y a su superior no
le molestaba que usara su dinero para facilitarse el trabajo. Mientras el Comandante leía

5
Igualmente, esta frase es muy usada por los policías mexicanos para rendir un reporte oral ante un
superior.
cuidadosamente el informe médico, Esteban (uno de sus mejores amigos) le explicó a señas que la
situación era complicada.

-Aquí ya no hay mucho que hacer, señores. –Dijo el Comandante, cerrando el expediente.

-¿Señor? –respondió Chavarría.

-La paciente está en la sala de operaciones y según esto, no saldrá sino dentro de varias horas, así
que mejor váyanse a dormir, y mañana repórtense aquí temprano, en ropa-de-civil, para darles más
instrucciones. Tapia y Benítez se quedan de guardia hasta que ustedes los releven en la mañana.

-¡Si, señor! –Contestaron ambos agentes antes de retirarse, dejando al Comandante preocupado,
pensando en el siguiente paso a tomar para resolver el problema que tenían entre manos.

Domingo 9 de Febrero de 1997.

12:20 AM

Esteban llegó muy cansado y con hambre a su pequeña casa, casi al otro lado de la ciudad.
“Chavarría se regresará a pasar la noche en algún hotel cerca del hospital, lo más seguro” pensó
mientras abría con cuidado la puerta para no hacer ruido “Me tendré que levantar muy temprano”.
Se asomó a la recámara y reconoció en la cama la silueta de Brenda, su esposa, quien ya estaba
dormida. Fue hasta el refrigerador y después de comer a la carrera dos piezas de pan dulce, bebió un
largo trago de leche directamente del envase (algo que su esposa odiaba que hiciera) y sin encender
la luz, se desnudó por completo para darse un baño. Después regresó a la recámara, para meterse
debajo de las gruesas colchas, acariciando a Brenda para ver si estaba despierta.

-Llegaste temprano… –Dijo medio dormida su esposa, que lo esperaba hasta la mañana siguiente.

-Me dijeron que tu esposito estaría fuera toda la noche y quise aprovechar… -Respondió él,
fingiendo una voz más grave, acariciando su cadera desnuda por debajo de la bata de dormir.

Casi al instante, la joven se volteó, asustada, mientras Esteban se reía traviesamente.

-¡Amor! ¿Porque haces eso? –Le gritó al reconocerlo.

-Perdón, ¡era solo una bromita! –Contestó Esteban, mientras colocaba su mano en uno de los
hombros de su mujer y se acercaba para besarla.- Me dejaron salir temprano, pero tengo que
regresar a las ocho de la mañana.

-Bueno, ¡ya duérmete, entonces! –Dijo ella muy seria, y se volvió a acostar, dándole la espalda.

Esteban no insistió, pues sabía que esa noche ya no haría el amor con su esposa. Lamentó haberle
hecho esa broma, pero después se reconfortó al pensar “Al fin y al cabo, mañana tengo que estar
temprano en el hospital, tener sexo me hubiera cansado más de lo debido”. Se acomodó en la cama,
y mientras repasaba mentalmente lo ocurrido desde que entrara al estacionamiento, se quedó
dormido.
7:45 AM

Chavarría ya estaba esperándolo en la cafetería del hospital. Iba vestido con unos jeans de
mezclilla desgastados, botas vaqueras (seguramente adquiridas en León, Guanajuato, pensó
Esteban), una camiseta blanca y una chamarra de piel negra. Esteban en cambio, prefirió llevar sus
viejos tenis para correr, su chamarra de la universidad, un jersey de la selección argentina de fútbol
(regalo de cumpleaños de su esposa en 19946) y el pantalón reglamentario. Se saludaron y pidieron
dos tazas de café. La luz del día que entraba a través de las enormes ventanas era insuficiente,
debido al clima lluvioso, que les parecía haber durado ya una eternidad. Bebieron (desayunaron) el
café rápidamente, mientras platicaban acerca de lo poco que habían descansado y de lo mucho que
les desagradaba trabajar en domingo, evitando Chavarría tocar el tema del castigo de su compañero.
Al terminar, pagaron, recogieron sus mochilas (donde traían guardados sus uniformes y armas) y se
fueron rumbo a la sala de espera, donde el Ferreira (también en ropa civil) los esperaba junto a otro
hombre.

-Buenos días. ¡Así me gusta, bien puntuales! –Los saludó el Comandante.

-¡Buenos días, señor! –contestaron ambos.

-Bueno, a lo que vamos, el señor aquí presente es el representante de la víctima que se encuentra
hospitalizada, a quien llamaremos “la Paciente X”, y a quien en ningún momento nos referiremos
por su nombre, ¿está claro? – Hizo una pausa y después de que los agentes asintieran, prosiguió,
mientras les guiñaba un ojo.- Anoche hablé con el Señor-Presidente-de-la-República –Ambos
agentes supieron de inmediato que Ferreira mentía, no a ellos sino al misterioso Hombre Gris.-
quien me pidió personalmente que cuidáramos la integridad y privacidad de la víctima, así que
ustedes estarán aquí las siguientes 12 horas, se turnarán con Benítez y Tapia y así para cuidarla
hasta que esté en condiciones de viajar, lo que será en….

-En diez, a más tardar catorce días según los médicos. –Habló por fin el hombre de elegante traje,
con un marcado acento británico.

-Después de eso, la Paciente rendirá su declaración7 y saldrá del país por su seguridad, pero
seguiremos investigando el caso. –Concluyó Ferreira, mirando fijamente al Hombre Gris.

Esteban y Chavarría asintieron y salieron de la sala, dejando a solas al Comandante y a su


acompañante. Camino a la habitación alcanzaron a oír que hablaban en inglés, lo cual solo aumentó
las sospechas de Esteban, quien solo esperaba el momento oportuno para compartirlas con su
compañero. Afuera de la habitación estaban otros dos hombres, también en ropa de civil. Uno,
Benítez, vistiendo un pants negro y con aspecto de ir saliendo del gimnasio, y el más joven, Tapia,
vestido a la moda juvenil, con pantalón holgado de mezclilla y una playera con el logo de una
marca deportiva.

-Venimos al relevo. –Dijo Chavarría- Nos vemos en la noche.


6
Según el autor, en este mundo paralelo, Argentina ganó tres mundiales al hilo: México ’86, Italia ’90 y
Australia ’94, por lo que son ellos, y no los brasileños, el equipo más popular a nivel mundial.
7
En México, la víctima de un crimen no rinde testimonio ante el juez, sino ante un Agente del Ministerio
Público, cargo parecido al de fiscal.
Sus compañeros asintieron y se fueron sin mirar atrás. Al parecer había sido una noche larga.
Entraron al cuarto, donde encontraron a la misteriosa paciente acostada en la cama, con varias
varillas de metal saliendo del yeso en su pierna, como si se tratase de un alfiletero humano.
Chavarría apartó su mirada, a pesar de su experiencia, aún no tenía estómago para ver escenas tan
dramáticas, y solo ante unos pocos de confianza (entre ellos, su compañero) se mostraba sin fingir
el trato austero y seco que lo caracterizaba en el trabajo.

-Vamos afuera. –Dijo Esteban, en voz baja, apenas audible debido al sonido rítmico de los
aparatos que mostraban los signos vitales de la mujer.- Aquí no hay mucho que hacer.

Su compañero asintió y salieron del cuarto. Una vez afuera, se sentaron en las sillas que estaban en
el pasillo, y mientras Esteban sacaba su viejo Game Boy para jugar al Tetris, Chavarría le preguntó:

-¿Qué sabes de la dichosa paciente?

-No mucho. –Contestó Esteban, mientras iniciaba una partida- ¿Si supiste del muertito de la azotea
del Edificio Benavides, verdad? Anoche hubo un intento de robo en una oficina federal, se hizo un
cerco policial para buscar a los delincuentes y durante una revisión de rutina en un estacionamiento
a siete cuadras de allí, me la encontré…y según creo, puede identificar al francotirador que nos dejó
el susodicho muertito, que debe ser el mismo que la dejó así.

-¿Qué saben de la identidad del muerto?

-Ladrón profesional, antecedentes por entrar a las bóvedas de los bancos fuera del horario de
servicio a fines de los setentas y principios de los ochentas, lo identificamos con las huellas
digitales, no traía ninguna identificación encima. Sus cómplices están detenidos en una casa de
seguridad de la PGR rumbo a Toluca, quizá a esta hora el Comandante ya tenga más información.

-¿Y tú que piensas?

-Si quieres saberlo, pienso que nos acabamos de meter en un problemón. ¡Nos va a cargar el
payaso8 si no tenemos cuidado!

Ambos agentes se quedaron en silencio. Había algo que incomodaba a Chavarría, pero no se
animaba a decirlo, discreto hasta el final, incapaz de interrogar groseramente a uno de sus mejores
amigos y compañero de no pocas peripecias a lo largo de su carrera como Agente Especial. Fue
Esteban quien acabó con el incómodo silencio, apartando la mirada de la pantalla del videojuego,
casi adivinando el pensamiento de su compañero:

-¿Quieres que te diga quien creo que es la Paciente?

-Tengo esa curiosidad, no puedo negarlo.

-Creo que es una superheroína.

-¿De las que vuelan y usan trajecitos de colores con capitas? –Preguntó sarcástico Chavarría.

8
Frase que se usa para indicar que alguien se encuentra en problemas de los cuales no saldrá bien librado.
-Bueno, esta si vuela, pero su trajecito casi siempre es blanco…

Se quedó en silencio nuevamente, sorprendido. Trató de decir algo, pero las palabras no alcanzaron
a salir de su boca. “Creo que debí tener más tacto al decírselo” pensó Esteban “ahora a ver que
reacción tiene”.

-¿El Comandante lo sabe? –Preguntó Chavarría, con tono de preocupación.

-Desde anoche. Después que se la llevó la ambulancia le di al Comandante el traje que ella usaba.

-¿Y cómo fue que ella acabó sin su disfraz?

-La encontré semidesnuda, su ropa estaba toda desgarrada, seguramente la violaron… Ella insistió
en quitarse los restos del traje para evitar que la reconocieran. Ya sabes, si se llega a saber esto allá
en Europa o en Estados Unidos, podría causar un incidente internacional….

-Más bien, ella tenía vergüenza de que la fueran a ver así, derrotada y humillada. –Dedujo
Chavarría.

-Puede ser…. en fin, los servicios médicos la trajeron para acá y en cuanto llegó el Comandante, le
entregué los restos del traje que había escondido después de quitárselos. No se cómo pudo llegar la
prensa tan rápido, hasta parece que ya sabían que algo iba a pasar exactamente allí.

-Es raro, como tú dices… Más que nada porque anoche era la llegada a Marte, pensé que todos
estarían en casa viéndolo en la TV.

-¿Crees que si él se entera, es capaz de botar la misión y regresar?

-Esteban: anoche desnudaste a una hermosa súper heroína y tu esposa no te mató…. ¿crees que aun
queda algo imposible?

9:00 AM

El Comandante Ferreira estaba nervioso. Estaba a punto de romper con la cadena de mando, y
sabía que eso podía significar el fin de su carrera. Mientras el elevador ascendía, repasó
mentalmente lo que iba a decir, metió la mano en el bolsillo de su chamarra y tocó el disco
compacto en el que llevaba la información. Al fin, la puerta del aparato se abrió y dos agentes
civiles lo saludaron y escoltaron hasta la entrada de la oficina, donde otro individuo, un agente del
recientemente creado Servicio Especial, le abrió la puerta. La mujer de edad avanzada que lo
esperaba (la única funcionaria de su nivel que trabajaba los domingos) dejó de lado un montón de
documentos que había estado leyendo con atención.

-Señora Secretaria, buenos días. Disculpe usted que la venga a molestar….

-No es ninguna molestia, Ferreira. –Contestó la mujer con una voz amable y pausada- Aunque es
muy raro que alguien venga a visitarme al trabajo un domingo en la mañana. Dígame ¿trae
información importante? Se le escuchaba muy nervioso en el teléfono.
-Señora, anoche ocurrieron una serie de eventos muy graves, en este disco viene todo al respecto,
es una copia única que se hizo para usted. –Y diciendo esto, sacó de su bolsillo el disco compacto y
lo dejó sobre el escritorio.

La mujer observó el disco durante unos segundos, lo tomó y lo sacó del empaque. Lo miró por
ambos lados, dándose cuenta que no estaba rotulado, y después, lo introdujo en el lector de la
computadora.

-Mientras esperamos a que esto inicie, ¿no gusta un cafecito, Ferreira?

-No se moleste, señora.

No había acabado de hablar cuando la máquina emitió un sonido y ambos miraron las imágenes que
empezaron a aparecer en la pantalla. La mujer, que hasta ese entonces se mostraba calmada y seria,
no pudo evitar un gesto de asombro al mirarlas.

9:25 AM

La primera mujer que llegaba al cargo de Secretaria de Gobernación9 en México colgó el teléfono.
Meditó unos instantes, como pensando en que palabras usar para dirigirse al Comandante Ferreira,
quien se mostraba fiel a su carácter serio y adusto, mientras lo miraba fijamente. Acababa de tener
una corta charla con el Presidente de la República, quien se encontraba de gira en el extranjero.

-Estamos en una situación que podría causar muchos problemas a nivel diplomático, Ferreira. –
Dijo ella, retomando su modo de hablar amable.

-Lo sé, señora. Los mejores agentes han sido asignados al caso. Desde anoche hemos….

-Perdone usted, pero esto es algo que va mucho más allá de la capacidad no solo de su grupo, sino
de todos nosotros….

-¿Qué es lo que haremos, entonces? –Preguntó Ferreira, preocupado.

-El Señor Presidente continuará su gira en Europa10, y regresará hasta la semana entrante. Me ha
pedido que haga todo lo que esté a mi alcance para proteger el Supremo-Bienestar-de-la-Nación en
su ausencia, y es lo mismo que le pido a usted que haga.

-Lo que usted ordene, eso se hará, señora.

La Secretaria de Gobernación se puso de pie y caminó hasta la enorme ventana de su oficina,


abriendo la persiana para observar unos instantes el cielo nublado que cubría la ciudad. A pesar de
su edad, su presencia imponía respeto, no solo por su autoridad política, sino por su carácter recio,

9
Ministro del Interior. Uno de los puestos de más alta autoridad en México, después del Presidente de la
República y del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
10
En este mundo, aunque el Muro de Berlín cayó, la Unión Soviética sigue en pie, y aún quedan varios países
comunistas en el Este de Europa.
cuando tenía que serlo, forjado durante varias décadas de resistencia civil y lucha por los derechos
humanos, que la habían hecho acreedora a un premio Nobel de la Paz hacía solo un par de años.

-No me gusta que las cosas se hagan así, Ferreira. –Dijo con cierta melancolía en su voz- No me
gusta para nada que las cosas se hagan por debajo del agua, pero lo último que el país necesita es
que estos extranjeros súper-poderosos que se creen por encima de nuestras leyes vengan a meter su
cuchara en nuestros asuntos…

-Estoy de acuerdo con eso, Señora. Usted ordene, y nosotros actuaremos.

-Esa mujer debe regresar a su país de inmediato.

-Señora, vio las imágenes y leyó el reporte médico. No pueden moverla ni para cambiarla de cama
por al menos una semana.

-En su condición actual, no. Haré algunas llamadas, usted no se preocupe. –La mujer se sentó
nuevamente detrás de su escritorio y el Comandante se puso de pie, dispuesto a retirarse, cuando la
Secretaria le dijo, como si acabara de recordar.- ¡Ah, Ferreira!

-¿Si, señora?

-Gracias por avisarme primero acerca de esto. Le garantizo que el Secretario de Seguridad no
tomará a mal que no se le haya tenido en cuenta.

-Gracias, señora. Sabe que aprecio mucho su confianza. -Le extendió la mano para saludarla y se
retiró, dejando a la mujer buscando algún dato en una enorme libreta con direcciones y teléfonos.

10:40 AM

Mientras Esteban leía detenidamente el resultado de los análisis practicados a la “Paciente X” y el


reporte interno del operativo realizado la noche anterior, Chavarría aguardaba en silencio su turno
mientras jugaba con el videojuego de su amigo.

-No sé cómo puedes perder tu tiempo con esta cosa. –Dijo al fin- Llevo apenas diez minutos y ya
me aburrió. Si de perdido trajera algún juego de futbol…

-En cuanto le halles el modo, te volverás adicto, te lo aseguro. -Respondió Esteban.

Nuevamente quedaron en silencio, solo se escuchaban los pasos lejanos de las enfermeras y el
personal del hospital, el sonido rítmico de algunos aparatos médicos y la repetitiva música
electrónica del aparato que Chavarría sostenía entre sus manos.

-¡Nada! –Exclamó Esteban después de leer la última hoja del informe- ¡Absolutamente nada!

-Déjame leerlo. –Dijo Chavarría estirando la mano- A veces hay que leer entre líneas, no soy
Tapia, pero algo he de encontrar.
Esteban le dio el expediente y tomó su Gameboy. Inició una partida nueva mientras su compañero
leía atentamente el expediente. Sabía que su compañero era un lector más analítico que él. “No ha
llegado hasta donde está solo por su encanto con las mujeres” pensó mientras movía hábilmente las
piezas del Tetris en la pantalla de su aparato.

-¿No que no había nada? –Dijo Chavarría en tono triunfal- ¡Mira, lee esto y dime si no es nada!

Esteban apagó de mala gana su videojuego y tomó el documento. Leyó las líneas que su compañero
le indicaba y abrió los ojos, sorprendido. Había pasado por alto un detalle muy pequeño,
insignificante en cualquier otra situación, pero dadas las circunstancias, podría ser algo importante.

-La energía eléctrica… ¡No fue una falla de Luz y Fuerza11!

-No. Por lo que veo, alguien usó mucha corriente eléctrica para conectar algún aparatito por allí.
Quizá eso explique cómo es que nuestra Amiga-Casi-Invulnerable fue dejada en estas condiciones.

-¿Aparatito, dices?

-¡Seamos realistas, Rodríguez! No creo que haya sido una pistola de agua la que la haya dejado así.
Tuvo que ser atacada con algún arma o equipo, quizá una armadura o traje de alta tecnología capaz
de ser transportado por una o dos personas, tal vez en una camioneta o minivan. Si hubiera sido un
aparato más grande, el o los atacantes no hubieran podido llevárselo del lugar fácilmente, y
hubieran preferido destruirlo, como en el caso de Matamoros.

Esteban recapacitó un instante. Recordaba el Incidente Matamoros, uno de los menos mencionados
por la opinión pública, pero no por eso de los menos importantes. En 1987, ex militares
norteamericanos (equipados con armamento experimental de alta tecnología) entraron al consulado
de su país en la fronteriza ciudad de Matamoros, Tamaulipas para secuestrar al personal y protestar
por la reducción del presupuesto armamentista de su gobierno. Maniatados al estar las relaciones
con México en una etapa delicada, no le quedó otra opción al gobierno gringo que enviar a un grupo
operativo encubierto a intentar recuperar las instalaciones, con resultados fatales. 28 muertos y casi
una centena de heridos por la explosión de una pequeña bomba, usada por los secuestradores para
evitar que su tecnología más “secreta” cayera en manos de gente no anglosajona. Mientras que
Miguel de la Madrid se preparaba para justificar la actividad militar extranjera en suelo nacional,
muchos la criticaron, entre ellos el que sería electo Presidente de México en 1988. Casi diez años
después la herencia del Incidente Matamoros aún se dejaba sentir en las relaciones bilaterales entre
el Nuevo Régimen de los Estados Unidos y el Gobierno Mexicano.

-Deberíamos ir a buscar ese equipo, ¿no crees? –Chavarría se notaba ligeramente ansioso.

-Para estas horas ya deben de habérselo llevado, si no es que desde anoche. Los tarados de la
Policía Científica “aseguraron” el lugar y no consideraron necesario que dejáramos vigilancia.

11
Luz y Fuerza del Centro era una empresa paraestatal que brindaba servicio de energía eléctrica al Distrito
Federal (Cd. De México) su área metropolitana y algunos estados del centro del país. En nuestro mundo, fue
ilegalmente liquidada por un decreto presidencial anticonstitucional hace un par de años.
-¡Como odio a esos nerds! –Exclamó Chavarría, recordando cuantas veces no había tenido que
discutir con ellos.- Entonces, ¿qué crees que haya que hacer?

-Por lo pronto: pedirle permiso al Comandante para ir a revisar el lugar. –Dijo Esteban, mientras
guardaba el Gameboy.- Y cuando regresemos, ver si de milagro ya despertó la paciente para
interrogarla. Quiero saber exactamente que es lo que pasó anoche.

CONTINUARÁ…

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