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HACIA UN SISTEIVIA PROCESAL UNITARIO:

, LEL FIN DE LA SUPERSTICIÓN DE T"AS


CO¡MICIO}TES DD LA ACCIÓN?

LUí§ EDUARDO MADARIACA CONOORI


Cacedrárico en Prá«ica Forense Civil.
Facultad de Derecho de la Universidad Nacio-
nal cle San Agusrfn de Areqrripa,
Esrudios de Maestría en Derectro Consrrttrcio.
nal y Ttrrela Jurisdiccional.
Docto¡arlo de la Bcuel¡ de Posr Craclo de l¡
UNSrl.
Juez Tirular de la Cortc Superior deJrrsricia de
Arequipa.

.En esra obra, he reelizado. el incento cle poner en ctaro alguno de esos aona.pro, funclamen-
rales. La rarea principal consinÍa en desechar una reorfa equ¡vocada y falseadora de todo el
¡isrem¡ procesal civil. por crlpa de la cuúl es¡uvicron aquellos rorelmente ocultos hasta hoy,
. OscorVon Euldw
{Prólogo a 5u obra: La ¡eoria de las excepciones procesales y los presupucstos procesales.
tJ
(r¡ craduccíón de Miguel Angel Rosas Lichstchein. EJEA, Euenos Aires. 1964, p. XV)

SuruR¡o: l.lnroducción.2. Elsistema dualde la doccrini clásicar los presupuesros.procesales


y las condlciones de la acción.3. La auronomía del derecho de acción cn la Escuef a Proce s¡l
Alemana. 4. Las condiciones de la acción en la Escuele Proce¡¡l kalia¡ra. 5. El derecho de
acción co¡no derccho consdrucional. 6. La inuríliclad dcl sistema dual clásico. 7. Nuescr.t
propuesca: Elsisrcma procesal unitario. 8. Reflerión final.

1. Introducción:
La promulgación del Códlgo Procesal Civit ügente desde el 2[i
de Julio de 1993 ha signlftcado un cambio cualitaüvo en la con-
cepción del proceso y de Ia forma como se debe irlpartir Jurstrcil
en nuestro pais, abandonando -por lo menos formalmente- Lrni,r
concepción procedlrnentalista que se habia plasmado en.el vtejo -y
arlacrónlco Códlgo de Procedlmientos Civiles. eI mismo que icleo-
lógicamente se rernontaba a 1881. condenándonos a una firlsel'i;:l
deJusticia. Sin embargo, pese a la dación del nuevo ordenamient(,
procesal, el procedfmentallsmo aún sobrevlve en nuestros dÍa.i
vive en ei lnconsciedte de quienes sólo aplican la nonrra prlvrlc-
giando la forma sobre la sus[ancia. de qulenes se limttan a repetir'
Lurs-&ou.rnDo MTDABIAGA CoNDont . Tru¡s ou Dpnrcxo Pnocese¿ Punu,r¡ro 275
274

Ja r:orma antes que a interpretarla. de quienes enseñan los ritos Le tal concepctón no lra sido pac[ficamcnte aceptada. En efecto.
p:'oc€dimentales po§tergando a las instituci.ones procesales. desde que en 1868 Oskar Von Biilow constt\ryó la teoría de los
presupuestos procesales (tomando ert cuenta la idea fundarnental
.En estas condiciones. el Código Procesal Clvll aún §e enfrenta vtslumbrada por }fegel y mencionada por Bcttrman-I{ollwe§}.
¿t rina ideolo$a clecimonónica qüe se creia superada, generando conceptuándolos corrro .los elementos consütutivos de la relactón
urna serie de disfuncfo¡:alidades procesales que conspirari serÍa- juridica procesal,, cle tal rnanera que run defecto en cualqúera de
nrente co¡:tra los fines concreto y abstracto del procoso clvil. En ellos impedlria eI surglr del procesorz. y hasta casl ocho décadas
ese contocto. los operadores del cterecho (en especial los operado- atrás. han surgtd; iruportar¡tes voces opositores a la concepción
r-r:s jurisdiccior¡ales) tenemos un deber éücoy unafunciÓn doeen' de Bülow. entre ellas la posición de James Goldsch.midt, quien
r.r' ür1 la consolidació¡ del procesalismo cientÍfico en nuesiro Pais.
al publicar sr-r teorÍa sobre eI proceso como sltuaclóir juridica en
rlu est¿r manera estaremos conlribuyendo a materiallzar el dere' 1925 nlega radicalmente la ocistencia de la relación procesal y la
r:lro a una auténüca tutelajurisdiccional. En e§ta perspecüva, el considera tnclüso un concepto de absoluta tnuulidad cientÍfi.ca.
terlra que abordaulos se inserta en el contexto del.Derecho Juris- Pese a tales cuestionaml,entos. los presUpuestos procesales han
clir:cional Publictsta. postulando un slstema procesal unttario, sobrevlvido en el tfempo y hoy Justifican su extsteucla, aceptán-
eüandonando la concepclón tradicional de las rcordiciones.de la dose conro tales a la competeneia delJuee, [a capacldad procesai
itcciónr. pues consideramos qLre tales ¡condleionesr no justifican de ias partes y log requlsltos de Ia dernanda.
su existencia, desnaturalizando la unidad dá Ststema procesal.
Bn efecto, a la ]uz del procesalismo cien'trfico, confrontando 2.2.Las Con«ticiorres d,e Ia accfón:
Jr
lcts teorias procesales civües con los más recientes desarrollos del La doctrina es confusa al definir las ,condfciones cle la acción,
D,:recho Constitucional y Procesal Consütucional, llegamos a la sln embargo, uno de sus prlmeros defensores fue ei profesor ita
t-)
o\ convlcción de reconstruir algunas insütuciones proceqales, pos- liano §iuseppe Chiovenda, qulen señala que las condicl.ones dr
tulando una concepclón cohere¡ite con los prtncipios constitucio- Ia acctón son aqrrellas condictones necesarlas Para obtener un¡
nates; después de todo; el Derecho Procesal Clvil.no es sino la ¡esoluclón favorable, d.isting§iéndola d,e los presuPuestos pro
cclncreción de tales postulados superiores, por lo que en el terna cesalcs; en efecto, congldera que .sou las condlciones nece§aria
rlr ¡e nos ocupa ya no resulla postble sostener la vÍgencla de una para gue se consiga un pronunciamiento cualqutera, favorable
rr¡rrcepción que no tiene mayor utilldad I por. el contrario, en su desfavorable, sobre la dernandar; es declr. para el nraestr
csr'rrclár contravle¡re aJ derecho de acción, que resulta fundamen- Chlo'rtnda las condiclones cle la acción son los requisllos nece§e
trrl para Que todo ser humano acceda aI sistema deJusticia. rtos para que Ia deu:¡anda sea esümada en la ',':.entencia3. esta ¡ui¡
ma concepclón es compartlda por §atta, c;';irin.aflrma Que .la
2. Pl sisüema dual de la doctrina clásicai 'condiclones de la acción son aquellas requeridas para ol¡[ener l
La validez deL proceso se explica a partlr de un conjunto de proviáencia favorable. . r{. Para esta concepción, gcneralmente tft
.

rerluisitos. los mismos que han sido elaborados por la doctrtna son las conüciones: la voh¡ntad cte Ia ley, Ia legftirntdad para obra
clisicá en un slstema que denorninamos como .dualr, y que con- y el tnterés para obrar, aún cua¡rdo tampoco exlste trntformtd¿
;l;-te en la dis§nción entre los presupuestos procesales y las cort- en este erctremo.
;liciones de ia acción. Vea¡nos como se entleude clásfcamente a
llJes institutos procesa.les: I itrrnruy G{tvca ¡lr¡i¡n F.: f¡.m¡t dC PmcC¡o Clvll. Llbrc¡.i:r §trrdlutrt EdlCtOncy. Unr¡r - Prnl, I§67
lOit.
2.1. Los presupuestos procesales: ¿ E¡¡
,rr frrrtolo llt¡ro: Lt tcor{r da 1¡¡ Éxscpctur¡c¡r pruccrd* ¡' lar ¡rrcsupucoto¡ proca¡nlc$. lredttcc
dc Mtguel Angcl Ro¡a¡ Llcl¡uebcl¡r. Bu¿ns¡ AfrG§. t96{. ÁrEA. 9. t.
Aún cuando actual¡nente se acepta que los presupuestos pro- , Clrlovsrrdt Oltrtppc; trrtllluct§¡rts d¿ plr?cho Pro't¡at Clull. Éd. RcvlGl¡ üc Dercchr¡ I'rlvntto' I
ccsales son los requisilos o eleruentbs esenciales o necesarios para drld. l0{4. pp.70-71. . .
I Srltu. §rlvot¡¡nl M¡r¡rrrat dr: Doccho Prsca¡¡l Cl$!, Erllrlunc¡ Ll&l. Bucnor Al¡'ts. 19? l: p. l2t
la existencla de una ¡'elaciónJurÍdica procesal válidar, tniclah¡ar-
276 Luts Eouen¡o lVfr¡e¡rrcr Co¡mont tu*," »g l)s¡ucao Pnoces*r. P¡nurr¡.ro 277

3. La autonornía del derecho de acción en la Escuela Procesal se resume en la slguiente idea: Sólo st concurren las condfclones
Aiema¡a: puede considerarse srdstente la acción. y surge para el juez lu
necesldad de acoger la pretenslón favorablemente. Obsérvese qur
La co¡rcepción publicÍsüca de Von Bulüw sobre los presupues-
esta concepción sfgniflca un retroceso htstórico en la concepclótr
tos procesales y la relación juridica procesal, tamblén determtna
de la autonomía de la acción; pues si a partir de 1868 la escuela
que Ia accfón tenga naturaleza publtcÍstica, vinculando al deman-
alemana postulaba la autonomÍa de Ia acclón, con posterlortdacl
dante con el Estado, reconociendo incluso que la acclón es ebs- ia escuela ltaltana niega tal autonomia y crea la teorÍa de las cou-
tracta; obsárvese que en la concepclón de Von Bulów no'eldsüan cliclones de Ia acctón. Desde entonees y hasta la actualidad se
las condiclones de la acción. Esi:a tésls postulada desde 1868 re- . sostiene un slstema dual [presupuestos. procesales y concliclones
sulta la piedra angular a parü,r de Ia cual se va¡i a desarrollar las de.la acclón).
teorÍas posterlóres sostenidas por Kiihler y Degenkolb, hasta lle-
gar a nuestros dias. recorroclendo sus caracterÍstLcas de ser un. 5. El derecho de acclón como derecho constitucional:
derecho subJetivo, público. autónomo y abstracto.
§ür embargo, esta concepción dualista dp los presupuesio"
Es lrnportante destacar que. estas caracterÍsticas del derecho procesales y de las condiclones de la acción, elaborada por Ia doc-
le acclón se rnantlenen vigentes hasta 1a actualldad, y preeisa- tri¡ra procesal cLáslca, no se conüic.e con los avarlees contem-
mente por tales caracterÍsticas se sosüene que la acción no tlene poráneos del.Derecho Constltuclonal, donde se reconoce que cl
:ondlciones, o en su caso, que las rnal denourinadas ¡conüciones derecho d,e acclón es un cierecho hu¡rrá.no a.la justicia. tal coüD
Je la acctón, en realdad no condtcionan a [a acción, pues stguiendo lo postula el profesor mexicano Héctor Fix Zamudio?. En'est:r
N)
lncluso las enseñanzas de álcall Zernore el derecho de acclón ya misma perspectlva, el profesor Juan lvIonroy.GlLvez sostlene que.
\¡ no se ubica en el Derecho Procesal sino en el Defecho Constltu- rel derecho d.e accíón es aquel d.erecho de r.aturo,lezrr cons-
clonal. titucíonal, inherente atodo sujeto <rLctlarrto expresión esen-
tL. Las cond.iclones d.e la acción en la Escuela Procesal ltatia- cial de este- que loJacutta a exígír'o,l §stado tutelajurisdic-
nai eional parb" un caso concreto»0.
La'concepción de Von Bülow fue duramente crlticada por el En consecuencia, desde una óptfca constttucional, resulta er:i-
dente que un derecho tan trascenclente como en efecto es Ia ac-
rrslgne profesor Giuseppe Chiovenda, quien ntega eI carácter abs.
ción. o si se prefiere eomo la ercpreslón o rnanifestacfón del dere-
racto de Ia acción y su autonomÍa. postulancto que la acción tie-
cho ala tutelajurisdiccional efectiva, no puede aceptarse que ten-
re condlclones fia legitimidad para obrar. el i¡rterés para obrar 1'
ga condiciones para su eJerciclo, en tanto que la legitimidad para
a voluntad de la ley) concibiéndolas como .aquellas condiclones
obrar. y el interés para obrar no condlclonan eI ejereicio váli.
.

]ecesarias para obtener una resoluclón.favorable', distlnguiár-


do de la acción, sino determinan la eficacla d,e Ia pretensión.
lola de los presupuestos procesales y dellniendo a éstos últtmos pues sólo si.el jusücÍable se encueirtra legÍtimado y tiene nnr,r
:omo ,Ias condlciones necesarias para que se consiga urr pronun-
necesldad aetual de tutela, podrá deduclr eficazrnente su preten-
:Íamiento cualquiera. favorable o desfavorable, sobré la demar:-
sión.
1a.6. Incluso algunos como Liebman sostienen que las condfcio-
res de Ia acctón [tnterés para accionar y legltirnación] son los re- Obsérvese que a partir de un ar¡áItsfs estructlrral de los el,.'.
luisltos de la exlstencia de la acción8. mentos del derecho de acclón. podemos advertü'que,'el obJeto dr
La ccrncepción cblovendiana sobre las condlclones de Ia acción
Ia acción es poner en movimiento eI órgano jurtsdiccional.
pero no tiene por objeto lograr u¡ra sentencia de mérito (favo-
Cltt.^'crr.{¡r. Olttsgpp6, l,r$tf tu(lo¡1ct dc Dcrccho Proccsol Ctt,tL Ed. Rcvtite dc Ocrecl¡o P¡lt'adu. Mx. t En: EJcrctclo dc lr3 l{rrrnÉtir3 con¡u(üctor¡l¿r ¡obrt le cftc¡cl¡ dol procc¡ar prcrcntado q¡1 t¡¡,
rfd. l9r§. pfr-74-71. r.rl
Jonradri lbcroarnerlcf,,rrr da Dcrccho Procc!¡|. ¡,roll¡¡dr cn i{edrld, Erprrl¡. t985. p. 13.
Uebr¡r¡¡rr. Errrlcu Tulllo; ¡lAnu¡rt de Drrcrho Proccsal Ctyfl. Edtc¡arrtr Jur(dlca¡ Errro¡rn A¡r¡ér{r.a. t lntrod§ccló¡¡ rl Proc¿¡o Clrtl. T6ña l, Édttorl¡l Tcrnl¡ S.A 1996. §¡ntr Fa dc §ogbtt. p. 7,7 l.
rltr¡'cr Gnlllcot l,c¡.rcoü¡r. Br¡cno¿r Alrc¡. lgSQ p, I l-1.
278 Lt¡¡s Eournpo lurrorr¡rror Co¡rooru' ?rurs pr Ds¡scso Pnoczsar, Psnuerro 279

rable o desfavorable). pues si no existe legitimidad o lnterés para ver con el proceso o relaeiónJurÍdica procesal. La. segunda posi-
tal defecto ffipide la procedibilldad de Ia pretensión, pero
,-rl')rar, ción sostiene que los presupuestos procesales deterrntnan la,cons-
¡,o afecta en absoluto'a la acción, la missra que habrá cumplido titucfón normal de la relación procesal y pdr Io mismo se pueda
¡:lenarnente su objeto: una respuesta del órgano Jurisdicclonal, obtener una sentencia sobre eI fondo¡¡; y, deirtro de la texcera
posiclón encontramos aI sector de procesaüstas le6noamerica-
En esta perspectiva, la concepción de las condlciones de la
nos, qulenes postulan que los presupuestos procesales condicio
ar'clón deviene incluso en inconstitr¡cional, en tanto limita o res-
na¡l lavalidee del la reladón juridtca procesall2.
t¡'inge'al derecho de acctón, supeditando su ejercició válido a re-
c¡ulsitos que por su naturalua y función le corresponden a otra D'e tgual rnanera. dentro de los seglfdores de las condiclone
I»stftucfón procesal: la pretenslón. Obsérvese en co¡lsecuencia, de la acción encontramos dos posiciones; dentro de la priner
It necesiclad de reelaborar y sistematizar estas lnstituciones pro- posiclón ublcamos a los procesallstas que constderan que la
cesales, desplazando Ia exigenda de la legrtimidad e lnterés para condlciones de la accfón son los requisitos para lograr una §er
obrar en functón de lapretcnsión procesalyno de la acclón, pues tencia de fondo favorable, es decir gue la demanda sea arupar€
el cterecho de acción es lnherente aJ ser humano, lo tenemos des- dart; y en la.seg¡nda poslción a qulenes posürlan simplernent
cle que necemos hasta que dejamos de uCsür. es un derecbo que que tales condlciones son los presupuestos lndispensables par
cxiste y puede ser eJercido aún c"uando no se tenga legltlmidad gue el órgano Jurisdicclonal pueda pronunclarse sobre el fond
para obrar, y aún cuando Ia necesldad de tutelaJurtsdlccional se en oralquier sentido (favorable o desfavoraile)k.
' baya e-.dingufdo (rnteres para obrar); por lo tanto, categórlcamen-
Por supuesto gue es absolutarnente claro que la prfrrera pos
Lc portemos sostener que la acclón no tiene condiclones.
ciónno Hene ntngr¡f¡avJgencla. pues. como señala lr{onroyGálve
.es facüble que una demanda tenga las tres condiclones de la a¡
6. La inutilidad del sistema dual cláslco:
NJ
oo
cfón, no obstar¡te, como dnguna de ellas se refi,ere a la pnreba c
Es reievante preclsar que, no solanrente la concepción de la los hechos que sustenta el proceso. dlcha de4andano sea amp:
acclón como derecho constlt¡¡cfonal comienza a resquebraJar la
aceptaclón arin predomtnante de Ia.doctrina procesal sobre la L En tll ,cntldo! J¡¡¡cr Oold¡cbm¡dL Problcmrr Juridlcor y potltloor dcl procaro panal. Brrcelor '
clutalÍdad entre presupuestos procesales y condldones de la ac- t93§. p. {8: l¡o Rorcmbcrg: frrtrdo dc Dcr¡cho Prccc¡¡l Chlll. Tomo tl. tnducklo por An¡r.lr Romc
clón; en realfdad erdste otro factor qiue determlna Ia absoluta tn- Bueao¡ Arru& 1355. pp. d6,47: Kl¡lr: Elcmento¡ da Darccho Pr¡cclel Cirü. Edltorlrl Ro{lt¡ dc Dc
cho Prtvrdo. Mrdrld. tr¡ducclón dc Prleto Ctttro. dÉ tr {t& Edlclón rlcfmnry cdlclonür. da Dsrcc
. utllfdad de mantener esta dualtdad. ' Erpeüol. l9{0. p, 16& Adolto §chónkq El Dsrtcho Procc*rt Gtvlt. Bo¡ch C¡t¡ Edltortrl 8¡rcctor
tnducct6n dc Prtclo C¡¡tro. 19a6. p, tú9: R¡crdo Ri,lrnundlrni Dcrccño Procca¡l Ctrtl. Tor¡a ll, Edl
En princlpio, de upa atenta rerrisión de'la doctriná, con¡tata- rlrl Vltrcocbe. Dusno¡ Alrc¡. 195?. p. 2?A-
lr §octkñcn ertr portctónl Chtorandr: Sefít dt Dlrltto Proccrrurtc Clvltc. Rómr 1930. pp. tA- lgl y
rnos que en realfdad no o<lste r:niforrridad de criterios sobrd la te ¡dhlcrco l(ohlcr. §tán. Hrllrl(. lt¡ruro. y Rocco: §¡lvrtorc §rttr: Op. clL p. ¡28! Er¡rf6 Ttr
rtrncepclón de los presupuestos. procesales y condlciones de la Ucbm¡r¡: Op. clt. p. ll9: HuSo AltloüTlrtrdoT.ódco P¡{cuco dc Dercqho Prcccerl Clvll y Co,mcie
Tomo l. prr{G lrñcrd. Edtr Edltofc¡. Bucno¡ Alrc¡. §cguadr Edldün, 1961. p. 430.
.tcclóne, concluyendo que, en realldad tal dualtdad ¡¡no üene ra- ' |' ¡qui inco¡tn¡no¡ r: Edu¡rdo B. Crlo¡: tnlrqd¡rccfür el Srtudto dcl Dcrecbo Procsrrl. tdlc¡ür
r5n de serll. y nadaJustlfi,ca su vlgencia .rlurldlc¡¡ 9uropr A¡ltér'lcr" Bu¡ao¡ Al¡cr. lgt0. p. 2e: Edurrdo Coulorc¡ Fuodrn¡rntoc de frcrcr
P¡¡cc¡ct CMl. Edtc¡ongr Drpdnr. Br¡cno¡ Atrc¡. l9i& t*ccn cdlclóo. p. l8l: ulo¡é Ot'rllc Forr
En efecto, dentro de los seguidores de los presupuestos proce- Dcr4ho P¡!c¿!r¡ Ch,¡|. Cokcclon dc tÉcto.rurldlcor unh..rrlt¡rlor.str. Edtclób. Hrr¡r. M¿x¡co. lg
p. E43 Rtrülro Podcl,tt Ttor¡. y Ttcnlcr drl ftncata CMI y Tdto¡h Ertructu¡rl dc h Ctcnclo dcl Proc
.sa.tesencontra¡nos por 1o menos tres posidones: La prirrr'era po- Clr.tl cdtslooct Erllrr. Buinor Alrc¡, le6§. pp. 26$.261. En nuartrr prh. rt¡uan (¡tr lfnc¡¡¡ fyf¡
sición consldera que los presupuestos procesales condlclonan Ia Namorr V¡ldc¿: Dcrccho Procc¡al Clvll. Tcorf¡ Ganeru, det Ptucc¡o. Edtclonc¡ EDDIU. o«{'nvr r
clón. p. 27¡r Ernc¡to Pcdn Vtl¡ochrfr: Julclo Ord¡nnrlo. EDDlLl. rdp(lrnr cdlclün. 1987. g, 2lt
§.iintencta de fondoro. negando que tales presupuestos tengÍ¡.n que ¡cturlmc¡¡lc Jurn }lonroy Glh'¡¡¡ Tcat¡r da Procs¡o Glvll. Op. ctL. p, IO..
t! En c¡lc ¡cnlldor Glurcppe Chl,o¡rcnd¡. Irr¡(ttuctonrr dc Dcrccho Proceüt Clvll. Op. ctt. ptl. 70-
'El derepelcctdo taacrtr! Onrlquevlrcov¡ con¡rd¿nbr quc lor proupr,rcrtor grcclrrti¡ no rc rcllcrcn §rtertoÉ §rtt¡. Op. clt" g. t18l Hrrgo Aldnrr OcfcnÚr y E rccpclonc.. E<llclonc¡ E JEA. 6¡rcoo¡ A,¡
l lr pr:tcnrlón nl r lr ¡cnl,cr¡clr. ¡lcodo rrgulsltot forÉ¡lc¡ ¡ln tor cr¡rlc¡ lro pucdc crrttlrrc dcclrlón ¡§§E. p. 6tl f¡lrrlo Al¡rrlorü, vllldcz Op, cll. pp. 6§-7ü
J< fondo. b¡Jo ¡rñclón dc nulldrd: ¡¡lslcndo b concepctón dc Couturc. clr¡lflcr lor prcrupuerl,or It AaI lo rorlt.ncnr EnrlcoTullo llcbmrn: Op. clL p, I ld: Jor{ (}vrlls F¡vdr. OF. ctt. p. I 12: Au¡§
prrxcrelc¡,c¡h¡n ll rcdór!. pratcnrtón proccro y ¡Gñlrndr: ryld?ñlcítlntc trt cdtcrto clü¡Ílcitorlo Fcrilto Co¡t* Dcrecho Ptocc¡d Clrll. Erccpclonf¡. Edltorlsl Ar¡rontl tcrccro cdtctón rorrcjtd
c.trtcc tlc rfgor rlrtclnltlco y rcluttr rumürrcnti co¡fu¡e. En: Tcorl¡ Gor¡r¡rl dcl Prpcc¡o. BofolL tr¡mcnhdL lJmo ?Grr¡. l98O p 8O: Jurn Monr(ry Gillvcr: Tcmr¡ dc Procaro Cflil. Op. ctt. p- ¡81.
Tcmr¡. l§84. p.0d.
280 Lus Enurn¡o IVf.urnr¿cr Co¡¡sonr TE¡{^s or Dslrscx.Io Pnocese¡- Prnurxo 2§1

rada por falta de prueba en los hechos. por 10 que la prtmera tests A estas alturas de nuestra reflexión, parece lnsostenible man-
devien,: en lnconsistenter¡5, agrega Monroy Gálvez rEn nuestra tener una dualidad que no Justifica su e{stencia. que los presu-
opinión, entonces, la falta de alguna condiclón de la acclón defin¡- puestos y las condicio¡:.es no tienen {cada una por separado)
tivarnente va a impedlr que el luez expida una decisión sobre el una autonomía fr¡¡rcional diferente, pues desde un punto de
fondo. Más bien la ornisión incurrlda obliga al Juez a pronunciar- .vista lógico ambas .§on necesarias para llegar a la sentencia de
se por la tnadmlsibilÍdad o i¡xprocedencia, segirln sea el caso. de la fondo válida, es declr. ¡¡cumplen la misma función!!. Si esto.es
derranda,t6. Adlcionalmente, la doctrina que sostiene la concep- así ¿qué las hace dlferentes p¡l¡a mantener tal dualldad? ¿no
clón de las condfclones de la acción tampoco es unlforfile en cCIn- es acaso una duplicaclón lnútil de conceptos que. en realidad
siderar cuáles so¡1 esas condicionestT. curnplen una mlsma función. desde la perspectiva de Ia relaclón
Visto asi el panorama. resulta eüdente que tales posiciones al juridtca procesal? y si alguien plensa que unos se reÍleren a la
interior de las concepctones sobre los presupuestos procesales y actividad procesal y otros a la cuesüón de fondo ¿puecl"e concebir-
las condtciones de la acción demuestran que no existe un slstema se el desarrollo de ta1 activldad en abskacto,,prescindlendo del
procesal coherente y sistematJzado: por el contrarlo nos muestran fonclo? ¿puede e:rfstir r¡na relación procesal uválida¡ cuando
la confuslón Ímperante y la necesldad Impostergable de unlficar no existe uválidamente» el fondo del asunto? y si se plensa qure
este conjur.to de requisitos. pues las consecuencfas que se.derl- esto es factlble ¿cómo será poslble que el juez pueda resolver el
ven de tales concepcfones fn3.uyen en las üversas soluciones que se fondo (porque coneluren las rcondicionesr) si falta la cornpetencia
vlenerr dando en los conflictos reales. asf como trrfluyen er¡ las opclo- o algún otro presupuesto que deterrnlna Ia valldez de la relación
nes le$slativas de nuestros orctenamientos jr.uÍdf cos procesales.
. procesal?.1
N) En consecuencia, al no resfstlr los cuestionamle¡rtos formula-
\o En esta perspectiva unülcadora, y después de un deterrido aná-
Llsis sobre lo que estamos erryoniendo, percibimos una profirnda dos, Ia teorÍa de las con0leiones de la acción devlene en inconsti-
inconsistencia en esta dualidad de requlsito§, lo que nos obltga tucional al pretender llmitar o condiclonar un derecho funda¡rren-
a preguntar ¿puede ser posible erpedir r¡¡ra sentencia sobre eI tal de todoJusticlable; pcro no sóIo por eIIo debe ser abandonada.
fondo si faltan los presupuestos procesáles? y de la misma for- süio porlas profundas ürconslstenclas en su naturalbza. pues tales
ma ¿acaso es posible expedir tal sentencia de mérito si falta eÉgenctas no le coresponden a ]a acclón sino a la pretensiór1: §
alguna ,rcon'dición de la acciónx? y por ütimo ¿pue§e habe¡ igualnrente, la funclón gue pretenden cumpllr las condiciones clr.
¡entencia de fondo si la ¡elagión Juridlea procesal (no el pro- la aceión con presclndeucia de los presupuestos procesale§. des-
ccso) es inválida?: §i.las respuestas a nuestra§ tnterrogantes naturaltza el ststema procesal. §n buena cuenta, podernos con-
' clufr que esta duatfdad es insostentble y que, desde el punto de
;on negaüvas entonces ¿üene algún sentido esta dtralldad, en-
tre presupuestos y condiciones?, y en todo caso ¿cltál es su üsta de Ia relación jurÍdica procesal. Io único que e-',ciste son los
utllidad? ¿qué función dlferente cumplen los presüpuqstos presupuestos proeesal,es, y que las supuestas condlcfones de la
. acctón no son tales, por lo que se mantenido en'la'doctrinrr
Trocesale§ y las conüclones dc la acción para que tengaÍros ' como una especle de ¡supersüción han procesalr, es'decir, que hémos
lue mantener esta dualidad?,
estado creyendo en algo gue realmente no odste, y st para algün
sector aún rexiste', tal concepción no justifica actualmente, en si
Op. elt.
'
. Op. ct(.
rülsma, su existencla.
t Ucbnla§ co¡¡ld¿re quc ron ¡óto doc condlclonrs: l¡ l¿lltlrnrclón p¡r? lctlotr¡r, at lñtsrt, par¡
rcc¡snur: Ovallc Frrth' conelden ún¡csmcntc al tñtcr& pon obrrr, pucr conrlden r h le4tUnridad 7. Nuesüra propuesta: El sistema procesal unltarlo
olno Prctupu.rto procc¡al: cl dcrapuecldo m¡Gtlro Dcrü Eclrrnttl¡ no sc rclcrln ¡ condlctoncr dc h
rclór¡. rlno {r prcruPuQrtot mrtcrrrlcr. co¡rclderando como l¡lc¡ ¡ tr tcfllr¡mtdrd y rI ¡ntcraa lu¡tll¡- AsÍ pues. creemos haber demostrado que la tan mentada lnsLi-
lrl Fcrtcro Co¡l¡ con¡ldcrr quc lr ünrcn cor¡dtctorr dc l¡ rc<tdn cr lr ldgtumtdrd piil obrññ rrcrtdo
I ln(crl¡ pon ob¡nry h vr.l.n'rd dc l* lcy dc n¡tur¡ler pro€c(ñl: Má,rroy Gllrcúcon¡ldcrr I l8 tuclón de las condiciones de la acclón. a estas alturas del desarro.
:Íl(lntldrd á ln¡ürat pnn otr r . ,l¡luleñdo en É¡rr nrllnrl conccpctón nütltro prolclor.Victor Tlconr 11o alcanzado en los estudfos procesales, no üene. a Ia feiha. nht.
'|o!ugo.
guna razón de ser, y por lo mismo debe pasar al rr¡useo cle lu
282 Lu¡s Eour¡rpo TY(ADAR¡AcA Col,rron¡ T:u¡rs ¡¿ D en¡c¡ro Pnocesr¡ ?Bnurr¡¡o 283

lristoria procesal; sin embargo, es necesario ,reubicarr a los con- debido proceso. sln cuya observancta tampoco será posible la
matertalizactón del derecho a la tutela Jurlsdiccional realmente
ceptos que la integraba¡ -rvoluritad dela leyr,lnterés para obrary
efectiva.
legitirnidacl para obrar- sisternatteándolos con la instftuctón pro-
cesal que realmente le corresponde, es decir, con [a pretensión. 8. Reflexión final-
§sto no quiere decir que planteamos la teorÍa de las .condiciones
cle la pretensió¡r.'siüo que tales requisitos son necesarios para El problenra de los presupuestos procesales y las conálctones
rtue la postulación de la preten§ión sea eficaz, y ante su defecto o de la acción, ha siclo desa¡rollada por la doctrlna de manera ln-
ltusencia, la pretenslón puede ser eventualrnente rechazada, sin consistente. y hasta nuestros dÍas se viene sostenlendo concep-
que ello afecte al derecho de acción. como una de las expresiones clones decimonónlcas que contrastadas con los prtnclpfos consü-
clel derecho a Ia tutelaJtrrisdiccional efectiva. tucionales no tienen mayor ügencia: muchas de estas son insü-
tuciones irreales, cual fantdsmas juridicos, tal vee no exísten, c
Pero, tal reconducción de requisitos hacia la pretensÍón resul-
nunca debleron e¡dsür, pero segutrenros creyendo en euas mien.
ta insuflciente para unlficar el sistema procesali en nuestra con-
tras no cuestionemos su naturalez&, su fi¡nción. o su propia uti
ecpción es imprescindible sis[ematizar estos requisitos'como un
Itdad, confrontándolas incluso Inevltablemerrte desde las perspec
conjunto únlcors y arUiulaao Iógicamente y de manera lncluso
üvas constitucionales, y sólo asÍ podrianJustlficar su existencia
rstraliJicada¡o. De esta ma¡xera, tentendo en. cuenta la naturaleza
.y Ia función que cumplen ia legitimidd para obrar y el interés les reflexiones plante.adas y Ia posición asumtda. no tiener
para obrar [desde la perspectiva de la relación jurÍdica procesaU pretenslones de,verdad absoluta, por eI contrarlo, Íntentamos re
,:stos se constituyen como auténticos presupuestos procesales, constn¡lr un sfstema procesal que htstórlcamente percibimos comr
¡:or lo que unfflcados a la competencia del juez, capacidad proce- fneflcae e incoherente. por 10 tanto, este trabajo no es sólo par;
(]) .sal cle las partes y requisftos de la demanda en forma, constituyen ser leÍdo, slno esenclak¡rente para ser pensado y repensado, par
nn sistema unitarlo que posibtlita la validez de Ia relación proce- ser deskr¡ldo y reconst¡:i¡ido, después de todo, como sosteaia Han
ral. La consecuencla de esta'untficaclón nos conduce a otra con. Urs Von Baltasar, el que se embarca en la empresa del conoci
clnsión: §ó1o sl la relación jurídlca proeesal es váIida, es posl- mientrr dcbe a diarto repla$tear la cuesüón de la esencia de L
ble emltir un pronuaciamlcnto de'fondo váIldo. verdad sin ser por eso un escéptico estéril y.iestructor.
Esta es pues, nuestra propuesta slstemátlca y unltaria que
postulamos, enter¡dlendo por rslstemar ese conjunto de reglas o
principlos,.oidenados e tnterrelactonados entre sf, que contribu-
),en a determinar 1á va§dez de la relaciónjuridfca procesal, dentro
del contexto del Derecho Procésal Publiclsta, cuya finalidad es
r:tue las lnsütuciones procesales searl coherentes con los princl-
pios corlstitucionales, pues estos constituyen los ctnrientos del
¡' e¡ln prÉpÉcttvr dÉt l,rstrmlclrto u¡lformc de lar prcruprrcrtos prsccule¡ lombtár cr portulrde por
tl profcmr Martfn Agudclo R¡mlrer. qutcn dcrdc u¡r¡ pcr:pccüv¡ roñst¡tuclo¡rrt y 0lo¡dflsn Ju¡tlflcr
unl cotc¡onla gcnÉdcr dc los prcsupucrto¡ prccclaler quc contlcnr r lan .prerupuertor m¡trrlr,lc¡
It¡rrr |r ¡cntencl¡ d¿ fo¡1d6.; uélrc co: ,ntrodsccjón ¡l Erludto dcl Dcrrcho prxc¡rk una aprorr.tmrelórr
tlrt(rnúl,lcr. (on§lltuclon¡l y fllosó0cr r trTcorl¡ Gcnrnl dcl Procc¡o. Tc¡ccn Edlclón. §cltrt Ed,torn
.1{crlclll¡r C¿lonrbtr. 2OOa. p. 322.
r¡ En ¡lrrttlfi cot¡ccsctón. ,oa
,rc¡spúct(or prcca$lcs dcbar tcr ünnttzüdor Slrtcürlucarñct¡tc. !r
CtltrÉntcs nh'cfc¡. rcgrln ru rrtrtrrrelcn y lor cfector quÉ Bcltcrrn: rri por cJcrnplo. cn prtolcr tus¡¡r
jlebs rrnsllLl:c lu
Jurbdlcclón l(éncrol -v lr coorpctrricla dcl Jucr lcrpcclcl. lucgo dcbc rlandcr¡c ¡ l¡
t'§pncltfsd prlccul dc l¡r prtc§ (:t¡tltud dc rc¡lt¡¡rr rctlvld¡d procc¡¡l titldr cn todo pruccrot. r
ronU¡turctón lr lc$urntdrd lr{¡rr rrbrrr fposlclón hsbtllr¡ñtÉ ¡rrn rlcduclr rlctrnnlnade prtlrnrlón e¡r
$,1 cruo concrctol. cl ln(créc prre obrar l¡r ñccctldúd dc tuttlr.furt*dtcr.lorrd cr roncr!,l¡" cn funclón
¡lel crnrlllrlo d¿ ,ñtcrcsesl. y la denrrnda cn ¡orrr¡ frrqulrltur form¡le¡L

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