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El Señor de los Milagros y la Sra.

De la Nube

Nombre del estudiante : Soto Delgado Miguel Angel

Código del estudiante : 074836480

Asignatura : Antropología

Docente : Valencia Leon, Ivonne Teresa

Sección :K

Turno :4

2018
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Índice

Capítulo 1 Introducción e información general .................................................................. 1

Capítulo 2 Historia de la Virgen de la Nube .....................Error! Bookmark not defined.

Capítulo 3 Repercusión en Perú y Ecuador. ....................................................................... 5

Capítulo 4 Conclusiones…………………………………………………………………..8

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Capítulo 1

Introducción e información general

Introducción

Después de intentar sacar fotografía a los diferentes hechos y actividades en los

alrededores de la procesión, me propuse el estudio de la advocación mariana representada

en el dorso del lienzo del Señor de los Milagros.

El fiel devoto que contempla el severo rostro del Cristo de Pachacamilla, clava su mirada

ante la figura graciosa y maternal de la Virgen formada por una nube, con el Niño Jesús

en un brazo y un cetro de azucenas en el otro.

Nuestra Señora de la Nube es el nombre de esta imagen pintada sobre lienzo por autor

desconocido, que, en la formidable anda de plata del Señor de los Milagros, vemos a su

reverso.

No acabamos de conocer con precisión el origen de su llegada a Lima, salvo la clara

conexión de la Madre Antonia Maldonado, ecuatoriana, con la advocación también

ecuatoriana. Las propias MM. Carmelitas se sorprenden de la falta de documentos y la

falta de arraigo del culto.

Se justifica, por tanto, el presente trabajo documental, ante la escasez de difusión de

información en la actualidad sobre el origen de la imagen del reverso de nuestra venerada

imagen del Señor de los Milagros que representaría a mi concepto la unión de los aportes

culturales de fe en dicho contexto, en los tiempos del virreinato de Lima.

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Capítulo 2

Historia de la Virgen de la Nube

La historia de esta devoción mariana se remonta a una aparición milagrosa

registrada entre los pueblos de Guápulo y Quinche el día 30 de diciembre de 1696. Los

documentos que acreditan el suceso fueron suscritos por las autoridades eclesiásticas y

civiles de la época que presenciaron este hecho y lo certificaron ante el canónigo doctoral

Pedro Zumárraga. Debido a la enfermedad del obispo Sancho de Andrade y Figueroa se

decidió trasladar en procesión la imagen de Nuestra Señora de Guápulo a la catedral,

rezando un rosario. Según los testigos, estando en procesión frente a la iglesia de San

Francisco, y siendo las “cuatro y tres cuartos de la tarde”, se escuchó la campana que

daba la señal del Gloria Patri. Estando en la procesión el capellán de las religiosas de la

Inmaculada Concepción, doctor José de Ulloa y la Cadena, este señaló hacia el oriente

exclamando “¡La Virgen…! ¡La Virgen! Entonces los asistentes dirigieron su mirada

hacia el sector señalado entre el santuario de Guápulo y Quinche y pudieron observar a la

Virgen descansando sobre una nube, con una corona en la cabeza, un tallo de azucena en

su mano derecha y el niño Jesús en su brazo izquierdo. Se dice que la aparición duró el

tiempo que tomaría rezar “el Gloria Patri, un padre nuestro y un ave María”; luego, las

nubes la irían cubriendo hasta desaparecer.


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Se desconoce el origen preciso de la versión limeña, pero, sin duda, esta se ciñe a

la iconografía original. De ahí que la pintura haya realizada a manera de grisalla, para

remarcar el sentido de la aparición original: sobre un fondo de nubes blancas y grises se

representa a la Virgen de pie sobre una media luna –atributo concepcionista–, con corona

de reina. Lleva un cetro y un ramo de azucenas en la mano derecha mientras sostiene con

la otra a su hijo. El niño Jesús aparece en el papel de Salvador, con el mundo en una

mano y bendiciendo con la otra. Al pie de la Virgen, figura un personaje arrodillado y

que le reza, quizá un devoto genérico, pues no lleva ningún distintivo que permita

identificarlo con el obispo. Todos los personajes se encuentran con vestimenta blanca y la

Virgen lleva en el pecho el escudo de los mercedarios, aunque debajo estaría pintado el

emblema que se habría alterado durante los años de la Guerra del Pacífico.

A juzgar por el estilo de esta pintura, lo más probable es que hubiese sido traída de Quito,

aunque Schenone ha apuntado la probabilidad de ser obra anónima limeña.26 Al igual


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que su par procesional, ostenta un juego de aplicaciones en oro, plata y piedras preciosas

que en su caso generan un interesante contrapunto con la apariencia evanescente de las fi

guras. Si bien su asociación simbólica con el Señor de los Milagros no se ve reflejada en

la iconografía colonial o republicana temprana, la Virgen de la Nube cobrará mayor

relevancia al llegar el siglo XX y su imagen será una presencia constante en la edición de

estampas, rogativas y novenas.


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Capítulo 3

Repercusión en Ecuador y Perú.

La noticia del hecho se extendió rápidamente por toda aquella provincia y no

tardó en llegar a Lima. Años más tarde, la Priora del Monasterio de Madres Nazarenas,

madre Bárbara Josefa de la Santísima Trinidad, a instancias de algunas religiosas dispuso

incorporar un lienzo con la imagen de la Virgen de la Nube a las andas del Señor de los

Milagros, para la mayor gloria de María Santísima y como un sentido homenaje a la

Fundadora del Instituto Nazareno, la sierva de Dios madre Antonia Lucía del Espíritu

Santo, natural de Guayaquil. El tiempo corrió hasta llegar el fatídico año de 1746. A eso

de las diez y media de la noche del viernes 28 de octubre, Lima fue sacudida por un

violento terremoto, quizás el mayor que registra su historia. Toda la ciudad se vino

prácticamente abajo, desde la Catedral y el Palacio del Virrey, hasta las más. humildes

moradas. Miles perecieron bajo los escombros. La tierra no cesó de temblar en dos

semanas. Escenas de pánico se suscitaron entre los sobrevivientes. Pero lo que sucedió en

el Callao fue apocalíptico. Como consecuencia del sismo, el mar se retiró unas dos millas

formando una gigantesca ola que se precipitó con furia sobre el Puerto, arrasándolo todo

a su paso y llegando hasta La Legua. La armada se fue a pique. De una población que se

calculaba entre siete u ocho mil habitantes, sólo sobrevivieron unas 200 personas. Los

corazones así sacudidos se vuelven a María., como muestra el hecho de que, apaciguada

la tormenta, retornada la calma, el 20 de octubre de 1747, el Cristo Morado salió en

procesión muy de mañana, visitando calles, ramadas, iglesias y monasterios, en un

recorrido excepcional que se prolongó por espacio de cinco días. Al reverso de la


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venerada imagen, llevaba por vez primera la de Nuestra Señora de la Nube. La primera

mención que en el Perú, y de manera concreta, en la Ciudad de los Reyes, se hace

referencia de la advocación quiteña por el Cronista D. Eusebio de Llano Zapata, quien en

su "Observación Diaria" cita como fuente de información al Lic. Eclesiástico D. Alonso

de la Cueva , manifestando la relación de sucesos del 20 de octubre de 1747, al

mencionar sobre la Procesión del Señor de los Milagros de Nazarenas: ...salió por la

mañana la imagen de su templo, visitando las calles, ramadas, Iglesias y Monasterios y

duro la procesión cinco días... ese año alargo mucho su recorrido y al reverso de la

imagen se veía otra de Nuestra Señora de la Nube, advocación quiteña que se había

aparecido en el cielo de dicha ciudad en 1696".

Con relación a como llega a conocimiento de las Madres Nazarenas el suceso del

Milagro, tenemos que, para el 30 de diciembre de 1696, año de la aparición, en Lima el

Beaterio está a cargo de la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo (ecuatoriana) quien

fallece en 1709. Precisamos pues que entre la Aparición de la Virgen y la muerte de la

Madre Lucía transcurren 3 años.

Hay quienes manifiestan que este tiempo fue corto para que la noticia llegara a

Lima y la Madre iniciara el culto, mientras que el Padre R. Vargas Ugarte en su libro

"Historia del Sto. Cristo de los Milagros" hace mención que al año siguiente del Milagro

se tenía conocimiento en Lima del hecho, dejando abierta la posibilidad que la Madre

Lucía ya conocía el hecho del milagro. Sucede a la Madre Lucía la Madre Bárbara Josefa

de la Santísima Trinidad, quien sale del Convento del Carmen de Santa Ana el 18 de

marzo de 1730 y está a cargo del Monasterio hasta el 26 de julio de 1750. Entre 1709 y
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1730 transcurren 21 años y de esta fecha a 1747, año en que aparece la Virgen en

procesión, transcurren 17 años. Es probable que, por algún motivo, por algún personaje

cercano a las Madres Nazarenas del Ecuador, o documento escrito de la época, se conoce

el Milagro y tal vez -como se menciona en algunos documentos pudo haberse escogido

esta imagen en conmemoración a la Madre Lucía.

La Imagen del Señor de los Milagros de Nazarenas, cada año en el décimo mes,

es acompañada por la Dama de Quito, la Virgen de la Nube. Sin lugar a duda destaca en

belleza y elegancia.
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Capítulo 4

Conclusiones

En términos generales, este trabajo nos remite fundamentalmente a la fusión de

diversos aportes culturales, pudiendo evocar también la conformación de una nueva

cosmovisión, mestiza y sintética, entre Perú y Ecuador que, aunque emergida a partir de

dos o más matrices simbólicas diferentes, adquiere un perfil propio. Básicamente, puede

entenderse como mestizo todo aquello que implica una tensión entre dos (o más) orígenes

socioculturales, lenguas, cosmovisiones, etcétera.

Esta práctica de fe simboliza una dimensión cultural y política en la que el vínculo

con lo religioso es difícil de delimitar o separar. El transcurso de los años ha fortalecido

mucho más esta dimensión. Personas relevantes de la sociedad peruana se esfuerzan por

hacer notar su presencia en las procesiones, ya se trate de presidentes, políticos, artistas u

otras figuras mediáticas

Una razón más para que sea la compañera de anda del Cristo de Pachacamilla,

desde Ecuador llegaron las noticias sobre los milagros que había concedido. Muchos

fieles devotos, no solo van a la procesión para pedirle un milagro al Cristo Moreno, sino

también a la Virgen de la Nube.


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Bibliografía

 “El Señor de los Milagros Historia, Devoción e Identidad” BCP


 Costilla, Julia (2016). Itinerarios antropológicos para una etnohistoria comparada
de la religión. Diálogo Andino, 49, 299-309. Arica: UNT.
http://dx.doi.org/10.4067/ S0719-26812016000100028 Cruz, Anthony de la
(1984).
 Cofradías Negras en el Perú Colonial. Tesis de Bachiller en Historia. Pontificia
Universidad Católica del Perú. Durkheim, Emile (1968 [1912]).
 Las formas elementales de la vida religiosa. Buenos Aires: Shapire.
 Costilla, Julia (2016). Itinerarios antropológicos para una etnohistoria comparada
de la religión. Diálogo Andino, 49, 299-309. Arica: UNT.
http://dx.doi.org/10.4067/ S0719-26812016000100028 Cruz, Anthony de la
(1984).
 Cofradías Negras en el Perú Colonial. Tesis de Bachiller en Historia. Pontificia
Universidad Católica del Perú. Durkheim,
 Emile (1968 [1912]). Las formas elementales de la vida religiosa. Buenos Aires:
Shapire.
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Cada mes de octubre el anda del Señor de los Milagros sale en procesión por
las calles de Lima. ¿Pero alguna vez te has preguntado quién es la virgen que
está al reverso de la imagen del Cristo Moreno?

Se trata de la Virgen de la Nube, quien sostiene en su mano derecha un cetro,


una azucena y un olivo; y en su brazo izquierdo al Niño Jesús. Como pedestal
están la Luna y las nubes.

¿Cuál es tu historia?

En 1696, el obispo de Quito (Ecuador) estaba muy enfermo y, para pedir por su
salud, se organizó una procesión de la imagen de la Virgen de Guapulo para el
30 de diciembre.

Casi a las 4:00 pm se escuchó una voz que exclamaba “¡La virgen!, ¡La virgen
en el cielo!”. Todos miraron al cielo y se sorprendieron al ver a la virgen
descansando sobre una nube.

Después de la aparición, el obispo se recuperó. Meses más tarde, él mismo


autorizó el culto a la virgen, que fue bautizada como la Virgen de la Nube y se
construyó en la Catedral de Quito un altar para ella.

A partir de este hecho, obtuvo fama de ser muy milagrosa. Tanto que miles de
fieles llegaban hasta su altar para pedirle salud, trabajo y valentía.

¿Cómo llegó al perú?

No se sabe la fecha exacta que fue puesta al reverso del Señor de los Milagros,
pero Eusebio de Llano Zapata la menciona, por primera vez, en su crónica del
20 de octubre de 1747.

Según los historiadores, la imagen de la Virgen de la Nube fue colocada en


homenaje a la fundadora del Monasterio de Las Nazarenas, la madre Antonia
Lucía, quien era ecuatoriana.

Una razón más para que sea la compañera de anda del Cristo de Pachacamilla.
Desde Ecuador llegaron las noticias sobre los milagros que había concedido a
sus fieles devotos.

Muchos fieles no solo van a la procesión para pedirle un milagro al Cristo


Moreno, sino también a la Virgen de la Nube.

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