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Yasy Yateré

El Yasy Yateré es el mito que encarna a la Luna. Su nombre Yasy (luna), lo


está indicando, aunque Yateré parecía más una deformación del original.
Pues entendemos que bien pudo haber sido Yaveté (al mismo tiempo), o algo
así como su representación. Este personaje tiene fuerte vivencia en las
comunidades de nuestra provincia.

Yasy Yateré
Es el genio de la siesta, un Cupido o Eros travieso. Es un niño hermoso,
pequeño, desnudo, rubio, de cabellos dorados y ondulados, portador de un
bastoncito de oro, a modo de vara mágica, fuente de su poder mágico de
atracción, que nunca abandona, y de un silbato con el que imita el canto de
un pájaro; vive en el bosque.

Yasy Yateré anda suelto durante la siesta, especialmente en la época


de cosecha de maíz, que le gusta comer.

Se cree que vive en huecos de troncos de grandes árboles del bosque. Su


silbido rítmico es como el de un cuclillo raro, que vive en el bosque, obscuro,
de pecho blanco; vive en la hojarasca y duerme en lo alto de los árboles.

El Yasy Yateré atrae a los niños con su silbato o tocándolos con su bastón,
se dice, también, que es ventrílocuo, y de ello se vale para atraerlos. Los
rapta y los lleva al bosque donde los retiene durante algún tiempo, los
alimenta con miel silvestre y frutas, juega con ellos y al fin los suelta o los
deja enredados en ysypo (liana), pero los niños ya se han vuelto tontos o
idiotas (tavy: akã tavy), mudos (ñe’ engu) o sordomudos; se recuperan
después de un cierto tiempo. Se dice, también, que cuando Yasy Yateré,
como muestra de afecto besa al chico en la boca, es cuando éste se vuelve
tonto y mudo, y entonces lo abandona.

En algunos lugares, la gente cree que en el aniversario del rapto por el Yasy
Yateré el niño tiene un “ataque” con convulsiones.

Para ganar la amistad de Yasy Yateré nuestra gente acostumbra dejar un


peco de tabaco en los alrededores de la casa o en las sendas de entradas al
bosque.

Las madres suelen amedrentar a los niños con el Yasy Yateré, para no
escapar de casa durante las siestas, andar por la capuera o el monte a hacer
sus diabluras, bañarse en aguas sucias, subirse a los árboles, jugar con
hondita y bodoques o municiones, o en fin, para no andar “cabezudeando”
durante las siestas.

Cuando Yasy Yateré pierde su bastoncillo y su silbato se vuelve inofensivo,


porque perdió su poder mágico. Se cree, también, que una manera de
apoderarse de esos símbolos de su poder, es embriagándolo, pues gusta de
beber.

Yasy Yatere

El Yasy Yateré, Yasí Yateré, Yaciyateré o Jasy Jatere (en la actual ortografía
del avañe'ẽ) es una especie de duende o gnomo de la mitología guaraní. Su
creencia se extiende por todo el nordeste argentino (incluyendo a las provincias
de Misiones, Corrientes, Formosa y parte del Chaco), Paraguay y sur de Brasil.

Etimología
Algunas fuentes sostienen que Yasy Yateré es una derivación o deformación del
nombre original que significaría "fragmento de luna" en guaraní. De allí que
inicialmente este personaje tuviera el cabello de color blanco o plateado (por los
rayos de luna) y fuera un personaje nocturno. Sin embargo actualmente se lo
considera un personaje más bien diurno.

Mitología
Muchas de las características de este personaje se confunden con las del Pombero.
El Yasy Yateré suele ser representado como un enano o un niño pequeño,
desnudo, hermoso, de cabellos dorados, (en algunas variantes barbudo), con un
sombrero de paja y un bastón de oro donde residen sus poderes mágicos
Suele recorrer el monte a la hora de la siesta, atrayendo a los niños con un silbido
hipnótico que imita al de un ave. Se dice que aparece sobre todo durante la época
del avatiky (cosecha del choclo o maíz tierno) que gusta comer.
El Yasy Yateré se vale de su silbido o de su bastón mágico para atraer a los
niños, a los que rapta. Los lleva al monte donde los retiene un tiempo para jugar
con ellos y alimentarlos con miel y frutas. Luego los abandona o los deja
enredados en ysypo (liana).
Antes de abandonarlos, el Yasy Yateré los lame o los besa, dejándolos tontos o
idiotas (tavy: akã tavy), mudos (ñe' engu) o sordomudos. Sin embargo, éstos se
recuperan después de un cierto tiempo. En algunas zonas se cree que al cumplirse
un año del rapto, el niño tiene un "ataque" con convulsiones (epilepsia).
En otras versiones, si el Yasy Yateré se cansa del niño, puede llevarlo al río
donde lo ahoga.
Una forma de volver inofensivo a este personaje es quitándole su bastón dorado,
sin el cual se carece de poderes. Entonces el Yasy se pone a llorar como un niño
pequeño. Para conseguir esto, basta con embriagarlo con caña (aguardiente),
bebida a la que es muy aficionado.
Otra forma de congraciarse con él es ofreciéndole pencas de tabaco, que se dejan
en zonas aledañas a la casa o bien en los caminos de entrada al monte.
En la versión de Rosicrán de la mitología guaraní, Yasy Yateré es el cuarto hijo
de Taú(espíritu del mal) y de Keraná (diosa del sueño).
Este mito es usado por las madres, sobre todo en áreas rurales, para evitar que
los niños se alejen de sus casas a la hora de la siesta (obligada en estos sitios por
las elevadas temperaturas).
"Yasy-Yateré el que se oye pero no se ve" ese conocido dicho se refiere a que el
Yasy es invisible para todos excepto los niños muy pequeños, y se oye por el ruido
con que los atrae.
También se dice que el Yasy tiene los pies al revés, así alguien al ver sus pisadas
cree que era una persona que se estaba yendo, y no el Yasy que estaba llegando
al pueblo.

El mito en la actualidad
El mito del Yasy Yateré se encuentra aún vivo y con bastante vigor en
determinadas áreas rurales.
Está presente, además, en muchas manifestaciones culturales, tanto del nordeste
argentino como del Paraguay:

 En letras de canciones populares (chamamés y en un tango titulado


precisamente Yasy Yateré ).

 En cuentos ("El Yaciyateré" de Horacio Quiroga) y poemas.

 En dibujos e historietas (suele ser un personaje habitual de la tira "Gurí


Guazú" del humorista Latre, publicado en el diario El Territorio de Misiones,
donde aparece con el nombre de "Yasí Tereré", en referencia a la popular
bebida paraguaya). También aparece frecuentemente en la historieta Dr.
Capo de autor anónimo.

esto pasaron en los diarios sobre casos reales sobre el Yasy Yatere
Rapto en el monte, a la hora de la siesta
La mamá de una nena de dos años dijo que tres enanitos rubios se la habían
quitado. Hallaron el cuerpo de la nena. Había muerto de una infección pulmonar no
tratada. La mamá fue presa pero luego liberada por falta de mérito.
El Yasy Yateré es un ser de la mitología guaraní. Una leyenda que casi nadie
ignora en Misiones, Corrientes y el Paraguay. En el sur del Brasil lo llaman Sacy.
Se lo describe como "un hermoso enano rubio y barbudo" que, desnudo, recorre el
monte. Sólo lleva un sombrero de paja y en la mano una vara de oro que le
permite hacerse invisible. Se dice que en la parte superior de esa especie de
bastón hay un silbato con el que emite un llamado estremecedor anunciando su
presencia. Y que cuando una mujer lo oye de noche, ya no logra dormir.
El Yasy Yateré vive en la selva, descansa en los huecos de los árboles y sale a la
hora de la siesta. Entonces rapta a los chicos que cometen travesuras. Les lame la
frente para quitarles el agua bendita del bautismo y tras jugar un rato con ellos los
abandona en el monte. Luego, a los chicos suele darles un ataque que, según las
descripciones, sería parecida a una crisis epiléptica. Pero a veces ocurre algo
todavía peor: el hombrecito del bastón de oro los lleva con engaños hasta algún
arroyo y ahí los ahoga.
Miguela Rocío Cabrera tiene 22 años y es misionera. Se crió en Colonia Santa
Rosa, una zona rural sin médicos ni policías, a 90 kilómetros de Posadas. Allí nació
su hija hace poco más de dos años. Es seguro que alguna vez haya oído el silbido
del Yasy y lo temiera en las horas de la siesta. O en las noches de luna llena.
Hace unos días, a la hora de la siesta, Miguela salió cargando en brazos a su hijita.
La nena estaba muy enferma. Pero Miguela no la llevaba a un médico, sino que iba
a que la viera una curandera de la zona. Una mujer en la que confía y
que sana con hierbas y oraciones.
Un par de horas después un vecino la encontró desmayada en un descampado.
Apenas pudo hablar empezó a pedir por su hija. Según su relato, la nena había
sido llevada por "tres enanos rubios desnudos" que la sorprendieron en un sendero
del monte y se la arrancaron de sus brazos.
Miguela fue llevada a un hospital de Gobernador Roca, a 30 kilómetros, donde
quedó internada. Como entre sueños insistía con la historia de los tres enanos
rubios. Ya de noche, la Policía, ayudada por algunos baqueanos, empezó a recorrer
la zona buscando a la criatura.
Los peores presentimientos se confirmaron al día siguiente: a la mañana el
cuerpito de la nena fue encontrado a la orilla del Arroyo Blanco. Alguien había
intentado ocultarlo apilando encima algunas ramas y piedras.
Entonces las sospechas apuntaron a Miguela, que ya había sido trasladada a un
hospital de Posadas. Aunque nadie atinaba a explicarse por qué, todo parecía
indicar que había matado a su hija y luego inventado (¿imaginado?) la historia de
los enanos rubios.
El juez Eduardo D''Orsaneo ordenó que Miguela quedara bajo custodia en el
hospital mientras se realizaba la autopsia sobre el cuerpo de la nena. Las primeras
conclusiones fueron nítidas: muerte por causas naturales. Concretamente, por una
infección pulmonar, agudizada por la falta de tratamiento.
A los tres días Miguela fue llevada detenida a la Alcaidía de mujeres. Allí siguió
repitiendo como en una letanía (estado de shock, describieron los médicos), la
historia de los enanitos rubios.
Miguela ya fue liberada y volvió a su pequeño universo de Colonia Santa Rosa. El
juez dictó su falta de mérito mientras sigue investigando la muerte de la nena. Ella
prefiere seguir creyendo que a su nena se la llevaron los tres enanos rubios que la
asaltaron en el monte.
Misterio en el Paraguay
Desapareció una nena y acusan al "Yasy Yateré"
Asunción, Paraguay. Una peculiar denuncia fue realizada por una familia de
campesinos contra el duende “Yasy Yateré” de la mitología guaraní,
supuestamente por secuestrar a su hija Rosita de tan sólo cuatro años.
La fiscal Mirna Rivas dijo ayer a los periodistas que el llamativo hecho ocurrió el 26
de agosto pasado en el pequeño poblado Santa Rosa, ubicado en la selva del
departamento Guairá, a unos 200 kilómetros al este de Asunción.
Yasy Yateré, un gnomo travieso de piel blanca, baja estatura y cabellos rubios,
acecha sólo de día las casas donde habitan niños para convencerlos a salir en
busca de aventuras, según la leyenda.
Rivas relató que Rosita Salvatierra “tiene cuatro años y, de acuerdo con su madre
(45 años) y su padre (72 años), desapareció una mañana soleada sin dejar
rastros”.
“Ellos están convencidos de que fue capturada por el Yasy Yateré porque,
supuestamente, en los días previos al 26 de agosto el duende realizaba
misteriosos movimientos en el hogar e, incluso, llamaba la atención de Rosita con
sus fuertes silbidos”, añadió.
“Esta familia, muy humilde, sólo habla el idioma guaraní. Únicamente el padre
escribe más o menos y comprende algunas palabras del español”, apuntó.
La profesional expresó que junto con psicólogas del Poder Judicial “estamos
trabajando con ellos desde su creencia, sin contradecirlos para ganarnos su
confianza evitando un antagonismo cultural, para encontrar pistas que nos
conduzcan hasta la niña perdida”, dijo Rivas.

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