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FARC ACABAN EL CENTRO DE ATACO

Octavio Ballesteros era el consentido del pueblo. Padecía el síndrome de Down.


Era una persona alegre y colaboradora. La mayor parte del día la pasaba al lado
de los 12 policías de Ataco (Tolima), a quienes consideraba sus mejores amigos o
sus parceros , como él mismo les decía.

A las 4 de la tarde del pasado miércoles, Octavio, de 24 años, bebió una jarra de
agua de panela y se fue de visita al cuartel de policía, como casi siempre lo hacia.
Apenas habían transcurrido unos minutos cuando la población se llenó de
guerrilleros.

Media hora después, unos 200 hombres de los frentes 21 y 50 de las Farc
iniciaron el ataque en el centro del municipio. Octavio salió corriendo y se
escondió en las antiguas instalaciones de la Caja Agraria, pero hasta ese sitio
llegaron las balas de los guerrilleros. Un proyectil que entró en su cabeza lo mató.

Al comenzar la noche la recién adecuada estación de Policía ya estaba convertida


en escombros. Cuatro cilindros cargados con explosivos fueron activados. En
medio del ruido de metralla y el miedo, el pueblo quedó sin fluido eléctrico y sin
servicio telefónico.

La esperanza volvió a renacer a las 7 de la noche, cuando llegó el avión fantasma


y dos helicópteros artillados. A los 12 policías combatientes, que hasta ese
momento habían resistido el ataque, les volvió el alma al cuerpo. Llegaron el avión
fantasma y dos helicópteros para equiparar las fuerzas.
Durante esta arremetida de las Farc, resultó muerto el patrullero Juan Daniel
Espinosa, de 21 años. Los agentes Mauricio Guanga y Jorge Eliécer López
sufrieron heridas leves.

A la una de la mañana de ayer los guerrilleros abandonaron el pueblo, dejando


destruido el cuartel de policía, la antigua sede Caja Agraria, la escuela Camilo
Torres y 30 viviendas del centro de Ataco, la tierra que vio nacer a Manuel Elkin
Patarrollo. En total 12 cilindros hicieron explosión.

Los guerrilleros que huían por la vía que conduce hacia Planadas en dos
camionetas Turbo, fueron interceptados por el avión fantasma. Por el estado en
que quedaron los dos vehículos, se presume que varios guerrilleros murieron.

A las 8:30 de la mañana doña Rubiela de Espinosa llegó a las ruinas del cuartel de
policía a preguntar por la suerte de su hijo, el patrullero Juan Daniel Espinosa. Le
llevaba el desayuno, sin saber que él había muerto en medio del ataque de la
guerrilla.

Mientras tanto el cuerpo sin vida de Octavio, quien a pesar de sus 24 años de
edad actuaba como un niño de 11 años, yacía entre los escombros, cubierto por
un plástico negro.

De acuerdo con Martha Liliana Perdomo, gobernadora (e) del Tolima, la


arremetida de las Farc contra este departamento puede obedecer a una estrategia
planeada para ganar nuevos territorios que le permitan construir corredores viales
para comunicarse con otras regiones del país.
La iglesia Católica del Tolima, en cabeza del arzobispo de Ibagué, monseñor Juan
Francisco Sarasti, le pidió a los violentos que detengan la carrera de muerte y
sangre . Y solicitó que se haga una tregua durante la Semana Santa.

Esta es la cuarta arremetida de las Farc en lo corrido de la semana. El pasado


domingo hombres del frente 21 destruyeron parcialmente el cuartel de policía de
Natagaima. Al día siguiente atacaron el municipio de San Antonio.

El centro de esta última población había quedado en escombros hace 40 días, en


otra incursión de las Farc.

En la noche del lunes anterior, una columna de este mismo grupo activó varios
explosivos contra la estación petrolera del municipio de Natagaima y en la noche
del pasado miércoles Ataco quedó en escombros después de la incursión de 200
guerrilleros.

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