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MONICIÓN INICIAL

Una vez más, el recuerdo de la muerte, de un amigo, de quien fue nuestro rector,
de don Gustavo nos ha reunido para rezar juntos. Vamos a celebrar esta Eucaristía
como cristianos, como seguidores de Cristo, que también pasó por este trance de
la muerte, y además en la Cruz; y sin embargo es, hoy, para nosotros un Dios Vivo
y Resucitado.
Así es nuestro Dios. Un Dios que pasó por este mundo, nos enseñó el camino del
cielo y Él mismo quiso pasar por el duro trance de la muerte, y además ajusticiado.
Pero resucitó y vive entre nosotros. Por eso, ahora, junto a Él y a nuestro hermano
Gustavo que nos enseñó con su ejemplo y dedicación vamos a celebrar unidos, esta
Misa, esta pues El amor y recuerdo nos han reunido y quieren que no nos
separemos nunca y luchemos por nuestra institución.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Glorifiquemos a Dios, nuestro Padre, que por Jesús nos ha enseñado las maravillas
de su Reino y digámosle:
Te rogamos, óyenos
1. Te pedimos, Señor, por la Iglesia: el Papa, los obispos, los sacerdotes, los
misioneros, los laicos, ilumínalos con tu Espíritu para que sigan formando
con sabiduría a tu pueblo.
2. Te pedimos, Señor, por los maestros, para que puedan seguir guiando a sus
estudiantes por el sendero del saber.
3. Te pedimos, Señor, por los maestros que se encuentran enfermos,
concédeles fortaleza, salud y su pronta recuperación.
4. Por nuestro hermano Gustavo para que viva junto a Ti, interceda por nosotros
5. Por todos nosotros, para que la pérdida de un familiar querido o de un amigo
sirva para acerarnos más a Cristo y unirnos más entre nosotros. "Roguemos
al Señor".
Gracias, Padre, por oír nuestras oraciones; manifiesta en ellas tu poder y tu amor y
danos tu Espíritu para obrar siempre el bien y glorificar tu nombre. Por Jesucristo
nuestro Señor.
PALABRAS.

No es fácil despedirse de una persona especial, como un amigo, un familiar o


alguien que realmente cambio tu modo de pensar y por ende tu forma de ser.

Siempre es triste asistir al recordar a alguien a quien se quiso mucho en vida pero
la pena por la partida de dicha persona será superada con el tiempo y queda el alivio
de volverlo a ver en un futuro no muy distante.

Los maestros entran en nuestra vida a diario pero son pocos los que dejan huella
para jamás olvidarlos.

Y es triste enterarse de su partida, es triste pero en el fondo de nuestro corazón


sabemos que ahora están al lado del gran maestro, de Dios.

“Cuantos momentos vividos, cuantas frases suyas que recordaré, cuantas


experiencias gratas pero sobre todo cuantas enseñanzas que siempre me servirán
en mi vida diaria. Gracias por todos esos momentos, maestro y ahora que Dios lo
tiene en su gloria espero siga guiando nuestros pasos como ángel que ayuda a los
que piden misericordia.

“No volverlo a ver sin duda es lo peor que puede suceder. Ya no estará aquí para
podernos corregir, ni para alegrarnos el día con sus chistes que nunca parecían
tener fin. Siempre lo tendremos presente, Rector no solo por ser quien nos sabía
corregir sino porque logró lo que pocos pudieron, es decir, ser el amigo que siempre
los jóvenes queremos en un adulto sincero. Hasta siempre, querido maestro y rector
Don Gustavo.”.

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