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Capítulo 4

El ejercicio de la profesión del Psicólogo

4.4 PSICOLOGÍA CLÍNICA

Cristina González

La Psicología Clínica como disciplina específica tiene un origen relativamente reciente si


consideramos, como lo hace la mayor parte de los autores (Garfield 1974, Bellack y
Hersen 1989, Buendía 1999,) a la 2° guerra mundial -con sus demandas de selección y
asistencia a problemas de salud mental- el momento histórico donde adquiere
protagonismo.
Su acción ha sido desde entonces en tan variados campos y entrecruzándose en el
camino con tan diferentes profesiones, que se torna un tema de discusión el determinar
su campo y función. Por ello, los límites con otras disciplinas y aún con otras áreas de la
misma disciplina, pueden prestarse a confusiones tales como pensar que todo Psicólogo
es por definición Psicólogo Clínico, o por el contrario reducir su función a la asistencia del
padecimiento emocional y su campo al del hospital.
Por ello recordar la reglamentación vigente en nuestro país puede ser un referente de
utilidad. La Ley Nº 7106 del Senado de la Provincia de Córdoba sobre las disposiciones
para el ejercicio de la Psicología, promulgada en 1984, dice lo siguiente:
“Se considerará ejercicio de la profesión en el área de la Psicología Clínica: la
exploración psicológica de la estructura, dinámica y desarrollo de la personalidad,
la orientación psicológica para la promoción y prevención del equilibrio de la
personalidad, la investigación y formulación de diseños experimentales, el
diagnóstico y tratamiento de los conflictos y tensiones de la personalidad
mediante psicoterapia, otras actividades que con el mismo objetivo requieran el
uso de instrumentos ytécnicas estrictamente psicológicas”.

En el Reglamento de Especialidades, publicado por el Colegio de Psicólogos de la


Provincia de Córdoba, en la revisión realizada en noviembre de 1995 con referencia a las
actividades propias al Psicólogo clínico afirma:
“Se considera ejercicio de la Psicología Clínica:
a) la exploración de la estructura y dinámica de la personalidad mediante
métodos y técnicas específicamente psicológicas.

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b) La intervención psicológica para la promoción de la salud en el ámbito:


individual, de pareja, familiar, grupo y/o instituciones.
c) El diagnóstico y tratamiento del individuo, pareja familia, grupo y/o
instituciones.
d) La investigación de los instrumentos y/o técnicas que posibiliten el abordaje
clínico de acuerdo a las demandas actuales.
e) investigación y docencia.

A partir de ello se podría entonces definir a la Psicología Clínica como: la rama de la


Psicología cuyo objetivo es el análisis, comprensión, tratamiento y predicción de la
conducta humana y de la red multicausal que la determina, atendiendo a los procesos de
salud/enfermedad, a través del estudio del caso singular. La Psicología Clínica acentúa en
su método a lo particular, lo único e irrepetible de cada caso clínico, entendiendo que
cuando decimos “caso” no se resume a un individuo, sino que incluye las configuraciones
vinculares del ser humano, sea pareja, familia, grupo o comunidad, en tanto ser social en
un contexto socio cultural dado.
Es importante agregar que aunque la finalidad del método es la comprensión del caso
particular, la misma no podría darse sin recurrir a conceptos universales y que la nueva
experiencia particular servirá para la revisión y avance de nuevos conceptos.
El interés del estudio de casos es indiscutible en la práctica clínica, sin embargo en el
ámbito de la producción del conocimiento científico, se le demarcan algunas limitaciones
tales como: la fiabilidad de las informaciones, la subjetividad en la interpretación del
observable, las dificultades para la generalización, los límites en la confirmación de las
tramas causales que se postulan, etc. Seguramente todo método tiene sus ventajas y sus
limitaciones, pero eso no debe transformarse en un impedimento para la posibilidad de
utilizarlo con estrategias que respondan a una metodología rigurosa.
Tal como expresa Pendinielli, J.L (1996) “Si el método clínico se centra en el individuo y
su singularidad, la práctica clínica no excluye, en absoluto los procedimientos de
objetivación de los hechos, de tipificación de las observaciones o de la cuantificación. De
la misma forma, la investigación clínica y la producción de conocimientos pueden
rodearse de criterios objetivos y emplear los métodos comparativos rigurosos”.

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Las técnicas que utiliza el método clínico son, dependiendo de las particularidades del
caso, la entrevista, los test, el dibujo, el juego, el análisis de textos escritos y la
observación. Cada una de ellas se sostiene en teorías que sirven de andamiaje a su
aplicación, para que estas no resulten en un mero tecnicismo que podría distorsionar la
comprensión del sujeto y por lo tanto resultar iatrogénico para el mismo, y de poco valor
para la investigación misma.
Es hoy indiscutible que los modelos en ciencias humanas requieren la complementariedad
de diversas referencias teóricas y aún así éstas no agotan los interrogantes de la clínica.
Para las finalidades de esta escrito entenderemos por modelo teórico, a un conjunto de
supuestos que guían al psicólogo en su práctica clínica y entenderemos por práctica
clínica aquella que realiza un profesional especializado en dicha área, cuando interviene
desde cualquiera de las funciones que le son propias, es decir: las de investigación,
diagnóstico, prevención y/o tratamiento. Estos supuestos intervienen en la formulación de
hipótesis, así como en la fundamentación de las intervenciones que realice en el campo
de la salud mental. De hecho, la concepción misma de lo que se entienda por salud
mental estará teñida por el referente teórico que se utilice.
Resulta imposible pensar una práctica clínica, sin un anclaje en ciertas concepciones
sobre los diversos aspectos psicológicos, que guíen las bases sobre las cuales se apoyan
las técnicas y estrategias de abordaje. Thomä y Kächele (1989, pp. 386) refiriéndose a la
función terapéutica, lo expresa de la siguiente forma: “el terapeuta no puede conducir ni
evaluar un tratamiento sin tener un modelo de los cursos posibles de una terapia, que lo
provea de instrucciones para la acción y los criterios de evaluación. La función esencial de
los modelos es introducir orden en la multiplicidad de información, dirigir la percepción y la
conducta del terapeuta y así garantizar la continuidad de sus medidas terapéuticas”. Es
conveniente entonces considerar a las teorías, tal como lo expresa Bernardi, R. (2003) no
solo como formulaciones abstractas sino también y esencialmente, como modos
concretos de ver y de pensar lo que se ofrece en la práctica clínica.
Lo importante en el campo de trabajo es poder intervenir interdisciplinariamente con todas
las herramientas que el psicólogo tiene, en el común interés de promover la salud
emocional de la comunidad. Esto significa, poder accionar más allá del tradicional trabajo
en hospitales, clínicas psiquiátricas, o consultorio privado y de ampliar el eje de la
patología para incluir también el campo de la salud.
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En la medida que la psicología clínica continúe profundizando y ampliando los márgenes


de su conocimiento, podrá realizar mayores aportes teóricos y técnicos para el
mejoramiento de la calidad de vida del ser humano y es la variedad en los procesos de
investigación y en los modelos teóricos que los sustentan, lo que permite el avance de la
disciplina y la posibilidad de seguir construyendo nuevos saberes.

Bibliografía
Bellack, A y Hersen, M. (1989). Métodos de investigación en Psicología Clínica. Bilbao,
España: Descleé de Oruwer S.A
Bernardi, R. (2003). El poder de las teorías. Revista Docta. Revista de Psicoanálisis. 1 (0),
45-66.
Buendía, J. (1999). Psicología Clínica. Perspectivas actuales. Madrid: Pirámide
Reglamento de especialidades (2000). Colegio de Psicólogos de la Provincia de
Córdoba.
Garfield, S.L. (1979). Psicología Clínica. El Estudio de la personalidad y la conducta.
México: Manual Moderno
Pendinelli, J.L. (1996). Introducción a la Psicología Clínica. Madrid, España: Biblioteca
Nueva
Tomä, H. y Kächele, H. (1989). Teoría y Práctica del Psicoanálisis. Barcelona, España:
Herder S.A.

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