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Pesimismo Antropológico y estado de Naturaleza

De acuerdo con el método de Galileo, Hobbes busca un esquema intelectual, cuya estructura
racional y elaborada es un modelo de las estructuras generales del objeto. A este objeto el le
llama “cuerpo”, sin que vaya ligado a ello la idea de materialismo. Cuerpo para él es solamente
lo que se puede definir racionalmente como pensado a partir de la descomposición y
estructuración de sus elementos. Definir es calcular, porque la división y la suma son
operaciones matemáticas.

En la lógica encontramos un sistema de signos para el calculo. Los signos son los nombres del
lenguaje. Pero los nombres no son imágenes de las cosas, sino creaciones arbitrarias del hombre
con fines de cálculo. Hobbes es un nominalista bastante extremista. Como invento libre
solamente el sistema de signos es racionalmente inequívoco, inteligible y demostrable. Con este
sistema de signos racional, perceptible y conocido se hace cognoscible lo desconocido de las
cosas. La verdad esta solamente en los nombres y en las frases, no en las cosas.

Los elementos que nos proporciona el análisis del mundo exterior y para los cuales se han
establecido simples signos del lenguaje, son espacio, tiempo, los cuerpos y sus propiedades,
causa y efecto, igualdad y diferencia, cantidad y proporción de figuras. Como todos los lógicos,
Hobbes emplea muy poco trabajo en el análisis para llegar rápidamente a la estructura, a la
síntesis del modelo en el cálculo. Con los conceptos elementales trata de construir una mecánica
demostrable, en la cual la plenitud del espacio no es sustancial como en Descartes, sino que el
espacio es una abstracción de las relaciones mutuos de las cosas. En el todo es movimiento,
comienzo de movimiento (conatus). Con este maravilloso concepto del comienzo de
movimiento como un movimiento más pequeño todavía que todo numero posible, Hobbes sin
ser matemático, ha anticipado el calculo infinitesimal posterior de un modo puramente
filosófico. La ordenación del mundo es naturalmente la de Copernico, Kepler y Galileo, así como
la física de su época.

El hombre es el ser parlante. El lenguaje es la escritura de un sistema racional de signos para


entenderse, a diferencia de la exteriorización de sensaciones del animal. A pesar de ello, Hobbes
sabe que el lenguaje es natural, no elaborado. Y sabe también que el hombre mediante el
lenguaje no se hace mejor, sino mas capaz. El hombre, mediante el lenguaje, puede no
solamente conocer sino también engañarse, puesto que puede (mientras el animal no) fingir y
mentir al hablar.

El método fisiológico de análisis y síntesis mediante signos, como fue expuesto en De corpore,
es fundamental para Hobbes. Por el contrario, la física y la fisiología son para el solamente un
complemento sistemático, y el conocimiento aforístico del hombre, un adorno. No fue
investigador en estos campos. En Hobbes todo se vuelve esencialmente teoría del estado y del
Derecho.

Hobbes profesa un materialismo mecanicista determinista que reduce la realidad a sus


elementos últimos y simples para explicarla únicamente por el juego de sus movimientos. El
estudio del hombre se integra en esta concepción fundamental. De ahí la preocupación de
Hobbes por asimilar la psicología y la política a la física y aplicarles el método matemático.

La política solo puede constituirse como ciencia si parte de un análisis objetivo del hombre tal
como es y así descubre el resorte mas oculto de su obrar. Este resorte es el egoísmo. El egoísmo
hace de la auto conservación el principio practico supremo y tiene como corolario un obsesivo
temor de la muerte. La tendencia mas profunda del hombre es el afán de seguridad. En función
de la autoconservación se define lo bueno y lo malo. De ahí la búsqueda angustiosa de cuanto
contribuya a preservar la vida y, en primer término, del poder bajo todas sus formas (riquezas,
prestigio, etc.). Mas como los elementos del poder son precarios, la dinámica de la seguridad,
mas allá de cualquier veleidad de autolimitación, impondrá incrementarlos continuamente por
el temor ante el poder ajeno. El resultado, según los propios términos de Hobbes, es un deseo
perpetuo e incesante de poder y mas poder, al que solo la muerte pone termino (<< a perpetual
and restless desire of power, ttha ceasetyh only in death>>). Certeramente se ha subraydo que
<<asi como Newton, partiendo de las leyes de galileo, deduce las leyes del movimiento de los
astros como resultado del impulso centrifugo y de la atracción centripeda de las masas, asi
también el mecanicista Hobbes deduce el Estado como resultado del ansia de poder, de carácter
centrifugo>>

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