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Acumulación de Acciones

De acuerdo con la doctrina moderna se expuesto, resulta obvio que ya no se puede hablar con
propiedad de clasificación y acumulación de acciones, como lo hizo la doctrina tradicional y que se
mantiene en mucha disposiciones en nuestra legislación.

Las clasificaciones dice el profe Cubano Grillo Longoria, se ha elaborado sobre la base de criterios
muy diversos, pero en todas las elaboradas por la doctrina tradicional está implícito el concepto
erróneo de que la acción y el derecho material constituye la misma cosa.1

Lo que en realidad es susceptible clasificar y acumular , son las pretensiones , por ser las que se
pueden reunir en una misma demanda , para ser discutidas , analizadas y decididas en sentencia.
Por estas razones desarrollaremos este tema en el capítulo correspondiente a la pretensión.

López Blanco . explica este problema con claridad , al decir : “Si consideramos el carácter unitario
que tiene el derecho de acción , encontraremos que no es posible hacer ninguna clasificación de
las acciones , pues ese derecho personalísimo no es susceptible de ninguna división , ni siquiera
con fines didácticos. Es por ello por lo que resulta totalmente equivocado insistir en hablar de
diferentes clases de acciones , pues lo que fundamenta esas clasificaciones son las pretensiones
y el proceso. No obstante que , la casi totalidad de tratadistas , a pesar que reconocen el carácter
unitario o indivisible del derecho acción , insiste en clasificarlo , apoyados en que por tratarse de
unas nociones tradicionales de agrupación” . Y, como indica Devis Echandia , “es difícil extirpar el
empleo de la palabra acción en sentido material o sustancial , para limitar a un criterio puramente
procesal , esto ocurre en todos los países”. Ya Couture lo había advertido cuando dijo: “costara
mucho trabajo y muchísimo tiempo desembarazarse de la terminología tradicional que rige toda
esta materia”.

Sobre este aspecto, Alvarado Velloso expresa que, por ser el concepto de la acción , un concepto
elemental (que, como tal , no admite ser dividido) no es susceptible de clasificación algún(quienes
clasifican “acciones” , en rigor toman equivocadamente el vocablo asignándole el contenido de
otro: la pretensión : así que no hay acciones reales , ni acción de divorcio , sino pretensión basada
en derecho real, pretensión de divorcio, etc.)

Además, como señala como acierto Vásquez Rossi al hablar sobre la desprolija realidad y la pulcra
teoría, dice que la realidad tiene, por lo general, la desagradable costumbre de no ajustarse a las
teorías que intentan explicarla. Ello sucede en los más diversos ámbitos del conocimiento, pero
pareciera agudizarse en el terreno jurídico. Agrega que es difícil conciliar los conceptos
aprendidos en las páginas de los tratados y en las exposiciones de los profesores con lo ocurre

1
Rafael Gorillo Longoria: Derecho Procesal Civil (Teoría General del Proceso Civil): Edit. Pueblo y Educación.
La Habana. Cuba. 1984. Pag 45
cotidianamente en lo laberinticos vericuetos de la institución judicial y en la concreta aplicación
de Derecho, cuya aplicación responde-Salvo casos excepcionales – más a la irracionalidades
burocráticas, a la rutina despersonalizada y desinteresada , que a los dramas y conflictos humanos
y las complejas elaboraciones doctrinarias.

La acción procesal es independiente del derecho sustantivo o material que se pretenda deducir
o perseguir en juicio, pues cuando se afirma que la acción es el derecho de perseguir en juicio lo
que se nos debe, se está utilizando el concepto romano y confundiéndola con el derecho
material. Esta es la situación que ocurre en nuestra legislación, principalmente con el Código Civil,
que equipara la acción al derecho sustantivo, que siguió la corriente de Derecho francés, que al
adoptar la terminología del Derecho romano, no precisó debidamente estos conceptos.

Al compartir los criterios anteriores , creemos que si bien es cierto que, por cuestiones de política
procesal o legislativa, se implantó la clasificación de las acciones, ello no justifica que se mantenga
tal criterio y no pueda superarse, pues ya no estamos en la Audiencia de los Confines, como para
no incorporar a la legislación las corrientes procesales que permiten ver otros horizontes y
primordialmente aquellas que impulsan nuevos criterios en aras de obtener una mejor impartición
de justicia en beneficio de los justiciables. De ahí que sobre el tema de la clasificación de la acción
no presentemos ninguno porque, como hemos apuntado, Jurídicamente no es posible hacerlo.

1.16. La acción Procesal Penal

Si bien el concepto de acción procesal, como hemos expuesto ha variado según la doctrina o teoría
sustentada en determinada época de la historia, es decir, según se le haya considerado al servicio
de las partes o bien al servicio del Estado. Sin embargo, como también ha quedado reseñado, la
acción procesal es única, y en el proceso penal tampoco pueden ser objeto de clasificación,
menos dentro de una teoría unitaria del proceso, puesto que esta no admite pluralidad o concurso
de acciones pero si de pretensiones punitivas. Por ello es que en la actualidad es considerada la
acción como un derecho autónomo con respecto al derecho de fondo.

Para la teoría clásica la acción fue un elemento del derecho y requería, además de derecho,
interés, calidad y capacidad, no concibiendo el derecho sin acción, y viceversa, es decir, que los
autores vieron a la acción como un simple elemento del derecho subjetivo material violado o
desconocido.
Es sabio que en 1856 Windscheid público su monografía “La acción en el derecho romano desde
el punto de vista de derecho moderno”, iniciando la concepción de la acción como derecho
autónomo, en el cual incluye dos elementos: la acción del derecho romano y la Klage del derecho
alemán . Hay que tener en cuenta que en un principio , la víctima del delito o su familia, eran las
facultadas para el ejercicio de la acción penal (acusación privada); después, se dispuso que podía
ser acusador cualquier ciudadano(acusación popular); posteriormente, conforme el sistema
inquisitivo era el juez quien concentraba en el todas las funciones de acusación, defensa y
decisión (persecución de oficio); actualmente, conforme al sistema acusatorio es el Ministerio
Publico el encargado de promover la acusación penal ( acusación pública). De ahí como lo
reconoce la doctrina procesal moderna, esto resulta lógica, dado el carácter público de la acción,
el que en principio no permite la intervención del particular ofendido ni de cualquier ciudadano,
ya que dicha acción no puede supeditarse a intereses personales o a propósitos de venganza,
sino que sirven para aplicar objetivamente la ley con espíritu de justicia para aplicar objetivamente
la ley con espíritu de justicia y con el único fin de comprobar la verdad.

1.16.1 Concepto.

El concepto genérico que hemos explicado para la acción civil, es aplicable también para la acción
penal, que de una manera inicial y por ser más conocida, puede caracterizarse como el poder-
deber de requerir la actuación y decisión jurisdiccional penal. Sin embargo, hay que tomar en
cuenta que también la hemos caracterizado como un derecho fundamental, es decir, recogido por
la Constitución Política e inherente a cualquier persona, razón por la cual, es principio, no debe de
haber mayor digresión, aunque esto no sea del todo cierto.

En el recorrido que hicimos en relación con las diferentes corrientes doctrinarias se ha podido
determinar que si el concepto de acción en general no resulta aún, a pesar de los considerables
aportes doctrinarios, suficientemente aclarado, mucho menos lo está en lo que se refiere a la
materia penal. Y, es que como señala Alvarado Velloso, si se observa la reseña del pensamiento
procesal , habrá que concluir que aun cuando todas las concepciones muestran positivamente
una cierta razón desde la óptica en la cual se colocan los autores, ninguna de ellas lograr mostrar
a la acción como lo que realmente es y, mucho menos, como un concepto único e inconfundible,
puesto que no definen sino que se limitan a fotografiar el fenómeno con cámara de alta velocidad
de obturación en un momento y desde un ángulo dado, con lo cual se detiene una imagen que,
por ello, resulta exacta parcial pero no totalmente. Ello deriva, afirma Alvarado, por explicar el
problema a partir de la ley y no con prescindencia de ella, desde la óptica de la pura actividad
cumplida, es por lo que se ha dicho que la “acción es un derecho subjetivo, público y autónomo,
mediante el cual se requiere la necesaria intervención del Estado para la protección de una
pretensión jurídica o para lograr la tutela del derecho objetivo”, parece claro que el fenómeno
descrito esta.

2.10. Acumulación de pretensiones.

El mismo problema doctrinario que surgió para determinar que no son las acciones las que no son
las acciones las que se clasifican sino las pretensiones, ha ocurrido con la acumulación, ya que la
doctrina tradicional se ha referido a l acumulación de acciones y no pretensiones.

Sobre la particular Devis Echandía indica que es un error hablar de acumulación de acciones del
mismo demandante en la demanda , lo que existe es acumulación de pretensiones, pue solamente
se ejercita una acción, como tal no puede ser objeto de acumulación ni por ello se destruye la
unidad de su concepto.

No obstante que Aguirre Godoy reconoce que resulta impropio referirse a la acumulación de
acciones, porque la acción no se identifica con la pretensión, opta por seguir usando la
terminología clásica por la fuerza de la tradición, según dice.

De acuerdo con Rengel Romberg, lo que determina la pluralidad de objetos del proceso es la
acumulación de varias pretensiones en un mismo proceso, lo que puede ocurrir entre dos únicos
sujetos (actor y demanda) o bien entre varios (acumulación subjetiva).

En realidad, el fundamento de la acumulación de pretensiones es la razón de conexidad que existe


entre las mismas, en donde alguno o algunos de sus elementos son comunes o bien existe
identidad entre ellos.

Acerca de las clases de acumulación, la doctrina reconoce varias, según se refiera a la pluralidad de
pretensiones, se producirá una acumulación objetiva, o bien a la pluralidad de sujetos, sean
formado la parte activa o pasiva de la relación jurídica, se originara la acumulación subjetiva.

En atención al momento procesal en que se produce la acumulación, puede ser inicial u originaria,
que se presenta cuando las distintas pretensiones se platean desde un principio en una misma
demanda y la acumulación sucesiva o sobrevenida, que puede ser por inserción de nuevas
pretensiones en los casos de ampliación de la demanda o en la reconvención y sucesiva por
reunión cuando se trata de la unión de varios procesos.

2.10.1 Acumulacion Objetiva.

Esta clase de acumulación tiene por objeto reunir en una misma demanda dos o más pretensiones
a fin de que sean examinadas y resultas en una misma sentencia. Esta acumulación también
conocida como originaria, tiene lugar cuando las pretensiones se proponen en forma conjunta al
principio del proceso (en la demanda inicial)

La acumulación sucesiva por inserción se produce cuando ya se ha iniciado el proceso, pero antes
que sea contestada la demanda , el actor la amplia o la modifica para introducir otra pretensión.
(Art. 110 del Cód. Prov. Civ. Y Merc) o bien , cuando el demandado al contestar la demanda
reconviene al actor (Art.119), introduce una pretensión nueva dentro de un proceso ya existe .
Lino Palacio dice que también se puede presentar esta modalidad de acumulación con la
intervención de terceros, como en los casos de intervención excluyente y la tercería.

Esta acumulación tiene su fundamento en el principio de economía procesal y para evitar que se
produzca fallos contradictorios, lo que podría ocurrir si se discuten por separado.

El Codigo Procesal prevé que contra la misma parte puedan proponerse en el mismo proceso
diversas pretensiones, siempre que no sean contradictorias, ni que hayan de seguirse en juicios
sujetos a procedimientos de diferente naturaleza, ( Art 55), además el juez debe ser competente
para conocerlas.

En cambio, en la acumulación de autos o de procesos (que la doctrina clásica denomina unión de


pleitos), se produce cuando en dos o mas procesos se han ejercitado diversas pretensiones pero
que por tener relación de conexidad se unen también para ser decididos en un solo fallo . Esta
clase de acumulación también se le conoce como sucesiva por reunión .
Según el Codigo Procesal, procede la acumulación de procesos en los siguientes casos: 1o- cuando
diversas demandas entabladas provengan de una misma causa, aun cuando sean diferentes las
personas que litigan y las cosas que sean objeto de las demandas 2o- Cuando las perdonas y las
cosas son idénticas, aunque las pretensiones sean diferentes; y 3o- en general, siempre que la
sentencia que haya de pronunciarse en un juicio deba producir efecto de cosa en otro. (Art. 538)

Entre los requisitos que deben cumplirse están: 1o- que la acumulación únicamente puede
hacerse a petición de parte salvo cuando la ley permita hacerlo de oficio, como ocurre con la
acumulación de consignaciones de rentas en los juicios sumarios de desocupación y cobro de
rentas; 2o- es improcedente la acumulación de procesos cuando estos por su naturaleza tengan
que seguirse en tramites distintos; 3o- cuando se trate de procesos de ejecución singular y en los
interdictos, o bien que los procesos se encuentren en diferentes instancias (Art. 539).

2.10.2. Acumulacion Subjetiva.

Esta clase de acumulación surge cuando hay pluralidad de personas que integran una o ambas
partes en un proceso.

Cuando esta situación ocurre estamos en presencia del litisconsorcio, que en su expresión
gramatical se compone de dos vocablos: “Litis” que significa litigio, pleito o juicio; y “consorcio”
que se refiere a una asociación o unión. En esta institución hay una asociación de partes que
puede ser de actores o demandados .

Para Guasp, el litisconsorcio es “ aquel tipo e pluralidad de partes que se produce cuando diversos
litigantes aparecen no solo situados en un mismo plano, sino, además, unidos en una actuación
procesal: según que la unión plural afecte a los demandantes, a los demandados o a ambos, el
litisconsorcio se llama activo, pasivo o mixto”.

En el litisconsorcio activo se integra por una pluralidad de actores. En el pasivo por pluralidad de
demandados y en el mixto, hay pluralidad de actores y demandados.

Par Guasp también el litisconsorcio es simple, Facultativo o voluntario, cuando la unión de los
distintos litigantes se debe plenamente a su libre y espontánea voluntad . Es necesario, cuando
por disposición de la ley se exige que las partes actúen en la unión que conforman el litisconsorcio.
En este caso la acumulación es impuesta por la ley.

En nuestra legislación se distinguen: Litisconsorcio necesarios, facultativos y voluntarios.

Según el Código Procesal, el litisconsorcio necesario surge si la decisión no puede pronunciarse


más que en relación a varias partes, por lo que estas deben demandar o ser demandadas en el
mismo proceso ( Art. 53).

El litisconsorcio es facultativo cuando varias partes pueden demandar o ser demandadas en el


mismo proceso, cuando entre las causas que se promueven exista conexión por razón del objeto o
del título de que dependan o bien cuando la decisión dependa, total o parcialmente, de la
resolución de cuestiones idénticas. (Art.54).

En lo referente al voluntario, dice el Art.56, que en un proceso seguido entre dos o más personas,
pueden un tercero presentarse a deducir una acción relativa al mismo asunto. Esta nueva acción
se llama tercería y el que la promueve, tercero opositor o coadyuvante.

Alude a una más que es la intervención a instancia de parte, que se produce cuando, al demandar
o al contestar la demanda, cada una de las partes puede llamar al proceso a un tercero, respecto
del cual considere común la causa o de quien pretenda una garantía.

Es importante destacar que una vez realizado el emplazamiento de manera legal, el tercero queda
vinculado a la decisión final del asusto y contra quien pueda ejecutarse también lo resuelto en la
sentencia.

2.11.Accion y pretencion punitiva

Hemos señalado que la acción penal , como toda acción procesal, es un derecho subjetivo publico
pero que es ejercido por el Ministerio Publico , por ser quien tiene a su cargo, en representación
del Estado, la persecución penal en todos por supuesto esta condicionado para su ejercicio que se
den los requisitos que el ordenamiento jurídico penal señala para ello, es decir, la existencia de
una noticia criminis.
Arlas dice que la acción procesal penal se dirige al juez y tiene como contenido una pretensión
penal. Como toda pretensión procesal, la pretensión penal consiste en que se pretende la
imposición a alguien de una pena o de una media de seguridad como autor, coautor o cómplice
de un hecho tipificado como delitos. Y esta pretensión penal se hace valer por el Ministerio
Publico de exigir castigo de alguien o la prevención de un nuevo delito. Derecho Público subjetivo
que corresponde a los órganos ejecutivos del Estado

En cambio, Vásquez Rossi, Llam a la pretensión punitiva solicitud de pronunciamiento


condenatorio sobre un sujeto a quien se entiende como autor de un hecho delictivo. Aparece
como un contenido posible de la acción, procesalmente concretado en la acusación y derivado del
derecho sustantivo. Es decir que, por el ejercicio de esta se busca de realización de la
pretensión.

No deben confundirse, dice este autor, las nociones de acción y pretensión punitiva, ya que de
incurrirse en ese error no podría comprenderse como la legislación procesal contempla la exprea
posibilidad de que el titular de la acción o Ministerio Publico pueda solicitar el órgano
jurisdiccional el sobreseimiento del imputado. La pretensión punitiva es solo un contenido posible
de la acción, la que debe definirse únicamente por su esencial carácter requirente de actividad y
pronunciamiento jurisdiccional en torno a un hecho previsto por la legislación penal. Rubianes
dice con exactitud que “la acción es precisamente la entidad jurídica invocadora de la jurisdicción,
su condición y su límite”

En ese sentido dice Manzini que la acción penal tiene siempre por objeto una pretensión punitiva
derivada de un delito, concreta o hipotéticamente realizable, De esa cuenta, el juez, ya fuere
reconocido o desconociendo el fundamento de la legitimidad de la pretensión, pronuncia una
decisión que agota completamente todo lo que a la realizabilidad de esa pretensión se refiere ,
cuando existan las condiciones de procedibilidad.

Bettiol por su parte, dijo que ya prevalecía la opinión según la cual del delito nace una pretensión
punitiva y que esta idea del derecho subjetivo de castigar, que se resuelve en una autolimitación
del poder des Estado en el Campo punitivo, está en armonía con las exigencias de una concepción
técnica del derecho entendido como límite, y con las exigencias de una visión de política
democrática que se coloca en la base del proceso contemporáneo.
Dice García Ramírez, “Si la acción es un Derecho abstracto de promover la actuación y la decisión
jurisdiccionales con respecto a una determinada relación con el Derecho material, la que se
ejercita en el proceso penal ( cuya esencia no difiere de la atribuible a la acción en general) tendrá
por finalidad, justamente, la promoción de tales actividades del órgano jurisdiccional. Aun cuando
es cierto , como algunos autores han sostenido, que la acción penal ( en estricto sentido) es
siempre de condena, y que a través de la misma se hace valer la presentación punitiva, orientada
al castigo del culpable, también es preciso tomar en cuenta que el Ministerio Publico incumbe un
preciso saber de objetividad ( de donde su paradójico)
Acumulación de procesos

La terminología tradicional llamaba a esta acumulación de autos, pero el Código Procesal Civil y
Mercantil ha tenido el acierto de hablar de acumulación de procesos.

Se trata de dos o más procesos que han nacido independientes, cada uno con su procedimiento
respectivo, pero que se reúnen en un procedimiento único y sean resueltos en una única sentencia
formal. Teóricamente hay que distinguir dos supuestos, que atienden a la claridad conceptual,
aunque los dos tienen la misma regulación y efectos:
Si entre los distintos procesos hay identidad de personas, la acumulación será exclusivamente
objetiva, esto es, si los dos procesos se han entablado entre las mismas dos personas.

Si los distintos procesos no se han entablado entre las mismas personas, la acumulación será
objetivo-subjetiva; es decir, cuando aparecen en los dos procesos por lo menos tres personas.

Para que la acumulación sea posible han de concurrir los siguientes presupuestos:

- Instancia de parte: según el Artículo 539 del Código Procesal Civil y Mercantil, la acumulación de
procesos sólo podrá decretarse a petición de parte salvo los casos que antes hemos dicho de
acumulación especial, en que puede decretarse de oficio, y parece que debe entenderse que no se
trata sólo de tener la condición de parte en alguno de los procesos a acumular, sino; además de
que se haya comparecido en forma y se haya admitido el apersonamiento.

- Procedimientos de la misma clase: conforme al Artículo 539, párrafo 2.º, no procede esta
acumulación cuando los procedimientos por los que se estén tramitando los procesos sean
distintos, y se añade como disposiciones especiales que tampoco cabe la acumulación si se trata
de procesos de ejecución singular o de interdictos.

En principio la acumulación ha de poder pedirse y decretarse en cualquier estado en que se


encuentren los procesos, pero: Los procesos a acumular no pueden encontrarse en diferentes
instancias, según el Artículo 539, párrafo 2.º o, dicho en sentido afirmativo, los procesos han de
encontrarse en la misma instancia, esto es, han de encontrarse en la misma fase de su desarrollo
procedimental, de modo que no cabe acumulación cuando un proceso se encuentre en la primera
instancia y el otro en un recurso. No es posible la acumulación si uno de los procesos se ha dictado
ya sentencia definitiva.

Sin atender ahora a las acumulaciones especiales, la acumulación exige la conexión entre las
pretensiones que ya dieron lugar a otros tantos procesos, cada uno con su procedimiento, pero es
preciso distinguir entre:

a) Conexión cualificada: según lo que dispone el Código Procesal Civil y Mercantil existen dos
supuestos de conexión cualificada desde la perspectiva de la acumulación de procesos,
aunque al final resulta que sólo hay uno:
Cosa juzgada: según el Artículo 538 del Código Procesal Civil y Mercantil procede la
acumulación en general, siempre que la sentencia que haya de pronunciarse en un juicio deba
producir efectos de cosa juzgada en otro. Esta norma sólo puede entenderse si se distingue
entre los efectos de la cosa juzgada, pues ésta produce, primero, un efecto negativo o
excluyente por el que no puede existir un segundo proceso si en otro anterior se produjo la
cosa juzgada sobre la misma pretensión, y de ahí que el Artículo 116 del Código Procesal Civil y
Mercantil incluya entre las excepciones previas la de cosa juzgada, y, después; un efecto
positivo o prejudicial.

Si lo dispuesto en el Artículo 538, inciso 3º, se entendiera que se refiere al efecto negativo o
excluyente de la cosa juzgada, la norma en su misma existencia carecería de sentido, pues si ya
existe cosa juzgada y luego se inicia un segundo proceso con las mismas identidades; lo
procedente sería alegar en este segundo proceso la excepción previa de cosa juzgada para que el
proceso no siguiera. La cosa juzgada a la que se refiere el citado Artículo 538, inciso 3º., el que sólo
puede ser el efecto positivo o prejudicial de la misma; el efecto que hace que en un proceso
posterior no pueda desconocerse lo decidido en un proceso anterior.

Según el Artículo 540 del Código Procesal Civil y Mercantil cuando la demanda entablada en un
proceso sea igual a otra que se ha entablado ante juez competente, siendo unas mismas las
personas y las cosas sobre las que se litiga, se declarará la improcedencia del segundo juicio y se
condenará al actor en costas, daños y perjuicios.

Si existiendo un proceso no puede darse otro con las identidades indicadas, la norma del Artículo
540 del Código Procesal Civil y Mercantil es completamente lógica, pero la misma no debería estar
dentro del título dedicado a la acumulación de procesos, pues la existencia de litispendencia no
lleva a la acumulación sino a que el segundo proceso termine, y además a que se condene al actor
del mismo a las costas; daños y perjuicios. De este modo resulta que la litispendencia no es un
supuesto de conexión cualificada, sino un caso de terminación del segundo proceso.

b) Conexión simple: los supuestos de acumulación por conexión simple se enuncian en el Artículo
538 incisos 1.º y 2.º, del Código Procesal Civil y Mercantil y atiende a:

- Cuando diversas demandas entabladas provengan de una misma causa aunque sean diferentes
las personas que litigan y las cosas que sean objetos de las demandas.

La conexión objetiva se basa aquí únicamente en la causa de pedir y para saber lo que se ésta
debe estarse a lo que dijimos en el Capítulo anterior. Recordemos que se trata de hechos.

- Cuando las personas y las cosas sean idénticas, aunque las pretensiones sean diferentes.

Basta la conexión subjetiva o identidad de las partes entre los dos procesos y de que tampoco es
suficiente la conexión por la cosa, relativa al bien que se pide. Por el contrario sí existe conexión
para pedir la acumulación cuando la única identidad es la relativa a la causa de pedir.
El cómo se realiza la acumulación se regula en los artículos 541 al 544, y en ese procedimiento
deben distinguirse las siguientes fases:

Solicitud: la solicitud o petición de que se proceda a la acumulación de procesos puede realizarse


siempre que los dos procesos estén todavía pendientes en la primera instancia, esto es, antes de
que en cualquiera de ellos se hubiera dictado sentencia definitiva, petición que se hará ante el juez
que conozca del proceso más antiguo, es decir, ante el iniciado primero en el tiempo aunque si
alguno de los procesos se tramita ante un tribunal de mayor jerarquía la petición de acumulación
se hará ante este tribunal, al cual además se declara competente para conocer de los procesos
acumulados.

La solicitud o petición, según el Artículo 542, debe contener las siguientes particularidades:

Indicación del juzgado ante el que se siga o sigan el proceso o los procesos que deben acumularse
a aquél a que se está tramitando ante el juez al que se pide que decrete la acumulación.

Las personas que en ellos están interesadas, lo que supone realmente la identificación de las
personas que son partes en los procesos a acumular.

La pretensión que en cada uno de los procesos se ha ejercitado, es decir, la identificación de las
distintas pretensiones.

El objeto de cada uno de los procesos: esta mención es realmente poco clara, pues en el inciso
anterior se ha dicho que deben identificarse las acciones y si la pretensión es el objeto del
proceso, no acaba de comprenderse qué añade la mención del objeto a la mención de la
pretensión; con lo que se evidencia la confusión terminológica.

Los fundamentos legales en que se apoya la acumulación, esto es, la cita y explicación de alguna
de las normas anteriores en las que se dice cuando cabe la acumulación.

Llama la atención que junto a la petición de acumulación no se exija que el solicitante acompañe
copia de la demanda presentada en el segundo o posteriores procesos, pues ésta sería la mejor
manera de que el juez tuviera elementos de juicio para decidir.

Según el Artículo 543 el juez resolverá de plano la acumulación que se le plantee, y consecuencia
de ello puede ser que tenga que oficiar al tribunal o tribunales que corresponda para que le
remitan los autos del o de los procesos acumulados. Con ello la norma está distinguiendo según
que: los procesos a acumular dependan del mismo juez o tribunal, en cuyo caso nada hay que
pedir, sino sólo dar cumplimiento a lo decidido, y que los procesos a acumular dependan de jueces
o tribunales diferentes; caso en el que sí hay que oficiar para la remisión de autos.
Para decidir sobre la acumulación no se oiga a los que son parte en los distintos procesos, aunque
esa audiencia puede provenir por la vía del recurso de apelación, pues contra el auto que decide la
acumulación cabe recurso de apelación, el cual puede corresponder: a la Corte de Apelaciones,
cuando los procesos que se han de acumular están pendientes ante jueces subordinados a la
misma sala, y a la Corte Suprema de Justicia; cuando los procesos cuya acumulación se ha pedido
pertenecen a distintas Salas.

Efectos
La petición de la acumulación de procesos supone la suspensión de la tramitación de los
procedimientos a que aquella se refiere, hasta que se decidida de modo firme sobre la misma, sin
perjuicio de que se practiquen las diligencias precautorias y urgentes. Debe tenerse presente,
además, que todo lo actuado por los jueces competentes antes de que se pida la acumulación
sigue siendo válido, pero que todo lo que se practique después de pedida ésta es nulo y causa
responsabilidad, salvo lo dicho antes sobre las providencias precautorias y urgentes.

Los efectos de la acumulación son:

- Prórroga de la competencia territorial:

“La estación de la petición de acumulación puede suponer la alteración de la competencia


territorial en el segundo proceso, dado que éste, si está bajo la sujeción del juez o tribunal
diferente, y ha de continuar tramitándose ante el juez o tribunal competente para conocer de los
procesos acumulados”. 17

Suspensión del proceso más adelantado: decretada la acumulación, continuará la suspensión del
procedimiento que estuviere más próximo a su terminación hasta que el otro pleito se halle en el
mismo estado, poniéndose razón en los autos, es decir, el proceso que esté más avanzado debe
esperar hasta que el otro llegue a su misma situación.

Un único procedimiento y una única sentencia: una vez que los dos procesos están en la misma
situación procedimental, se continuará la tramitación en un único procedimiento y se dictará una
única sentencia, aunque ésta habrá de contener tantos pronunciamientos como pretensiones o
procesos se acumularon.

17 Prieto Casto, Leonardo. Derecho procesal civil, pág. 66.

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