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Por otro lado, si una persona no procesa correctamente la información verbal no

podrá comprender lo que se le intenta enseñar y por ende no podrá construir ningún
aprendizaje. Para que una persona tenga éxito en procedimientos matemáticos más
avanzados debe ser capaz de efectuar tareas multipaso. Aunque, un individuo con
problemas de aprendizaje podría identificar información necesaria ni visualizar
fácilmente los patrones en un problema de matemática para poder resolverlo.

El docente debe diseñar actividades que promuevan en el estudiante


construir su propio conocimiento desde sus experiencias y la vida
diaria. En esas actividades la matemática será para el estudiante una
herramienta indispensable para la resolución de problemas que se le
puedan plantear, tanto en lo cotidiano como en lo académico, por eso
es utilizada como instrumento indispensable por muchas ciencias.

En algunas instituciones educativas del país la enseñanza, y en


específico la enseñanza de la matemática es aún memorística y
tradicionalista, por lo que se ha generado el interés por buscar
estrategias que puedan mejorar el aprendizaje, esperar un aprendizaje
significativo y que los estudiantes tomen interés por la materia, hacer
uso de está en sus actividades, y que tengan la oportunidad de
observar las muchas aplicaciones que tiene.

El objetivo de la investigación es demostrar que las actividades lúdicas


son una estrategia para el aprendizaje de operaciones básicas
aritméticas. Ofrecer al docente una manera diferente de enseñar la
adición, sustracción, multiplicación y división, así mismo al estudiante
brindarle un distinto punto de vista de la matemática, a través de las
actividades lúdicas, lo que hará el proceso enseñanza-aprendizaje más
dinámico y eficaz.

Pavía (2006) afirma que existen muchas profesiones que utilizan el


juego como un recurso, los educadores la utilizan como una estrategia
didáctica, la cual genera en el estudiante interés y motivación, para
hacer uso del mismo utilizan tres características: a) conocer lo que se
hace b.) Explicar para qué se hace y c) comprender cómo se desarrolla.
Esto permite al educando tomar un papel activo en su aprendizaje,
construir su propio conocimiento, de una forma entretenida y divertida.

El profesional debe saber tomar decisiones en los momentos exactos,


además de elegir los contenidos que se deben de trabajar, debe tener
en cuenta también cómo y de qué manera aplicarlos. Jugar de un modo
lúdico brinda ideas además de elementos para que se puedan cumplir
las características antes mencionadas, esto ayudará a que el estudiante
potencie de mejor manera la toma de decisiones, mantener al margen
las intervenciones del docente, lo cual quiere decir que se hará más
independiente al educando dentro del aula.

El juego debe tomarse como una herramienta seria dentro del proceso
enseñanza-aprendizaje, se debe quitar el pensamiento de que el juego
sirve solamente para perder tiempo o como un entretenimiento, lo
lúdico debe ayudar a que el estudiante aprenda a involucrase más con
los temas, tomar un papel dinámico dentro del proceso. Por esta razón
es importante reconocer que el juego ayuda a que el discente avance de
una mejor manera dentro del aula, para esto se reconocen tres puntos
importantes:

a) Discurrir entre el saber eminentemente práctico y la posibilidad de


indagar en esa práctica e interrogarla, al tiempo de señalar
características generales y hallazgos en torno al conocimiento lúdico.

b) Encontrar los puntos de vinculación entre ese saber hacer y las


explicaciones teóricas, es decir, dar cuenta de la oralidad en las
prácticas.

c) Que la escolarización del juego no acabe con la posibilidad de


aprender a jugar de un modo lúdico, sino lo contrario, que apoye a la
educación.
Durante todo el proceso de escolarización, pero particularmente a lo
largo de la Educación Primaria, los niños se encuentran en medio de
procesos de desarrollo complejos, tanto en el ámbito físico como cognitivo; la
posibilidad de establecer una conexión entre los dos ámbitos, es también la
potenciación de procesos integrales que unifican la coordinación motriz de
los estudiantes.

En esta misma etapa de desarrollo, los niños están aprendiendo desde


diferentes campos, áreas y materias, y a partir del ejercicio de la docencia, es
posible reconocer en algunos casos, e inferir en otros, que la metodología
que se usa para la enseñanza de la matemática, suele volcarse rápidamente
en una serie de fórmulas y procedimientos cuyo fin es resolver operaciones,
sin darle mayor trascendencia al aprendizaje significativo del estudiante. Es
decir, suele generarse un proceso de mecanización a través del cual los
estudiantes memorizan y ejecutan para responder a las expectativas de un
tercero (profesores o padres), pero que resuelven solo de momento un
problema específico, que en el tiempo no contribuye a la construcción real de
conocimiento.

“Los problemas existentes en el aprendizaje de la asignatura de matemáticas llevan


a un gran número de estudiantes al fracaso escolar” (Valencia, 2015), por lo que los
docentes han de enfrentar un gran reto para prevenir estas dificultades, debiendo:
desarrollar destrezas y atender de forma rápida y eficaz los requerimientos de cada
alumno, respetando sus diferentes habilidades, potencias y ritmo de aprendizaje.
Tras la conversación con los niños y el análisis de los resultados de pruebas,
se identifican factores tales como monotonía, temor, falencias creativas,
situaciones disciplinarias y otros elementos cotidianos del aula que reducen
el proceso de enseñanza de las matemáticas a un acto mecánico y sin
sentido que desencadena en falta de motivación de los estudiantes, apatía y
resistencia al área y a las actividades que estén relacionadas con el
desarrollo de habilidades numéricas, tales como calcular, ordenar, medir y
multiplicar; sin considerar la motivación y utilidad práctica y/o cognitiva que el
pensamiento matemático pueda representar en la vida cotidiana.

En esa medida, aprender matemáticas a partir de experiencias motrices,


introduce a los niños en un nuevo escenario, donde la motivación acerca al
estudiante a la comprensión y realización, de actividades de carácter
numérico, pero con motivaciones de orden emocional al destacar el trabajo
grupal, el componente lúdico y el uso del cuerpo, entre otros elementos
motivacionales.

“Si los conocimientos básicos en matemáticas no son dominados de forma apropiada,


gran cantidad de niños, adolescentes y adultos con discalculia tendrán dificultades al
encaminarse hacia aplicaciones más complejas” (Santana, 2012). Por otro lado, si una
persona no procesa correctamente la información verbal no podrá comprender lo que
se le intenta enseñar y por ende no podrá construir ningún aprendizaje. Para que una
persona tenga éxito en procedimientos matemáticos más avanzados debe ser capaz de
efectuar tareas multipaso. Aunque, un individuo con problemas de aprendizaje podría
identificar información necesaria ni visualizar fácilmente los patrones en un problema
de matemática para poder resolverlo.

Como los problemas o dificultades en matemáticas son diversos, igual de diversos


son los síntomas de discalculia que un individuo puede presentar. Sin embargo, que
a una persona no le resulte fácil aprender matemáticas o quiere decir que dicha
persona posea un trastorno de aprendizaje, pues esto sólo puede ser determinado
mediante una evaluación neuropsicológica que permita conocer la naturaleza exacta
de la dificultad y determinar cuál es el procedimiento más apropiado para ello.
La presente guía contiene actividades centradas en la utilización de recursos didácticos
estructurados con actividades lúdicas, que permite al estudiante comprender el proceso
que induce la enseñanza de la Matemática, además existen actividades lúdicas para
fortalecer la enseñanza de esta importante área, principalmente disminuir la descalcaría
evitando así este tipo de trastornos en el aprendizaje, descartando el memorismo, el
subjetivismo por el razonamiento creando así aprendizajes significativos y duraderos.
La perspectiva cognitiva se hace predominante utilizando principalmente el enfoque
de procesamiento de la información. “En el caso de las matemáticas se han logrado
importantes avances en la comprensión psicológica del aprendizaje matemático y
sus dificultades” (Laruki, 2013).

Este enfoque defiende que las conductas no se aprenden directamente por repetición
sino que lo que se deben aprender son reglas o procedimientos que se pueden aplicar a
diferentes acciones. Lo que interesa no es el resultado final de la conducta sino los
mecanismos cognitivos que utiliza la persona para llevar a cabo esa conducta y el
análisis de los posibles errores en la ejecución de una tarea.

“Los juegos de matemáticas son mucho más que un cambio agradable de trabajo, en
vez de hacerlo sobre lápiz y papel. Además, trae beneficios para su niño” (Morin,
2015). Los juegos están diseñados para ser divertidos. Mientras juegan, su niño o niña
pueden preocuparse menos cuando fracasan o cuando cometen errores.
Esto puede reducir la ansiedad ante las matemáticas y ayudar a su niño a desarrollar
una actitud más positiva hacia las matemáticas. Otros beneficios de los juegos de
matemáticas:
Los niños pueden descubrir formas prácticas para aplicar sus habilidades
matemáticas.

Los niños quienes tienen diferentes niveles de habilidades y maneras de pensar,


pueden aprender unos de otros.

Los niños pueden explorar las matemáticas en formatos familiares y que disfruten
(por ejemplo en sus videojuegos o en móviles).

Los niños pueden probar nuevas estrategias e ideas sin sentir que les pondrán
calificaciones.

Jugar juegos de matemáticas juntos, también puede ayudar a tener una mejor idea
de los puntos fuertes y debilidades de su niño o su niña, sin una evaluación formal.

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