Las Emociones Primarias y

Secundarias
Posted On August 20, 2014 0 Comments

Por Graciela Baugher

Las emociones son alteraciones del ánimo que producen sensaciones que recibimos por nuestros sentidos
y se expresan por medio del sentimiento. También, las emociones son estados afectivos de mayor
intensidad y de corta duración que se manifiestan a través de una conmoción orgánica más o menos
visible. Se originan en nosotros y son la manera en que respondemos a los eventos de nuestra vida.
Las emociones son unas fuerzas poderosas que afectan nuestra vida diaria e influyen en nuestras
decisiones y en nuestra conducta. Entre las principales características de las emociones están: – Su gran
versatilidad; pueden surgir y desaparecer con gran velocidad. – Su polaridad; las podemos sentir de una
manera positiva (como alegría, gozo) o negativa (como ansiedad, tristeza profunda, impotencia). – En las
emociones están implicados factores fisiológicos (funcionamiento natural del cuerpo), factores de
conciencia (discernir, tomar decisiones), factores de conducta (comportamiento ante las situaciones) y
factores expresivos como las manifestaciones en nuestro cuerpo (llanto, escalofrío, sudor) y las
expresiones faciales (cara larga, ojos tristes).

Las emociones primarias son aquellas con las que nacemos, son naturales, innatas, no
aprendidas. Estas emociones cumplen una función adaptativa, son de corta duración y se
agotan o se gastan a sí mismas. Solamente duran lo indispensable para cumplir su misión.
Dentro de las principales emociones primarias tenemos: dolor, miedo, tristeza, ira, alegría.
Dichas emociones forman parte de la persona y cumplen un papel vital para que podamos
sobre vivir y adaptarnos al mundo que nos rodea. Si se reprimen sistemáticamente y se
interrumpen con frecuencia, afectan la salud física y mental de la persona. Hay que convivir
con todas, integrarlas y conocer su funcionamiento.
Las emociones secundarias son aprendidas, mentales y no parecen cumplir una función
biológica adaptativa. Son defensivas o son manifestaciones de un problema o conflicto no
resuelto. Entre ellas tenemos: sufrimiento, ansiedad, depresión, ira, restricción, apego. Estas
emociones no se agotan a sí mismas y pueden permanecer por años o toda la vida y casi
siempre implican debilitamiento. Si las dejamos actuar libremente y no las controlamos,
manejamos o eliminamos, nos enferman. Hay que tratar de reducirlas al máximo o eliminarlas
de nuestras vidas después que aprendemos de ellas lo que podamos.