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“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

“FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS”

INTEGRANTES:
 Sánchez Rafael Judith
 Salas Torres María Jimena

DOCENTE:
 Segundo Rodolfo Pérez

TEMA: LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: LAS DIVISIONES PROFESIONALES,


LA NIÑEZ, INDÍGENA

CICLO: II

AULA: 19

Jaén, 22 de octubre del 2018


INIDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………..3

LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: LA DIVISIÓN PROFESIONAL………....4

LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: LA NIÑEZ………………………………...9

LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: INDIGENA…………..…………………..12

CONCLUSIONES…………………………………………………………….14

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………….15
INTRODUCCIÓN
Este trabajo queremos dar a conocer un pequeño resumen que es lo siguiente:
Espiritualidad del alma. Es aquella perfección propiedad o atributo esencial del
alma humana, por la cual es espiritual. Espiritual se contrapone a material, y
significa lo que se distingue o es independiente de la materia. Es de advertir, con
todo, que el adjetivo espiritual puede tener dos significados. Uno es el que se le
da en Ascética y Mística, cuando se significa con esta palabra lo que de alguna
manera pertenece o se refiere al perfeccionamiento del hombre en orden a la
consecución de la santidad y de su último fin sobrenatural. En esta acepción, el
adjetivo espiritual viene a significar lo mismo que ascético, místico o
sobrenatural, y este es el significado que tiene en las locuciones, vida espiritual,
director espiritual, consejos, pláticas, lecturas espirituales, espiritualidad
cristiana. No es este el significado de la, palabra espiritualidad que nos
proponemos explicar aquí, sino el significado filosófico o, mejor dicho,
psicológico, que es sin duda el primitivo, del cual se ha derivado el ascético o
místico.

Para ello es conveniente exponer, en primer lugar, la noción exacta de ser


espiritual, y el estado de la cuestión acerca de este problema, que ha sido de
actualidad en todos los tiempos de la Historia, por ser trascendentalismo, no
solamente para las especulaciones de la ciencia psicológica, sino también para
la práctica de la vida de la humanidad entera. En segundo lugar, propondremos
críticamente las principales razones de los autores que se han decidido por la
negativa, que son los que profesan el Materialismo. Por fin, terminaremos
indicando someramente los principales argumentos que alega el Espiritualismo,
principalmente el Espiritualismo cristiano.
LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: la división profesional.

En lo profesional es muy importante lo siguientes:

I. La cuestión de la espiritualidad del alma:

Tratándose del hombre, en el que, además de la vida racional, se


encuentran todas las clases de vida esparcidas en los otros seres
corpóreos inferiores, es el alma, según la definición dada por
Aristóteles.
Esta palabra, pues, que en, sentido amplio y poco usado significa el
impulso o movimiento de un cuerpo aéreo, o sea el viento, y
consiguientemente, a significar la facultad o el principio de los
fenómenos de conciencia, por lo menos de los superiores, esto es, la
mente. Este es el sentido amplio y originario de la palabra espíritu o
espiritual.
Mas la palabra espíritu, y consiguientemente espiritual, en la locución
que explicamos, se toma en sentido estricto, que connota la elevación
de lo que es espiritual sobre la materia o el cuerpo. Y por cierto una
elevación o distinción cualquiera como la que según la teoría
aristotélico-escolástica tiene el principio vital de las plantas y de los
animales; sino tal, que importe necesariamente la independencia del
cuerpo en el existir. En este sentido «espíritu es aquella substancia
que naturalmente es independiente del cuerpo», esto es, que
naturalmente puede existir sin el cuerpo».
Esta independencia en el existir; propia del espíritu respecto del
cuerpo, es la raíz o fundamento ontológico de su independencia del
mismo en obrar, la cual a su vez lógicamente, o sea por lo que se
refiere a nuestro conocimiento es anterior a la independencia el ser,
que no puede ser por nosotros conocida más que por sus operaciones.
Además la independencia de la materia por la cual se define la
espiritualidad es, sí, una independencia intrínseca en cuanto al ser, en
cuanto al producirse y conservarse y en cuanto al obrar; pero no es
necesario que esa independencia sea absoluta, de manera que sea
incompatible con una dependencia puramente extrínseca. Es esta una
distinción que es de todo punto necesaria al tratar de la espiritualidad
del alma, y especialmente de la de sus operaciones. Ella es la señal
característica que distingue el Espiritualismo moderado, del
exagerado; y al mismo tiempo la clave para la solución de los
problemas que propone el Materialismo, al cual, el Espiritualismo
moderado que proclama esa dependencia extrínseca de la materia,
puede sin ningún inconveniente conceder todo lo que en sus
argumentos hay de real. La independencia intrínseca de la materia,
propia del alma espiritual, por lo que se refiere al ser, requiere en ella
la capacidad natural de existir separada del cuerpo. Por lo que se
refiere al obrar, el alma espiritual es menester que pueda ejercer
algunas operaciones sin el concurso inmediato de las energías
materiales del cuerpo. La dependencia intrínseca, que también puede
llamarse dependencia inmediata y elicitiva, es la dependencia del
efecto respecto de su causa inmediata y total. En cambio, la
dependencia extrínseca, que suele también llamarse mediata, es la
dependencia que tiene alguna cosa respecto de una condición, sin la
cual no se produciría o no existiría, aunque dicha condición no influya
en ella de manera alguna. Un ejemplo pondrá en claro la distinción
profunda que hay entre estas dos maneras de depender. Así, en la
hipótesis de que, un pintor, pincel en mano, fuese trazando su cuadro
con los colores que le presentase otra persona, la obra de arte que se
produciría dependería intrínsecamente del pintor y del pincel que éste
usa como instrumento; pero solamente dependería extrínseca,
indirecta y mediatamente, de la persona que suministra al pintor los
colores.
La cuestión, presente, además de esas nociones, presupone que han
sido resueltas en sentido afirmativo otras cuestiones previas relativas
a la naturaleza del alma, sin lo cual la presente no tendría razón de
ser. En efecto, supón ese probada en primer lugar como es natural, la
existencia del alma como principio de la vida distinto de las fuerzas
fisicoquímicas y de la organización accidental del cuerpo vivo.
II. Argumentos del Materialismo antropológico:

Claridad y sencillez del Materialismo. Una de las razones más fuertes


que pueden aducirse en favor del materialismo es su misma aparente
claridad y sencillez. En el vulgo, por falta de desarrollo intelectual, lo
mismo que en muchos hombres dedicados exclusivamente a las
ciencias positivas, las facultades superiores de inteligencia y raciocinio
háyanse como atrofiadas y envueltas con los elementos imaginativos
de nuestro psiquismo inferior; siendo esto la causa de que estos
hombres desprecien todo lo que trascienda la experiencia sensible, y
fácilmente vengan a persuadirse de que no pueden comprender más
que lo que pueden imaginar. Para estos hombres, el modo sensible y
plástico con que se exponen las doctrinas materialistas constituye un
argumento de no poco valor. Imposibilitados por su constitución
psicológica para aprehender las realidades suprasensibles, admiten
con suma facilidad y sin discusión todo cuanto se les presenta de
manera que pueda ser representado por una imagen. Veamos, pues,
algunas de las fórmulas más célebres con que se presentan las
doctrinas materialistas.
Argumentos fisicoquímicos: El materialista invoca, es verdad,
principalmente argumentos tomados de las ciencias positivas.
Veamos, en primer lugar, los que encuentra en la Química y en la
Física. Para apreciar debidamente su valor, es menester, ante todo,
exponerlos con toda fidelidad, echando mano de las mismas palabras
de los principales materialistas. «Si hago el análisis químico del cuerpo
humano, dice Moleschott, encuentro carbonatos, amoníaco, cloruro de
potasio, fósforo, sodio, cal, magnesio, hierro, ácido sulfúrico, sílice, y
nada de alma ni de espíritu. Luego en el hombre no se da un alma.» A
este se reduce también el argumento más vulgar de los que dicen:
«jamás he encontrado el alma en la punta de mi escalpelo». Una
sencilla reflexión descubre el verdadero valor de este argumento.
Argumentos de la Anatomía. Otros materialistas acuden a la
Anatomía, investigando la relación que pueda haber entre el grado de
inteligencia y el de desarrollo de la cabeza y del sistema nervioso,
principalmente del cerebro. Grosse Köpfe, grosse Geister, dijo Carlos
Vogt. Esto es, «a grandes cabezas, grandes inteligencias».
Argumentos psicofisiológicos. Bajo este título agrupamos una multitud
de hechos de orden psicofisiológico, que suelen alegar los
materialistas para probar que el pensamiento es una función del
cerebro. En la imposibilidad de mencionarlos todos, lo cual, por otra
parte, sería completamente inútil, pues la solución que se dé para uno
solo basta para todos los demás, nos contentaremos con aducir los
principales, tomados de la Fisiología y de la Patología, como lo hace
el padre Coconnier, resumiendo los alegados por varios materialistas
célebres, principalmente por Moleschott, de la siguiente manera:
«Desde luego, dicen, las alteraciones materiales del cerebro ejercen
una influencia cierta en el pensamiento.
III. Argumentos del Espiritualismo moderado:
Enumeraremos las principales, que son la inmortalidad del alma, la
simplicidad de la misma, la existencia del orden moral, de la religión y
de la sociedad, y la realidad del libre albedrío. Haremos solamente
algunas breves indicaciones sobre cada uno de estos argumentos.
1º La inmortalidad del alma puede demostrarse, o bien partiendo de la
espiritualidad, como se hace en el argumento llamado ontológico o a
priori, o de otras muchas maneras que prescinden de la afirmación de
la espiritualidad o no se fundan en ella (V. Inmortalidad del Alma). En
este último caso, la espiritualidad es un corolario inmediato de la
inmortalidad. En efecto, si el alma humana es inmortal, es capaz de
sobrevivir al cuerpo, o, lo que es lo mismo, separada del cuerpo. Luego
es independiente del cuerpo o de la materia en cuanto al existir. Luego
es espiritual, según la definición dada de ser espiritual.
2°La simplicidad del alma humana como principio pensante, pruébase
por introspección, y, por consiguiente, independientemente de la
espiritualidad. No hay que identificar la simplicidad del alma con la
espiritualidad de la misma; porque ni es la misma la definición de estas
dos propiedades, ni todo lo que es simple es espiritual. Todas las
substancias espirituales que se conocen son simples; pero no todas
las substancias integralmente simples son por ello mismo espirituales,
pues los mismos espiritualistas moderados admiten por lo menos
como probable la simplicidad de muchas formas dependientes de la
materia, así accidentales como substanciales, como, por ejemplo, las
almas sensitivas de los brutos.
3º La existencia del orden moral, de la religión y de la sociedad, son
también incompatibles con la negación de la espiritualidad del alma.
En efecto, el orden moral sólo se encuentra en el hombre en cuanto
se distingue esencialmente del bruto, en el que no se dan propiamente
ni responsabilidades ni deberes. (V. Moral y Ética). Lo mismo puede
decirse acerca de la religión (V. Religión), fenómeno esencialmente
humano, y la de la sociedad naturalmente formada por las
colectividades humanas (V. Sociedad).
4º Por fin, también la existencia del libre albedrío es incompatible con
la negación de la espiritualidad del alma humana como lo reconocen
todos los materialistas, y podría demostrarse apodícticamente con
toda clase de argumentos. Todos los argumentos, pues, con que se
prueba la existencia del libre albedrío en el hombre, son otras tantas
razones en contra de la negación de la espiritualidad del alma. V. Libre
Albedrío y Libertad.
Todos estos y otros más que podrían aducirse, no son más que
argumentos indirectos en contra del Materialismo, pues todos ellos se
reducen a hacer ver la incorruptibilidad o repugnancia con la aserción
mateterialista, de verdades adquiridas ya para la ciencia y la filosofía.
Los argumentos directos que aduce el Espiritualismo, principalmente
el moderado, parten todos del estudio de la actividad o de las
operaciones de ese principio, cuya espiritualidad trata de demostrar.
Según la información sacada esta dirigida por: “Especialmente pueden
consultarse: Coconnier, L’âme humaine (cap. III); Farges, Le cerveau,
l’âme et les facultés; Gruender, Psicología sin alma (traducción
castellana del padre Domínguez, págs. 116-188)”
LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: LA NIÑEZ
̃ s y niñas tienen una espiritualidad inherente que debe
Todos los nino
considerarse en una aproximación hacia sus necesidades del desarrollo, y
en la búsqueda de su felicidad.
En la persona se identifican cinco grandes dimensiones: fiś ica, psiq
́ uica,
afectiva, social y espiritual. En el presente artić ulo nos referiremos a la
dimensión espiritual, tanto en su desarrollo como en su fortalecimiento.
Una manera sencilla de definir la dimensión espiritual hace referencia
a aquellos aspectos de la vida humana relacionados con
experiencias que trascienden los fenómenos sensoriales, es decir,
que van más allá de lo fiś ico, más allá de la percepción de los
sentidos, es algo intangible, algo que no podemos ver, es esa
́ interior que nos dirige la vida; esto queda plasmado en una
energia
frase de Joseph Joubert: “Cierra los ojos y verás”.
̃ s y niñas tienen una espiritualidad inherente que debe
Todos los nino
considerarse en una aproximación hacia sus necesidades del
desarrollo, y en la búsqueda de su felicidad en el contexto de:
 Sentido de la vida.
 Amor por los demás.
 Creencia en un ser superior, independientemente del
credo religioso.
 Sentido de la belleza y asombro con la naturaleza.
 Promoción de la esperanza.
Una pregunta obligada es: ¿se debe ser religioso para adquirir
espiritualidad? Se ha concluido que, aunque la espiritualidad se
relaciona frecuentemente con la religión y la moral, puede darse
perfectamente tanto en el creyente fervoroso como en quien no lo es;
la espiritualidad no es exclusiva de nadie, está al margen de las
́ s, sean estas religiosas o materialistas. Es así como la
ideologia
espiritualidad se mueve más en la dimensión de las vivencias y no de
las creencias ideológicas; es un concepto universal, trascendente, no
es exclusiva de nadie, es lo que tienen en común personalidades
como el Dalai Lama en la cultura oriental y el papa Benedicto XVI en
nuestra cultura occidental; a diferencia de la espiritualidad, la religión
es una experiencia humana condicionada a dogmas, ritos y códigos
morales.
 Espiritualidad y niñez
La opción de educar espiritualmente a un niño o una niña es una
tarea fascinante para los padres y los demás puericultores, y, aunque
no existen fórmulas universales para el cultivo espiritual, hay algunas
̃ .
orientaciones reflexivas que pueden ayudar mucho en este empeno
El espiŕ itu de un niño es espontáneo y único.
Con su inocencia, los niños pueden recordarnos una espiritualidad
que es sencilla y muy original, y con su bondad, nos evocan
creencias y valores esenciales.
Algunas actitudes parentales que pueden promover la espiritualidad
en los niños en concepto de David Heller, un experto en esta
temática, son:
 Crear confianza y seguridad en el hijo. Esto se logra a través
del afecto, el amor y una comunicación estrecha de los padres
con los hijos. Según Erik Erikson, la etapa de confianza versus
desconfianza constituye, al igual que la autoestima, un ele-
mento fundamental para el logro de las demás etapas del
desarrollo. Al hablar de espiritualidad, hablamos también de fe,
y esta se convierte en una confianza en lo que no se puede ver
pero sí creer; de hecho la con- fianza es el cimiento sobre el
cual la persona se sostiene en lo espiritual, lo que le permite
afrontar con ente- reza las dificultades comunes en el discurrir
de la existencia humana.
 Cultivo creciente de la libertad. Cualidad caracteriś tica de un
hogar espiritual que les garantice al niño y la niña, libres de
inhibiciones, expresar ideas, hacer preguntas y manifestar
dudas acerca de cuestiones espirituales. Como padres de
familia debemos encontrar la justa medida para el cultivo
creciente de la libertad con los hijos. El reto grande está en
tratar de no reprimir al hijo pero tampoco permitirle que vague
sin ninguna orientación, todo ello en una relación caracterizada
por el diálogo y el respeto mutuo. Nunca se insistirá lo suficiente
en que la clave para educar espiritualmente a los hijos está en
que los padres sean sensibles a los matices de la personalidad
de estos y a sus necesidades individuales.
 Demostrar interés en la vida de los hijos. Esto significa que
para crear un clima espiritual los padres deben dedicar tiempo
y convertirse en oyentes auténticos, donde el niño sea tenido
en cuenta como interlocutor válido, de acuerdo con la etapa de
desarrollo en que se encuentre; este debe sentirse importante
para sus padres y las personas que lo rodean, generándose así
un buen nivel de autoestima, principal meta de su desarrollo.
 Fomento y promoción de valores. Como camino hacia el
crecimiento como persona, su adquisición se da dentro de un
proceso escalonado, dependiendo de la edad, la motivación y
la familia; los niños van interiorizando los valores a través de
ejemplos, acciones y actitudes, más que en las solas palabras
de sus padres, maestros y otros adultos significativos.
 Otros influjos:
 Los amigos. De por sí los niños son seres sociales y, por lo
tanto, cultivan su espiritualidad a través de la interacción y las
vivencias con los demás compañeros y con los adultos.
 Los maestros. Juegan un papel muy importante como personas
significativas, pues son un complemento del acompañamiento
de los padres en el descubrimiento del propio ser por parte de
los niños.
 Los medios masivos de comunicación social. Prensa, revistas,
radio y televisión divulgan con mayor o menor acierto distintos
tipos de espiritualidad y cultos religiosos, que, cualquiera que
sea su orientación, se relacionan con la intención de darle un
sentido a la vida. Según la información sacada está dirigida por:
“Por Crianza y Salud en febrero 7, 2010”
LA PROPIEDAD ESPIRITUAL: INDIGENAS

Elementos de la espiritualidad indígena

Al igual que las religiones “autorizadas”, la vida espiritual indígena presenta mitos
y proposiciones; estipula celebraciones y rituales y confía en instituciones el
complejo de comportamientos, procedimientos que regula la conducta moral,
aunque en rigor tales estipulaciones y las correlativas sanciones asociadas
varían considerablemente entre unas y otras.

Aunque en las “religiones” indígenas -a diferencia de aquellas oficialmente


reconocidas- no se tiene la pretensión de ser -no sólo auténtica sino- única vía
hacia las recompensas o beneficios alegados en el más allá sobrenatural.

Por ello, los pueblos indígenas han “incorporado” los dioses occidentales y han
acrecentado su acerbo “religioso” tanto en los mitos como en las ceremonias, a
medida que sus sociedades experimentaron el contacto con pueblos vecinos o
invasores. Esto las lleva hoy a presentarse –ante el estudioso secular- como
expresiones histórico-sincréticas igualmente válidas, igualmente considerables
en sí mismas.

La fiesta religiosa y la fiesta orgiástica no son sino dos caras de una misma
moneda que buscan expresar aquella parte íntima y misteriosa del hombre. En
este mestizaje o sincretismo, los nombres de los "santos" católicos han ido
reemplazando a los nombres de las deidades indígenas originarias, pero ahí
están y estas "tradiciones" se han mantenido casi sin cambios desde la
colonización hasta nuestros días.

Pero en el siglo XX, llegaron otras religiones a competir por la fe de los pueblos
originarios. Entre ellas y el catolicismo se plante un vaivén no por incruento
menos abrumador para el centro de la disputa que no es otro que el alma del
indígena.

En las últimas décadas, algunas religiones cristianas protestantes están


empezando a romper con los ritos indígenas y los sincretismos logrados; y están
avanzando en las comunidades indígenas a las que atienden en sus
necesidades organizacionales: económicas, familiares, productivas y
educativas, al precio de siempre: la profesión de fe y la adopción de costumbres,
aunque esta vez no haya sangre, ni fuego -al menos por el momento- hay
doblegamiento de la identidad indígena.

Pautas de reconocimiento y ejercicio

Por ello se considera insoslayable, la necesidad de dar respuesta objetiva a las


siguientes demandas:

 Reconocimiento de las espiritualidades de los pueblos


indígenas como uno de los elementos centrales de la identidad
y, en esos términos, reconocerlos incluidos en el artículo 75,
inciso 17 de la Constitución de la Nación, por lo que deben
adecuarse las exigencias reglamentarias para su registro a las
características propias de las espiritualidades de los pueblos
indígenas adoptando -en las definiciones y límites- el arbitraje
de los especialistas religiosos indígenas.
 Consideración de los procesos de conversión y de
transformación religiosa de los pueblos indígenas sujetos a la
garantía de consentimiento informado previo de las autoridades
religiosas indígenas.
 Respeto a las autoridades religiosas indígenas.
 Preservación de las creencias y los rituales propios de los
pueblos indígenas.
 Respeto por los lugares sagrados y los lugares religiosos,
definidos por los propios pueblos indígenas Redefinir los sitios
y objetos arqueológicos que tienen un papel central en las
espiritualidades indígenas, acordando con los pueblos
indígenas la custodia y acceso a ellos.
 Garantía de los caminos y rutas de peregrinación, en especial
en las épocas señaladas por los propios pueblos indígenas
como los más propicios para tales acontecimientos.
CONCLUSIONES

Desde antes del nacimiento la espiritualidad suele estar presente:

 La familia es iniciadora y fomentadora de la espiritualidad.


 Es imperativo cultivar la espiritualidad como herramienta para tejer
resiliencia, en el contexto de enfrentar con éxito la adversidad.
 Se puede afirmar que todo lo que se haga por fortalecer el desarrollo de
la dimensión espiritual de los niños redundará en una notoria mejoría de
la calidad de vida no solo de estos, sino también de las personas que
tienen la inmensa fortuna de convivir con ellos.
BIBLIOGRAFIA

https://www.definicionabc.com/?s=Indignaci%C3%B3n

http://www.filosofia.org/enc/eui/e220286.htm

http://indigenas.bioetica.org/guia/6-espiritualidad.htm

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