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Ing.

Juan Camilo Murillo Gachancipá


Universidad Santo Tomás
Facultad De Ingeniería Electrónica
Regulación y contratación

Ensayo: Caso de Luis Gustavo Moreno y Jorge Arabia Wartenberg.

Luis Gustavo Moreno, un abogado, profesor y escritor de obras literarias,


especializado en el exterior con varios posgrados y profesor de varias universidades
del país, fue nombrado por la fiscalía como Director Anticorrupción de esta
institución, para luchar contra la delincuencia organizada. Durante ocho meses,
luchó contra estas estructuras y organizaciones delincuenciales, dando duros
golpes. Pero, como suele pasar en nuestro país, la ambición puede con las
personas y este personaje recibió un soborno de US$10.000 dólares de parte del
exgobernador de Córdova Alejandro Lyons Muskus. Casi similar pasó con el
Vicepresidente Financiero Jorge Arabia Wartenberg, el cual fue el colaborador de
uno de os más grandes estafas y descalabros financieros en Colombia.

Pero, al ser capturados y al verse entre la espada y la pared, estos dos personajes
hicieron pública una carta de arrepentimiento con la cual piden disculpas por todos
los hechos que cometieron. Las dos cartas son similares, en ellas expresan sus
disculpas al país, a sus familias y a todas las personas que salieron perjudicadas
con los actos cometidos. Pero, ¿realmente fueron sinceras las cartas y lo expresado
en ellas?

Al leer la carta de Luis Gustavo Moreno, expone que colaborará con la justicia
colombiana y norteamericana, para enmendar un poco el daño que generó; también
explica, después de pedir perdón (varias veces), que todos sus bienes provienen de
forma lícita y que mostrará los documentos necesarios para probarlo. La carta de
Jorge Arabia Wartenberg es similar, pero en las líneas de esta, el da a entender que
también fue una víctima al estar rodeado de personas poderosas, permitiendo que
su ego creciera, junto con su codicia. Desde mi punto de vista, la carta del ex
vicepresidente financiero de Interbolsa es un poco hipócrita, ya que se muestra
como una víctima mas no como un culpable y en la carta del ex fiscal anticorrupción,
muestra un poco de sinceridad (solo un poco). Ahora, varios años después de los
hechos cometidos, los implicados están pagando por sus actos privados de la
libertad colaborando con la justicia (porque les toca) e intentando remediar el daño
cometido, pero esto nos deja muchas incógnitas: ¿Cuántos personajes similares
existen en la actualidad en Colombia? (sin exagerar diría que muchos, pero esto
depende del punto de vista de cada persona), ¿Cuánto dinero y vienes del gobierno
roban se roban a diario? Y ¿Qué hubiera pasado si los personajes nombrados
anteriormente no hubieran sido descubiertos, habrían seguido con sus actos
ilegales? De cualquier forma, es un claro ejemplo de lo que a diario sucede en
Colombia, la corrupción se ha convertido en una de las más grandes enfermedades
que tiene el país. Según el ranking de Transparencia Internacional [1], la precepción
de la corrupción que hay en Colombia no mejora y así se demuestra en las páginas
del documento publicado: “Colombia ha mantenido desde hace cuatro años una
calificación de 37 sobre 100 puntos, lo que para Transparencia por Colombia
demuestra que la percepción que los expertos tienen sobre el sector público local
no se ha transformado.” Para luchar contra esta enfermedad, es necesario que se
implemente una reforma política que cambie un sistema “permeado por la trampa”,
que el sistema judicial sea mucho más efectivo en la lucha contra a la impunidad y
que se elimine el clientelismo en la contratación y en el empleo de las instituciones
públicas. Pero hasta que esto no suceda, los colombianos seguiremos sufriendo
porque el dinero no alcanza. Como diría Regina Betancur de Liska: “De los tres
colores de la bandera, el amarillo simboliza riqueza, y el azul y rojo los que se la
reparten…”

[1] - https://www.elpais.com.co/colombia/en-colombia-hay-cada-vez-mas-
corrupcion-dice-ranking-de-transparencia-internacional.html

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