Sei sulla pagina 1di 6

Racismo, colonialismo y violencia científica

Eduardo Menéndez

Al hablar de racismo, muchos oponen reparos a que el tema sea tratado, a


excepción de lugares puntuales, reparos que se reducen a considerar que en América
Latina el problema no es relevante. Los mismos que niegan la existencia del racismo,
sostienen que es inventado por los judíos o sólo debe ser analizado donde hay negros y
blancos. Manera de entender o describir que incluye a Argentina, Uruguay, que señala
de entrada el rolo mistificador, divisor y enmascarador del racismo. Se establece
división, esquematización y simplificación. Se ignora realmente las causas ideológicas
que producen fenómenos económicos y sociales.
El racismo no es solamente cuestión de segregar negros u odiar judíos. Se
refiere a formas de relaciones sociales y culturales de negociación, discriminación,
subordinación, compulsión y explotación de los otros en nombre de las pretendidas
posibilidades y disponibilidades, biológicas, sociales o culturales. Toda relación social
que significa “cosificar” a los otros, negarle categoría de persona, da igual; toda relación
que permita interiorización de uno y uso de los otros.
Toda nuestra historia latinoamericana está montada sobre relaciones raciales.
Desde los primeros inmigrantes invasores. La relación de modos de producción que
determinan la distribución las opciones a esa distribución. América construida sobre el
etnocidio más profundo de la historia, sobre el asesinato directo e indirecto de millones
de negros, amerindios, y luego esclavos traficados.
Libros de historia que no ponen sino una excusa en los indios y los negros para
el desarrollo de la civilización del blanco. Según estudios, en primera y segunda
enseñanza de diversos países se tiende a generar una visión peyorativa y prejuiciosa, de
lo que no es de raza blanca, con imagen infantil e inferior, correspondida con
estereotipos nacionales, clasistas y coloniales. Educación formal que fortalece
diferencias socio-raciales.
El etnocidio racial siempre presente junto a factores económicos y políticos
Ejemplo, Alemania Nazi).
Lo esencial del racismo no sólo está en relaciones raciales “normales”, co si el
fenómeno fuese referido solo a situaciones límites, negándolas en lo cotidiano e
histórico en donde no aparezca con esas características específicas. La negación radical
no sólo tiende a deformar y oscurecer el problema, sino que es función de la situación
racial establecerla. La llamada sociedad occidental somos normalmente racistas, como
producto de un proceso histórico no demasiado largo, el cual está montado sobre el
desarrollo de producción capitalista. Identidad racista que no se acepta por tocar un
punto sensible moralmente, en la integridad o civilización. Nuestra formación nos
convierte, inconcientemente, en racistas.
“Caníbal”, o “antropófago” traen a nuestras ideas a negros o indios, no blancos
ni cristianos, por ser rasgo de degeneración o bestialidad. Pero estos bárbaros podían
tener una visión diferente del asunto. “En las guerras imperialistas no se ata por matar,
pero un antropófago le pregunta a Malinowsky, refugiado de la primera guerra mundial,
¿por qué tantos asesinatos sociales? Acto de guerra justificado por asociación con
cuerpo de blancos occidentales.
Se suele ubicar el origen de la comprensión en el que los blancos occidentales
y cristianos nos hemos enterado de que existía el racismo más allá de la discriminación
distanciadota del otro, sino como asesinato, como una de las formas de violencia más
terribles. Período el período de la década del treinta y más específicamente con “la
preparación y desarrollo” de la segunda guerra mundial. Racismo y violencia
evidenciada en la guerra a otros blancos. El mismo sistema rediscriminación,
interiorización, pero ahora sobre el mismo europeo, otros blancos, con los mismos
principios teóricos e ideológicos que venían empleando sobre indios, negros y
amarillos. Guerras, nazis y antítesis, en pos de “igualdades raciales”, y hasta hoy. Tanto
así, que en 1919 se negaron a aceptar la proposición de la delegación japonesa de la
conferencia de París, tendiente a incluir en la Carta de la Sociedad de las Naciones, una
declaración proclamando la igualdad de razas. (Ejemplo de la teoría del peligro
amarillo).
El racismo constituye, para los países de mundo de producción capitalia, la
manera normal de conexión que y relación con otras formas socioculturales. Dicha
conexión implica la interiorización, subordinación y distanciamiento de los otros: los
salvajes y primitivos, que pasaron a ser los llamados pueblos dependientes,
subdesarrollados o del tercer mundo. Teorización integrada de forma coherente con el
modo de producción.
El racismo es producto de las necesidades objetivas de un modo de producción
en una etapa determinada de su desarrollo, pero también es para las áreas en las que
ejerció su dominación y penetración, su forma de concepción del mundo.
Como si la violencia fuese nueva en occidente o en los países dependientes. La
violencia campesina, estudiantil, racial, delictiva, política, pareciera que irrumpen como
conductas sociales o desviadas. En realidad, la violencia es sólo uno de los más claros
emergentes del proceso de expansión colonial, constituyendo una de las constantes del
proceso de acumulación primitiva que permitió el desarrollo de los primeros países
capitalistas.
El capitalismo colonialista para fundamentar su visión racista se apoyó en los
pretendidos hallazgos de la ciencia, y sobre todo en las áreas de investigación más
difundidas: biología y la historia. Éstas áreas identifican a éste siglo con uno de los
cruciales descubrimientos humanos: la concepción de que el hombre cambia, tanto
biológica como culturalmente. El siglo XIX desarrolló la idea de que el hombre no es un
ser “fijo”, sino que “evoluciona”. Y éste descubrimiento será usado para establecer
profundas diferencias entre los hombres. Servirá para justificar el racismo de los más
evolucionados. Idea que se impone por el darwinismo social y el evolucionismo
mecanicista, y que se creen sepultadas hace tiempo, renacen y se imponen
permanentemente, en la medida en que justifican la explotación y el racismo.
La relación entre Ciencia, como aparente racionalidad, y teoría racista, como
justificadora y emergente de esa racionalidad.
En la historia siempre se establecieron diferencias, pero nunca en os términos
radicales de oposición como las biológicas del SXIX. Dicha situación se genera porque
las diferencias raciales establecen cortes de un grado de profundidad inéditas entre los
hombres, que hallan su fundamento en proposiciones científicas, y la ciencia se
conforma como la máxima expresión de la producción humana de la arte llamada
“civilizada” de la humanidad, apoyatura científica que se genera en el período de
máxima expansión capitalista: el imperialismo.
La relación fue tan clara durante el SXIX que a nadie se le ocurrió denunciarla.
Recientemente se hizo, la subordinación del conocimiento al poder, aparente neutralidad
de la ciencia, usada en beneficio de sistemas nacionales e internacionales en función de
su pretendida neutralidad. Hoy, no obstante las denuncias humanitarias y científicas del
proceso, la irracionalidad científica sigue su camino.
La ciencia “gana”, porque los planteos racistas son inexistentes, de forma
probada.

Racismo y Capitalismo

Occidente aplicó la racionalidad a una eficacia productiva montada sobre la


explotación y ésta determinó el destino actual de la ciencia y las técnicas. Modo de
producción que lleva implícito la explotación, la subordinación y la discriminación.
El primer proceso expansivo se manejó en términos “culturales”; los
civilizados se expanden sobre los primitivos con un patrón de relaciones humanas
cortadas por el concepto de raza, que condujo a reformular la relación en términos
biológicos, escisión que se mantuvo a lo largo del proceso respecto de los “primitivos”.
Ciencia e ideología pasaron a ser “la misma cosa”, y así la ciencia propuso o no,
determinados contenidos que en todos los casos fueron utilizados y fundamentados por
la ideología dominante. Esto se percibe en las “políticas étnicas y científicas” alemanas
en la década del 30. Contradicción de un pueblo que buscaba la pureza racial y se aliaba
con un pueblo que consideraban inferior: el japonés.
El hombre “occidental” y su contradicción, en la expresión que más lo define
como productor social, la propuesta de racionalidad y de la “consciencia crítica” como
valores humanos, lo que ha llevado a la “metodología científica” de la ciencia, con
verificación e hipótesis, todo cumplido por la ciencia alemana durante el período Nazi.
Negación de lo humano (subhumano), que contradictoriamente buscaba aplicarse por la
experimentación de la metodología científica.
Los campos de concentración, donde la racionalidad irracional alcanza su
máxima expresión. No sólo se niega aquí una parte de los hombres, se los convierte en
inferiores y distintos, cosificados, además, la misma racionalidad administrativa
aplicada por el Estado, para el mantenimiento y desarrollo del sistema. Campos de
administración, muestra de eficacia capitalista. Obras no rentables, para las que recupera
fuerza de trabajo.
El campo de concentración de Auschwitz fue el tipo ideal de explotación
capitalista. “Más que el horror puro, lo que más impresionaba es la organización
burocrática del horror”. Esta organización burocrática de la muerte puede ser
contemplada como el triunfo del sistema capitalista, cuya esencia consiste en la
transformación del hombre evolucionado en cosa, en pura materia para hacer funcionar
el sistema. EL capitalismo evolucionado de Alemania reprodujo las fases históricas
anteriores sobrepasando a los horrores conocidos. Sin disfraz, se presenta como
máquina de muerte, apropiada para transformar al hombre en objeto. Esencia pura del
capitalismo que se repite también en el plano de las ideas. Racionalidad e irracionalidad,
técnica y locura, estrechamente vinculadas, imprimiendo al horror bárbaro, una
violencia que no se podía preveer. Engranaje llevado al límite, produciendo cadáveres.
Incontables planificadores, ingenieros, técnicos industriales. Planificación al servicio de
la irracionalidad más plena. Todo justificado por la idea de la raza diferente sobre la que
se podía hacer cualquier cosa.

Las razas

Concepto sobre el que se despliega un problema que se mantiene. Primera


cuestión, ¿Qué son las razas?, pregunta que constituye la forma más simple pero a la
vez más dificultosa, vista desde lo conceptual. Dificultad expresada en la infinidad de
clasificaciones raciales propuestas y que contradictoriamente formularon los científicos,
que llegan a distinguir entre dos y más de doscientas razas humanas.
Si es un hecho científico la existencia de razas humanas, desde la antigüedad,
si bien no eran formuladas en términos raciales (biológicos) sino en términos con
contenidos culturales (ejemplo, diferencias religiosas), no implicando que éstos fuesen
incompatibles entre sí.
Actualmente refiere a diferencias establecidas en términos biológicos, sin que
supongan éstas diferenciaciones necesarias en los niveles psicológicos, sociológicos y
culturas. Además, las diferencias raciales no pueden ser planteadas en términos de
superioridad o inferioridad, sino a conjuntos demográficos.
El término raza sólo intenta proponer una clasificación o clasificaciones a
partir de caracteres biológicos más o menos diferenciados.
El término sólo intenta proponer una clasificación o clasificaciones a partir de
caracteres biológicos más o menos diferenciados. Firth dice que un tipo racial o étnico
se establece por promedios, por abstracción, y muy pocos individuos de una población
se ajustan al prototipo de la misma.
Raza es un concepto estrictamente biológico y debe ser despejado
definitivamente de toda especulación referida a los conceptos de sociedad, cultura o
nación. Éstos son conjuntos sociales y culturales con autonomía de producción
histórica. Lo que interesa es que lo incorporemos a nuestra normalidad o anormalidad
de vida. Nuestra cotidianeidad en todas sus formas debes ser la verificación del no
racismo; y esto es lo difícil que se han construido consciente y sobre todo
inconscientemente en el racismo.
(Letorneau y la descripción peyorativa alevosa de indígenas americanos)
En la actualidad, algunas de estas ideas son seriamente mantenidas para
justificar determinados tipos de tratamientos psicoterapéuticos a los que antes Letorneau
llamaba “hombres incultos” y la moderna nomenclatura socio psiquiátrica designa como
pobres. Lo real es que nuestra propia sociedad dependiente latinoamericana tendemos a
determinados grupos sociales y culturales de nuestros propios países en términos de
inferioridad. No pensamos en “ciudadanos blancos de clase media”, sino en
determinados estratos sociales y ecológicos de nuestros países. Ocurre un proceso
similar al asumirnos “como latinoamericanos”, respecto a los “desarrollados
anglosajones y germanos, y tal vez esclavos.

Evolución, especie y raza

El problema racial está a partir de la segunda mitad del SXIX, ¿Qué legitimó
tal desarrollo?; para nosotros, la funcionalidad ideológica con el sistema capitalista.
1 - La raza como objeto de la investigación científica, es una consecuencia del
desarrollo de los estudios sobre la evolución biológica. No obstante, el problema racial
se ha jerarquizado respecto del proceso básico (la evolución), convirtiéndose durante
años en el problema hegemónico. Nuestro primer problema debe ser el estudio de la
especie y de las causas de la evolución del género humano, en vez de las razas,
resultado de fueras menores y locales. Los antropólogos se dedicaron a las razas
haciendo caso omiso de la especie: estaban tan preocupados con las subdivisiones en
nuestra especie, con diferencias mínimas, sin mirar el conjunto”
2 - El objetivo “racial” reemplazó al “evolutivo” cuando éste, desde
perspectiva sociopolítica, se convirtió en secundario. Diferencias, tanto en términos de
“nación”, como en términos de raza, las que cumplían funciones en el proceso de
expansión y competencia europea. Luego de que el hombre blanco era superior, restaba
definir quienes entre los blancos eran superiores, en las disputas pseudocientíficas, y
también en los estereotipos populares y lo que es más grave, en la conducción de
enfrentamientos nacionales imperialistas y en la constitución de nuevos estados
independientes en América latina. Durante el SXIX y XX, las “razas latinas “ son
percibidas negativamente, en un proceso de envejecimiento y degeneración respecto de
las anglosajona y germana. Esta misma perspectiva tenía gran parte de los gobernantes
de América latina al intentar seleccionar la población migrante a fines del SXIX.
Recién en la actualidad nos estamos aclarando por qué la “ciencia” enfatizó los
estudios sobre la raza y no sobre la especie. Biológicamente, no es muy importante la
raza. Si la clasificamos para comprender nuestra historia, su número es reducido, en
acuerdo unánime. Si, en cambio, no hay finalidad específica para la clasificación, el
número puede extenderse al infinito. La cantidad según la necesidad. Los antropólogos
físicos funcionaron como ideólogos de las diferencias y de las expansiones nacionales.
El racismo redescubrió como “animal” al hombre, a partir del descubrimiento
evolucionista, pero para establecer que hay animales superiores y animales-hombres
inferiores, y que los primeros podían hacer lo que querían con los segundos. Así lo
aceptó occidente y sus capas dirigentes discriminaron “científicamente al resto de la
humanidad.
El desarrollo de la teoría evolucionista alcanzó una de sus formulaciones claras
y valederas en la proposición de que las diferencias raciales dependieron en gran
medida de un proceso de adaptación diferencial Hechos casi consumados, en la imagen
popular y en los “divulgadores científicos”. Surge ahora un recrudecimiento del
perjuicio racial, por erróneos conceptos de adaptación.
La novela antropológica del SXIX es combatida, pero además se da un
combate ideológico-científico con los llamados Darwinistas sociales.
El racismo emerge como función del desarrollo del modo de producción
capitalista, para establecer una división en la humanidad que justifique el uso del
hombre por el hombre, aún contra las explícitas valoraciones morales de occidente. Sólo
la ciencia, la razón (proyección occidental que reemplaza la religión) podía justificar tal
acción desde una perspectiva intelectual y moral, en lo ideológico, político, económico
y científico contra el racismo. Lo cierto es que la “verdad científica” tiene en gran
medida la verdad que el poder político le permite o le otorga dentro de su relativa
autonomía. El poder está en la producción cotidiana y normal de nuestra sociedad.
Nuestra historia, desde la primaria, es racista, hasta los médicos, que arrastran
posturas racistas del SXIX. No debe negarse la formación científica y profesional.
Debe, al contrario, ser pensada para replantearse que significan las acciones encerradas
en las palabras Saber, Hacer ciencia, y no quedarse en la contemplación estúpida, y
dejar que hagan lo que quieran con nosotros.
Mencionamos algunos casos

Los negros y los primitivos

Gran parte del SXIX, el intento de situar la inferioridad del negro y del no
blanco: medidas craneales, pesos de la masa cerebral correlaciones entre rasgos
psicológicos y físicos. Los que denunciaron el error, no tuvieron el peso necesario,
porque eran no funcionales ideológicamente para justificar la conducta socio-económica
de algunos. Un ejemplo, el “caso bean”, de un antropólogo norteamericano. El nengro
es inferior porque sus funciones intelectuales son menos altas, y superiores las del el
ritmo y el sentido de la percepción. Además, las circunvoluciones de la corteza, en el
negro más superficiales y del “tipo infantil”.
Se admiten las diferencias raciales, o se reconoce el instinto latente en todos
nosotros.
(*El racismo en las pruebas de inteligencia)

3 - El racismo actual se convierte en un “racismo cultual”, para justificar las


mismas o parecidas acciones del “viejo racismo”.

Conclusión

El papel de la “ciencia” en la formalización mantenimiento del racismo. El rol


de esta ideología como funcional al modo de producción capitalista, asignando luego
roles que se mantienen en el uso instrumental del conocimiento a la ideología racista
hasta la eliminación de dicho modo de producción. Roles que ya no están, pero que se
consideran por la actual situación del conocimiento y la persistencia de los planteos
racistas en las corrientes neoevolucionistas.
El racismo actual se convierte en un “racismo cultual”, para justificar las
mismas o parecidas acciones del “viejo racismo”.
Un ejemplo es en A. Latina, la teoría de la “modernización y su equivalente
político, la “alianza para el progreso”, donde el progreso se fa no por la personalidad, lo
valorativo y las costumbres, sino que son trabas, hechos inamovibles.
La persistencia teórica y el uso justificador del conocimiento. Situación que se
fue resolviendo en dialéctica de adentro hacia fuera y al revés. La instrumentalidad,
aparente irracionalidad han generado la dependencia en los países del tercer mundo y el
enfrentamiento.
En los países metropolitanos, la instalación de la violencia en todas sus
formas.

Potrebbero piacerti anche