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La llamada Guerra de cuarta generación es una denominación dentro de la
doctrina militar estadounidense que comprende a la Guerra de guerrillas, la
Guerra asimétrica, la Guerra de baja intensidad, la Guerra Sucia, el Terrorismo
de Estado u operaciones similares y encubiertas, la Guerra popular, la Guerra
civil, el Terrorismo y el Contraterrorismo, además de la Propaganda, en
combinación con estrategias no convencionales de combate que incluyen la
Cibernética, la Población civil y la Política. En este tipo de guerras no hay
enfrentamiento entre ejércitos regulares ni necesariamente entre Estados, sino
entre un estado y grupos violentos o mayormente entre grupos violentos de
naturaleza política, económica, religiosa o étnica..
Origen
El término se originó en 1989 cuando William Lind y cuatro oficiales del Ejército
y del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, titularon un
documento: "El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación". Ese
año, el documento se publicó simultáneamente en la edición de octubre del
Military Review y la Marine Corps Gazette. Está relacionada con la guerra
asimétrica y la guerra contraterrorista
Guerra de Vietnam
Guerra de Afganistán (1978-1992)
Guerras Yugoslavas
LA ERA NAPOLEÓNICA
La Era Napoleónica es el periodo de ascenso, apogeo y caída del emperador
francés Napoleón Bonaparte. Se inicia su golpe de estado de 1799 y se prolonga
hasta su derrota en la batalla de Waterloo en 1815. Fueron años de grandes
reformas liberales en Francia, pero a la vez de intensas guerras contra otras
potencias de Europa.
Napoleón Bonaparte escaló rápidamente en su carrera militar como artillero
durante la Revolución Francesa, donde se hizo famoso por haber reconquistado
el puerto de Tolón en 1793. Durante el periodo del Directorio, Napoleón llevó a
cabo una brillante campaña en Italia derrotando a los austriacos en Lodi, Arcola
y Rivoli.
Aprovechando su popularidad dio el golpe de estado del 18 de Brumario (9 de
noviembre de 1799) e instauró un triunvirato formado por Sièyes, Ducos y él
mismo. Poco después se proclamó primer cónsul, cargo que le permitía gobernar
durante diez años. En 1804, se convirtió en Emperador de Francia. Entre sus
obras destacan el Código Civil de 1804, la creación del Banco de Francia, la
modernización educativa y el embellecimiento de París.
Además, buscó dominar todo Europa. Invadió muchos países y obtuvo grandes
victorias, como en las batallas Austerlitz (1805), Jena (1806) y Friedland (1807).
Pero también grandes fracasos, como sus campañas a Rusia y España.
En octubre de 1813, Napoleón fue derrotado en la batalla de Leipzig por una
coalición formada por Inglaterra, Rusia, España, Portugal, Prusia, Austria y
Suecia. Entonces se exilió en la isla de Elba (4-5-1814). Pero en marzo de 1815
regresó a Francia y formó un nuevo ejército, soñando recuperar su imperio.
Sin embargo, la llamada Séptima Coalición, encabezada por Inglaterra, lo
derrotó definitivamente en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
Napoleón fue capturado y llevado a la isla Santa Elena (Océano Atlántico), donde
murió el 5 de mayo de 1821.
LA INDEPENDENCIA DE HISPANOAMÉRICA
Los principios libertarios que fundamentaron la Revolución Francesa y la
independencia de Estados Unidos, calaron hondo en la clase alta intelectual y
los líderes militares criollos, aburridos de depender de Coronas tan lejanas, que
desconocían los problemas y realidades locales y que tenían en el poder a
representantes que gobernaban casi de manera autónoma.
Los grupos dirigentes de los virreinatos españoles estaban constituidos por
españoles, pero el sector mayoritario eran los criollos o hijos de españoles
nacidos en América –alrededor de 95 por ciento de la población blanca–,
educados en las ideas liberales.
Los criollos estaban insatisfechos por las limitadas reformas impulsadas por la
monarquía española, y vieron en la independencia de Estados Unidos y en la
Revolución Francesa buenos ejemplos a imitar.
La invasión napoleónica de España precipitó los acontecimientos. El rey
Fernando VII (1784-1833) fue obligado a abdicar en Napoleón Bonaparte, el 6
de mayo de 1808. El trono quedó en manos de su hermano José Bonaparte.
La primera fase de la independencia se inició entre 1808 y 1810. Los gobiernos
locales creados para autoadministrarse hasta la restauración de la Corona
española, se convirtieron en focos independentistas o patriotas. Los cabildos
abiertos, que reunían a las principales personalidades locales, organizaron
juntas de gobierno que no tardaron en destituir a los gobernantes españoles:
virreyes o capitanes generales.
Destacaron la de Santiago de Chile, presidida por Mateo de Toro Zambrano;
Buenos Aires –actual capital de Argentina–, encabezada por Cornelio Saavedra,
y la de Caracas –actual capital de Venezuela–, que destituyó al virrey Vicente
Emparán. Por el contrario, las juntas fracasaron en Quito, Lima y La Paz. Caso
aparte fue Asunción, donde la junta presidida por el gobernador Bernardo de
Velasco se declaró fiel al rey Fernando VII.
En México, a la revuelta dirigida por los criollos se sumaron mestizos e indígenas.
La primera insurrección fue sofocada, pero a los dos años el cura Miguel Hidalgo,
con el apoyo de campesinos y mineros, se apoderó de las ciudades de
Guadalajara y Guanajuato. Hidalgo fue capturado y ejecutado, al igual que otros
líderes revolucionarios, y el movimiento se derrumbó.
Las fallidas declaraciones de independencia
En los lugares donde las juntas se mantuvieron en el poder, el siguiente paso
fue la declaración de la independencia. Los pioneros fueron Montevideo –actual
capital de Uruguay–, con José Gervasio Artigas, y Caracas, con Francisco de
Miranda. En Asunción –actual capital de Paraguay–, en 1811, estalló una
rebelión dirigida por Fulgencio Yegros, que derrocó a Velasco y declaró la
independencia.
La guerra civil entre patriotas y realistas, fieles a España, se intensificó con el
regreso al trono de Fernando VII, tras el tratado de Valençay del 11 de noviembre
de 1813. Las tropas realistas lograron sofocar casi todas las rebeliones.
En la actual Argentina, las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon su
independencia en 1816, mientras las tropas realistas habían recobrado el control
de casi toda América. La junta de Caracas había caído en 1812, las de
Montevideo y Santiago lo hicieron en 1814. Al año siguiente también fueron
derribadas las de Bogotá y Cartagena –en la actual Colombia–, y detenido un
nuevo intento revolucionario en México, dirigido por el cura José María Morelos
y apoyado por los indígenas.
El triunfo independentista
La segunda fase de la lucha por la independencia se produjo durante la década
de 181O. Además de la región del Río de la Plata, los independentistas solo
tenían el control de algunas zonas de Venezuela y México. Sin embargo, no
desistieron de su lucha. José de San Martín, desde el río de la Plata, y Simón
Bolívar desde el norte, unieron sus fuerzas para derribar al poderío español en
Sudamérica. Mientras tanto, Vicente Guerrero luchaba por la liberación de
México.
El abril de 1818, el ejército patriota, que reunía a las fuerzas de San Martín y
Bernardo O’Higgins, venció a los realistas en la batalla de Maipú. Con el triunfo,
Chile afianzó su independencia –declarada el 12 de febrero de 1818–.
Posteriormente, San Martín se dirigió a Perú, donde ocupó Lima en 1821. Pese
a que los realistas aún se mantenían en el puerto de Callao, Perú se declaró
independiente.
Simón Bolívar, que se encontraba refugiado en Haití tras huir de Caracas,
preparó la conquista de Venezuela. En 1817 emprendió su campaña libertadora
en la región del río Orinoco, estableciendo su centro de operaciones en la ciudad
de Angostura –que luego fue llamada Ciudad Bolívar–. Después de cruzar los
Andes, en agosto de 1819 venció a los españoles en Boyacá y ocupó Bogotá,
tras lo que se proclamó la República de Colombia, cuyo primer presidente fue
Bolívar. En 1821, con el triunfo de Carabobo, acabó con los realistas en la región.
En 1822, después de un par de exitosas batallas, el territorio de Quito –actual
capital de Ecuador– fue incorporado a la Gran Colombia, que ya estaba
compuesta por Venezuela y Nueva Granada –actual Colombia–.
Tras las conversaciones de Guayaquil, San Martín y Bolívar decidieron
reemprender la lucha contra las fuerzas realistas que aún permanecían en Perú.
El 9 de diciembre de 1824, Antonio José de Sucre, lugarteniente de Bolívar que
también había ayudado a liberar Quito, derrotó a los realistas en Ayacucho.
En 1825 se independizó la República Bolívar, la actual Bolivia. El mismo año,
Uruguay, que desde 1821 formaba parte de Brasil, fue ocupado por el ejército de
Juan Antonio Lavalleja, quien proclamó su independencia.
La lucha fue exitosa para los criollos, aunque no se pudo mantener la unidad de
América del Sur como algunos pretendían. Paraguay se había separado de las
Provincias del Río de la Plata y estuvo gobernado por el francés Gaspar
Rodríguez entre 1814 y 1840. En 1829, Venezuela se separó de la Gran
Colombia. Lo mismo hizo Ecuador al año siguiente.
En México, los realistas también habían tenido éxito, aunque quedaron algunos
focos guerrilleros liderados por Vicente Guerrero. Agustín de Iturbide se encargó
de pacificarlos. Sin embargo, después de varios meses de enfrentamientos, en
1821 formuló con Guerrero el Plan de Iguala, que estableció la independencia
de México y la igualdad entre criollos y realistas. El país se convertiría en una
monarquía constitucional gobernada por alguien nombrado por Fernando VII. En
1822, los partidarios de Iturbide lo proclamaron emperador, pero debido a la
oposición se vio obligado a abdicar. En 1824, se reunió un congreso
constituyente, que transformó el país en una república federal, al igual que
Estados Unidos.
En Centroamérica, que formaba parte del virreinato de la Nueva España como
Capitanía general de Guatemala, casi no hubo intentos independentistas en la
década de 1810. Las pocas insurrecciones que se produjeron, como la del fraile
Benito Miguelena en Nicaragua o la de José Matías Delgado en El Salvador,
fracasaron. En 1821, los territorios que componían la capitanía proclamaron su
independencia, y un año después se integraron al imperio mexicano.
Cuando este cayó, se separaron con el nombre de Provincias Unidas de
Centroamérica. Debido a sus diferencias, entre 1838 y 1848, Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua se convirtieron en repúblicas
independientes.
Tras los movimientos patriotas que se produjeron en toda Latinoamérica, España
solo mantuvo el control de algunas islas del Caribe, Cuba y Puerto Rico. Además,
República Dominicana, que se había declarado independiente en 1821, volvió a
su poder entre 1861 y 1865.
En Cuba, los independentistas lograron unificarse en 1868. Tras una guerra de
diez años, que concluyó con el Pacto de Zanjón, no se logró la independencia.
En 1895 estalló un nuevo conflicto, en el que destacó José Martí. Tres años
después vino la guerra entre España y Estados Unidos, que los peninsulares
perdieron. Por el tratado de París, España renunció a Cuba, que logró su
independencia, entregó Puerto Rico a Estados Unidos y perdió las islas Guam y
las Filipinas en el Pacífico.
A diferencia de las colonias hispanoamericanas, Brasil logró su independencia
de Portugal sin ningún enfrentamiento.
Cuando Napoleón invadió la península ibérica en 1808, la Corte portuguesa se
trasladó a Brasil. En 1821, debido a los levantamientos que se estaban
produciendo en Portugal, el rey Juan VI regresó a Lisboa, dejando a su hijo Pedro
como príncipe regente.
Sin embargo, las autoridades locales optaron por una monarquía independiente.
El 1 de diciembre de 1822, Pedro I fue nombrado emperador constitucional del
Brasil
http://www.icarito.cl/2009/12/81-7033-9-la-independencia-de-
hispanoamerica.shtml/
GUERRA DE SECESIÓN
La Guerra de Secesión o Guerra Civil Americana fue un conflicto militar que
ocurrió en Estados Unidos, entre los años 1861 y 1865.
De un lado quedaron los estados del Sur (Confederados) contra los estados del
Norte (Unión).
Se dio por la liberación o abolición de la esclavitud y unificación del país, donde
los estados del Norte o fuerzas de la Unión se consagraron victoriosas y llevaron
a cabo el modelo Industrial en el país, que haría de los Estados Unidos de
América la mayor potencia industrial a finales del siglo XIX.
https://www.profeenhistoria.com/guerra-de-secesion/
LA GUERRA ANGLO-BÓER
Los bóers (también llamados afrikáners) eran granjeros de origen holandés que
se habían establecido en la zona de El Cabo a mediados del siglo XVII. De fe
calvinista y profundamente racistas, habían despojado a los aborígenes de sus
tierras.
Entre 1835 y 1845 hubieron de retirarse de esos territorios ante la presión de los
colonos británicos y se establecieron en las zonas más norteñas de Orange y
Transvaal. Es en esta zona donde chocaron de nuevo los intereses de los
colonos británicos (en su mayoría mineros) y los de los bóers (fundamentalmente
ganaderos y agricultores).
El conflicto se inició tras el descubrimiento en 1886 de ricos yacimientos de oro
y diamantes en los territorios bóers.
Gran Bretaña además, por razones geopolíticas, tenía un elevado interés en unir
el continente africano de norte a sur bajo su soberanía, en tanto que los bóers
además de otros pueblos como los zulúes, obstaculizaaban esas pretensiones.
En la guerra anglo-bóer que durará desde 1899 hasta 1902, confluyeron por lo
tanto factores tanto políticos como económicos inherentes al fenómeno
imperialista. Destacó como instigador del conflicto Cecil Rhodes, hombre de
negocios y gobernador británico de El Cabo cuyo objetivo era conseguir para
Gran Bretaña el dominio de todo el sur de África.
El desarrollo de la guerra pasó por diversas fases: desde las iniciales victorias
de los afrikaners (bóers) cuyo presidente Kruger declaró la guerra a los
británicos, hasta la derrota de éstos tras una sangrienta guerra de guerrillas. En
1902, por el Tratado de Vereeniging se puso fin a las hostilidades y los bóers
quedaron bajo el dominio del Imperio Británico, aunque conservando una amplia
autonomía en las provincias de Orange y Transvaal.
http://www.claseshistoria.com/imperialismo/conflictosboers.htm
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Introducción
La Primera Guerra Mundial fue el conflicto armado que estalló en 1914, entre las
potencias de la Triple Alianza (Alemania, Imperio Austro-Hungaro, Italia) y la
Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia). Este segundo bloque fue reforzado
por Italia desde 1915 y Estados Unidos desde 1917. Ver nombres de los
gobernantes de cada país aquí >>
Causa principal
La ambición de las potencias imperialistas por controlar las mejores colonias y
semicolonias del planeta. Anhelaban poseer las ricas fuentes de materias primas
y buenos mercados para vender sus manufacturas.
Antecedentes inmediatos
El 28 de junio de 1914 fue asesinado el Archiduque Francisco Fernando,
heredero del Imperio Austro-Húngaro cuando visitaba Sarajevo. El crimen fue
cometido por un grupo nacionalista serbio llamado "Mano Negra", enemigo del
expansionismo austriaco en los Balcanes. En represalia, Austria-Hungría le
declaró la guerra a Serbia (28-07-1914). Entonces, Rusia movilizó tropas para
ayudar a Serbia, lo que provocó que Alemania le declare la guerra a Rusia (01-
08-1914) y su aliada Francia (03-08-1914). Cuando Alemania ingresó a Bélgica
para invadir Francia, Inglaterra le declaró la guerra (04-08-1914).
Batallas principales
Cuando Alemania invadió Francia se inició la sanguinaria batalla de Marne
(setiembre de 1914). Los franceses contuvieron a los alemanes, pero estos
evitaron replegarse, iniciándose así la cruenta “Guerra de las Trincheras”. En
1916, los alemanes intentaron tomar la fortaleza de francesa de Verdum, pero
también fracasaron. El mismo año, ingleses y franceses lograron derrotar a los
alemanes en la batalla de Somme. En el frente oriental, Alemania atacó a Rusia
y la derrotó en las batallas de Tannemberg y de los Lagos Masurianos. En 1917,
los comunistas rusos derrocaron al zar Nicolás II y firmaron el tratado Brest-
Litovsk restableciendo la paz con Alemania. El retiro de Rusia fue compensado
con la incorporación de Italia y Estados Unidos al bloque de la Entente. En marzo
de 1918, Alemania lanzó una ofensiva en el frente occidental, pero los anglo-
franceses los vencieron en la Segunda Batalla de Marne, y con la ayuda de las
tropas estadounidenses hicieron retroceder a los germanos hasta obligarlos a
firmar su rendición en el Armisticio de Compiegne (11 de noviembre de 1918).
El Tratado de Versalles
Entre enero y junio de 1919 se reunieron los representantes de los países que
participaron en la guerra. Las potencias vencedoras impusieron duras
condiciones a las naciones derrotadas. Por ejemplo Alemania tuvo que ceder
Alsacia y Lorena a Francia, y el Imperio Austro-Húngaro se desintegró, dando
origen a los estados de Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. Además,
Alemania quedó obligada a pagar una millonaria indemnización a los
vencedores, a limitar el número de sus soldados y a no fabricar ni importar
armamento. Otro acuerdo importante fue la fundación de la Sociedad de
Naciones, organismo internacional que debía garantizar una paz duradera.
http://www.resumendehistoria.com/2010/06/la-primera-guerra-mundial-
resumen.html