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¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo, ira… Son conocidas
por todos nosotros pero no por ello dejan de tener complejidad. Aunque todos hemos sentido la ansiedad
o el nerviosismo, no todos somos conscientes de que un mal manejo de estas emociones puede acarrear
un bloqueo o incluso la enfermedad.

Estas son algunas de las situaciones y reacciones fácilmente identificables que se producen
habitualmente en los seres humanos:

 Temor a perder la vida o amenaza de un resultado negativo. Reaccionamos luchando, huyendo,


manteniendo la situación de alerta o paralizándonos.

 Confrontación de intereses son nuestros semejantes. Reaccionamos con ira o enojo.

 Pérdida de un ser querido. Reaccionamos con tristeza y empatizamos con las personas que nos
apoyan.

 Celebración de un éxito o enamoramiento. Reaccionamos con exaltación.

 Esfuerzo ante un desafío. Reaccionamos con satisfacción y alegría.

 Ante personas que necesitan nuestra ayuda. Reaccionamos de manera rápida y altruista aún a
riesgo de nuestra seguridad.

 …

En todos los casos estas reacciones nos ayudan a afrontar mejor esas situaciones.

Para explicar más profundamente los cambios que experimentamos, vamos a centrarnos en el miedo que
por ejemplo sentimos ante una situación de peligro en la que puede estar en juego nuestra propia vida.

A nivel cognitivo, es decir, en lo que concierte a nuestra capacidad de comprensión, juicio, memorización
y razonamiento, el miedo puede hacernos perder la capacidad de controlar nuestra conducta haciendo
que reaccionemos de manera similar a otras especies menos evolucionadas como los reptiles. Es decir,
reaccionaremos tratando de decidir si tenemos más posibilidades de sobrevivir luchando, huyendo o
quedándonos paralizados. Esta manera de reaccionar, este “programa”, reside en la amígdala, en la parte
más profunda de nuestro cerebro. En este órgano “emocional” no tenemos conciencia ni capacidad de
decisión y además en él quedan registrados los sucesos que hemos vivido y las sensaciones que hemos
percibido lo que hace que no nos olvidemos de lo que nos ha pasado y tratemos de evitarlo en un futuro.

En lo que se refiere al nivel fisiológico y dependiendo de la conducta que vayamos a desarrollar ante la
situación, se activarán una serie de respuestas procedentes de diferentes sistemas: tensión muscular,
presión arterial, ritmo respiratorio, temperatura periférica, sequedad en la boca etc. que nos prepararán
de diferente manera según la respuesta.

A nivel subjetivo, es decir, dependiendo totalmente del individuo, experimentaremos una serie de
sensaciones físicas, intensas, desagradables y descontroladas que junto con los cambios cognitivos y
algunos pensamientos sobre el peligro y sus consecuencias harán que tengamos una experiencia de
terror única e imborrable.

Ya hemos analizado cada una de las tres respuestas que se producen. La suma de todas ellas es lo que
provocará nuestro comportamiento, ya sea lucha, huida o paralización, en las mejores condiciones para
salvar la vida e intentar no volver a vernos en una situación similar de peligro.
Por otra parte, hay reacciones emocionales que se producen ante situaciones que no hemos vivido
todavía, es decir, cuando las anticipamos o las imaginamos. Un claro ejemplo es lo que sentimos cuando
vemos alguna escena en alguna película, leemos algún texto o recordamos o pensamos en algún suceso.

El tono hedónico, es decir, el placer que experimentamos o la sensación agradable o desagradable son
“la sal de la vida”. Es algo esencial para la memoria, para la toma de decisiones, para nuestros juicios y
razonamientos, para nuestra conducta, nuestras relaciones sociales y nuestro bienestar ya que:

 Las experiencias emocionales son las más valoradas. Como curiosidad, existen más de 15.000
palabras en inglés para definir estados emocionales.

 Los recuerdos que conservamos son mayoritariamente emocionales.

 Necesitamos tensión emocional para decidir.

 Decidimos muchas veces de manera emocional.

 Las emociones nos preparan, nos motivan y nos guían.

Hay otra serie de términos y conceptos muy relacionados con este tema como por ejemplo, los
sentimientos. Éstos son más duraderos que las emociones, que son temporales y están más vinculados
a la reflexión. No suelen estar relacionados con sensaciones físicas intensas, son más suaves y no ponen
en marcha comportamientos de manera inmediata. Para comprenderlo mejor, podemos hablar de la
reacción emocional de miedo ante una serpiente que hemos visto en el campo mientras que hablaríamos
de sentimiento de miedo hacia las serpientes, algo más general y no vinculado a una situación
determinada.

Otro concepto es el estado de ánimo. Un sinónimo podría ser la “vivencia emocional” y como los
sentimientos, suele ser más intenso y más prolongado que la emoción. Suele usarse mucho la expresión,
al hablar de una persona que tras una pérdida importante se encuentra deprimido y tiene episodios
frecuentes de tristeza. El estado de ánimo contrario sería el alegre.

El término afectividad englobaría todos los anteriores, incluidas las emociones, y es el término más
genérico de todos.

Finalmente, hay que distinguir entre un estado emocional y una característica inherente a un individuo.
No es lo mismo estar nervioso o ansioso por el examen que vamos a tener hoy que ser nervioso. El primer
caso es una situación temporal que finaliza cuando lo hace el examen y sin embargo en el segundo,
hablamos de un rasgo de la personalidad que acompaña al individuo en diferentes situaciones y a lo largo
de su vida.

Que es inteligencia:
La inteligencia es una capacidad mental muy general que implica habilidad
para razonar, planificar, resolver problemas, pensar de forma abstracta,
comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la
experiencia.

No supone el mero aprendizaje de un texto, una habilidad académica


específica, o resolver test de forma habilidosa.
Más bien refleja una capacidad amplia y profunda para la comprensión del
entorno, para ser capaz de capturar el significado de las cosas y darles un
sentido, o para ingeniárselas a la hora de saber qué hacer.

La inteligencia, así definida, puede ser medida, y los test de inteligencia la


miden correctamente. Si bien existen distintos tipos de test de inteligencia,
todos ellos miden la misma inteligencia.

inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere.


Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y
legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de
inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la
selección de las alternativas más convenientes para la resolución de un
problema. De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es
inteligente cuando es capaz de de escoger la mejor opción entre las
posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema.

Que es la cognición:
El término “cognición” se puede definir como la capacidad de algunos seres
vivos de obtener información de su entorno y, a partir de su procesamiento
por parte del cerebro, de interpretarla y darle un significado. En este sentido
los procesos cognitivos dependen tanto de las capacidades sensoriales como
del sistema nervioso central.

Se trata de un concepto de significado muy amplio que puede ser equiparado


a grandes rasgos con el de “pensamiento”. No obstante, como veremos más
adelante, este término también puede hacer referencia a uno de los procesos
o fases que componen la cognición: el razonamiento, que se solapa a su vez
con la resolución de problemas.

En el ámbito de la psicología la cognición se entiende como el procesamiento


de cualquier tipo de información mediante las funciones mentales. Desde un
punto de vista histórico esta conceptualización se deriva de la tradicional
separación entre lo racional y lo afectivo; no obstante, en la actualidad la
emoción con frecuencia es vista también como un proceso cognitivo.
¿Qué es la cognición? La palabra cognición viene del latín "cognoscere", que significa
conocer. Por lo tanto, cuando hablamos de lo cognitivo normalmente nos estamos refiriendo a
todo aquello que pertenece o que está relacionado con el conocimiento, es decir, el cúmulo
de información que hemos adquirido gracias al aprendizaje o la experiencia.
La definición más aceptada de cognición es la capacidad que tenemos los seres
vivos de procesar la información a partir de la percepción (estímulos que nos llegan del
mundo exterior a través de los sentidos), el conocimiento adquirido con la experiencia y
nuestras características subjetivas que nos permiten integrar toda esta información para
valorar e interpretar el mundo. Es decir, la cognición es la habilidad que tenemos para asimilar
y procesar los datos que nos llegan de diferentes vías (percepción, experiencia, creencias…)
para convertirlos en conocimiento. La cognición engloba diferentes procesos cognitivos como
el aprendizaje, la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, la toma de decisiones,
etc… que forman parte del desarrollo intelectual y de la experiencia.

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad para identificar, entender y manejar


las emociones correctamente, de un modo que facilite las relaciones con los
demás, la consecución de metasy objetivos, el manejo del estrés o la
superación de obstáculos.

Ante cualquier acontecimiento que suceda en tu vida, las emociones, tanto


positivas como negativas, van a estar ahí, y pueden servirte de ayuda y
hacerte feliz o hundirte en el dolor más absoluto, según cómo sea tu
capacidad para manejarlas.

Las personas con una alta inteligencia emocional no necesariamente tienen


menos emociones negativas, sino que, cuando aparecen, saben manejarlas
mejor. Tienen también una mayor capacidad para identificarlas y saber qué
es lo que están sintiendo exactamente y también una alta capacidad para
identificar qué sienten los demás. Al identificar y entender mejor las
emociones, son capaces de utilizarlas para relacionarse mejor con los demás
(empatía), tener más éxito en su trabajo y llevar vidas más satisfactorias.

¿Qué es el CI o Cociente Intelectual?


También denominado cociente intelectual, bajo la abreviatura CI, hace
referencia a una unidad de medida utilizada para darle valor a la inteligencia
o capacidades cognitivas que posee cada individuo, en relación a su edad.
Para ello, especialistas en el estudio psicológico han creado diversos tests, los
cuales son capaces de medir la inteligencia de las personas tomando en
cuenta cuatro variables: comprensión verbal, razonamiento perceptivo,
memoria de trabajo y velocidad de procesamiento.
A su vez, dicha inteligencia se divide en categorías y de igual manera el
coeficiente intelectual. Éstos “rangos” de puntuación se han utilizado para
predecir aspectos como el rendimiento escolar de un niño o la necesidad
que un individuo pueda poseer de una educación especial.

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