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De esa tesis central surgió el conductismo, corriente que tiende a reducir lo mental
a disposiciones físicas. Según los conductistas, no existe pensamiento ni
sentimiento alguno que no sea manifestado públicamente. En cuanto al dualismo,
en última instancia, lleva al escepticismo, a la duda de si realmente hay conciencia
en sujetos que no sean yo mismo. Wittgenstein se posicionó entre ambas corrientes,
de manera que los estados y acontecimientos que ocurrían dentro de la mente no le
parecían reductibles a sus expresiones corporales, pero tampoco le parecían
totalmente separables de sus expresiones corporales. Él no negaba la posibilidad de
que tuviésemos ideas privadas, secretas, pero también pensaba que una prueba de
que nuestra mente no se puede separar de nuestras expresiones corporales es el
uso del lenguaje que hacemos al pensar, pues el lenguaje está vinculado a la
expresión pública y corporal.
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Javier Ormazabal Echeverría - Psicología filosófica
Uno de los mayores logros de Searle en sus ensayos es que consigue entrever los
factores que nos han llevado a esta situación. En primer lugar, sucede que el terror
de caer en el dualismo cartesiano lleva a los filósofos de la mente a tomar parte y
defender la existencia de un único mundo de entre los dos que Descartes distingue.
También es cierto que el vocabulario que hemos heredado de la tradición cartesiana
nos condiciona, porque implícitas en ese vocabulario se encuentran multitud de
falsas proposiciones referentes a la realidad de la mente y a la del cuerpo: las
oposiciones entre físico y mental, cuerpo y mente, materialismo y mentalismo,
materia y espíritu, etc… están profundamente arraigadas en nuestra manera de ver
la realidad, cuando realmente lo que deberíamos ver es que, porque la conciencia
es algo mental, es algo físico, propiedad del cerebro. Además, hay una constante
tendencia de objetivar todo, de considerar que si algo es real, entonces es
igualmente accesible a todo observador. Por eso nos centramos únicamente en lo
objetivo de la conducta exterior más que en lo subjetivo de los estados mentales.
Para Searle es de vital experiencia la conciencia, hasta tal punto que no considera
posible estudiar la mente independientemente de nuestra noción de conciencia.
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Javier Ormazabal Echeverría - Psicología filosófica
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Javier Ormazabal Echeverría - Psicología filosófica
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quiero decir que lo material no pueda de ninguna manera actuar como causa sobre
lo inmaterial; ciertamente, si no tienes una dieta equilibrada y no tomas vitaminas,
probablemente el cansancio te lleve a sentirte más triste de lo normal. Sin embargo,
creo que hay una jerarquía, que la mente domina realmente el cuerpo, y de ahí que
podamos decidir sobreponer realidades como la filantropía, la mortificación y la
misericordia a necesidades básicas y tan necesarias como el comer o el dormir. La
imagen de nuestra psique es comparable a la de un ordenador, donde las corrientes
eléctricas del chip son causa de pero no exactamente lo mismo que la foto que la
pantalla está mostrando. Sin embargo, también el propio sistema operativo (el
software) puede actuar como causa sobre el hardware cuando, por ejemplo, el
usuario del ordenador clica sobre el símbolo del navegador, activando un complejo
sistema de movimientos en el corazón del ordenador de manera que estos resulten
en que el navegador se abra y deje que el usuario busque lo que quiera. La
diferencia, claro está, es que el usuario del equipo utilizado es uno mismo, que uno
mismo incide en su propia actividad cerebral, aún sin conocer qué partes del
cerebro debe activar para que se dé tal o cual evento, pero sabiendo que se dará
cada vez que lo quiera.