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ALTERIDADES, 2008

18 (36): Págs.13-22

¿Síntomas o conflictos?
Políticas e investigaciones urbanas*

NÉSTOR GARCÍA CANCLINI**

Abstract Resumen
SYMPTOMS OR CONFLICTS? POLITICS AND URBAN RESEARCHES.The El artículo trata las relaciones entre cultura y ciudad en
article treats the relations between culture and city in los últimos 15 años, así como la reestructuración de los
the last 15 years, as well as the restructuring of the cultu- campos culturales –el nuevo papel de las empresas pri-
ral fields –the new role of the private companies and the vadas y el debilitamiento del Estado en las políticas cul-
weakening of the State in the cultural policies–, the audio- turales–, las redes audiovisuales como actores claves
visual networks as key actors of the information and de la información y el entretenimiento y la desintegración
the entertainment and the urban disintegration and the urbana y los conflictos socioculturales.
sociocultural conflicts. Palabras clave: campos culturales, desintegración ur-
Key words: Cultural fields, urban disintegration, social bana, participación social, política cultural
participation, cultural policy

¿ Qué nos proporciona la ciudad? La experiencia de lo moderno. ¿Qué le proporciona la megaciudad al investi-
gador? Una experiencia peculiar de la complejidad, del desorden y la fascinación de lo social. Queremos tam-
bién nombrar aquí algo de lo que nos ha proporcionado a los investigadores la Ciudad de México: la esperanza,
las dificultades y el conocimiento de los límites que vinculan a las ciencias sociales con la política. Estas páginas
no aspiran más que a proponer unas precarias reflexiones sobre cómo acontecieron estas experiencias en los
15 años del Programa de Estudios sobre Cultura Urbana.
No planeamos un simposio ni un balance, aunque algo de esto habrá. Se trata de un laboratorio, un lugar
donde se experimenta, donde en el pensamiento entra la incertidumbre del futuro. Está cambiando en estos últi-
mos 15 años lo que significa vivir juntos, y no sólo debido a la expansión demográfica y espacial de muchas ciu-
dades. Hay que hablar de transformaciones socioculturales más vastas que llevan a repensar los entrelazamientos
entre cultura y ciudad.

La reorganización de los campos culturales

Si situamos las transformaciones culturales en el conjunto de cambios socioeconómicos del país, debemos re-
montarnos por lo menos a 1982, cuando se inició la apertura globalizada de la economía con criterios neoli-
berales. Para enfrentar la crisis económico-financiera a finales del sexenio del presidente José López Portillo, el

* Artículo recibido el 11/12/06 y aceptado el 24/05/07.


** Director del Programa de Estudios sobre Cultura Urbana de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.
Av. San Rafael Atlixco núm. 186, col. Vicentina, 09340, México, D.F.
¿Síntomas o conflictos? Políticas e investigaciones urbanas

gobierno abandonó el proteccionismo sobre la pro-


ducción nacional. Se abrió el país a las inversiones ex-
ternas, en su mayoría de origen norteamericano, que
se concentraron en la industria y en el sector de ser-
vicios. El Estado privatizó empresas automotrices, ho-
teleras, comerciales, mineras y las dos líneas aéreas
oficiales. Asimismo, grandes productoras de bienes bá-
sicos y secundarios, como Inmecafé y Fertimex.
También en los campos educativos, culturales y
científicos se adelgazó el aparato estatal y aumentó la
intervención de empresas privadas nacionales y trasna-
cionales. Sin embargo, la participación gubernamental
en estas áreas siguió siendo fuerte en comparación con
otros países latinoamericanos. Hasta el día de hoy, la
redefinición del papel estatal y privado continúa siendo
polémica. ¿Debiera haber una Secretaría de Cultura,
o, a la inversa, sería mejor reducir el aparato institu-
cional en esta área? ¿Descentralizarlo o mantenerlo
concentrado en el gobierno federal? ¿Regular desde el
Estado la actividad privada o dejarla librada a las in-
teracciones del mercado?
Estas cuestiones han tenido diversas respuestas
en el gobierno nacional y en los gobiernos de las ciu- singular debido al papel que ha tenido el Estado como
dades. En la escala nacional no sólo no se creó una administrador y gestor del patrimonio histórico y ar-
Secretaría de la Cultura, pese a iniciativas en ese sen- tístico, como mecenas, proveedor de subsidios y becas
tido, sino que el Consejo Nacional para la Cultura y las para la creación, propietario de la mayor parte de los
Artes (Conaculta) no ha logrado establecer un marco museos y de un alto porcentaje de las salas de cine y
legal de competencias en relación con los viejos organis- de teatro. Esta acción múltiple estuvo ligada al nacio-
mos (el Instituto Nacional de Antropología e Historia nalismo que nutría la política cultural y al predomi-
–INAH–, el Instituto Nacional de Bellas Artes –INBA–, el nio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) como
Instituto Mexicano de Cinematografía –Imcine–), ni ha partido oficial durante siete décadas.
conseguido construir vínculos más horizontales con La apertura económica y sociocultural a bienes y
las demás secretarías de Estado: esto último hace que mensajes importados experimentada a partir de los
aún muchas decisiones económicas sobre la cultura años ochenta favoreció las inversiones extranjeras, no-
se tomen en la Secretaría de Hacienda o como parte de tablemente en las industrias culturales, proceso que
las políticas presupuestarias generales del país, sin que se acentuó con la aplicación del Tratado de Libre Co-
el Conaculta pueda hacer valer los aspectos específi- mercio (TLC) desde 1994: se estrecharon las relaciones
camente culturales en la distribución de fondos, en la con Estados Unidos y aumentó la presencia de este
política fiscal referente a la producción y comerciali- país en la distribución y exhibición de cine, la televisión
zación de bienes culturales o en el financiamiento del de paga y servicios comunicacionales e informáticos.
cine. En tanto, en el gobierno de la Ciudad de México El Estado ha dejado a las empresas privadas casi
se creó en enero de 2002 una Secretaría de Cultura, y todo el campo comunicacional masivo, y mantiene,
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal estableció por medio del Conaculta, un apoyo rutinario a progra-
que debe destinarse dos por ciento del presupuesto de mas de museos históricos y de arte, sitios arqueológi-
la ciudad a la gestión cultural, pero esta disposición cos, el Canal 22, el Sistema Nacional de Creadores y
no se cumple, ni la existencia nominal de una Secretaría otros emprendimientos. En algunas zonas de la cultura
de Cultura ha significado un aumento de las actividades y el arte su acción está retrayéndose. Hace muchos
y de los programas respecto de lo que hacía el anterior años que no se crean nuevos museos; no se compran
Instituto de Cultura de la ciudad. obras artísticas; y se achica el financiamiento al cine
Me detendré en el tipo de reestructuración de los y a los programas de innovación cultural. Mientras
campos culturales que en esta etapa neoliberal ha ve- que algunas empresas, que no tenían hábitos de mece-
nido produciéndose en México. Si bien se trata de un nazgo, generan espectáculos (Televisa, Telmex), forman
proceso internacional, nuestro país presenta un perfil colecciones de arte contemporáneo (Jumex), abren

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nuevos museos o contribuyen a su financiamiento so de industrialización para dar trabajo y servicios


(como el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey apropiados a las masas recién llegadas y el deterioro de
–Marco– o el Centro Cultural Muros en Cuernavaca), las economías nacionales fueron agrandando la mar-
y se hacen cargo de proyectos internacionales dentro ginalidad y los desequilibrios urbanos. Estos males se
de México: en Guadalajara, el Museo Guggenheim y acentuaron al desmantelarse las políticas públicas
los conjuntos arquitectónicos-centros culturales pro- de protección social y por el arribo tardío de insuficien-
gramados por Jorge Vergara y la Universidad de esa tes programas de planificación (recordemos que el pri-
ciudad; en Monterrey, la adopción del Fórum Cultural mer plan regulador de la Ciudad de México se hizo en
Mundial de Barcelona para 2007, y el auspicio de ex- 1979, cuando la zona metropolitana ya tenía 15 millo-
posiciones aun para los museos estatales, cuya progra- nes de habitantes). Desde los años noventa, la subordi-
mación está deprimida por la reducción de fondos gu- nación de los pocos proyectos de desarrollo a la merca-
bernamentales. dotecnia urbana ha generado islas de modernidad y
Por su parte, algunos organismos públicos comien- globalización en medio del hacinamiento, la inseguridad
zan a interesarse por la economía de la cultura y el pa- y la contaminación.
pel de las industrias culturales en el desarrollo. Tanto Por eso, las investigaciones sobre las grandes ciu-
el Conaculta como la Comisión de Cultura de la Cá- dades mexicanas, entre ellas las que efectuamos en el
mara de Diputados han organizado seminarios sobre Programa de Estudios sobre Cultura Urbana durante
estos temas, con expertos de Canadá, Francia y paí- la década pasada, mostraron que el crecimiento ace-
ses latinoamericanos, y han manifestado gran interés lerado y sin planificación originó transformaciones de-
por la investigación ¿Cuánto vale la cultura? Contribu- sintegradoras. Los estudios de campo en la capital me-
ción económica de las industrias culturales protegidas xicana nos llevaron a una visión de la ciudad distinta
por el derecho de autor en México, de Ernesto Piedras, de las corrientes posmodernas, que desde los años se-
primer estudio económico sobre este campo que se rea- tenta del siglo pasado exaltaron en el urbanismo y en
liza en el país. Esta nueva atención a los vínculos entre algunas líneas antropológicas las diferencias, la multi-
economía y cultura lleva también a organismos federa- plicidad y la descentralización como rasgos universal-
les, y en algunos estados, a explorar fuentes alternativas mente positivos de una urbanidad democrática.
de financiamiento y a exigir rendimientos económi- El caso de México, como el de otras ciudades lati-
cos más altos a las instituciones y los espectáculos noamericanas, exige distinguir estos procesos en las
culturales. Por otro lado, al tratar el presupuesto para metrópolis y en los países periféricos. No es lo mismo
2005, los diputados tomaron la iniciativa de incremen- el crecimiento de la autogestión y la pluralidad luego
tar varios rubros del financiamiento estatal para la de un periodo de planificación, durante el cual se re-
cultura, por encima de las propuestas anteriores del guló la expansión urbana y se satisficieron necesidades
Poder Ejecutivo. Sin embargo, la mayor consideración básicas –como en casi todas las ciudades europeas–
de los aspectos económicos de la cultura no conduce que el crecimiento caótico de intentos de supervivencia
todavía, salvo en ámbitos académicos, a un análisis basados en la escasez, la expansión errática, el uso de-
estratégico del desempeño de la producción cultural predador del suelo, el agua y el aire, habituales en Asia,
mexicana en los mercados internacionales o en las ne- África y América Latina.
gociaciones del TLC o de la Organización Mundial del Una segunda distinción tiene que ver con la escala.
Comercio (OMC), como sucede en Canadá y en algunas En países que entraron al siglo XX con bajas tasas de
naciones europeas. Éste es uno de los puntos en los natalidad, con ciudades planificadas y gobiernos demo-
que se observa la escisión entre las agendas de inves- cráticos, las digresiones, la desviación y la pérdida de
tigación y las agendas políticas sobre cultura y co- poder de los órdenes totalizadores pueden ser parte
municación. de una lógica descentralizadora. En cambio, en urbes
como Caracas, Lima o la Ciudad de México, la ato-
mización –generada por el estallido demográfico, la
Desintegración urbana invasión popular o especulativa del suelo, con formas
y participación social poco democráticas de representación y administración
del espacio urbano– aparece más como desorden que
En el desarrollo de algunas ciudades son particular- como descentralización. En vez de propiciar una inte-
mente perceptibles las transformaciones apuntadas. gración más abierta, segrega y excluye.
Como en todas las grandes urbes latinoamericanas, la En ciudades europeas y estadounidenses, el debi-
acumulación de migrantes, campesinos o procedentes litamiento de las estructuras planificadas puede ser
de ciudades pauperizadas, la incapacidad del proce- un avance liberalizador; en los países periféricos, las

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políticas descentralizadoras logran, a menudo, repro- En México, estamos atrapados en la oscilación en-
ducir conflictos ingobernables, que por eso a veces tre las modernizaciones fragmentarias, una extendida
“fomentan” la perpetuación de administraciones auto- desintegración social y experiencias aisladas de partici-
ritarias y centralizadas, reticentes a que los ciudada- pación democrática. Se pensó que la autonomía ganada
nos elijan y decidan. Algunos estudios sobre movimien- en la última década por el gobierno de la capital y por
tos sociales suelen considerar esta desestructuración las 16 delegaciones que la componen contribuiría a de-
de las ciudades como estímulo para la organización de sarrollar la participación ciudadana. Estudios como los
grupos populares, juveniles o ecologistas, es decir, para realizados por Sergio Zermeño en años recientes sobre
construir alternativas al (des)orden hegemónico. Pero los movimientos vecinales muestran un bajísimo cre-
también puede originar dispersión y enfrentamientos cimiento de la participación local en cuestiones políti-
entre marginados o excluidos, o servir de ocasión para cas, ecológicas e incluso en la gestión del presupuesto
que la especulación inmobiliaria se apropie de espacios municipal que se quiso compartir en cierto porcentaje
públicos y discrimine a los desposeídos. con los vecinos. La participación y la definición de los
Al estudiar las prácticas de consumo cultural de la problemas y conflictos culturales ha sido aún menor.
Ciudad de México registramos un proceso de desurba- Zermeño encuentra que las clases medias tienden a en-
nización, en el doble sentido de descomposición del or- cerrarse en sus fraccionamientos o viviendas unifami-
liares con preocupaciones sólo defensivas, en tanto los
den urbano y de diseminación del uso público de los es-
sectores populares buscan protección a su precarie-
pacios urbanos. Esto se debe en parte a la inseguridad,
dad en liderazgos y formas organizativas verticales. La
y también a la tendencia a preferir la información y los
participación ciudadana queda entonces como pro-
entretenimientos llevados hasta los hogares por la ra-
puesta de académicos y políticos bienintencionados,
dio, la televisión y el video en vez de la asistencia a cines,
mientras la sociedad se pulveriza aferrada a pequeños
teatros y espectáculos públicos que requieren atravesar
intereses patrimoniales. Estos resultados coinciden
largas distancias y zonas peligrosas de la urbe.
con estudios efectuados en otros países, desde el clá-
Algunos autores mexicanos y de otros países en-
sico libro de Teresa Caldeira, City of walls, hasta los
cuentran en estas transformaciones oportunidades para
textos sobre Buenos Aires, São Paulo, Santiago de Chi-
reanimar la participación y la organización ciudada-
le, Puebla, Toluca y Guadalajara reunidos en la obra
nas. Estoy pensando en los estudios de María Ana
Latinoamérica: países abiertos, ciudades cerradas, que
Portal y Amparo Sevilla sobre la revitalización de las
coordinó Luis Felipe Cabrales Barajas.
fiestas barriales, de Rossana Reguillo en torno a las or-
Una segunda conclusión de nuestros estudios que
ganizaciones vecinales para enfrentar catástrofes, o de
deseo destacar es la recaracterización de lo que es una
Pacho, Maritza Urteaga y José Manuel Valenzuela acer-
megaciudad. Las investigaciones efectuadas en México,
ca de los movimientos culturales alternativos de jóvenes
São Paulo y Los Ángeles, por ejemplo, usan este térmi-
arraigados a la vez en espacios locales y en redes sim- no para referirse a la etapa en que una gran concen-
bólicas globalizadas. Cuando los Estados-nación pier- tración urbana integra otras ciudades próximas y con-
den la capacidad de convocatoria y administración de forma una red de asentamientos interconectados.
lo público, las ciudades resurgen como escenarios es- Sabemos que esta caracterización espacial ha sido
tratégicos para nuevas formas de ciudadanía con refe- aplicable a la capital mexicana (Messmacher, Ward).
rentes más "concretos" y manejables que los de las abs- La zona metropolitana, que en 1940 tenía 1 644 921
tracciones nacionales. Los ámbitos urbanos ofrecen habitantes y actualmente supera los 20 millones, debe
posibilidades de especificar la participación en los flu- esta expansión, como dijimos, a las migraciones multi-
jos trasnacionales de bienes, ideas, imágenes y perso- tudinarias de otras regiones del país y a la incorporación
nas. Lo que se escapa del ejercicio ciudadano en las al área metropolitana de 29 municipios aledaños.
decisiones supranacionales pareciera recuperarse, en Pero en estos mismos 50 años, en que la mancha
cierta medida, en las arenas locales vinculadas a los urbana se extendió hasta ocupar 1 500 kilómetros cua-
lugares de residencia, trabajo y consumo. Quienes, drados, volviendo impracticable la interacción entre
más que ciudadanos de una nación, ahora se sienten sus partes y evaporando la imagen física de conjunto,
“espectadores que votan”, reencuentran en las formas los medios de comunicación se expandieron masiva-
locales de reconocimiento de las diferencias, “compac- mente. La radio, la televisión y la prensa establecen y
tación y reterritorialización” de las demandas, que ha- distribuyen imágenes que reconectan las partes dise-
cen posible las ciudades, modos de reubicar el imagina- minadas. En varias investigaciones de nuestro Progra-
rio nacional en movimientos de ciudadanía practicable ma de Cultura Urbana (Aguilar, Winocur, García Can-
(Holston y Appadurai, 1996: 192-195). clini, Rosas Mantecón, Nivón) se observa que la misma

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política económica de modernización industrial que ¿Políticas culturales?


desbordó la urbe promovió de manera paralela nuevas
redes audiovisuales que reorganizan las prácticas de Estos cambios de las condiciones de producción, circu-
información y entretenimiento, y recomponen cierto lación y consumo cultural en las ciudades han descolo-
sentido conjunto de la metrópoli. Mientras la expansión cado a actores públicos y privados. Todos muestran
demográfica y territorial desalienta a muchos habi- dificultades para encarar políticas adecuadas a la ac-
tantes ubicados en la periferia para asistir a los cines, tual etapa de industrialización de los bienes simbólicos.
teatros y salones de baile concentrados en el centro, la El trámite frustante de las pocas iniciativas públicas
radio y la televisión llevan la cultura a 95 por ciento de desarrolladas en México en los últimos años, como la
los hogares. Esta reorganización de las prácticas urba- Ley de Cine y la Ley de Medios, muestran cuánto cues-
nas sugiere una conclusión teórica: la caracterización ta comprender la nueva escena sociocultural.
socioespacial de la megalópolis debe ser completada El Estado no crea nuevas reglas para la enorme mo-
con una redefinición sociocomunicacional que dé cuen- vilización de recursos que efectúan los conglomerados
ta del papel rearticulador de los medios en el desarrollo empresariales de alcance trasnacional, ni sobre sus
de la ciudad. consecuencias en la ocupación del espacio público y de
Esta redefinición implica que la megalópolis articu-
los circuitos comunicacionales, así como en los consu-
la grandes contingentes poblacionales no sólo conur-
mos mayoritarios. Se insiste en antiguos discursos
bándolos física y geográficamente, sino conectándolos
sobre la identidad nacional y la protección del patri-
con las experiencias macrourbanas a través de las re-
monio histórico sin tomar en cuenta cómo se redefinen
des de comunicación masiva. Por supuesto, la conexión
los referentes de pertenencia e identificación en los
mediática de ciudades medianas y pequeñas, el hecho
nuevos escenarios de consumo. Tampoco se reconsi-
de que la oferta televisiva e informática puede recibirse
dera la rutinaria gestión de los museos, ni se expanden
con amplitud también en conjuntos de 10 000 habi-
los centros artísticos y culturales capaces de asumir
tantes, evidencia que éste no es un atributo exclusivo
el pasaje de las estéticas centradas en las obras (li-
de las megaciudades. Lo que distingue a una megaló-
bros, cuadros) y en la apropiación de sus significados
polis como la capital mexicana es la densidad de inter-
en lugares públicos (museos, salas de conciertos) a nue-
conexiones globales que ofrece junto a empresas tras-
vas experiencias sensibles, imaginarias e intelectuales,
nacionales y organismos de gestión o servicios que la
a menudo de carácter efímero (instalaciones, perfor-
eligen como sede, la mezcla multicultural de poblado-
res nacionales y extranjeros, así como el hecho de con- mances, festivales y marchas de protesta), o que tienen
tar con servicios (hoteles, restaurantes, entretenimientos por fin realizar intervenciones en circuitos comunicacio-
diversificados) que atraen a actores globalizados. nales (medios, televisión y redes alternativas de comu-
nicación, de manera señalada en Internet). Aunque no
desarrollaré aquí este asunto, me interesa recoger la
caracterización hecha por Reinaldo Laddaga en el sen-
tido de que estamos transitando “a una economía de
servicios más que de bienes” donde se ofrecen “placeres
de acceso más que los de posesión” (Laddaga, 2004).
Esta nueva percepción aparece en las acciones ima-
ginativas y efímeras de movimientos culturales in-
dependientes.
Es abundante la bibliografía que registra estos cam-
bios en el ámbito internacional (Bonet; Martín Barbero;
Miller; Yúdice; la Organización de Estados Iberoame-
ricanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
–OEI–; la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO–; etcétera)
y también en México (García Canclini, Monsiváis, Ni-
vón, Rosas Mantecón, Sánchez Ruiz, entre otros). Tene-
mos más información que hace una década sobre las
transformaciones de los escenarios y circuitos cultu-
rales, que revelan con nitidez el desdibujamiento del
papel de los Estados, las dificultades de los movimientos

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¿Síntomas o conflictos? Políticas e investigaciones urbanas

socioculturales para asumir la remodelación de la co- Santa Fe y la Alameda instauran espacios segregados
municación artística y mediática, la redefinición de los para minorías insertadas en las redes financieras, de
procesos de difusión y mercado. producción y servicios globales, a diferencia del gene-
¿Qué sucede, entre tanto, con el creciente papel de ralizado deterioro de la infraestructura urbana, la in-
la iniciativa privada? Quisiéramos adelantar unos pá- seguridad y el desorden de los vastos asentamientos
rrafos de una investigación en proceso acerca de las pobres. En contraste con la democratización política
orientaciones con las cuales los empresarios ocupan ocurrida en la Ciudad de México durante la última dé-
los espacios desatendidos por el Estado en la promo- cada, la gentrificación aislada de zonas destinadas
ción de la cultura y la proyección internacional de Mé- exclusivamente a edificios corporativos, centros comer-
xico. Aun cuando se presentan como grandes proyectos ciales y hoteles lujosos intenta reordenar la ciudad de
comunicacionales y urbanos, las operaciones priva- acuerdo con la concepción polarizada y autoritaria con
das suelen ser concebidas de forma aislada, con sentido que el neoliberalismo reformula lo social.
casi exclusivamente lucrativo y sin participación ciu- Las recientes iniciativas empresariales para proyec-
dadana. Por estas razones, otro de los rasgos de estos tar internacionalmente a México están preocupadas,
emprendimientos es su desarrollo errático o efímero. más que por diseñar una política coherente, por usar
los recursos culturales como pretexto publicitario: po-
Como un ejemplo de la "política" cultural de las empre-
ner logotipos de auspicio en exposiciones internacio-
sas tenemos que el principal emprendimiento cultural
nales de arte mexicano o comprar logotipos “globales”,
de Televisa en la pantalla chica (el Canal 9) duró pocos
franquicias con éxito mediático, como la del Museo
años, y su acción más significativa en artes visuales,
Guggenheim. Dice mucho de las dificultades de elabo-
el Centro de Cultura Contemporánea en Polanco, en
rar una estrategia internacional que los tres mayores
la Ciudad de México, fue desmantelado unos cuantos
proyectos de los empresarios (en alianzas con gobiernos
años después de instalado, y las obras reunidas, repre-
locales y con el nacional) sean el de Jorge Vergara para
sentativas de artistas y periodos clave del arte mexica-
construir un gran centro cultural y comercial en Gua-
no del siglo XX, quedaron embodegadas.
dalajara con edificios firmados por arquitectos célebres
En cuanto a los proyectos de dinamización o reno-
(Koolhaas, Nouvel, Moneo), y, por otra parte, las ini-
vación urbana, en la Ciudad de México las antiguas
ciativas para traer a Monterrey el Foro de Barcelona
tendencias a permitir que el crecimiento de la ciudad
para 2007, y a Guadalajara un museo Guggenheim.
quedara librado a la especulación inmobiliaria y la au-
Sólo el estudio de factibilidad de este museo cuesta
toconstrucción se “actualizan” ahora, según los inte-
dos millones de dólares, y la enorme inversión que re-
reses de capitales trasnacionales, en la mercadotec- querirá aspira a repetir el efecto turístico e inmobiliario
nia urbana, o sea proyectos inmobiliarios de conjuntos generado por esa marca en Bilbao, donde la construc-
formados por oficinas, hoteles y megacentros comercia- ción costó más de 150 millones de dólares. En otras
les, o “corredores urbanos terciarios sobre los principales ciudades donde existe el Museo Guggenheim, como Ve-
ejes viales” (Pradilla Cobos, 2004: 57), como son el necia, no ha tenido semejante poder dinamizador.
Complejo Corporativo Santa Fe, iniciado en las postri- Además, hay que valorar que esa institución no aporta
merías de los ochenta, y los Proyectos Alameda Central recursos económicos para el edificio, ni obras artísti-
y Centro Histórico, propuestos en la misma época y cas en forma permanente, y cobra luego por los servicios
comenzados a finales de los noventa. Dentro de nuestro de diseño curatorial efectuado desde sus oficinas de
Programa de Estudios, Patricia Ramírez Kuri y recien- Nueva York. En otras ciudades europeas y latinoameri-
temente María Moreno vienen examinando la lógica de canas (Buenos Aires, Río de Janeiro) se abandonó la
estos emprendimientos. iniciativa de colocar clones del Guggenheim porque
Los centros comerciales, diseminados en muchas los estudios de factibilidad no garantizaban el éxito
zonas de la megalópolis, junto con las multisalas de económico. Artistas e intelectuales manifestaron que
cines, muestran una tendencia a desplegar la moderni- esa gigantesca erogación tendría mayor utilidad si se
zación del consumo en distintas partes de la ciudad. Si destinaba a construir edificios adecuados a la fisono-
bien el costo de sus ofertas, su estructura encapsulada mía urbana y social de cada lugar, o a la formación de
y las restricciones al ingreso para sectores populares, colecciones de arte nacional e internacional, y a crear
registradas por Ramírez Kuri en su estudio, establecen centros de producción y difusión cultural que incidan
una relación selectiva del capital inmobiliario y comer- a largo plazo en el desarrollo cultural.
cial con sectores medios y altos, son “espacios privados En México, el lugar prominente que hoy ocupan los
de uso colectivo” que promueven signos globalizado- proyectos Santa Fe y Alameda en el Distrito Federal,
res en áreas diversas. En cambio, los megaproyectos de el Foro 2007 en Monterrey y el Museo Guggenheim

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Néstor García Canclini

consumidores de las nuevas generaciones, así como,


mediante descripciones etnográficas, los modos de
ha-cer, comunicar, recibir y apreciar los bienes y men-
sajes artísticos. ¿Cómo se organizan, personal y colec-
tivamente, para construir nuevos perfiles profesionales,
intervenir innovadoramente en los circuitos, informarse
y apropiarse de los modos actuales de hacer ciudad y
hacer cultura? ¿Cómo reaccionan a la disminución de
apoyos estatales, la aparición de nuevos patrocinado-
res y oportunidades comunicativas, en la competencia
económica y simbólica por el prestigio y el reconoci-
miento? ¿De qué modo se replantea la autonomía de
los campos culturales lograda en la modernidad y la
intersección con otros campos (política, mercado, ins-
tituciones, medios)? ¿Qué modificaciones aparecen en
las oportunidades de exhibición en el extranjero para
los artistas mexicanos (en artes visuales y en cine)?
¿Hay nuevos espacios, interés en temas y estilos inédi-
tos? ¿Cómo trabajan los artistas mexicanos las actuales
condiciones de diversidad cultural e interculturalidad?
en Guadalajara, en contraposición con la escasez de Si enunciamos esta parte como una lluvia de interro-
equipamientos proporcionales a la expansión de esas gantes es porque lo que creíamos saber o que debía
tres ciudades, reitera la tendencia a “enfrentar” nece- hacerse desde la llamada sociedad civil hace 15 o 20
sidades estructurales con obras-espectáculo y golpes años hoy desemboca, más que en políticas o acciones
de efecto. La experiencia mexicana converge con las de coherentes, en un laberinto de preguntas.
otros países latinoamericanos donde, como escribe
Adrián Gorelik, la “errática tradición de políticas públi-
cas” acaba cediendo a ocasionales megaemprendimien- ¿Conflictos culturales?
tos de élites globalizadas, a la publicidad arquitectóni-
ca y “la aceptación cínica de la fragmentación social y Estas transformaciones suscitan nuevos conflictos so-
urbana” (Gorelik, 2004). cioculturales, que se agregan a las antiguas tensiones
¿Cómo se presenta, entonces, el futuro cultural del generadas por la difícil convivencia de tradiciones y pro-
país? ¿Queda oscilando entre un Estado que se replie- yectos modernos, y a los problemas irresueltos por el
ga y algunos empresarios sólo interesados en usar la crecimiento atropellado de muchas ciudades mexicanas.
exhibición cultural y artística como recurso publicitario ¿Cuáles son los conflictos culturales más significa-
o de prestigio? En nuestro Laboratorio hemos querido tivos ahora en la Ciudad de México? Se podrían hacer
considerar con cierto detenimiento las tácticas y estra- varias interpretaciones de este cuestionamiento. Una
tegias con que se ubican en las nuevas escenas los ac- es la que intenta el programa de nuestro Laboratorio
tores de base, por llamarlos de alguna manera. Hemos y los documentos escritos para basar el trabajo: por
invitado a antropólogos que vienen estudiando estas ejemplo, conflictos entre las concepciones públicas y
experiencias, a cronistas urbanos y a gestores cultu- privadas de la ciudad y de la cultura, entre los planes
rales para que hablen de cómo se reubican otros ac- empresariales y los derechos de los consumidores, en-
tores sociales respecto de esta remodelación de los tre la expansión inmobiliaria y la calidad de vida. En
campos sociales y culturales (artistas, productores y el plano cultural, las investigaciones de nuestro progra-
gestores culturales, espectadores, usuarios de circui- ma muestran la desigual distribución de las ofertas de
tos comunicacionales, asociaciones independientes). espectáculos y centros culturales, que se concentran
Tanto los nuevos actores empresariales como socia- en el eje Santa Fe-Reforma-Centro Histórico y en el sur
les nos confrontan con una etapa de desarrollo urbano de la megalópolis. Pero esto es una constatación des-
distinta de la que nos hizo centrarnos, en el comienzo criptiva, que pocas veces se manifiesta explícitamente
del Programa de Cultura Urbana, en las relaciones en- como conflicto.
tre políticas públicas y consumos culturales. Necesi- Hay varios procesos que no ocurren como conflic-
tamos conocer cómo están modificándose las prácticas tos, sino como desencuentros. No vemos muchos lu-
de los creadores culturales, de los gestores y usuarios- gares donde se confronten las políticas culturales de

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¿Síntomas o conflictos? Políticas e investigaciones urbanas

las industrias comunicacionales o de los gobiernos gravó con 10 por ciento de impuesto al valor agregado.
con las necesidades de los habitantes, según compro- Al mismo tiempo, se pretendió "desincorporar" del go-
bamos en los estudios sobre consumos culturales y en bierno federal, o sea dejar sin financiamiento, a cinco
los movimientos culturales autogestivos. ¿Por qué casi instituciones culturales (Instituto Mexicano de Cinema-
no aparecen conflictos culturales explícitos en las tografía; Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C.;
agendas públicas? Estudios Churubusco Azteca, S.A.; Educal, S.A. de
La ciudad muestra, ante todo, conflictos políticos, C.V; y Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías).
como el que ocupó centenares de páginas en los diarios Ante estos hechos, el Conaculta se limitó a expresar
por el desafuero del jefe de gobierno. También aparecen sorpresa por la medida y a manifestar apoyo a los sec-
en las marchas que alteran el tránsito urbano cada día tores afectados. La máxima institución cultural del
conflictos laborales, o por el uso del suelo y la preser- país fue "sorprendida" por los cambios impulsados por
vación de barrios históricos, o por cuestiones ecológicas. el gabinete económico.
Pero escasean las protestas o manifestaciones que Por otro lado, la política gubernamental otorgó con-
pongan en el centro un malestar cultural. ¿Estarán to- cesiones y favores a las grandes empresas comunica-
dos conformes con la televisión que tenemos? ¿Le gusta cionales, como ocurrió al cambiar el régimen fiscal de
a la mayoría la programación que ofrecen los cines? los concesionarios de radio y televisión. El 11 de octu-
¿Nadie piensa que podría usarse mejor el presupuesto bre de 2002 el presidente Vicente Fox anunció la su-
cultural de la ciudad? ¿Nos satisface el aspecto estético presión del pago de impuesto que los concesionarios
de nuestra megalópolis? Ocasionalmente, un intelec- de esos medios comunicacionales realizaban cediendo
tual o un artista critica en entrevistas la gestión oficial 12.5 por ciento de sus tiempos de transmisión al Esta-
o de los medios en estos temas, pero en estricto sentido do. Así, las 3.5 horas fiscales diarias quedarían en 18
no existen formas organizadas de acción que entren en minutos al día para las televisoras y 35 minutos para
conflicto con el orden imperante. las radiodifusoras, es decir 4.5 por ciento. Se redujo
Alguien podría decirme que basta abrir las secciones bruscamente la obligación de los empresarios y se di-
culturales de los periódicos de cualquier semana para luyó un espacio público, que ha sido subutilizado, o a
encontrar polémicas. Pero ¿de qué tratan? Artistas que veces empleado de manera preferente para propagan-
se sienten injustamente cuestionados por un jurado, da gubernamental, pero que también sirve para llevar
enfrentamientos personales o entre grupos culturales a cabo campañas de salud y educativas, y para la pro-
(aunque tampoco existen ya confrontaciones ideoló- yección masiva de cine de arte y películas mexicanas.
gicas estructuradas, como las que conocimos hace más En cuanto al patrimonio, ocurrieron dos importantes
de una década entre los grupos de las revistas Nexos conflictos por la construcción de un centro comercial
y Vuelta). En una sociedad donde la cultura oscila en- donde estuvo el Hotel Casino de la Selva, en Cuerna-
tre competencias individuales por posicionarse en el vaca, y por la instalación de un restaurante McDonald’s
mercado y disputas por escasos financiamientos pú- en Oaxaca. En el Hotel Casino de la Selva existían mu-
blicos y privados, las discusiones sobre políticas cultu- rales de destacados artistas mexicanos, que corrían
rales o sobre los vínculos entre cultura y sociedad han peligro al destinarse el terreno para construir un me-
perdido interés y resonancia. gacentro comercial. Durante los muchos meses que
Un investigador que forma parte de nuestro Progra- duró el conflicto intervinieron movimientos sociales,
ma de Cultura Urbana, Eduardo Nivón, realizó el año se alcanzó gran resonancia en la prensa y, finalmente,
pasado un estudio en torno a la conflictividad en la po- cierta repercusión internacional de las movilizaciones
lítica cultural mexicana reciente. De los conflictos en la al grado de llegar a la misma sociedad de accionistas
escala nacional que Nivón analiza, deseo retomar dos de la empresa trasnacional propietaria del proyecto
particularmente significativos para el planteamiento (Costco-Price).
que nos ocupa: a) las relaciones entre la acción públi- La otra experiencia en defensa del patrimonio fue el
ca y la empresarial, y b) las discordias por el patrimonio. rechazo a la apertura de un restaurante McDonald’s
Respecto al primer punto, dos conflictos notorios en los portales del Centro Histórico de la ciudad de Oa-
ocurrieron entre 2001 y 2003. El 30 de diciembre de xaca, encabezado por el pintor Francisco Toledo con
2001 se modificó la Ley del Impuesto sobre la Renta, apoyo de sectores de la sociedad civil, sobre todo co-
disponiendo que la exención total por derechos de au- merciantes locales, artistas e intelectuales. Una de las
tor de la que gozaban escritores, se limitara sólo a los protestas consistió en una tamaliza en la Plaza Mayor
que ganaran menos de 28 400 pesos anuales. En 2003, de la capital oaxaqueña, con el fin de demostrar que
la pérdida de los beneficios a la producción cultural los oaxaqueños preferían la comida típica regional a las
alcanzó a los libros: dejaron de estar exentos y se les hamburguesas de McDonald’s. “No al Maczócalo”, “no

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Néstor García Canclini

queremos los Macdólares”, eran algunas de las leyen- deicomiso que produjo el diagnóstico archivado, Emilio
das escritas en los carteles que tapizaron las puertas Pradilla Cobos, sostiene en uno de sus artículos que la
del inmueble que ocuparía el negocio. Nivón señala que Ciudad de México sigue transitando, como el país, “por
fue una de las primeras movilizaciones en favor del los caminos de la privatización de lo público, ahora a
patrimonio intangible en el país, ya que se trataba de la nombre de ‘la izquierda’, bajo la orientación de un go-
tradición gastronómica oaxaqueña. bierno pragmático y vertical, carente de un proyecto de
ciudad, que cifra su éxito en la realización de acciones
espectaculares y obras monumentales que eleven su
De los síntomas a los conflictos popularidad de corto plazo” (Pradilla Cobos, 2004).

Para terminar, la pregunta clave es si podemos trascender El capital inmobiliario nacional y trasnacional ha expre-
estas protestas ocasionales. Los discursos periodísti- sado nítidamente su reconocimiento a los proyectos de re-
cos y políticos sobre la Ciudad de México hablan todos vitalización de los corredores urbanos de Reforma-Alameda-
los días de pobreza, inseguridad, miedos, contamina- Centro Histórico y, en particular, del CH, y a los incentivos
ción, embotellamientos crónicos y otros malestares de y estímulos otorgados por el gobierno local, que han dina-
la vida urbana como experiencias y síntomas inexpli- mizado la inversión en ellos y han incrementado la de-
cados. No faltan estudios que relacionen esos síntomas manda por las áreas construidas en los últimos cuatro
entre sí y con las distorsiones estructurales del desa- años (Colliers Internacional, “Reporte de mercado de ofi-

rrollo urbano. Al explicarlos, muchos males aparecen cinas. 1er. semestre 2002”, cit. en Pradilla Cobos, 2004).

como evitables, pero para lograrlo se requiere modificar


las estructuras que los generan y reproducen. Es innegable que los empresarios deben ser convo-
Parte de nuestra tarea como investigadores en es- cados para invertir en el desarrollo de la ciudad. Sin
duda, están sucediendo otros procesos de organización,
tos años ha sido intentar asesorías y seminarios con
participación ciudadana y desarrollos urbanos orien-
organismos de gestión: hemos realizado estudios sobre
tados con sentido social que también debemos con-
públicos, consumos y políticas culturales para el go-
siderar. Pero las rotundas afirmaciones de Pradilla
bierno del Distrito Federal, para el Instituto Mexicano
Cobos son pertinentes en relación con el predominio
de Cine y para el Conaculta; expusimos los resultados
de los megaproyectos como casi única “política” urbana.
en reuniones académicas y también en seminarios con
Los graves y persistentes problemas de nuestra ciudad,
funcionarios del Conaculta, de la Secretaría de Cultura
ente los cuales, como mencionamos, está la muy defi-
del gobierno y de delegaciones de la ciudad. Colabora-
ciente participación ciudadana, no hacen fácil construir
mos en el Fideicomiso del Distrito Federal que en los
un programa compartido que articule las necesarias
dos últimos años de la década pasada, con auspicio del
inversiones privadas con acciones públicas informadas,
gobierno y la participación de decenas de especialistas
la preservación y la innovación, las dinámicas locales
en cuestiones urbanas, elaboró el mayor diagnóstico
y la indispensable articulación globalizada, la expan-
sobre vivienda, transporte, alimentación, salud, desa-
sión económica, la redistribución social y la sociali-
rrollo económico, participación social, y, en nuestro
zación democrática de las decisiones.
caso, comunicación y cultura, diseñando para todas
Quizá una de las tareas, no sólo de los investigadores
estas áreas escenarios prospectivos hacia 2006 y 2020.
sino también de los gestores culturales y urbanos, de
El fideicomiso fue disuelto por el actual gobierno, y el los periodistas y simples ciudadanos, sea atravesar los
informe no fue ni siquiera publicado ni se creó ningún síntomas para seguir mirando y comprendiendo los con-
organismo nuevo para dar continuidad a esa evaluación flictos. Además de unos pocos megaproyectos, necesita-
del desarrollo urbano. mos un programa que se proponga hacer habitable el
Sabemos que otros grupos de investigación han en- conjunto de este valle con más de 1 500 kilómetros cua-
contrado dificultades semejantes para que se incor- drados habitados, de donde sale el mayor número de
poren los diagnósticos y las propuestas a las políticas migrantes mexicanos hacia Estados Unidos; donde, en
públicas. Sin duda, hay sesgos en nuestro trabajo aca- el primer trimestre de 2005, 120 tiendas y miles de per-
démico y deficiencias de comunicación al insertarnos sonas fueron asaltadas; en la que tantas cifras parecen
en el campo político, que dificultan el pasaje de las in- evidencias para el dictamen con que Rem Koolhaas ca-
vestigaciones a la acción. Pero se advierte también un racterizó al siglo XX: “ha sido una batalla perdida con-
puente cortado entre el reconocimiento de los síntomas tra la cantidad” (Koolhaas, 1996). Por todo lo dicho,
de descomposición y malestar de la población, y, por distraerse ante los conflictos es, además de una derrota
otra parte, la explicación de los conflictos estructurales ante la cantidad, seguir extraviando la calidad, el sig-
que generan esos síntomas. El ex director de aquel fi- nificado compartido de vivir en ciudad.

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¿Síntomas o conflictos? Políticas e investigaciones urbanas

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