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Salmo 32 // La dicha del perdón

1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.


2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras
callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
Selah
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Selah
6 Poresto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
7 Túeres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Selah
8 Te
haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 Noseáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
11 Alegraosen Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

¿Qué actitud tomó David respecto a su pecado?


A partir de lo declarado en este salmo David transita dos etapas respecto a su pecado.
Primeramente, el silencio – vr. 3. David decidió ocultar su pecado, callar delante de
Dios.
Probablemente ese silencio no era sólo de falta de confesión, sino también falta de
adoración, de expresar amor o gratitud a Dios. El versículo dos nos da una pauta
acerca de qué llevaba a David a permanecer en silencia en un principio: la culpa.
Sin embargo, la etapa de silencio sobre el pecado, en este salmo solo se nombra como
parte del pasado. De hecho, el salmo comienza con una alabanza por el perdón, es de-
cir: David ya superó su etapa de silencio y comprendió que la misericordia de Dios es
suficiente para perdonar. Luego del Selah, David declara: Mi pecado te declaré y no
cubrí mi iniquidad.

Gastón I. Ferreyra // Carrera: Liderazgo // Pág. 1


El corazón de David, aunque pudo entrar en confusión en un comienzo, decidió confe-
sar su pecado, buscar el perdón de Dios y sacar a la luz no sólo sus miserias, sino nue-
vamente sus alabanzas.

¿Qué consecuencia trajo a su vida?


Si bien el peso del pecado carga el corazón a partir de la culpa y la distancia de Dios,
David expresa de manera más angustiante el peso de la mano de Dios sobre su vida.
Mientras él permaneció en silencio, ocultando su pecado sintió a Dios, su Pastor, des-
cargando todo el peso de la santidad sobre él.
Además, otras dos cosas se resaltan: Los huesos secos, el malestar físico, el desaliento,
la pérdida del vigor y de vida; y también la sequedad causada por la ausencia de Dios
debido al acto de acunar su pecado. Sin embargo, en cada frase angustiante – repito,
escrito en pretérito perfecto – el salmista expresaba exactamente que causaba su
ruina: El pecado sobre su vida.
El pecado te lleva más lejos de lo que tú quieres ir. Te detiene más tiempo del que te
quieres quedar; y siempre, siempre te cuesta más de lo que quieres pagar.
¿Cómo se manifestó Dios a su vida?
Aquí empieza el cambio de conjugación de los verbos: el futuro. Al confesar su pecado,
David experimenta nuevamente a Dios lleno de esperanza, confiando en el destino de
gloria que preparó para él y para todo aquel que confía en su perdón.
El versículo 7 manifiesta de una manera poética como Dios trajo liberación a la vida
de
David: Con canticos. Es interesante pensar que Dios se manifiesta a nosotros en nues-
tro propio lenguaje. David solía alabar a Dios cantando, Dios llega a la vida de David
con canticos de liberación.
El salmista, adelantado a su época, experimenta la gracia del perdón de pecados de
manera excepcional. Describe a Dios como protector, guía, maestro, misericordioso y
lleno de amor.
Bienaventurado aquel a quien es perdonada su trasgresión. Un perdón de la trasgre-
sión pleno, instantáneo, irreversible, vuelve el infierno del pobre pecador en un cielo y
le convierte, de heredero de ira, en participante de bendición. La palabra traducida
por «perdón» en el original es «quitar», como una carga que es quitada o una barrera
eliminada.

Gastón I. Ferreyra // Carrera: Liderazgo // Pág. 2

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