Sei sulla pagina 1di 5

¿DOS CEREBROS EN UNA CABEZA?

LA HISTORIA DEL CEREBRO DIVIDIDO


Traducción de Elena Blanco-Suárez

¿Usas el hemisferio izquierdo o el derecho de tu cerebro? ¿Eres trabajador,


resuelto, amante de los números, pasas todo el día en la oficina? ¿O eres
creativo, apasionado, alegre, un artista que sueña despierto? Solía ser una
niña con inclinaciones científicas y estas imágenes normalmente me ponían
lívida porque, obviamente, prefería identificarme con la mitad del cerebro que
lanzaba remolinos de colores vivos que con la mitad que mostraba oscuros
cubículos o esotéricas ecuaciones matemáticas. Los artistas que creaban estas
imágenes polarizadas solo tratan de estimular sus egos y pintarnos a los
demás como aburridos, ¿no? ¿Querer convertirme en científica significaba
aceptar que el núcleo de mi vida iba a ser trágicamente gris y lleno de
ecuaciones?
Afortunadamente, no. La idea de que una persona piensa más con el lado
derecho o el izquierdo del cerebro es solo un mito, quizás ligeramente menos
ridículo que la extendida creencia de que los humanos solo utilizamos el 10%
de nuestros cerebros (lo siento, Morgan Freeman, pero usamos el 100%).
Sin embargo, el cerebro sí que está dividido en hemisferios derecho e
izquierdo, y ambos están conectados por una estructura llamada el “cuerpo
calloso”, un grupo de nervios a través de los cuales se puede compartir
información. Imagina dos computadoras increíblemente poderosas conectadas
mediante un manojo de cables de forma que cada computadora tiene acceso a
los datos que la otra está procesando. ¿Cómo determinarías qué computadora
está procesando el qué? Lo has adivinado. Cortando los cables.
En 1960, un cirujano llamado Joseph Bogen llevó a cabo callosotomías (corte
del cuerpo calloso) en un grupo de pacientes epilépticos con la esperanza de
frenar el avance de los ataques desde el área de origen al resto del cerebro.
Este grupo de pacientes – que asombrosamente no mostraron cambios en el
temperamento o en la inteligencia – se convirtieron en una mina de oro para el
investigador Roger Sperry y su estudiante Michael Gazzaniga. Diseñaron una
tanda de experimentos para examinar las consecuencias de la eliminación de
esta conexión entre los hemisferios derecho e izquierdo, lo que le dio el Premio
Nobel a Sperry.
Estos experimentos se aprovecharon del hecho de que la información visual es
segregada tan pronto entra en el cerebro humano; la información obtenida en el
campo visual derecho fluye hacia el hemisferio izquierdo, mientras que la
información del campo visual izquierdo va directa al derecho. Los tractos que
llevan la información táctil se cruzan de forma similar; cuando tocas algo con tu
mano derecha, la información va primero al hemisferio izquierdo, y viceversa.
Por supuesto, en todos nosotros con un cuerpo calloso intacto, toda esta
información sensorial acaba siendo compartida por ambos hemisferios de
forma que todo el cerebro está al tanto. Pero este no era el caso para aquellos
cuyo cuerpo calloso había sido cortado. En este puñado de pacientes, el
cerebro derecho no sabía lo que el izquierdo estaba haciendo. Este grupo de
pacientes tuvo –en muchos aspectos – dos cerebros en lugar de uno.
¿Hay diferencias funcionales entre el hemisferio izquierdo y derecho? La
respuesta es un sonoro sí, y la sorprendente extensión de esta lateralización
(cuando un proceso ocurre más en un lado que en el otro) puede demostrarse
con un paciente con un cerebro dividido con el simple experimento que aparece
representado a continuación: si la imagen de un martillo es mostrada al
hemisferio derecho (es decir, se muestra en el campo visual izquierdo), y se le
pide al paciente describir verbalmente lo que ve, dirá “Nada”. Sin embargo, si
se le pide que use su mano izquierda para tomar el objeto que ve, tomará el
martillo sin duda alguna. ¿Qué significa esto? Claramente el hemisferio
derecho (que controla la mano izquierda) ha sido capaz de identificar el
martillo. ¿Por qué dijo el paciente que no veía nada?
Esto no ocurre cuando la imagen se muestra al hemisferio izquierdo. En este
supuesto, cuando se le pide al sujeto que diga lo que ve, su respuesta verbal
es exacta y rápida. Y aquí es donde reside la mayor diferencia entre los dos
hemisferios: la habilidad para el lenguaje.

Mayoritariamente, en nuestros cerebros el habla se genera casi exclusivamente


en el lado izquierdo. Como la pregunta “qué ves” requiere una respuesta
verbal, se procesa en el lado izquierdo del cerebro. En el caso de la manzana,
el lado izquierdo también recibe la imagen de la manzana por lo que no hay
problema. Sin embargo, en el caso del martillo, es el hemisferio derecho no-
verbal el que recibe la información visual. La región del lenguaje en el
hemisferio izquierdo todavía es el que recibe la pregunta, pero esta vez el
cerebro izquierdo realmente no ve nada. Es casi como si el paciente se hubiera
transformado en una pareja de siameses mirando en diferentes direcciones,
pero solo uno puede hablar. [De manera interesante, uno de los siameses
podría creer en Dios mientras que el otro es ateo, aunque eso es una historia
para otro día].
¡Mira a un paciente real con cerebro dividido llevando a cabo una variación de
esa tarea!
Mientras que el cerebro izquierdo nos permite hablar, el derecho es el que
toma las riendas en el procesamiento de la información espacial. Estos dibujos

realizado s por un paciente con


cerebro dividido ilustran este hecho [1]. Cuando se le presenta una imagen a
un sujeto y se le pide que lo dibuje con su mano izquierda, queda claro que
comprende la naturaleza 3D de la imagen presentada (este sujeto en particular
es diestro, así que los dibujos no son perfectos). Si por el contrario al sujeto se
le pide que copie la imagen dibujando con la mano derecha, es su lado
izquierdo el que toma el control; no tiene concepción de las tres dimensiones,
haciendo dibujos cómicamente extraños. Quizás esta es la razón por la que el
hemisferio derecho se ha asociado con los tipos creativos y artísticos.
El hemisferio derecho también tiene ventaja en reconocimiento facial. Tres
pacientes con cerebro dividido vieron 20 caras desconocidas en el lado
izquierdo o el derecho. Después de ver rápidamente cada cara en la pantalla,
los sujetos tuvieron que escoger la cara correspondiente de entre 10 tarjetas
que se encontraban sobre la mesa. Los tres sujetos fueron mucho más rápidos
y precisos en el reconocimiento facial cuando era el lado derecho del cerebro el
que tenía acceso a la imagen (es decir, la pantalla mostraba las caras al lado
izquierdo de los sujetos) [2]. Al parecer, el siamés que si puede hablar tiene
algo de prosopagnosia.
No todas las funciones están lateralizadas, por supuesto. A pesar del hecho de
que la información del tacto procedente de cada mano solo es accesible al
hemisferio cerebral contrario, el dolor intenso por calor aplicado en una sola
mano es accesible a ambos hemisferios [4]. De forma similar, la presencia de
luz en un lado del campo visual también es detectada por ambos lados del
cerebro [5]. Y ambos lados son capaces de una reacción visceral; un paciente
con cerebro dividido se reirá por lo bajo ante la imagen de un desnudo sea
presentada al lado izquierdo o derecho. Si es el hemisferio no-verbal el que
tiene acceso a la imagen, el sujeto será incapaz de articular la fuente de su
diversión, pero eso no le impedirá soltar una risita [1]. Ambos hemisferios son
igualmente capaces de disfrutar la desnudez.
Mientras que es divertido pensar en tener dos cerebros en lugar de uno
solo, ¿Por qué una gran mayoría de la humanidad con cuerpos callosos
intactos se preocupa de como los lados derecho e izquierdo del cerebro se
reparten las funciones? De hecho, la lateralización de la función cerebral podría
ser parte de lo que nos hace humanos; la especialización del cerebro humano
está mucho más lateralizada que en cualquier otro animal. Gazzaniga propone
de forma elocuente: “Puede que resulte que el a menudo ignorado cuerpo
calloso, un tracto fibroso que se cree que solamente intercambia información
entre los dos hemisferios, sea el gran establecedor de la condición humana”.
¿Qué quiere decir Gazzaniga con esto? Dice que si una mutación ventajosa
ocurriera en las células de un lado del cerebro, permitiendo el desarrollo de una
nueva función, la región complementaria del otro lado podría continuar
desempeñando la antigua función. Y debido a la existencia del cuerpo calloso,
la información procedente del antiguo y el nuevo proceso sería accesible al
cerebro entero – una mutación sin pérdida de función. ¿Cómo conecta esto con
el nacimiento de la humanidad? Puede que una serie de mutaciones en el
hemisferio izquierdo de nuestros antecesores homínidos aumentasen la
capacidad para el habla, y es el lenguaje lo que ha dado a nuestra especie la
habilidad para interacciones sociales complejas, propulsando la evolución
humana.
E incluso aunque ahora sé que la existencia de gente que piensa con el
colorido lado derecho y gente calculadora que lo hace con el izquierdo es solo
un mito, la niña que usa el hemisferio izquierdo que llevo dentro consigue
vengar su decepción gracias al hecho de que algo tan enormemente importante
como es el lenguaje esté asociado al lado izquierdo. Toma eso, hemisferio de
la diversión, creatividad y remolinos de bonitos colores.

Potrebbero piacerti anche