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LAS VIRTUDES MORALES

Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas humanas.


Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos.
Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino.
La dimensión moral de la persona incluye la vivencia de las virtudes morales:
1. Una virtud es un buen hábito. Una persona virtuosa es una persona buena, tiene costumbres
buenas, se porta bien.
2. Las virtudes teologales tienen que ver con Dios y pueden ser la fe, la esperanza, la caridad.
3. las virtudes morales son formas de ser y vivir habitualmente bien, que forman la fisonomía de
una persona buena, pero no tienen que ver directamente con Dios.
4. Si se quiere formar una personalidad íntegra, hay que trabajar en el cultivo y formación de estas
virtudes.
Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del
entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían
nuestra conducta según la razón y la fe.
El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien. Las virtudes morales se adquieren
mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos.
Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino.
¿Cuáles y cuántas son?
Santo Tomás de Aquino estudia en la Suma de Teología cincuenta y cuatro diversas virtudes. Es un
campo variado y fecundo en el que el alma consagrada puede ir enriqueciendo su personalidad
humana, y cristiana.
En torno a la prudencia, justicia, fortaleza y templanza, pueden de algún modo ser reagrupadas
todas las demás.
Cuatro virtudes desempeñan un papel fundamental. Por eso se las llama ‘cardinales’; todas las
demás se agrupan en torno a ellas.
Estas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. “
¿Amas la justicia? Las virtudes son el fruto de sus esfuerzos, pues ella enseña la templanza y la
prudencia, la justicia y la fortaleza” (Sb 8, 7).
Bajo otros nombres, estas virtudes son alabadas en numerosos pasajes de la Escritura.
La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro
verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo. La prudencia es la regla recta de la
acción, escribe Santo Tomás (Suma de Teología II-II, 47, 2).
Aristóteles. Es la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El hombre prudente
decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud aplicamos sin error los
principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer
y el mal que debemos evitar.
La prudencia, en cuanto virtud humana, ayuda a vivir según el camino de santidad, es el hecho de
que la gracia y en especial las virtudes teologales infusas (fe, esperanza y caridad), constituyen
elementos indispensables para tomar prudentes opciones.
La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al
prójimo lo que les es debido:
 La justicia para con Dios es llamada la virtud de la religión.
 Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer
en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al
bien común.
La justicia busca dar a cada uno lo que le corresponde, en todos los órdenes de la vida y del bien.

El justo busca lo que es correcto, sin parcialidades, sin egoísmos.

Esta virtud implica un gran desprendimiento de sí, una gran objetividad y una actitud a salir de uno
mismo, para buscar y realmente otorgar lo que es correcto a los demás.

Por eso se dice en la Biblia que esta virtud es muy propia de Dios, porque Dios no es egoísmo, sino
Bien verdadero, no es capricho, sino Verdad.

La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la constancia en la búsqueda del
bien.
Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral.
La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las
pruebas y a las persecuciones.
La fortaleza es una virtud humana directamente relacionada con la voluntad, y por lo tanto se
refiere a ese gran principio que explicábamos antes: "vivir todo por amor".
El bien tiene ese gran privilegio de que no se impone y se tiene que realizar libremente, por amor.
Y el bien no es una norma teórica, sino que siempre es el bien de alguien: de Dios, de algún
hombre, de muchos, de sí mismo. Querer el bien, es querer el bien de alguien, es amar.
El mismo lenguaje en muchos idiomas identifica el verbo "amar", con la expresión "querer bien";
"te amo", se dice también "te quiero bien".
La templanza. La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el
equilibrio en el uso de los bienes creados.
Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la
honestidad.
La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles.
La templanza es la virtud cardinal que se refiere al dominio de las potencias pasionales, es decir
todo lo que se refiere a la fuerza de actuación que reside en nuestra psicología y nuestra alma:
fuerza pasional tanto corporal, como psíquica y espiritual.

Probablemente es la menos llamativa, pero rinde un servicio indispensable para garantizar la


verdadera libertad de la persona, y poder "vivir todo por amor". La templanza es indispensable
para la prudencia y soporte para la fortaleza.
La ética y la política
La relación entre ética y política moderna no deja de ser tensa y peligrosa, ya que esta última
introduce un fuerte relativismo moral que, si bien permite la coexistencia en un plano de
igualdad de las distintas concepciones propias de toda sociedad, no puede ser sostenido en el
campo de la política.
Es aquí cuando el poder, al penetrar la dimensión ética, introduce en ella la más grande distorsión,
ya que el discurso de la ética se convierte en una mera forma de justificación del poder.
Esto es lo que hace que la constante tensión entre ética y política nunca tenga un modo único o,
incluso, satisfactorio de resolución. Sólo la implementación de una lógica argumentativa que parta
del reconocimiento de la precariedad y ambivalencia que se entabla en la relación entre ética y
política puede servir de resguardo ante aquellas distorsiones que, en nombre de la primera,
planteen el riesgo de cercenar desde el poder del Estado los espacios de libertad.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
entre ética y la política
Antigua Grecia
Desde inicios de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética.
Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes.
En la REPUBLICA aborda juntamente la ética individual (desde la perspectiva de una justicia dentro
del alma) y la ética pública o social, con una compleja teoría del Estado, que encuentra
complementos y puntos de vista diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes.
. Edad Media
Es un momento en el que la ética asume elementos de las doctrinas clásicas de la felicidad (el fin
del actuar humano consiste en obtener el bien que nos hace felices) y los une a la doctrina
cristiana (vista como Revelación divina), especialmente según la normativa que recogen los
mandamientos.
El fin último del actuar humano es la caridad, que se consigue al vivir desde el Evangelio, y que
permite al hombre acceder a la visión de Dios (en el cielo), donde el ser humano alcanza su
máxima plenitud y el bien supremo.
Edad Moderna
La gran revolución ética moderna se realiza a través de Emmanuel Kant, que rechaza una
fundamentación de la ética en otra cosa que no sea imperativo moral mismo (deontologismo
formal), pues si la moral se orienta a buscar la felicidad no podría dar ninguna norma categórica ni
universal.
Los filósofos idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico.
Hacen frente así al utilitarismo, al afirmar que el principio de utilidad no es el único criterio de
corrección de las acciones
Edad Contemporánea
La ética del siglo XX ha conocido aportes importantísimos por parte de numerosos autores:
existencialistas desarrollan el sentido de la opción y de la responsabilidad.
Max Scheler elabora una fenomenología de los valores. Autores como Alain Badiou han intentado
demostrar que esta principal tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de "la
ética" en el siglo XX, es en realidad un "verdadero nihilismo" y "una amenazante denegación de
todo pensamiento".

Ética, RELIGIÓN Y política


La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad.
Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral, sin embargo no impone
castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa aplicación de las normas
legales en un Estado de Derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico,
sino que promueve una autorregulación.

Es por esto qué la Ética y la Religión si guardan una muy estrecha relación, pero la Ética científica y
la filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas morales que pueden
surgir, y de hecho han surgido, a partir de la Religión, sea esta última, una vivencia o una
institución.
.
A lo largo de su vida el hombre puede utilizar una enorme variedad de criterios orientadores para
elegir su propia conducta, aunque muchos de ellos no tengan que ver con la ética y la moral.
Pueden distinguirse seis niveles o tipos de criterio:
El placer y los instintos.
Las normas inconsistentes y el Super Yo.
La presión social.
Las normas morales y civiles.
Los valores apreciados por sí mismo.
El Yo Profundo.
El Criterio basado en el placer y los instintos. Con este criterio el hombre, desde niño, busca lo
agradable y evita lo desagradable, o sea, buscar placer y evitar dolor.
Este nivel de placer instintivo, es el normal entre niños y adultos que no han recibido una
educación que les haya mostrado una apertura hacia otros valores superiores.
El problema o el error por así decirlo es cuando se va a los dos extremos, es decir,
1. el uso exclusivo de este nivel en cualquier situación de la vida,
2. la eliminación absoluta de este criterio, como si el placer fuera algo malo.
Por el contrario, el placer es un valor sin duda alguna ya que busca la satisfacción de las
necesidades vitales del ser humano.
El Criterio basado en el Super Yo. Este criterio se reconoce con facilidad ya que el sujeto se deja
orientar rígidamente por ciertas normas o valores que las autoridades le han inducido desde la
infancia.
Y como son desde la infancia esas normas y valores ya forman parte del inconsciente del sujeto y
por esa razón tienen un carácter autoritario, rígido, exagerado.
De hecho este tipo de criterio impide al sujeto de hacer excepciones cuando se encuentra en una
situación dudosa.
La orientación que este experimenta ya es mecánica y ni el mismo puede saber por qué tener que
actuar por necesidad en determinado sentido o dirección.
El Criterio basado en la presión social. Este reside en la absorción de todas las normas y valores
que el medio ambiente o sociedad influyen en el individuo en forma de "presión social".
La guía de conducta dentro de una sociedad es pues la moda y la propaganda.
La presión social es la principal fuente que orienta y empuja la conducta de las personas cultas.
En muchas ocasiones esa conducta no tiene nada de objetable, pero en muchas ocasiones la gente
se pregunta si un individuo que actuó con cierta conducta, lo hico por responsabilidad o por
simple inercia, y si pudo haber actuado de manera diferente.
LA POLITICA COMO ELEMENTO ETICO
Se considera que los inicios de la política se remontan al neolítico, cuando la sociedad comienza a
organizarse en un sistema jerárquico y ciertos individuos adquieren poder sobre el resto.
Antes, el poder simplemente residía en el que tenía mayor fortaleza física o en el más inteligente
de un grupo.
Algunos teóricos aseguran que este tipo de organización también podría ser considerado como
una forma de política, por lo que ahí caeríamos en la definición de que la política es tan antigua
como la propia humanidad
Los sistemas políticos de la antigüedad eran generalmente absolutistas ya que la totalidad del
poder se encontraba en manos de un único sujeto.
A partir de la Revolución Francesa el esquema político experimentó un cambio importante, donde
un elemento fundamental fue la Constitución. Desde ese momento se instauraron regímenes con
características propias.
Platón, fue un filósofo quien fundo la política como ciencia deduciéndola de la palabra justicia, la
definió como u principio básico de como gobernar.
De cierta manera Aristóteles no definía a la política sino al hombre por que decía q el hombre está
conformado por la polis y la polis en si lo conforma a él.
FORMAS DE ORGANIZACIÓN POLITICA
En Grecia las organizaciones políticas dependían de la plebe en algunos casos pero la mayoría de
estas se hacían a través de la cámara, donde buscaban el amor o la sumisión del pueblo. Cuando el
termino polis surgió gracias a los filósofos, también se creó las primeras definiciones de
Estado referidas a la organización política.
La ciudad-estado fue fundamentalmente creada para orientar y atender los asuntos políticos, allí y
dentro de esta aparece el concepto de sociedad, viéndose así como el centro de poder del Estado.
APARICIÓN DE LA POLÍTICA COMO ORGANIZACIÓN DEL sistema SOCIAL
Históricamente, el sistema político de la mayoría de estados ha sido predominantemente de
tipo absolutista o como mínimo autocrático en el que un restringido grupo de personas
detentaban el poder.
La pertenencia a dicho grupo frecuentemente estaba dada por razones de nacimiento y en algunos
casos por la capacidad de movilizar personas y recursos en favor de una acción específica.
En Occidente, este esquema político no cambió hasta el fin del Antiguo Régimen con la Revolución
francesa en Europa y la constitución de Estados Unidos, si bien puntualmente se habían alcanzado
situaciones en que un sector amplio de la sociedad había tenido influencia en las decisiones del
gobierno.
OBJETO DE ESTUDIO DE LA POLITICA
Es la búsqueda del bien común o la búsqueda del poder.
La política es el arte de gobernar, y su objetivo es usar el poder para beneficiar a todos los
integrantes de la sociedad. Es una vocación de servicio a los demás.
Poder: elemento característico de todo fenómeno político y en consecuencia el objeto central de
estudio de las Ciencias Políticas.
SISTEMAS POLITICOS
David Easton define a los sistemas políticos como aquellas interacciones por medio de las cuales
se asignan autoritativamente valores a una sociedad.
Para Easton dichas interacciones de valor operan de la siguiente forma:
Se genera un flujo entre inputs y outputs. Los inputs son las demandas y apoyos que el sistema
recibe de la sociedad o de otros entes y los outputs son la respuesta del sistema a aquellas
demandas.
Esto se ha denominado circuito de retroalimentación (feedbackloop) y permite a las autoridades
sondear el Estado del sistema y corregir errores y perturbaciones.
ETICA Y EDUCACION
La educación y la educación ética son partes imprescindibles de cualquier formación humana.
No se puede formar solamente a las personas desde el punto de vista laboral; sin haberles
formado la capacidad de convivencia y ciudadanía, que no surge naturalmente de las personas.
De la ética surge el fundamento teórico de la moralidad de los actos humanos.
Es esa conciencia moral la que obliga a actuar responsablemente con el conocimiento ético de que
se dispone Históricamente, las investigaciones éticas han generado dos importantes concepciones
con vigencia contemporánea: Teleólogica y deontológica.
La primera, busca las consecuencias benéficas de los actos humanos y, sobre la base utilitaria de
mayores bienes fundamenta las decisiones éticas y conductas correspondientes; el sacrificio de
pocos por el beneficio de muchos es un criterio utilitarista básico. La segunda concepción, mira la
consistencia del acto humano sobre la base de lo que debe ser correcto y no del beneficio
obtenible determinada cultura y tiempo histórico.
La educación, por su parte, se encuentra con un problema permanente. Existen dos exigencias
fundamentales: Una relacionada con los conocimientos que deben ser creados, re-creados,
mantenidos, acumulados y transmitidos de generación en generación; otra, referidas al sentido de
todas estas actividades educacionales; en una palabra, ÉTICA.
Lo único que se determina, entonces, permanentemente en todo educativo es la moralidad. La
Educación debe corresponder al conocimiento exigido por los tiempos y también de las exigencias
o responsabilidades éticas per se.
Es la educación en ética que se imparte en los centros de enseñanza la que determina esa
articulación a través de asignaturas como filosofía, religión, ciencias sociales, además de
formaciones específicas.
Los temas de ética se tratan de forma transversal en el resto de materias de la educación formal,
sean comunes u optativas.
La educación ética y en valores puede ser entendida como una reflexión sobre la moral, o como un
espacio para practicarla.
Entendiendo moral como la práctica de los valores de una comunidad determinada.
El objetivo del proceso de educación ética, consiste en perseguir la construcción de una
personalidad ética sólida, apoyada en el desarrollo de una consciencia moral autónoma.
Estos tres niveles serían:
1. El desarrollo de un fuerte "sentido de vida". Esto implica la capacidad de dar respuesta
personal y autónoma a la pregunta fundamental de la vida según sea el marco socio-cultural y
familiar de cada persona.
2. El desarrollo de un " proyecto de vida“ supone el intento consciente y deliberado de procurar la
mayor coherencia personal posible, que hagan posible la concreción real de los propios ideales y
de la propia escala de valores.
3. El desarrollo de una "estructura ética personal", ya que captamos por diversos medios la
existencia de dichas normas, como una obligación o prohibición, pero siempre con el fin de tratar
de orientar e incluso determinar la conducta humana.
Objetivos valores y virtudes en busca de la perfección moral
La precisión en el cálculo, porque se dice que mirar el resultado es ignorar el método que condujo
a él (cuando lo cierto es que sólo un buen método conduce al resultado correcto).
La expresividad oral, ejercita dicción, oratoria y articulación verbal (sólo enfrentando los miedos se
vence la timidez y sólo hablando a otros se puede verificar el valor comunicacional de lo que se
dice).
La ortografía, exige un nivel de lectura y una práctica excesivamente conductista (cuando sólo
practicando se fijan visualmente las palabras bien escritas, y únicamente leyendo se adquiere
vocabulario con la ortografía correcta incluida).
El hábito de la lectura, por lo dicho y porque se ve como inmoral que en una sociedad con
desigual acceso a la riqueza unos puedan tener libros y otros no lo cual es probablemente mucho
más inmoral todavía porque eterniza una carencia en lugar de subsanarla en sus raíces.
La perspectiva histórica, porque enseñar fechas o referenciar el pasado a través de sus
protagonistas o de los hechos más relevantes en forma secuencial es apoyarse fuertemente en la
memoria (nos provee de hitos referenciales que ponen todo el proceso evolutivo de la cultura en
contexto).
La paciencia, cualquier técnica que permita adquirir restricciones a algo, y toda restricción es vista
como un acto de autoritarismo (cuando lo cierto es que la sociedad entera se organiza en función
de restricciones que a toda hora nos demandan paciencia y autocontrol).
La capacidad de análisis, (cuando lo cierto es que se aprende a razonar razonando, partiendo de
reglas más viejas que el mundo, que luego de asimiladas podrán violarse creativamente).
La capacidad de trabajar duro y de acometer tareas difíciles, (cuando la verdad es que nada
produce más satisfacción que aquello que nos ha costado mucho esfuerzo, y que la mayor parte del
conocimiento útil es árido y difícil de adquirir).
Conclusión
Los valores morales y éticos caben en intelecto y constituyen lo esencial en todo proceso y
producto educativo.
No sólo nombramos la educación si no también la moral como una parte fundamental en la
educación que obliga a actuar responsablemente con el conocimiento ético que se dispone en una
determinada cultura y en un determinado tiempo.
El estudio de ética en cuanto a ciencia nos lleva a descifrar que la moralidad es una
responsabilidad permanente que nos obliga a actuar en el pasado, en el presente y en el futuro en
forma recta.
ETICA Y LA CULTURA
La ecología es una ciencia que estudia los equilibrios naturales y nos muestra cuáles son los límites
que no debemos traspasar, por ejemplo, ya se ha repetido que el hombre es racional y social por
naturaleza.
En cambio, la cultura es el relato de lo que las personas en conjunto han ido asumiendo como
costumbres.
La mayoría de esas costumbres podrían ser aceptadas, analizadas racionalmente, inaceptables
éticamente, no sólo para algunas mentalidades occidentales, sino como decididamente
antinaturales para todo el mundo.
El problema que se deriva de aquí es cómo entendernos y respetarnos entre todas las diversas
culturas en este mundo globalizado. El universo natural es contingente, ilimitado, lo cual permite
introducir la libertad dentro de él y dar lugar a culturas diferentes.
MULTICULTURIZACION
Si predomina el interés por respetarnos, la variedad cultural no es ninguna dificultad para el
entendimiento humano entre los pueblos. El problema se suscita cuando alguna cultura se
autoproclama superior ante las demás.
Para evitar la tentación del predominio de alguna cultura, algunos promueven el relativismo
cultural y un relativismo ético - moral deducido.
De esta manera, para cada cultura sería aceptable lo que ella misma proclame y ninguna otra
debería juzgarla porque caería en el error de elevarse como referencia última y más elevada, y se
traduciría además en un inaceptable colonialismo moral.
Prolongando el razonamiento algunos postulan ese relativismo ético - moral derivado del cultural.
Incluso algunos lo ampliarían todavía más aceptando el relativismo social e incluso individual, de
tal forma que estaría bien lo que a un grupo, e incluso a uno solo les pareciera bien.

ETICA Y GENERO
¿Pero cómo establece el hombre esa escala de valores que forman su ética?, sencillamente a
través del juicio y el discernimiento; donde se establece que existen cuatro modelos de conducta
principales: la felicidad o placer, el deber, la virtud y la perfección
La diferencia radica en que la persona que vive en cualquier comunidad tiene un conjunto de
normas morales que según esta se deben de cumplir, ahora, la ética conlleva el pensamiento de
cada persona, es decir, que a pesar de que las personas conocen cuales son las normas morales
por alguna razón decide o no llevarlas a cabo.
GÉNERO
El término género hace referencia a las expectativas de índole cultural respecto de los roles y
comportamientos de hombres y mujeres (relaciones de género) pueden cambiar con el tiempo, si
ciertos aspectos se derivan de las diferencias biológicas entre los sexos.
EQUIDAD DE GÉNERO
Es la capacidad de ser equitativo, justo y correcto en el trato de mujeres y hombres según sus
necesidades respectivas. La equidad de género se refiere a la justicia necesaria para ofrecer el
acceso y el control de recursos a mujeres y hombres del gobierno, de las instituciones educativas y
de la sociedad en su conjunto.
Representa el respeto a nuestros derechos como seres humanos y la tolerancia de nuestras
diferencias como mujeres y hombres, representa la igualdad de oportunidades en todos los
sectores importantes y en cualquier ámbito, sea este social, cultural o político.
Actualmente la desigualdad de géneros es una problemática que los gobiernos y organismos
nacionales e internacionales tratan de erradicar, pero si bien es cierto que se han tenido grandes
avances en el tema, también es cierto que cada día surgen nuevos sectores donde la desigualdad
de género, de etnia y de clase social obstaculizan el crecimiento económico y el desarrollo social y
humano.
ETICA Y MEDIO AMBIENTE
Rama de la ética que analiza las relaciones que se establecen entre nosotros y el mundo natural.
De este razonamiento se puede deducir que lo que puede ser calificado como negativo es la acele-
ración en el proceso de desaparición de las especies, debida a las actividades humanas. Lo cual, a
su vez, nos conduce a otra reflexión.
Ahora bien, esta visión de las civilizaciones pretecnológicas como “naturales”, y las sociedades tec-
nológicas como “artificiales”, ha sido puesta en duda recientemente.
Extensión moral
Capacidad de realizar juicios de nuestros actos, y de aceptar las consecuencias derivadas de los
mismos, es decir, como un conjunto de derechos inalienables, como la vida, la libertad o la
búsqueda de la felicidad. A esta ampliación gradual del interés ético se le llama extensión moral.
Valores
En la literatura sobre ética del medio ambiente se pueden reconocer diferentes maneras de
pensar en términos de valores:
1. valor intrínseco, o inherente, propio de lo que es bueno en sí mismo (per se)
2. valor instrumental, o conferido, propio de lo que es importante como medio para conseguir un
fin —como una herramienta, por simple o compleja que sea. Simultáneamente, en muchas
sociedades actuales, la naturaleza es vista como depositaria de un valor instrumental.
Es más, hay quien considera que incluso los elementos no vivos de la naturaleza tienen también un
valor intrínseco: las rocas, los ríos, los volcanes, las playas, los lagos… y ciertamente la propia
Tierra. Todo ello existía mucho antes de que nosotros, como especie, llegásemos a desarrollar
siquiera el más mínimo papel ecológico en el teatro evolutivo que es nuestro planeta.
Dominio de la naturaleza
El antropocentrismo tiene sus orígenes en la afirmación clásica de que el hombre es la medida de
todas las cosas que poseerían dimensión moral, mientras que las consecuencias del
comportamiento humano sobre terceras entidades serían irrelevantes, a no ser que
indirectamente resultaran lesionados los derechos o intereses de otros seres humanos.
Así, por ejemplo, se ha señalado repetidas veces que la corriente principal de la religión judeo-
cristiana da cuenta de la preeminencia del hombre frente a los demás seres de la Creación, y
promueve la sobreexplotación de la naturaleza en detrimento de todas las demás formas de vida.
Esta visión de nuestra especie como cúspide de la Creación, junto a la idea de dominio que
acarrea, es una visión claramente antropocéntrica.
Desde este punto de vista, cualquier crimen cometido en contra de la naturaleza es considerado
como pecado.

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