Sei sulla pagina 1di 2

Hace más de un siglo, Coca-Cola y Pepsi-Cola conocidos actualmente cómo los gigantes en las

bebidas gaseosas o en los refrescos habían sido rivales eternos en el mercado mundial de
bebidas no alcohólicas. Pues la llamada guerra de la cola se libró en el sector estadounidense
de refrescos carbonatados, dicho sector valorado en 66.000 millones de dólares, pues hasta el
2004, el norteamericano medio bebía unos 200 litros de refrescos carbonatados al año. Por tal,
Coke y así mismo Pepsi, lograron un crecimiento anual medio de los ingresos en torno al 10%,
referente a esto, el consumo de refrescos carbonatados, tanto en Estados Unidos como en el
resto del mundo, no paraba de crecer año tras año.
Ambas compañías eran inseparables, aunque fueran competencia se necesitaban la una de la
otra, pues sin Coke, a Pepsi le costaría ser un competidor original y brioso. Si no existiera la
compañía Coca-Cola, decían que rezarían para que alguien la inventara. Con todos estos
altibajos, pero aun así conquistando ambas a las personas en Estados Unidos y junto a estos el
mercado de los refrescos carbonatados, Coca cola y Pepsi logran sostener sus ganancias,
aunque exista estancamiento de la demanda, con el desarrollo de bebidas carbonatadas; con
ello surgen las adquisiciones a embotelladores principales para ser empresas líderes y tomar
control de dependencia de pequeños fabricantes de bebidas carbonatadas. Además, realizan
presencia de mercado de forma global, desarrollan estrategias como packing con precio bajo
para áreas rurales a menor tamaño de producto. Influyen en los embotelladores para que
cooperen con precios de distintos canales y envases a cambio de modificar precio de
concentrado, beneficio para todos, pues el éxito en la rentabilidad del sector de refrescos
carbonatados en la Guerra de las Colas, se determina a través de quien refleja los más bajos
costos de mano de obra y materia prima, centrándose exclusivamente en la diferenciación a
través de la propuesta de la presentación de la marca como una forma de cultura en la población,
por esto la estrategia que cada marca creaba, la otra marca las tomaba como ejemplo y las
mejoraba. La idea de ser el mejor en calidad, cantidad, precio, y aceptación del cliente era una
lucha constante, en la cual cada marca utilizaba todos sus recursos económicos y humanos para
darse a conocer como la mejor opción de compra para el consumidor final como para los
intermediarios.
Y, aun así, después de tanta lucha, muchas personas se dieron cuenta y concluyeron que Pepsi
hacía mejor las cosas, pues era una compañía correcta y no desfallecía así Coke fuera delante.
Pepsi se esforzaba por crear estrategias y aplicarlas buscando establecer una competencia sin
descanso frente a la otra compañía. Actualmente la guerra continúa, pues los refrescos
carbonatados hoy en día son aquel producto que no puede faltar a la hora de hacer mercado, así
como que la gaseosa es aquello que no solo se puede acompañar con las comidas rápidas, si
no actualmente con todo, a la hora del almuerzo, en las loncheras, en la noche, etc. Sin embargo,
los gustos y preferencias de las personas claramente son cambiantes, pues la idea de extender
su catálogo de bebidas fue todo un éxito para ambas compañías.

El campo de batalla cambió a medida que los estadounidenses comenzaron a alejarse de los
refrescos en favor de otros tipos de bebidas, pues pusieron menos énfasis en sus marcas
principales. El consumo de refrescos carbonatados cayó a un mínimo de 31 años, pero, aun así,
las marcas homónimas de cola de las compañías siguen siendo vitales. Ambas compañías son
completamente legendarias, pues dicha guerra nunca acabará, solo que actualmente han pasado
de demostrar rivalidad y competencia a mostrar inteligencia y estrategias, haciendo sus planes
de la manera más reservada con tal de sorprender y poner a correr al otro.

Potrebbero piacerti anche