El alcoholismo es una enfermedad que consiste en padecer una fuerte
necesidad de ingerir alcohol etílico, de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo, y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol.1 DAÑOS FISICOS Y SPICOLOGICOS CSUSA EL ALCOHOLISMO
Contrariamente a lo que la mayoría de las personas creen, el alcohol
no es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central. Según lo explica un experto en neuropsicofarmacología como es el Dr. Simón Brailowsky, las personas que atribuyen al alcohol un aumento en su capacidad mental verificable en su capacidad de hacer mejor ciertas cosas como hablar, bailar o crear, están equivocados. Lo que ocurre en realidad es que bajo los efectos del alcohol, estas personas entran de un lapso de desinhibición provocada por la depresión de mecanismos inhibitorios. Al disminuir la inhibición, los mecanismos de control momentáneamente ceden paso a la excitación.
A nivel psicológico, las dosis bajas producen la sensación de elevar
el estado de ánimo y relajar a la persona. A nivel físico, un poco de alcohol aumenta la frecuencia cardiaca, dilata los vasos sanguíneos, irrita el sistema gastrointestinal, estimula la secreción de jugos gástricos y la producción de orina. Las dosis medias alteran el habla, el equilibrio, la visión y el oído.
HEBITAR EL ALCOHOLISMO:
EVITE:
- Tomar una copa por rutina o costumbre.
- Beber alcohol para aliviar el malestar físico o cansancio. - Tomar una copa porque se encuentra "bajo de moral". - Presionar a los demás para que "tomen la última copa". - Beber en ayunas "para quitarse el mal sabor de boca o matar el gusanillo"