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Ilustración Farmacológica

Traducciones, transcripciones y opiniones sobre plantas, libros y drogas.


Martes, 18 de marzo de 2014

Entrevista con Salvador Roquet. Segunda parte.

Segunda parte. Ver primera parte en: http://joechipnotdie.blogspot.mx/2009/03/entrevista-salvador-


roquet-primera.html

¿Del universo?

Del mismo hombre, en principio. Después más allá, si se profundiza con el tiempo. El loco es un niño de
un año, de dos años, es un primitivo. Poca diferencia hay entre un loco, un niño y un primitivo.
Obsérvalos y verás. Tienen mucho en común los tres, y tienen algo indiscutiblemente común, que es un
primitivismo, su impulsividad y sensibilidad. Son pozos de sensibilidad. ¿Qué es entonces la locura? Es
un regreso desesperado del ser humano que se niega a dejar de sentir, va a la sensibilidad a pesar que
equivocadamente busca el no sentir. Ahí están dos fuerzas antagónicas. En su afán de no sentir llega a
su sensibilidad. Resulta hasta poético. Lo hace de manera afanosa, no le importa vivir la situación que
sea. Así como en la postura de no sentir le importa poco destruirse. Va entonces a la fuente, al origen
de su sensibilidad que es la locura. El primitivo, el niño, el loco tienen una sensibilidad extraordinaria. El
ser humano que llega a la locura va a recuperar lo perdido, lo extraviado por haberlo enterrado con la
complicidad de la sociedad, a través de sus planes de educación, valores, ideas. Para llegar a esto la
psicosíntesis no quita validez, a las teorías freudianas, jungianas, de Adler, Fromm, ni a la reflexiología,
conductivismo y la teoría del aprendizaje. No; les da fuerza, las complementa. Integradas podría
lograrse una concepción exacta. Pero nuestro afán separatista, nuestra ausencia de amor
precisamente, hace que cada teoría quiera vivir por sí sola aparte de las otras. Están sostenidas por
hombres y vienen los fanatismos, los sectarismos y la pugna de unos con otros, y desaprovechan algo
que ellos mismos crean. Si el f reudiano y el frommiano dejaran de ser vanidosos… Y es intelectual
porque es vanidoso, y es esto por su inseguridad, por su miedo, por su complejo de inferioridad, porque
no se ama. El mismo fragua su trampa. Va viendo la luz y fragua su prisión, su cárcel.
Fromm ha incursionado en el budismo zen.
Sí, pero se pierde. Escucha a Ejo Takata y sentirás otro concepto del budismo, no del libro Zen
budismo y psicoanálisis, no ese concepto distorsionado. No me refiero a Suzuki, sino a la interpretación
que da Fromm. Y la gente no lo capta, no lo hace por su tendencia a idealizar, a sostenerse en sus
limitaciones, en sus dogmatismos y sectarismos, en el grupo que se cree único por su actitud de
autosuficiencia, de non plus ultra, de superhombres… Mira, también en esto cómo han desprestigiado a
Nietzsche. Su concepto de superhombre es tan distinto. Su anticristo es religioso, es Cristo.

¿Cuáles son los fines de la psicosíntesis?

Tiene dos fines: el encuentro de la sensibilidad y reintegrar la personalidad. La primera está enterrada
por todo lo agregado, por las situaciones falsas, las capas de supuestas que aplastan la originalidad y
creatividad del ser humano. Son fardos, como dice Gorki en su libro sobre la angustia. Este autor habla
de la sensibilidad también, y mira, acabo de leer un libro semejante. Me quedé espantado sin saber si
me había plagiado o yo lo había plagiado. Es Cartas al Greco de Katzan-zakis. No cabe duda, lo plagié
porque la obra ya existía y el autor murió. Volviendo al tema, a la vez que eliminas ese fardo que
aplasta la sensibilidad quitas la distorsión de la personalidad. No sólo aplasta la sensibilidad sino la
personalidad en sí, lo que implica situaciones artificiales, venidas de cosas agregadas. Los dos fines
que tenemos es quitar la carga, para que emerja la sensibilidad y entonces se reintegre la personalidad
en sus elementos esenciales. Eso pues logra la psicosíntesis. Las cosas agregadas son las que el
subconsciente ha engullido, las represiones, las frustraciones, los deseos no satisfechos, las
agresiones, la violencia, todo lo primitivo. Ya en esa reestructuración se analizan situaciones. Puede
seguirse entonces a Freud o a Fromm. A fin de cuentas esas situaciones son pantallas que encubren,
son barreras que deben salvarse para ir a la raíz y liquidar todo residuo.
¿Cómo se llega a la locura, al inicio de la integración?
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En general, toda experiencia con alucinógenos, puede determinar cuatro etapas previas a la síntesis, la
que viene cuando se pasó la desintegración, la locura. Hay una primera etapa que no tiene
aparentemente ni pena ni gloria. Es una etapa preparativa, que condiciona lo que va a venir. En esta
etapa se tiene una actitud de expectación, en saber qué va a pasar, es de suspenso. Está matizada por
el contenido del miedo. Puede haber manifestaciones psicosomáticas, náuseas, mareos. O bien una
actitud en apariencia tranquila, de espera con cierta postura de introversión. Puede irse a otro extremo,
el miedo provoca una alegría, una actitud simulada para ocultarlo, una pseudoeuforia. La segunda etapa
es la alucinante, o alucinógena por excelencia. Es la etapa dionisiaca, placentera, de la evasión, de la
fuga; donde el snob o el jipo fragua su fantasía. Todos los que llegamos a tener una experiencia
muchas veces caímos en ella. El mismo Aldous Huxley cayó.

¿Las puertas de la percepción es una fantasía?

Sí, no profundizo más. Esta etapa es algo como lo que describe Homero del viaje de Odiseo, de su viaje
en que hay sirenas, brujas y gigantes. Hay la circunstancia de que los navegantes se salen de la ruta
que los lleva a su fin. El relato poético lleva un gran contenido existencial, es realista: el hombre se sale
de su fin, de vivir, y se queda en su fantasía, en un cuento de hadas, ahí se pierde. Así es esto. Es muy
platónico, muy socrático.

¿En esta segunda etapa del viaje surgen fenómenos parapsicológicos?

No, creo que se alcanza en la tercera etapa. Claro que se condiciona desde la primera etapa. Su
seriedad, su situación honesta y profundidad se logra en ese borde, en esa frontera que hay entre la
tercera y cuarta etapas. La segunda etapa, para mí, es la más peligrosa. Por desgracia es la etapa que
no le dan importancia. Toda esa propaganda, todo ese manejo político o demagógico sobre el uso y
abuso de drogas no la toma en cuenta, no la valoriza. Te repito, es la etapa más peligrosa porque es la
etapa de la fantasía. El jipi o el snob, por un sentido especial que detecta el peligro, rara vez cae en la
tercera etapa del viaje, y todavía muy rara vez cae en la cuarta. Se detiene en la segunda etapa, ya sea
por lo que tú quieras, por un conocimiento intituitivo, por cierta sensibilidad que ya se maneja en esta
segunda etapa, que le hace detectar los peligros de la tercera y la cuarta. Entonces se queda en esta
etapa placentera, de dolce vita, en la fantasía, en la actitud infantil, en la irrealidad. Imagínate si en un
momento dado la juventud maneja los alucinógenos, tiene experiencias con ellos, y claro,
indiscutiblemente cae y se detiene en esta segunda etapa; entonces si tiene importancia la reflexología,
ahí se condiciona una fantasía, se alimenta y fragua un aprendizaje en su mantenimiento, al grado que
la persona se sostenga, salve la frontera de la adolescencia y llega a adulto en una situación
permanente de fantasía. ¿Qué será de la humanidad y del mundo? ¿No crees que esto es un peligro
espantoso?

Si, la fantasía lleva al aislamiento.

Al aislamiento y a la violencia, a todo lo destructivo y negativo. Este es el peligro que me provoca


pánico, y es al que no dan valor. De por sí el ser humano vive en una fantasía. Con todas esas
estupideces de pseudo valores que ha establecido, tras los cuales nos ponemos a correr. Ya es
fantasía. Y lo que ha prevalecido, su imperio, sus banderas del mercantilismo. Yo creo que es la
fantasía máxima.

¿Más peligrosa que la jipi?

Ahí se van. Pero no sé, siento que la jipi es más peligrosa porque es pasiva. En la otra hay movimiento;
equivocado, pero lo hay. El jipi no es dialéctico, niega la vida. Y la vida es movimiento.
¿Tiene la pasividad de Buda?
No, la de Buda no es pasividad. Es meditación. El jipi maneja esta terminología, esta juerga, para su
autoengaño; maneja el concepto de Dios, del amor, pero son distorsiones. Maneja el término
meditación, pero son distorsiones. Es lo contrario, el jipi está haciendo una alegoría, una panegiria de
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los sentidos, y no propiamente de los sentidos, sino de sus residuos. ¿Qué son las alucinaciones en sí?
Son el producto, los residuos que quedan de lo que se ha registrado a través de los sentidos. Son
espejismos; lo que vivió Ulises. Y ve un dios que no es Dios; que es el demonio, la fantasía, la negación
del amor. No hay ser más o tan dependiente que el jipi. ¿Y qué es el ser dependiente? El que busca la
posesión; y el que posee es poseído. El poseído es el poseso, el que antes llamaban el endemoniado;
es el poseído por el diablo, es el diablo, la negación de Dios y del amor. El que es dependiente no ama.
Ese es el demonio, la negación de Dios, del amor, de la realidad del hombre, de la energía, de la vida.
Tú dale cualquier denominación a Dios; no tengamos esa actitud tan limitada del creyente. Si quieres
no digas Dios; di energía o di Universo o di amor, es lo mismo. Y mira, lo alucinante, lo dionisiaco es del
diablo, es un placer externo. Tú no estableces alucinaciones de cosas que no has vivido, siempre las
estableces de experiencias vividas. Por eso te digo: es el residuo que queda, de la experiencia de
sentir, con los sentidos. Aquí caemos en lo socrático. En un diálogo sobre el tema escrito por Platón,
Sócrates asegura que el cuerpo físico es la cárcel del alma, la cual existía antes –por asociación, hoy
por la genética maneja una teoría: que el alma se hereda en los genes- y aprisionada las únicas
ventanillas que tiene son los sentidos. Pero éstos están desvirtuados porque son cómplices del cuerpo
que impide ver su propia alma. Es algo enajenante. Y fíjate, es el mismo pensamiento socrático en
relación con las alucinaciones, las fantasías, la enajenación por los sentidos. Se mezclan conceptos
científicos, filosóficos, teológicos. Siguiendo adelante, después de esta etapa sigue la tercera, la
analítica. En ella el consciente se abate y el subconsciente aflora. A diferencia de la hipnosis y del
sueño, el consciente no queda eliminado. No pasa como en éstos, donde es amordazado, es metido en
una mazmorra y el subconsciente se aprovecha. Lo mismo pasa bajo los efectos del alcohol. No, no,
aquí el consciente queda bajo una camisa de fuerza, se le amarra, y está de observador, presente,
consciente, porque tú recuerdas. Es una cosa extraña, es un fenómeno único, es una experiencia única;
hay que vivirla para entenderla. Cosa curiosa, aquí el subconsciente y el consciente están al mismo
nivel. El consciente es observador de cómo el subconsciente se maneja libremente. Y no puede
intervenir, meter las manos. Tú obedeces órdenes exclusivas del subconsciente, dices las cosas que no
quisieras decir y tienes actos que no quisieras tener, y estás consciente de todo, te das cuenta de todo.
Emerge el subconsciente y esta etapa no es nada placentera, es de angustia, de debatimiento, de
enfrentamiento contigo mismo. El peligro, claro, es el impacto que se desencadena, y viene el querer
evadirse pero en forma autodestructiva o de autocastigo. El riesgo es el suicidio. Mira todas estas
cosas. Si los jóvenes las conocieran e hicieran conscientes, si se dieran cuenta, si lo valorizaran no
cometerían la estupidez de las autoexperiencias. No se expondrían a tentar contra su vida. Lo hacen
porque esto aún no les ha sucedido, porque desconocen datos de gente que ya ha consumado el
suicidio por las mismas causas. En esta etapa ven que el mundo es horrible, tan tremendo que prefieren
no vivir. No, hombre, él es terrible, es su mundo interno. Por último viene la cuarta etapa del viaje, la
locura; que desgraciadamente, digo desgraciadamente abusan de ella para querer asustar a los jóvenes
que tienen autoexperiencias, y logran el efecto contrario, porque ellos se carcajean y ríen. Dicen: “que
ignorantes son éstos”. Y es lo que con menos frecuencia sucede, quedarse en el viaje. Se corre el
riesgo, sí. Y es otra cosa que debe enfatizarse al joven. Sí, es lejano ese peligro, pero existe, y tú
puedes quedarte en el viaje, temporal o permanentemente. Y dentro de esa situación de que te quedes
o no en el viaje, te expones a otro peligro: todo psicótico es un delincuente en potencia. Tú puedes
destruir, puedes matar en una situación que establezcas sin querer. Estás distorsionando la realidad y
por lo común caes en estados paranoicos, siente que te persiguen y en una actitud defensiva agredes y
puedes matar. Ves un grupo de gente, o crees que una persona fragua algo contra ti. Por tu distorsión y
para defenderte matas, cuando en realidad tu víctima ni siquiera te tomaba en cuenta. No es sólo el
hecho de que te quedes en el viaje; quedándote o no te expones a este otro peligro. Es más que
suficiente para no tener autoexperiencias. Tú no sabes cuando caerás en estos peligros, y pocos saben
la magnitud que tienen. Yo no he oído en ninguna conferencia, no he oído a ningún psiquiatra,
psicoanalista o psicólogo que señalen estas cosas. Manejan otras que están tan jaladas de los cabellos,
como la genética, la influencia de los alucinógenos en los cromosomas. Falso, yo he preguntado a toda
la gente que trabaja en esto en Europa y en Estados Unidos y no hay nada, ni van a encontrar nada. Ya
es tiempo de que el hombre lo hubiera encontrado. Además, tenemos la observación de nuestros
indígenas mazatecas, huicholes y de otros indígenas de Latinoamerica que consumen otros
alucinógenos, de los indios del sur de Estados Unidos que han maneja toda su vida el peyote. ¡Qué tan
torpemente está manejada la campaña contra los alucinógenos! La basan con querer meter miedo con
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fantasmas. Y a quién va la propaganda solo se ríen y dicen con razón: “Qué ignorantes y tontos son
éstos”. Y yo, realmente me solidarizo con los jóvenes. Me solidarizo con el jipi, porque están
queriéndolo manejar con fantasías. Consciente o no consciente, tratan de manejarlo con mentiras.

Y con represión.

Sí, agrégale una situación represiva estúpida y torpemente manejada. Y es que en el fondo no hay
sincerad ni honestidad en esta campaña. Lo que menos les importa es la campaña ni acabas con las
drogas, sino la imbécil demagogia, demagogia nacional e internacional. Es darle circo al pueblo. Si no,
ya hubieran terminado con la terrible mafia de traficantes de estas drogas nefastas, las heroicas –
morfina, heroína, opio.

Alcohol

A eso suma el alcohol. Bueno, y otros aspectos terribles que no debían apoyar, como es la prostitución,
que en si es destructiva y está enlazada con el tráfico de drogas, y los actos delictuosos. Falta
honestidad. Pero esto si no lo puedes publicar.
Si usted quiere que se publique, sí.
Sí, claro.
Hay una cobardía profesional de psiquiatras, quienes no se han asomado al mundo real de los
alucinógenos.
Pero si se espantan de que se quiera trabajar en el terreno científico con alucinógenos. También
consciente o inconscientemente, intencionado o mal intencionado, propician leyes y medidas absurdas.
Ponen fuera de la ley los hongos y hay una contradicción porque al mismo tiempo la cocaína la venden
en las cárceles y el peyote en los mercados. Mira, es un mundo de contradicciones tremendas.
Doctor Roquet ¿a quién hay que apelar a la razón? ¿a los jóvenes o a las adultos?
A los únicos que viven la experiencia. A los jóvenes. Los únicos que tienen posibilidades. Los otros, en
su desconocimiento e ignorancia bajan una cortina y no quieren escuchar, se encierran en sus ideas.
Hay mejor respuesta en los jóvenes. Yo tengo esa experiencia personal. La prueba es que tantos jipis
que se nos han acercado, con gran experiencia en el manejo de alucinógenos, aceptan, cambian y nos
hacen caso. Yo procuro ser lo menos insincero. No se les está mintiendo. Sí, los alucinógenos son
estupendos, indiscutiblemente. Pero el problema es cómo se están manejando. Todas las cosas en la
vida tienen sus aspectos positivos y útiles, y los negativos. Todo es un cuchillo con dos filos. Lo mismo
puede ser para elevarte que para darte en la torre. Todo puede servir de instrumento de destrucción, de
efecto negativo. Al amor miso se le distorsiona, y es un arma nefasta, el trabajo también. Dios mismo.
En nombre de Dios se establecieron las cruzadas, en su nombre se creó esa institución tan tremenda y
terrible como fue la Santa Inquisición. Y se han hecho persecuciones religiosas y luchas o guerras
religiosas, en que mahometanos han matado cristianos, y éstos, judíos., ¿ves? Pero eso no quiere decir
que Dios sea nefasto y no exista; que el amor no exista, que sea negativo. O que el trabajo sea
negativo. Es el mal uso que se le da. Lo que también sucede con la energía atómica; es el último
ejemplo. Tan extraordinaria que es en el avance y la felicidad del hombre, y sin embargo, cómo se
desvirtuó y distorsionó su uso llevándola a ser mensajera de la muerte. Claro, con los alucinógenos se
espantan por fantasmas. Por principio, ni siquiera tienen idea de lo que constituye el verdadero peligro.
A lo que menos valor le dan es a la fantasía.

Manejan mucho el término “escape de la realidad”

No tienen idea. No lo entienden. Es un maneja equivocado. Es la realidad en función con el sistema de


vida que se está llevando. Esa es su realidad. Ahora, en el caso del uso de alucinógenos entre jóvenes,
la interrogante importante no está en su consumo, sino en porque los buscan o usan. Una campaña, un
programa debe ir a la causa, a la raíz. No como estos señores, que andan por las ramas y no se van a
la raíz. Y ésta radica en una búsqueda de evasión. Los jóvenes buscan huir, evadirse de sí mismos. No
enfrentan sus problematicas. Huyen de sí mismos, de su problemática existencial, del enfrentamiento a
todas las situaciones de la vida. Se evaden, no se enfrentan al conflicto que ha determina su situación.
Es una evasión de sí mismo, evasión que funciona por su falta de seguridad y confianza en sí mismo.
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Su falta de integración. Todo obedece a problemas de su personalidad, lo cual deriva de incapacidad de


amar, de su inmadurez. Todo esto viene de la integración, de los simientes de su personalidad, de sus
primeros años de vida, de sus primeras experiencias de interrelación con sus padres, los elementos que
integran su familia, su hogar. Esto quiere decir que la familia anda mal. Si claro, la familia anda mal, no
garantizan ninguna cosa favorable para la integración de la personalidad del niño. Al contrario, resulta
defectuosa, muy disolvente. La familia no reúne las condiciones para iniciar su capacidad de amar. Por
otro lado, la educación que trasciende de la familia, que corresponde a la escuela, tampoco se realiza.
No toman en cuenta la capacidad de amar, sólo el desarrollo del intelecto. Se desconoce, no se toma en
cuenta, se margina el amor. Crean piezas para una gran maquinaria que es la sociedad, la misma que
da origen y forma la personalidad. Porque si el individuo no vive en sociedad, no integraría su
personalidad. Por los intereses en que funciona la sociedad, crea personalidades defectuosas,
enfermas. Bueno, para un programa contra drogas, tendría que irse a estas cosas. El programa debe
tener dos posturas: una preventiva y otra curativa para aquellos que viven el problema. ¿Cómo? A
través de una orientación correcta, de divulgación de verdaderos conocimientos de estas cosas. Y
buscar los medios para corregir o reorientar las personalidades defectuosas, a través de distintas
terapias hasta desarrollar su capacidad de amor que está anquilosada. En la etapa preventiva hay que ir
a los niños, con nuevos programas de educación, hacer un intento en la reestructuración de la
personalidad de los adultos, sobre todo de los padres. Precisando más, se requieren escuelas de
padres, y en los niños escuelas realmente, pero realmente activos, de tipo integral, variando los
conceptos que existen, considerando que el ser humano ni es sólo cuerpo ni sólo mente. Es una
conjunción de los dos y hay que atenderlos de manera integral. Variar también el concepto que se tiene
sobre instinto, que es tan equivocado, que lo asocian y lo relacionan con la moral. ¿Pero qué tiene que
ver instinto con moral? Nada. Ves, eso sería ideal. En pocas palabras, considero que el joven de esta
época es valiente, a diferencias de nuestras generaciones. Nosotros fuimos unos cobardes. En primer
lugar, porque muchos hicimos consciente la situación que vivíamos, pero callamos, no protestamos. En
cambio el joven actual sí ha protestado, mas esto lo ha manejado en actitudes equivocadas de rebeldía
y con esto no se resuelve nada, al contrario fomenta el problema que vive y que en él es más intenso. El
observa esto, la inmadurez de la sociedad, su enfermedad, su reino e imperio de violencia, de ausencia
de respeto y de valores verdaderos, universales. Pero no va más allá. Por consiguiente hay una
ausencia absoluta de la libertad, porque el occidental debe empezar por establecerse internamente. Si
no hay esa libertad interna en el individuo no se puede lograr la otra libertad.

Extracto Entrevista a Salvador Roquet por Alfonso Perabeles


Revista Piedra Rodante, México, Noviembre 15, 1971

Bóvedas de carácter de Erowid


Salvador Roquet
1920 - 1995
Resumen
Nacido en Veracruz, Salvador Roquet fue un querido psiquiatra que trabajó con diferentes chamanes
y curanderos en México entre los años 1967 y 1974; entrenó a muchos terapeutas psicodélicos en su
enfoque y trabajó con más de 1.700 pacientes. Él desarrolló métodos muy intensos de llevar a cabo
sesiones psicodélicas de grupo con gran impacto. Roquet de proceso, que él llamó "psicosintesis" (sin
relación a la terapia humanista llamada "Psicosíntesis" desarrollado por Roberto Assagioli), a veces
utiliza estímulos aversivos para inducir estados mentales de sus pacientes mientras que
psicológicamente difíciles estaban bajo la influencia de diversas sustancias psicodélicas incluyendo
que contienen psilocibina hongos, peyote, datura, ketamina y LSD. En 1974, Roquet fue acusado de
narcotráfico y delitos contra la salud de sus pacientes. Los cargos fueron retirados el 30 de abril de
1975, tras un juicio de la Corte Suprema de justicia durante el cual fue declarado no culpable. Él pasó
nueve meses en Le Cumberri, prisión famosa de la ciudad de México de no escape que alguna vez
fue un palacio. Roquet usada mayor estimulación sensorial, terapia Gestalt, psicodrama, la creación
de arte, bioenergética, masaje reichiano y otros procesos. Salvador Roquet ha muy dedicado devotos
y se ha llamado muy por delante de su tiempo.

Walter Huston Clark participaron en terapia de Roquet en su clínica y describió las sesiones como
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"escenas de violencia, muerte y pornografía cruda, al parecer diseñada para sorprender y molestar la
sensibilidad de la paciente promedio". Clark además señala que, "el Dr. Roquet deliberadamente
establece un mal viaje para traer peores problemas y temores del paciente a la superficie, aunque
esto puede significar y generalmente lo hace, una visita a su propio mundo terrenal privado donde se
esconde la locura. [...] Muchos siquiatras convencionales podrían argumentar que tales métodos
violentos pueden dañar la psique." Puede ser el uso no convencional de Roquet de sobrecarga
sensorial y grupales de viaje fueron algunas de las razones que su trabajo llegó a ser más conocido
fuera de México.

Autor (libros)
 Los alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia (1981)
 El origen a través de Psychodisleptics (1976)
Info y escritos
 "Malos viajes" pueden ser los mejores viajes (Destino, 1976). Los experimentos del Dr.
Salvador Roquet
 Una introducción a la Psicoterapia psicodélica de Salvador Roquet (Diario de la
psicología humanista, 1977).
Recuerdos
 Recordando a Salvador (Foro de mapas, 1998)
Enlaces
 Retiros de terapia intensiva (funcionó con Roquet)

Por Janine Rodiles. biógrafa del Doctor Salvador Roquet

La historia de una psicoterapia prohibida (Prologo para el libro del Dr. Salvador Roquet)

Hace casi cuarenta años, cuando la preocupación básica de la comunidad psicoanalítica mundial era
reducir el tiempo del tratamiento psicoterapéutico, el doctor Salvador Roquet, quien
se formaba como psiquiatra en la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo,
un jueves santo de 1957, su primer experiencia con psicodislépticos.
Era una mañana de cuaresma. El punto de reunión fue el Hospital Samuel
Ramírez Moreno que dirigía el doctor Ramón de la Fuente. Roquet había sido invitado
por el psicoanalista colombiano José Rodríguez para colaborar en una investigación
sobre los efectos de las Mescalina -un psicodisléptico- en la mente y el cuerpo,
especialmente a nivel neurológico.
Con sus 36 años de edad, el Doctor Salvador Roquet, contaba ya con una
vasta preparación académica, que incluía una maestría en salud pública, con
especialización en malariología y, posteriormente se graduó en la especialidad de neurología en el
Hospital Gea González. Había ocupado importantes cargos públicos, llegando a dirigir las Campañas
Nacionales contra el Paludismo y Contra la Tuberculosis (1951-1955). Con esa carrera meteórica,
envuelto en el éxito profesional, sufrió un duro revés político que lo hizo caer desde la cima. Reiniciando
la búsqueda en el terreno profesional, decidió hacer la especialidad en psiquiatría. Bajo esas
circunstancias adversas tuvo la primera experiencia con alucinógenos.
Esa mañana Roquet se encontraba ahí, en una pequeña habitación del Samuel Ramírez, con el
libro “El arte de amar” de Erich Fromm en sus manos y en su interior, un mundo de vivencias y un miedo
galopante. Desconocía el impacto de cualquier droga en su cuerpo y la reacción de la Mescalina
sintética suministrada por vía intravenosa, le hizo un efecto avasallador. Durante ocho horas vivió el
drama de su vida ahí representado.
La sustancia fue una ruta de acceso a su inconsciente, a sus múltiples Yo’s. Su ser se desplomó
entre la lucha intelectual para registrar lo que estaba ocurriendo y la desconexión. Un mar de
sentimientos se despeñaban ante él mismo, revelándole irónicamente las escenas de su vida, los
aciertos y fracasos, los momentos de angustia y dolor, la pregunta existencial, el sentido de la vida, de
la muerte, el sentido del hombre. Se sumergía en el mundo del inconsciente y emergía hablando,
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preguntaba, angustiado, cosas al Dr. Rodríguez quien estupefacto y carente de una metodología se
dedicó a observar y hacer anotaciones.
Fue la única sesión de aquel entonces, Rodríguez y el equipo de investigadores del Samuel
Ramírez pararon los estudios. Roquet no recibió explicaciones y mas aun, se le escondió el material
producto de su experiencia de 1957.
Sin embargo, en esa única experiencia, Roquet supo algo, descubrió algo. En la lucha entre la
locura y la razón desbocada por el efecto de la Mescalina y, con la sensibilidad a flor de piel, Roquet
valoró la importancia del uso de psicodislépticos en el tratamiento psicoterapéutico. Sí, las sustancias
permitían profundizar en el conocimiento del alma, destapando las angustias mas profundas del ser,
descorrían el telón oscuro del inconsciente, permitiendo entrar al interior sin contaminantes, sin los
tradicionales bloqueos y resistencias del super-yo. La sustancia barría con los falsos valores (el poder y
la gloria, la envidia y la vanidad, el orgullo y la soberbia) que regularmente el paciente utiliza para
mediatizar la confrontación consigo mismo. La ruta al subconsciente era directa.
Así fecundó la idea. Inició desde entonces un largo recorrido de investigación científica que
forjaría una nueva corriente psicoterapéutica, hoy conocida como Psicosíntesis de Roquet.
Cinco años mas tarde de este viaje, Roquet hizo otro. Era París. Ya como psiquiatra caminaba
por el barrio de San German, sus ojos quedaron hipnotizados ante el título de un libro: “Les
Champignos Allucinogen du Mexique” de Robert Heim y Robert S. Wasson. “Fue como un latigazo
en la espalda, un despertar, volví a enlazar”, recuerda Roquet en una entrevista. Desde entonces
decidió que algún día trabajaría con alucinógenos en terapia. Cinco años mas tarde cuando sintió que
su experiencia como psiquiatra y psicoanalista le permitía una base profesional y epistemologica del ser
humano, se lanzó a la aventura.
Roquet decidió no remitirse a las fuentes occidentales de trabajo con alucinógenos en distintos
campos de la ciencia, quizá, por una razón nacionalista o por pura intuición, decidió seguir otra ruta.
Desafiando la tradición científica occidental fue a la fuente de la experiencia milenaria en el manejo de
alucinógenos: los indígenas mexicanos. Con esa actitud reconoció algo que los científicos modernos se
han negado a justipreciar, esto es, que en el mundo indígena existe conocimiento que puede y debe ser
incorporado a las ciencias modernas.
Así fue como los hilos de la Psicosíntesis de Roquet se comenzaron a tejer. En 1967 ocurrió la
primera expedición de pacientes roquetianos a Huatla de Jiménez, Oaxaca, en donde María Sabina,
dirigió el trabajo. Roquet registró los elementos que “la sabia de los hongos” utilizaba en su trabajo
místico y, después de varias expediciones logró armar un protocolo y una técnica esencialmente
psicoterapéutica.
Siguieron ocho años arduos de trabajo durante los cuales ocurrieron 764 sesiones con un total
de 1,023 pacientes. Era claro: una nueva senda de tratamiento psicoterapéutico al servicio del hombre
se cristalizaba y una nueva veta de investigación científica comenzaba a adquirir dimensiones
internacionales. Roquet en México y otros como Stanislav Grof en Praga y Maryland, fueron los
pioneros de esta aventura.

MUERTE, AMOR Y DEPENDENCIA. A través de las sesiones con alucinógenos Roquet obtuvo una
gran cantidad del material del inconsciente de sus pacientes, que desnudaba en parcelas la topografía
de la personalidad. Los miedos, las angustias, el sentido místico, la función de la fe en la vida del
hombre, la función del concepto de muerte y el miedo a la muerte, así como la importancia del amor y el
sufrimiento en el devenir ontológico del individuo.
Con esta riqueza vivencial y terapéutica, Roquet desarrolló una nueva teoría de la personalidad
que considera al hombre una entidad bio-psico-socio-ambiental y espiritual. Lo considera una entidad
cuya dimensión de unidad es solo lograda por una trascendencia espiritual, que se sintetiza en el amor.
Así, la teoría de la personalidad de Roquet, establece el miedo a la muerte como la raíz de
todas las angustias del ser humano y la fuente de todos los miedos, pero también como un parámetro y
punto de referencia de la experiencia y evolución del hombre. La teoría roquetiana afirma que al evadir
la confrontación con la muerte, el hombre elude también el compromiso con la vida y en consecuencia
entra en conflicto con la autoridad, que es sincretizada en la idea de Dios (o regulador de la evolución
de toda energía llamada vida). Este conflicto se expresa como rebeldía y culpa con la autoridad
superior, porque la conciencia reconoce que el hombre no esta en el camino de la evolución. Entonces
el individuo entra en rebeldía con los valores sistémicos, entendidos como el conjunto de preceptos
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que sintetizan el ideal humano y que trascienden épocas, ideologías y religiones. Estos son: el amor, el
respeto a la vida, la misericordia, la bondad y el trabajo como creación, entre los mas importantes.
Es entonces que la teoría Roquetiana habla de la dependencia como una incapacidad de
realizar el compromiso de la vida. El ser humano queda entonces atado al Pacto con la Madre que es
una prolongación del estado neonato del individuo. La personalidad se desdobla en una secuencia de
dependencias sea con personas, bienes materiales, actividades o, explícitamente con drogas y los
impulsos sexuales. El Pacto con la Madre se expresa en el temor a la vida, impide la realización del ser,
resultado de una permanente inseguridad, sensación de perdida y vacío existencial.
A cambio de la dependencia, el ser humano tiene el camino del amor, puente entre la vida y la
muerte y única vía a la trascendencia. La teoría roquetiana establece al amor como el punto de reunión
entre sensibilidad y razón y fuente de la energía creadora del hombre. En el logro del amor la conciencia
del hombre alcanza la comprensión de niveles superiores de energía y por lo tanto, encuentra su enlace
con la energía original, que es Dios.
Así la teoría de la Psicosíntesis de Roquet establece que la genética de la personalidad y de
la psique contiene tres continentes: Dios, La Muerte y el Amor.
El trabajo de sesiones con psicodislépticos lleva al paciente a niveles profundos y regresivos de
su experiencia no solo biográfica, como pueden ser el nacimiento y el recorrido por todas las
experiencias intensas de su vida, sino también, lo lleva al expediente de la ontogénesis humana y aun
mas por la experiencia mística.
Roquet concluyó que para que el paciente lograra estos niveles, pero fundamentalmente, para
que la confrontación con el inconsciente tuviera un sentido terapéutico, era necesario evitar el nivel de
fantasía o el llamado “buen viaje” que experimentaron los hippies con el uso de alucinógenos. Por ello
destacó la etapa del caos o locura, con el fin de lograr la desintegración de la personalidad, único medio
para obligar al paciente a ir al origen y encontrar aquello que había perdido: su sensibilidad.
El debate del hombre en ese abismo, en esas tinieblas, permitía al paciente reconocer su propio
caos y confrontar las experiencias traumáticas que generaron los trastornos de la personalidad. “Se
trata de dar la lucha en ese momento, ver el material del inconsciente y confrontarlo con el consciente,
aquí se produce la unión entre la sensibilidad y la razón. Se trata de un viaje de ida y vuelta que
confronte al hombre con su esencia, su verdad”, anota Roquet en una entrevista.
El logro del amor, esto resume la teoría y la técnica de Psicosíntesis de Roquet. Se trataba de
que el paciente registrara este hecho en una sesión que incluía la etapa analítica y a la vez la sintética.
La sustancia permitía que el paciente reconociera como falsos valores los elementos agregados de la
personalidad como el poder, la gloria y el statu quo, y, revisando el significado de los hechos de su vida,
fuera en busca del amor, como el valor universal que da sentido a la existencia humana.

LA VEDA. A pesar que ese tratamiento demostró su eficacia en los mas de mil pacientes que
Roquet trató (que ninguno de ellos se quedo en el viaje), a pesar de que fue en México donde ese
tratamiento se sistematizó y se perfeccionó y que dio nacimiento a una nueva teoría de la personalidad,
una de las mas promisorias del siglo XX, a pesar que su trabajo ha sido reconocido a nivel internacional
y que algunos psiquiatras como el doctor Walter Houston Clark han comparado la lucha científica del
doctor Salvador Roquet con el trabajo de Freud en Viena, a pesar de ello, la psicoterapia con base en
alucinógenos fue brutalmente interrumpida el 21 de noviembre de 1974.
Brutalmente porque derivó en el injusto encarcelamiento del doctor Roquet y otros psiquiatras
que fueron sus seguidores, como el doctor francés Pierre Fravreau; brutalmente porque nunca se
aclararon los móviles y se mantuvo en el anonimato a los personajes que fraguaron el artero golpe,
brutalmente porque se eludió el debate profesional, científico que permitiera determinar la utilidad de los
alucinógenos como arma terapéutica, brutalmente porque no hubo investigación alguna sobre el trabajo
de Roquet en México y en el extranjero: brutalmente porque provocó indirectamente el cierre del
Instituto Robert S. Hartamn, donde se atendían exitosamente a muchos pacientes en psicoterapias
individuales, de grupo y en sesiones con alucinógenos, degolló el fin de un programa socioeconómico y
de prevención de la salud publica en la zona Mixe de Oaxaca y el cierre de la Escuela Integral Albert
Schweitzer, que incluía una escuela de Padres de Familia con énfasis en la prevención de la salud
mental desde la etapa neonatal.
No obstante, así como el famoso cineasta Luis Buñuel decía que la censura había servido para
inventar nuevas metáforas en la obra cinematográfica, así Roquet emprendió una nueva alternativa
9

psicoterapéutica que mantuvo el principio de la Psicosíntesis. En 1975 surgieron las convivencias


psicoterapéuticas, método intenso, profundo y politécnico, que reproduce las etapas que se
experimentan con los alucinógenos (la locura, la nada, la muerte y el renacimiento). En estas
convivencias de tres días el paciente logra niveles de catarsis e incluso estados semipsicóticos que le
permiten llegar a puntos de sensibilización necesarios para el logro del amor en la reintegración de la
personalidad.
Salvador Roquet murió en abril de 1995. Ahora, probablemente es recordado como un psiquiatra
controvertido y extravagante que uso “drogas” en terapia. Sus pacientes, quienes lo sacaron de la cárcel
y declararon en su favor en la Cámara de diputados, saben que no se trataba de extravagancias, sino
de salvarlos de la locura o el suicido.
Como sea, para la ciencia y la psiquiatría en México, hay todavía un expediente abierto.
En sus notas autobiográficas Roquet escribe: “a nadie pertenece la verdad, porque el día que
alguno diga que tiene la última verdad, ese día se cierra la puerta y se acaba la vida”.

JUEVES, 15 DE SEPTIEMBRE DE 2011


El Dr. Salvador Roquet

Psicoterapia prohibida del doctor Roquet

Hace casi cuarenta años, cuando la preocupación básica de la comunidad psicoanalítica mundial era
reducir el tiempo del tratamiento psicoterapéutico, el doctor Salvador Roquet, quien se formaba como
psiquiatra en la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo un jueves santo de 1957 su primera
experiencia con psicodislépticos.
Era entonces una mañana de cuaresma. El punto de reunión fue el Hospital “Samuel Ramírez Moreno”,
hospital psiquiátrico de la carretera de Puebla, que dirigía en aquel entonces el doctor Ramón de la
Fuente. Roquet había sido invitado por el psicoanalista colombiano José Rodríguez para colaborar en
una investigación sobre los efectos de las mescalinas, un psicodisléptico, en la mente y el cuerpo,
especialmente a nivel neurológico.
Con sus 36 años de edad el doctor Salvador Roquet contaba ya con una vasta preparación académica,
que incluía una maestría en salud pública con especialización en malariología; posteriormente se
graduaría, además en la especialidad de neurología en el Hospital Gea González. Había
ocupado importantes cargos públicos, llegando a dirigir las Campañas Nacionales contra el Paludismo y
contra la Tuberculosis (1951-1955). Con esa carrera meteórica, envuelto en el éxito profesional, sufrió
un duro revés político que lo hizo caer desde la cima. Reiniciando la búsqueda en el terreno
profesional, decidió hacer la especialidad en psiquiatría. Bajo esas circunstancias adversas tuvo la
primera experiencia con alucinógenos. Esa mañana Roquet se encontraba ahí, en una pequeña
habitación del “Samuel Ramírez”. Tenía en las manos el libro El arte de amar de Erich Fromm, un
mundo de vivencias un miedo galopante en su interior. Desconocía el impacto de cualquier droga en su
cuerpo, por lo tanto, el contacto con la mescalina sintética por vía intravenosa hizo un afecto inmediato.
Durante ocho horas vivió el drama de su vida ahí representado.
La sustancia fue una ruta de acceso a su inconsciente, a sus múltiples Yos. Su ser se desplomó entre la
lucha intelectual para registrar lo que estaba ocurriendo y la desconexión. Un mar de sentimientos se
despeñaban ante él mismo, revelándole irónicamente las escenas de su vida, los aciertos y los
fracasos, los momentos de angustia y dolor, la pregunta existencial, el sentido de la vida, de la muerte,
el sentido del hombre. Se sumergía en el mundo del inconsciente y emergía hablando; angustiado,
preguntaba cosas al doctor Rodríguez, quien estupefacto y carente de una metodología, se dedicó a
observar y a hacer anotaciones. Fue la única sesión de aquel entonces. Rodríguez y el equipo
de investigadores del “Samuel Ramírez” pararon los estudios. Roquet no recibió explicaciones y, más
aun, se le escondió el material producto de su experiencia de 1957. Sin embargo, en esa única
experiencia, Roquet supo
algo, descubrió algo. En la lucha entre la locura y la razón, desbocada por el efecto de la mescalina y,
con la sensibilidad a flor de piel, Roquet valoró la importancia del uso de psicodislépticos en el
tratamiento psicoterapéutico. Sí, las sustancias permitían profundizar en el conocimiento del alma,
destapando las angustias más profundas del ser, descorrían el telón oscuro del inconsciente,
10

permitiendo entrar al interior sin contaminantes, sin los tradicionales bloqueos y resistencias del Súper-
Yo. La sustancia barría con los falsos valores (el poder y la gloria, la envidia y la vanidad, el orgullo
y la soberbia) que regularmente el paciente utiliza para mediatizar la confrontación consigo mismo. La
ruta al subconsciente era directa.
Así fecundó la idea. Inició desde entonces un largo recorrido deinvestigación científica que forjaría una
nueva corriente psicoterapéutica, hoy conocida como Psicosíntesis de Roquet. Cinco años después de
este viaje, Roquet hizo otro. Era París. Ya como psiquiatra, caminaba por el barrio de Saint Germain,
cuando sus ojos quedaron hipnotizados ante el título de un libro: Les Champignons Allucinogen du
Mexique de Robert Heim y Robert S. Wasson. “Fue como un latigazo en la espalda, un despertar, volví
a enlazar”, recuerda Roquet en una entrevista. Desde entonces decidió que algún día trabajaría con
alucinógenos en terapia. Cinco años más tarde, cuando sintió que su experiencia como psiquiatra y
psicoanalista le permitía una base profesional y gnoseológica del ser humano, se lanzó a
la aventura. Roquet decidió no remitirse a las fuentes occidentales de trabajo con alucinógenos en
distintos campos de la ciencia y, quizá por una razón nacionalista o por pura intuición, decidió seguir
otra ruta. Desafiando la tradición científica occidental fue a la fuente de la experiencia milenaria en el
manejo de alucinógenos: los indígenas mexicanos. Con esa actitud reconoció algo que los científicos
modernos se han negado a justipreciar, esto es, que el mundo indígena existe conocimiento que puede
y debe ser incorporado a las ciencias modernas. Así fue como los hilos de la Psicosíntesis de Roquet
comenzaron a tejerse. En 1967 ocurrió la primera expedición de pacientes roquetianos a Huautla de
Jiménez, Oaxaca, en donde María Sabina dirigió el trabajo.
Roquet registró los elementos que la sabia de los hongos utilizaba en su trabajo místico y, después de
varias expediciones logró armar un protocolo y una técnica esencialmente psicoterapéuticos. Siguieron
ocho años arduos de trabajo durante los cuales ocurrieron 764 sesiones con un total de 1,023
pacientes.
Era claro: una nueva senda de tratamiento psicoterapéutico al servicio del hombre se cristalizaba y una
nueva veta de investigación científica comenzaba a adquirir dimensiones internacionales. Roquet en
México y otros, como Stanislay Grof en Praga y Maryland, fueron los pioneros de esta aventura.
A través de las sesiones cona alucinógenos Roquet obtuvo una gran cantidad de material del
inconsciente de sus pacientes, que desnudaba en parcelas la topografía de la personalidad. Los
miedos, las angustias, el sentido místico, la función de la fe en la vida del hombre, la función del
concepto de muerte y el miedo a la muerte, así como la importancia del amor y el sufrimiento en el
devenir ontológico del ser humano. Con esta riqueza vivencial y terapéutica, Roquet desarrolló una
nueva teoría de la personalidad que considera al hombre una entidad bio-psicosocio- ambiental y
espiritual. Lo considera una entidad cuya dimensión de unidad es sólo lograda por una trascendencia
espiritual. Así, la teoría de la personalidad de Roquet establece el miedo a la muerte como la raíz
de todas las angustias del ser humano y la fuente de todos los miedos, pero también como un
parámetro y punto de referencia de la experiencia y evolución del hombre. La teoría roquetiana afirma
que el miedo a la muerte desencadena el conflicto con la autoridad, que es sincretizado en la idea de un
Dios (o regulador de la evolución de toda energía llamada vida) y, en consecuencia, deriva en la
rebeldía y en la culpa (rebeldía y culpa por no evolucionar).
Al no aceptar o confrontar la idea de la muerte, el hombre entra en desobediencia, enconfl icto con la
autoridad superior (Dios o las leyes universales) y en consecuencia entra en rebeldía con los valores
del sistema establecido. Como resultado de esta no aceptación de la muerte, tampoco se asume el
compromiso con la vida, y es entonces que la teoría roquetiana habla de la dependencia como una
incapacidad de realizar el compromiso con la vida. El ser humano queda entonces atado al pacto con la
madre, que es una prolongación del estado neonato del individuo. La personalidad se desdobla en
una secuencia de dependencias, sea con personas, bienes materiales, actividades o, explícitamente,
con drogas y los impulsos sexuales. El pacto con la madre se expresa en el temor a la vida, impide la
realización del ser, lo cual resulta en una permanente inseguridad, sensación de pérdida y vació
existencial.
A cambio de la dependencia, el ser humano tiene el camino del amor, puente entre la vida y la muerte y
única vía a la trascendencia. La teoría roquetiana establece al amor como el punto de reunión entre
sensibilidad y razón y fuente de la energía creadora del hombre. En el logro del amor la conciencia del
hombre alcanza la compresión de niveles superiores de energía y, por lo tanto, encuentra su enlace con
la energía original, que es Dios. Es así que la teoría de la psicosíntesis de Roquet establece que la
11

genética
de la personalidad y de la psique contiene tres continentes: Dios, la Muerte y el Amor. El trabajo de
sesiones con psicodislépticos lleva al paciente a niveles profundos y regresivos de su experiencia, no
meramente biográfica, como puede ser el nacimiento y el recorrido por todas las experiencias intensas
de su vida, sino que también lo lleva al expediente de lo ontogénesis y a la experiencia mística. Roquet
concluyó que para que el paciente lograra estos niveles, pero fundamentalmente, para que
la confrontación con el inconsciente tuviera un sentido terapéutico, era necesario evitar el nivel de
fantasía o el llamado "buen viaje" que experimentaron los hippies con el uso de alucinógenos. Por ello
destacó la etapa del caos o locura, con el fin de lograr la desintegración de la personalidad, único medio
para obligar al paciente a ir al origen y encontrar aquello que había perdido: su sensibilidad. El debate
del hombre en ese abismo, en esas tinieblas, permitía al paciente reconocer su propio caos y confrontar
las experiencias traumáticas que generaron los trastornos de la personalidad. “Se trata de dar la lucha
en ese momento, ver el material del inconsciente y confrontarlo con el consciente, aquí se produce la
unión entre la sensibilidad y la razón; se trata de un viaje de ida vuelta que confronte al hombre con su
esencia, su verdad”, anota Roquet en una entrevista.
Es esto lo que resume la teoría y la técnica de psicosíntesis de Roquet. Se trataba de que el paciente
registrara este hecho en una sesión que incluía la etapa analítica y a la vez la sintética. La sustancia
permitía que el paciente reconociera como falsos valores los elementos agregados de la personalidad,
como el poder, la gloria y el status quo y, revisando el significado de los hechos de su vida, fuera en
busca del amor, como el valor universal que da sentido a la existencia humana. A pesar de que ese
tratamiento demostró su eficacia en los más de mil pacientes que Roquet trató (que ninguno de ellos se
quedó en el viaje), a pesar de que fue en México donde ese tratamiento se sistematizó y se perfeccionó
y dio nacimiento a una nueva teoría de la personalidad, una de las más promisorias del siglo XX, a
pesar de que su trabajo ha sido reconocido a nivel internacional y que algunos psiquiatras como el
doctor Walter Houston Clark han comparado la lucha científica del doctor Salvador Roquet con el
trabajo de Freud en Viena, a pesar de ello, la psicoterapia con base en alucinógenos fue brutalmente
interrumpida el 21 de noviembre de 1974. Brutalmente, ya que derivó en el injusto encarcelamiento del
doctor Roquet y de otros psiquiatras que fueron sus seguidores, como el doctor francés Pierre Fravreau;
brutalmente, ya que nunca se aclararon los móviles y se mantuvo en el anonimato a los personajes que
fraguaron el artero golpe; brutalmente, porque se eludió el debate profesional, científico que permitiera
determinar la utilidad de los alucinógenos como arma terapéutica; brutalmente, porque no hubo
investigación alguna sobre el trabajo de Roquet en México y en el extranjero; brutalmente,
porque provocó de manera indirecta el cierre del Instituto Robert S. Hartamn, donde se atendían
exitosamente a muchos pacientes en psicoterapias individuales, de grupo y en sesiones con
alucinógenos; porque degolló un programa socioeconómico y de prevención de la salud pública en la
zona Mixe de Oaxaca y trajo consigo también el cierre de la Escuela Integral Albert Schweitzer, que
incluía una Escuela de Padres de Familia con énfasis en la prevención de la salud mental desde la
etapa neonatal. No obstante, tal como el famoso cineasta Luis Buñuel decía que la censura había
servido para inventar nuevas metáforas en la obra cinematográfica, así Roquet emprendió una nueva
alternativa psicoterapéutica que mantuvo el principio de las psicosíntesis. En 1975 surgieron las
convivencias psicoterapéuticas, método intenso, profundo y politécnico, que reproduce las etapas que
se experimentan con los alucinógenos (la locura, la nada, la
muerte y el renacimiento). En estas convivencias de tres días el paciente logra niveles de catarsis e
incluso estados semipsicóticos que le permiten llegar a puntos de sensibilización necesarios para el
logro del amor en la reintegración de la personalidad. Salvador Roquet murió en abril de 1995. Ahora es
recordado probablemente como un psiquiatra controvertido y extravagante que usó drogas en terapia.
Sus pacientes, quienes lo sacaron de la cárcel y declararon en su favor en al Cámara de Diputados,
saben que no se trataba de extravagancias, sino de salvarlos de la locura o del suicidio. Sea como sea,
en la ciencia y la psiquiatría mexicanas existe todavía un expediente abierto. En sus notas
autobiográficas Roquet escribe “...a nadie pertenece la verdad, porque el día que alguno diga que
tiene la última verdad, ese día se cierra la puerta y se acaba la vida”.

Prólogo del libro del doctor Roquet, titulado Teoría y Técnicas de Psicosíntesis de Roquet.
Siquiatría sicodélica: el doctor Roquet y los experimentos con peyote en México
Nidia Olvera Hernández
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A pesar de su prohibición este cacto continuó siendo empleado por varios grupos indígenas y
no dejó de causar fascinación en todo el mundo.
Hace ya casi 100 años que Louis Lewin publicó una de los principales textos de psicofarmacología, el
cual además contiene una de las primeras taxonomías de las drogas. Este libro fue titulado Phantastica,
en alusión al tipo de sustancias que tienen la capacidad de producir visiones, alucinaciones visuales y
auditivas y otros cambios en la percepción; entre estos psicoactivos clasificó al peyote o Lophophora
williamsi, cactácea endémica de México.
Este famoso farmacólogo alemán fue uno de los primeros en estudiar los alcaloides de esta planta
desde una perspectiva científica, a la que incluso había bautizado con su propio apellido, como
Anhalonium Lewinii. Según Lewin el peyote producía las modificaciones en las funciones del cerebro
más maravillosas que jamás había probado, en las que el consumidor se transportaba a un mundo
nuevo de sensibilidad e inteligencia. Por lo cual no le resultó extraño que tuviera un importante uso
ancestral entre diversas poblaciones del continente americano.
Hace ya casi 100 años que Louis Lewin publicó una de los principales textos de psicofarmacología, el
cual además contiene una de las primeras taxonomías de las drogas. Este libro fue titulado Phantastica,
en alusión al tipo de sustancias que tienen la capacidad de producir visiones, alucinaciones visuales y
auditivas y otros cambios en la percepción; entre estos psicoactivos clasificó al peyote o Lophophora
williamsi, cactácea endémica de México.
Este famoso farmacólogo alemán fue uno de los primeros en estudiar los alcaloides de esta planta
desde una perspectiva científica, a la que incluso había bautizado con su propio apellido, como
Anhalonium Lewinii. Según Lewin el peyote producía las modificaciones en las funciones del cerebro
más maravillosas que jamás había probado, en las que el consumidor se transportaba a un mundo
nuevo de sensibilidad e inteligencia. Por lo cual no le resultó extraño que tuviera un importante uso
ancestral entre diversas poblaciones del continente americano.

En efecto, desde que los europeos llegaron a América dieron cuenta del empleo de especias
psicoactivas por los antiguos habitantes prehispánicos, entre las que destacó el peyote. Religiosos
como Fray Bernardino de Sahagún lo llamaron "manjar de los chichimecas" y mencionó que: "provoca
espantosas visiones, también da fuerza, quita la sed y el hambre". Por su parte el médico Francisco
Hernández desde el siglo 16 registró el uso del "peyotl zacatecano" como planta útil para curar el dolor
de las articulaciones y para la adivinación, ya que "quienes la comen presienten y predicen todas las
cosas". Pero estas prácticas de carácter ritual y religioso también propiciaron su prohibición por la Santa
Inquisición, que durante 1620 promulgó un Edicto en el que se condeno su uso:
"Por cuanto el uso de la hierba o raíz llamada peyote, para el efecto que en estas provincias se ha
introducido para descubrir hurtos, y adivinar otros sucesos, y futuros contingentes ocultos, es acción
supersticiosa y reprobada. Opuesta a la pureza y sinceridad de nuestra Santa Fe Católica. Siendo así,
que la dicha hierba, ni otra alguna puede tener virtud y eficacia natural, ni para causar imágenes,
fantasmas y representaciones en que se fundan las adivinaciones, y que en ellas se ve notoriamente la
sugestión y asistencia del demonio".
A pesar de su prohibición y satanización este cacto continuó siendo empleado por varios grupos
indígenas y no dejó de causar fascinación en todo el mundo. Desde etnógrafos como el noruego Carl
Lumholtz, quien describió su uso entre huicholes y tarahumaras; el ya mencionado farmacólogo Louis
Lewin; artistas como Henri Michaux y Aldous Huxley, surrealistas como Antonin Artaud y hasta
escritores de la generación beat como Jack Kerouac y William Burroughs se interesaron, describieron o
se inspiraron en los fantásticos efectos producidos por el peyote.
Los médicos nacionales también investigaron y experimentaron con esta planta. Desde finales del siglo
19, el doctor Francisco Altamirano señaló en la Gaceta Médica de México que a diversas especies de
cactáceas, que crecían en la zona norte del país, se les daba el nombre de peyote. Después de
experimentar con animales, constató que la ingestión o el suministro por vía oral de altas dosis de
mescalina podía provocar los siguientes efectos: nauseas, vómito, aumento de la energía cardíaca,
hipertensión, aumento de los reflejos, "excitación cerebral, locuacidad, embriaguez, midriasis,
embotamiento de la sensibilidad cutánea, abundante flujo de ideas, debilidad de atención, alucinaciones
13

sensoriales y sensibilidad indescriptible de doble existencia, pero conservándose la inteligencia en su


estado normal". Además, Altamirano recetó el uso de la peyotina como un hipnótico y el de la mescalina
para curar a los alcohólicos.
Posteriormente, durante 1914 en la misma revista se publicaron los resultados de las investigaciones
que se habían realizado en el Instituto Médico Nacional. En éstas se concluyó que las principales
propiedades terapéuticas del peyote eran sobre el sistema circulatorio y sólo se constataron
alucinaciones en dos ocasiones, a quienes se les suministraron las dosis más altas. Unos años más
tarde, otro médico llamado José Mazzotti escribió la tesis titulada Breves consideraciones como
contribución al estudio del peyote en la cual, corroboró las diversas aplicaciones terapéuticas después
de experimentar con especímenes que logró conseguir en Fresnillo y Sombrerete, Zacatecas.
El eminente historiador Ricardo Pérez Montfort ha señalado cómo durante las décadas de 1930 y 1940,
una serie de artistas e investigadores extranjeros se concentraron en el estudio de esta cactácea y otras
especies con efectos alucinógenos. En las siguientes décadas el descubrimiento del LSD por Albert
Hofmann y la difusión al mundo Occidental de los efectos de los hongos contenedores de psilocibina, a
causa de las exploraciones de Gordon Wasson, propiciaron un boom en las investigaciones de los
psicodélicos, aunque también la consolidación de su prohibición mundial con el Convenio sobre
Sustancias Psicotrópicas de 1971 de la ONU.
Pero para entonces, el doctor Salvador Roquet ya había comenzado sus tratamientos con alucinógenos
en una clínica de la colonia Condesa. Ahí administró más de 6,000 dosis de psicodislépticos entre 1967
y 1974, a personas de diversas edades, nacionalidades, de distintos estratos económicos y culturales y
con variadas patologías mentales. Aunque según José Agustín, al parecer Roquet atrajo principalmente
a "jipis-al-borde-del-truene, a gente rica y a actrices de moda", con su psiquiatría psicodélica.

Psicosíntesis.
Nota: El término psicodisléptico significa: m. Fármaco que produce cambios mentales que
distorsionan la percepción normal o que induce alucinaciones.
Alucinógenos: Sinónimos: psicodislépticos, psicomiméticos. Son sustancias naturales o
sintéticas. Dentro de los alucinógenos tenemos la psicocibina (de un hongo) y mescalina (del
cactus peyote), la harmina, la harmolina, la ibogaína, la 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA o
éxtasis), la 2,5-dimetoxi-4-metilanfetamina (STP), la dimetiltriptamina (DMT), la dietilamida del
ácido lisérgico (LSD), conocida vulgarmente como tripi (del inglés trip: viaje). Los alucinógenos
se vulgarizaron con el movimiento hippy. La mayoría se consumen por vía oral. Pueden provocar
dependencia y tolerancia, pero la abstinencia no es muy importante. El DSM-IV señala los
siguientes trastornos producidos por estas sustancias: intoxicación, trastorno perceptivo
persistente por alucinógenos (flash backs), trastorno psicótico, trastorno del estado de ánimo,
trastorno de ansiedad y trastorno no especificado.

Las influencias del chamanismo mexicano en la psicología transpersonal; La aportación del


Doctor Salvador Roquet
Publicado el octubre 10, 2011 por Revista Ulises
14

Conferencia presentada en la XIII Eurotas Transpersonal conference, Varna 2011, por Magda
Soler y Jordi Àlvarez.

La psicología transpersonal aparece a finales de los años 60 del siglo XX, como respuesta a una serie
de inquietudes surgidas en el mundo de la psicología, a partir del incremento en occidente del interés en
los estados modificados de conciencia y la experiencia espiritual. Así pues la psicología transpersonal
emerge como una ampliación de la psicología humanista, que incluye en su visión, los estados extáticos
y las experiencias místicas o religiosas.
Varios factores históricos confluyeron en el aumento del interés general por una serie de temas que
hasta entonces habían permanecido como patrimonio de unos pocos especialistas universitarios. Es
difícil determinar cuáles fueron las causa y cuáles los efectos que provocaron el momento de cambio y
de apertura que fueron los años 60. Los precedentes de esta confluencia podríamos fijarlos por ejemplo
en William James, tratando de comer un botón del cactus mexicano que acabaría llevando su nombre
(Lophophora williamsii), y teorizar sobre la experiencia religiosa.
En este intento (infructuoso, por cierto) se dan las condiciones paradigmáticas del desarrollo de las
investigaciones que llevaron a la aparición de lo que hoy llamamos marco transpersonal.
México está situado en el cono sur de norte América, a diferencia de sus dos vecinos del norte, Canadá
y Estados Unidos, es un país con un claro subdesarrollo económico, político y social, y aún era más
grande la diferencia en las décadas de 1950/60. En ciertas zonas de México aún hoy en día se pueden
encontrar etnias enteras con Modus Vivendi que han variado muy poco desde el neolítico, tanto en sus
creencias, como en sus condiciones de vida. Para los investigadores norte americanos y canadienses el
país vecino era y es una fuente inagotable de investigación, étnica, antropológica, botánica y
arqueológica justo al lado de casa. En
1938 el pionero de la etno-botánica Richard Evans Schultes cruza la frontera a la búsqueda del
teonanacatl, el hongo sagrado, y viaja hasta Huautla de Jiménez una pequeña población situada en el
estado de Oaxaca de México, donde identifica la especie Psilocybe y un año más tarde regresa y
15

identifica el ololiuqui, semillas de la virgen como otra de las plantas sagradas empleadas en ceremonias
de curación chamánica.
Una década y media más tarde buscando los “hongos mágicos”, el banquero Gordon Wasson y su
mujer Valentina Pavlovna, viajan de nuevo a Huautla siguiendo los pasos de Schultes y conocen a la
famosa chaman María Sabina. En 1955 son los primeros “blancos” a los que se les permite asistir a una
ceremonia de sanación con ingesta de hongos. Este hecho desencadenaría un interés inusitado por la
cultura indígena mexicana, y por el poder curativo y visionario de las plantas sagradas, debido a la
publicidad que hizo Gordon Wasson con sus artículos y libros. Desde ese momento México se convirtió
en el centro principal de la investigación de las plantas sagradas y el chamanismo. Michael Harner,
Joan Halifax o Ángeles Arrien hicieron estudios de las etnias y del chamanismo mexicano.
Paralelamente desde 1943, se fue desarrollando la terapia con sustancias como el LSD, la mescalina o
la psilocibina. Primero en Europa y rápidamente en todo el mundo se experimentó con las drogas,
primero llamadas psicolíticas (disgregantes del Ego) y más tarde psicodélicas (ampliadoras de la
mente). Stanislav Grof fue uno de los pioneros en la investigación de la terapia psicolítica en Praga,
para más tarde continuar su investigación en Estados Unidos ya en terapia psicodélica. El año 1967
junto con Maslow, Vich, Sutich, Fadiman y Margulies funda la psicología transpersonal en California. La
experimentación psicodélica influyó profundamente en la aparición de esta nueva visión del ser humano
y de la psicología.
En la psicología transpersonal confluyeron el interés por el conocimiento sobre el manejo de los estados
modificados de conciencia que los chamanes poseían, y que podía ser de gran utilidad para este nuevo
grupo de “sanadores”, y el interés sobre las plantas y hongos utilizados tradicionalmente en curaciones
rituales. Actualmente las técnicas chamánicas como el tambor, o las visualizaciones intencionadas son
herramientas ampliamente utilizadas por muchos terapeutas transpersonales. Pese a ese interés que ha
generado excelentes trabajos, el chamanismo continua siendo un gran misterio debido en gran parte por
la dificultad de comprender por parte de la mente occidental, racionalista y cartesiana, la cosmovisión
poli-nivelada de los pueblos de tradición chamánica.
El chamanismo representa una cosmovisión más o menos compartida de una infinidad de creencias,
que coinciden en la existencia de unas realidades superior a la realidad cotidiana, donde habitan seres
que influyen y rigen sobre diferentes aspectos de esta cotidianeidad, los chamanes son los especialistas
de la comunidad que pueden comunicarse, mediante el acceso a los estados modificados de
conciencia, con esa realidad superior, y regresar con información que permitirá, encontrar y mantener el
equilibrio del grupo con el todo. El chamán es una autoridad dentro de su comunidad, apreciados por su
sabiduría, ejercen de médicos, concejales del ayuntamiento, oficiantes y psicólogos. Cada etnia o
cultura con tradición chamánica posee una mitología y una explicación de la realidad diferente, con
explicaciones múltiples sobre el origen de las enfermedades y su tratamiento. A menudo entre
poblaciones de una misma etnia cultural los chamanes utilizan diferentes explicaciones y tratamientos
para una misma enfermedad, o para relatar sus mitologías aparentemente comunes. Así pues la
comprensión o el estudio sobre las técnicas y sus porqués resultan prácticamente imposibles.
Una excepción importante en cuanto a comprensión, aplicación y estudio de esas técnicas, fue el Doctor
Salvador Roquet, psiquiatra Mexicano que logró una comunicación mantenida con chamanes de las
tribus Mixes, Tarahumaras, Huicholes y Mazatecos, en una relación de colaboración y cooperación, no
solo a nivel terapéutico, si no también sanitario, educativo y social.
Salvador Roquet desarrolló un proceso de intercambio con los chamanes indígenas, que condujo a la
creación de un sistema terapéutico y filosófico. Donde existía un proceso intercultural, no de imitación o
reproducción de técnicas si no de autentica colaboración. Este proceso se
debió a las especiales circunstancias que rodearon la vida del doctor Roquet.
Nacido en 1920, se licenció en medicina, y ejerció como epidemiólogo, con importantes cargos llegando
a trabajar para la OMS. Más tarde se licencio como cirujano pulmonar y ejerció de neumólogo. Todos
los destinos y cargos que ostentó le permitieron conocer y tratar con las capas más humildes de la
sociedad y, ganar una sensibilidad social y un respeto por los indígenas y por sus tradiciones. En 1957
mientras estudiaba psiquiatría, participó en una investigación sobre los efectos de la mescalina. Esa
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experiencia le afecto profundamente teniendo que recibir atención con psicofármacos tras ella durante
un año, y mostrándole las posibilidades terapéuticas de las sustancias psicodélicas.
Durante 1964 viajó por Europa conociendo a dos de sus referentes. Uno de ellos al que visitó en su
escuela de Summerhill, Alexander S Neill compartió sus ideas de introducir el psicoanálisis en la
educación de los padres y su escuela del amor. También conoció al doctor Robert S Hartmann, padre
de la axiología, que se ofreció a participar con la aplicación de sus test de evaluación en el proyecto de
una escuela de padres.
En 1967 el proyecto se había materializado en la escuela integral Álvarez, que consideraba al ser
humano como una unidad bio-psico-social, ambiental y espiritual. Fue en ese año que Roquet pidió a
Alfonso Caso, fundador y director del Instituto nacional indigenista, que le presentara la famosa chaman
María Sabina con la intención estudiar el ritual de los “hongos mágicos” para su posible utilización en
psicoterapia.
Ya desde su primer encuentro con la sacerdotisa y curandera, el doctor Roquet, hizo que varios
pacientes en tratamiento le acompañaran a la sesión de hongos. Esa práctica de llevar a sus pacientes
a veladas con los chamanes, permaneció en su trabajo hasta su muerte en 1995. Los cantos de la
chamán le sugirieron que la manera de conducir a los pacientes a través de la locura era el manejo de
la música y de las imágenes. A su regreso a México DF, ese mismo 1967 funda el instituto Robert S.
Hartmann donde llevar a cabo sus sesiones con sustancias y la asociación
civil Albert Schweitzer para financiar un hospital y una escuela integral en la sierra mazateca.
Junto a colaboradores como el doctor Pierre Favreau, el doctor Walter Houston Clark o Stanley Kripner,
Roquet fue desarrollando una técnica de terapia con sustancias, que se diferenció de las dos escuelas
existentes la psicodélica y la psicolítica. Esta técnica, a la que llamó de psicosíntesis pues surgía de la
síntesis de varias metodologías de trabajo, incluía elementos de las dos escuelas y otros que habían
descubierto de su colaboración con los sanadores indígenas.
Doctor Salvador Roquet en París durante una de sus sesiones
El enfoque principal de la terapia de psicosíntesis de Roquet, era la sensibilización del paciente
mediante un enfrentamiento directo con sus neurosis, permitiendo que el amor surgiera tras el contacto
con la locura y con la experiencia mística. El descubrimiento de la ketamina y el aprendizaje de la
utilización de la Datura, como medios para conducir a la disolución de las defensas egoicas, y la
utilización de un elaborado programa de sesiones combinando los psicodélicos naturales, como las
semillas de la virgen o el peyote con psicodélicos de laboratorio como el LSD o el MDMA, le permitían
hacer atravesar a los sujetos las diferentes fases de la experiencia de curación con gran éxito. Las
sesiones de psicosíntesis, que se llevaban a cabo en instituto Hartmann de México DF, seguían un
elaborado protocolo donde se valoraba constantemente el momento del proceso terapéutico de cada
paciente, utilizando los test de Hartmann. Se determinó la duración media de la terapia entre un año y
medio, y dos años. En ese periodo se combinaban cíclicamente las sesiones de psicoterapia
convencional, con sesiones con las diferentes sustancias y trabajos con chamanes en la sierra o el
desierto.
El instituto Hartmann contaba con una sala especialmente habilitada para las sesiones con sustancias.
La sala estaba diseñada para conseguir
momentos de saturación cognitiva, y estaba equipada con varios equipos de reproducción musical,
proyectores de cine, iluminación regulable de colores y grabadoras. Se organizaban sesiones de grupo
de entre 15 y 35 hombres y mujeres, pertenecientes a todos los estratos sociales y culturales, con
problemáticas variadas, en momentos diferentes del proceso de sanación, suministrándoles a cada uno
la sustancia adecuada a su condición terapéutica.
Desde 1967 a 1974, se realizaron 720 sesiones de terapia de psicosíntesis, donde participaron 1700
pacientes. El índice de “curación” o mejora fue de un 85%.
El instituto Hartmann se cerró en 1974, tras la detención y el juicio de los doctores Favreau y Roquet.
Aunque las acusaciones de tráfico de drogas y delitos contra la salud, fueron desestimadas, se prefirió
cerrar el centro y no continuar con las sesiones con sustancias, de manera pública.
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El doctor Salvador Roquet continuó trabajando en su teoría de la personalidad, y desarrolló terapias


alternativas sin sustancias para conseguir los efectos de saturación cognitiva, locura, muerte y
renacimiento como las “convivials” o la “terapia de la muerte”. Sin embargo hasta el final de su carrera
en ámbitos privados continuó celebrando sesiones de psicosíntesis con sustancias, en México, Estados
Unidos, Canadá y en varios países europeos como Francia o España. También continuó visitando a los
chamanes en compañía de sus pacientes.
Aunque fue conferenciante invitado en el tercer congreso internacional transpersonal, donde sorprendió
al propio Stanislav Grof con su trabajo y sus métodos, y participó en conferencias y encuentros del
recién nacido “movimiento transpersonal”, Roquet nunca mantuvo relaciones estables y se mantuvo al
margen de la corriente principal. Varios motivos parecen apuntar a ese distanciamiento, sobretodo la
dificultad de comunicación, tanto por el hecho de no dominar el inglés como lengua, como por lo
controvertido e innovador de sus métodos y planteamientos. En 1983 presentó en la 4ª conferencia
internacional transpersonal, organizada por la ITA en Davos, Suiza, su primer y único libro “los
alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia”. El libro publicado en
México en 1981, recopila toda su metodología de trabajo, estadísticas, filosofía y conclusiones, de los
años de trabajo en el instituto Hartmann. Por desgracia, llegó en un momento en el que el “movimiento
transpersonal” intentaba desvincularse de las terapias con sustancias psicodélicas debido a la
prohibición vigente y a la mala prensa adquirida, y no sirvió como difusor de su innovadora visión de la
terapia con psicodélicos.
Pierre Favreau, Stan Grof, Salvador Roquet y Melvin Bucholz en Inari, Finlandia 1976
Los trabajos del doctor Salvador Roquet y sus colaboradores, aunque cuentan con un pequeño número
de discípulos inspirados por ellos (como la psicóloga Magda Soler entre otros), son aún hoy en día en
gran parte desconocidos por la mayoría de los terapeutas transpersonales. Y existe un archivo de su
material de trabajo compuesto por cientos de expedientes, test de personalidad, diapositivas,
filmaciones y grabaciones de audio, sin estudiar, almacenado en México.
Creo que su experiencia en su relación con los chamanes de las tribus indígenas de México, fue única,
y aportó datos y conocimientos aun no
integrados en el mundo terapéutico transpersonal. Espero que mi humilde aportación permita algún
paso hacia esa integración.
Jordi Àlvarez Carniago: Terapeuta, artista, músico, compositor, gestor cultural y psiconauta. Tiene
editados dos discos, y ha participado en infinidad de proyectos artísticos y culturales, en calidad de
organizador y colaborador. El año 1996 participa en la fundación de la asociación “Barcelona
Expansiva” para el estudio y el desarrollo de la experiencia psicodélica. Actualmente es miembro de
“l’Associació Catalana Transpersonal”, donde cursa estudios de psicoterapia Transpersonal y realiza
talleres.

Espiritualidad y terapias con psicoactivos

Este es el último capítulo del libro: Los alucinógenos: de la concepción indígena a


una nueva psicoterapia, de Salvador Roquet y Pierre Favreau, Ed. Prisma, México,
1981.
CONCLUSION
En ocho años de trabajo de nuestro Instituto "Robert S. Hartman" (Asociación Albert
Schweitzer, A.C.), se realizaron 720 sesiones hasta el 15 de agosto de 1974, todas ellas
grabadas en cintas magnetofónicas y que, junto con el archivo correspondiente a 1700
pacientes, constituyen un material riquísimo para la investigación, no sólo en psicología y
psíquiatría, sino en antropología social, sociología, filosofía y teología.
Los ocho años de trabajo en la elaboración de la técnica de psicosíntesis, nos condujeron
de la mano al lineamiento de una teoría de la personalidad. La experiencia nos ha dado
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bases sólidas para evidenciar varios puntos comunes del ser humano, no importando edad,
sexo, clase social, raza o nacionalidad, ideología o religión. Estos puntos comunes son:
Consideramos esquemáticamente y en forma elemental al hombre como un ser integrado
por dos entidades: cuerpo y mente. Dicotomía cartesiana -perjudicial por haberse
generalizado- concebida en correspondencia a una metodología para el estudio del hombre
que ha prevalecido y que ha determinado así un desconocimiento de la última conexión e
interrelación de la mente sobre el cuerpo y de éste con la mente, al grado que es imposible
establecer linderos entre ambos.
A su vez, y para facilitar nuestra exposición:
Juzgarnos que la mente está integrada por el instinto y la razón. Asímismo, el instinto, es
concebido como lo natural, general y común de los seres vivientes, es lo biológico; en
cambio la razón es propia y específica del ser humano.
En nuestra teoría consideramos que dentro del instinto encontramos, constituyendo su
núcleo y a la manera de potencial energético, lo que nuestros pacientes identificaron como
sensibilidad. Creemos necesario explicar este punto con un ejemplo: sería la misma
situación que se ve con el diamante al ser desprendido del seno de la tierra, resulta una
piedra burda y oscura pero al tallarla luce su magnificencia. Es lo mismo que sucedería con
la sensibilidad, al tallar el instinto con el buril de la razón, surge la sensibilidad y, al continuar
la acción de la razón sobre ésta, se unen y emana el amor.
Conviene asentar que la connotación que queremos dar a la palabra sensibilidad es difícil
de explicar. Sólo nos queda la alternativa de ejemplificarla. Y así podremos decir que por
sensibilidad entendemos cierta capacidad de vibrar al unísono con otras vibraciones:
humana, animal, vegetal y aun material del mundo, de luniverso, etc. Que también se
explicaría como la capacidad de sentir sin los sentidos. Pudiera pensarse que la empatía de
los psicólogos sería su equivalente o bien podría corresponder al "conocimiento intuitivo" de
Bergson.
Sobre todo esto, uno de nuestros pacientes, en una experiencia de psicosíntesis, vivió y
escribió lo siguiente:
..."Entonces me di cuenta de que el instinto es la fuerza que poseen todos los seres vivos y
mediante el cual se regula el mundo orgánico, los animales y vegetales y se relacionan entre
sí: el hambre y la sed, la respiración, el sueño, el miedo, la agresividad, el gozo de vivir, el
juego y muchas otras formas de conducta animal y humana primitivas...
...Me di cuenta de un hecho insólito, sentía que a pesar de no ser una entidad definitiva y de
estar cambiando a cada instante, formaba parte de una energía y de un plan que se había
fraguado en algún lugar del universo y esa energía, estaba trabajando en mí, moldeándome,
amasándome, convirtiéndome en átomos y moléculas sueltas que se volvían a unir,
produciendo diferentes sustancias: agua, gelatina, babas, fuego, tierra, aire, carne, huesos y
piel."
Como ya lo expresamos, la acción de la razón sobre el instinto y la sensibilidad harán surgir
el amor; hecho que a su vez determina una reacción de la sensibilidad sobre la razón y que
da origen al condicionamiento de creatividad científica y artística.
Otro de nuestros pacientes al vivenciar esto expresó:
..."Yo tenía ante mí dos universos, dos poderosas tentaciones y me era dado elegir entre
ambas: la primera, mi hermosa, segura y tibia cápsula a través de la cual yo podía
contemplar la segunda: el espacio abierto, libre, infinito y atractivamente luminoso. Llegado
el instante no dudé en elegir. No me sedujo la tibieza y la sobreproteccíón y di un paso hacia
la luz y elegí voluntariamente la vida, me decidí a nacer por mí mismo y contraje
entusiasmado y lleno de orgullo el maravilloso privilegio de ser hombre. Eso era lo que había
debajo de mi disfraz. Y no nací más grande ni más fuerte, solamente nací con los ojos
abiertos a la luz, el corazón abierto al amor, la mente abierta al entendimiento.
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... El amor es el arte supremo, el arte de la vida, el que como todas las artes sólo se aprende
practicándolo constantemente"...
Al establecer la situación de la sensibilidad dentro del instinto, aceptamos que ella
constituye el núcleo, el potencial energético y el instinto, la corteza o cubierta que lo
envuelve. Por lo que el instinto es el factor que garantiza las funciones de la vida vegetativa
y la vida en sí tiene como motor, como generador, la propia sensibilidad. De ahí que la
sensibilidad junto con el instinto constituyen la energía vital.
Recordando la primera ley de la termodinámica de que la energía es única y no se crea sino
se transforma, estamos situando la energía vital al nivel de la energía mecánica, de la
energía atómica, eléctrica, etc. y, considerándola simultáneamente, dentro de una sola
energía, la ENERGIA UNIVERSAL.
Pero al hablar de energía universal hablamos de la fuente de toda energía y del universo en
sí. Hasta este momento nos hemos mantenido en el terreno de la ciencia pero ella no nos
sustenta más, por lo que llegamos al terreno de la filosofía. Al hablar del universo estamos
hablando del todo y la nada, al querer trasponerlos y buscar más allá, hacia el infinito, nos
hace falta sustentación, una base en qué apoyarnos. La base de la filosofía se nos ha
deslizado bajo los pies y quedamos suspendidos en el vacío que nos aterra, buscamos algo
de qué asirnos, y entramos así en el campo de lo teológico; la presencia de Dios está
esperándonos más allá de la nada o en la nada, más allá del todo o en el todo.
Así penetramos en su infinitud, en su inmortalidad, en su eternidad, que vislumbraremos en
el momento en que dejemos establecido que la energía no desaparece ni se crea, sólo
existe.
Una paciente nos dice:
..."Sentí que se me engarrotaban las manos, que no podía usarlas COMO Yo hubiera
querido. Así se me quedaron paralizadas por un rato. Después se empezaron a suavizar,
sentía en ellas una especie de energía eléctrica muy tenue que me las movía al compás del
concierto. La energía fue tomando consistencia y acabó por ser una especie de bola que yo
tenía en las manos en el momento en que yo descubría, con la sorpresa más inmensa de mi
vida que toda yo era amor. Usted me preguntó qué era lo que pasaba, yo me levanté y una
fuerza que me venía de arriba, muy parecida a la que tenía en las manos pero mucho más
fuerte me empezó a elevar. Lo único que veía era luz. Y lo único que sentía era una
atracción irresistible. Era Dios y me llamaba, me llamaba a mí. Bajé la cabeza porque me
sentía indigna, muy poca cosa. Le preguntaba muchas veces si estaba seguro de que era a
mí a quien llamaba a pesar de ser tan poco como era. La fuerza se hizo más intensa Y ya no
pude resistir. Me fui, me fui con El y me envolvió. Lo que sentí no puedo describirlo, las
palabras que se podían acercar un poco son: felicidad, totalidad, eternidad, y ninguna de las
tres sé lo que quieren decir, sólo lo sentí en ese momento...“
Por lo tanto, el hombre, manifestación de la energía, es inmortal. Amor, Dios y Energía son
un mismo concepto, y el amor, producto de la sensibilidad y la razón es energía y la energía
es Dios y amor, y Dios es igual a energía y amor.
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Lo expuesto y las experiencias vividas a través de la investigación nos llevan ahora a


construir una explicación de las enfermedades mentales en el individuo, particularmente las
Neurosis, considerando a éstas como problemas en el Amor, que es energía, vida y salud.
El no logro del amor, el no poderlo alcanzar, realizar, implica por lo tanto enfermedad,
neurosis.
La vida es lucha, por lo tanto el dolor y el sufrimiento campean en la vida del ser; el ser
humano tratará de eludir el sufrimiento y el dolor, pretensión que lo llevará a querer no sentir
o por lo menos disminuir su sentir, bloqueando o limitando su sensibilidad; pero al bloquear
ésta, se está deteniendo una de las dos ramas o raíces del origen del amor y por lo tanto
éste es limitado en su desarrollo, distorsionándolo e impidiéndolo.
Desde el inicio de la vida, podríamos decir desde el instante de su concepción, el ser
humano está expuesto a acciones sobre él, internas y externas, que pueden poner en
peligro su vida misma, es decir, que lo exponen a la muerte; y esta situación es continuada a
lo largo de su vivir, por lo que constantemente está bloqueando su sensibilidad ante
cualquier acción, manteniéndolo en un estado de alerta continuo y permanente, de
preocupación, sufrimiento y dolor ante la expectativa de la muerte, y que precisamente para
disminuir todo este estado, acuerda igualmente disminuir su sensibilidad.
Este bloqueo, entonces, se gesta desde el inicio de la vida. El niño desde el momento de su
concepción trae un potencial energético que es posible sea inherente a los cromosomas que
aportan los elementos genéticos (genes del óvulo y del espermatozoide) y en función de su
instinto de conservación queda implícito en él.
La no aceptación de su calidad de mortal y anhelo de subsistir, se afirma en la idea de su
deseo de inmortalidad. Se opone, se rebela y rechaza a la muerte y comienza desde ese
instante su lucha contra ella y en ésta su lucha, tiene su derrota por la misma. Surge el
miedo, patente compañero desde entonces a lo largo de todo su vivir. Y es presa de la
angustia existencial. Este miedo a morir, lo conduciría al miedo de vivir, porque el vivir lo
expone a morir. Y así va de un enfrentamiento del vivir con el morir, de la vida con la muerte,
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del ser o no ser.


El miedo a vivir por morir te hace rechazar asimismo el vivir y este hecho es presente desde
el instante de la concepción, desde el momento que es fecundado un óvulo por un
espermatozoide, y por lo tanto al rechazo del vivir surgirá la culpa por este negarse, por este
no obedecer, expresión clara de "Desobediencia Divina". ¿Estaría ahí el pecado original?
¿La culpa?. Una de nuestras pacientes nos dice al respecto:
..."Siempre sintiéndome culpable, siempre eludiendo el sentimiento. ¿De qué pecados tan
grandes seré culpable?. ¿Del de haber nacido?. ¿Por qué sin pedirlo, mis padres me dieron
la vida?. Si yo no pedí nacer no puedo ser culpable, los culpables son ellos, mis padres.
¿Pero cómo empezó este juicio tan largo en el que no me conformo con ser juez, y a veces
adopto el papel de defensor, de fiscal, acusador, de acusado y de jurado? ¡Eres culpable!
¡Culpable de haber nacido! ¡Culpable de ser mujer!... ¡Culpable de tener sed y hambre y frío,
culpable de tener miedo!"
Ya en el seno materno, cualquier desequilibrio orgáco o psíquico de la madre repercutirá en
el niño, y una vez más el bloqueo de la sensibilidad será concomitante.
Mas una nueva experiencia traumática y trascendental junto con el miedo a vivir se produce
en el momento del parto. La separación del ser que lo ha protegido y mantenido en vida le
provoca el sentimiento de separatividad, soledad y dolor.
Durante el parto, primordialmente, se registra la sensación de ahogo (asfixia), en el
descenso del producto a lo largo del túnel músculo-esquelético constituido por: matriz,
vagina v cintura pélvica. Previo a este descenso han habido contracciones prodrómicas del
útero grávido (trabajo del parto). Todo esto condiciona una actitud de pérdida de sensibilidad
por la sensación de peligro que imprimen las contracciones del músculo lisouterino; la
elasticidad de las paredes de la vagina; la estrechez del túnel músculo óseo de descenso; la
fuerza de la gravedad; el alargamiento del cordón umbilical y la disminución concomitante de
su luz que tiene como consecuencia una reducción del aporte de oxígeno, llevando al
producto a estados de hipoxia y anoxia; el inicio del desprendimiento de la placenta, que
también trae una disminución del aporte sanguíneo y por consiguiente de oxígeno al
producto o, en situaciones anormales por casos de partos distócicos, de maniobras ob-
tétricas en presentaciones no cefálicas, de uso de fórceps y de sufrimiento fetal en general.
En los casos de cesárea queda suprimido el período de descenso, pero surgen impresiones
concomitantes a las maniobras quirúrgicas, además de la premedicación y anestesia.
Después de un estado de regresión uno de nuestros pacientes nos dice:
..."Yo había gritado mucho al nacer, sentía que to a mi alrededor era desconocido, caótico y
amenazador. ¡Qué horrible es nacer!... De pronto me sentí violentamente lanzado hacia
afuera, oí un grito desgarrador que llenó todo el ámbito y de pronto todo . el lugar se llenó de
luces fuertes, ruidos espantosos y cosas sin formas definidas, como mal enfocadas. Varias
caras se acercaron y aunque con mucha curiosidad yo estaba angustiado, no entendía
nada, tenía miedo de todo y de todos, no podía hablar nada, puros gemidos y chillidos. De
repente todo se oscureció otra vez y de la oscuridad absoluta surgieron horribles gruñidos,
corno de gigantescas bestias, de profundas cavernas y selvas impenetrables. Yo trataba de
ver qué era lo que se acercaba a mí pero no podía ver nada y me sentía totalmente
indefenso. Entonces toda la angustia, el miedo y el terror (lo toda una humanidad
prehistórica que había vivido en las tinieblas y estaba surgiendo de la animalidad brotó
dentro de mis entrañas incontenible y avasalladora y grité. Grité y temblé y chillé como
nunca; toneladas de miedo ancestral fueron descargadas. En este instante terrible creí morir
hasta que todo se apaciguó un poco.
Entonces sucedió el primer milagro. Una débil lucecita se prendió en mi mente y a partir de
ese momento pude empezar a reconocer algunas caras y balbucear algunas palabras; más
bien imitar con la garganta algunos ruidos que oía y cuando oí mi voz, la reconocí semejante
a las otras voces y pude diferenciarla de aquellos gruñidos horribles... Aquellos seres de
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caras agradables y voces timbradas tenían alguna afinidad conmigo y trataban de indicarme
algo. Eso me hizo esforzar más en comprender el significado de las voces hasta que pude
entender el significado de aquellos sonidos en palabras, ideas e imágenes. Fue entonces
cuando comencé a hablar y a comunicarme con esos seres que me rodeaban y dije: ¡Quiero
ser yo!... ¡No quiero ser mi mamá!."
En el ejemplo expuesto, además del trauma del parto se vivió el encuentro con el nuevo
ambiente, ruidos del mundo, maniobras de médicos y enfermeras. Hubo un paso de una
actitud pasiva a una actitud biológica activa, viviendo la separación total de la madre.
A partir del parto surgen las primeras experiencias de la vida extrauterina y hasta los tres o
cuatro años, el niño sigue siendo esencialmente sensibilidad. Si su vida cotidiana está
carente de afectividad y cuidado, se condicionará de nuevo al niño a un continuo
hundimiento de la sensibilidad y a acentuar su miedo a morir, su conflicto existencial.
Alrededor de los cuatro años, surge en él la razón, en función del inicio de la mielinización
de su sistema nervioso central, empieza por primera vez a integrar conceptos y emergen los
cuatro primeros: individuo, universo, vida y muerte. Y esta estructuración inicial de
conceptos, aun burdos y torpemente realizados, lo lleva al manejo e interpretación
equivocados de los mismos, que a su vez lo conduce a hacer consciente su miedo a la
muerte y a un bloqueo mayor de su sensibilidad.
Si el trato afectivo adecuado, el amor, ha faltado hasta ese momento, a partir de esa edad el
niño buscará la seguridad que necesita siguiendo sus experiencias biológicas y no el amor
que no lo ha logrado integrar y formulará el paso de su negación: la "dependencia",
precisamente en el momento en que tendría que iniciarse en el Amor, los 4 años. Abdica su
desarrollo existencial en la persona más próxima y de la cual recibió la vida y los cuidados
mínimos para su subsistir, su madre. A este hecho de su vida, recién iniciada, lo
denominamos el "pacto". Un contrato de dependencia en el que el niño cree garantizar su
supervivencia; esta abdicación señala un mayor hundimiento de la sensibilidad.
Nuevamente recurrimos a uno de nuestros pacientes para ejemplificar esto:
..."Hay algo de lo que hasta ahora empiezo a darme cuenta y es que antes no sentía yo que
dependiera tanto de mi madre. Es decir, sabía yo que parte de mi problemática estaba en
esa situación, pero no veía yo claramente., Cuando tenía unos 12 ó 13 años pensaba que si
moría mi madre, me moriría yo también enseguida. Muchas veces pensé en eso y me
consolaba cuando me decía que preferiría morirme el eso llegaba a suceder. Siempre he
sentido quererla, pero antes y aun todavía, era un ser aparte en el que no cabían las
críticas, la encontraba yo sin defectos y me parecía que debía tan sólo quererla y respetarla.
Me parecía linda, buena y pura... No sé desde cuándo he empezado a analizar de qué
manera dependo de mi madre, de cómo me maneja y la manejo, de cómo nos chantajeamos
afectivamente. Me rebelo contra algunas cosas, sin embargo continúo sometiéndome a
muchas otras. En tales momentos me irrita el no saber cómo actuar, no sé si someterme o
reberlarme, esto último ante la idea de que tal vez yo me equivoco y ante la posibilidad de
herir injusta mente a los demás..."
Más tarde, al despertar de la sexualidad, aparecerá el complejo de Edipo y Electra
reconocidos por Freud. Estas manifestaciones representan, a niveles muy elementales, un
intento de amor del niño. Hemos dicho que el amor surge de la conjunción de la sensibilidad
y la razón, pero como un factor más de hundimiento de la sensibilidad, los falsos valores
existentes en nuestra sociedad en relación con el sexo y la moral crean a este nivel de amor
un nuevo sentimiento de culpa, agregando un estatus más de reforzamiento y encubrimiento
a la problemática del Amor.
Hablando al respecto, un paciente nos dice:
..."De pronto vi una luz que salía de un rincón con muchos destellos de colores y me sentía
atraído por ella. Me acerqué y vi que esos destellos salían de entre las piernas de Nancy, de
su sexo. Ella estaba bellísima, no resistí más y le dije:
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- Tú y yo tenemos que estar juntos.


- ¿Por qué? me preguntó.
- Porque a los grandes problemas hay que intentar grandes soluciones.
- Este no es el camino. Me contestó enfáticamente.
- ¿Es que tú no quieres?
- No se trata de eso. Insistió.
- Bueno ¿quién eres tú? le pregunté con más curiosidad.
- Un ser humano.
Entonces comprendí que ese no era el camino. Recordé mis fracasos en búsqueda de
mamás. Lo que tenía que superar era la dependencia, el pacto y el Edipo y, para eso, debía
existir una forma en que el sexo no me arrastrase siempre a la misma trampa ..."
Las nuevas situaciones socioeconómicas surgidas del progreso técnico-científico logradas
por la humanidad han dado la pauta a la psicodinamia ampliamente estudiada por Horney,
Fromm y Sullivan. Afán de poder, de dinero, de fama y éxito son los que se busca establecer
y pretender alcanzar con ellos la seguridad ausente aún en el individuo. La posición
entonces alcanzable a través de ellos, adquiere importancia indiscutible como medio de
afianzamiento a través de lo material y lo físico, contribuyendo así al menosprecio de la
sensibilidad y del amor, y por lo tanto a la posibilidad de prescindir de este valor último, tan
difícil de lograr y conservar y elevar en el vivir. Sobre esto un paciente nos dice:
..."Todo hubiese sido más fácil de recorrer sin angustia, angustia provocada por mi
impaciencia, hija del miedo. Sí, del miedo de sentirme p obre cuando que soy---tan rico, tan
inmensamente rico que no es medible-con fiada. Soy rico en amor, que me lo dan, que lo
recibo, que lo doy. ¿Cómo es que soy tan materialista, que no me doy cuenta que con
dinero lo único que puedo dar es dinero?... Y eso no es riqueza, comparada con la riqueza
espiritual. Y todos ¡m proyectos que estoy haciendo con amor, van a dar sus frutos..."
En las últimas generaciones se ha presentado un factor más de represión de la sensibilidad
por medio de la evasión en la fantasía: las drogas, el sexo y el alcohol constituyen
generalmente los vehículos de ello.
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Establecido todo este andamiaje, podemos captar la tragedia del hombre, el sentimiento
trágico de su vida que, contrario a lo que piensa, no es su mortalidad, que no hay tal, puesto
que al ser parte del universo, al ser su vida expresión de energía, es un ser inmortal, impe-
recedero e indestructible; el hombre existe, sólo existe; y el existir es la vida y la muerte
juntos, muy juntos; y sin embargo él forja esta tragedia suya y se autoengaña. Forja su
angustia en toda esa creación que hace de sí mismo, de ser o no ser, debatiéndose en ella
durante todo su vivir, sin razón de ser. Puesto que su razón de ser es el amor, que es la vida
misma al que se niega y del que se aleja por su miedo a ese sentir, por su miedo a ese vivir,
miedo a ese morir y así vive por no morir, muriendo, y muriendo vive.
Sentir o no sentir, principio y a la vez disyuntiva de vida o muerte. Amor, sensibilidad, razón,
fin de la vida y del porqué de vivir.
Concluiremos con este trozo de transcripción de una de nuestras sesiones psicoterapéuticas
de psicosíntesis, que habla por sí sola.
..."Y, ¿qué he hecho con mi cuerpo y mi mente hasta ahora?. ¿Qué puedo hacer de hoy en
adelante?."
A esta pregunta otro paciente contesta:
..."No imaginé en ningún momento que la nueva vida se habría de presentar despejada de
obstáculos, más cómoda o más fácil. Pero el mundo ha tenido un pequeño cambio. Ese
cambio es el mío.
Siento un gran compromiso: el de mi libre elección y no me pesa. Tengo las limitaciones de
cualquiera, pero he venido aprendiendo muchas cosas. Nadie, siendo único, está solo si
puede estar consigo mismo.
Entonces está en todo y con todos.
Sólo es pobre el que no quiere dar nada, y el que da comparte y multiplica. La riqueza está
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en la acción y en la acción de dar se halla el Amor, que hace grandes a los hombres
pequeños.
No me desentiendo de que puede haber caídas, procuraré siempre estar alerta. Y si éstas
aparecen habré de levantarme una y otra vez. Me lo prometo.”

Plantas alucinógenas
DEFINICIÓN
Las plantas y hongos alucinógenos son aquellas cuyos principios activos tienen la propiedad de
distorsionar la percepción, produciendo alucinaciones (de ahí la denominación de alucinógenos ).
Una enorme variedad de plantas y hongos alucinógenos ha venido siendo utilizada por diferentes tribus
y civilizaciones desde tiempos ancestrales. Muchas de ellas siguen siendo utilizadas en las actualidad
por los sucesores de estas culturas como un medio de adivinación visionaria y un medio para acceder al
mundo espiritual de los Dioses. Entre estas plantas encontramos a la Amanita Muscaria, el Peyote, la
Ayahuasca, y a la Datura Brugmancia (Floripón), entre muchísimas otras.
La Amanita Muscaria es un hongo que crece en Siberia y el noreste de Asia. Fue utilizado con fines
rituales curativos por los shamanes de estas regiones. La fuente de sus propiedades alucinógenas es el
“muscimole” un compuesto químico cuya concentración aumenta con el secado del hongo.
Los hongos psicoactivos de la familia de los psilocibes contienen la sustancia alucinógena llamada
psilocibina. Estos y otros hongos eran alucinógenos sagrados entre los Aztecas de México en la época
de la invasión española alrededor del año 1500. Los hongos psilocibes pueden ser comidos al natural o
consumidos en forma de té. Pueden ser también ingeridos luego de un proceso de secado. El hongo
Cogumelo pertenece a esta familia. Es conocido también como “hongo de la bosta”.
Distinguir los hongos alucinógenos de aquellos que son venenosos es una tarea que puede llegar a ser
muy compleja. Ella puede requerir una consulta en textos botánicos e incluso un cierto conocimiento en
taxonomía de los hongos.

EFECTOS DE LAS PLANTAS ALUCINOGENAS


Los efectos de las plantas y hongos alucinógenos (y de todas las drogas, tanto legales como ilegales)
dependen de la interrelación de los siguientes factores :
 las características de la sustancia y la forma en que la consumas
 tus características personales: personalidad, peso, edad, estado de salud y de ánimo, así como
tu experiencia pasada como consumidor de la droga en cuestión
 las circunstancias en las cuales consumís la droga: (compañía, lugar, legalidad)
Como su nombre lo indica, las plantas y hongos alucinógenos generan alucinaciones, por lo cual sus
efectos pueden ser , en cierta forma, comparables a los del LSD, aunque con algunas características
diferenciales.
Los efectos dependerán – además de todos los factores ya mencionados para las otras drogas- de la
potencia de las plantas u hongos consumidos, así como de su forma de preparación.
Éstas sustancias provocan en general sensaciones de euforia, hilaridad y signos fisiológicos como el
aumento del ritmo cardíaco, de la presión sanguínea y del tamaño de la pupila ocular. Los efectos
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aparecen en forma más temprana que los del LSD, alrededor de media hora después de haberlas
consumido, y tienen una duración menor: de 4 a 9 horas.
Cuando se consumen dosis bajas predominan la euforia y las sensaciones de despersonalización.
Dosis mas altas dan lugar a distorsiones perceptivas, seudo alucinaciones y alucinaciones de color y
movimiento.
Los episodios de consumo de algunas de estas drogas como el Floripón están caracterizados por la
posterior amnesia. El consumidor no recuerda nada del episodio vivido.

En general estas sustancias son consumidas con muy poca frecuencia, ya que la sensibilidad total y
“normal” se recupera recién luego de varios días de haber consumido estas drogas.
Estas plantas y hongos no generan dependencia física.
Si decidiste consumir algunas de estas plantas u hongos, ten en cuenta lo siguiente:
 En primer lugar, si se trata de hongos, asegurate de estar eligiendo los correctos. Acordate que
existen hongos venenosos. Si no estás seguro de lo que vas a consumir, no los ingieras.
 Hazlo en un día en que no tengas nada que hacer luego ni al día siguiente. Puede ser que
después de consumir te venga insomnio. Asegurate de que vas a tener el tiempo necesario para
reponerte antes de tener que encarar alguna responsabilidad como trabajo o estudios.
 Nunca las tomes solo, hacelo siempre en compañía de alguien de tu máxima confianza. Podría
ayudarte si se presentara una emergencia.
 No consumas en ambientes estridentes como boliches o discotecas. Hacelo en un lugar donde
puedas estar tranquilo y relajado y donde no tengas que enfrentarte a ningún peligro, por ejemplo, andar
en el tránsito. Tampoco manejes un auto ni uses herramientas ni maquinarias que puedan ser
peligrosas.
 No consumas si estás desanimado, triste o de mal humor. Podrías tener un “mal viaje”·
 No mezcles estas drogas con alcohol. Acordate de que estás consumiendo una droga muy
potente. No se sabe cómo podría “pegarte” esta mezcla. (Tené en cuenta que siempre es
desaconsejable mezclar drogas)
 Una vez que tomaste estas drogas no consumas más. Quizás pueda parecerte que no te está
haciendo efecto porque tal vez no sientas nada, pero acordate que los efectos demorar en aparecer. Si
aumentás la cantidad consumida, podrías llegar a tener un viaje más fuerte del que podrías llegar
a manejar.
 Si se trata de la primera vez que vas a consumir, tomá siempre una dosis menor a la que toman
usuarios experimentados.
 Si algún amigo tuyo sufre un “mal viaje”, tratá de tranquilizarlo, tratalo con dulzura mientras se le
pasa. Si se encuentra aterrorizado, se siente perseguido o con pánico, mantené la calma, llévalo a un
lugar relajado y tranquilizalo. Tratalo con afecto, evitando comentarios de mal gusto o gestos que
pueda interpretar como una amenaza. Dale la seguridad de que poco a poco se va a mejorar, de
que se le va a pasar la sensación desagradable.
Sigue estos pasos:
 Intenta ganarte la confianza de tu amigo/a manteniendo la calma. Intentá que haga lo que sienta
y quiera. No es bueno imponerle nada en ese momento.
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 Llevalo/a un lugar tranquilo, en donde se sienta seguro y confortable, lejos de ruidos molestos,
muchedumbres o luces brillantes. Lentes de sol pueden ser útiles en este momento. Movete con
suavidad, no hagas movimientos bruscos que puedan asustarlo/a. Permitile moverse libremente.
 Asegurale que los efectos que está sintiendo se le van a pasar. Decile que se está sintiendo así
porque tomó esa droga, que no le está pasando nada anormal, que simplemente se trata de los efectos
de la droga y que se va a sentir mejor. Una actitud positiva, cuidadosa y afectuosa puede a menudo
contrarrestar un mal viaje.
 Asegurate de que se sienta cómodo/a y usá técnicas simples de relajación como un masaje
suave.
 Hablale permanentemente en voz baja y en un tono un tono suave. Puede ayudar que le
recuerdes quien es y trates de conversar con el/ella de temas agradables. Tratá de que te mire a los
ojos si es posible. Si lográs que piense cosas simples y agradables lograrás construir una actitud
positiva en el/ella, que ayudará a que se recupere rápidamente.

Si a pesar de hacer todo esto, aumenta la agitación o el delirio paranoico de forma preocupante,busca a
un médico o algún otro especialista.

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