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La sólida identidad nacional se basa en una condición social, cultural y espacial.

Es la
identidad basada en el concepto de nación, es decir, el sentimiento de pertenencia a
una colectividad histórico-cultural definida con características diversas, rasgos
de cosmovisión definidos con mayor o menor localismo o universalismo (desde la cultura a
la civilización), costumbres de interacción, organización social y política (particularmente,
el Estado -tanto si se identifica con él como si se identifica contra él-). La identificación con
una nación suele suponer la asunción, con distintos tipos y grados de sentimiento (amor a lo
propio, odio o temor a lo ajeno, orgullo, fatalismo, victimismo entre otros) de las formas
concretas que esas características toman en ella. Se da simultáneamente a otras
identidades individuales o identidades colectivas1 basadas en cualquier otro factor (la lengua,
la raza, la religión, la clase social,y más.), asumiéndolas, superponiéndolas, ignorándolas o
negándolas. Suele tomar como referencia elementos explícitos tales como símbolos patrios,
símbolos naturales y signos distintivos (banderas, escudos, himnos, selecciones
deportivas, monedas, etc.).
Históricamente la identidad nacional es una comunidad imaginada,2 la forma en que se efectuó
la construcción de nación por los nacionalismos del siglo XIX en los estados-nacióneuropeos
y americanos; extendida al resto del mundo por los movimientos de resistencia
al imperialismo y el colonialismo, y en la segunda mitad del siglo XX por la descolonizacióny
el tercermundismo.
Es de actualidad el intento de establecer una identidad nacional francesa por el presidente de
la República Nicolás Sarkozy, interpretado como un intento de privar a la extrema derecha de
un argumento en contra de la inmigración.3

"Identidad nacional" como contenido de la soberanía nacional[editar]


El Tratado de la Unión Europea considera que la "identidad nacional" es "inherente a las
estructuras fundamentales políticas y constitucionales" de cada Estado miembro y la Unión
debe respetarla, por identificarse con el contenido de la soberanía nacional que no se
transfiere de los Estados a la Unión. Tanto el Tribunal Europeo de Justicia como el Tribunal
Constitucional Federal alemán han definido tal "identidad nacional" como "el conjunto de
poderes necesarios para que aquel [el Estado miembro] pueda configurar con entera libertad
las condiciones de vida económicas y sociales de sus ciudadanos; un límite infranqueable
para la transferencia de competencias a favor de la Unión que el mismo Tribunal se encarga
de garantizar, declarando la inaplicabilidad en Alemania [y por tanto, en el resto de los
Estados] de las normas europeas que no lo respeten".4
El término identidad engloba una gran variedad de usos, sin embargo la identidad nacional
tiene sus orígenes en la fusión de culturas, desde que se conjunto a México como una nación,
se usa como un concepto estratégico en el devenir de la nación y como tal sujeto de la lucha
por la asignación de contenidos específicos.
Cuando la realidad social e histórica que nos interesa es la de nuestro propio país, México,
debemos tener criterios que nos permitan realizar una apropiación selectiva y creativa de las
ideas que circulan internacionalmente y hacer el esfuerzo por generar un conocimiento que
responda a nuestra especificidad.5
Por lo tanto los orígenes de la identidad nacional es ambiguo gracias a que su significado lo
es, sin embargo ha sido utilizado como un elemento de unión y de igualdad entre los miembros
de la nación mexicana.
La gama de sentidos que tiene el concepto de identidad nacional se ha expandido de manera
notable y, como consecuencia, su significado se ha disuelto, convirtiéndose simultáneamente
en un concepto estratégico en el devenir de la nación y como tal sujeto de la lucha por la
asignación de contenidos específicos. 6

La identidad nacional desde la población indígena[editar]


La identidad que cada cultura posee es de gran importancia, al forjarse México como un país
pluricultural se abre a la posibilidad de una nueva identidad nacional la cual la sociedad adopta
a partir de sus propios valores y creencias.
La historia del hombre en sociedad es el relato de la eterna adaptación de la persona con su
entorno y de seres humanos en su interacción con otros seres humanos. También es el
recuento de su devenir en el mundo, buscando imprimir en todo lo que hace la huella de su
sentir, de su articulación sobre la realidad y de su cultura.7
En diferentes épocas las instituciones nacionales han incidido en la identidad y la cultura de
los mayas (que por cierto no se autoreconocen como indígenas). Para ello se recurre al
ejemplo de lo sucedido en el municipio de Yaxcabá, en Yucatán, donde cuatro personas con
apellido maya, que corresponden a generaciones diferentes, son miembros de una misma
familia que habita en ese lugar por lo menos desde la Colonia. 8
La revolución de Independencia permitió la salida de la sociedad mexicana del letargo colonial.
“Los mexicanos” pudieron enfrentarse por vez primera con su rostro verdadero. Lo que
encontraron fue terrible: una nación escindida en castas (indios, criollos y mestizos). Pueblos,
haciendas y ciudades. Opulencia y extrema pobreza: una sociedad sin ligamentos.9
Como medida de inclusión celebrada en Pátzcuaro, Michoacán, se creó el Instituto Indigenista
Interamericano como organismo de la OEA. Éste se encargaría de impulsar que en los
diversos países de América se crearán institutos indigenistas nacionales y se desarrollará
una política común de integración indígena en el continente. 10
La aculturación, es decir el proceso de cambio cultural dirigido, es el marco de participación
de organismos indigenistas en los procesos sociales que el desarrollo económico va
desatando y planteando como problemas a resolver. La aculturación, en tanto categoría de
reflexión y acción, postula la solución a los problemas de integración social sobre la base de
un marco educativo. 11
De tal manera, la identidad nacional es producto tanto de la acción de las instituciones del
Estado como de los movimientos sociales que han intervenido local, regional y
nacionalmente, para darle contenido y forma a la idea, al imaginario, de lo que significa
pertenecer a México, ser y mostrarse como mexicano.
Si bien el proyecto nacional en muchos casos fue impuesto a los indígenas, lo mismo que su
pertenencia a México y su integración a una sola y hegemónica identidad nacional, no
siempre estos procesos se hicieron sobre la base de la destrucción de sus identidades
locales y culturales; como consecuencia, en muchos sitios han coexistido tales identidades,
aunque de forma conflictiva. 12
La aplicación de programas en el marco de la comunidad hizo ver, en la práctica, que no era
posible inducir el cambio cultural asumiendo a la comunidad indígena como entidad aislada,
porque ésta, no obstante su autosuficiencia y su etnocentrismo, en modo alguno actuaba con
independencia, sino que, por el contrario, sólo era un satélite –uno de tantos satélites– de una
constelación que tenía un centro fuerte de articulación, en todos los casos una comunidad
urbana mestiza 13
De modo que en una misma comunidad, o en un mismo grupo social y cultural persisten e
interactúan diversas identidades sociales. La noción del pluralismo cultural permitió reconocer
la diversidad en un amplio espectro de posibilidades sociales, que si bien encontraba en los
pueblos indios un paradigma de diferencia cultural, daban paso asimismo al reconocimiento
de otros grupos sociales que no eran o no se reconocían como indígenas y que
participaban de manera genérica en la cultura nacional, pero que reivindicaban niveles de
identidad: regionales, locales, barriales, etcétera. 14

Multiculturalidad y globalización[editar]
Según el costarricense Leonel Arias (2009), académico de la Universidad Nacional, en su
artículo, La identidad nacional en tiempos de globalización. "Los procesos identitarios llevan
explícita una discusión en torno a la dinámica de cambio, el papel de los grupos sociales
emergentes y la diversidad sociocultural, y que, paulatinamente, el discurso esencialista e
inmutable de las identidades ha sido cuestionado. Desde esta perspectiva, es claro que los
distintos grupos humanos van construyendo y reconstruyendo identidades a la par de la
influencia que ejerce la industria cultural, ya sea por los flujos migratorios, los medios de masas
o la actividad comercial, en una relación interactiva que da paso a varios fenómenos sociales,
entre ellos:

1. La aparición de espacios sociales, en los que se promueven prácticas culturales


alternativas y emergentes.
2. La promoción de la diversidad y el reclamo de las minorías por sus derechos.
3. La dinámica de los micromundos dentro de la concepción política de Estado.
4. La presión política de los organismos internacionales por los derechos humanos.
5. El surgimiento de la cultura popular.
6. La pluralidad de expresiones culturales enmarcadas en símbolos, modas, valores,
conocimientos, ideas y prácticas sociales de diversa naturaleza." 15
Dentro de cada cultura, coexisten distintos modos de vivir; entonces, se habla de
multiculturalidad cuando en el seno de una unidad socio-política se vive de acuerdo con
diferentes opciones culturales.
Es de considerar, entonces, que el proceso de globalización no sólo debe verse como el auge
de las nuevas tecnologías de la comunicación o de la ampliación de mercados. Es un proceso
más complejo, que trasciende lo económico y tecnológico. Las tendencias actuales giran en
torno a la interrelación de diversos factores políticos, sociales y culturales, que se observan
en los símbolos y significados de los diversos grupos sociales. Por consiguiente, la identidad
nacional es un proceso histórico, dinámico y en constante transformación; en otras palabras,
está sujeta al cambio, pues forma parte de los procesos de socialización que vinculan las
prácticas cotidianas de los individuos y los grupos sociales gracias a la diversidad e
intercambio cultural, de los grupos sociales que nacen y/o viven en un territorio. 15
La identidad nacional es un tema que se encuentra en discusión, a partir de diferentes
tendencias ideológicas, por lo que una característica del fenómeno de las identidades es la
diversidad en cuando al discurso que se brinda. Por una parte, se habla de “crisis de identidad”
como algo negativo, podría decirse ruptura con lo establecido, de aquella posición ideológica
conservadora y/o reproductora del discurso de “nosotros” frente a los “otros”, del sentimiento
nacionalista del ser costarricense, de lo nuestro, de narraciones pasadas, entre otros aspectos
de carácter evidentemente esencialista. Contrario a esta postura, está la visión de cambio
social y transformación de lo propio, a causa de la influencia de los medios de comunicación
masiva, principalmente de la televisión y la Internet.
Por ello, existe un punto en común en el contexto en que este debate se realiza y es que tal
proceso tiene relación directa con la globalización. Este aspecto es fundamental para entender
la dinámica de cambio social que vivimos en estos tiempos, en la que lo foráneo viene a
convertirse en un factor determinante para diferenciar, compartir o afirmar una forma de
identidad. Además, es una construcción social que se reconoce al interior de cada sociedad,
en aspectos tales como el género, los grupos étnicos, el lugar en donde se nace o se vive, el
aspecto generacional, la edad, las diferencias socioeconómicas, las tendencias políticas e,
incluso, las preferencias sexuales; por lo que la diversidad se convierte en una característica
que cohesiona el fenómeno de las identidades en tiempos de globalización.

El trayecto de nuestro país, desde su nacimiento hasta nuestros días, no ha sido lineal ni
simple; ha estado repleto de vaivenes, regresiones, problemas y dificultades. Y aunque hoy
es una nación fuerte y consolidada, su conformación es compleja y con grandes asimetrías
sociales.
De esta forma, frente a los ideales políticos e imaginarios sociales con fuertes valores
republicanos y democráticos construidos en algunas etapas históricas, están las realidades
sociales y los comportamientos propios de una sociedad derivada del Antiguo Régimen,
acostumbrada a las formas de organización corporativa, a los privilegios de grupos y a la
sumisión jerárquica. Y no sólo eso, el propio proyecto de nación se mantuvo en un vaivén
histórico, entre republicanismo y monarquismo, hasta el triunfo de la república en 1867.
Tampoco podemos olvidar los períodos de invasión extranjera, amenazas externas y guerras
civiles que han puesto en jaque a la independencia y soberanía de México. Así, durante el
siglo XIX, no sólo entró en disputa el ser ontológico de México, sino también el de los individuos
que lo conformaban y la forma en que se construyó una conciencia nacional.

Frente a todos estos retos y muchos otros, uno de los más grandes logros que podemos
festejar y reconocer en el bicentenario de nuestra Independencia, ha sido la construcción de
distintas identidades mexicanas a lo largo y ancho del país. La historia de este proceso
identitario en el Estado de México es el objetivo central de la presente obra. Los sucesos de
la guerra de Independencia, los primeros ensayos en la construcción del Estado de México,
sus problemas sociales, fiscales, estadísticos y monetarios; así como las diversas formas de
nacionalismo en la entidad y sus festejos patrios, forman parte de la contribución mexiquense
a la identidad nacional.

* Los detalles del águila devorando a la serpiente

En el escudo nacional de México, el águila está inspirado en la leyenda de la fundación de


Tenochtitlán, la cual narra que el dios Huitzilopoztli indicó a los aztecas, después mexicas, que
establecieran su ciudad donde encontraran a un águila posada en un nopal devorando una
serpiente. Al encontrarla, se asentaron en el Valle de México centro de Mesoamérica.
Según la leyenda, en 1325 los aztecas viajaron desde Aztlán, hoy Nayarit, buscando la señal
que Huitzilopochtli les había dado para asentarse y fundar su imperio: un águila posada sobre
un nopal florecido, en un pequeño islote en medio de una laguna.
El artista Eppens Helguera dibujó el águila de perfil izquierdo para conservar las características
con las que los mexicas lo concibieron.
El águila erguida sobre el nopal devorando la serpiente, es una imagen prehispánica, símbolo
de la fundación de México-Tenochtitlán. Para los antiguos mexicas, el águila representaba al
dios Huitzilopochtli.
El águila parada sobre el nopal devorando a la serpiente, representa el triunfo del sol sobre la
luna, del día sobre la noche, de la luz sobre la oscuridad.
Este icono prehispánico, prevaleció durante la colonia como emblema de identidad mexicana,
durante la independencia se afianzó como escudo de unidad y durante la madurez como
nación se ha arraigado de patriotismo.
Hoy día el águila representa al pueblo mexicano, en su pose combativa; la serpiente simboliza
a los enemigos de México; la serpiente siendo devorada por el águila, testifica que el pueblo
mexicano prevalecerá sobre sus enemigos.
El nopal con sus espinas es símbolo de los retos y desafíos a enfrentar. El águila posada sobre
el nopal representa la capacidad del pueblo mexicano para sobreponerse a la adversidad.
El glifo azteca que simboliza al islote sobre el agua, es la raíz indígena que reseña el origen
mestizo del pueblo mexicano.
Las ramas de encino y de laurel que rodean al escudo son emblema de la fortaleza y la victoria
de quienes han forjado la patria mexicana.
El lazo tricolor que enlaza las ramas de laurel y encino es la unidad patriótica.
El escudo del Estado de México simboliza su historia, su tradición y el pensamiento de su
pueblo. Contiene dieciocho abejas que representan el número de los Distritos Judiciales del
Estado. Está constituido por el lema Patria, Libertad, Trabajo y Cultura, y se simbolizan así:

Patria
Águila nacional en el copete del escudo. La bandera, el himno nacional, y el dibujo en el cuartel
superior izquierdo que representa el volcán Xinantécatl, la pirámide del Sol de Teotihuacán y
el topónimo original de Toluca.

Libertad
Representada en el segundo cuartel superior derecho por un cañón de la época, sobre el lugar
donde se desarrolló la batalla del Monte de las Cruces, el 30 de octubre de 1810.

Trabajo y Cultura
Representados juntos en el tercer y cuarto cuartel, contiene el topónimo de México, el cual le
dio nombre a la patria y al estado, los surcos de la agricultura produciendo plantas de maíz y
el libro abierto del saber, sobre de éste un engrane fabril, una hoz, un zapapico, una pala y
un matraz, herramientas del trabajo humano.

Capítulo Tercero: del Himno del Estado de México

Artículo 8. - La letra oficial del Himno del Estado de México es la siguiente:

CORO

El Estado de México es una

prepotente existencia moral;

porción es de la prístina cuna


de la gran libertad nacional.

ESTROFAS

Son sus hijos, su carne y su sangre,

en la pena, sufridos y estoicos;

en la guerra, patriotas y heroicos;

y en la paz, hombres son de labor.

Mexicanos por patria y provincia,

responsables en este momento

son un solo y viril sentimiento;

son un alma de fuerza y de amor.

II

Cuando el mundo se agita en el odio

reventando en ciclones de guerra

e inundando de horror de la tierra

la antes fresca y prolífica faz,

el país, que ya supo de angustia

semejante, en el mundo tan vieja,

a los pueblos en pugna aconseja

el amor, el trabajo y la paz.

III
NOMBRE
FRANCISCO SAUL CRUZ MELEZA

MATERIA
PROYECTOS INSTITUCIONALES

ESCUELA
ESCUELA PREPARATORIA NUM.250

TRABAJO
IDENTIDAD MEXIQUENSE Y
NACIONAL
 INDICE

 1"Identidad nacional" como contenido de la soberanía nacional
 2La identidad nacional desde la población indígena
 3Multiculturalidad y globalización
 4Notas
 5Véase también

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