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1
LA FÍSICA COMO BASE Y MODELO DE LA ÉTICA EN LA
FILOSOFÍA ESTOICA: UNA RESPUESTA A LA
INTERPRETACIÓN DE JULIA ANNAS
Directora:
Laura Liliana Gómez Espíndola
Doctora en Filosofía
2
Índice
3
Nota sobre las traducciones y citaciones
Los fragmentos de las fuentes primarias de la filosofía estoica utilizados en este trabajo han
sido tomados casi en su totalidad de las traducciones hechas por Marcelo Boeri y Ricardo
Salles (2014), de su trabajo compilatorio “Los Filósofos Estoicos” y del trabajo pionero en
Ambos trabajos han sido el material principal del que me he valido para estudiar y trabajar
la filosofía estoica. De igual manera, con cada fragmento que se cite sobre las fuentes
“Stoicorum veterum fragmenta”, obra clásica de comienzos del siglo XX y del que se
Cuando se lean citas de los fragmentos de las fuentes principales sobre algún filósofo
estoico, aparecerá en primera medida la cita del fragmento original, seguido por su número
en la obra de Von Arnim (SVF) y en tercer lugar la cita correspondiente de ese fragmento
en las obras de Boeri & Salles o de Long & Sedley. En los fragmentos donde aparezcan la
cita de ambos libros debe entenderse que la traducción del fragmento citado ha sido tomada
del último libro de los dos que aparazeca en la cita. Por ejemplo, la forma de la siguiente
cita: Filón, Leg. Alleg. 2.222-23, SVF 2.458, L.&S. 47P, B.&S. 12.8, indica que es un
fragmento del libro Legum Allegoriarum (Sobre las alegorías) de Filón de Alejandría,
libro de Boeri & Salles, de donde ha sido tomada la traducción del fragmento en este caso.
4
En ocasiones, sobre todo en algunas citas de Cicerón y Diógenes Laercio, cuando aparezca
solamente la cita original del fragmento, significa que la traducción de ese fragmento ha
sido tomada de otra publicación o editorial, razón por la que dichas obras aparecen citadas
en la bibliografía por separado, o que ha sido tomada de alguna otra traducción puntual,
Todos los textos que originalmente se encuentren en inglés han sido traducciones mías.
Listado de abreviaturas.
6
INTRODUCCIÓN
Hace unos años ha tenido lugar un disenso entre los intérpretes del estoicismo desde
comienzos del siglo XXI. Dicho debate ha tenido como problema central la cuestión sobre si
la Ética, en tanto que es una de las partes que conforman el discurso filosófico, es
independiente o no de la Física (otra de las partes del discurso filosófico), y por lo tanto, si
la Ética tiene o no una relación directa con la Física. O, dicho de otra manera, si la Física
suministra o no una base fundamental o principio para la Ética 1. Este debate es el que ha
sido denominado como el debate sobre la “Ética cósmica”, término que hace referencia al
Una de las posturas interpretativas sostiene que Física y Ética son subsidiarias y mantienen
una relación recíproca, argumentando que de acuerdo a la forma en que está constituida la
Filosofía estoica (como un sistema) la Física cumple un papel fundamental para la Ética y
que la Ética sería el área en que la naturaleza (phúsis) y el orden (kósmos) se manifiestan en
la particularidad humana.
Por el contrario, la otra postura sostiene que Física y Ética no comparten más que una
relación de yuxtaposición. De acuerdo con esta postura, sí tienen una relación, pero no
1
Sobre el significado de la Ética y la Física trataré a profundidad cuando desarrolle mi argumentación. Por
ahora baste con decir que para los estoicos la Física es la disciplina relativa a la investigación del cosmos y lo
que se encuentra en él, y la Ética es el estudio que se refiere al modo de vida humano (Cf. Aecio 1, Proemio
2, SVF 2.35, B.&S. 1.1).
7
en el transcurso de mi trabajo, tales como lo que se ha denominado el problema de la
argumentación diferente a las que se han hecho hasta el momento y aportando nuevos
posteriormente llegaré a una conclusión que tendrá por base las premisas de las que los
diferentes capítulos dan cuenta. Para ello será necesario, en primer lugar, exponer
argumentativo, para poder así, en un segundo momento, desarrollar los argumentos que
encuentro convincentes en defensa del punto de vista del papel fundamental de la Física
respecto de la Ética. Tales argumentos estarán sustentados en las fuentes primarias que se
han conservado de la filosofía estoica hasta nuestros días y a través de ellos concluiré que la
relación entre Física y Ética es una relación de correspondencia entre el estudio del orden
que rige al resto de la naturaleza desde un punto de vista universal, en cuanto a la Física, y
el estudio de las leyes o normas que rigen a la naturaleza humana, en cuanto a la Ética 2. En
naturaleza.
2
Como se verá, una de las ideas principales a desarrollar en mi argumentación será que, lejos de ser
diferentes o extrañas entre sí, la naturaleza humana en la Filosofía estoica debe tener por fin ser un reflejo
micro o individual de la naturaleza cósmica que es el orden (kósmos) macro del que el animal racional es una
manifestación.
8
1
La corriente interpretativa que niega que pudiese existir una relación subsidiaria entre la
diferentes matices según los diferentes autores que de alguna u otra manera la proponen
como la interpretación correcta de la relación entre la Ética y la Física 3. Sin embargo, esta
que si se toma a la naturaleza cósmica (la Física) como la base fundacional de la Ética, no
habría entonces una Ética en absoluto (1993, p. 160), ya que de ser así, la virtud (el fin final
del cual la Ética es concebida como el medio para alcanzarla) consistiría simplemente en
actuar en conformidad con la naturaleza [cósmica], en donde ésta última es entendida por
Annas como algo externo o independiente de la naturaleza humana5. Annas señala que
3
Por ejemplo Engber-Pedersen (1986; 1990, citado en Boeri, 2009) para otro matiz interpretativo de esta
corriente.
4
Véase: Annas, J. (1993). The Morality of Happiness. New York: Oxford University Press (pp. 159-179);
Annas, J. (2007). Ethics in Stoic Philosophy. Phronesis. Vol. 52, No. 1, pp. 58-87.
5
*Respecto de la naturaleza cósmica+ “no parece haber una posición ética en absoluto. La virtud, desde este
punto de vista, es simplemente hacer lo que es necesario de acuerdo con la naturaleza, donde la naturaleza
es tomada por ser la naturaleza cósmica, entendida como algo independiente de la naturaleza humana”
(Annas, 1993, p. 160). El término “naturaleza cósmica”, al igual que los de razón cósmica o Ética cósmica,
han sido acuñados por los autores que han desarrollado este debate para referirse al problema central de
9
definir la virtud con base en un patrón externo a la virtud misma sería reducir la virtud a
algo diferente a ella6, y de esta manera se fallaría en hacer justicia a lo que Annas llama “el
Este punto señala el problema de la llamada heteronomía que Annas resalta como crítica
fundamental a la teoría de la Ética cósmica, en donde la virtud y el acto racional del agente
tendrían una fuente ajena a él, lo que significaría que las acciones virtuosas del agente lo
serían sólo de manera aparente, puesto que la acción virtuosa no sería dictaminada por el
legislador. En otros términos, se vería en las acciones virtuosas únicamente un medio para
dicho tema (Annas, 1993, 2007; Betegh, 2003, Boeri 2009; Salles, 2013, entre otros). A saber, si es la Física
fundacional de la Ética, o no. Sin embargo, hay que señalar que el concepto “naturaleza cósmica” es de
cierta manera redundante, ya que para los estoicos phusis y kósmos son términos complementarios que se
refieren ambos a la forma en que el universo se origina y se organiza a partir de la substancia primigenia,
esto es, el fuego creador, todos a su vez conceptos correlativos con el concepto de Dios. Además, será mi
objetivo mostrar que este término encierra en sí mismo la idea principal que defenderé: que la naturaleza
del cosmos y la naturaleza humana no son distintas sino que por el contrario son dos manifestaciones de un
mismo principio. (véase el Himno a Zeus de Cleantes, en Estobeo, Ecl. 1.25, 4-27,SVF 1.537, B.&S. 17.2). Para
contrastar el tema de la naturaleza y el cosmos como términos complementarios véase: Estobeo, Ecl. 1.152,
SVF 1.102, B.&S. 15.5; DL 7.142, SVF 1.102, B.&S. 15.2.
6
De igual manera, espero convencer al final de este escrito al lector de que la virtud humana, i.e. la
excelencia de los seres racionales, sólo puede entenderse con relación a la naturaleza cósmica y que ésta no
debe entenderse como algo externo a la virtud.
10
cósmica fuese fundacional de la Ética, la felicidad individual consistiría entonces en
conformarse con lo que la naturaleza cósmica le proveyera al individuo, y eso sería un tipo
de felicidad muy frágil, pues “¿Qué tipo de felicidad se supone que sería simplemente
Desde la perspectiva autónoma el problema principal sería que la teoría Ética debe
comenzar con la reflexión del agente sobre su bien final y cómo esto determina la forma en
que él le daría sentido a su propia vida. Sin embargo, el apelar a la naturaleza cósmica
generaría lo opuesto: empujaría al agente lejos de los lazos que lo unen a sus propias
preocupaciones, que es lo que le permite reflexionar de manera útil sobre su fin final
y su demanda sobre nosotros, aún así, entender esto no sería relevante para ninguno de los
problemas que necesita la teoría Ética y su propio punto de vista. Además, el punto de vista
que se tuviera sería el punto de vista del agente sobre su propia vida como un todo y cuál es
la mejor forma de ordenarla (Ibíd.). Por lo tanto, según esta interpretación, el punto de vista
de la naturaleza cósmica es inútil para la Ética a menos que se le reconozca como una parte
cósmica sería, como mucho, algo complementario dentro del ejercicio ético de la vida del
7
Esta es la premisa fundamental de la argumentación de Annas. Entender la naturaleza como algo externo
al agente. De ahí se desprende el resto de su estructura argumentativa. Las dos críticas señaladas y la
conclusión de que la Física no puede ser base o modelo de la Ética.
11
agente, algo de forma y no de contenido en caso de que tuviese algún valor. Un factor
Frente al argumento de que la naturaleza cósmica nos muestra una estructura o patrón de
racionalidad que cuando logramos apreciar nos lleva a conformarnos con nuestra propia
racionalidad, Annas afirma que esto simplemente nos volvería a dejar con la cuestión sobre
cómo tal comprensión de la estructura cósmica sería relevante para nuestra propia vida,
hasta adquirir por reflexión, desde el punto de vista particular, el ordenamiento racional de
nuestra vida como un todo para obtener la disposición de la virtud (1993, p. 162). Es decir,
que según Annas, apelar a la naturaleza cósmica en realidad no nos daría las herramientas
que si uno se concibe a sí mismo como una pequeña parte de una gran totalidad, nada de lo
que uno haga importará realmente (Cf. Ibíd. pp. 175-176) y que, por lo tanto, no seríamos
responsables de nuestros actos, ya que si somos partes de un gran todo, y todo lo que ocurre
se da en conformidad con la naturaleza del todo, los errores no serían propiamente nuestros,
sino que todo lo que ocurra siempre ha de ocurrir y ocurrirá de acuerdo con esta gran
12
estructura cósmica racional8. Tal es el razonamiento que se sigue a partir de esta
interpretación que entiende a la naturaleza cósmica (en caso de que fuera realmente la base
de la Ética) como una fuerza externa de la que provendrían las acciones del agente. De ser
De acuerdo con esto, si los actos del agente dependiesen de lo que la naturaleza externa le
dictara, en realidad el agente no sería responsable de sus acciones, ya que si él hace parte de
un gran todo y ese todo es la fuente de sus acciones, nada de lo que el agente hiciese podría
vida, sino a aquél factor externo que sería la razón o naturaleza cósmica, por lo que
tampoco podría decirse que dicho logro fuese mérito o responsabilidad suya.
Estos son los dos problemas centrales que se derivan de la forma en que Annas comprende
responsabilidad moral.
8
Como lo mostraré en el capítulo 4, en esta idea radica la inconsistencia argumentativa de Annas respecto
de su interpretación sobre la responsabilidad moral. Esta interpretación, conocida como fatalismo
moderado, entiende a la naturaleza (o el destino) como una fuerza ajena al agente en donde el mismo no
tiene injerencia alguna sobre la cadena causal de la totalidad. Por el contrario, la responsabilidad moral en el
estoicismo se fundamenta en una concepción determinista, que concibe al agente como parte de la cadena
causal y por lo tanto como responsable de sus actos.
13
Como elemento adicional de su argumentación Annas señala que las afirmaciones sobre la
naturaleza cósmica provienen de fuentes aisladas y sin ninguna indicación de cómo tales
Por lo tanto, la Ética cósmica es una interpretación sin base ni fundamento real de las
fuentes primarias del estoicismo, fruto de una interpretación arbitraria basada en “retazos”
Por último, Annas afirma que la Ética estoica se encuentra marcada por un conjunto de tesis
llamativas. Entre ellas se encuentra el valor de la virtud como algo diferente de las demás
cosas, en donde ella aparece como el único bien. Desde la perspectiva autónoma, esta
concepción de la virtud hace parte de la Ética y no se explica cómo tales tesis pueden
derivarse, así sea en un sentido débil, de la naturaleza cósmica entendida como una base
fundacional de la Ética.
Estos planteamientos, grosso modo, son la base de la argumentación de Annas, los cuales
siguiente manera:
provendrían al agente de la naturaleza exterior y (b) las acciones del agente serían el
14
2) Si la Ley, la virtud o la felicidad provinieran al agente de la naturaleza exterior, él no
3) Si las acciones del agente fuesen el resultado de una gran cadena racional cósmica,
entendida como una estructura externa a él, en realidad el agente no sería responsable de
5. Pero los estoicos deben sostener que los agentes morales son autónomos y responsables
Por lo tanto, los estoicos no pueden admitir que la Física sea la base de la Ética.
Por último, hay que tener en cuenta que todo el argumento de Annas descansa en su
extraño al agente. Esto puede verse en la parte a de la primera premisa del argumento, la
La postura interpretativa que defiende la relación recíproca entre Física y Ética es a la que
me referiré como “holista”, ya que tiene como principio el hecho de que en la filosofía
15
estoica todas sus partes están unidas de forma interdependiente y conforman una totalidad.
Dicha corriente interpretativa tiene entre sus exponentes autores como Cooper (1996), Gass
La idea central de esta postura sostiene que hay una reciprocidad entre nuestra naturaleza y
tienen cada una su estructura también (la naturaleza humana). Esta idea
también asume que nuestra vida práctica tiene algo que ver con la naturaleza
p. 173).
16
Entre los intérpretes de la postura holista se ha subrayado, a modo de antecedente histórico
metafísica de Platón, (Betegh, 2003; Salles, 2013, p. 51,69 y ss.)9 y que tal principio, como
coherencia residiría en que, tanto para Platón como para los estoicos, con miras a alcanzar
Por su parte, Cooper (1996, p. 596) basa su argumentación para defender la visión de la
Ética estoica no puede entenderse por sí sola, ya que a su vez la teoría Ética está
mostrando por lo tanto que la Ética parte de una base Física 10.
9
En cuanto a los antecedentes platónicos de la naturaleza cósmica estoica, por no ser el tema principal de
este estudio, no profundizaré en ellos a la hora de exponer mis argumentos. Sea suficiente con mencionar
en este primera parte, de manera concisa, en qué consiste tal tesis y cuáles son sus argumentos. Sobre el
debate interno sobre cuál es el alcance que tuvo la filosofía platónica como base para la cosmología ética
estoica, es decir, sobre si tal fuente reside básicamente en el Timeo o si además se nutre de elementos de su
metafísica (Filebo 28d5-31a2; Fedón 100c3-107a1), véase el articulo de Salles (2013). También véase
República 592a10-b6, en donde Platón sugiere que es posible que el paradigma del Estado perfecto resida
en el cielo y quien quiera y logre verlo pueda a sí mismo fundar un Estado como ese en su interior.
10
Para algunas de las fuentes principales sobre la teoría del impulso primario véase: DL. 7. 85-87, SVF.
3.178, B.&S. 22.1 y Cicerón, De fin. 3.16-19, SVF. 3.182. La idea principal de la teoría del impulso primario o
apropiación plantea que el animal nace dotado por naturaleza con el instinto de autoconservación debido a
que la naturaleza lo familiariza desde el principio con lo que le es propio y semejante, pareciéndole eso al
animal agradable y beneficioso por lo que lo buscará durante su vida, mientras que rechazará todo aquello
que le resulte ajeno, extraño o dañino. La doctrina del impulso primario tuvo repercusiones en diferentes
campos de la filosofía estoica, tanto en la Ética como en la Política y el Derecho. Para un análisis de este tipo
puede consultarse el artículo de Boeri, M. (2014) y el artículo de Striker (1996, pp. 217-219).
17
Dicho objetivo de conservación lleva a los humanos a cuidar de su descendencia, que es el
los deberes [morales] tanto referentes a la justicia como en un sentido humanitario (Cf.
En síntesis, el argumento de Cooper sostiene que a partir de la base biológica (la phúsis) se
da una transición a lo psicológico. Por lo tanto, el carácter psicológico del agente dentro del
cual se enmarca la Ética se halla en un lugar intermedio entre la base biológica (el impulso
primario), por una parte, y la naturaleza universal que se identifica con la razón recta o
divina, por otra, de la que de manera parcial participa el ser humano. Así, la apelación a la
Otro de los argumentos que sostiene esta corriente interpretativa se encuentra en el hecho
de que, dado que la naturaleza humana tiene a la razón como artesana de sus actos (DL VII
86-88), lo que es acorde a la naturaleza del hombre para vivir una vida real y
como un deber (Cf. Boeri, 2009, p. 179), y dado que nuestra naturaleza coincide con la
razón, y vivir es una actividad práctica, parece plausible pensar que para los humanos vivir
de acuerdo con la naturaleza es vivir de acuerdo con la virtud12. En donde por naturaleza
11
Una forma similar de plantear este razonamiento se encuentra en Irwin, T. H. (2003, p. 347).
12
Según reporte de Cicerón (ND. 2, 34) Dios le ha otorgado al hombre la razón. Sin embargo, sólo los seres
de naturaleza divina poseen de manera innata, total y perfecta la recta razón que está por encima del
hombre, quien posee la razón de una manera imperfecta y parcial. Es por esto que el objetivo principal que
persigue la búsqueda de la virtud es la contemplación de la razón universal y la participación e identificación
con ella por parte del hombre. De ahí que la virtud en el estoicismo sea considerada el único y verdadero
bien que puede obtener el hombre y que su definición clásica en el estoicismo sea la de “vivir de acuerdo a
la naturaleza” que es equivalente a la razón universal. Sobre este punto trataré en el tercer capítulo.
18
nuevamente se alude a la razón cósmica o universal con la que el animal humano debe
De acuerdo con esto, la reciprocidad entre Física y Ética se da también en el hecho de que
la teología debido a la tesis estoica de que, en un sentido, el cosmos es el aliento divino que
cualifica la materia y que comprende la totalidad de la sustancia del mundo, así como por el
hecho de que para los estoicos la virtud es una vida consistente y armónica por naturaleza,
Este argumento hace énfasis en el hecho de que la virtud, para ser alcanzada, debe
obtenerse por medio del perfeccionamiento del agente a través de la práctica o el esfuerzo
que ella requiere (Ibíd, p. 187), siendo ello entonces una modo de vida guiado por la razón
como modelo.
particularidad del ser humano como un reflejo a pequeña escala de la estructura racional
13
Es importante resaltar el hecho de que en la filosofía estoica el discurso filosófico, divido en Lógica, Física y
Ética, abarcaba todos los campos del conocimiento. En el caso de la Física, los estoicos antiguos incluían
varias materias que hoy en día se consideran diferentes de la disciplina científica llamada hoy Física. Entre
tales materias de conocimiento, como partículas de la Física, se encontraban lo que hoy llamamos “Física”
propiamente, es decir, la disciplina que se refiere al estudio de los cuerpos, de los límites, del lugar, del
vació, etc. También se encontraban dentro de la Física los campos que hoy se denominan Biología, Química
y Medicina (el estudio de la etiología), Astronomía, y Psicología (ésta porque para los estoicos el alma, al
igual que todo lo existente, es un cuerpo), entre otras. Esto debido a que la Física se refería al estudio de
todo lo concerniente a la phúsis (naturaleza), que en su sentido amplio se refería a la totalidad en que el
kósmos (orden) estaba conformado, por lo que la parte de la Física dentro del discurso filosófico abarcaba el
espectro del estudio de la totalidad que conformaba la naturaleza. Para la referencia a la fuente de las
subdivisiones de la Física véase DL. VII 132-133, B.&.S. 11.1.
19
universal que se define como un todo. Correspondencia que de ser lograda por el agente es
equiparable a la virtud y que no puede ser alcanzada por él a menos que él mismo se lo
proponga como el fin de su vida y ponga en tal empresa todo su esfuerzo y dedicación.
ser humano es partícipe y agente. A partir de esto se podrá demostrar que los dos problemas
comprensión de esta premisa fundamental y que por lo tanto se basan en una interpretación
estructura:
establecidad por la recta razón que se encuentra tanto en la naturaleza como en el sabio y
(b) las acciones del agente serían parte de una cadena racional cósmica en la cual el agente
es un eslabón causal.
2) Si la Ley, la virtud o la felicidad son establecidas por la recta razón que se encuentra
3) Si las acciones del agente son parte de una cadena racional cósmica en la cual el agente
20
4) Si la Física fuése el fundamento de la Ética, el agente sería autónomo y responsable de
sus actos.
sino que por el contrario él es una parte activa de ella. Esta idea de la naturaleza como algo
que incluye al ser humano, como lo demostraré, se evidencia en las fuentes de la filosofía
estoica.
autónoma y los problemas expuestos por dicha corriente interpretativa para afirmar que la
relación entre Física y Ética en la Filosofía estoica no es subsidiaria, y que ambas partes no
pueden tener una relación más que de yuxtaposición o paralelismo, pero que de ningún
En ese sentido, en el capítulo dos se demostrará que la naturaleza no es algo externo o ajeno
filosofía estoica y se explicarán igualmente los términos que son correlativos a ella, así
como el lugar que dentro de la naturaleza ocupa el ser humano y la manera en que participa
de ella en tanto que es una de sus manifestaciones. El capítulo tres tratará el problema de la
señalando que el agente es parte del entramado causal que produce sus acciones. Por
21
último, mostraré las conclusiones a las que he llegado a través de este trabajo y los caminos
22
2
moral que plantea Annas es necesario demostrar en primer lugar el hecho de que la premisa
fundamental en la que se basan ambas críticas reside en una interpretación equivocada del
Por lo tanto, se hace indispensable explicar y entender cuál era el significado en la filosofía
estoica de la palabra naturaleza. Para ello demostraré a continuación que naturaleza, Dios,
que el agente es una de las múltiples manifestaciones que la naturaleza tiene en el cosmos,
en donde todo tiene un origen común. A continuación cito algunos pasajes que comprueban
esto:
los dioses y los seres humanos y de los seres que se generaron con vistas en
un sistema compuesto de cielo y tierra y los seres naturales que hay en ellos,
nuestro caso el alma [se difunde en todas nuestras partes] DL. VII 137-138,
disposición, a otros, por naturaleza, a otros, por alma y, a otros, por alma
y Zeus son una sola cosa que recibe muy diversas denominaciones. DL. VII
dentro del estoicismo 14. Primeramente, se dice que es el sistema compuesto de cielo, tierra
14
De acuerdo al diccionario Vox y a la fuente Perseus, la palabra ό κόσμος significa “orden”, pero también,
“mundo”, “tierra” e incluso “hombre” (Vox, 1967, p.364). Este último significado permite ver, una vez más,
la correspondencia característica de la tesis de la Ética cósmica. Este significado va en estrecha relación con
las acepciones de cosmos que al interior de la filosofía estoica se desarrollaron con relación al mismo, ya que
las definiciones de cosmos como sistema compuesto aluden al hecho de que todos los seres que participan
de él tienen un papel y una función dentro del mismo.
24
y los seres naturales que habitan en ellos. Por lo tanto, en este primer sentido el cosmos
viene a entenderse como el sistema total que abarca tanto a la naturaleza de la tierra como a
y fenómenos celestes, los cuales, en conjunción con la tierra, componen este primer
El segundo significado del término cosmos presente en este pasaje se refiere al sistema
compuesto por los dioses, los seres humanos y las cosas generadas por causa (ἕνεκα) de
ellos. Esta definición expresa que tanto los dioses como los humanos conforman el cosmos
en su conjunto y de este modo ambos son partes constitutivas de él. Esto muestra que para
los estoicos, en contraste con la filosofía platónica, los dioses (o Dios) se encuentran dentro
del cosmos, no fuera de él. No existe un reino o mundo fuera del cosmos que tenga unas
bien supremo, de la que por oposición se deduzca que el orden cósmico sea imperfecto,
pues la divinidad reside en él y de hecho es quien lo genera y le da forma 16. En cuanto a los
15
Vale la pena recordar que para los antiguos griegos la tierra y la bóveda celeste componían la totalidad del
cosmos. No fue hasta muchos siglos después que se descubrió que el universo se encuentra en expansión
permanente y que sus límites son desconocidos. Gracias a esta visión astronómica moderna es que el
significado de cosmos se ha convertido en el de “todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que será” (Cf.
Sagan, C. (1982, p.7). No obstante, el concepto de cosmos nos conduce a través de cualquiera de sus
posibles significados al orden, ya sea a nivel macro (el universo) o a nivel micro (cada uno de los seres
particulares que lo habitan).
16
Véase: Aecio, De Plac. 1.7.33, SVF 2.1027, L.&S. 46A. También el testimonio en Diógenes Laercio (VII 148)
que dice: “En cuanto a la sustancia de Dios, Zenón dice que es el universo entero y el cielo” etc. *…+ “Por
25
seres que se han generado por causa de ellos, es posible que se haga alusión al fin que
El tercer significado de cosmos presente en este primer fragmento señala que el cosmos es
la función que tiene Dios de generar y terminar cada ciclo cósmico. Es bien conocida la
tesis estoica concerniente a su cosmogonía que postula que son dos los principios que dan
forma al cosmos: Dios, que es el principio activo, y la materia, que es el principio pasivo 17.
Sin embargo, es preciso señalar que esta distinción se da solamente de manera conceptual,
puesto que en la realidad ambos principios son inseparables18. Es decir, que toda la materia
que hay en el mundo es racional, pues toda la materia del cosmos tiene una forma o estado
cualificado, lo que es igual a decir que se encuentra atravesada por Dios o el hálito racional
divino. En este punto, por tanto, se identifican Dios y el cosmos, pues el cosmos es el
naturaleza unas veces entienden la que mantiene unido al universo, otras veces la que hace crecer las cosas
de la tierra”. La concepción estoica del cosmos como el lugar donde Dios da forma a la materia y la habita
abre la pregunta sobre si el cosmos es perfecto, incluyendo el problema del mal, o si no lo es. Esta pregunta
queda abierta por desbordar los alcances de este trabajo para una futura investigación.
17
DL. VII. 134, SVF 1.85, B.&S. 14.1.
18
Los conceptos de Dios y materia como principio activo y pasivo respectivamente del cosmos han sido
objeto de diferentes debates que se refieren a la cuestión sobre hasta qué punto los estoicos construyeron
su cosmogonía y su teoría de los principios influenciados por Aristóteles y su teoría hilemorfista. Para un
estudio detallado sobre esta cuestión, las consecuencias del hecho de afirmar que los estoicos fueron
profundamente influenciados por Aristóteles y hasta qué punto, y las críticas que se le hizo en la antigüedad
a la cosmogonía estoica, véase: Lapidge, M. (1973). ἀρχαί and στοιχεῖα: A problem in Stoic Cosmology.
Phronesis. Vol. 18. No. 3, pp. 240-278.
19
“Afirman que la materia primera es la sustancia de todas las cosas existentes” DL. VII 150, SVF 2.316, B.&S.
14.8
26
Además, según esta tercera definición del primer pasaje citado, el cosmos es equivalente a
Dios, en tanto que Dios es la causa por la que se origina y termina la ordenación cósmica.
Dicho fin del cosmos se refiere a la teoría estoica de la conflagración, que afirma que, por
ser el fuego primario el principio creador y ordenador del cosmos, el cosmos mismo habrá
de retornar a su estado original para después volver a organizarse y destruirse; un ciclo que
Ahora bien, siguiendo a Long & Sedley (Cf.1987) y lo visto hasta aquí, la conflagración
cósmica en la teoría estoica no es una ruptura en la existencia del mundo, sino un cambio
natural que se repite cíclicamente (pp.277-279), por lo que Dios, al ser el principio activo
que cualifica la materia a través del fuego creador y da origen al ciclo cósmico y a su
El segundo fragmento, en consonancia con el anterior, identifica a Dios con el cosmos, pero
esta vez entendiendo a Dios como un ser individual cualificado, esto es, que se encuentra
sustancia existente en el cosmos, lo que a su vez es igual a decir que Dios se encuentra en la
totalidad del cosmos y los seres que lo conforman. Se trata de un panteísmo naturalista.
Las siguientes dos definiciones en el fragmento de Diógenes Laercio se podría decir que
son iguales a las anteriormente reportadas por Estobeo en tanto que el cosmos es concebido
20
Alejandro de Licópolis, Man. 19, 2-12, L.&S. 46I, B.&S. 18.1; Cicerón, ND 2.118, SVF 2.593, B.&S. 18.2,
Alejandro de Afrodisia, in Meteor. 61, 34-62,11, SVF 2.594, B.&S. 18.3.
21
Estobeo, Ecl. 1.177, 21-179, 17, B.&S. 3.6.
27
como el compuesto de dioses y seres humanos y de las cosas que se han generado por causa
de ellos22.
universal) como la administradora del cosmos junto con la providencia, y afirma que dentro
de la filosofía estoica dicha razón se difunde en todas las partes del cosmos, de forma
análoga a como el alma se difunde en todas nuestras partes. Es decir, que la razón cósmica
atraviesa a cuanto objeto o ser participa de la naturaleza, postulado que conduce al modelo
que Long & Sedley llaman antropomórfico (1987, p. 279), que se refiere a la
De hecho, en esta misma línea debe entenderse el testimonio de Diógenes Laercio (VII
139) cuando reporta que el cosmos es un ser animado, lo que muestra esa correspondencia
micro-macro entre los animales y en especial los animales racionales, cada uno como un ser
en tanto que es una unidad, y el cosmos a su vez como una sola unidad que abarca la
observarse que en tal definición la razón cumple la función de ser el instrumento a través
del cual el cosmos se organiza y toma forma. También puede observarse aquí que la razón
equivale al papel de Dios en tanto principio activo que actúa sobre la materia y la atraviesa.
Por este motivo, la razón representa para la filosofía estoica la inteligencia divina, de donde
22
La diferencia entre “Dios” y “dioses” parece referirse a que los dioses eran para los estoicos una de las
muy variadas manifestaciones en que Dios o la razón divina se expresaba. Tales dioses serían los astros, y
tales manifestaciones de Dios se encontraban además en otros fenómenos de la naturaleza como las
estaciones del año, la razón y el “éter”. Al respecto, véase: Cicerón, ND 1.36-41, SVF 1.61, B.&S. 17.1.
28
se sigue que, por lo tanto, cada uno de los acontecimientos que ocurren en el mundo han
sido antecedidos por una causa, una causa eficiente. Esta causa se refiere, en última
instancia, a la organización divina y al comienzo del ciclo cósmico, en donde todo ocurre
naturaleza estoica.
filosofía estoica y a través de ella puede comprenderse mejor cuál es el lugar y función que
cada uno de los seres que conforman la naturaleza tienen dentro de ella24. Este fragmento es
crucial para entender el significado de la naturaleza en el estoicismo y aclarar que para los
estoicos nada es ajeno a ella y que la naturaleza no es externa absolutamente a nada, mucho
23
No obstante, siguiendo la tesis de Inwood (1985. pp. 68-69), es importante aclarar, para no caer en la
interpretación heterónoma, que las causas que generan el ciclo cósmico y la naturaleza que lo compone
deben entenderse como causas externas respecto al animal humano en tanto que Dios o la razón es la causa
que lo cualifica y le da las facultades que lo caracterizan como especie. Sin embargo, y como lo explico en el
capítulo cuatro, las causas de nuestras acciones son internas, es decir, que dichas causas (nuestros
asentimientos) no responden a un factor externo sino que dependen de nosotros debido a nuestra
condición privilegiada de animales racionales, y es lo que posibilita que en los seres humanos podamos
hablar de la posibilidad de tener un deseo racional.
24
Otras fuentes en donde se reporta la scala naturae son: Galeno, Intr. Med. 14.726,7-11, SVF 22.716, L.&S.
47N; Filón, Leg. Alleg. 2.22-23, SVF. 2.458, L.&S. 47P, B.&S. 12.8; Orígenes, De princ. 3.1.2-3, SVF 2.988, L.&S.
53A.
29
Antes de comentar en qué consiste la escala natural de manera detallada conviene aclarar
que la misma se refiere a la manera en la que Dios o el aliento (pneûma) divino atraviesa y
embargo, los estoicos, adaptándola a su sistema, la extendieron un grado más hacia abajo,
poniendo como punto de partida a los objetos inertes de la naturaleza (piedras, troncos),
algo que sería inadmisible en la teoría aristotélica, puesto que para Aristóteles sólo puede
hablarse de un pneûma o aliento en los seres vivos (PA 659b 17-19) y para el filósofo
En Aristóteles, mientras que el pneûma es aire caliente (GA 736ª 1-2) y dentro de sus
(Somn. 456ª 11-13, MA 703ª 20-22), darle fuerza (MA 703ª 9-10) y movimiento (PA 659b
18-19, MA 703ª 11-13, 18-19), el alma es la organización funcional que tienen los seres
vivos, es decir, la entidad de un cuerpo 25 que en potencia tiene vida (DA 412ª 20-22), en
donde tal entidad es la forma (DA 414ª -20) o actualización de las capacidades que dicho
25
Para Aristóteles los cuerpos son el compuesto de materia y forma. La materia en sí misma no tiene una
cualidad determinada y la forma es lo que le da a la materia una cualidad, aspecto y función determinados
(Cf. DA 412ª 6-9).
30
A diferencia de Aristóteles26, alma y pneûma resultan ser sinónimos en el estoicismo 27, y
fue tal concepción de estos dos términos lo que les permitió a los estoicos extender la scala
naturae un grado más hacia abajo poniendo como punto de partida a los objetos inertes.
Para los estoicos el alma puede entenderse como sinónimo del soplo (pneûma) connatural a
cada uno de los seres28, el cual tiene diferentes funciones y toma diferentes estados según el
Aunque no pueda hablarse de alma como tal en los seres inertes, gracias a la definición
estoica del alma como soplo sí se puede decir que el soplo cósmico o divino se encuentra
también presente en esta clase de seres atravesándolos, aunque no de la misma forma que
en los seres vegetales y animados. Es por ello que los seres inertes, al participar del soplo
divino, la razón cósmica o principio activo que da forma a la materia (Dios), fueron
incluidos por los estoicos dentro de la escala natural, pues como lo he venido explicando,
Como lo indica el fragmento de Filón, la forma en la que los seres inertes conforman parte
26
Para Aristóteles el alma es la forma de la materia (DA 412a4-10) de un cuerpo que en potencia tiene vida,
esto es, la manera en que el conjunto de facultades o habilidades que posee cada organismo se encuentran
configuradas dentro de él.
27
Galeno, In Hippocratis librum VI epidemiarum commentarii 17b.2246, 14-247,5, SVF 2.782, L.&S. 53E,
B.&S. 13.2; DL. VII 156-157, B.&S. 13.3.
28
Tertuliano, De anima, 5, 2-6, SVF 1.518, B.&S. 13.8.
31
aliento cósmico o divino, que es común a todos los seres de la scala naturae, es a lo que los
estoicos daban el nombre de tenor29. El tenor es la forma primaria que tiene el pneûma y es
lo que le da el estado peculiarmente cualificado a cada objeto o ser, esto es, la cualidad
conformando una sola unidad30. Y dicha cualidad de ser una unidad y poseer una
resistencia se debe al hecho de estar atravesados por el soplo de Dios. Esta disposición,
como lo indica el fragmento de Filón líneas más adelante, se da por el hálito constitutivo
que se extiende desde el centro del objeto hasta sus límites y retorna sobre sí mismo, siendo
resistencia que lo caracteriza, tomando diferentes cualidades según sea el grado de la escala
29
Filón, Leg. Alleg. 2.22-23, SVF 2.458, L.&S. 47P.
30
“Cuerpo” es definido en el estoicismo como todo aquello que es capaz de cometer o padecer una acción,
lo que tiene tres dimensiones (largo, ancho y volumen) y aquello que posee resistencia. Cf. Pseudo Galeno,
De historia philosophica 23, 22-6, B.&S. 2.11; DL. VII 135, SVF 3.6, B.&S. 2.3. La definición de lo corpóreo es
el requisito mínimo para que algo sea considerado como existente dentro de la ontología estoica, ya que
para los estoicos [sólo] lo corpóreo es lo existente (Cf. Boeri & Salles, 2014, p. 32).
Dado que en el cosmos todo pertenece al mismo origen que es la acción del principio activo (Dios) sobre el
principio pasivo (la materia), que todo cuanto hay en la naturaleza son las diferentes formas en que la razón
cósmica se organiza, y todo lo que se considere existente debe ser a su vez de carácter corpóreo, explica el
hecho de que para los estoicos los objetos inertes hicieran parte de la scala naturae, ya que aparte de ser la
expresión primaria que toma la razón cósmica poseen las características básicas de lo existente y por lo
tanto de la naturaleza, esto es, la cualidad de ser cuerpos.
No obstante, es preciso tener en cuenta que, junto a la categoría de los cuerpos, se encuentran la de los
incorpóreos (vacío, lugar, tiempo y decibles), que aunque dentro de la filosofía estoica no se considera que
existan, subsisten a los cuerpos y tienen un carácter complementario con ellos.
31
Galeno, Intr. Med. 14.726, 7-11, SVF 2.716, L.&S. 47N; Galeno, motu musculorum libri ii 4.402, 12-403,16,
SVF 2.450, L.&S. 47K, B.&S. 24.6). Filón, Leg. Alleg. 2.22-23, SVF 2.458, L.&S. 47P. De acuerdo con los
32
Por lo tanto, en este primer nivel de la scala naturae se puede ver la característica básica de
todos los seres que se encuentran en la naturaleza: ser cuerpos y poseer una disposición o
resistencia dada por el constante flujo desde el centro del cuerpo hacia sus límites y
viceversa en su interior. Esta característica del hálito como el tenor al interior de los
Antes de continuar, es pertinente subrayar que, al igual que en Aristóteles, las facultades
ascendiendo en la escala (como su nombre lo indica, se piensa como una escalera), lo que
implica que los seres que están en un grado superior a otros poseen las facultades de los
seres que se encuentran debajo de ellos, teniendo además otras facultades que los
posicionan en dicho nivel superior. Es decir, que es esta una forma de entender a la
Este es el caso, por ejemplo, de las plantas y los seres vegetales, que además de tener la
que se dice que son propiamente los primeros seres que disponen por sí mismos de
reportes de Filón y Galeno, los grados de la scala son: aliento o tenor para los objetos inertes, tenor o
aliento físico para los vegetales, psíquico para los animales y racional para los humanos.
32
Una interpretación en esta misma línea se encuentra en Inwood (1985, pp.19-20).
33
condición física, que se corresponde con la definición de naturaleza anteriormente
mencionada33.
En el siguiente nivel se encuentran los seres animados, que además de poseer las facultades
Y en el siguiente nivel se encuentra el animal humano, que además de las facultades que
artesana de los actos humanos (DL. VII 86), lo que significa que, gracias a la razón, lo que
en un principio era mero instinto se complejiza 34, dando lugar así a la facultades críticas
que son las que le permiten al animal racional realizar un juicio selectivo sobre las
33
La palabra φύσις se encuentra emparentada directamente con el verbo φύω, que significa engendrar y
que aludía a todo aquello que tuviese un principio interno de movimiento y de reposo. Al respecto:
Aristóteles, Fís. 192b4-15; Filón, Leg. Alleg. 2.222-23, SVF 2.458, L.&S. 47P, B.&S. 12.8.
34
Este aspecto complejizador también es señalado por Long (1999, p. 565, 574). Sin embargo, Long lleva
esta tesis hasta el punto de identificar la facultad racional con la mente misma del humano, lo que resulta
problemático puesto que al hacer tal afirmación se niega de manera radical que los animales no racionales
puedan tener mente o asentimiento, aunque sea en un sentido débil. En mi opinión, cuando se habla de
pneûma racional en los humanos, no se hace referencia únicamente al hegemonikón o parte regente del
alma (aunque ahí sea donde se encuentre la “sede” principal de la facultad racional), sino a la totalidad del
alma que, siendo de naturaleza racional y encontrándose mixturada con el cuerpo del animal funcionando
en su conjunto como una sola unidad, se encuentra permeada y atravesada por la razón a lo largo y ancho
de todo el animal, no sólo en su parte rectora. Me parece que esto se entiende mejor si se tiene presente
que para los estoicos a partir de la parte regente del alma surgían las demás facultades del alma (los cinco
sentidos, la facultad del lenguaje y la facultad reproductiva) que se extienden por todo el cuerpo como un
“pulpo”, y que a su vez regresan a la parte rectora llevándole la información proveniente del mundo
exterior, de lo que se podría decir que toda el alma es racional. Creo que de esa manera se entiende mejor
la condición racional de los seres humanos y dicha visión es compatible con la posibilidad de que en los
animales no racionales se pueda hablar de asentimiento, aunque sea en un sentido débil.
34
presentaciones (phantasíai35) que se le presentan y no asentir a ellas de manera inmediata
necesariamente.
como una expresión más dentro de las múltiples maneras en que la naturaleza toma forma y
tanto ocupa un lugar privilegiado en la escala natural. Por lo tanto, la razón es un don
(regalo)36 que la naturaleza le ha otorgado al hombre y dicho don sólo es posible en tanto
que el humano es una especie que hace parte de la naturaleza misma. Él no es ajeno a ella
sino que es una parte suya. Una de las tantas partes que conforman la totalidad del orden
cósmico natural.
No obstante, en cuanto a la razón como la totalidad que ordena el cosmos, que es sinónimo
de Dios o la razón cósmica, es preciso hacer una distinción de hecho entre ella y la facultad
En esto concuerdo completamente con Boeri (2009, pp. 179 y 188) quien explica que los
estoicos hablaron de “razón” y “racional” en dos sentidos complementarios. Por una parte,
la razón, entendida como el principio activo que todo lo permea y organiza y en donde nada
35
Las phantasíai o presentaciones son de naturaleza racional en los seres humanos y pueden manifestarse
de dos formas: 1) teóricas, que son las presentaciones que se refieren al criterio de verdad y contienen una
información sobre lo que es (“esto es un libro”). Son el tipo de presentaciones que se relacionan con el
problema del conocimiento; u 2) orméticas o impulsivas, que contienen una carga proposicional, esto es,
que se manifiestan a través de un predicado con una carga valorativa respecto de una situación y
desembocan en una acción (“es apropiado que yo lea este libro”). Para un estudio detallado sobre los tipos
de presentaciones pueden consultarse el libro de Boeri & Salles (2014), los capítulos 6 y 7 para las
presentaciones cognitivas y el capítulo 25 para las presentaciones impulsivas.
36
Véase nota al pie No. 12.
35
ocurre independientemente de ella, y, por otra parte, la facultad racional, propia del animal
humano, que le permite a diferencia de las plantas y los demás animales tener conciencia de
Dicha conciencia de su lugar es lo que hace que su modo de vida se convierta en un deber,
un deber que da lugar a la Ética como la parte que se encarga de estudiar los modos de
En suma, podría decirse que todo se da conforme a la razón cósmica, pero que dentro de la
scala naturae sólo el hombre es propiamente racional, condición que por un lado le da una
posición privilegiada dentro de la escala natural, pero que por otro lado le otorga el deber y
especies.
Estos sentidos de razón y racional explican por qué para los estoicos el ser humano se
encuentra en lo más alto de la escala natural, sólo por debajo de Dios, y la figura del sabio
estoico apunte a identificar el ejercicio de su razón con la razón recta o cósmica 37.
Por lo tanto, desde un primer momento esto ya afirmaría que sí existe un vínculo
interdependiente entre la Ética y la Física, ya que el estudio sobre el modo de vida humano
naturaleza, i.e., el animal racional. De lo que, por tanto, resulta plausible hablar de una
37
DL. VII 88.
36
Ética cósmica, ya que la misma es el modelo a gran escala a seguir a nivel individual por
parte de cada uno de los seres que participan de manera parcial de la razón 38. Este punto lo
dicho fragmento se observa que para los estoicos Dios era llamado de diferentes maneras,
entre las que se encontraban la inteligencia (que es sinónimo a su vez de la razón universal)
y el destino, según fuese la función a la que se hiciera referencia. Así, es posible observar
que los términos mencionados a lo largo de este capítulo tenían la función de ser
En cuanto al destino, el mismo será el término eje sobre el que tratará el capítulo cuarto, en
donde se demostrará, con base en lo aclarado en este capítulo, que el destino es una de las
formas en que Dios opera en el mundo y que al ser Dios un término correlativo al de
correlativos. Este razonamiento será crucial tenerlo en cuenta al leer el capítulo cuarto en
interpretación del estoicismo, debido a que ella entiende a la naturaleza (y por lo tanto al
destino) como algo externo al agente, cuando en realidad la teoría estoica del destino es un
38
Este argumento está emparentado con el argumento “antropomórfico” de Long & Sedley (1987, p. 279)
mencionado en la primera parte de este capítulo, con la diferencia de que aquí la razón cósmica no se
entiende desde el punto de vista de ser el alma del universo sino desde el punto de vista referente al orden
cósmico, que es el modelo a seguir por parte del filósofo estoico.
37
la naturaleza, en donde el agente hace parte de dicha cadena causal. Es decir, en donde el
materia y le da forma, generando así las múltiples manifestaciones de los seres que
conforman la unidad del cosmos. Tal unidad cósmica funciona como un todo y todos los
seres que la habitan son parte de esa gran estructura cósmica racional que es administrada
por la recta razón o razón universal. Una clase de los seres mencionados que habitan dicha
totalidad es el animal racional o ser humano, que se haya en un lugar privilegiado dentro
del orden establecido por la naturaleza (la scala naturae) debido a la facultad racional que
encontrarse, por un lado, en la parte superior dentro del orden jerárquico de las especies de
la naturaleza y, por otro lado, a la vez lo convierte en responsable de sus actos, dado que
dicha facultad racional le permite ser consciente de su lugar en el cosmos; por lo que vivir
de acuerdo con los mandatos que la razón universal dictamina se convierte en un deber.
De acuerdo con esto, se concluye que la naturaleza no es algo exterior al ser humano, sino
que por el contrario él es una de las diversas manifestaciones en que la misma se expresa.
Por lo tanto, el hombre está en la naturaleza y la naturaleza está en el hombre. Ella habita y
atraviesa al ser humano en tanto que es la forma racional que toma en él el soplo de Dios.
de la heteronomía. Tal crítica plantea que si lo que se considera como una acción virtuosa
38
es dictaminado por un patrón externo (Annas, 1993, pp. 160-161), en realidad el agente no
cometería actos virtuosos, puesto que tales actos no serían fines en sí mismos, sino que
serían en realidad medios para obtener el beneplácito que la Ley proveniente del exterior
dictaminaría.
de la primera premisa que ha tratado este capítulo, a saber, que la naturaleza no es algo
razón y la razón universal que administra el cosmos, lo que en otros términos puede dársele
39
3
Según se expuso en el primer capítulo, el primer problema de los dos que expone Annas en
haciendo referencia al significado que este concepto tiene en la filosofía moral kantiana. El
mismo consiste en que el agente no realiza un acto virtuoso de acuerdo con su propia
voluntad con el fin de hacer de sus actos un modelo para la legislación universal (en
realidad, en el caso de la heteronomía los actos virtuosos lo son sólo aparentemente), sino
El problema que esto genera, señala Annas, es que el apelar a la naturaleza cósmica
implicaría lo contrario a lo que por principio se busca con la Ética, que es la reflexión
individual del agente sobre el bien final posible y determinar la forma en que será capaz de
darle sentido a su vida y ordenar correctamente sus prioridades, pues arrojaría al agente
39
“Cuando la voluntad busca la ley que debe determinarla en algún otro lugar que no sea la idoneidad de
sus máximas para su propia legislación universal y, por lo tanto, cuando sale de sí misma a buscar esa ley en
la modalidad de cualquiera de sus objetos, comparece siempre la heteronomía”. Kant, I. (2002).
Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Madrid: Alianza Editorial, p. 158. Por no ser la filosofía
kantiana un tema directamente relacionado con este trabajo, aclaro que no ahondaré sobre los conceptos
de autonomía y heteronomía del filósofo de Köninsberg. Esta cita sólo tiene como objetivo definir el
concepto de heteronomía al que Annas se refiere y mostrar fielmente la fuente de donde ha sido tomado.
40
naturaleza cósmica y las demandas que tenga sobre nosotros no es relevante ni tiene que
ver con nuestras propias preocupaciones ni con lo que el agente necesita desde el punto de
virtud por medio de la identificación con la razón cósmica o universal implica algo mucho
más que un sujeto pasivo que se conforme y actúe de acuerdo con la voluntad divina y por
lo tanto un agente heterónomo, sino que por el contrario dicha identificación con la razón
universal o naturaleza cósmica es el “norte” filosófico al que apunta la figura del sabio,
comprensión más elevado posible respecto del funcionamiento de la naturaleza y los seres
que sus causas serían los juicios críticos guiados según la recta razón y el conocimiento 40.
De acuerdo con esto, el apelar a la naturaleza cósmica no significaría salirse de los intereses
de la Ética y las reflexiones sobre el fin de la vida por parte del agente. Por el contrario, lo
que esto muestra (y las fuentes apoyan fehacientemente esta tesis) es que, a partir de la
razón universal, el sabio descubre (o comprende) la Ley de la naturaleza y por esta misma
40
La teoría estoica del conocimiento (epistemología) sostiene que únicamente el sabio es quien lo posee. El
mismo es definido como una cognición segura que no puede modificarse por ningún argumento (Sexto
Empírico, AM 7.151-157, SVF 1.67, L.&S. 41C, B.&S. 7.8; Ps. Galeno, DM 19.350, 3-10, B.&S. 7.14) y es el
resultado de un asentimiento firme a una presentación, es decir, un asentimiento que no tenga lugar a
dudas ni equivocaciones. Para un comentario detallado sobre la teoría del conocimiento estoica, los
desarrollos que tuvo al interior de la escuela, y las críticas que recibió por parte de los académicos y los
pirrónicos, véase: Hankinson, R. J. (2003). Stoic Epistemology, en: The Cambridge Companion to the Stoics,
Inwood, B. (Ed.). Cambridge: CUP.
41
razón se convierte en un agente virtuoso. Esto hace que su razón se identifique con la razón
de la naturaleza (cósmica) y que, por lo tanto, la Ley actúe a través de él, lo que lo
convierte en un agente virtuoso y feliz (pues ha comprendido el orden de las leyes y las
causas que rigen a la naturaleza) y en un ejemplo humano de la Ley, esto es, en un ser
autónomo (pues al comprender la Ley que rige el orden natural su alma adoptará la
disposición de acuerdo con dicho orden, disposición que se verá materializada en sus
Como se verá, dicha identificación entre la razón del agente y la razón universal es el fin al
conexión entre la teoría de la virtud y el fin, por una parte, y la teoría de la Ley natural, por
otra.
sostenida por Boeri (2004, pp. 184-185) y Striker (1996, pp. 217-220), que la teoría de la
Ley natural fue postulada y desarrollada tal como se entiende hoy en día por primera vez en
Esta tesis, también sostenida y desarrollada por Mitsis (1994, pp. 4816-4824) muestra que,
fue con los estoicos que se estableció por primera vez en la historia la conexión entre la ley
41
Como Boeri señala (2004, p. 164), los antecesores inmediatos de las teorías de la Ley natural, el
cosmopolitismo y la definición de la virtud estoicas fueron los cínicos, de quien los estoicos fueron
herederos directos, puesto que Crates de Tebas, filósofo cínico discípulo de Diógenes, fue el maestro de
Zenón (DL. VII 2). No obstante, como ya lo ha señalado Cappelletti (1996, p. 120), los cínicos a su vez se
consideraban los verdaderos herederos de la figura de Sócrates, de quien, en última instancia, derivaron
dichas teorías.
42
divina y la prescripción moral, siendo la conjunción de estos dos elementos lo que generó el
comienzo de la teoría de la Ley natural estoica (Cf. Mitsis, 1994, p. 4815)42. Y es a partir de
esta visión conjunta entre la naturaleza como sinónimo de divinidad y la moralidad como se
Jenofónte (Recuerdos de Sócrates IV, iv), quien introduce las llamadas “leyes no escritas”,
leyes universales dadas por los dioses presentes en todas las culturas y quien equipara lo
justo con lo legal. Sin embargo, de acuerdo con Striker, esto no significa que Sócrates haya
hablado de una ley natural (entendiendo a la naturaleza como sinónimo de lo divino), sino
42
Mitsis (1994, pp. 4816-4824) propone y desarrolla la interesante tesis de que los estoicos dieron a su
teoría su forma específica reflejándose en los argumentos y acciones de Sócrates, en quien ya se
encontraban, aunque de manera aislada, las prescripciones morales y la ley divina, lo que hacía que los
estoicos se consideraran a sí mismos herederos legítimos de Sócrates.
La muerte de Sócrates fue tomada por los estoicos como un ejemplo paradigmático en el que confluyeron
los principios morales y la ley divina, ya que la calma con la que Sócrates aceptó su muerte dio un modelo de
la afirmación del sabio del orden racional y providencial del mundo, en donde el actuar de acuerdo con los
principios morales de Sócrates, quien actuó de acuerdo con el mandato divino, hizo que su acción pudiera
ser tomada como paradigma de una vida de completa libertad (pp. 4821-4823). Además, cabe aclarar que,
según Mitsis, citando el Critias, cuando algunos críticos se preguntan si Sócrates no actuó equivocadamente
al aceptar su muerte, ya que en su caso lo que sucedió fue una mala aplicación de la ley a un caso particular,
los estoicos creían que Sócrates aceptó su muerte debido a que recibió una señal divina que le indicaba que
su muerte estaba destinada para ese día, razón por la que se negó a escapar y aceptó de buena voluntad la
pena impuesta (pp. 4823-4824).
Por otra parte, apoyándose en el reporte de Sexto Empírico (AM 9.97), Mitsis señala que ya en Sócrates
(Recuerdos de Sócrates, I, iv, 8-9) se encontraba el argumento del todo como unidad y las partes como
muestras a pequeña escala, esto es, que la pequeña porción que la razón mantiene en cada individuo se da
gracias a la gran razón que trabaja en la naturaleza y su totalidad (p. 4817), argumento sobre el que los
estoicos habrían desarrollado su teoría de las razones seminales y de los cuatro elementos, los cuales se
encuentran organizados según la razón universal (p. 4819).
43
De igual manera, el concepto de la justica y lo legal, tanto en Platón (Político 293e- 297b)
como en Aristóteles, se supedita al hecho de que el acto virtuoso o justo variará según las
circunstancias y siempre se necesitará la sabiduría práctica (la prudencia) para realizar las
En el caso de Aristóteles, aunque él dice que hay una Ley natural (la cual está desligada del
concepto de lo divino) que tiene la misma fuerza aquí y en todas partes y es inamovible (“el
fuego quema tanto aquí como en Persia”, argumento basado en lo que hoy llamaríamos
“leyes físicas”), y aunque haya una justicia natural (y otra no natural) en los hombres, toda
justicia es variable (EN V 7 1134b- 1135a16). Y es por esto que en el ámbito de la justicia
a la dificultad concomitante que tiene toda ley universal al tratar de aplicarse en ciertos
casos particulares. Lo que hace de la equidad la herramienta que corrige el error que surge
del carácter absoluto y universal de la ley (EN V 10 1137 a33- 1137b 33).
Dos son los rasgos que me interesan destacar de esta posición aristotélica de la justicia en
cuanto a la afirmación de que la teoría de la Ley natural, tal como suele entenderse hoy, fue
formulada por primera vez por los estoicos: la primera, que el concepto de justicia en
misma como uno de sus componentes, puesto que siempre existirá la posibilidad de
encontrar dificultades a la hora de aplicar los principios universales a los casos particulares,
razón por la que será necesaria la corrección o adaptación de cada principio a las
44
situaciones particulares concretas a través de la equidad. A diferencia de esto, en el caso del
universal que gobierna a la naturaleza, Ley de la que derivan los modos correctos del
virtuosa no será debido a un error, fruto del carácter absoluto o universal de la Ley, sino a
la falta de una disposición virtuosa del alma para comprenderla y actuar en conformidad
con ella.
Es decir, que mientras Platón y Aristóteles parten de la noción de justicia como el estado de
cosas bueno o correcto, o como la acción que puede producir tal estado, en donde lo bueno
bueno como el orden racional y natural del mundo y definen al acto justo en términos de
obediencia a las leyes de la naturaleza (Striker, 1996, p. 219). Lo que muestra que para los
lo justo es completamente diferente, a saber, que “lo justo lo es por naturaleza, no por
43
Estobeo, Ecl. 2.93, 19-94, SVF 3.611, B.&S. 30.19. Sobre esta premisa/afirmación de la concepción de la
justicia estoica, véase el artículo de Boeri (2014) que lleva por título esta misma oración.
44
Sobre la ontología estoica véase el capítulo anterior, así como los libros de Long & Sedley (1987) pp. 162-
166, y Boeri & Salles (2014) pp. 29-64.
45
La Ley es soberana de todas las cosas, tanto de las divinas como de las
humanas. Debe presidir tanto los [actos] nobles como los vergonzosos,
como un gobernante y un guía, y, según esto, debe ser el canon tanto de los
[actos] justos como de los injustos, y debe prescribir lo que hay que hacer a
los vivientes políticos por naturaleza y prohibir lo que no hay que hacer
El pasaje anterior muestra que la Ley preside los actos tanto de los humanos como de la
hecho de que Dios, en tanto principio activo, da forma a la materia dando lugar a las
mundo se da de acuerdo con el orden (kósmos) que rige a la naturaleza, que es administrada
por Dios o Zeus en conformidad con su razón universal de la que ni él mismo se puede
salir. Esa misma Ley que preside los actos divinos y le impone la guía de su accionar a la
divinidad es la misma que preside y debe guiar los actos humanos, es decir, la Ética.
Lo anterior significa que ni siquiera Dios puede actuar fuera de la Ley, ya que la Ley es lo
que hace que el mundo tenga un funcionamiento lógico, puesto que actúa y se desarrolla en
funcionamiento determinista del mundo debido a que siempre se seguirá el principio de que
a las mismas causas siempre surtirán los mismos efectos45. Funcionamiento racional y
45
Esta es la idea base del determinismo estoico sobre la que se desarrolla su teoría del destino. Este es el
tema central del capítulo siguiente.
46
ordenado del mundo que le permite al ser humano la posibilidad de entender las causas y
las leyes por las que se rige el universo gracias al hecho de participar de la facultad de la
invariables de la naturaleza.
De lo que se desprende que así como es posible discernir o descubrir las leyes intrínsecas
humano, que a su vez no es más que una parte del orden natural. Por lo tanto, la Ley, al ser
lo que rige a la naturaleza, es la fuente de donde emanan tanto las hoy denominadas “leyes
físicas” como los preceptos morales que deben guiar las acciones humanas en el campo de
lo ético, en donde el fin al que apuntan estos preceptos morales no es más que el de
alcanzar la virtud, fin que se puede alcanzar actuando según lo que la Ley dictamina, o en
estado disposicional del alma propio del sabio, en donde su razón particular ha de
convertirse en la recta razón, libre de estados pasionales 46, y se identifica con la razón
46
Es importante aclarar que en la teoría estoica de las pasiones o estados emocionales (τά πάθη), las
mismas tienen una carga negativa y son definidas como el resultado de un juicio errado de la razón, un
movimiento irracional del alma o un impulso excesivo (Galeno, PHP 240, 11-242, 11, SVF 3,462, L.&S. 65J,
B.&S. 25.10) inherente al estado cognitivo de la opinión. Es decir, que en la filosofía estoica la razón es el
resultado de un asentimiento incorrecto a una presentación. Lo que significa que razón y pasión son dos
caras de una misma moneda, y por lo tanto, no hay pasión sin razón. Esto porque el ser humano participa
del lógos de manera parcial e imperfecta. Por el contrario, el estado cognitivo del sabio, que es el del
conocimiento, dará como resultado las buenas pasiones o pasiones correctas (εὐπαθειαί), que son los
estados del alma resultantes de los asentimientos correctos a las presentaciones.
una muestra a pequeña escala de la razón perfecta, la cual actúa y toma forma a través de él
naturaleza gracias a su comprensión, la Ley, que rige al orden (kósmos) natural, provendrá
desde la parte rectora de la mente del sabio y no desde fuera a modo de una imposición
Una posición similar a la de Annas se encuentra en Mitsis (2003, p. 39), quien plantea en
ese texto que la Ley actuaría como una especie de imposición externa de los requisitos
naturales que debe cumplir el agente. Sin embargo, como señala Boeri (2004, p. 171), en un
texto anterior (Cf. 1999, p. 164) Mitsis defiende una posición afín a la tesis defendida en
este trabajo sobre la reciprocidad entre la intencionalidad de la acción moral del agente y la
voluntad de la Ley natural, la cual no se expresa como una justificación ni como una
imposición externa de la conducta, sino que el actuar de acuerdo con los principios morales
universales hace de la acción del agente un reflejo particular de la estructura a gran escala
problema que surge al tratar de explicar si las pasiones surgen a raíz de la creencia en algo visto como el
supremo bien (pasión en sentido “fuerte) o basta para tener una emoción pensar que algo es bueno de
manera esporádica (sentido “débil”).
47
Una argumentación en apoyo de esta tesis se encuentra en Gómez (2014, p. 63 y ss.), quien afirma a partir
de varios pasajes de Cicerón (De Leg. II. 11; I. 6-18; Rep. 3.33) que, a diferencia de la Ley humana, que es
convencional y se encuentra sujeta a cambios, la Ley natural es eterna e inmutable y es la razón universal
equivalente a la mente de Dios, que una vez es adquirida por el hombre cuando alcanza el punto culmen de
su desarrollo moral y se convierte en sabio, descansa también en su mente. Por lo que la Ley no es algo
impuesto de manera externa, sino algo que se impone a partir de la recta razón propia, siendo el sabio,
entonces, un agente autónomo y no un uno heterónomo.
48
de la que emanan dichos principios. Esta posición resulta mucho más persuasiva y
nos conduce hacia la virtud. […] Y, de nuevo, según dice Crisipo en el libro
I de su tratado Sobre los fines, vivir según la virtud es lo mismo que vivir
según la experiencia de las cosas que ocurren por naturaleza, pues nuestras
naturalezas son partes de la del todo. Por esa razón, precisamente, vivir en
acuerdo con la propia naturaleza como con la del todo, y no hacer nada de
virtud del hombre feliz, el correcto fluir de la vida, cuando hace todo de
49
acuerdo con la armonía de la divinidad en cada uno de nosotros y el deseo
del administrador del universo (DL VII. 87-88, SVF 3.4, B.&S. 23.1)48.
vivir de acuerdo con la virtud en la filosofía estoica. Esto se debe a la concepción de que
orden por el que Zeus, que es la razón divina, administra el universo y es la que manda lo
virtud es lo mismo que vivir de acuerdo con lo que sucede según la naturaleza, ya que
“nuestras naturalezas son partes de la del todo”. Lo que refiere nuevamente al fin
entendido como buscar ser el reflejo a pequeña escala de la totalidad del cosmos. O lo que
48
Respecto a esta cita de Diógenes Laercio, Annas afirma que esta visión hace parte de la forma “vulgar” o
popular del estoicismo, y que aunque ha sido defendida como la correcta visión de la teoría estoica, tal
visión presenta dos tipos de problema. El primero es, según Annas, el hecho de que la naturaleza cósmica
haya sido enfatizada mayormente por los estoicos tardíos como Epicteto o Marco Aurelio, no por los
antiguos. El segundo, es que según ella no parece haber una postura ética en absoluto, ya que la virtud
desde esta perspectiva es hacer lo que sea necesario en conformidad con la naturaleza, en donde tal
naturaleza (cósmica) es entendida como algo externo al agente (Annas, 1993, pp. 160-161).
Respecto al primer problema, Annas no ofrece ninguna prueba de que los estoicos antiguos no hubiesen
hecho énfasis en la naturaleza (cósmica) como la piedra angular de la Ética. De hecho, el fragmento de
Laercio citado y las fuentes primarias dan a entender todo lo contrario (pueden consultarse respecto a esto:
Cicerón, De fin. 5.24, B.&S. 22.9; Estobeo, Ecl. 2.77, 16-78,6, B.&S. 23.4; Ecl. 2.75,7-77, SVF 3.3, B.&S. 23.3,
Clemente, Strom. 2.21.129. 1-5, SVF 1.180, B.&S. 23.5).
Respecto al segundo problema, se ha demostrado en el capítulo anterior que no existe un problema como
tal y que la visión de entender a la naturaleza como algo externo al agente es algo que obedece puramente
a la interpretación de Annas, interpretación que hace las veces de premisa fundamental dentro de su
argumentación. Una premisa que en el capítulo anterior se demostró que no obedece a lo que plantea la
filosofía estoica.
50
en otras palabras equivale a la tesis central y transversal de este trabajo: la existencia de
una Ética cósmica teniendo como base y modelo la parte de la Física, entendida como el
estudio de la totalidad del orden natural del que el ser humano es una parte. Teoría que es
Ahora bien, siguiendo la tesis de Striker (1996), la teoría de la Ley natural fue introducida
por los estoicos en relación directa con su teoría de la virtud, entendida como el
orden racional de las partes que integran el cosmos, sus movimientos y su interacción. Por
lo que, por tanto, el conocimiento del bien será el conocimiento del orden racional de la
naturaleza. Y dado que dicho orden fue asumido por los estoicos como algo creado por la
razón divina, sus leyes también pudieron concebirse como leyes dadas por un legislador
De esta manera, los estoicos dieron un siguiente paso en su argumentación diciendo que la
orden perfecto del universo, pues el conocimiento de las leyes de la naturaleza nos hará
capaces de organizar nuestra propia vida para actuar de acuerdo con lo que dicha buena
vida es por naturaleza. Por lo tanto, la conducta correcta, que consistirá en actuar en
conformidad con el orden creado por la razón universal o divina, será correcta por
naturaleza y porque ha sido prescrita por los dioses (Cf. Ibíd. p. 218).
51
De acuerdo con esto, el actuar conforme a la naturaleza del sabio virtuoso estará en
sintonía con el hecho de reconocer que el alcance exitoso de las cosas acordes a la
naturaleza no se encuentra bajo su control, de lo que se sigue que la acción del sabio estará
gobernada por intenciones correctas y metas morales, aunque tales actos no sean siempre
exitosos en su objetivo de ser acordes a la naturaleza (Cf. Mitsis, 1994, p. 4826). Actos
que, sin embargo, estarán regidos por la disposición moral propia del sabio y su nivel de
conciencia.
Esto conlleva al tema de la realización de los actos debidos (kathékonta) y actos perfectos
argumentativa de este trabajo, razón por la que no ahondaré en ella. Me limitaré a decir,
señala que la diferencia entre el acto del sabio y del no sabio no radica en el éxito
permanente que cada acto pudiese tener en el caso del sabio y el fracaso permanente en el
caso del no sabio, sino que la diferencia entre los actos de uno y otro radica en la
disposición moral del agente. Disposición que hace de los actos apropiados del sabio actos
perfectos, dado que los mismos se encuentran alineados con la recta razón y, por lo tanto,
tales actos serán consistentes con todas las virtudes y se encontrarán en conformidad con el
Por otra parte, se han dado diferentes tipos de interpretaciones respecto a la forma en que
problema, que también desborda el objetivo del presente capítulo, que ha sido demostrar
que la crítica de la heteronomía de Julia Annas resulta ser una falacia debido a la falsedad
52
del supuesto fundamental en la cadena de su argumentación, me limitaré de manera
igualmente breve, a decir que como señalan Boeri (2004, pp. 167-169) y Mitsis en el texto
debido a que la misma se encuentra por encima de todo tipo de código civil particular (Cf.
Es decir, que lo que la Ley natural prescribiría sería en realidad el estado disposicional del
sabio anteriormente mencionado, esto es, la recta razón, que es lo que le permite al sabio
según los designios de la Ley en cada caso particular. O en otras palabras, la diferencia se
encontraría en que sólo el sabio actúa bajo la recta razón debido a que solamente él tiene
total y plena conciencia de sus actos (Cf. Mitsis, 1994, p. 4836). Según esto, podría
afirmarse que incluso las acciones del sabio, debido a la disposición moral de su alma, más
que ser acordes a la naturaleza, es decir, más que ir en la línea o tendencia de lo que la Ley
Por lo tanto, si la razón del sabio y la Razón universal y la Ley natural son isomórficas, el
sabio establecerá la Ley y las normas de conducta para los no sabios en la forma de actos
debidos (Cf. Ibíd. p. 4830), quienes sí son agentes heterónomos y necesitan de un referente
externo de la Ley. No obstante, de ello se deduce que el contenido de los actos debidos es
también parte de la Ley natural y que los no sabios también pueden seguirla aunque sea de
Así, la Ley, aunque no se encuentre prescrita en algún código civil, podrá manifestarse y
seguirse de acuerdo a unos estados disposicionales correctos, que según esta teoría, son
53
universales y eternos. Y es por esa misma razón que la Ley no puede encontrarse en un
código legal, ya que cualquier tipo de código o constitución es una convención cultural que
Dicho esto, se puede decir que en la filosofía estoica la fórmula de la virtud “vivir
prohíbe hacer. Ley que rige el orden del universo y por la que la Razón universal actúa.
Dicha Ley preside tanto los actos humanos como los divinos, y de ella emanan tanto las
leyes de las que se ocupa la parte de la Física como de las que se ocupa la parte de la Ética,
encontrando ésta última en la Física un modelo para alcanzar su fin, la virtud, gracias al
estudio y comprensión del mundo y el orden natural que le permite al agente tener un
referente a nivel macro de lo que debería ser su conducta a un nivel micro o particular.
Por lo tanto, el vivir de acuerdo con la naturaleza no implica un agente heterónomo, como
Ética es el tener como finalidad la consecución de la autonomía del agente, quien a partir
de su desarrollo moral hasta su más alto grado alcanzaría dicha autonomía gracias a la
comprensión de la Ley o máximas universales por las que debe regirse su comportamiento.
Ley que al ser comprendida, debido a una toma de conciencia profunda por parte del
una vez llegado a ese punto se convertirá en un agente virtuoso y autónomo, ya que la Ley
En el próximo capítulo se pasará a tratar el segundo problema que señala Annas, a modo
54
responsabilidad moral en el agente dada su comprensión de la naturaleza como algo
externo a él. Por lo que será necesario explicar la teoría estoica del destino y el
55
4
naturaleza como algo externo al agente (la idea fundamental de la que parte su
argumentación), se deriva otro problema del que ella se vale para hacer una crítica
adicional a la tesis de la Ética cósmica. A saber, que si se aceptase dicha tesis, la misma
conduciría a la eliminación de la responsabilidad moral que cada uno pudiese tener sobre
las consecuencias de sus acciones, “ya que si uno sólo es una parte de un gran todo, nada de
Este problema o crítica se identifica con otro problema que ha recibido el nombre de crítica
los estoicos, el destino es una cadena de causas que se remontan hasta el inicio del ciclo
cósmico y por lo tanto todo está determinado según el destino, dichas causas serían
2016, p. 115).50
49
Para este capítulo utilizaré como referencia el trabajo de Gómez, L. (2016). Responsabilidad moral y
destino en el estoicismo temprano. Ciudad de México: UNAM, por tratar este trabajo principalmente sobre
los problemas que las teorías estoicas del destino, el determinismo y la responsabilidad moral suscitaron en
su época y que aún hoy se encuentran vigentes en el pensamiento filosófico. Además, este libro se
circunscribe, como lo indica su título, en el problema del determinismo dentro del estoicismo antiguo o
temprano, época en la que reside mayoritariamente el debate en cuestión.
50
Como mostraré de aquí en lo que sigue, el hecho de que los estoicos antiguos (especialmente Crisipo)
hayan tenido como una de sus preocupaciones centrales el problema del destino y hayan defendido una
postura compatibilista entre el destino y la responsabilidad moral, borra la afirmación de Annas (quien no
56
Para poder responder a esta crítica es necesario tener en cuenta que para los estoicos
antiguos “el destino es la razón que ordena todas las cosas” (Gómez, p. 21), que el destino
es una de las maneras en que se entiende a Dios y a la naturaleza 51, y que su teoría se
no produce los sucesos atómicamente, es decir, aislados de los demás sucesos que ocurren
en el mundo, sino que opera mediante las relaciones causales, siendo entendido el destino
de esta manera como la causa que todo lo conecta (Cf. Ibíd. p. 51). De acuerdo con esto, el
destino no es una fuerza ajena a la naturaleza, sino que por el contrario es el entramado de
cita la fuente) de que, según los defensores de la visión de la Ética cósmica, dicha visión hubiese sido
defendida con mayor énfasis por los estoicos tardíos como Epicteto o Marco Aurelio. Si algo dijeron sobre la
naturaleza cósmica, afirma Annas, fue solamente mirando el campo ético (Cf. Annas 1993, p. 160), pues
como suele entenderse, los estoicos romanos hicieron especial énfasis en el campo ético más que en el
físico o el lógico. Sin embargo, este es un argumento débil en la argumentación de Annas, pues el hecho de
que los estoicos romanos hicieran énfasis en la Ética no significa que hubiesen tomado una posición similar a
la de Aristón de Quíos, quien eliminó las otras dos partes del discurso filosófico de manera radical (DL. VII,
160), sino que dicha preponderancia de la Ética en los estoicos romanos se debió en gran parte a las
circunstancias políticas y sociales de su época. No obstante, eso no significaba que los mismos
desconocieran la influencia de la Física en el campo ético y la interdependencia de los diferentes elementos
del discurso filosófico que hacen de la filosofía una unidad.
51
Véase el capítulo 2.
57
afirmaciones de Zenón y Cleantes respecto al destino y la providencia, explicaciones que
no fueron desarrolladas lo suficiente para dejar claras las concepciones estoicas sobre estas
cuestiones y que por tanto dieron espacio a la mencionada crítica fatalista 52.
causa del destino y todo se encuentra determinado, entonces los esfuerzos y deseos de los
seres humanos no tienen ningún sentido y no vale la pena esforzarse para lograr objetivo
ejemplo el caso del enfermo, afirma que si hemos de sanar sanaremos o que si hemos de
fatalista sostiene también que no es suficiente con mostrar que el destino sea la causa de
cuantos sucesos ocurren en el mundo, puesto que se puede dar la posibilidad de que algo
52
Es importante aclarar que las teorías del destino de Zenón y Cleantes, a las que Gómez llama ortodoxas
(2016, p. 43), contemplaban un grado de fatalismo, puesto que postulaban que las cosas que ordene el
destino habrán de pasar necesariamente independientemente de los esfuerzos del agente. (Hipólito, Haer.
1.21.2, SVF 2.975, L.&S. 62A). Este tipo de fatalismo es al que se le da el nombre de fatalismo “moderado”,
ya que no concibe al destino como una fuerza ajena a la naturaleza pero sí como una fuerza ajena al agente,
contrario al fatalismo “extremo” que concibe al destino como una fuerza ajena a la naturaleza misma.
No obstante, en la teoría de Crisipo, que fue quien le dio el giro determinista a la teoría estoica del destino,
aunque cabe un margen limitado de fatalismo relegado a los sucesos inevitables en la vida de los seres
humanos, tales como la fecha de su muerte, dentro de su teoría el agente es parte de la cadena causal del
destino, logrando con ello explicar que todo sucede conforme al destino y que a la vez hay cosas que sólo
pueden ocurrir a partir de nosotros (Gómez, Ibíd. p. 58).
53
Orígenes, Con. Cel. 2.20, 62-71, SVF 2.957, B.&S. 28.4; Cicerón, Fat. 30, SVF 2.956, B.&S. 28.5.
58
externo se oponga u obstruya a dicha causa y que, de ese modo, no todo suceda en
Sin embargo, esta objeción adicional también surge de una mala comprensión de la teoría
estoica del destino, puesto que no hay causas fuera del destino. El destino es la causa de
todos los acontecimientos, actos y movimientos de cuanto sucede en el mundo, puesto que
el destino es llamado la causa de las cosas o la razón de acuerdo con la cual el universo se
conduce (DL. VII 149, SVF 2.915). Es el alma del mundo al cual mantiene cohesionado
como un todo y es la razón de Dios. Lo que quiere decir que en realidad no existe causa
alguna que esté fuera del destino, pues el destino es la totalidad de las causas existentes, y
La crítica de la necesidad externa recae sobre la interpretación atómica de los sucesos, que
concibe a los mismos como hechos aislados, pues de ninguna otra manera es posible
De esta manera, se observa que el destino es para los estoicos una cadena, cadena de la que
todos los elementos que existen en el mundo participan. Ninguno se queda por fuera, en
especial el ser humano dado el lugar que ocupa dentro de la escala natural. Por eso, ante
una crítica de este tipo, cuando se afirma que puede ocurrir que una causa externa impida el
filosofía estoica sería que, aunque dicha causa que obstaculice el desarrollo de ese ser
pueda parecer externa a dicha entidad, desde la mirada de la totalidad de las causas, es
decir, desde la mirada del destino, tales obstáculos no existen, sino que ambos son parte de
59
la naturaleza del todo y por lo tanto tales acontecimientos también se encuentran
(1985), quien entiende al destino dentro de la teoría estoica como una “necesidad
independiente” y un tipo de fuerza que se posa “sobre y en contra” de los eventos y las
acciones, previniéndolas o coerciéndolas para evitar la desviación del sendero (path) del
destino (p. 294). Esta interpretación del destino entiende al mismo como algo externo o
ajeno al agente. Algo que se impone sobre sus deseos y sus actos55.
Sin embargo, y como ya se señaló, contrario a esta interpretación “el destino es una fuerza
pneûma o aliento divino que todo lo atraviesa y que a todo cualifica, de donde se deduce
que los deseos y acciones del agente no son algo ajeno al destino sino, por el contrario, un
resultado de él. Esta forma de entender al destino va en la misma línea del citado modelo
antropomórfico de Long & Sedley (1987, p.279)56, que apela a la correspondencia micro-
54
Véase también respecto a esta explicación del destino como la cadena de la totalidad de las causas
Cicerón, Fat. 26, B.&S. 19.3; Para una fuente del destino como equivalente a la providencia, véase: Calcidio,
in Tim. 144, SVF 2.933, B.&S. 19.4.
55
Si se aceptase una teoría fatalista del destino para la explicación de las acciones humanas, fuese la que
fuese, la noción misma de agente quedaría anulada, puesto que en ese caso lo que existiría sería un sujeto
pasivo (paciente) de la voluntad irrestricta del destino, en donde todo estaría predeterminado y en donde la
“necesidad independiente” del destino no admitiría eventos posibles, sólo necesarios y unilaterales. De
hecho, para los estoicos, según reporte de Clemente de Alejandría (Strom. 8.9.25.1.1-227.5.3; 31.1-33.9, SVF
1.488; B.&S. 14.11) es lo mismo “causa” y “agente”, puesto que lo activo y la causa lo son en relación a lo
mismo, en donde lo activo es causa de generarse y respecto de ello el agente lo es de la generación. Así, se
llama “causa” a lo que es capaz de producir algo de manera activa. Una evidencia más que demuestra que
para los estoicos el agente es un componente activo de la cadena causal del destino.
56
Este evidencia sobre la concepción estoica del destino como el alma del mundo y su correspondencia con
el alma particular de los seres que lo habitan, es uno de los argumentos centrales a favor de que la
60
macro entre el destino (Dios) como la facultad principal del cosmos y el alma racional
Hasta aquí se han podido ver los argumentos de la crítica fatalista a la teoría estoica del
destino: por un lado, se ha mostrado una interpretación crítica que entiende al destino como
una fuerza impositiva que actúa independientemente de los deseos y actos del agente, el
donde el agente “padece” o “goza” de lo que por destino le ha sido otorgado. De ello se
sigue que el destino, según esta visión, resulta ser una fuerza ajena e implacable respecto a
los intereses del individuo. Este es el tipo de fatalismo que se conoce como fatalismo
moderado, puesto que en esa interpretación el destino se entiende como algo ajeno al
agente.
Por otro lado, una objeción adicional dentro de esta carga fatalista afirma que pueden
existir causas externas al destino que pueden impedir u obstaculizar el desarrollo de los
seres particulares que conforman el mundo. Este tipo de fatalismo puede enmarcarse dentro
del llamado fatalismo extremo, que entiende al destino como una fuerza ajena a la
naturaleza y que en este caso concibe incluso otro tipo de fuerzas que pueden tener
destino como una fuerza ajena a nosotros, la segunda, como la afirmación de que pueden
correspondencia entre la naturaleza particular y la naturaleza cósmica es base iniciadora de la Ética, ya que
el objetivo del filósofo que desea alcanzar la virtud se traduce, en otras palabras, en querer identificar su
razón con la razón universal del cosmos como se ha demostrado en el tercer capítulo.
61
Como se ha demostrado, tanto el primer como el segundo enfoque interpretativo dentro de
de que el destino sea una cadena de causas no significa que dichas causas hayan estado
predeterminadas de una manera ajena y fatídica respecto de los seres humanos, puesto que
para que dichas causas se materialicen y tengan lugar en el mundo también es necesario
contar con la intencionalidad de los agentes, donde los mismos son a su vez partícipes del
causas que ocurren en el mundo. De lo que se deduce que en realidad no pueden haber
causas externas al destino y que respecto a un evento particular, que a primera vista pudiese
parecer la obstaculización por parte de una causa ajena al destino sobre algún ser de la
plantean que aceptar la idea de la naturaleza cósmica o la idea del destino (tal como lo
existencia de un agente que no tiene más opción que conformarse de una manera pasiva con
lo que el destino o la naturaleza le impongan respecto a la Ley que debe cumplir, y que las
actos es algo carente de valor, pues en realidad él pertenece a esa gran estructura cósmica
62
racional sobre la que, sin embargo, no tiene injerencia y en donde, por tanto, no es el
equívoca tanto del destino como de lo que se ha denominado Ética cósmica, ya que ni el
destino en la filosofía estoica implica o se refiere a una teoría fatalista, ni la tesis de una
Ética cósmica alude a un agente que no sea responsable de sus actos. Respecto a la crítica
fatalista, se puede decir según lo expuesto hasta el momento, que contrario a dicha
moral y por lo tanto la participación activa e individual dentro del destino por parte de cada
Dicha intencionalidad del agente fue desarrollada y argumentada por Crisipo, y de acuerdo
con él, la misma reside en el hecho de que los impulsos de nuestros pensamientos y
cada uno de nosotros, en donde cada tipo de temperamento se encuentra sujetado al destino
según sus propias cualidades (Cf. Inwood, 1985, p. 49). En otras palabras, si el carácter es
cultivado y desarrollado de una manera saludable y útil, el mismo será influenciado por el
destino de una manera más aceptable y manejable. Si por el contrario, nuestro carácter no
se educa ni se cultiva, el mismo será objeto de sus propios errores, fruto de su debilidad,
donde dichos errores se darán por causa de su propio impulso voluntario (Ibíd.).
Este argumento hace parte de la teoría crisipeana de los eventos codestinados. Dicha teoría
discrimina entre las cosas que suceden por el destino de manera simple (separadas) y las
cosas que se dan de manera unida, las cuales se encuentran necesariamente ligadas a otras
63
cosas (Gómez, 2016, p. 56)57. Sin embargo, es pertinente recordar que nada sucede por
fuera del destino dentro de esta teoría, es decir, que la existencia de eventos aislados no se
refiere a un fatalismo.
Ahora bien, respecto a los eventos codestinados, se dice que “un suceso A está codestinado
con un suceso B si B es una condición necesaria para que A ocurra” (Ibíd. p. 59), lo que
quiere decir que en tales casos ambos sucesos se encuentran encadenados, es decir, que el
uno no podría darse sin el otro. Tal visión del destino es una visión relacional (p. 61).
De acuerdo con esto, para Crisipo todo lo que sucede en el ámbito de lo humano se da tanto
por nuestra propia causa como por causa del destino 58, puesto que muchas cosas no podrían
darse a menos que las deseemos y pongamos nuestros esfuerzos para que ellas ocurran.
Sólo de esta manera dichas cosas pueden encontrarse destinadas a suceder, lo que a su vez
comprende que dentro del determinismo estoico siempre deba existir la posibilidad de los
eventos contrafácticos, esto es, la posibilidad de que el agente hubiese cometido una acción
Los ejemplos que ofrece Crisipo, según el reporte de Diogeniano, serían que el hecho de
que el manto no se dañe, se encuentra codestinado con que el manto se cuide; que alguien
se salve del enemigo, codestinado con el hecho de que emprenda la huida; el hecho de
57
No obstante, respecto a las cosas que suceden de manera aislada puede que las mismas se den de manera
aislada en relación con algo y se den unidas con relación a otra cosa. El ejemplo que da Gómez (Ibíd. p. 57)
es el del fruto que da un árbol. Tal fenómeno puede entenderse como aislado en cuanto al hecho de que un
ser humano observe la germinación del fruto, pues independientemente de que el humano lo observe el
fruto germinará. A diferencia de ello, la aparición del fruto se encuentra ligada al hecho de que el árbol
madure, lo que los hace dos fenómenos que se encuentren unidos.
58
Diogeniano, en Eusebio, Praep. Ev. 6.8.25-29, SVF 2.998, L.&S. 62F, (trad. Gómez).
64
engendrar un hijo, codestinado con el hecho de unirse sexualmente a una mujer. Así,
De esta manera, se entiende que el agente cumple una función activa dentro de la cadena
causal de la naturaleza que es el destino. El destino no se muestra como una fuerza extraña
a él. Sus acciones se dan de acuerdo a la intencionalidad de sus actos, es decir, de acuerdo a
sus impulsos, ya que los mismos dependen únicamente de él. De igual manera, sólo el
agente es responsable del asentimiento que dé a sus presentaciones. Y es por esto que el
agente, desde el punto de vista de la cadena total de las causas que es el destino, es una
causa en tanto que es un elemento activo que hace parte de dicha cadena causal, y a su vez
es libre en tanto que la libertad reside en el manejo que él le dé, a través de su facultad del
impulso, y el asentimiento a ellas, son las únicas cosas que en realidad están en nuestro
poder60.
La teoría de los actos codestinados muestra que el hecho de que el agente sea parte de la
gran cadena cósmica racional no lo excluye de la responsabilidad de sus acciones, sino que,
por el contrario, debido a la facultad racional de la que goza como ser privilegiado dentro
de esa cadena, las acciones que el agente cometa dependerán exclusivamente del uso que él
65
impulsos de acuerdo a su condición de animal que participa de la razón. Según esto, dado
que el destino es la razón de Dios que ordena el mundo y dada la condición racional del
agente, se puede decir que el hombre es racional por el destino. Por lo tanto, el destino
actúa a través de la razón del hombre según el uso que él le dé a su facultad racional de dar
cualitativo de la parte rectora de su alma, i.e., su mente (Cf. Inwood, 1985, p. 67).
Esta condición doble de que todo suceda por el destino y que al mismo tiempo las cosas
que suceden con relación a las acciones humanas dependan de nosotros es a lo que se le ha
entiende que el agente hace parte de la cadena relacional y causal del destino y que por lo
sucesos codestinados sólo pueden suceder si se encuentran relacionados con otros que sean
condición necesaria para que los mismos ocurran. Esto es, que para que ciertos efectos
tengan lugar dentro de la cadena causal del destino, los mismos deben ocurrir a partir de
ciertas causas determinadas, las cuales son necesarias para que dichos efectos se den, pues
se tiene como principio el hecho de que a las mismas causas se han de seguir siempre los
mismos efectos. Así, el destino, que es la forma en la que Dios cohesiona la totalidad de las
causas y los efectos del mundo, participa a través de nosotros, más sólo depende de
nosotros el asentir ante nuestros impulsos y presentaciones, dado que tenemos la facultad
66
De acuerdo con lo anterior, la teoría de Crisipo alude a una necesidad de tipo determinista,
no externalista, puesto que las causas que intervienen en la producción de las acciones
humanas provienen desde la mente del agente, esto es, que dichas causas son de tipo
interno, y que sólo dichas causas son autosuficientes para la realización de una acción,
contrario a las causas externas que no son autosuficientes para producir un efecto (Gómez,
2016 p. 116). Dichas causas se dividen en cuatro tipos: principales y perfectas, ayudantes y
próximas. Las causas principales y perfectas se asocian a los factores internos al agente,
mientras que las causas ayudantes y próximas se asocian a los factores externos (Ibíd. p.
131).
Según reporte de Cicerón61, en cuanto a las acciones humanas, las mismas se dan por
causas perfectas y principales, mientras que las causas que se refieren al destino son causas
ayudantes y próximas. Este pasaje, aunque puede ayudar a esclarecer mejor lo que he
venido argumentando en este capítulo, es pertinente explicarlo con detalle y “agarrarlo con
pinzas” para evitar una posible mala interpretación de la teoría estoica del destino.
Si se tiene en cuenta el hecho de que el destino es la totalidad de las causas que acontecen
en el mundo y que todo pasa en conformidad con el destino, el pasaje anteriormente citado
podría parecer contradictorio con lo que hasta aquí se ha expuesto. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que en la medida en que la teoría estoica fue pasando de una época a otra y
en especial de una lengua a otra (como fue el caso de Cicerón), muchos de los conceptos
por lo que el pasaje anterior podría entenderse a la luz de que lo que Cicerón llama causas
61
Fat. 41. Trad. De Gómez.
67
ayudantes y próximas del destino se refieren al flujo externo del mismo, mientras que las
Dicho flujo interno trata concretamente del pneûma o aliento racional del agente, el cual a
su vez es la causa cohesiva de que el mismo mantenga su cualidad de ser cuerpo animal y
racional, y en donde dicho pneûma hace las veces de ser la causa principal y perfecta de las
El flujo externo del destino, que en relación al pasaje de Cicerón serían las causas
ayudantes y próximas, harían referencia entonces a las causas que no son autosuficientes
para la realización de una acción por sí mismas. Tales causas también suelen ser llamadas
preliminares62 y ayudantes. Las preliminares son anteriores a la ocurrencia del efecto. Las
causas ayudantes tampoco son autosuficientes para la realización de un efecto, puesto que,
causas perfectas; por ejemplo, el hecho de agredir a alguien será intensificado o agravado si
se utiliza un arma, sin embargo, el arma no será la causa principal del efecto de que alguien
sea agredido.
Conforme a esto, puede entenderse que el pasaje de Cicerón, al mencionar a las causas
ayudantes y próximas por las que actúa el destino, se refiere al flujo externo del destino,
mientras que cuando menciona las causas principales y perfectas se refiere al flujo interno
del destino representado en el pneûma racional que equivale a las causas internas y
cohesivas del agente. Sin embargo, tanto las causas principales y perfectas como las causas
62
Clemente, Strom. 8.9.25.1.1-227.5.3; 31.1-33.9, SVF 1.488; B.&S. 14.11.
68
ayudantes y próximas son todas partes del destino, pues como se ha visto, el destino es el
De acuerdo con lo anterior, el destino, en tanto que es esa cadena cósmica racional a través
de la que la naturaleza actúa, actúa a través de nosotros debido a que somos una
manifestación de ella. Sin embargo, las causas de nuestros asentimientos dependen del
estado cualitativo de nuestra mente (el grado de tensión en el que se encuentre nuestro
pneûma, para decirlo en términos estrictamente fisicalistas) y sólo tales causas internas
(principales y perfectas) son autosuficientes para que se realice una acción por parte del
agente, lo que lo hace moralmente responsable del asentimiento que dé a sus presentaciones
y a sus impulsos, donde las causas próximas y auxiliares sólo pueden ayudar a la
se cuenta con la intencionalidad del agente. Es importante en este punto dejar claro que
cuando se dice que todo sucede necesariamente con relación al destino, se da por supuesto
acciones.
Según lo expuesto en este capítulo, queda demostrado que la tesis de la Ética cósmica no
69
desempeñan dentro del sistema filosófico estoico, así como el hecho de que según su
El destino es la razón de Dios que unifica a todo cuanto hay en el cosmos y es la cadena
relacional de causas por la que se encuentra unida la totalidad de los sucesos que ocurren en
el mundo. Al ser la totalidad de las causas y el soplo de Dios que une al cosmos, el destino
atraviesa al ser humano, quien gracias al lugar que ocupa dentro de la escala natural posee
la facultad de ser racional y por lo tanto de tener la opción de dar asentimiento o no a sus
presentaciones e impulsos. De ello se sigue que, por lo tanto, todo sucede en conformidad
con el destino y a la vez las acciones de los seres humanos dependen en última instancia de
ellos, siendo dichas acciones responsabilidad de los agentes que las cometen, lo que implica
que dichos agentes son parte activa de la cadena de causas que conforman el destino.
70
Conclusión.
externa o ajena al agente, y que el ser humano, en tanto que es un animal racional, es parte
de la naturaleza.
Naturaleza, Dios, destino, cosmos, razón universal y Ley son términos correlativos en el
estoicismo, y por lo tanto vivir de acuerdo con la naturaleza es vivir de acuerdo con la Ley,
malo y lo que debe hacerse y lo que no. Entonces, vivir de acuerdo con la naturaleza es
vivir de acuerdo con la virtud en tanto que lo único que es excelente es la naturaleza, y la
virtud del ser humano consistirá en hacer de su alma un reflejo a nivel particular de esa
estructura perfecta que es la naturaleza, la cual se rige por la Ley y es administrada por la
Al lograr la comprensión del orden natural, del cual es partícipe, el agente logrará el nivel
de conciencia más elevado posible y su razón se identificará con la razón universal, la cual
es correlativa con la Ley que rige el funcionamiento de la naturaleza. Dicha Ley actuará a
través del agente, por lo que a un mismo tiempo será establecida y descubierta por él, de lo
que se sigue que el agente virtuoso será autónomo y no heterónomo, debido a que la Ley,
Al ser el único animal que dentro de la escala natural goza de la facultad privilegiada de la
razón y al encontrarse sólo por debajo de Dios, ser el único ser que en el mundo puede
71
comprender el orden por el que se rige la naturaleza, y tener la facultad de asentir o no a sus
deber moral de vivir en conformidad con la razón, puesto que es un ser racional. Condición
que le otorga privilegios dentro de la naturaleza pero que al mismo tiempo le otorga el
Por lo tanto, con lo argumentado en este trabajo, se concluye que en la filosofía estoica la
naturaleza ofrece la muestra a gran escala de lo que debe ser y lo que debe regir y guiar el
72
Epílogo.
Esta investigación deja las puertas abiertas para futuras investigaciones sobre temas que
han sido tocados aquí, pero que por razones tanto metodológicas como de contenido no
pudieron tratarse con la profundidad y extensión que los mismos sugieren, debido a los
Uno de esos temas es el papel que la teoría de la Ley natural ha jugado en el desarrollo
histórico de ciertas doctrinas políticas y su relación con los Derechos Humanos, en tanto
Heráclito, pues como se ha podido observar a lo largo de este trabajo, varias de las ideas de
estos pensadores tuvieron una influencia decisiva para el desarrollo y construcción del
hasta qué punto fueron transformadas las ideas de estos pensadores por los estoicos y hasta
trabajo ha sido el grado de influencia que pudieron tener las culturas y filosofías de Oriente
rastrear los puntos de convergencia entre las concepciones de las correspondencias micro-
73
macro que se evidencian tanto en el estoicismo como en las filosofías hindú y egipcia, por
ejemplo.
Por último, un tema que queda abierto para ser tratado en el futuro es la influencia que
de los siglos XVI, XVII y XVIII, en donde el estoicismo tuvo una influencia evidente en
suficientemente investigada.
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