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Este artículo trata sobre la Primera Revolución Industrial. Para otros eventos del mismo
nombre, véase Revolución industrial (desambiguación).
Coalbrookdale de noche, pintura al óleo del artista inglés de origen francés Philip James de
Loutherbourg (nacido en 1740 y fallecido en 1812).
Coalbrookdale (condado de Shropshire, Inglaterra) es considerado una de las cunas de la
Revolución Industrial.
Una máquina de vapor de tipo Watt, construida por la compañía David Napier & Son
Limited (Londres) en 1859.
Cita: … for the first time in history, the living standards of the masses of ordinary people
have begun to undergo sustained growth (…) Nothing remotely like this economic
behaviour is mentioned by the classical economists, even as a theoretical possibility … 5
Traducción de la cita: … por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la
gente común experimentó un crecimiento sostenido (…) Nada remotamente parecido a este
comportamiento económico es señalado por los economistas clásicos, ni siquiera como una
posibilidad teórica …
A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de
obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal, siendo estos sustituidos por
maquinaria para la fabricación industrial y para el transporte de mercancías y pasajeros.
Esta transición se inició hacia finales del siglo XVIII en la industria textil, así como en lo
relacionado con la extracción y utilización de carbón. La expansión del comercio fue
posible gracias al desarrollo de las comunicaciones, con la construcción de vías férreas,
canales, y carreteras. El paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía
industrial influyó sobremanera en la población, que experimentó un rápido crecimiento
sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de vapor de James Watt
(patentada en 1769) en las distintas industrias, fue el paso definitivo en el éxito de esta
revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción.
Más tarde, el desarrollo de los barcos y de los ferrocarriles a vapor, así como el desarrollo
en la segunda mitad del XIX del motor de combustión interna y la energía eléctrica,
supusieron un progreso tecnológico sin precedentes.67
Como consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases sociales
encabezadas por el proletariado —los trabajadores industriales y campesinos pobres— y la
burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y
el capital. Esta nueva división social dio pie al desarrollo de problemas sociales y laborales,
protestas populares y nuevas ideologías que propugnaban y demandaban una mejora de las
condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, por la vía del sindicalismo, el
socialismo, el anarquismo, o el comunismo.8
Aún sigue habiendo discusión entre historiadores y economistas sobre las fechas de los
grandes cambios provocados por la Revolución Industrial. El comienzo más aceptado de lo
que podríamos llamar Primera Revolución Industrial, se podría situar a finales del siglo
XVIII, mientras su conclusión se podría situar a mediados del siglo XIX, con un período de
transición ubicado entre 1840 y 1870. Por su parte, lo que podríamos llamar Segunda
Revolución Industrial, partiría desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX,
destacando como fecha más aceptada de finalización a 1914, año del comienzo de la
Primera Guerra Mundial. El historiador marxista Eric Hobsbawm, considerado pensador
clave de la historia del siglo XX 9 sostenía que el comienzo de la revolución industrial debía
situarse en la década de 1780, pero que sus efectos no se sentirían claramente hasta 1830 o
1840.10 En cambio, el historiador económico inglés T.S. Ashton declaraba por su parte, que
la revolución industrial tuvo sus inicios entre 1760 y 1830.11 Algunos historiadores del
siglo XX, como John Clapham y Nicholas Crafts, argumentan que el proceso de cambio
económico y social fue muy gradual, por lo que el término «revolución» resultaría
inapropiado. Estas cuestiones siguen siendo tema de debate entre historiadores y
economistas.1213
Antecedentes y causas
Los inicios de la industrialización europea hay que buscarlos en la Edad Moderna. A partir
del siglo XVI se vislumbra un avance en el comercio, métodos financieros, banca y un
cierto progreso técnico en la navegación, impresión o relojería. Sin embargo estos avances
siempre se veían lastrados por epidemias, constantes y largas guerras y hambrunas que no
permitían la dispersión de los nuevos conocimientos ni un gran crecimiento demográfico.
Según el historiador Angus Maddison, Europa Occidental experimentó un crecimiento
demográfico prácticamente nulo entre 1500 y 1800.
El Renacimiento marcó otro punto de inflexión con la aparición de las primeras sociedades
capitalistas en Holanda y el norte de Italia. Es a partir de mediados del siglo XVIII cuando
Europa comenzó a distanciarse del resto del mundo y a asentar las bases de la futura
sociedad industrial debido al desarrollo, aún primitivo, de la industria pesada y la minería.14
15
La alianza de los comerciantes con los agricultores hizo aumentar la productividad, lo
que a su vez provocó una explosión demográfica, acentuada a partir del XIX. La
Revolución Industrial se caracterizó por la transición de una economía agrícola y manual a
una comercial e industrial16 cuya ideología se basaba en el racionalismo la razón y la
innovación científica.17
Otras interpretaciones
Gran Bretaña
Adam Smith, filósofo y economista británico considerado el padre de la economía moderna
y el capitalismo fundamentalmente por su libro La riqueza de las naciones
Como factor geoestratégico, durante el siglo XVIII Inglaterra (que tras las firmas del Acta
de Unión con Escocia en 1707 y del Acta de Unión con Irlanda en 1800, después de la
derrota de la rebelión irlandesa de 1798, consiguieron la unión con Escocia e Irlanda,
formando el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda) construyó una flota naval que la
convirtió (desde el tratado de Utrecht, 1714, y de forma indiscutible desde la batalla de
Trafalgar, 1805) en una verdadera talasocracia dueña de los mares y de un extensísimo
imperio colonial. A pesar de la pérdida de las Trece Colonias, emancipadas en la guerra de
Independencia de Estados Unidos (1776-1781), controlaba, entre otros, los territorios del
subcontinente Indio, fuente importante de materias primas para su industria,
destacadamente el algodón que alimentaba la industria textil, así como mercado cautivo
para los productos de la metrópolis. La canción patriótica Rule Britannia (1740)
explícitamente indicaba: rule the waves (gobierna las olas).
Revolución demográfica
Esta máquina de hilado es la última superviviente de las construidas por Samuel Crompton
También empezó a darse una mayor demanda de tejidos gruesos, los cuales eran fabricados
por la industria británica en la localidad de Lancashire, donde destacaba la producción de
pana, fabricada a partir de fibras entrecruzadas de lino y algodón. El lino era utilizado para
dotar de más resistencia al tejido, cuyo material principal, el algodón, no tenía una
resistencia suficiente, aunque esta mezcla resultante no era tan suave como los tejidos
100% algodón y era más difícil de coser.25
La máquina de hilar (Water frame) inventada por Richard Arkwright, fue patentada por este
junto con dos socios en 1769. El diseño se basaba en parte en una máquina de hilado
construida por Thomas High, quien fue contratado por Arkwright.32
El comercio internacional
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación
acreditada.
Este aviso fue puesto el 12 de agosto de 2010.
Economía industrial
Véanse también: Segunda revolución industrial y Tercera revolución industrial.
Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese
podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las
mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.
Estos nuevos transportes se hacen necesarios no solo en el comercio interior, sino también
en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados
nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el
Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros
países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y
con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación
de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y
comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de
propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados
extranjeros y una nueva división internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se
conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los
nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también,
mediante una política expansionista.
El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la
colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la
población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo
industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base
de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al
ferrocarril.
A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble
expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se
estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del
ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que
explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y
comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el
resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización
fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.
Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica.
En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, solo en Bélgica hay un
proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se
fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.
Transportes
El ferrocarril
Tres máquinas de vapor con cincuenta caballos de fuerza cada una han servido para
arrastrar trece vagones, cargados de mercancías y productos diversos sobre la altura del
plano inclinado que forma la vía. Allí se han enganchado los vagones a una máquina
llamada "La Experiencia" además de cierto número de vagones que llevaban a los
accionistas, autoridades e invitados (...) Se pone en marcha y hombres a caballo intentan
seguir los vagones pero pronto quedan distanciados, allí donde la pendiente era más fuerte
el convoy alcanzó las 25 millas/h.35 (40km/h).
Fue en esta ocasión el propio Stephenson el que ganó la puja en esta línea convirtiéndose su
Cohete en el encargado de remolcar un tren de 12 toneladas a 22 km/h.36 El primer correo
por ferrocarril se envió el 11 de noviembre de 1830.35 Los tiempos de llegada se redujeron
considerablemente, llegando el correo entre Londres y Manchester en aproximadamente 18
horas. En Inglaterra, siguiendo la consigna laissez faire, el Estado no intervenía en la
construcción o subvención del ferrocarril sino que se resignaba a otorgar las licencias y
permisos de construcción y explotación;36 de esta manera se gastaron enormes fortunas con
el objetivo de obtener los distintos permisos; por ejemplo el Great Western costó en gastos
preliminares 89 000 libras y otros como el London and Birmingham 62 000.37
.]]
El primer país continental en seguir el ejemplo inglés fue Bélgica con dos líneas Bruselas-
Malinas y Malinas-Amberes en 1835. El primer año transportaron 70 000 pasajeros. El
coste fue bajísimo y el billete Bruselas-Amberes costaba solo un franco.38 El invento entró
en Francia con algo de retraso pues mientras jóvenes, ingenieros y adeptos al
saintsimonismo reclamaban su construcción, tropezaban con el rechazo y la desconfianza
de muchos, además de la carencia de hierro. El gobierno francés, que veía el potencial del
aparato, ordenó un estudio para un plan nacional de los ferrocarriles. El estudio quedó
finalizado en 1837 y los capitalistas, impacientes, presionaban al gobierno para la ejecución
del proyecto con el fin de especular con las obras y los terrenos. El plan consistía en siete
líneas con centro en París, que unirían el Atlántico, el Mediterráneo y el Rin. Al contrario
que en Inglaterra y Bélgica, el estado se hizo cargo, al menos en parte, de su construcción y
explotación, aportando 150 000 francos por kilómetro de vía y construyendo las
infraestructuras necesarias.38 Mientras, las compañías privadas aportaron 100 000 francos
para edificios y material.39 Tras 40 años de administración y explotación privada, el sistema
pasaría al Estado. Socialistas románticos y conservadores se oponían al proyecto, los
primeros reclamaban que el sistema fuera del estado desde el primer día y los segundos lo
consideraban demasiado caro.39 Finalmente el plan fue aprobado, pero algunos acuerdos se
revisaron y en la práctica la construcción y explotación corrió a cuenta casi exclusiva del
sector privado.39 En 1857 la red estaba consolidada siendo propiedad de 6 grandes
compañías. Debido a la obligación de ceder la propiedad al Estado a los 40 años de
explotación se descuidó sobremanera su cuidado y mantenimiento por lo que el gobierno
francés se vio en la obligación de ampliar el plazo en 99 años más, comprometiéndose
incluso a pagar las obligaciones a su vencimiento.39
En Alemania la primera línea se construyó en 1835 con una extensión de siete kilómetros
entre Núremberg y Fürth pero fue en 1839 cuando se construyó la primera línea de
importancia entre Dresde y Leipzig, promovida por el profesor de economía política List,
uno de los principales promotores de la línea Núremberg-Fürth. Pronto se vio al ferrocarril
como una poderosa arma política; en el momento de la aparición del ferrocarril, Alemania
se encontraba dividida en más de 300 pequeños estados y ciudades autónomas. Desde la
construcción de la línea Dresde-Leipzig todas las ciudades alemanas quisieron unirse con
su vecina lo que además de un gran impulso económico hizo un gran servicio para el
triunfo del Zollverein.40 Al contrario que en el resto de países, en Alemania fue la
administración la encargada de vigilar o administrar todos los ferrocarriles.41 En 1850 el
Zollverein ya poseía 5800 kilómetros casi el doble que toda Francia. Hannover, Bremen,
Hamburgo, Berlín, Fráncfort formaban una gran línea que transcurría sobre los principales
focos industriales y unía Alemania con Suiza a través de Basilea y a Austria a través de
Moravia y Silesia.
En Italia los augurios de d´Azeglio de que los ferrocarriles coserían la bota no pasaron de
simples promesas, pues hasta 1845 solo se encontraban pequeñas líneas aisladas como la
línea Milán-Monza, Padua-Venecia, Liorna-Pisa o la línea de Campania que Fernando de
Nápoles construyó para su recreo y uso privado.44 En Hungría solo existía una pequeña vía
alrededor de Budapest y en Rusia el zarismo tuvo que imponer la construcción de la línea
Moscú-San Petersburgo debido a los numerosos detractores.44 En España, el gran tirón y
entusiasmo que de manera muy temprana había producido el invento se apaga en la guerra
civil de 1833, que paraliza todas las obras de construcción ante la desconfianza de los
capitalistas.44 Hubo que esperar hasta 1843 cuando se concedió a Juan Manuel Roca y
Miguel Biada la construcción y explotación del ferrocarril Barcelona-Mataró, que estuvo
construido en solo cinco años bajo la dirección del ingeniero inglés Locke, su inauguración
fue el 28 de octubre de 1848, un trayecto de 28 km y 600 m que se completaba en 35
minutos.nota 3 En 1851 realizó su primer viaje el segundo ferrocarril español que cubría la
línea Madrid-Aranjuez, cuya concesión había sido otorgada en 1844 con prolongación hasta
Cádiz. En 1850 se inició la construcción de la primera locomotora española, finalizada en
1852.44
Excepciones aparte, en el periodo entre 1820 y 1840, Gran Bretaña conservaba un adelanto
manifiesto sobre el resto del mundo.44 Era la única que poseía una buena red de transporte
entre sus principales ciudades. Trabajó con verdadero frenesí entre 1840 y 1847 a pesar de
la rivalidad latente entre la oposición, los grupos financieros, los Turnpike trusts y la
población, cuyo medio de subsistencia continuaban siendo las carreteras. Similar situación
se dio en Bélgica, que en 1843 tenía incluso más kilómetros que Francia y una opinión
pública muy favorable al ferrocarril.44 No fueron pocos los que vieron en el ferrocarril un
gran peligro, incluso mortal. Desde el siglo XVIII, cuando se pusieron en marcha en
Inglaterra hubo voces, incluso procedentes de la Real Academia de Ciencias británica, que
sugerían que a unas velocidades superiores a los 40km/h los pasajeros se asfixiarían, se
volverían ciegos y el ganado enloquecería. Se temía también la destrucción de las tierras de
cultivo o que la gente y mercancías salieran despedidas del aparato por sus "endiabladas"
velocidades.45
Pasada la primera mitad de siglo, el medio siglo siguiente entre 1851 y 1901, conocido con
el nombre de Railway Age vive el apogeo y reinado definitivo del ferrocarril. Pero la
tracción mecánica sobre raíles es sobre todo, obra de Occidente. En 1860 Europa y EE. UU.
se reparten más o menos 198 000 en igualdad mientras que el resto del mundo no cuenta
con más de 15 000 kilómetros, la mayoría ubicados en colonias europeas.46 En 1910 ya se
han construido más de un millón de kilómetros de los que 380 000 están en EE. UU. y
330 000 en Europa.46 Su construcción necesitó de un esfuerzo enorme, movilizando
grandes cantidades de capital, trabajadores y estimulando la industria metalúrgica y la
construcción de gigantescos talleres de trabajo, además de dar su máximo esplendor a la
máquina de vapor.47 Además de los vagones y locomotoras, también evolucionaron los
raíles sobre los que circulaban. El raíl de acero sustituye al de hierro y a la madera de las
traviesas se le empezó a inyectar cloruro de cinc para evitar que se pudriera. El ferrocarril
también necesitó de una gran infraestructura que fue necesario desarrollar, como túneles,
que se excavaban a costa del sufrimiento obrero a altísimas temperaturas con el uso de
perforadoras de aire comprimido y el revestimiento de las galerías con fundición, en
sustitución de la madera; La ventilación se lograba con sopladoras. Hay que destacar
algunos éxitos entre los que se encuentran el túnel que atraviesa el Mont Cenis, construido
a lo largo de 15 años y con una extensión de 13 600 m a 1300 metros de altura.48 Otros
como el San Gotardo de más de 15 000 metros se terminaron en menos de 10 años usando
la perforadora automática siendo las condiciones de trabajo nefastas: los obreros llegaron a
trabajar a una temperatura de 86 grados.48 Fuera de Europa los estadounidenses
construyeron un túnel bajo el río Hudson. Escandinavia queda unida a Alemania a través
del ferry-boats entre Rügen y Malmoe. Mientras que en la primera mitad de siglo la
locomotora apenas había ganado en velocidad sin sobrepasar nunca los 40 km/h, hace
progresos decisivos a partir de la idea del ingeniero inglés Crampton de colocar las ruedas
motrices detrás de la caldera (y no debajo), ruedas que están acopladas, transfiriéndose el
movimiento de rotación. En 1850 la velocidad media que se situaba en 27 km/h se eleva en
1880 a 74 km/h en Inglaterra y a 59 km/h en Estados Unidos.49 En 1890 el Empire-State-
Express rebasó por primera vez en la historia los 100 km/h entre Nueva York y Búfalo.49
Para cruzar Francia de un extremo en ferrocarril solo se precisaban 14 horas. En esta
segunda parte del siglo el coste del billete disminuyó entre un 50 y un 70 %.50
Las prestaciones de la locomotora aumentaron sin cesar. El freno de mano se sustituyó por
un nuevo freno hidráulico de aire comprimido.49 Los vagones de pasajeros fueron dotados
de alumbrado de gas a base de aceite de esquisto o iluminación eléctrica a finales de siglo,
siendo la línea Londres-Brighton la primera en incorporarla.49 La máquina de vapor, el
corazón de la máquina, también procura calefacción en los vagones. El llamado Boggie o
bastidor de varios ejes permitió al convoy dar curvas mucho más acentuadas disminuyendo
los riesgos, pues se adaptaba a la curvatura de la vía.49 También se crearon los llamados
palace-cars en las líneas más largas para las familias ricas en las que disfrutaban de todo
tipo de comodidades y sin tener que mezclarse con el resto de pasajeros.49 En 1880 se
instaló en la línea del Pacífico un vagón imprenta en el que se editaba un periódico diario
con las noticias recibidas telegráficamente en las estaciones.49
Exceptuando Gran Bretaña, Bélgica y algunas partes de España y Alemania, las vías férreas
no dibujaban redes en ninguna parte antes de 1860.51 En Francia por fin se realizó un
esfuerzo serio a partir del Segundo Imperio y en los albores de la Tercera República. En
esta segunda mitad de siglo se empezaba a vislumbrar la columna vertebral de ferrocarriles
europeos.51 Sus límites se extendían desde el norte de Francia hasta la Alta Silesia de este a
oeste y de Alemania al norte de Italia de norte a sur; en el centro, Suiza reparte el tráfico
por el continente. En cambio la mayor parte de Italia, la península ibérica y los países del
este quedaban fuera.51 En Estados Unidos se siguen consiguiendo grandes logros. En 1869
se finalizó el primer transcontinental que conectó el país de este a oeste. La construcción
fue dirigida por el implacable general Grenville M. Dodge como si se tratará de una
campaña militar. Usó como mano de obra a los soldados desmovilizados, inmigrantes
irlandeses y hasta chinos en California.51 Pero este triunfo no se logró con facilidad; indios,
el relieve irregular y sobre todo la competencia entre Union Pacific y Central Pacific
dificultaron sobremanera la situación. Pero el entusiasmo predomina y en 1893 ya había en
funcionamiento otras 5 líneas transcontinentales, usándose como medio de colonización en
el oeste americano o en la Columbia británica como medio de presión para conseguir su
adhesión a la Unión.51
Aunque tardío, se presenta el esfuerzo ruso, logrado gracias a los préstamos de Occidente.51
En primer lugar se construyó el transcaspiano al que a partir de 1905 complementó el
transaraliano. En Siberia las dificultades eran mayúsculas: hielo, infiltraciones de agua, ríos
inmensos, débil densidad humana, distancias enormes, sin olvidar el irregular relieve. Pero
las viejas rutas y caminos ya no eran suficientes y el ferrocarril más largo del mundo se
empezó en 1891 y alcanzó su destino, Vladivostok, gracias a un acuerdo con China, en
1902.51
Así pues el ferrocarril no solo sirvió para revolucionar el mundo del transporte tanto
material como humano sino que fue empleado como un excelente instrumento de unión.52
Sirvió bien en la reconciliación y la anexión de nuevos territorios a Estados Unidos y el
Imperio alemán sabía lo mucho que le debía al ferrocarril como para dejarlo en manos
privadas. En Italia facilitó la hegemonía de la Casa de Saboya. No ocurrió igual en Francia
o en Gran Bretaña, donde se encontraban mayoritariamente en manos privadas, aunque en
Inglaterra prestaron un servicio inigualable, encumbrando al naciente Imperio británico a la
hegemonía mundial. Hacia 1850 el ferrocarril había conducido a entre 400 y 500 millones
de viajeros y entre 200 y 300 millones de toneladas de mercancías desde su nacimiento.
Cinco décadas después, solo en 1905 transportó a entre 4000 y 5000 millones de viajeros.53
El barco de vapor
Pero a pesar de las dificultades los avances prosiguieron y en 1838, con una combinación
de vapor y velas, los navíos Sirius y Great Western cruzaron el Atlántico entre Liverpool y
Nueva York en 16 y 13 días respectivamente. Los grandes avances llegaron entre 1840 y
1860 con la invención de la hélice, basándose los primeros modelos en el tornillo de
Arquímedes, el condensador de superficie y la máquina Compound, que logró ahorrar
grandes cantidades de combustible y la introducción de calderas cilíndricas que
posibilitaron la producción de vapor a alta presión.54
Lo que sí es indudable es la supremacía del velero sobre el vapor durante la mayor parte del
siglo; la seguridad y prestigio de la que aún gozaba, sobre todo en Estados Unidos, donde
también tenía lugar la mayoría de los avances del barco de vapor era indiscutible. En 1850
el barco de vapor había transportado ya 750 000 toneladas, aunque el vapor aún estaba muy
lejos de ganar la partida.55
Carreteras y canales
Los primeros canales empezaron a ser construidos en Gran Bretaña en el siglo XVIII con el
objeto de comunicar los centros industriales del norte británico con los puertos marítimos
del sur y Londres. Los canales fueron la primera tecnología que permitió un fácil y
relativamente rápido transporte de mercancías por todo el país, pudiéndose transportar
varias docenas de veces más de tonelaje por viaje que con un transporte terrestre. A esto se
unía el relieve del país, completamente llano, lo que permitía que los canales fueran
construidos rápidamente y a un bajo precio. A principios de la década de 1820, ya existía
una red nacional consolidada. El ejemplo inglés fue copiado en Francia que con un relieve
similar al británico pudo desarrollar su propio sistema, que a mediados del siglo XIX
contaba con 8500 kilómetros de vías. En Alemania gracias a sus grandes ríos como el Rín y
el Elba, la navegación se vio muy favorecida, así como el comercio que vivió un gran
desarrollo. En otros países como España la construcción de canales no pasó de un proyecto
por el difícil relieve y la falta de capitales. Fuera del continente, los estadounidenses con su
ímpetu emprendedor y sus numerosos lagos y grandes ríos consiguieron desarrollar con
velocidad su propio sistema, que al igual que el ferrocarril, ayudó en la colonización y
explotación de las vastas tierras del país. A principios de 1835 EE. UU. ya contaba con
7000 kilómetros de canales que allanaron el camino a la introducción del barco de vapor en
el país con una rapidez incluso mayor a la siempre innovadora Gran Bretaña.59
El uso de los canales en Gran Bretaña empezó a decaer a partir de 1840, cuando el
ferrocarril se impuso en el transporte de mercancías y pasajeros.60 El irregular y más tardío
desarrollo a gran escala del ferrocarril en el resto de países, con la siempre notable
excepción de los Estados Unidos, alargó en ocasiones el uso pleno de los canales hasta los
albores del siglo XX. Hoy en día la red de canales británicos y la infraestructura ligada a
esta es una de las características más perdurables y destacables de la Revolución Industrial
en el país.
Consecuencias
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación
acreditada.
Este aviso fue puesto el 12 de agosto de 2010.
A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que
hoy conocemos como Revolución Industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:
(…) Si el obrero presta a otros sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo
necesario para vivir y sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone,
adquiere el derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de
este el uso que quisiere (…)