VIII
Contenido
Informe especial Diferencias entre las calidades de accionista, director y gerente
GLOSARIO EMPRESARIAL
Diferencias entre las calidades de
Ficha Técnica
Autor : Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título : Diferencias entre las calidades de accionis-
ta, director y gerente
Fuente : Actualidad Empresarial Nº 310 - Primera
Quincena de Setiembre 2014
1. Introducción
La estructura interna de una sociedad
anónima está conformada por tres niveles
de órganos, cuyas funciones y atribucio-
nes están previstas por la Ley General
de Sociedades y por el estatuto de cada
sociedad. Estos tres órganos son la junta
general de accionistas, el directorio y la
gerencia.
La interrelación entre estos órganos es de
jerarquía vertical, por lo que la junta ge-
neral de accionistas viene a ser el órgano
máximo en la sociedad, por debajo de
ella estaría el directorio y por debajo de
este, la gerencia.
Si bien se trata de órganos claramente
diferenciados, en la práctica se producen
situaciones que llevan a confusión a mu-
chas sociedades, pues les resulta difícil
comprender la separación que existe entre
las calidades de accionista, director y ge-
rente, sobre todo cuando en la realidad,
estas tres calidades pueden coincidir en
una sola persona.
Lo que trataremos de hacer en este
informe, es establecer las líneas de se-
paración que existen entre la calidad de
accionista, de director y de gerente, de
forma tal que se tenga una clara com-
prensión de los derechos, obligaciones
y atribuciones que les corresponden
a cada una de ellas y los efectos que
pueden tener unas sobre otras cuando
coinciden o son ejercidas por una misma
persona.
N° 310 Primera Quincena - Setiembre 2014
Área Derecho Empresarial
VIII-1
VIII-4
accionista, director y gerente
2. Marco legal
En la medida que debemos analizar
el tratamiento de las calidades de ac-
cionista, director y gerente, debemos
tomar en cuenta todas las disposiciones
que regulan a las sociedades anónimas,
comprendidas a partir del artículo 53°
de la Ley N° 26887 – Ley General de
Sociedades.
3. Cuestión previa: La realidad
material vs. la realidad formal
Para abordar el problema de las diferen-
cias que existen entre las calidades de
accionista, director y gerente, debemos
comprender que existe una gran dife-
rencia entre lo que constituye la realidad
material y la realidad formal.
La realidad material que estaría com-
puesta a efectos de este informe por el
grupo de personas que deciden constituir
una sociedad. En este nivel de realidad,
fácilmente perceptible, tenemos a las
personas naturales que realizan las acti-
vidades necesarias para el desarrollo de
un negocio, es decir, para que la empresa
funcione.
Son estas personas naturales quienes
ejercen las funciones de accionistas, di-
rectores, gerentes y distintos niveles de
trabajadores y servidores.
La contracara de esta realidad material,
es una realidad formal, en la cual existe
una persona jurídica, que es la sociedad,
creada por la voluntad de sus socios, que
pueden ser, a su vez, personas naturales
o jurídicas.
¿Y por qué decimos que es una
realidad formal? Porque la sociedad no
tiene existencia física, sino que se trata
de una ficción, a la que se le atribuyen
derechos y obligaciones como un sujeto
distinto a los socios que la han consti-
VIII
Informe Especial
tuido. Al carecer de existencia física, la
sociedad requiere actuar a través de sus
órganos, que, como ya hemos dicho, en
el caso de la sociedad anónima son la
junta general de accionistas, el directorio
y la gerencia.
Pero la realidad formal no se agota en la
consideración de la sociedad como un su-
jeto de derecho distinto a sus socios, sino
que también implica que los órganos de
esta sociedad actúan, justamente, como
órganos de la sociedad cuyas decisiones
y actos no constituyen actos a título per-
sonal de los socios, directores y gerentes,
según sea el caso.
Este punto es crucial para el desarrollo
que haremos posteriormente con respecto
a las diferencias entre las calidades de
accionista, director y gerente, pues des-
de el punto de vista formal, los actos o
decisiones que toman los accionistas, los
directores o los gerentes, son indepen-
dientes entre sí, incluso si dichas calidades
recaen en una misma persona natural.
Es necesario entonces, aplicar nuestra
capacidad de abstracción para entender
que las calidades de accionista, director
o gerente no se ven afectadas unas por
otras, aun cuando sean ejercidas por la
misma persona.
4. La calidad de accionista
En términos básicos, un accionista es el
titular de una o varias acciones represen-
tativas del capital social de una sociedad
anónima.
Pero claro, esta calidad de accionista, en
realidad conlleva una serie de derechos
y obligaciones que se originan en las
acciones que posee la persona, ya sea
natural o jurídica.
Si bien en términos específicos cada
sociedad puede crear distintas clases de
Actualidad Empresarial VIII-1
 VIII Informe Especial
acciones, la Ley General de Sociedades
reconoce algunos derechos mínimos para
las acciones con derecho a voto y sin
derecho a voto. Veamos qué establecen
los artículos 95° y 96°:
“Artículo 95°.- Acciones con derecho
a voto
La acción con derecho a voto confiere a su
titular la calidad de accionista y le atribuye,
cuando menos, los siguientes derechos:
1. Participar en el reparto de utilidades y
en el del patrimonio neto resultante de
la liquidación;
2. Intervenir y votar en las juntas generales
o especiales, según corresponda;
3. Fiscalizar en la forma establecida en la ley
y el estatuto, la gestión de los negocios
sociales;
4. Ser preferido, con las excepciones y en
la forma prevista en esta ley, para:
a) La suscripción de acciones en caso
de aumento del capital social y en
los demás casos de colocación de
acciones; y
b) La suscripción de obligaciones u otros
títulos convertibles o con derecho a
ser convertidos en acciones; y,
5. Separarse de la sociedad en los casos
previstos en la ley y en el estatuto.
Artículo 96°.- Acciones sin derecho
a voto
La acción sin derecho a voto confiere a su
titular la calidad de accionista y le atribuye,
cuando menos, los siguientes derechos:
1. Participar en el reparto de utilidades y
en el del patrimonio neto resultante de
la liquidación con la preferencia que se
indica en el artículo 97°;
2. Ser informado cuando menos semestral-
mente de las actividades y gestión de la
sociedad;
3. Impugnar los acuerdos que lesionen sus
derechos;
4. Separarse de la sociedad en los casos
previstos en la ley y en el estatuto; y,
5. En caso de aumento de capital:
a) A suscribir acciones con derecho a
voto a prorrata de su participación en
el capital, en el caso de que la junta
general acuerde aumentar el capital
únicamente mediante la creación de
acciones con derecho a voto.
b) A suscribir acciones con derecho a
voto de manera proporcional y en el
número necesario para mantener su
participación en el capital, en el caso
que la junta acuerde que el aumento
incluye la creación de acciones sin
derecho a voto, pero en un número
insuficiente para que los titulares de
estas acciones conserven su participa-
ción en el capital.
c) A suscribir acciones sin derecho a voto
a prorrata de su participación en el
capital en los casos de aumento de
capital en los que el acuerdo de la
junta general no se limite a la creación
de acciones con derecho a voto o en
los casos en que se acuerde aumentar
el capital únicamente mediante la
creación de acciones sin derecho a
voto.
VIII-2 Instituto Pacífico
d) A suscribir obligaciones u otros títulos
convertibles o con derecho a ser
convertidos en acciones, aplicándose
las reglas de los literales anteriores
según corresponda a la respectiva
emisión de las obligaciones o títulos
convertibles”.
Si observamos los dos listados de dere-
chos que se encuentran contenidos en los
artículos 95° y 96° de la Ley, podemos
diferenciar dos grandes grupos: los de-
rechos patrimoniales o económicos y los
derechos políticos.
En el primer grupo tendríamos, entre
otros, a los derechos a participar de las
utilidades y a recibir el remanente del
patrimonio luego de la disolución y liqui-
dación de la sociedad.
En el segundo grupo, tendríamos al de-
recho de participar y votar en las juntas
generales de accionistas.
Teniendo en cuenta esta separación, ve-
remos algunas confusiones muy comunes
al aplicar estos derechos económicos y
políticos.
4.1. Los derechos económicos
Como ya hemos mencionado, los princi-
pales derechos económicos que posee un
accionista son el de percibir dividendos
y el de participar en el remanente del
patrimonio de la sociedad, en caso esta
se disuelva.
Pero en ningún caso, estos derechos
económicos implican que los accionistas
sean propietarios del patrimonio de la
sociedad. Aquí es donde debemos em-
pezar a hacer uso de nuestra capacidad
de abstracción.
Un accionista es titular o propietario de
sus acciones, que como ya hemos visto,
le confieren una serie de derechos. Pero
esa calidad de accionista no convierte a
la persona en propietaria del patrimonio
de la sociedad.
En otras palabras, los accionistas no son
propietarios de los bienes, muebles o
inmuebles, dinero o derechos que confor-
man el patrimonio de la sociedad, pues,
valga la redundancia, dicho patrimonio es
de la sociedad, no de los socios.
Si queremos aterrizar esta idea en una
situación concreta, podríamos señalar
que un accionista titular del 50 % de las
acciones del capital de una sociedad, no
tiene derecho a retirar o llevarse de las
instalaciones de la sociedad, la mitad de
los activos o retirar de sus cuentas ban-
carias, la mitad de sus fondos, porque en
realidad, el accionista no es propietario de
dichos bienes o dinero, solo es titular de
sus acciones y de los derechos que ellas
le otorgan.
Lamentablemente, en la práctica pode-
mos observar que, constantemente, los
N° 310
accionistas, sobre todo los mayoritarios,
asumen que es correcto disponer del pa-
trimonio de la sociedad como si fuera su
patrimonio personal, al punto que retiran
dinero de las cuentas de acuerdo a sus
necesidades personales o utilizan bienes
de la sociedad como si fueran propios.
Esas situaciones son consecuencia de
la falta de entendimiento de la separa-
ción que existe entre la sociedad, como
persona jurídica, y sus accionistas, sean
personas naturales o jurídicas. Se trata de
esa realidad formal de la que hablamos
al inicio de este informe.
Lo mismo ocurre cuando se produce la
disolución de la sociedad. Como parte del
procedimiento, la sociedad debe liquidar
su patrimonio, lo que significa que deben
pagarse todas sus obligaciones, hasta
donde lo permita su patrimonio.
Solo si se cubren todas las obligaciones,
el remanente del patrimonio puede ser
distribuido entre los accionistas en fun-
ción de su porcentaje de participación.
Lamentablemente, ocurre en la práctica
que muchas personas, en su calidad de
accionistas, retiran los bienes y dinero de
la sociedad antes de culminar o cumplir
con la liquidación, perjudicando así a los
acreedores.
Si bien esta situación genera responsa-
bilidad tanto para los accionistas como
para el liquidador designado, en el
sentido que los acreedores defraudados
podrán accionar directamente contra los
accionistas o el liquidador para cobrar sus
créditos impagos.
Pero lo ideal sería que los accionistas no
incurran en estas irregularidades debido
a su falta de conocimiento de la separa-
ción que existe entre el patrimonio de la
sociedad y su patrimonio personal.
Como una cuestión aparte, consideramos
necesario aclarar una confusión muy usual
en la práctica también. Los derechos eco-
nómicos de los accionistas no implican el
pago de una retribución o sueldo, en la
medida que los accionistas, por su sola
calidad de tales, no ejercen un servicio o
labor a favor de la sociedad.
Como hemos indicado, los accionistas
tienen derecho a participar de las utilida-
des de la sociedad, si se obtienen. Pero
no existe un derecho asegurado a recibir
una retribución periódica.
La confusión se produce porque en la
práctica, muchas personas constituyen
sociedades y, además de su calidad de
accionistas, realizan también una labor en
beneficio de la empresa, labor por la que
reciben un sueldo, como le correspondería
a cualquier persona que labora en una em-
presa, sin que sea accionista de la misma.
Esta confusión llega hasta el punto en que
se generan reclamos entre los accionistas
Primera Quincena - Setiembre 2014

porque alguno o algunos de ellos realizan
labores para la empresa y otros no, como
si dichas labores fueran una obligación
por el solo hecho de ser accionistas, lo
cual es completamente incorrecto.
En realidad, un accionista lo único que
tiene comprometido en la sociedad es
el capital invertido, salvo claro está, que
exista un compromiso expreso de realizar
algún servicio o labor para la empresa.
Siendo así, el accionista que realiza un ser-
vicio o labor a la sociedad, puede recibir
la retribución por dicha labor. Si deja de
realizarla, entonces ya no debe recibir la
retribución. De la misma manera, si deja
de ser accionista, ello no implica que deba
dejar de realizar su labor, pues se trata de
relaciones separadas.
4.2. Los derechos políticos
El derecho político por excelencia de un
accionista, es el derecho al voto en las
juntas de accionistas. Incluso en el caso de
las acciones sin derecho a voto, es posible
que los titulares de estas acciones ejerzan
un voto en aquellos acuerdos que afecten
directamente a la clase de acciones que
poseen.
El problema con el ejercicio del voto es
que los accionistas asumen que sus deci-
siones son a título individual, cuando en
realidad, se trata de acuerdos adoptados
por un órgano, que es la junta general
de accionistas.
Para percibir esta diferencia, podemos
establecer un escenario en el que en una
sociedad anónima tenemos dos accionis-
tas, uno con el 99 % de las acciones y el
otro con el 1 %.
Es lógico pensar que en este escenario
el accionista que posee el 99 % de las
acciones tiene, con su solo voto, el ma-
nejo de las decisiones de la sociedad. Y
eso es correcto. Pero esas decisiones no
se plasman en la voluntad personal del
accionista, sino en un cuerdo de la junta
general de accionistas, como órgano de
la sociedad. Y de esa forma, el accionista
que posee el 99 % de las acciones no
puede obviar u omitir celebrar una jun-
ta para la toma de un acuerdo, a pesar
de que el voto a favor o en contra del
socio con el 1 % no tenga mayor rele-
vancia o no vaya a alterar la adopción
del acuerdo.
En la práctica, muchos accionistas mayo-
ritarios tomando y ejecutan decisiones
que no han emanado de la junta general
de accionistas, y si bien estas decisiones
pueden ser legítimas al provenir de la
voluntad de quien ostenta la mayoría
del capital social, pero no serían decisio-
nes legales al no haber cumplido con la
formalidad de ser emitidas por el órgano
competente, es decir, la junta general de
accionistas.
N° 310 Primera Quincena - Setiembre 2014
Área Derecho Empresarial
Algo parecido ocurre con la representa-
ción o con los actos que los accionistas
pretenden ejercer en nombre de la
sociedad.
En efecto, muchos accionistas presumen
que por su sola condición, tienen facul-
tades de representación de la sociedad o
que pueden actuar en nombre de ella,
para, por ejemplo, suscribir contratos,
presentar documentos formales, efectuar
pagos o cobros, etc.
Pero lo cierto es que los accionistas no
poseen ninguna facultad de representa-
ción de la sociedad, aún en el caso de los
mayoritarios.
Claro está que la sociedad puede decidir
otorgarle facultades de representación
a los accionistas, en cuyo caso, dicha
representación es ejercida en virtud al
otorgamiento de facultades, no a su cali-
dad de accionistas.
5. La calidad de director
En la estructura de las sociedades anóni-
mas el directorio es el segundo órgano en
jerarquía. Se trata de un órgano colegiado
cuya principal función es la de administra
el funcionamiento de la sociedad.
A diferencia de lo que ocurre con la ca-
lidad de accionista, que puede recaer en
personas naturales o jurídicas, el directo-
rio solo puede ser ocupado por personas
naturales. Así lo señala el artículo 160°:
“Artículo 160°.- Calidad de accionista
y persona natural
No se requiere ser accionista para ser di-
rector, a menos que el estatuto disponga
lo contrario.
El cargo de director recae solo en personas
naturales”.
Pero este artículo 160° regula un aspecto
más importante a efectos del presente
informe, que es la regla por la cual no
se requiere tener la calidad de accionista
para ser nombrado director.
Aunque es posible que el estatuto de cada
sociedad contemple como condición para
ocupar el cargo de director tener también
la calidad de accionista, la regla general
es que dicha condición no es necesaria.
Así, como regla general, la calidad de
director puede recaer en cualquier per-
sona que no se encuentre inmersa en los
impedimentos señalados por el artículo
161° de la Ley General de Sociedades:
“Artículo 161°.- Impedimentos
No pueden ser directores:
1. Los incapaces;
2. Los quebrados;
3. Los que por razón de su cargo o funciones
estén impedidos de ejercer el comercio;
VIII
4. Los funcionarios y servidores públicos,
que presten servicios en entidades pú-
blicas cuyas funciones estuvieran directa-
mente vinculadas al sector económico en
el que la sociedad desarrolla su actividad
empresarial, salvo que representen la par-
ticipación del Estado en dichas sociedades.
5. Los que tengan pleito pendiente con la
sociedad en calidad de demandantes o
estén sujetos a acción social de responsa-
bilidad iniciada por la sociedad y los que
estén impedidos por mandato de una
medida cautelar dictada por la autoridad
judicial o arbitral; y,
6. Los que sean directores, administradores,
representantes legales o apoderados de
sociedades o socios de sociedades de per-
sonas que tuvieran en forma permanente
intereses opuestos a los de la sociedad
o que personalmente tengan con ella
oposición permanente”.
Al igual que la junta general de accionis-
tas, el directorio también es un órgano
colegiado, por lo que sus decisiones se
toman por acuerdo de sus miembros
computando sus votos por persona. La
cantidad de miembros del directorio de-
pende de lo que señale el estatuto de la
sociedad, pero el número mínimo es de
tres. Veamos lo que indican los artículos
153° y 155° de la Ley:
“Artículo 153°.- Órgano colegiado y
elección
El directorio es órgano colegiado elegido por
la junta general. Cuando una o más clases de
acciones tengan derecho a elegir un deter-
minado número de directores, la elección de
dichos directores se hará en junta especial.
Artículo 155°.- Número de directores
El estatuto de la sociedad debe establecer un
número fijo o un número máximo y mínimo
de directores.
Cuando el número sea variable, la junta
general, antes de la elección, debe resolver
sobre el número de directores a elegirse para
el período correspondiente.
En ningún caso el número de directores es
menor de tres”.
Nuevamente, una de las confusiones
que se generan en la práctica es que los
directores asumen que pueden tomar
decisiones o ejecutarlas en forma indepen-
diente, cuando en realidad cada director
de manera individual, carece de facultades
para actuar en nombre de la sociedad. Sus
voluntades solo importan en tanto sean
plasmadas en un acuerdo del directorio.
La Ley General de Sociedades solo regula
un derecho o facultad que los directores
pueden ejercer en forma individual, que
es el de solicitar información a la gerencia
sobre la marcha de la empresa, conforme
al artículo 173°:
“Artículo 173.- Información y funciones
Cada director tiene el derecho a ser infor-
mado por la gerencia de todo lo relacionado
Actualidad Empresarial VIII-3
 VIII Informe Especial
con la marcha de la sociedad. Este derecho
debe ser ejercido en el seno del directorio
y de manera de no afectar la gestión social.
Los directores elegidos por un grupo o clase
de accionistas tienen los mismos deberes
para con la sociedad y los(*) NOTA SPIJ de-
más accionistas que los directores restantes
y su actuación no puede limitarse a defender
los intereses de quienes los eligieron”.
5.1. La retribución a los directores.
En esencia, el ejercicio del cargo de direc-
tor amerita el pago de una retribución,
que es denominada “dieta”. Adicional-
mente a esta dieta, la Ley prevé que los
directores puedan percibir un porcentaje
de las utilidades. La finalidad de este
pago es la de incentivar a los directores a
realizar una buena gestión que redunde
en mayores beneficios para la sociedad.
Veamos el artículo 166°:
“Artículo 166°.- Retribución
El cargo de director es retribuido. Si el
estatuto no prevé el monto de la retribu-
ción, corresponde determinarlo a la junta
obligatoria anual.
La participación de utilidades para el directo-
rio solo puede ser detraída de las utilidades
líquidas y, en su caso, después de la detrac-
ción de la reserva legal correspondiente al
ejercicio”.
Lo importante de este aspecto, es tener
claro que el pago de la dieta a los di-
rectores se efectúa en virtud al ejercicio
del cargo, sin que tenga relevancia que
estos directores sean accionista o no, a
menos claro, que el estatuto haya fijado
dicha condición.
6. La gerencia
Por debajo del directorio, como órgano
de administración y ejecución de las de-
cisiones de la junta general de accionistas
y del directorio, se encuentra la gerencia.
La Ley permite que la sociedad anónima
cuente con uno o varios gerentes, en
función de sus necesidades. Veamos el
artículo 185°:
Glosario Empresarial
1. ¿Qué forma de sociedad es más conveniente para obtener finan-
ciamiento bancario?
No existen tipos o formas de sociedad que, legalmente, otorguen ma-
yores ventajas para la obtención de un financiamiento bancario, pues
son las entidades bancarias las que determinan cuáles son sus criterios
de evaluación para la celebración de una operación con una empresa y
que, normalmente, consideran la situación patrimonial de esta más que
su forma societaria.
VIII-4 Instituto Pacífico
“Artículo 185°.- Designación
La sociedad cuenta con uno o más gerentes
designados por el directorio, salvo que el es-
tatuto reserve esa facultad a la junta general.
Cuando se designe un solo gerente éste será
el gerente general y cuando se designe más
de un gerente, debe indicarse en cuál o cuá-
les de ellos recae el título de gerente general.
A falta de tal indicación se considera gerente
general al designado en primer lugar”.
A diferencia de la junta general de ac-
cionistas y del directorio, la gerencia es
un órgano que ejerce sus atribuciones
en forma individual, es decir, que no
requiere de la adopción de acuerdos con
otras personas.
Y también a diferencia de los accionistas
y de los directores, el gerente sí posee
por su sola condición, facultades de
representación de la sociedad conferidas
legalmente por el artículo 188° de la Ley
General de Sociedades.
7. Interacción y diferencias entre
las calidades de accionista,
director y gerente
Bien, como ya hemos visto, cada una
de las calidades de accionista, director y
gerente tiene sus propias características,
atribuciones y obligaciones.
Lo interesante de estas situaciones es
que, salvo restricción estatutaria, una
misma persona podría reunir la calidad
de accionista, de director y de gerente.
Y es en este escenario en el que se hace
necesario comprender la separación o
independencia que existe entre estas
calidades. Veamos en qué aspectos se
suelen generar las confusiones.
7.1. La retribución
Tal como hemos señalado, los accionistas
tienen derecho a participar de las utilida-
des que genera la sociedad. Por su sola
condición de accionistas no reciben un
sueldo o retribución.
Pero si un accionista ocupa además un
lugar en el directorio, entonces tendrá
2. ¿Qué formalidad debe cumplirse para celebrar un contrato de
franquicia?
En la medida que el contrato de franquicia es un contrato atípico en el
Perú, es decir, que no tiene una norma legal que lo regule de manera
específica, no existe una formalidad obligatoria para su validez o cele-
bración.
Sin embargo, debido a su complejidad y trascendencia, se recomienda
que el contrato conste, por lo menos, por escrito.
N° 310
derecho a recibir la dieta por el ejercicio
del cargo de director y los dividendos que
correspondan por sus acciones. Y si, ade-
más, esta misma persona ocupa el cargo
de gerente, recibirá también la retribución
o sueldo asignado para dicho cargo.
No existe en ese sentido, ningún impe-
dimento para que una misma persona
sea accionista, director y gerente de una
sociedad, y que reciba las utilidades,
dietas y sueldo correspondiente a cada
una de estas calidades.
7.2. El nombramiento, remoción y
renuncia
En el entendido que una misma persona
reúna la calidad de accionista, director y
gerente, debe quedar claro que la desig-
nación, así como la remoción o renuncia
a una condición no afecta a las otras.
Veamos a qué nos referimos.
Para que una persona deje de ser accionis-
ta, es necesario que transfiera sus acciones
a otra persona, suscribiendo el contrato
correspondiente.
Pero en dicha situación, la transferencia
de sus acciones no afecta la condición de
director ni de gerente, es decir, que la
pérdida de su condición como accionista
no implica que pierda la de director o la
de gerente.
Lo mismo ocurre en los otros sentidos. Así,
si esta persona renuncia o es removido
del cargo de director, ello no implica que
deje de ser accionista o que deje de ser
gerente.
Por último, si la persona renuncia o es
removida del cargo de gerente, ello no
implica que deje de ser accionista o
director.
8. Conclusiones
La importancia de tener en claro las di-
ferencias que existen entre las calidades
de accionista, director y gerente de una
sociedad anónima, es que no deben pro-
ducirse efectos o consecuencias cruzadas
entre ellas, pues se trata de calidades
independientes.
Primera Quincena - Setiembre 2014