Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Establecidos en estas tierras los pobladores africanos tuvieron que batallar por
lo más básico y obligatorio: la sobrevivencia. Todo lo material les fue
arrebatado, y se hicieron intentos por quitarles lo inmaterial también; sin
embargo, lo inmaterial resulta más difícil de usurpar, pues la cultura de un
pueblo está guardada en la memoria.
La música vino pues en las mentes de los esclavos, ya que no era necesario traer
instrumento alguno para que ella perviviera, bastaba con que de sus voces
hicieran brotar sus cantos nuevamente. A veces los “propietarios” les permitían
cantar pues notaban que cantando olvidaban el dolor del trabajo extenuante o
como una forma de tranquilizar los ánimos por temor a un levantamiento. Se
harían cantos también en secreto, quizá en el único espacio de descanso que se
concedía a los trabajadores forzados, pudiera ser cuando los patrones iban a
misa, o en los rincones más apartados donde los “dueños” no los pudieran
reprimir. Cuando en esos rincones se reunían los cimarrones (esclavos fugados),
se constituían los llamados palenques.
Fragmento del“Mapa de las costas desde Cavo de Sn. Lorenso, hasta el Río de las Esmeraldas, en el Mar
del Sur. Levantado por M. de la Condamine, año 1736 y copiado del original por Dn. Antonio de Ulloa”.
Si los negros fueron traídos de diversas zonas del África (Congo o Guinea), cada
uno debió aportar con sus experiencias sonoras de su localidad y se fueron
mesclando entre sí con asimilaciones de las músicas locales indígenas; en ese
proceso debieron ir consolidándose formas de expresión que hoy conforman la
cultura musical negra. En otro artículo hemos tratado sobre la música afro de la
región andina (Chota-
Mira) http://soymusicaecuador.blogspot.com/search/label/Bomba
, ahora desarrollaremos un panorama de la música afro en Esmeraldas.
Parámetros generales
Esmeraldas es una provincia situada al noroccidente del Ecuador, en las costas
del Pacífico y colindante con territorio colombiano (existen lazos familiares y
culturales entre los negros de la zona norte del Ecuador y de la zona sur de
Colombia). El cronista Miguel Cabello Balboa (1535-1608) menciona que en
1577 le fue contada una historia sobre la población negra en esta zona, la que de
acuerdo a ese comentario se debía al naufragio -cerca a las costas de
Esmeraldas- de un barco del que bajaron un grupo de afros y desde entonces se
establecieron allí como población libre conjugándose con la población nativa en
donde no faltaron acciones de pugna y alianza. Nacieron así los zambos, mezcla
de negros con indígenas.
“Un barco cargado de esclavos encalló cerca de la actual ciudad de Esmeraldas a mediados del
mismo siglo (1553). Un grupo de 23 africanos, 17 hombres y 6 mujeres de las costas de Guinea,
capitaneados por un ladino llamado Alonso de Illescas, huyeron de sus captores y procedieron,
valiéndose de muchas artimañas, a dominar la región” (En: Coba, Carlos. Literatura popular
afroecuatoriana. Otavalo: IOA, 1980. p. 64).
Los negros de Esmeraldas(1599). Óleo de tres caciques zambos (Al centro: Francisco de Arobe, de 56 años; sus hijos: Pedro,
izquierda, de 22 años: y Domingo, derecha, 18 años), ataviados con prendas españolas, joyería prehispánica y lanzas de chonta,
elaborado por el pintor, natural de Quito, Adrián (en otras fuentes consta Andrés) Sánchez Galque. En la orla de la derecha del
óleo consta la siguiente información: El doctor Juan del Barrio de Sepúlveda, Oidor de la Real Audiencia del Quito lo mandó
hacer a sus expensas para su señor Felipe III Católico Rey de las Españas y de las Indias, en el año de 1599”.
Esmeraldas posee una rica herencia arqueológica prehispánica (de antes de llegar la
población afro); objetos sonoros -instrumentos y figurinas con representaciones
plástico-musicales- de las fases La Tolita y Chorrera que muestran las condiciones de
desarrollo e importancia que llegó a tener la música en esas localidades. Aquellas
expresiones sonoras ancestrales desafortunadamente no fueron comprendidas por los
colonizadores, quienes finalmente las desbastaron. A inicios de la etapa conquistadora
Miguel Cabello Balboa en sus Crónicas, da testimonio de la presencia de la vihuela, allá
por el año de 1577, al relatar su permanencia en la provincia de Esmeraldas:
“Tardaban ya los fementidos bárbaros más de lo propuesto y prometido, en tanto grado, que nos
sentíamos ya defraudados de toda nuestra esperanza, que aun de la vida dudábamos, según las
malas señales aparecían, y en medio de estas aflicciones, Juan de Santa Cruz, dotado de buena
gracia en tañer y cantar tomando una mal acordada vigüela, cantó un salmo”.
Este viene a ser el primer testimonio de aquel instrumento musical en lo que ahora es
territorio ecuatoriano. Más tarde, cuando la etapa de la Colonia estaba por finalizar,
Willian Bennet Stevenson asienta en su diario de viaje que escuchó en Esmeraldas tocar
la marimba y en alguna ocasión la combinación de marimba y guitarra.
"El número de diversiones o entretenimientos que tiene esta gente es muy reducido; después del
trabajo diario, se retiran a descansar; los domingos por lo general son mejores que otros días;
pero cuando se reúnen en las fiestas anuales en el pueblo, es normal verlos cantando y bailando.
La música que les escuché interpretar y los instrumentos que vi en sus casas resultaron
novedosos para mí, y tal vez únicos, excepto el tambor, el cual lo fabrican asegurando un pedazo
de piel de cerdo por el extremo de un pedazo nuevo de madera, dejando el otro abierto; el
chambo es un tubo hueco de unas treinta pulgadas de largo, y cuatro de circunferencia; está
hecho de un tipo de madera suave y está atravesado con pequeñas clavijas de chonta, que se
proyectan una media pulgada hacia el interior; se pone unos cuantos frijoles pequeños dentro
del tubo y se cierran sus extremos. El instrumento se toca sosteniéndolo con ambas manos, una
a cada extremo, y agitándolo, de modo que el sonido producido se parece en ocasiones al de la
lluvia simulada en los escenarios ingleses. La marimba está hecha con dos pedazos anchos de
caña sujetados en sus extremos, cada uno de seis a diez pies de longitud; entre estos pedazos se
suspende un gran número de pedazos de caña hueca, de dos o cinco pies de diámetro a cuatro o
dos pulgadas, de modo que el instrumento se parece a una flauta gigante de Pan; a través de la
parte superior de estas cañas se colocan delgadísimas piezas de chonta, que descansan en el
armazón sin tocar las flautas, y se las amarra con un hilo de algodón; se cuelga el instrumento
del techo de la casa y por lo general lo tocan dos hombres, que se colocan frente a frente con dos
palos pequeños que tienen perillas de caucho, con los cuales golpean los pedazos transversales
de chonta produciendo diferentes tonos de acuerdo al tamaño del tubo colgante de caña sobre el
cual está colocada la chonta. Algunas marimbas son bien hechas y el diapasón no es muy
irregular; pese a lo rudimentario de este instrumento, a menudo sus melodías me han
entretenido, especialmente cuando he bajado río abajo flotando, ocasiones en las cuales mis
palanqueros han cantado sus aires nativos al son de la música. Este instrumento, al que a veces
suele acompañar una guitarra, alegra a los nativos de este lugar durante sus fiestas, y no son
pocas las veces que se usa para llamar a las almas a la divina contemplación de la santa misa.
(Fuente: Stevenson, William Bennet. Narración histórica y descriptiva de veinte años de
residencia en Sudamérica, Ediciones Abya-yala, 1994, p. 465-466).
***
En resumen, Esmeraldas es un crisol cultural, en donde se conjugan variantes étnicas.
De la parte indígena se encuentran los Chachis, Eperas (Esmeraldas) y Awas (Carchi y
Esmeraldas). A partir de la etapa colonial se suman en estos territorios los africanos
que bajaron a las costas esmeraldeñas desde buques negreros. A este conglomerado
cultural se incorporaran mestizos, zambos y mulatos.
Entre quienes han sabido representar y estudiar la tradición afroesmeraldeñas están los
nombres de Orlando Tenorio Cuero, Remberto Escobar, Papá Roncón, Petita Palma,
Alberto Castillo, David García, Juan García y más recientemente Lindberg Valencia y
Madera Metálicos, entre otros. Cada uno de los mencionados ha procurado difundir y
enseñar la riqueza de la cultura y la música y en algunos casos gracias a su fructífera
labor se cuenta con niños y jóvenes que serán los herederos de ese conocimiento.
Dos compositores destacados de esta localidad han sido Tácito Ortiz, el creador
delHimno a Esmeraldas y Tomás García, autor de centenares de piezas musicales, de
las cuales desafortunadamente solo unas pocas han sido grabadas y difundidas. No
podemos dejar de mencionar en esta corta panorámica al grupo de Los Chigualeros,
quienes han logrado hacer varios registros discográficos y divulgar sus obras en
diversos países americanos y europeos. Entre los primeros compositores no
esmeraldeños que usaron materiales de la cultura afro en sus creaciones están
Francisco Paredes Herrera (Cuenca) y Lidia Noboa (Riobamba).
La marimba
El cununo
Un par de cununos. El conjunto de marimba suelo tener cununo macho y cununo hembra.
El bombo
Un tambor de grandes dimensiones que se toca con dos mazos (uno suele tener
en su punta una especie de pelota de caucho), combinando los golpes entre el
borde o el cuerpo de madera del tambor y la piel tensada. Es un tambor de doble
parche. Al parecer se fabricaba de una pieza, pero en la actualidad se unen una
serie de tablas o se dobla una plancha de tabla triplex para conformar la caja del
tambor. Tiene un sonido profundo y su ejecutante es denominado “bombero”.
Sobre el repertorio
No podemos hablar cabalmente de géneros o ritmos musicales afro-
esmeraldeños, no solo porque no se han hecho estudios particulares al respecto,
sino porque las piezas que conocemos son piezas individualizadas. No existen,
por ejemplo, varias “caderonas”, o varios “andareles”. Existen piezas únicas con
estas denominaciones, las mismas que son tocadas con algunas variantes según
la zona y el intérprete que las ejecute. A veces se cambian las coplas y se
presentan cambios en las líneas melódicas, pero el texto del estribillo siempre es
el mismo:
Andarele, andarele
Andarele vamonó’.
Andarele, andariele
Baile y música de los afroecuatorianos de la provincia de Esmeraldas. Se
interpreta con conjunto de marimba, bombo, guasá, cununos y es cantado por
solista y coro; es un tipo de pieza responsorial. Existen variantes en el texto, así
como en la línea melódica-rítmica de su música, de acuerdo a los intérpretes y a
la zona de localización, pero su estribillo siempre repite en coro después de cada
verso:
Mi compadre Domitilo,
Coro: andarele, vamonó’.
díganle que digo yo,
Coro: andarele, vamonó’.
que si no tenía aguardiente,
Coro: andarele, vamonó’.
para qué me invitó.
Coro: andarele, vamonó’.
Bibliografía principal: