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CONCEPTO DE GÉNERO

"….Y entonces podemos inferir que las trayectorias sociales se encuentran


determinadas por normas y expectativas de género socialmente legitimadas, que
asociamos a lo que llamamos "feminidad" o la "masculinidad".
(Simone de Beauvoir)

En contexto y percepción personal en lo concerniente al concepto de género,


puedo referir desde mis conocimientos que todo inicia con las teorías feministas a
principios de los años 70, en las cuales se empieza a socializar y debatir el tema de
género, a su vez a través de investigaciones científicas buscan dar lucidez a la idea de
poder diferenciar en un sentido amplio, social, biológico, cultural, individual y global el
concepto de género, categorizando y decodificando claramente las características
diferenciales presentes en las personas por cuestión de su sexo.

Una vez realizadas las lecturas, puedo deducir claramente que el hablar de género
en un nivel categórico, nos permite detallar, observar e invita a repensar en lo que
respecta al contexto y vida social al cual pertenecemos de manera particular, he aquí que
se demuestra abiertamente que las diferencias halladas corresponden a la evidente visión
y perspectiva sociocultural humana, en un proceso donde las personas nombramos y
organizamos socialmente las relaciones de poder que estructuran la existencia social de
los cada individuo, categorizando sexuadamente su condición entre hombres y mujeres
(machos y hembras), (Melo, M. 2006).

Al igual el texto hace referencia a las notables diferencias biológicas que se


manifiestan desde la concepción, las cuales serían y darían explicación al por que del
comportamiento diferencial que se muestra en mujeres y hombres en el medio donde se
desenvuelven y en el contexto de sociedad.

Tomando un aparte de la lectura hallamos como Margaret Mead en el año de


1982, llevo a cabo un estudio comparativo donde tomó tres grupos humanos y evidenció
la imposibilidad lógica en los determinantes de tipo biológico, encontrando que cuando
se habla del término "femenino" o "masculino", los significados y las características
asociadas son diferentes y se presentan de manera distinta, dando razón y objetividad en
lo que respecta a la construcción de las diferencias establecidas en la sexualidad de las
personas, las cuales se encuentran presentes en un proceso social y cultural, al igual que
su manifiesta puesta en marcha de las relaciones de poder evidentes y aún más existentes
en una determinada sociedad y no como se menciona en muchos a partes literarios como
tan solo un exclusivismo biológico sexuado, (Melo, M. 2006); es así que en coherencia
con lo ilustrado y argumentado por la investigadora, puedo deducir que socialmente
todas las prácticas y las conductas que se hallan presentes en hombres y mujeres, están
determinadas por una situación cultural e histórica específica, que le permiten establecer
sociedades e ingresar al escalafón de jerarquía social sexuada de tipo biológico en su
individualidad, masa, fuerza y fragilidad.

En síntesis podríamos decir, que cuando hablamos de género, hacemos referencia


a los distintos modos de comunicación, organización, ordenamiento y jerarquización
social, que se encuentran activos en un sistema humano elaborado a través de la historia
y la cultura, que se halla presente en forma y manera en la cual nos comportamos, en el
cómo nos vemos, vestimos, interactuamos, hablamos, pensamos, en la fuerza, belleza y
fragilidad presentes en nuestra caparazón física denominada cuerpo, a lo que la
historiadora Joan Wallach Scott, llamó "El significante primario del poder", que
simplemente dan razón y significa la organización de las distintas relaciones sociales
constitutivas como la política, la economía y los intercambios simbólicos que
constituyen la comunicación entre todos los seres humanos (Scott, 1996).

Asimismo, encontramos en los textos como el patriarcalismo en nuestra


sociedad, evidencia elementos que inciden directamente sobre la sexualidad, mas
estrechamente en la masculinidad hallando elementos como la honra, virilidad,
homosexualidad, belleza, fuerza, dominio, pasividad, símbolos que ejercen autoridad y
relacionan un claro sentido de penetración y penetrado, en donde el placer de dominar y
ser dominado por el otro, evidencia un manifiesto de victoria que termina esclavizando
cuerpos, que se seducen ante el placer y por qué no decirlo el maltrato silencioso social
de muchas personas que por su condición sexual y genero permanecen a la sombra
marginal de una sociedad que aún no comprende y distingue en lo que respecta a sexo,
sexualidad y género.

En consecuencia y siguiendo a partes importantes que se muestran en la lectura,


es relevante conocer que las relaciones de poder antes en mención en los seres humanos
provienen de tiempos pasados, siempre han existido y prevalecido en el tiempo, no son
ajenas a nosotros, es así que el teórico Pierre Bourdieu, nos muestra como al ser humano
se le dificulta analizar la perspectiva de género, nos enseña que en el orden social la
masculinidad está muy arraigada en la sociedad que su explicación es sencilla y natural,
al igual como la gran mayoría de individuos desconocemos el verdadero sentido y
concepto de género, aduce que tan solo se necesitan manifestaciones simbólicas
palpables en la clase social, como sin duda lo son: la edad, fuerza, fragilidad, raza entre
otros ejes de organización de la vida en sociedad, para comprender su diferenciación en
cuanto a la condición de sexo y a su vez de los mismo símbolos presentes en la
sexualidad.

Al igual los estudios de género realizados en lo transcurrido de la historia, dan fe


del análisis explicito que sitúa a la feminidad y masculinidad, en una temática
determinada y holística que pretende reducir las diferencias que prevalecen entre
hombres y mujeres, es allí donde el historiador Thomas Lacqueur en el año de 1994, en
su escrito nos comenta de “la construcción del sexo, cuerpo y género”, en el cual indica
que el género esta precedió al sexo, y que el mismo surgió como correlato del primero, y
que ante ello es indicado mencionar que la diferencia sexual, es un efecto, una señal en
el cuerpo de los distintos roles sociales que posee el hombre y la mujer, los cuales le
permiten desenvolverse y cumplir con una ubicación especifica en la sociedad.

Teniendo presente y a modo de conclusión, puedo deducir como las lecturas nos
ofrecen un claro recorrido histórico en lo que respecta al tema de género y su concepto,
partiendo de las primeras teorías feministas, que tan solo pretendía dar valor al papel de
la mujer en la sociedad, buscando equilibrar la igualdad de derechos en contexto con el
hombre en asignación diferencial ante lo público y político, eliminar las diferencias que
prevalecen entre hombres y mujeres, para que solamente existan las biológicas, para que
el contexto social se mantenga y desaparezca la indiferencia, discriminación entre otros
aspectos de desigualdad que se observan en las sociedades existentes, asimismo
comparto el aporte otorgado en la lectura donde se sintetiza claramente como el género
es un sistema organizador de las prácticas sociales y simbólicas, un operador estructural
en el proceso de producción y uso social de los productos culturales, el cual también
organiza la sociedad de acuerdo con aquellos principios de distinción y jerarquización
impuestos por la sociedad, basados en lo que se denominan "categorías sociales
sexuadas" en lo masculino y lo femenino, que tan solo se limitan al reconocimiento
permanente del poderío y fuerza que demanda el hombre y la vulnerabilidad de la mujer
concebida como debilidad, sin tener en cuenta que los tiempos vienen cambiando y traen
consigo la aparición de comunidades como las LGTB, que a través de manifestaciones
creativas de resistencia reclaman también sus derechos en su condición, sexual y de
género, abriendo caminos a lo político y lo publico en la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA

Melo, M. (2006). La categoría analítica de género: una introducción. En: M.


Vivero, C., Rivera y M. Rodríguez (Comp.), De mujeres, hombres y otras ficciones…
género y sexualidad en América Latina, pp. 33-38. Bogotá: Tercer Mundo Editores.
[Documento en línea]. Recuperado de
http://www.bdigital.unal.edu.co/1277/3/02CAPI01.pdf

Rivera, C. (2006). Una historia política de la diferencia sexual. En M. Vivero, C.,


Rivera y M. Rodríguez (Comp.),De mujeres, hombres y otras ficciones… género y
sexualidad en América Latina, pp. 185-202. Bogotá: Tercer Mundo Editores.
[Documento en línea]. Recuperado de
http://www.bdigital.unal.edu.co/1277/4/03CAPI02.pdf

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