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Lectura 6: La formación de la clase obrera: la creación cultural de Manuel Pérez

Ledesma

Según Thomas toda clase es una conformación social y cultural. Un conjunto de individuos que
participan del mismo cúmulo de interés. Es un hecho histórico, político y cultural.

La clase obrera no es el resultado de las relaciones de producción si no una identidad colectiva


que no tiene absoluta unidad pues está dividida por los estratos de clase. La clase obrera
define el comportamiento de millones de países pero para la creación de una identidad fueron
necesarios varios años y componentes como son las experiencias comunes, las relaciones de
producción, las ideologías, lenguajes,…

La clase obrera fue un proceso de formación entendido como la construcción cultural de una
identidad. En España la formación de la clase obrera fue el resultado de la industrialización y
de las diferentes condiciones económicas y laborales. Sin embargo, si aceptamos el hecho de
que los protagonistas de la formación de la clase social no fueron los nuevos obreros
industriales si no los pequeños obreros y artesanos n podemos afirmar que estos sean los
únicos factores ni los más importantes. Por ello, ha de considerarse a la clase obrera como una
institución obrera.

En primer lugar, hay que tener en cuenta el lenguaje como configurador de experiencias. En
España el término de clase se comenzó a emplear en el siglo XIX para designar las diferencias
económicas, por lo que era un sinónimo de Estado. En los años 80 de este siglo se comienza a
emplear el término de clase media referido a los burgueses cuyo significado era personas que
vivían en el burgo; y el término proletario para los individuos inquietantes. En 1914 aparece el
término proletariado para referirse a una clase social formada por proletarios y el término
burguesía como clase media acomodada.

Aparece, pues, en las ciudades un antagonismo de clases aunque no era del todo cierto. En las
zonas rurales y en los pueblos existían unas relaciones de cordialidad y de vecindad entre
ambas clases y en las ciudades esta relación seguía predominando aunque sí que es cierto que
hay una serie de enfrentamientos entre los nuevos obreros y la burguesía. Esto se debe a que
existía la conciencia de pueblo, una creación cultural sin un perfil antropológico concreto cuyo
antagonista eran los privilegiados.

El pueblo se caracterizaba por estar formado por trabajadores mientras que los privilegiados
eran vagos y holgazanes. Esta desigualdad era el resultado del hecho de que la nueva clase
media hubiese buscado emanciparse con la ayuda del pueblo, pero que tras llegar al poder se
habían olvidado de quien les había ayudado a llegar. LA solución era una revolución
democrática con la emancipación de las clases trabajadoras. Por tanto, el pueblo contaba con
el apoyo de la republica y viceversa.

En las últimas décadas del siglo XIX la condición obrera dejaba de ser transitoria para ser una
concentración fija debido a que los aprendices que entraban en un taller no tenían
oportunidad alguna de llegar a tener su propio taller y tampoco podían crear uno nuevo, a
pesar de lo que la teoría dijese, ante lo elevados costes iniciales. De esta manera, se daba una
explotación por parte de los maestros a los aprendices. Los trabajadores habían perdido la
posibilidad de emanciparse por lo que la única vía de emancipación era la vía colectiva.

Giddens afirma que cuanto mayor es el grado de movilidad mayores son las posibilidades de
formación de una clase social. Por ello, en el Diccionario de Autoridades se cambia el
significado de emancipación a la lucha de la patria contra la esclavitud. Había que emanciparse
mediante la asociación o la lucha revolucionaria.

En los años 20 se produjo un declive de los salarios por lo que la configuración lingüística de las
experiencias comunes fue creando un ideal colectivo al que se sumaron el resto de clases
obreras. Esta nueva identificación se asocia con el término de explotación que en 1929 es
definido como aprovechar en provecho propio de un modo abusivo. Por explotadores se
entendía a los dueños del capital que contaban con los recursos suficientes para beneficiarse
del trabajo de otros. La diferencia entre el salario y los precios del mercado era lo que daba
lugar a la explotación. El poder de los patronos estaba debido a sus recursos económicos por lo
que se les veía como amos ociosos e ignorantes que se habían aprovechado de la desaparición
de los gremios. El mundo entonces se divide entre los proletarios y los explotadores o
capitalistas, aunque en un comienzo fue la identidad de unos pocos.

Para conseguir que la identidad con la clase obrera fuese mayor se crearan una serie de mitos
que son relatos sobre hechos de una gran importancia para la comunidad realizados por
individuos heroicos. En la clase obrera gano importancia el mito fundacional caracterizado por
el empobrecimiento y la decadencia de los obreros, lo que tuvo éxito sobre todo en los años
previos a la primera guerra mundial y en el periodo de entre guerras. En España los mitos más
clásico fueron el de la Comuna de Paris y el mito de los treinta mártires del Progreso
acontecido en el uno de mayo de 1886 en Chicago donde las instituciones terminaron con una
serie de manifestantes que reclamaban mejores condiciones salariales y una reducción de la
jornada laboral. En base a ello se estableció el día uno de mayo como fiesta de la clase obrera.
De igual manera se crearon una serie de fiestas y de mitings y huelgas como medio para forjar
una conciencia de identidad con la clase y una separación del resto de la sociedad. E l objetivo
de todas ellas era conseguir representar a los explotadores como animales que debían ser
exterminados y a los trabajadores como los pobres explotados que solo buscaban la reducción
de la jornada y la mejora de las condiciones laborales. De la misma manera también aparece
una serie de personajes que eran los héroes proletarios a los que la clase debía imitar.

En base a ello podemos decir que no existió una conciencia de clase de forma rápida y
conjunta si no que fue forjándose poco a poco en base a una serie de factores culturales como
el lenguaje y los mitos que conllevaron a la puesta en común de experiencias similares que
conjunto un agravante de las malas condiciones laborales y los salarios mínimos conllevo a una
unión de los obreros, trabajadores, jornales y pequeños propietarios bajo el término de clase
obrera

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