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1. Antecedentes
2. Coacción
2.1. Definición
2.2Bien Jurídico Tutelado
3. Quiénes pueden realizar o estar bajo una coacción
4. Comportamiento típico
5. Modalidades
5.1Amenaza
5.2. Violencia
6. Tipo Subjetivo
7. Causas de Justificación
7.1. Impedir el Suicidio
7.2. Tratamiento Médico
7.3. Huelgas De Hambre Reivindicativas
8. Formas de Imperfecta Ejecución
9. Tentativa y Consumación
10. Penalidad
11. Jurisprudencia
12. Conclusiones
13. Referencias Bibliográficas
CONTENIDO
Basando (Nueva Constitucion Politica Del Peru, 2010) podemos referirnos a las
coacciones que se encuentra dentro de los delitos lesivos a la LIBERTAD PERSONAL,
los cuales están previstos en el Capítulo I del Título IV del Libro II del Código Penal,
nos indica que “El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a hacer lo que la
ley no manda o le impide hacer lo que ella no prohíbe será reprimido con pena privativa
de libertad no mayor de dos años”, encontrando su basamento normativo en la Carta
fundamental de 1993, en el literal a) del artículo 2 inciso24, por lo que hace referencia
a la libertad de obrar o de actuar de la persona de acuerdo a su voluntad.
Hay que tener en cuenta que las amenazas y las coacciones aparecen en el robo, en la
extorsión, y las violaciones, como una primera parte de estos delitos. Es que
evidentemente el que viola, el que roba o el que extorsiona comienza por minar la
voluntad negativa del otro, amenazando o coaccionando, es una situación coactiva y
compulsiva. Después otro bien jurídico es atacado.
2. COACCION
Delito de coacción artículo 151: “El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro
hacer lo que la ley no manda o le impide hacer lo que ella no prohíbe será reprimido con
pena privativa de la libertad no mayor de 2 dos años”.
2.1. Definición
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define como coacción,
señalando que es la fuerza o violencia que se hace a alguien para obligarlo a que diga
o ejecute algo. (Española, 2017)
Dicha noción, es confirmada por el monumental trabajo del Dr. (Cuevas, 2012) quien
expresa que coacción, es la fuerza o violencia que se hace a una persona para obligarle
a decir o hacer algo, siendo éste alcance el de una coacción punible, porque avasalla la
libertad ajena. Por coacción se entiende entonces, en su sentido cotidiano y el de su
acepción como término español, como aquella acción desplegada por una persona con la
finalidad de obligar a otra a que haga o deje de hacer algo.
Lo cual conlleva a que en su sentido jurídico, la mayoría de Códigos Penales, defina a la
coacción como aquella limitación a la libertad personal de los individuos, empleando
para tal cometido ilícito la violencia (vis absoluta ), o la amenaza (vis compulsiva), con
el objeto de que el sujeto pasivo haga o deje de hacer algo, obviamente, que la dirección
del comportamiento del sujeto pasivo, se encuentra en manos del sujeto agente, quien
por los medios comisivos descritos, influencia y dispone que es lo que haga o deje de
hacer el sujeto pasivo o agraviado.
Afirma (Salinas Siccha, 2015), para efectos de la configuración del delito “debe
entenderse por violencia o como se conoce en doctrina, la vis absoluta o vis phisica o
vis corporalis, a aquella fuerza o energía física que el sujeto activo o agente descarga
sobre el cuerpo de la víctima con la finalidad de obligarle a realizar lo que la ley no
manda o impedirle hacer hace lo que la ley no prohíbe”.
Existen dos supuestos:
Sujeto activo: Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluyendo al funcionario
público con excepción de los casos en que la realización del tipo por parte del
funcionario implique exceso o abuso de sus atribuciones en cuyo supuesto lo reclamará
el art. 376 del C.P. Fuera de ese supuesto, persona, funcionario o no, que desarrolle el
comportamiento previsto en el tipo del art.151 del C.P.
Por su lado, el profesor argentino, (Creus, 1998) nos refiere que el sujeto activo para
este injusto, puede ser cualquier persona; pero en algunos casos, la calidad del sujeto
activo en unión con la naturaleza de la exigencia, puede cambiar el título de la
imputación, admitiéndose todos los grados de participación.
El magistrado peruano (Salinas Siccha, 2015), en posición diferente en parte, señala que
al iniciar el tipo penal con la frase “el que (…)”, sirve para afirmar que el sujeto activo
del delito puede ser cualquier persona, no exigiéndose alguna condición especial en la
persona del agente, inclusive puede ser un funcionario público; y que –agrega el autor- ,
un caso típico, es la conducta desarrollada por un miembro de la Policía Nacional del
Perú, al detener a un ciudadano sin motivo aparente, detención ilegal que es declarada
consecuencia del ejercicio de la acción de garantía de habeas Corpus. Y que se ha
pretendido encontrar confusión entre los supuestos delictivos previstos en los tipos
penales de los artículos 151º y 376º del Código penal; sin embargo, de la lectura
de ambos supuestos se concluye que se diferencian abismalmente, tanto que imposible
pensar que pueden confundirse . Desde nuestra posición, podemos sostener en todo
caso, que el sujeto activo para este delito, puede ser cualquier persona, sin distinción
de circunstancias cualificantes, empero, si estas acciones ilícitas se realizan ostentando
un cargo y dentro de una función determinada (regulada por la Ley) y con atribución y
comprensión a la persona del agraviado, se destierra la posibilidad de estar frente a este
ilícito, siendo reclamada dicha conducta, por otro tipo penal diferente al estudiado25 .b.
Sujeto pasivo: Puede ser cualquier persona en capacidad psicofísica de obrar, quedando
excluidos los inimputables por enfermedad mental inhabilitante (psicosis) o por ser
recién nacidos, por no tener voluntad doblegable por coacción, incluyéndose también a
los niños (menores) con capacidad de obrar, como sujeto pasivo del tipo bajo razón .
(Politoff, 2004)Y Otros, enseña que respecto al sujeto pasivo aún si es un inimputable,
salvo casos de límites fácticos, verbigracia, niños de pocos días o un enfermo mental
catatónico, situación en que la libertad de actuar no puede ser afectada (aunque sí puede
serlo la seguridad personal, como sucede en los delitos de secuestro y sustracción de
menores).
El maestro (Creus, 1998), refiriéndose al sujeto pasivo en el delito de amenaza, pero
aplicable para nuestro análisis, señala que también puede ser sujeto pasivo cualquier
persona que tenga suficiente capacidad de intelección para entender que se la amenaza
– entiéndase coacciona-. No pueden ser sujetos pasivos, por tanto (podría aparecer
entonces un delito putativo), quienes carezcan de capacidad para captar el sentido de
amenaza del anuncio por insuficiencias psíquicas o físicas, siempre que en el caso la
captación sea totalmente imposible: no deja de ser sujeto pasivo quien puede sustituir su
incapacidad por otros medios que le permitan captar la amenaza (el ciego que puede
hacerse leer la carta amenazadora). Lógicamente, tiene que tratarse de un sujeto pasivo
determinado o que pueda determinarse (verbigracia, la amenaza dirigida a los socios de
un club); la amenaza indeterminada (al público en general o a grupos raciales o
religiosos) puede constituir delito perteneciente a otros títulos, pero no el que nos
ocupa; además
–Agrega el autor- que tiene que ser un sujeto capaz de determinarse, es decir, tiene que
poseer, cuando menos, la capacidad de querer, aunque no sea plena.
El peruano (Freyre, 2008), en un feliz alcance, señala que el sujeto pasivo debe tratarse
de una persona que se encuentre gozando de su libertad personal y, que cuente con
capacidad de goce y/o ejercicio .Para nosotros, el sujeto pasivo del delito de coacción,
está constituido por toda persona con capacidad para el ejercicio y goce de sus derechos
reconocidos por la ley, excluyéndose aquellos en los cuales dicha capacidad se
encuentra disminuida por cualquier circunstancia, que de alguna forma imposibilite la
recepción del mensaje amenazante o la violencia empleada, que tienda a la anulación de
su voluntad entorno a la realización o no de los actos determinados por dicha persona,
vale decir, aquellos permitidos o no prohibidos por la ley.
4. COMPORTAMIENTO TÍPICO
El comportamiento típico consiste en obligar a otro hacer lo que la ley no manda ellos
supone compeler a una persona a hacer algo que no es exigido legalmente. Resulta
preocupante el uso del término lo que la ley no manda por cuanto a contrario sensu
implicaría sostener la atipicidad de la conducta de quién usando la violencia o amenaza
obliga a una persona a cumplir una obligación legal ya sea de carácter civil o
administrativo por ejemplo el arrendador que obliga al arrendatario a cumplir la
obligación de pagar los servicios públicos suministrados. En beneficio del bien o el
comodante que obliga al comodatario a cumplir la obligación de permitir que aquél
inspeccione el bien para establecer su estado de uso y conservación o la coacción para
que el vendedor cumpla con obligación de otorgar al comprador el comprobante de
pago por los bienes que esté adquiere situación que sería por demás inapropiada y
faculta haría el uso de las vías de hecho para compeler al cumplimiento de las
obligaciones legales lo que resulta incompatible con el propio ordenamiento jurídico
pues ello está reservado sólo a los órganos íntimamente facultados en tal sentido
consideramos que debe entenderse este precepto legal simplemente cómo obligar a
sujeto pasivo hacer algo que no quiere evitando así cualquier interpretación que
justifique el uso de la fuerza para obligar el cumplimiento de obligaciones legales
también resulta típica la conducta de la gente destinada a impedir al sujeto pasivo hacer
lo que la ley no prohíbe esto se configuraría el tipo penal cuando el agente imposibilite a
otro la ejecución de una conducta que no está prohibida jurídicamente. en este caso sólo
es punible la conducta del agente destinada a impedir al sujeto pasivo la realización de
una conducta ilícita siendo atípica la conducta que tiene por objeto impedir acciones que
la ley prohíbe es decir ilícitas. En este caso habrá que precisar los alcances del término
ley previstos en este tipo penal si Se comprende a todas las normas que tengan Rango
de ley sean esos penales o civiles o administrativas o si sólo se considera a las
conductas prohibidas por la ley penal.
Si se opta por la primera postura implicaría admitir que es atípico el uso de la violencia
o amenaza dirigida y pedir un ilícito civil o administrativo por estar prohibido por la ley
como la conducta de quién impide a un peatón cruzarla pista por lugar distinto al
crucero peatonal eso que está prohibido por las normas administrativas en cambio de
optarse por la segunda posición sólo será atípica la conducta de impedir, con violencia o
amenaza, la comisión de un ilícito penal y Por ende configurar en delitos de coacción
todas las conductas dirigidas a impedir la comisión de ilícitos civiles o administrativos.
A favor de esta última postura la cual suscribimos se puede argumentar siguiendo a
cerebelo que es una exigencia del principio de intervención mínima ya que extender la
posibilidad de hacer uso de la fuerza para impedir cualquier conducta ilícita supone
admitir una permisibilidad amplísima en la legitimación del uso de la fuerza a los
particulares nada compatible con las garantías y limites que ha de respetar tal concesión
5. MODALIDADES
Transcribamos lo establecido en el artículo 151º del Código Penal peruano, el mismo
que señala: Artículo 151.- El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a hacer
lo que la ley no manda o le impide hacer lo que ella no prohíbe será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años. (Codigo Penal, 2018)
Como se advierte de dicho tipo penal, es menester en primer lugar, referir los elementos
constitutivos del delito sub examine, empleando para ello la ilustración dada por el
profesor César Haro (Lázaro, 1990), siendo dichos elementos los siguientes:
a. Que se obligue a una persona a hacer lo que la ley no manda o se le impida hacer lo
que ella no prohíbe.
b. Que, el agente actúe con plena voluntad para obligar a la víctima a que haga o diga
algo contra su voluntad, o le impida hacer lo que la ley no prohíbe (lo que se traduce en
dolo)
c. Que, el agente para lograr que la víctima acceda a sus requerimientos, emplee como
medio el anuncio de la amenaza, o cualquier acción, arma u objeto que pueda
intimidarla.
d. Que, la víctima acceda a los intereses del agente por temor o intimidación.
Entonces ¿qué debemos entender por amenaza? Implica una presión psicológica que
recae sobre el sujeto pasivo en el sentido de verse afectado un mal inminente sobre él o
persona vinculada al mismo significa. En otras palabras el ejercicio de una intimidación
que por su innegable intensidad ha de afectar el proceso deliberativo, formativo de la
voluntad del ofendido, esto es no hubiese dejado de hacer tal conducta o no hubiese
realizado otra es que no fuese compelido por obra del autor de la acción típica.
La violencia en cambio supone el ejercicio de una fuerza física suficiente que en este
caso debe regalar en el ámbito corporal del sujeto pasivo anulando su capacidad de
autodeterminación decisoria. Dicha violencia puede incidir en el plano fisiológico de la
víctima o también sobre las cosas siempre y cuando genere el resultado de la norma
contiene como condición consumativa. Reconocimiento de relevancia típica de la fuerza
en las cosas presupone que esta hipótesis de aplicación de violencia incide
efectivamente en la libertad de voluntad de conducta humana en relación con cualquier
comportamiento activo u omisiva. La violencia que nos interesa en este caso es aquella
que se dirige a neutralizar la voluntad de la víctima el proceso formativo de la decisión
de obrar de uno u otro modo no aquella que se dirige directamente a provocar una
merma en la salud de una persona pues ante tal hipótesis no se podrá hablar de coacción
sino de lesiones. Sí para evitar que juegue un partido de fútbol de fractura la pierna
helechos era constituido de lesiones por ello ha de decirse que la violencia sólo ha de ser
lo suficientemente idónea para lograr el objetivo que determina la prohibición en este
tipo del artículo 151 del código penal.
Primero dice el tenor literal que se obliga a otro hacer lo que la ley no manda que realice
ciertos comportamientos que la norma no exige cometer. No debe tratarse de un delito
puede ser así sería un caso típico de autoría mediata sólo importa los efectos de
configuración de este delito que el sujeto pasivo no esté obligado a lo que se le quiere
imponer. Si se obliga a una persona a realizar lo que la ley exige no será constituido de
coacción es sí mediante amenazas un conductor obliga a otro conductor a que baje la
velocidad o a que suba el auto a un accidentado quien mediante violencia hace que un
padre le pague el almuerzo su pequeño hijo. la otra modalidad supone impedir a otro
hacer lo que la ley no prohíbe se descarta por lo tanto la relevancia jurídico penal de la
conducta cuando un ciudadano evita que otro cometa un delito en tanto dicha conducta
está prohibida penalmente dando una legítima defensa en todo caso no parquear el
vehículo en una zona no autorizada tampoco será típica al ser una infracción
administrativa la problemática recibe cuando se pretende impedir una conducta que no
es prohibida para el sujeto pasivo pero implica su auto eliminación nos referimos al
suicidio (comportamiento sol típico en lo que respecta a terceros la ayuda o la
instigación A menos que se equipa de él no evitar con una ayuda al suicidio)partiendo
de una interpretación literal y según una concepción liberal del Estado habría que
concluir que quién impide que otro se suicida está cometiendo un delito de coacciones a
menos que esta persona realice dicha conducta en mérito un oficio cargo o función cuya
actuación se basa en una prescripción legal punto de la cuestión que no llega elimina la
tipicidad penal de la conducta sino que ingresa talla en el marco de la antijurídica en lo
que un precepto permisivo refiere no llegando a constituir o Injusto penal. Será típico
del comportamiento de quién obliga a otro a qué no marqué a tarjeta de identificación
laboral a la hora de salida o que impide qué otro pueda tomar el autobús. Se trata
evidentemente de un delito el resultado pues la perfección delictiva requiere que se
afecte de marco decisorio de la libertad volitiva de no hacer o de hacer una conducta no
deseada por la víctima.
5.1. AMENAZA
Uso de amenazas para obligar a otra persona a hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad en ese sentido coincidimos con (BUOMPADRE, 2007)en qué para que el tipo
se perfeccione alcanza con que la amenaza coarte, límite o restrinja la libre voluntad de
determinación o decisión del sujeto pasivo.
(Donna, 2011) En cuanto a que el tipo analizado abarca la denominada vis compulsiva
(violencia psíquica o intimidatoria) pero no la violencia física y los medios
fraudulentos.
Significa dar entender a otro con actos o palabras que se le quiere hacer algún mal de
amenaza sentido jurídico penal prácticamente coincide con el sentido gramatical de la
expresión por tanto definirse simplemente con la exteriorización hecha por una persona
a otra del propósito de causarle a ella a su familia o alguna persona allegada un mal
dependiendo luego de su respectivo tipo delictivo una determinación de la naturaleza de
dicho mal antes de estudiar los diversos tipos legales veamos algunas cuestiones
comunes a los mismos.
Una opinión dada por el magistrado peruano (Stein, 1998), quien refiere que es general
admitir en la doctrina que la amenaza se refiere al anuncio a la víctima y por el medio
que sea (verbal, gesticular, electrónico, etc.) que le espera determinado mal de no actuar
o actuar de determinada manera no exigida o prohibida por la ley , dicha afirmación, no
sería del todo razonable, en razón a que si bien la amenaza que emplea como medio los
gestos o ademanes realizados por el sujeto agente, dicho suceso no sería suficiente ni
idóneo para doblegar y someter la voluntad del agraviado, máxime cuando sería muy
complicado acreditar con elemento de prueba dicho suceso; también si la amenaza
emplea el medio electrónico, verbigracia, el correo electrónico, difícilmente podría
acreditarse que realmente fue el sujeto agente quien remitiera un correo electrónico
amenazante a la persona del agraviado, y ello como bien sabemos, dado a que cualquier
persona inescrupulosa y poco ética, con el empleo de un pequeño programa no tan
robusto, podría hackear la contraseña de una persona, por tanto acceder a su correo y
remitir sendas epístolas virtuales con contenido amenazante.
Diremos entonces, que el tipo penal en estudio exige como elemento objetivo que la
amenaza tenga un fin, esto es busque doblegar la acción del sujeto pasivo de tal manera
que lo encamine a realizar algo que no está obligado a realizar y que a través de los
medios de perpetración se busca imponer, por ende lo dicho, bien puede encuadrarse
como “hacer lo que la ley no manda o impedir hacer lo que ella no prohíbe”; y es que si
existe la sola amenaza, no se puede razonar que hubo coacción, pues el tipo exige que
este “medio” tenga un “fin”, y debe acreditarse por tanto las consecuencias de la
amenaza, esto es que la parte agraviada haya actuado supeditada mente bajo las
amenazas, realizando acciones que irían en contra del ordenamiento jurídico; por lo que
de ello se tiene y reforzando las ideas preliminarmente esgrimidas, que para la
configuración del delito Contra La Libertad Personal en su modalidad de coacción,
deben de concurrir la totalidad de los presupuestos legales, esto es obligar (el verbo
rector), mediante violencia o amenaza (medios comisivos) que la víctima haga lo que la
ley no manda o impedirle hacer lo que ella no prohíbe (elemento finalístico).
La amenaza tiene la finalidad de causar inquietud en el amenazado produciéndole un
estado o un ánimo de miedo. (BUOMPADRE, 2007)
citando a (Ramírez, 1994)por otro lado debe entenderse por amenaza o vis compulsiva
como el anuncio de un propósito de causar un mal que realiza en la gente sobre su
víctima con la finalidad del obligado su voluntad y de ese modo obligarle a realizar algo
que la ley no manda o impedirle lo que la ley no prohíbe existe unanimidad en la
doctrina en cuanto a qué se considera que el mal prometido No necesariamente puede
estar dirigido o proyectado a lesionar la vida o la salud del propio sujeto pasivo muy
bien puedo estar dirigidos a un tercero que tenga vinculación afectiva con aquél se
presentaría este supuesto delictivo cuando la gente amenaza a su víctima con lesionar a
su conyugue si no realiza lo que solicita.
Cuando (Stein, 1998) afirma que el amenaza podrá ser abierta o velada siempre que
resulte inequívoca a criterio del Juez.
5.2. VIOLENCIA
Debe entenderse por violencia o cómo se conocen doctrina la vis absoluta aquella fuerza
o energía física que el sujeto activo o agente descarga sobre el cuerpo de la víctima con
la finalidad de obligarle a realizar lo que la ley no manda o impedirle hacer lo que la ley
no prohíbe. (BUOMPADRE, 2007)
El Segundo requisito objetivo del tipo positivo del artículo 496, 1. °, es la violencia. Dos
aspectos cabe distinguir en el análisis de este concepto: su dimensión cualitativa y su
entidad cuantitativa. La primera afecta a la cuestión de las clases de medios que te
pueden constituir la violencia requerida por el artículo 496, 1 .0: esto es, si solo abarca a
la fuerza' física (o corporal) sobre las personas o también a la intimidaci6n, a la fuerza
en las cosas o, incluso, a otras formas de violentar la actuación ajena. La dimensi6n
cuantitativa apunta, en cambio, a la cantidad precisa para la violencia, sea de una clase o
de otra, exigida por la ley. (CONDE, 2015)
Debe por tanto el agente, conocer que está obligando a hacer a otro, lo que la ley no
manda o, impidiendo a otro, a hacer lo que la ley no prohíbe.
De acuerdo a la descripción típica del artículo 151º del Código Penal, la pena
conminada para este delito es no mayor de dos años. (Codigo Penal, 2018).
Como conclusión diremos que el tipo penal previsto en el artículo 151 resulta
únicamente reprimible a título doloso conciencia y voluntad de realizar típica que es en
este caso debe suponer que la gente conozca que está ejerciendo una violencia o
amenaza para impeler a otro hacer u omitir lo que no quiere por lo que se dice que se
atenta contra la libertad de obrar debe conocer por tanto que está obligando a hacer a
otro lo que la ley no manda o impidiendo a otro a hacer lo que la ley no prohíbe de tal
modo que si el autor no sabe que su conducta-mediando violencia o amenaza-se dirige a
tales fines podrá estar en curso en error de tipo. Tiene que manifestarse una conciencia
de ilegalidad pues si el autor cree estar autorizado de una determinada facultad se dará
un error sobre el presupuesto objetivo de una causa de justificación que ha de resolverse
según las reglas de error de prohibición.
7. CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
Como todo comportamiento en principio típico puede quedar exonerado de pena cuando
aparecen en escena las determinadas causas de justificación cuando la dañosidad social
se deja de un lado en virtud de la utilidad social del comportamiento. En el caso del tipo
penal de coacción son varias las circunstancias que dan lugar a una eliminación de la
antijuricidad entre estas la legítima defensa cuando mediando el ejercicio de violencia
sin pide cometer un crimen. el derecho de corrección de padres a hijos supone por lo
general el uso de violencia o amenaza para seguir un adecuado proceso educativo del
impúber siempre y cuando su empleo se efectúe de forma ponderada irracional como
por ejemplo para que haga la tarea o impidiendo que salga una hora no adecuada dado el
peligro de la calle.
La relación médico paciente puede dar lugar a ciertas circunstancias que pueden en
cierto sentido ser dominadas como coactivas pues un paciente que aún no ha sido dado
de alta en vista de haber sido sometido a una operación de alto riesgo no puede sin más
abandonar la clínica requiere una autorización médica más aún debe Cancelar
previamente la cuenta por lo siguiente si se le impide salir de la misma no será un acto
de coacción al estar autorizado legalmente en virtud del ejercicio legítimo del derecho.
Es decir un ilícito civil o administrativo la coacción está siempre justificada los casos
más discutibles son los siguientes
La perfección delictiva del tipo penal en cuestión requiere necesariamente que el sujeto
pasivo llegué a realizar lo que la ley no manda o en su defecto se alcanza impedir es
decir evitando que la víctima concreta y se lo que se ha propuesto como consecuencia
de la violencia o la amenaza.
9. TENTATIVA Y CONSUMACION
10. PENALIDAD
De acuerdo a la descripción típica del artículo 151º del Código Penal, la pena
conminada para este delito es no mayor de dos años. Sin embargo estando a que el
minimun de la pena de acuerdo a nuestro cuerpo punitivo nacional es de dos días, se
tendría que tener como límite inferior o extremo mínimo dicho quantum de pena, para
que a partir de allí, el Juzgador, y atendiendo a la forma y circunstancias en que
ocurrieron los hechos denunciados e investigados, pueda determinarla.
11. JURISPRUDENCIA
2. “La amenaza es aquella acción que debe producir en el sujeto pasivo un temor o
compulsión, por lo que se ve obligado a obedecer al agente, realizando una conducta
que éste le indica; debiendo ser tal temor consecuencia de una amenaza suficientemente
idónea acerca de un mal inminente. La violencia física, en cambio debe ser
suficientemente marcada para generar la anulación de la voluntad de la víctima, quien se
ve obligada a realizar una conducta no querida”.
4. “Los insultos no configuran el delito de coacción, salvo que se acredite que mediante
ellos, los actores, ejercieron violencia o amenaza a la víctima, obligándola a hacer lo
que la ley no manda o le impide hacer lo que ella no prohíbe”
12. CONCLUSIONES
–Entiéndase obligación-, busca que el sujeto pasivo o víctima realice algo que la ley no
manda o le impide hacer algo que dicha norma, no prohíbe ni limita.
-Que, tanto la violencia y/o la amenaza empleada con fines coaccionadores, debe ser
idónea y capaz de doblegar la voluntad del agente, con la finalidad de obligarlo a hacer
lo que la ley no manda o impedirlo hacer lo que ella no prohíbe.
-La violencia ejercida debe haberse realizado con fines de coaccionar al sujeto pasivo, y
no así con el animus laedendi o intención de lesionar, puesto en dicho supuesto el ilícito
deberá reconducirse al de Lesiones.
-La amenaza debe ser de tal magnitud que cause un temor mórbido al agraviado, de tal
suerte que anule completamente la voluntad del mismo y con ello realice las actuaciones
que el sujeto agente le conmine, obviamente dentro de los alcances del artículo 151º del
Código Penal, pues en otro supuesto estaríamos frente a la autoría mediata.
- De la propia redacción del tipo penal se evidencia que el delito de coacción consiste en
obligar a la víctima a realizar algo que no le manda la ley o impedirle lo que la ley no
prohíbe, haciendo uso de la violencia o amenaza.
Creus, C. (1998). Derecho Penal. Parte Especial. Tomo II. Buenos Aire: Astrea.
Navarrete, M. P. (2008). Derecho Penal. Parte General. 6TA Edicion. España: S.A.
BOSCH.
Politoff, S. (2004). Lecciones de derecho penal parte especial. Chile: Editorial Juridica
de Chile.
Salinas Siccha, R. (2015). Derecho Penal, Parte Especial. 6a edición. Lima: Iustitia-
Grijley.