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Las confesiones (Primer Capítulo)

Invocación al Señor

 Términos y conceptos filosóficos

Digno:
Que es merecedor de la cosa que se expresa.

Mortal:
Que ha de morir.

Soberbio:
Altivez y arrogancia del que por creerse superior desprecia y humilla a los demás:
A partir de la lectura podemos darnos una idea de la vida de este filósofo, de cómo fue
que se volvió creyente, cómo fortaleció sus creencias y cómo fue creando una propia
filosofía de vida. En el primer capítulo, encontramos a un ser como nosotros, corruptible
por los deseos y gozos mundanos, un hombre sumamente perdido en el comienzo,
colmado de inquietudes, de iniquidad e irracionalidad; viendo sus primeras vivencias
podemos encontrarnos con un personaje común a nuestras vidas, a nuestras
problemáticas y pasiones. San Agustín da pauta para poder reflexionar muy
detenidamente sobre nuestro caso propio, sobre nuestras condiciones como individuos,
cuyos pensamientos y actos a veces pueden repercutir y decaer, o incrementar y
fortalecer.

Un aspecto en consideración ante la filosofía de Agustín de Hipona, fue encontrar su


absoluta devoción hacia un Dios, que, como él mismo nos dice: "es estable e
incomprensible, inmutable, mudando todas las cosas; nunca nuevo y nunca viejo". De
igual forma nos muestra una percepción en la que se antepone la fe y hasta cierto
punto, conceptos contradictorios: "(a Dios) Amas y no sientes pasión; tienes celos y
estás seguro; te arrepientes y no sientes dolor; te aíras y estás tranquilo; cambias de
acciones, pero no de plan; recibes lo que encuentras y nunca has perdido nada; nunca
estás pobre y te gozas con las ganancias; no eres avaro y exiges intereses".

En el escrito, justifica a dios por medio de principios que se conocen, que son reales en
los seres humanos. Cómo se decidió lo que es agradable o no a dios, cómo pudo
aceptar San Agustín que: "(a Dios) lo que tú castigas es lo que los hombres cometen
contra sí, porque hasta cuando pecan contra ti obran impíamente contra sus almas y su
iniquidad se engaña a sí misma, ya corrompiendo y pervirtiendo su naturaleza".

Se puede analizar en la escritura de San Agustín una búsqueda de autoconocimiento e


introspección conjuntamente al concepto de la temporalidad , ya que sus indagaciones
acerca del tiempo presente, pasado y futuro demuestran el valor del concepto del
instante y de todo lo que en él se construye , es decir, valorando más los estímulos que
nos han otorgado experiencia y nos conforman en el presente, viviendo el hoy sin
pensar en el futuro , ya que se construirá como lo hacemos con el instante Pero ¿qué
pecados puede haber en ti , que no sufres corrupción? ¿O qué crímenes pueden
cometerse contra ti , a quien nadie puede hacer daño?
Primer Capitulo

“¿Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación, y precisamente el hombre, que,
revestido de su mortalidad, lleva consigo el testimonio de su pecado y el testimonio de que resistes a los
soberbios?”

Bien pudiera entenderse la soberbia como la terquedad ante el defender lo indefendible, como la
incapacidad de reconocer los errores, bastante similar al orgullo. Agustín afirma que Dios resiste a los
soberbios, pero (como más adelante se verá) al partir de la creencia dogmática que Agustín tiene en su
Dios, los soberbios no sólo son los orgullosos, sino también todo aquellos que presenten argumentos en
contra de Dios, tengan o no tengan la razón.

Bastante común, aún en tiempos actuales, es la afirmación que reza “Los asuntos de fe no se rebaten
con asuntos de lógica” con fines de sostener una óptica teísta de la existencia. Sin embargo hago notar
que la estrategia que se esconde detrás de tal afirmación es el “ganar o ganar”, o lo que es su corolario:
“no puedes refutar mi fe porque no puedes comprobar que no es así”. Falacia lógica, para comenzar.
¿Quién me refuta la existencia de una cafetera que orbita al planeta Marte, lo suficientemente pequeña
para no ser vista?

Para continuar, la lógica, amigos míos, nace de axiomas, y los axiomas son realidades que se reconocen
evidentes. Ahora bien, ¿qué hace que una realidad se reconozca como evidente? Un consenso. Y un
consenso es un acto de fe común. La lógica es fe, y la más honesta.
Y para terminar, si los asuntos de fe no se rebaten con lógica, si “Dios resiste a los soberbios”, todo
dogma basado en fe debería prescindir de argumentar sus procederes con lógica. ¿Es esto lo que ocurre
en la praxis? No.

“Ciertamente, alabarán al Señor los que le buscan, porque los que le buscan le hallan y los que le hallan
le alabarán.”

Existe un silogismo en esta frase; en realidad un dogma: no es posible buscar a Dios y no quedar
satisfecho. Si quedas insatisfecho, es que no le hallaste. Volvemos al “ganar o ganar”, lo cual no es una
búsqueda honesta de las verdades.

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