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La pregunta por la posibilidad de edu ción a partir de los cuales había roles bien
car la sexualidad es un tema que interesa y precisos sobre cuál era la función a cum
preocupa a las instituciones educativas. Hoy, plir como hombre o como mujer dentro del
a partir de la promulgación de la nueva ley, grupo social.
cada escuela, cada docente, cada padre que
Pero hoy, ¿cuáles son los ritos de pa
da implicado en el debate. Tema actual, pero
vale también decirlo, tema antiguo. Desde saje? Si los hay, ¿mantienen todavía su efi
siem pre ha preocupado a la hum anidad cacia simbólica?, ¿qué les dice a los niños y
cómo se le habla a las generaciones más niñas de hoy, cómo hacerse hombre, cómo
jóvenes sobre "las cosas de la vida". hacerse padre, que no es lo mismo, cómo
hacerse mujer o madre que tampoco es lo
Cada cultura fue inventando un modo mismo?
de abordar la cuestión, o tam bién de ca
llar, de negar, de desconocer, que son otros Decimos, entonces, tema antiguo pero
modos de hacer con eso. De manera ge que hoy aflige a las instituciones a partir de
neral, podemos decir que si antes pesaba una multiplicación de casos donde lo sexual
el rezo que decía que de eso no se habla; irrumpe, conmoviendo a la opinión pública.
el sujeto de nuestra sociedad actual, más Si leemos los diarios o escuchamos las no
bien está em pujado a decirlo todo. Las so ticias nos encontramos con una multiplica
ciedades creaban diversos m odos de trans ción de denuncias, juicios y escraches pú
mitir a los niños y a los adolescentes cómo blicos. ¿Es que ahora hay más hechos de
debían proceder a la hora de acercarse al violencia y abuso sexual? O más bien, ¿lo
otro sexo. Sabemos que los pueblos más que ocurre es que se puede hablar más de
arcaicos obraban según los ritos de inicia estos hechos? ¿Se trata de que en la ac-
'D íó ío q M 7>edaqóqico¿. A ñ o V, N ° 9, a b r il 2 0 0 7 . P á g . 6 4 -7 0 65
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La sexualidad en el campo educativo
vel de la naturaleza, no se trata de un ins llas de placer y de goce que Freud llamó
tinto, sino no podríamos com prender que el zonas erógenas y que hacen a un cuerpo
sujeto obtenga satisfacción a través de la vivo, que siente, que está afectado de la
cultura. Podemos decir, entonces, que la na lengua que lo habló al nacer.
turaleza del hombre es cultural.
los parientes próximos, a sus compañeros, tiones de la vida". Será el tiempo de encon
a sus profesores, es decir, a la cultura mis trar una respuesta posible, siempre singu
ma que aloja al sujeto. lar, a esto que, decíamos, se abre a partir
de la ausencia de saber.
A los fines de contrastar lo que afirma
mos, proponemos, nuevamente una com
paración entre la situación del ser hablante
Tercer punto: partir desde lo que no
en su relación a la sexualidad con la de los
sabem os
animales. Para estos últim os funciona un
saber instintual que les trasmite cómo con En el intento de analizar el asunto de la
servar la especie. Así, sim plem ente será educación sexual en la época actual, pode
posible para ellos seguir un programa que mos considerar algunas de las diversas pers
asegure luego de la maduración de sus ór pectivas a partir de las cuales es abordada
ganos reproductivos, aparearse y criar a sus la temática, aunque a veces no en forma
cachorros. Para el púber de la especie hu explícita, por las instituciones.
mana, la cuestión se torna bien embarazosa.
Algunas pretenden reducir la cuestión
Cuando los varones quieren acercarse a una
a la información científica biológica en la cual
chica, dudan sobre cómo hacerlo; por su
se incluye lo referente a la reproducción, al
parte, ellas no aciertan acerca de los pasos
conocim iento del organism o humano y al
que deben dar en su anhelo por acercarse
cuidado de la salud en una perspectiva que
a los chicos. No hay un saber que diga qué
podríamos denominar higienista. Un ejem
conviene hacer. Los asalta, y al mismo tiem
plo permite ver la diferencia entre conoci
po angustia, la pregunta sobre cómo hacer
miento y saber. Respecto a la información
para producir un encuentro.
sexual se ha podido verificar en varios ca
Para el sujeto, una cuestión es el sexo sos el hecho de que los niños pueden expli
con el que nace y otra es la posición que car hasta en sus últimos detalles el funcio
hace falta tomar con respecto a este dato namiento de la reproducción como si fuera
inicial. Con ello, queremos señalar que esta una clase de ciencias naturales. Pero cuan
segunda instancia, que en psicoanálisis lla do al concluir se les pregunta qué han en
mamos "sexuación", va a ser un resultado tendido de todo ello responden: "nada".
de lo que cada sujeto construya con el senti
Otras, naturalizan la problem ática al
do que le dé al lugar que ocupa en el deseo
deslizaría hacia el dejar hacer y alentar a
de sus padres. A eso llamamos sexuación, a
que todo puede ser dicho. Esta tendencia
eso que no está en el origen, sino que impli
empuja al hedonismo contemporáneo. Una
ca un segundo momento y que, por lo tanto,
tercera supone que el atem orizar trasm i
trasciende la conformación biológica y el dato
tiendo una figura mortífera de lo sexual fre
genético. No es suficiente con las caracterís
naría el impulso sexual; así, esta perspecti
ticas que muestra el cuerpo de cada uno,
va moralista homologa lo sexual a lo mor
sino que será necesario a eso darle un sen
tal. Ejemplo de esta visión es reducir la pro
tido, es decir, subjetivarlo. Así la problemáti
blemática a dar información sobre las en
ca de la identidad sexual conviene que la
ferm edades de transm isión sexual. Estas
entendamos como un sufrimiento caro a la
posiciones que van de un extremo al otro
adolescencia.
se pueden ver en la actitud de los adultos
Se trata así de pensar a la adolescen frente a los juegos sexuales infantiles, so
cia como ese tiempo necesario para cada bre los que, en algunos casos, no se pone
sujeto del despertar de los sueños, del en límite y, en otros, se ha llegado a hablar de
sayo de las primeras respuestas a "las cues "acoso sexual" entre niños.
La cuestión sería que pudiéramos en al niño modos socialm ente aceptables para
tender que se trata de crear una oferta de alcanzar su satisfacción. Podemos ejem pli
palabra para escuchar a niños y adolescen ficar este funcionam iento a partir de lo que
tes en lugar de abrumarlos con informacio sucede con el niño pequeño que cuando
nes y demandas para intentar que el sexo busca jugar con sus heces, su maestra se
funcione sin traspiés. Sigmund Freud, que lo prohíbe, hace operar así la represión, a
en numerosas oportunidades se ocupó de la vez que le ofrece para jugar plastilina,
la problemática educativa, decía en 1932 barro, etc. Ése es el m e ca n ism o de la
algo que nos maravilla hoy por su vigencia. sublimación.
Trascribimos su texto:
La educación implica, entonces, poner
"Veam os clara m e n te qué es lo que límites. Esto requiere confiar en la idea po
constituye la misión prim era de la educa sitiva del límite como aquél que posibilita al
ción. El niño debe aprender a dom inar sus decir: "esto no se puede, pero esto sí". Hace
pulsiones. Es im posible dejarle en libertad falta que el Otro a la vez que prohíbe, auto
de seguir sin restricción alguna sus im pul rice modos culturalm ente admitidos, para
sos. Ello constituiría un experim ento muy que esta función civilizadora opere.
instructivo para los psicólogos, pero les ha
Observem os que es en esta época ac
ría im posible la vida a los padres y aca
tual, en la que el Otro está devaluado, de
rrearía a los niños m ism os graves perjui
bilitado, carente de autoridad, que se hace
cios, como se dem ostraría en parte inm e
un llamado a la escuela para que tome a su
diatamente, y en parte en años posterio
cargo lo que la fam ilia de hoy ha relegado.
res. Así, pues la educación tiene forzosa
Entendemos que es allí donde aparece esta
mente que inhibir, prohibir y sojuzgar, y
nueva ley de educación sexual que le de
así lo ha hecho am pliam ente en todos los
manda a la escuela que se ocupe de la pro
tiempos. Pero el análisis nos ha dem ostra
blemática; y ante la cual, las escuelas y los
do que precisam ente este sojuzgam iento
d o c e n te s se p re g u n ta n cóm o co n v ie n e
de las pulsiones trae consigo el peligro de
abordar esta cuestión, prevenidos de que
la enferm edad n eu ró tica (...) En c o n s e
no es tan sim ple com o d ia g ra m a r otros
cuencia, la educación tiene que buscar su
programas.
camino entre el escollo del dejar hacer y el
escollo de la prohibición. Y si el problem a Pensam os que para crear una oferta
no es insoluble, será posible hallar para la de palabra en nuestras aulas, el dispositi
educación un camino óptimo, siguiendo el vo de la conversación apuesta a que los
cual pueda procurar al niño un máxim o de niños, los padres y los docentes encuen
beneficio causándole un m ínimo de daños. tren un lugar para que la palabra transcu
Se tratará, pues, de decidir cuánto se p u e rra, en el sentido de "escucha r" que no es
de prohibir, en qué épocas y con qué m e n ece sa ria m e nte acordar, ni coincidir, ni
dios. Y luego habrá de tenerse en cuenta conceder. Im plica reciprocidad y respeto
que los objetos de la influencia educadora por la diferencia en la respuesta de cada
entrañan muy diversas disposiciones cons uno, así com o tam bién, im plica que los lu
titucionales; de manera que un mism o m é gares de los participantes no sean sim é
todo no puede ser igualm ente bueno para tricos.
todos los niños" (FREUD, 1981:3186).
La educación y el psicoanálisis com par
Efectivamente, la educación tiene la ten las problem áticas subjetivas que niños
función civilizadora en tanto intenta regular y jóvenes les plantean, una y otra están
lo libidinal, socializarlo. Es decir, le propone advertidas que su chance de operar será
por via del consentim iento del sujeto, y si giada de ubicar el marco de lo no sabido,
bien son dos registros de acción diferentes, reintroducir las preguntas y abrir espacios
ello no impide hacer posible el ejercicio de de palabras.
un diálogo sostenido entre ambos. La pro
puesta es, entonces, que el trabajo realiza
Lic. Pia Liberati y
do en la conexión del psicoanálisis y la pe
Lic. Beatriz Gregoret
dagogía permita poner en primer plano los
puntos de dificultad como manera privile Córdoba, 22 de marzo de 2007
Bibliografía
LACAN, Jaques. El Seminario 20. Aún. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1992.