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Los lípidos son un grupo diverso de compuestos de origen biológico que son
insolubles en agua y solventes polares, y solubles en solventes apolares como el
benceno y otros solventes orgánicos. (Algunos lípidos son denominados
anfipaticos, ya que una parte de la molécula es hidrofobia y otra parte hidrofilia).
Debido a esta gran diferencia estructural dentro del conjunto de los lípidos, estos
se han clasificado en diferentes subgrupos, atendiendo a las similitudes
estructurales entre componentes de estas subclases.
a.- Grasas: Esteres de ácidos grasos con glicerol. Un graso en estado líquido se
conoce como aceite.
La mayoría de grasas naturales como los aceites vegetales y las grasas animales
son mezclas complejas de triacilgliceroles sencillos y mixtos. Estos últimos
contienen diversos ácidos grasos que difieren en la longitud de la cadena y
grado de saturación. Los aceites vegetales como el aceite de maíz y el de oliva
están compuestos mayoritariamente de triacilgliceroles con ácidos grasos
insaturados, por lo que son líquidos a temperatura ambiente. Los
triacilgliceroles que sólo contienen ácidos grasos saturados son sólidos a
temperatura ambiente.
b.- Ceras: Esteres de ácidos grasos con alcoholes monohídricos de peso
molecular más elevado.
Las ceras biológicas son ésteres de ácidos grasos de cadena larga saturados e
insaturados (de 14 a 36 átomos de carbono) con alcoholes de cadena larga (de
16 a 30 átomos de carbono). Sus puntos de fusión (60 a 100°C) son
generalmente más elevados que los de los tracilgliceroles. En los organismos
marinos que constituyen el plancton las grasas son la forma de
almacenamiento principal de combustible metabólico. Las ceras también
realizan diversas funciones en la naturaleza, que están relacionadas con sus
propiedades repelentes de agua y con su consistencia firme. Ciertas glándulas
de la piel de los vertebrados secretan ceras para proteger el pelo u la piel
manteniéndolos flexibles, lubricados e impermeables. Los pájaros,
especialmente las aves acuáticas, secretan ceras que mantienen la repelencia al
agua de sus plumas. Las hojas brillantes de acebo, rododendro, hiedra
venenosa y muchas plantas tropicales están recubiertas con una capa de ceras
que las protege contra parásitos e impide la evaporación excesiva del agua. Las
ceras biológicas tienen diversas aplicaciones en las industrias farmacéuticas y
cosmética.