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1. PROPIEDAD INDUSTRIAL.

1.1. Definición.
La propiedad industrial es el derecho exclusivo que otorga el Estado para
usar o explotar en forma industrial y comercial las invenciones o innovaciones de
aplicación industrial o indicaciones comerciales que realizan individuos o empresas
para distinguir sus productos o servicios ante la clientela o usuarios en el mercado
nacional e internacional. Este derecho confiere a su titular la facultad de excluir a
otros del uso o explotación comercial de su propiedad si no cuenta con su
autorización.
Según el diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, del autor
Manuel Osorio, define a la propiedad industrial de la siguiente manera:

“Entiéndase por tal la que recae sobre el uso de un nombre comercial, marcas
de fábrica, de comercio y de agricultura, dibujos y modelos industriales, secretos de
fábrica y patentes de invención (v). La ley protege el derecho exclusivo de quien
ostenta a su favor aquellos usos, defendiéndola frente a terceros y frente a toda
competencia desleal”. 1

Lo que se trata de establecer en la anterior definición es que la propiedad


industrial protege principalmente las invenciones, las marcas de comercio o fábrica,
los dibujos o modelos industriales y de la detención de la competencia desleal. Todos
estos tienen en común atributos ya que todos los derechos de cada uno van a estar
protegidos al momento de su aprovechamiento.

“Constituye la propiedad industrial el derecho atribuido a determinadas


personas para explotar exclusivamente, durante cierto número de años, las actividades

1
(Ossorio, 2000, pág. 681)

1
fabriles objeto de él; y también, la facultad de usar privativamente las marcas, señales
o títulos que designan la procedencia de los artículos fabricados y comerciales”2

La primera de las categorías que contiene el estudio de la propiedad


intelectual es la propiedad industrial, y para su definición es de vital importancia
conocer el entorno donde se origina, es decir, el ámbito comercial en el que se crea
y surte sus efectos. Metke expone que la propiedad industrial “es una rama del
derecho comercial que estudia el régimen de las invenciones industriales y de los
signos distintivos como bienes mercantiles del empresario. Hace parte igualmente
de la disciplina de la competencia, en cuanto los derechos de propiedad industrial
constituyen posiciones privilegiadas que permiten excluir legítimamente a terceros
de ciertos sectores de la actividad económica, particularmente en los casos de las
patentes y de las nuevas creaciones en general.”3 A partir de esta aseveración, se
entiende tanto la naturaleza como la funcionalidad de la propiedad industrial, es
decir, como parte del derecho mercantil.

Es la legislación guatemalteca en la Ley de Propiedad, Decreto 57-2000, la


que brinda una definición basada en lo anterior y a partir del objeto de dicha ley, en
el que regula: “Esta ley tiene por objeto la protección, estímulo y fomento a la
creatividad intelectual que tiene aplicación en el campo de la industria y el comercio
y, en particular, lo relativo a la adquisición, mantenimiento y protección de los signos
distintivos, de las patentes de invención y de modelos de utilidad y de los diseños
industriales, así como la protección de los secretos empresariales y disposiciones
relacionadas con el combate de la competencia desleal.”

Ya esta definición presenta el contenido de la propiedad industrial, es decir


aquellas creaciones de carácter comercial. Manuel Albaladejo, además de lo anterior,
afirma que la propiedad industrial es la que forma parte de la propiedad intelectual y

2
(Cuevas, 1994, pág. 473)
3
(Méndez, 2001, pág. 19)

2
otorga derechos exclusivos de explotación al inventor o creador sobre determinados
distintivos industriales o comerciales.4

Las definiciones anteriores han dejado en evidencia la existencia de la figura


de la “nueva creación” y los signos distintivos. Metke los explica indicando que:
“Las nuevas creaciones consisten en invenciones o creaciones formales con
aplicación industrial y los signos distintivos en medios identificadores que utiliza el
empresario para distinguirse a sí mismo en el comercio, o para distinguir sus
establecimientos, o los productos que fabrica o comercializa, o los servicios que
presta.”5

En cuanto al sujeto de la propiedad industrial, es decir el titular de derechos,


Rodríguez García explica que lo será el inventor, el fabricante o comerciante que
crea signos distintivos, tanto personas físicas como personas jurídicas.6

1.1.1. Naturaleza Jurídica.


Para explicar la naturaleza jurídica de las instituciones que conforman la
propiedad industrial, se parte de una clasificación general que divide las teorías
al respecto en dos grandes grupos: doctrinas dualistas y doctrinas monistas. Las
doctrinas dualistas, las facultades del creador las divide en contenido moral y
contenido patrimonial. Según las doctrinas dualistas el creador de una obra
intelectual posee dos tipos de derechos y no uno solo de carácter personal y
moral de naturaleza extramatrimonial personal inalienable sino también un
derecho de contenido económico y por ende patrimonial transmisible y
temporalmente limitado. Las doctrinas monistas, los derechos constituyen un
todo armónico. Dentro de los dualistas existen dos posiciones: El derecho como
un señorío jurídico sobre un bien exterior, en esta categoría encontramos las
teorías de la propiedad, teoría del derecho sobre bienes inmateriales y teorías de
los derechos intelectuales. Las que reducen el derecho a una facultad de

4
(Albaladejo, 1977, pág. 478)
5
(Méndez, 2001, Op. cit. Pág. 26)
6
(García, 1990. Op. Cit. Pág. 103)
3
desarrollo en conclusiva una actividad determinada ubicándose en esta categoría
la teoría del derecho a la no imitación a los derechos de clientela, monopolio
legal, derecho de trabajo. El primer grupo de posiciones estiman la posibilidad
de explorar la obra con exclusión de todo tercero upes se tiene un señorío
jurídico inmediato sobre ella. “Una de las doctrinas más comunes defendidas es
que el autor, el inventor y el titular de signos distintivos de carácter mercantil
poseen sobre estos objetos un derecho que se conceptualiza como verdadera
propiedad y esto se debe a que el concepto de propiedad es “elástico” a que
cualquier señorío sobre un bien exterior al sujeto puede llamarse propiedad,
además, la teoría de la propiedad exhibe la esencia de estos derechos que se
manifiestan en la relación de pertenencia que liga a la obra de su autor”.7

Barassi sostiene con su doctrina que el amplio señorío de gozar y


disponer de forma externa de las creaciones intelectuales forma parte del
carácter esencial de dominio.

“Según Balos Corroza, la propiedad industrial posee peculiaridades


propias frente a la propiedad común, siendo a su vez modalidad del dominio,
caracterizando de ese modo derechos que excluyen de terceros al disfrute del
valor económico representado por el producto intelectual; sostiene, por todo lo
anterior, que el derecho de autor, inventor, usuario de signos distintivos de
carácter mercantil, deben considerarse derechos de propiedad de otro género que
la propiedad común”.8

Medina y Sobrado, argumentan que la propiedad industrial e intelectual


son de tipo ordinario y corriente, sin más diferencia que el objeto sobre el que
recae son cosas inmateriales y tienen un período de tiempo limitado durante el
cual ha de ejercitarse. Sin embargo, existen objeciones que sea verdadero
propiedad industrial e intelectual, ya que las creaciones son de carácter

7
(AZUCENA PALACIOS, BERNAL JUAREZ, & PORTILLO BARRERA, 1992, pág. 14 y 15)
8
(AZUCENA PALACIOS, BERNAL JUAREZ, & PORTILLO BARRERA, 1992. Op. cit. pág. 15)

4
inapropiable pues se trata de ideas que una vez emitidas y publicadas, no es
posible retener por lo que no hay señoría sobre ellas; como razona Roubier el
inventor obtiene provecho económico de la explotación de objeto por el
inventado, pero para que fuese verdadera propiedad, sería necesario que el titular
de ese derecho reservara par si al igual que el verdadero propietario, el uso
exclusivo del objeto, aunque el creador pretenda para conseguir beneficio
económico que su obra sea conocida y disfrutada; Franceschelli afirma:
“sacrificar el derecho de propiedad” y es que no se está al frente del disfrute de
un bien sino del ejercicio de una actividad mercantil lucrativa que es lo que hay
que realizar para lograr el lucro económico que la explotación que la creación
permite.

En definitiva, estos derechos no son de propiedad sino de utilización


económica; estos derechos de propiedad común en los que la administración
pública interfiere en la adquisición del derecho, aunque la administración
proteja los derechos privados, por ejemplo, el registro inmobiliario en el caso de
los derechos de la creación la administración llega más allá, ya que otorga
concesiones administrativas que confieren titularidad para disfrutar del derecho.
Otras diferencias entre las figuras jurídicas de la propiedad industrial e
Intelectual son la temporalidad de la protección en las creaciones intelectuales
frente a la perpetuidad clásica del dominio, según Roguin la propiedad recae
sobre una cosa individual y estos derechos se refieren a cierta categoría de cosas;
el derecho de propiedad impide a terceros realizar actos iguales a los del
propietario, el derecho de creadores impide realizar actos semejantes implica la
obligación de no hacer lo que hace otro y el derecho de propiedad obliga a no
atentar contra la cosa ajena.

Existen doctrinas monistas de la naturaleza de la propiedad industrial e


Intelectual, no expuestas y que coinciden en afirmar la necesidad de una
construcción unitaria del derecho sobre creaciones intelectuales e industriales.

5
El derecho de autor no es un derecho personal ni un derecho patrimonial
y por ello precisamente le corresponde un lugar propio dentro del sistema
jurídico.

1.1.2. Convenio de París.


La Constitución de la República de Guatemala de 1985 en su artículo 43
reconoce y protege el derecho de la libertad de industria y comercio y en el
artículo 42 el derecho de autor o inventor, como derechos inherentes a la persona
humana dando garantía a los titulares de sus creaciones de acuerdo a la ley y a
los tratados internacionales firmados por Guatemala, siendo uno de los
principales el convenio de Paris para la protección de la propiedad industrial,
adoptado en Estocolmo el 14 de julio de 1967 y su enmienda el 28 de septiembre
de 1979, lo que inspira a nuestros legisladores a promover mecanismos para
tutelar adecuadamente estos derechos por lo que el 31 de agosto del año 2000 se
crea el decreto número 57-2000 del Congreso de la República de Guatemala,
ley de propiedad industrial.

Posteriormente el Congreso de la República de Guatemala, con el apoyo


de todos los diputados aprobó de urgencia nacional reformas a la ley de
propiedad Industrial y que está contenido en el decreto 9-2003, con lo cual se
modificó el artículo 177 de esta ley.

El Convenio de París se aplica a la propiedad industrial en su acepción


más amplia, con inclusión de las patentes, las marcas de productos y servicios,
los dibujos y modelos industriales, los modelos de utilidad (una especie de
"pequeña patente" establecida en la legislación de algunos países), las marcas
de servicio, los nombres comerciales (la denominación que se emplea para la
actividad industrial o comercial), las indicaciones geográficas (indicaciones de
procedencia y denominaciones de origen) y la represión de la competencia
desleal.

6
Las disposiciones fundamentales del Convenio pueden dividirse en tres
categorías principales: trato nacional, derecho de prioridad y normas comunes.

1) En virtud de las disposiciones sobre el trato nacional, el Convenio


establece que, en lo que se refiere a la protección de la propiedad
industrial, los Estados Contratantes deberán conceder a los
nacionales de los demás Estados Contratantes la misma protección
que concede a sus propios nacionales. También tendrán derecho a
esa protección los nacionales de los Estados que no sean
contratantes, siempre que estén domiciliados o tengan
establecimiento industrial o comercial efectivo y serio en un Estado
Contratante.

2) En el Convenio se establece el derecho de prioridad en relación con


las patentes (y modelos de utilidad, donde existan), las marcas y los
dibujos y modelos industriales. Significa ese derecho que, con
arreglo a una primera solicitud de patente de invención o de registro
de la marca que sea presentada en uno de los Estados Contratantes,
el solicitante podrá, durante determinado período de tiempo (12
meses para las patentes y los modelos de utilidad y seis meses para
los dibujos y modelos industriales y las marcas), solicitar la
protección en cualquiera de los demás Estados Contratantes; esas
solicitudes posteriores se considerarán presentadas el mismo día de
la primera solicitud. Dicho de otro modo, esas solicitudes posteriores
tendrán prioridad (de ahí la expresión "derecho de prioridad") con
respecto a las solicitudes que otras personas puedan presentar
durante los citados plazos por la misma invención, modelo de
utilidad, marca o dibujo o modelo industrial. Además, como se
fundan en la primera, dichas solicitudes posteriores no se verán
afectadas por hechos que puedan haber acaecido en el intervalo,
como la publicación de la invención o la venta de artículos que

7
utilicen la marca o en los que se plasme el dibujo o modelo industrial.
Una de las grandes ventajas prácticas de esta disposición radica en
que el solicitante que desea protección en varios países no está
obligado a presentar todas las solicitudes al mismo tiempo, sino que
dispone de 6 o 12 meses para decidir en qué países desea la
protección y para disponer con todo el cuidado debido las diligencias
necesarias para asegurarse la protección.

3) En el Convenio se establecen además algunas normas comunes a las


que deben atenerse todos los Estados Contratantes. Las más
importantes son las siguientes:

a) En relación con las patentes: Las patentes concedidas en


los diferentes Estados Contratantes para la misma
invención son independientes entre sí: la concesión de la
patente en un Estado Contratante no obliga a los demás a
conceder otra patente; la patente no podrá ser denegada,
anulada, ni considerada caducada en un Estado
Contratante por el hecho de haber sido denegada o
anulada o haber caducado en otro.

El inventor tiene derecho a ser mencionado como tal en


la patente.

No se podrá denegar la concesión de una patente, y la


patente no podrá ser invalidada por el hecho de que la
venta del producto patentado o el producto obtenido por
un procedimiento patentado estén sujetos a restricciones
o limitaciones previstas en la legislación nacional.

8
El Estado Contratante que tome medidas legislativas que
prevean la concesión de licencias obligatorias para evitar
los abusos que podrían derivarse del ejercicio de los
derechos exclusivos conferidos por la patente podrá
hacerlo únicamente en determinadas condiciones. Sólo se
podrá conceder la licencia obligatoria (licencia que no
concede el propietario de la patente, sino el órgano
competente del Estado de que se trate), atendiendo a la
falta de explotación industrial o explotación insuficiente
de la invención patentada, cuando la solicitud haya sido
presentada después de tres años contados desde la
concesión de la patente o después de cuatro años
contados desde la fecha de presentación de la solicitud de
patente. Además, la solicitud habrá de ser rechazada si el
titular de la patente justifica su inacción con motivos
legítimos. Además, la caducidad de la patente no podrá
ser prevista sino para el caso en que la concesión de
licencia obligatoria no hubiera bastado para impedir el
abuso. En este último caso, se podrá entablar el
procedimiento para declarar caducada la patente, pero no
antes de que expiren dos años contados desde la
concesión de la primera licencia obligatoria.

b) En relación con las marcas: El Convenio de París no fija


las condiciones de presentación y registro de las marcas,
que se rigen por el derecho interno de los Estados
Contratantes. En consecuencia, no se podrá rechazar la
solicitud de registro de una marca presentada por un
ciudadano de un Estado Contratante, ni se podrá invalidar
el registro, por el hecho de que no hubiera sido
presentada, registrada o renovada en el país de origen.

9
Una vez obtenido el registro de la marca en el Estado
Contratante, la marca se considera independiente de las
marcas que, en su caso, se hayan registrado en otro país,
incluido el propio país de origen; por consiguiente, la
caducidad o anulación del registro de la marca en un
Estado Contratante no afecta a la validez de los registros
en los demás Estados Contratantes.

Cuando la marca ha sido debidamente registrada en el


país de origen, tiene que ser admitida para su depósito y
protegida en su forma original en los demás Estados
Contratantes, cuando así se solicita. No obstante, se podrá
denegar el registro en supuestos debidamente
establecidos, como cuando la marca afecta a derechos
adquiridos por terceros, cuando está desprovista de todo
carácter distintivo o es contraria a la moral o al orden
público o de naturaleza tal que pueda engañar al público.

Si en el Estado Contratante fuera obligatoria la utilización


de la marca registrada, el registro no podrá ser anulado
por la falta de utilización, sino después de transcurrido un
plazo prudencial y sólo si el interesado no justificase las
causas de su inacción.

Los Estados Contratantes están obligados a denegar el


registro y a prohibir el uso de una marca que constituya
la reproducción, imitación o traducción, susceptibles de
crear confusión, de otra marca utilizada para productos
idénticos o similares y que, a juicio del órgano
competente del respectivo Estado, resultara que es
notoriamente conocida en ese Estado como marca que ya

10
es propiedad de una persona que pueda beneficiarse del
Convenio.

Los Estados Contratantes deberán igualmente rechazar el


registro y prohibir el uso de marcas que contengan, sin
permiso, escudos de armas, emblemas de Estado y signos
y punzones oficiales de los Estados Contratantes, siempre
que éstos les hayan sido comunicados por conducto de la
Oficina Internacional de la OMPI. Las mismas
disposiciones se aplican a los escudos de armas, banderas
y otros emblemas, siglas o denominaciones de ciertas
organizaciones intergubernamentales.

Las marcas colectivas deben estar protegidas.

c) En relación con los dibujos y modelos industriales: Los


dibujos y modelos industriales tienen que estar
protegidos en todos los Estados Contratantes, y no se
podrá denegar la protección por el hecho de que los
productos a los que se aplique el dibujo o modelo no sean
fabricados en ese Estado.

d) En relación con los nombres comerciales: Los nombres


comerciales estarán protegidos en todos los Estados
Contratantes sin obligación de su depósito o de registro.

e) En relación con las indicaciones de procedencia: Los


Estados Contratantes deben adoptar medidas contra la
utilización directa o indirecta de indicaciones falsas
concernientes a la procedencia del producto o a la
identidad del productor, fabricante o comerciante.

11
f) En relación con la competencia desleal: Todos Estados
Contratantes están obligados a asegurar una protección
eficaz contra la competencia desleal.

La Unión de París, instituida por el Convenio, se dotó de una Asamblea


y de un Comité Ejecutivo. Forman la Asamblea todos los Estados miembros de
la Unión que se hayan adherido, por lo menos, a las disposiciones
administrativas y a las cláusulas finales del Acta de Estocolmo (1967). A su vez,
los miembros del Comité Ejecutivo son elegidos entre quienes pertenecen a la
Unión, excepto en el caso de Suiza, que es miembro de oficio. Corresponde a la
Asamblea establecer el presupuesto bienal por programas de la Secretaría de la
OMPI en lo que respecta a la Unión de París.

Adoptado en 1883, el Convenio de París fue revisado en Bruselas


(1900), en Washington (1911), en La Haya (1925), en Londres (1934), en Lisboa
(1958) y en Estocolmo (1967), y, finalmente, fue enmendado en 1979.

Pueden adherirse al Convenio todos los Estados. Los instrumentos de


ratificación o de adhesión deben depositarse en poder del Director General de la
OMPI.9

1.2. Patentes de Invención.


1.2.1. Definición.
La primera definición de esta institución la brinda la Ley de Propiedad
Industrial de Guatemala, la que establece que patente es “el título otorgado por

9
(Reseña del Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial (1883))

12
el Estado que ampara el derecho del inventor o del titular con respecto a una
invención, cuyos efectos y alcance están determinados por esta ley.”10

Esta definición es ampliada por Rodríguez García, quien agrega que este
título o certificado que otorga el Estado “reconoce el derecho para emplear y
utilizar exclusivamente una invención en la industria y dar al comercio o poner
en venta los objetos fabricados procedentes de esta invención.”11

Es posible establecer a partir de los conceptos anteriores que una patente


es una concesión estatal que reconoce ciertos derechos a su titular. Estos
derechos le permiten aprovechar la utilización de su invención dentro de la
industria y el comercio. Es importante hacer mención que el titular de la patente
generalmente es el inventor, pero no siempre es así, ya que también puede serlo
otra persona individual o jurídica dependiendo de la celebración de algún
contrato.

Teniendo claro que sobre lo que se extiende una patente es sobre una
invención, es menester comprender qué se considera una invención patentable.
Para empezar, la OMPI en su definición de patente además de incluir los puntos
anteriores agrega que una invención “es el producto o proceso que ofrece una
nueva manera de hacer algo, o una nueva solución técnica a un problema.”12

Además, esta misma institución indica que las condiciones de


patentabilidad de una invención son:

“Utilidad: La invención debe tener utilidad práctica o ser


susceptible de aplicación industrial, de una u otra índole;

10
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., pág. Art. 4)
11
(García, 1990. Op. cit. Págs. 105-110)
12
(¿Qué es la Propiedad Intelectual?, 2015, pág. 5)
13
Novedad: En la invención debe observarse una nueva
característica hasta el momento no conocida en el cuerpo de
conocimientos (lo que se conoce como “estado de la técnica”) en
el campo técnico de que se trate;

No evidencia: En la invención debe observarse lo que se ha


venido a llamar actividad inventiva, a saber, algo que no pueda
ser deducido por una persona con conocimientos generales en el
campo técnico de que se trate.

Materia patentable: Además, la invención debe cumplir el


requisito de lo quese considera materia patentable conforme a la
normativa del país, que varía de un caso a otro.”13

Con relación a estos criterios, la Ley de Propiedad Industrial de


Guatemala concuerda con los mismos en el artículo 92, y en cuanto a la materia
patentable, el artículo 93 de este mismo cuerpo normativo presenta los tres casos
de exclusión: los métodos de diagnóstico, terapéuticos o quirúrgicos; las
invenciones cuya explotación sea contraria al orden público o a la moral y las
invenciones cuya explotación fuese necesaria impedir para preservar la salud o
la vida en general.

La OMPI, además de definir a la patente y los requisitos de


patentabilidad reconoce dos tipos de patentes: las patentes de productos y las
patentes de procedimientos. A manera de ejemplo de estas dos categorías ilustra:
“La elaboración de una nueva aleación constituye un ejemplo de lo que se
entiende por invención de un producto. A su vez, la invención de un nuevo
método o procedimiento para la elaboración de una aleación ya conocida o
nueva constituye lo que se entiende por invención de procedimiento.”14

13
(Principios Básicos de la Propiedad Industrial, 2014, pág. 7)
14
Ibid. Pág. 8.

14
En términos generales, los derechos que se confieren a través del
otorgamiento de una patente incluyen que el titular de los mismos impida que
terceras personas exploten la invención patentada o empleen el procedimiento
patentado; de esta forma es que se regula en la Ley de Propiedad Industrial de
Guatemala en el artículo 128. La OMPI concuerda con estos presupuestos,
manifestando que: “En lo que respecta a las patentes de productos, el derecho a
impedir que terceros, sin el consentimiento del titular de la patente, realicen
actos de fabricación, uso, oferta para la venta, venta o importación para esos
fines del producto; En lo que respecta a las patentes de procedimiento, el
derecho a impedir que terceros, sin el consentimiento del titular de la patente,
hagan uso de dicho procedimiento; y el derecho a impedir que terceros realicen
actos de uso, oferta para la venta, venta o importación para esos fines de los
productos obtenidos directamente por medio de los procedimientos en
cuestión.”15

Tomando en cuenta lo anterior, puede establecerse que las patentes que


otorga el Estado buscan proteger el aspecto patrimonial del titular de los
derechos, es por esto que el certificado extendido permite que sea él mismo
quien disponga de tales derechos, ya sea por su facultad implícita de prohibición
a terceros sobre el uso del producto o procedimiento patentado o bien
permitiendo su uso mediante el otorgamiento de licencias, con las que obtiene
un beneficio económico pactado.

Como acotación importante se encuentra apuntar que el plazo de


protección que la ley establece para una patente de invención es determinado
(20 años de conformidad con la Ley de Propiedad Industrial de Guatemala), y
esto generalmente es cuestionado pues se entiende que transcurridos los 20 años
de protección cualquier persona puede hacer uso de tal patente sin incurrir en
ilegalidad alguna. Y en efecto así es, esto de conformidad con la OMPI y la

15
Ibid. Pág. 8-9.

15
lógica de ello responde a que se vele tanto por los intereses individuales al
proteger la invención y permitir su aprovechamiento por ese plazo como los
intereses públicos en pro del avance tecnológico que representa el uso general
de una invención determinada.

1.3. Diseños Industriales.

1.3.1. Definición.
Para conocer este concepto de mejor manera, la OMPI explica esta figura
afirmando que: “Un diseño industrial es el aspecto ornamental o estético de un
artículo. El diseño industrial puede consistir en rasgos en tres dimensiones,
como la forma o la superficie de un artículo, o rasgos en dos dimensiones, como
los diseños, las líneas o el color.”16

A su vez, la Ley de Propiedad Industrial de Guatemala complementa el


concepto de la OMPI al establecer que un diseño industrial “comprende tanto
los dibujos como los modelos industriales. Los primeros deben entenderse como
toda combinación de figuras, líneas o colores, que se incorporen a un producto
industrial o artesanal, con fines de ornamentación y que le den una apariencia
particular y propia; y los segundos como toda forma tridimensional, que sirva
de tipo o patrón para la fabricación de un producto industrial, que le dé un
aspecto especial y que no tenga fines funcionales técnicos.”17

Como es de apreciarse, los conceptos anteriores engloban los


presupuestos esenciales de esta figura. Lo que se busca proteger es la forma
ornamental en que se presenta un producto o artículo, como lo menciona la
OMPI, en el caso de ser un diseño industrial. Sin embargo, la ley citada
menciona los modelos industriales, los cuales incorporan patrones de
fabricación que brinden al artículo un aspecto especial, de forma tridimensional.

16
(Intelectual, ¿Qué es la Propiedad Intelectual?, 2015.Op. cit. Pág. 12)
17
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., 2000, pág. Art. 4)

16
En cuanto a su protección este cuerpo normativo aplica los mismos principios,
salvo ciertas excepciones, de las patentes de invención, sin reparo del requisito
contemplado en la ley para su protección: que tal diseño, dibujo o modelo no
tenga fines funcionales técnicos, sino sea únicamente de carácter ornamental y
accesorio al artículo o producto de que se trate.

1.4. Modelos de Utilidad

1.4.1. Definición

De la mano del tema de patentes de invención se encuentra otra figura


íntimamente relacionada: el modelo de utilidad. De conformidad con la Ley de
Propiedad Industrial de Guatemala un modelo de utilidad es “toda mejora o
innovación en la forma, configuración o disposición de elementos de algún objeto,
o de una parte del mismo, que le proporcione algún efecto técnico en su
fabricación, funcionamiento o uso.”18

A su vez, la OMPI define esta figura como la que “se utiliza para referirse
a un título de protección de determinadas invenciones, como las invenciones en
la esfera mecánica. Por lo general, los modelos de utilidad se aplican a las
invenciones de menor complejidad técnica y a las invenciones que se prevé
comercializar solamente durante un período de tiempo limitado.”19

De estas dos concepciones es importante concluir que un modelo de


utilidad es considerado una patente de menor complejidad, ello porque presupone
una mejora, adaptación o innovación a un producto o patente ya existente. Es por
esto que suelen ser conocidas también, de conformidad con la OMPI, como
“pequeñas patentes” o “patentes de innovación”, por lo que los requisitos son más
limitados que en la patente, y por ende la protección se concede por menor tiempo

18
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., 2000, pág. Art. 4)
19
(Intelectual, Principios Básicos de la Propiedad Industrial, 2014. Op. Cit. Pág. 10)

17
(en el caso de Guatemala es por diez años, frente a la patente cuya concesión se
da por veinte años).

1.5. Derecho Marcario.


El derecho marcario es el conjunto de doctrinas y normas, que estudian todo
lo relacionado con las marcas y la relación de estas con las relaciones comerciales,
así como su clasificación, características, su inscripción y registro, y todo lo referente
a su protección.

El derecho marcario comprende de manera general la protección legal de


todos aquellos signos distintivos que permiten distinguir un producto o un servicio
en el mercado.

1.5.1. Marcas.
Se entiende por marca todo signo susceptible de representación gráfica
que sirva para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa
de los de otras.20

La marca es concebida también como una herramienta de mercado, que


permite a los consumidores identificar y reconocer los productos o servicios
ofrecidos por un determinado comerciante.

La función principal de las marcas es identificar la procedencia


empresarial de los productos o servicios a los que designan.

Las legislaciones en materia de marcas de los distintos países determinan


expresamente los signos que pueden o no constituir una marca. En la mayoría
de los estados, la marca debe cumplir dos requisitos para poder ser válidamente
registrada:
Tener fuerza distintiva y;

20
(Comité Permanente Sobre el Derecho de Marcas & Organización Mundial, 2002)

18
Ser susceptible de representación gráfica.

La marca se diferencia del nombre comercial, y de la denominación


social, principalmente en que la marca distingue los servicios o productos que
fabrica, comercializa o presta una empresa de los de otra, mientras que el
nombre comercial distingue a la empresa que fabrica o comercializa los
productos o presta sus servicios, y la denominación social es el nombre que
identifica a una persona jurídica como sujeto de relaciones jurídicas, y por tanto,
susceptible de derechos y obligaciones, puede ser igual o diferente al nombre
comercial.

La función principal de las marcas es identificar la procedencia


empresarial de los productos o servicios a los que designan.

La marca también transmite a los consumidores la idea de que todos los


productos o servicios identificados con una misma marca están dotados de la
misma calidad, y por ello, resultan superiores o inferiores a otros productos o
servicios de su mismo género.

El Artículo 1708.1. del NAFTA o T.L.C.A.N. dispone: “Para los efectos


de este tratado, una marca es cualquier signo o cualquier combinación de signos
que permita distinguir los bienes o servicios de una persona de los de otra,
inclusive nombres de personas, diseños, letras, números, colores, elementos
figurativos o la forma de los bienes o la de su empaque. Las marcas incluirán
las de servicios y las colectivas y podrán incluir las marcas de certificación.
Cada una de las partes podrá establecer como condición para el registro de las
marcas que los signos sean visibles.”

El principal interés para el titular de una Marca, es que, ésta alcance una
buena fama (goodwill) en el mercado. “El goodwill presupone la preferencia

19
que el público consumidor otorga a los productos o servicios dotados con la
marca.”21

Las marcas son haberes valiosos y armas poderosas para sus


propietarios, también son valiosas para el consumidor: las marcas le permiten
comprar con confianza y le proporcionan un mapa que lo guía a través de una
desconcertante variedad de opciones. Si queremos comprar una gaseosa,
buscaremos una cuya empresa y su marca sea conocida, ya que sabemos que sus
productos son fiables. Lo mismo ocurre con los servicios: si nos hospedamos en
un hotel cuya marca es prestigiosa, no debe preocuparnos si el restaurante es
fiable o no o si las sábanas están limpias o si es o no posible enviar un télex; la
marca prestigiosa es nuestra garantía de servicios fiables de alta calidad. La
marca entonces, nos permite adoptar, casi subconscientemente, una decisión
rápida cuando nos hallamos ante opciones diferentes.

Es así como las marcas, son los medios por los cuales los comerciantes,
comunican y distinguen sus productos o servicios, sirven, pues, tanto a los
intereses de los propietarios como a las necesidades de los consumidores.
También está claro que son, para sus propietarios, un fuerte incentivo para
mantener la calidad.

1.5.2. Definición.
La marca es una antigua institución del derecho, así, muchos
historiadores señalan que su origen se remonta a los inicios de nuestra
civilización, en donde los primeros hombres efectuaban un conjunto de señales
en su orfebrería para indicar quien había sido su autor. Sin embargo, es “en el
mundo moderno, en el que cada empresario lucha tenazmente para captar
clientela, la marca juega un rol protagónico como quizás el único elemento que
nos permite diferenciar un producto respecto de otro.”22

21
(Qué son las marcas y como se puede, 2006)
22
(Corroza, 1993, págs. 217-231.)

20
En nuestro país las marcas se encuentran reguladas por medio del
Decreto Numero 57-2000, del Congreso de la República, Ley de Propiedad
Industrial, en donde se establece que se debe entender por marca, definiéndola
en el Artículo 4, el cual estipula: “Marca: Cualquier signo denominativo,
figurativo, tridimensional o mixto perceptible visualmente, que sea apto para
distinguir los productos o servicios de una persona individual o jurídica de los
de otra”. Sin embargo, el artículo referido fue reformado por el Artículo 34 del
Decreto Numero 11-2006, del Congreso de la República, Reformas Legales para
la implementación del Tratado de Libre Comercio República Dominicana-
Centroamérica-Estados Unidos de América, en el cual se establece: Marca:
cualquier signo denominativo, figurativo, tridimensional, olfativo, sonoro o
mixto, que sea apto para distinguir los productos o servicios de otros similares
en el mercado, de una persona individual o jurídica de los de otra y que pueda
ser objeto de una representación gráfica.

1.5.3. Clasificación.
Partiendo de la terminología de que constituirá marca “cualquier signo
que sea apto para distinguir productos o servicios en el mercado”. Podrán
registrarse como marcas los signos susceptibles de representación gráfica. La
naturaleza del producto o servicio al cual se ha de aplicar una marca en ningún
caso será obstáculo para su registro.

Podrán constituir marcas, entre otros, los siguientes signos:


Las palabras o combinación de palabras;
Las imágenes, figuras, símbolos, gráficos, logotipos,
monogramas, retratos, etiquetas, emblemas y escudos.
Los sonidos y los olores;
Las letras y los números;
Un color delimitado por una forma, o una combinación de
colores;

21
La forma de los productos, sus envases o envolturas; y
Cualquier combinación de los signos o medios indicados en los
apartados anteriores".23

 Se han establecido entonces las siguientes clases de marcas, a


saber:

 Según el signo en que consiste la marca:

Marcas denominativas:
La marca denominativa también llamada nominativa, está compuesta por
varias letras que constituyen un conjunto pronunciable tenga o no significado.
En este sentido, estas marcas se constituyen por un signo acústico o fonético
formado por varias letras que integran un conjunto o un todo pronunciable, que
puede o no poseer significado conceptual.

Marcas gráficas o figurativas:


Son las definidas como un signo visual porque se dirigen a la vista a fin
de evocar una figura que se caracteriza por su configuración o forma externa.
Este tipo de marca puede reconocerse visualmente pero no fonéticamente. Su
peculiaridad consiste en ser símbolos, diseños, logotipos o cualquier elemento
figurativo que sea distintivo. Estas marcas también son llamadas innominadas.

Marcas mixtas:
Están compuestas por un elemento denominativo (una o varias palabras)
y un elemento gráfico (una o varias imágenes) existiendo siempre un elemento
predominante que se ha denominado, "la dimensión característica” de la marca
mixta y que, consiste en la identificación de uno de los elementos componentes
de la marca como principal, lo que en otras palabras significa que, entre el

23
(Comité Permanente Sobre el Derecho de Marcas & Organización Mundial, 2002)

22
elemento gráfico y el denominativo, hay siempre uno más importante que el
otro, el más llamativo.

Marcas tridimensionales:
Constituye aquella forma particular o especial de un determinado
producto que lo haga distintivo a los demás. A este respecto ha dicho la doctrina
que "La protección de este tipo de signos depende, en primer lugar, de que no
estén constituidos por formas usuales o necesarias, y en segundo término, que
la forma de que se trate no cumpla, de manera esencial una función técnica."24

Marcas de certificación:
Las marcas de certificación son aquellas que se refieren a "un signo
destinado a ser aplicado a productos o servicios cuya calidad u otras
características han sido certificadas por el titular de la marca". Para tales
efectos, se requiere que el titular de la marca se encuentre facultado legalmente
para certificar la calidad u otra característica de los productos o servicios que
requieran este reconocimiento.

 Según el titular de la marca:


Marcas individuales:
Aquellas que son titularidad exclusiva de determinada persona física o
una determinada persona jurídica.

Marcas colectivas:
Por marcas colectivas se entiende "todo signo que sirva para distinguir el
origen o cualquier otra característica común de productos o servicios
pertenecientes a empresas diferentes y que lo utilicen bajo el control de un
titular".

24
(Comité Permanente Sobre el Derecho de Marcas & Organización Mundial, 2002)

23
 Según su grado de conocimiento:
Marcas comunes:
Todo signo que distingue en el mercado determinados productos o
servicios pero que no goza de un grado de conocimiento significativo o
relevante por parte del público consumidor.
Marcas renombradas:
Se trata de las marcas que son conocidas por el público en general.
Además, para que una marca se considere renombrada debe existir la opinión
generalizada de que los productos o servicios que designan dichas marcas son
productos o servicios de alta calidad.

Marcas notorias:
Ciertas legislaciones distinguen, además estas marcas, que son las marcas
que por el volumen de ventas de los productos o servicios que designan, la
intensidad o alcance geográfico de su uso, su valoración y prestigio alcanzado
en el mercado o por cualquier otra causa, son generalmente conocidos por el
sector pertinente del público al que se destinan los productos o servicios que
distingue dicha marca.

 Según el sentido que las percibe, llamadas también marcas no


convencionales:

Marcas sonoras o auditivas:


Constituidas por un sonido o combinación de sonidos suficientemente
distintivos y susceptibles de representación gráfica (por ejemplo, un
pentagrama). Son aquellos signos que son percibidos por el sentido del oído.
Signos que se distinguen por su sonido altamente diferenciador y exclusivo.

Marcas olfativas:
Aquellas constituidas por un olor suficientemente distintivo y susceptible
de representación gráfica (fórmula química) y descripción verbal. Este olor

24
debe ser tan característico y particular que no pueda confundirse o asociarse con
otro.

1.6. Nombres Comerciales y El Emblema.

1.6.1. Definiciones.
Fernando Aguilar Legón, citando a Fernández Madero explica que “el
nombre comercial es la denominación con la cual una persona, física o jurídica,
ejerce su comercio o industria.”25

Según el autor citado, el nombre comercial cumple con la misma función


diferenciadora que el nombre civil, sin embargo, aclara que como características
especiales de esta figura se encuentra el hecho de que el nombre comercial forma
parte de la esfera mercantil, naturalmente, y que en el mismo se debilita el
aspecto personal (elemental en el nombre civil) pero se “realza” el lado
puramente patrimonial al designar al comerciante dentro de su empresa. Resalta
también que el nombre comercial se ha convertido en una “cosa incorporal, en
un derecho conexo de la empresa mercantil, en un elemento patrimonial de
ella.”26

A su vez, la Ley de Propiedad Industrial de Guatemala define esta figura


como “un signo denominativo o mixto, con el que se identifica y distingue a una
empresa, a un establecimiento mercantil o a una entidad.”27 Por su calidad de
signo distintivo, esta ley brinda los mismos derechos que confieren a la
inscripción de una marca, sin embargo también se hace alusión a que este signo
goza de protección mixta, es decir que adquiere tales derechos aún si no se
encuentra inscrita en el registro respectivo, pues en su artículo 71 se expresa:
“El derecho exclusivo sobre un nombre comercial se adquiere por su primer uso

25
(Legón, 1986, pág. 97)
26
(Navas, 1999, pág. 40)
27
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., 2000, pág. Art. 4)
25
público en el comercio y únicamente con relación al giro o actividad mercantil
de la empresa o establecimiento que identifica.”28

En cuanto al emblema, el cual también forma parte de los signos


distintivos, es el Diccionario de la Lengua Española la que expone de forma
generalizada este concepto al afirmar que se entiende por emblema un
“Jeroglífico, símbolo o empresa en que se representa alguna figura, al pie de la
cual se escribe algún verso o lema que declara el concepto o moralidad que
encierra.”29 La Ley de Propiedad Industrial de Guatemala lo define como “un
signo figurativo que identifica y distingue a una empresa, a un establecimiento
mercantil o a una entidad.”30

Este cuerpo normativo también contiene las disposiciones sobre el


nombre comercial al emblema en cuanto a los derechos que se otorgan y lo
relativo a su inscripción y protección, sin embargo, para poder comprender de
mejor manera qué es un emblema, la misma ley básicamente copia el concepto
del nombre comercial añadiendo únicamente las palabras “signo figurativo”31.
Esto quiere decir que debe entenderse al emblema como la expresión figurativa
que busca distinguir a una empresa mercantil, cumpliendo los mismos
presupuestos del nombre comercial.

Es fácil preguntarse cuál es la diferencia entre una marca, nombre


comercial y emblema pues los tres signos distintivos parecen cumplir con una
misma función, sin embargo, el principal contraste radica en aquello que buscan
distinguir. Se pudo establecer que la marca busca distinguir o diferenciar
productos o servicios específicos, al mismo tiempo que busca que los
consumidores relacionen ese producto o servicio con la empresa que los
produce/presta. En cambio, el nombre comercial y el emblema buscan distinguir

28
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., 2000, pág. Art. 71)
29
(Diccionario de la Lengua Española., 2018)
30
(Decreto 57-2000. Ley de Propiedad Industrial, y sus reformas., 2000, pág. Art. 4)
31
(Diccionario de la Lengua Española., 2018)
26
o diferenciar a esa empresa y que pueda ser relacionada con el prestigio que ha
ganado en el mercado de que se trate.

1.7. Acciones judiciales que pueden promoverse para la protección del nombre
Comercial.

1.7.1. Acción contra actos de competencia desleal en materia de propiedad


industrial.

En virtud de que los derechos de explotación exclusiva son reconocidos


por el Estado para el ejercicio de una actividad determinada, dentro de un
mercado específico, la violación de los derechos de propiedad intelectual está
relacionada con el de la competencia ilícita, entendiéndose como tal, tanto la
competencia prohibida como la desleal, con el desarrollo de este comercio, se
dan fenómenos que no solo lesionan los derechos de propiedad industrial,
específicamente a las marcas, sino también ponen en riesgo los derechos de los
consumidores. La población en general se puede ver afectada por la actividad
del uso indebido en cuanto a la falsificación e imitación de productos de marcas.
Estamos expuestos a ser defraudados en el mercado al adquirir un producto falso
o una imitación con apariencia de genuino.

“La competencia como actividad económica que se lleva a cabo es, en sí


misma, lícita y permisible, y lo que la hace incurrir en ilicitud o ser desleal es
ejercitarla con determinados medios reñidos con los usos y prácticas
comerciales honestas. Así, por ejemplo, desviar hacia sí la clientela de un
competidor, aun cuando causa daño a ese competidor no es sancionable porque
esa es la finalidad de la competencia en el mercado; pero hacerlo con medios
deshonestos como la utilización de signos que pueden crear confusión en el
público respecto al origen de los productos, sí es sancionable.”

27
En los ámbitos del derecho de la propiedad industrial, se utilizan una
pluralidad de términos para referirse al fenómeno en mención, tal es el caso de
la piratería, imitación y falsificación, conocidos como ilícitos de la propiedad
industrial. Sin embargo, habrá de entenderse que es aquel obrar deliberado del
ser humano cuya sola finalidad es el incremento de su industria o comercio,
logrado por medio de una conducta deshonesta que perjudica a la industria o
comercio del competidor.

En materia de derecho comparado, tanto el Convenio de París, como el


Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
Relacionados con el Comercio, así como la Convención Universal sobre
Derecho de Autor, el Tratado de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual, tipifican la imitación no de una forma expresa, sino que está dentro
de la competencia desleal.

De conformidad con el Artículo 362 del Código de Comercio, el cual


establece como competencia desleal “Todo acto o hecho contrario a la buena fe
comercial o al normal y honrado desenvolvimiento de las actividades
mercantiles, se considerará de competencia desleal, y, por lo tanto, injusto y
prohibido.” Así también lo considerado en el Artículo 172 de la Ley de
Propiedad Industrial, el cual refiere como desleal “Todo acto que sea contrario
a los usos y prácticas honestas del comercio realizado en toda la actividad
comercial e industrial. Para que exista un acto de competencia desleal, no es
necesario que quien lo realice tenga la calidad de comerciante, ni que haya una
relación de competencia entre el sujeto activo y el sujeto pasivo del acto.”

De lo anterior se infiere que, en materia de propiedad industrial, pueden


interponerse acciones en contra de cualquier persona que, de mala fe, se
constituya como comerciante y practique de manera deshonesta actos contrarios
a los principios del derecho mercantil; lo cual es un obrar deliberado, pues no
puede entenderse que quien lo ejecuta lo haga con ignorancia, descuido o error.

28
Además, se constituyen siempre sobre el competidor, esto es, dirigiéndose hacia
él, y producen una serie de efectos que van a perjudicarlo. La finalidad de este
obrar deliberado es siempre la obtención de un provecho económico, que se
logra a través de actuaciones contrarias a las reglas de la sana y libre
competencia, o lo que es igual, contrarias a la moral y deberes del comerciante,
a las costumbres comerciales en el momento en que se producen.

1.7.1.1. Legitimación.

Para el ejercicio de la acción contra actos de competencia desleal


en materia de propiedad industrial, la persona que se considere afectada
podrá pedir a la autoridad competente la constatación y declaración del
carácter ilícito de un presunto acto de competencia desleal. Para lo cual no
es indispensable comprobar ser titular de un derecho protegido por esta ley;
por lo que únicamente corresponderá probar la existencia de un acto de
competencia desleal por parte del demandado.

1.7.1.2. Oportunidad.
El Artículo 205 de la mencionada ley, regula la caducidad de la
acción, en el sentido de que la misma caduca a los dos años contados a
partir de que el titular del derecho tuvo conocimiento del acto de
competencia desleal, o a los cinco años contados a partir de que se cometió
por última vez el acto, aplicándose el plazo que venza más tarde.

1.7.1.3. Procedencia.
Procede la acción contra actos de competencia desleal, en los casos
regulados en el Artículo 173 de la Ley de Propiedad Industrial, siendo los
siguientes:

29
a.“Todo acto u omisión que origine confusión o un riesgo de asociación
o debilitamiento del carácter distintivo de un signo, con respecto a los
productos, los servicios, la empresa o el establecimiento ajenos;

b. La utilización, la promoción o la divulgación de indicaciones o


hechos falsos o inexactos capaces de denigrar o de desacreditar los
productos, bienes, los servicios, la empresa o el establecimiento ajenos
o que puedan inducir a error con respecto a la procedencia, la
naturaleza, el modo de fabricación, la aptitud para su empleo, uso o
consumo, la cantidad u otras características de los productos o
servicios propios o ajenos;
c. La utilización indebida o la omisión de informaciones veraces, cuando
las mismas sean susceptibles de inducir a error con respecto a la
procedencia, la naturaleza, el modo de fabricación, la aptitud para su
empleo, uso o consumo, la cantidad u otras características de los
productos o servicios propios o ajenos;
d. La utilización por un tercero de un producto que esté protegido
por las leyes de propiedad intelectual para moldear, calcar, copiar o de
otro modo reproducir ese producto a fin de aprovechar con fines
comerciales los resultados del esfuerzo o del prestigio ajenos, salvo
que el acto esté tipificado como delito;
e. El uso de un signo distintivo cuyo registro esté prohibido conforme al
Artículo 20 párrafo uno literales i, j, k, l, m, n, ñ, o y p de esta ley;
f. El uso en el comercio de un signo cuyo registro esté prohibido
conforme al Artículo 21 literales b, c y he de esta ley;
g.El uso no autorizado de un secreto empresarial ajeno, así como
cualquier acto de comercialización, promoción, divulgación o
adquisición indebida de tales secretos; y
h. El uso no autorizado en el comercio de etiquetas, envoltorios,
envases y demás medios de empaque o presentación de los productos
o de identificación de los servicios de un comerciante o de copias,

30
imitaciones o reproducciones de los mismos que puedan inducir a
error o confusión sobre el origen de los productos o servicios.”

1.7.1.4. Efectos.

El efecto es declarar la existencia de un acto de competencia desleal


y como consecuencia hacer que cesen los actos constitutivos de ésta en
materia de propiedad industrial, realizados por el demandado, que se hayan
probado en juicio y que se tomen las medidas necesarias para impedir sus
consecuencias y para evitar su repetición, así como el resarcimiento de
daños y perjuicios.

1.7.2. Acción de nulidad o anulación

“La nulidad en su aspecto civil, es la sanción inherente a todo acto


jurídico celebrado sin observar las reglas establecidas por la ley, para asegurar
la defensa del interés general, o para expresar la protección de un interés
privado.”

“Debe entenderse como nulidad, la sanción legal que priva de sus efectos
normales a un acto jurídico, en virtud de una causa originaria, es decir, existente
en el momento de la celebración.”

Dicha sanción legal priva de sus efectos propios a un acto jurídico, en


virtud de una causa ya existente al tiempo del otorgamiento del acto. Impide que
el acto cause efectos entre las partes otorgantes, aunque puede ser que los
provoque en forma accidental respecto de terceros.

Para el tratadista Manuel Ossorio, la anulabilidad es la condición de los


actos o negocios jurídicos que pueden ser declarados nulos e ineficaces por
existir en la constitución de los mismos un vicio o defecto capaz de producir tal

31
resultado. Así como los actos nulos carecen de validez por sí mismos, los
anulables son válidos mientras no se declare su nulidad. De ahí que la
anulabilidad sea llamada también por algunos, nulidad relativa. El mismo texto
define como anulación la pérdida de su eficacia, por defectos de fondo o de
forma, de un acto jurídico por extensión, invalidez que se conviene o pacta de
un acto en principio eficaz. Pueden ser anulables aquellos actos respecto de los
cuales la declaración de nulidad depende de apreciación judicial, asuntos en que
la imperfección es variable en los actos de la misma especie. Son los casos de
vicios del consentimiento, donde el perjudicado por el vicio debe probar su
existencia. Las nulidades se clasificación en:

a. Nulidad absoluta se decreta respecto de actos que afecten el


orden público o las buenas costumbres;
b. La nulidad relativa, en cambio, es declarada en interés de las
partes otorgantes del acto.

El Artículo 1301 del Código Civil, proporciona dos partes de orden


general para establecer la nulidad absoluta. La primera es cuando su objeto sea
contrario al orden público; y, la segunda contrario a leyes prohibitivas expresas.
La pauta de contrarias al orden público es elástica y con frecuencia se presta a
apreciaciones de carácter subjetivo.

El orden público, lato sensu, constituye en efecto, las buenas costumbres,


el interés social y muchas otras categorías y valores. “En el dominio del
conflicto de leyes en el tiempo y en el espacio ha sido este un tema controversial
y sobre el que la doctrina ha buscado, sobre todo, precisar elementos de carácter
objetivo para reducir el espectro de apreciaciones antojadizas. Las leyes
prohibitivas expresas constituyen a este fin un indicador concreto, tangible y
demostrable. Por ello es que precisamente en teoría, uno de los principales
parámetros para identificar el orden público lo constituyen las normas que

32
prohíben determinada conducta, por lo que no le reconocen efecto legal alguno
al acto, aunque éste exista formal y materialmente.”

Los rasgos característicos de la nulidad relativa o anulación surgen


cuando en un contrato el consentimiento ha sido arrancado por violencia o
sorprendido al otorgante por dolo, o dado por error, puede ejemplificarse el que
se halla como el del incapacitado, el cual es sujeto de anulación.

La naturaleza personal de la acción de nulidad relativa se destaca aún


más, porque el interés es únicamente de los sujetos afectados quienes son los
únicos legitimados para promover este tipo de acciones.

1.7.2.1. Legitimación.
De conformidad con lo establecido en la Convención de
Washington, Convenio de Paris y la Ley de Propiedad Industrial de
Guatemala, al nombre comercial y al emblema, se les reconocen derechos
por el uso previo, lo que quiere decir que un nombre comercial o un
emblema, aunque no estén registrados, si pueden probar su uso anterior,
están legitimados para interponer acción de nulidad o anulación contra de
un signo distintivo registrado o contra un nombre comercial no registrado,
que usurpe o imite el signo o el nombre comercial anteriormente usado.

El Artículo 201 de la Ley de Propiedad Industrial, regula la


legitimación para el caso de promover una acción civil de nulidad o
anulación, en el sentido que “La acción para que se declare la nulidad del
registro de un signo distintivo o de una patente o registro de diseño
industrial, podrá ser planteada por el Procurador General de la Nación,
cuando se afecten intereses del Estado y también por cualquier persona que
se considere afectada. La acción para anular un registro o una patente sólo
puede ser planteada por la parte afectada por el otorgamiento del registro

33
o de la patente, quien también podrá demandar la reivindicación del signo,
de la invención, del modelo de utilidad o del diseño industrial y el pago de
los daños y perjuicios ocasionados.”

1.7.2.2. Oportunidad.
La regla general a observar es que, para promover acción de
nulidad o anulación contra el registro de signos distintivos, es
posteriormente a que los mismos se hayan inscrito en el Registro de la
Propiedad Intelectual. En caso de promover acción de nulidad o anulación
contra un nombre comercial, no será necesario que se encuentre inscrito el
mismo, debido a que se le reconocen derechos por el uso previo.

De conformidad con el Artículo 202 de la referida ley, estipula que


la nulidad o anulación de un derecho protegido de acuerdo con esta ley
puede plantearse como acción, como excepción perentoria o en vía de
reconvención.

La acción para que se declare la nulidad absoluta de un registro o


de una patente no caduca y la acción de anulación de un registro o de una
patente caduca a los cinco años siguientes a la fecha del registro o del
otorgamiento de la patente. Si el signo, la invención, el modelo de utilidad
o el diseño industrial no han sido usados comercialmente, el plazo de
caducidad de la acción de anulabilidad será de tres años, contados a partir
de la fecha del primer uso no comercial.

1.7.2.3. Procedencia.
La demanda de nulidad absoluta, puede promoverse en los casos de
contravención a lo referente a marcas inadmisibles por razones intrínsecas,
y en los casos en que el registro se obtuvo de mala fe, haciendo la solicitud
ante un juez de primera instancia del ramo civil por la Procuraduría

34
General de la Nación o por cualquier persona que se considere afectada.
Dicha acción de nulidad es imprescriptible.

Asimismo, la acción de anulabilidad puede promoverse en los


casos de contravención a lo referente a marcas inadmisibles por derechos
de terceros, por el perjudicado o afectado, no caduca la acción si fue
obtenido de mala fe, calificándose como actos de mala fe los siguientes:

a. Si el registro se obtuvo con base en datos falsos o inexactos,


proporcionados por el solicitante;
b. Si el solicitante fuere o hubiere sido agente, representante,
cliente, usuario o distribuidor, o tenga o hubiere mantenido
cualquier otra relación con la persona que en otro país
hubiere registrado, o solicitado con anterioridad el registro
del signo de que se trate, u otro semejante y confundible,
salvo autorización del titular legítimo;
c. Si el signo afecta a una marca notoria u otro signo
notoriamente conocido; y
d. Si el solicitante, por razón de su actividad, conocía o debía
conocer la existencia de la marca ajena. La nulidad o
anulabilidad de un registro de marca colectiva o de
certificación deberá declararse sobre la totalidad de los
productos o servicios que ampara: y, además constituirán
causales para promover su nulidad el que el reglamento de
empleo de las marcas que se trate sea contrario a lo
dispuesto en esta ley, a la moral o al orden público; el que
la marca hubiere sido registrada sin cumplir los requisitos
relativos al reglamento de empleo o cuando su uso
contravenga disposiciones legales o reglamentarias
aplicables o de forma tal que se desnaturalice su función.

35
1.7.2.4. Efectos.
Los efectos de la declaración de nulidad absoluta de una patente o
de un registro, se retrotraerán a la fecha de la solicitud respectiva, sin
perjuicio de las condiciones o excepciones que se establecieran en la
resolución que declara la nulidad. La declaratoria de anulación de una
patente o de un registro surtirá efectos desde la fecha de emplazamiento
del demandado. Al plantear la acción de anulabilidad, el titular legítimo
tendrá derecho a reivindicar el signo distintivo, invención o diseño y a que
se le indemnice los daños y perjuicios que se le hayan causado por el
demandado.

Lo anterior, otorga al titular de un nombre comercial y demandante


de la nulidad, el derecho de que le sea reivindicado el mismo, así como el
pago de danos y perjuicios ocasionados por el tercero.

36
CONCLUSIONES

La propiedad industrial es un medio de protección, de seguridad y bienestar en la


vida de aquellos hombres que se esfuerzan en actividades de creación o invención
de industrialización y comercialización de manera decente.

La propiedad industrial viene a ser todos aquellos materiales en los que recae un
derecho, ya sea sobre un bien u objeto relacionado con la industria y el comercio
desde el punto de vista mercantilista.

De acuerdo al artículo 17 del Decreto No. 57-2000 (Ley de Propiedad


Industrial), las marcas tienen la calidad de bienes muebles, la propiedad de las
mismas se adquiere por su registro de conformidad con la ley y se prueba con el
certificado extendido por el Registro; así mismo, establece que la propiedad de la
marca y el derecho a su uso exclusivo solo se adquiere con relación a los productos
o servicios para los que haya sido registrada. La vigencia del registro de marca es
de diez años, contados a partir de la fecha de inscripción, pudiendo renovarse
indefinidamente por períodos iguales y sucesivos a diez años a partir de la fecha
de vencimiento (art. 31)

De la misma manera se regula lo relacionado al derecho de propiedad de marca


protegida en un país extranjero, estableciendo que el titular gozara de los mismos
derechos que establece el cuerpo legal en mención, siempre y cuando haya sido
registrada en Guatemala, exceptuando cuando el titular sea residente de un país
miembro de un tratado o convenio donde Guatemala sea parte; es decir, y tal como
lo establece el artículo 18 del mencionado Decreto, el solicitante del registro de
una marca podrá invocar la prioridad basada en una solicitud de registro anterior,
presentada en regla en algún Estado que sea parte de un tratado o convenio al cual
Guatemala estuviere vinculada.

37
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