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Monografía
EL Ministerio Profético
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Ministerio Profético
INTRODUCCIÓN
Pero hoy en día la profecía en todas las iglesias, mundialmente hablando, son “palabras
humanas”, no palabras de Dios. No tienen el sello de una Palabra infalible, que se parezca a la
palabra, de los hombres que en toda la historia bíblica, se reconocen como hombres que Dios
usó para hablar a su pueblo, y los mismos que son llamados: profetas y apóstoles de Dios.
“La profecía es un don”, como cualquier otro que ha otorgado nuestro Señor para el servicio
de la Iglesia. El apóstol Pablo, insta a que uno debe de procurar tener ese don.
Pero también da múltiples detalles y ejemplos de, cómo se debe y no se debe usar, el don de
profecía, dentro de la iglesia. Principalmente evitando confusión, desorden, o alguna cosa que
impida que los creyentes se enriquezcan, o que alguna persona, no creyente, se vea
ahuyentada y confundida. Pues no es esa la idea.
Los dichos de los “profetas y apóstoles”, como Pablo, Pedro y todos aquellos que escribieron
tanto en el Antiguo Testamento, así como en el Nuevo Testamento, presentan las Escrituras,
como “infalible Palabra de Dios”.
De esto debemos entender que no hay don que supere las escrituras, pues ellas son confiables,
para alcanzar el propósito supremo que tiene Dios con los hombres “La Salvación y
restauración de sus vida”.
Aquellos apóstoles y profetas, del Nuevo Testamento, fueron un pequeño grupo sobre el cual
se ha sentado las base de la iglesia (Efesios 2:20). Ellos fueron los únicos apóstoles y profetas,
con una “Palabra infalible de Dios”. Dieron pruebas de su apostolado, pues debieron de ver a
Jesús, y hacer señales, milagros y prodigios, como “apóstoles y profetas de Dios”.
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No hay más profetas, ni apóstoles como ellos. No se levantarán otros como ellos. Ellos fueron
los únicos. Dios los levantó para formar los cimientos de su iglesia.
La Iglesia no requiere de más fundamentos o bases, pues al igual que un edificio en
construcción, las bases solo se construyen una sola vez, de esa misma forma esas bases fueron
los mismos “apóstoles y profetas”, que escribieron los evangelios que hoy tenemos. Y hoy
nosotros estamos edificados sobre un solo y único fundamento quien es “Jesucristo”. Nuestro
Señor y Salvador.
INDICE
N° DETALLE PÁGINA
1 INTRODUCCIÓN 2
2 INDICE 3
5 ESCRITURAS 6
9 D. HOY? 11
3
10 EN CUANTO A LAS PROFECÍAS DE LAS MUJERES 13
14 LOCAL? 16
16 BIBLIOGRAFÍA 18
En nuestra época hay una inquietud por lo profético, como un refugio para sobrevivir en
medio de éste mundo perdido en el olvido de Dios. Desde los primeros días Dios se ha
revelado a los hombres de fe, mediante sus profecías, con el fin de guiar a su pueblo. Y por
lo mismo diremos que tanto en el A.T. como en el N.T. tenemos hombres y mujeres profetas.
1. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Los profetas A.T., tenían una gran responsabilidad y además fueron capaces de hablar y
escribir palabras que contenían una “autoridad divina absoluta”.
Ellos decían “Así dice el Señor”, y las palabras que seguían eran las propias palabras de
Dios. Aquellos profetas del A.T., escribieron sus palabras para todos los tiempos y
generaciones, como “las palabras de Dios” y el no creer o desobedecer las palabras de un
profeta era dudar y desobedecer a Dios. (Ver: Dt. 18: 19; 1ª S 8: 7; y R 20: 36; otros).
o Nm.22:38: Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar
alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.
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o Dt.18:18-20: Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis
palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no
oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. 20 El profeta que tuviere
la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que
hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
o Ezeq. 2:7: Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque
son muy rebeldes.
o Jerm.1:9: Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí
he puesto mis palabras en tu boca.
2. EN EL NUEVO TESTAMENTO
En éste tiempo también hubo personas que hablaron y escribieron las propias palabras de Dios y las
registraron en la Escritura, pero Jesús ya no los llama profetas sino “apóstoles” (ver 1 Co 2:1 3; 2 Co
13:3; Gá 1:8-9; 11-12; 1Ts 2: 13,4:8, 15; 2 P 3: 2)
Los apóstoles fueron los que actuaron brindando la palabra directa de Dios, de la misma forma que
los profetas en el Antiguo Testamento. Y son los mismos apóstoles los que tienen la autoridad para
dictar las palabras de las Escrituras del Nuevo Testamento.
Cuando los apóstoles querían establecer su autoridad única, de ninguna forma apelan al título de
“profeta” sino más bien se llaman a sí mismos “apóstoles”. (Ver 1 Co 1: 1; 9:1-2; 11: 12-13; 12: 11-12; Gá
1:1; Ef. 1:1; 2 P 1: 1; 3:2; y otros.).
Gál. 1:8-9, “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que
os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os
predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”.
Rom. 1:1, “Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios”.
2 Co 1:1, “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de
Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya”.
o Prophetes (profeta)
o Un uso cotidiano era: Aquel que tiene un conocimiento sobrenatural. (W. Grudem)
o Aquel que predice el futuro o “el vocero”, (R. Gaffin) (sin ninguna connotación divina).
La palabra “profeta”, no tenía el sentido de aquel que habla “las propias palabras de
Dios”, sino más bien, aquel que habla sobre la base de alguna influencia exterior (a
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menudo algún tipo de influencia espiritual). En Tito se utiliza la palabra con este sentido,
y Pablo cita al poeta griego Epiménides, y dice:
“Tito 1:12, “Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas
bestias, glotones ociosos”.
Los soldados que se burlaron de Jesús parece que también utilizaron la palabra profetiza
de esta manera, cuando vendaron los ojos de Jesús y cruelmente demandaron
“profetiza” ¿Quién es el que te golpeó? (Lc.22:64).
Ellos no trataban de decir “habla palabras de absoluta autoridad divina”, sino: Dinos algo
que te haya sido revelado (Jn.4:19).
Muchos escritos fuera de la Biblia utilizan la palabra profeta (prophetes) de esa manera,
no le atribuyen autoridad divina. De hecho en tiempos del N.T. éste término en su uso
cotidiano simplemente tiene como significado “aquel que tiene un conocimiento
sobrenatural”. Aunque varios autores difieren de esta interpretación del don de profecía.
Otros:
Kramer concluye que la palabra griega para «profeta» (profetes) «simplemente expresa la
función formal de declarar, proclamar, dar a conocer». Pero, debido a que «todo profeta
declara algo que no es suyo», la palabra griega para «heraldo» (keryx) «es el sinónimo
más cercano».
Algunos veces estas palabras: profeta y profecía fueron utilizadas en relación con los
apóstoles en contextos que enfatizaban la influencia externa (del Espíritu Santo) bajo el cual
ellos hablaban, como por ejemplo en Apo.1:3, 22:7 y Ef.2:20; 3:5.
Ap.1:3, “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas
en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Efe.2:20, “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo”.
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Pero diremos que esta no era la terminología ordinaria utilizada para referirse a los
apóstoles, ni los términos profeta y profecía implican en sí mismos autoridad divina para sus
palabras o escritos.
Mayormente las palabras profeta y profecía, eran empleadas para referirse a cristianos
ordinarios que no hablaban con autoridad divina absoluta, sino simplemente reportaban algo
que Dios había puesto en sus corazones o traído a sus mentes. (Wayne Grumer).
Existe indicaciones en el N.T. que éste don de profecía ordinario, tenía menos autoridad que
la Biblia, y aún menos que las enseñanzas bíblicas reconocidas en la iglesia primitiva.
En cuanto a Ef. 2:20 (según W.Grudem), Pablo dice que la iglesia “está asentada
sobre el fundamento de los apóstoles-profetas” (o de apóstoles), que también son
profetas).
Esta es una traducción gramaticalmente aceptable de “ton apostolon kai
propheton”. Por tal el pasaje se refiere a los apóstoles, a quienes se reveló el
misterio dela inclusión de los gentiles en la iglesia (Ef. 3:5), que especifica que este
misterio “ahora es reveladoa sus santos apóstoles y profetas (o apóstoles-profetas)
o, apóstoles que también son profetas por el Espíritu.
Ef.2:20, no tiene mucha relevancia en relación con todo lo concerniente a la
naturaleza del don de la profecía.
Ya sea que se vea un grupo de apóstoles – profetas, o dos grupos; como
Richard Gaffin y varios otros ven de (apóstoles y profetas), todos concuerdan en
que estos profetas son aquellos que proveyeron el fundamento de la iglesia, y por lo
tanto, estos son profetas que pronunciaron las palabras infalibles de Dios.
En cuanto a que si este verso describe el carácter de todos los que tenían el
don de profecía en la iglesia del Nuevo Testamento. No se ve una prueba
convincente de que este describe a todos los que profetizaban en la iglesia
primitiva.
Más bien el contexto señala claramente a un grupo muy limitado de profetas que
eran:
a) Parte del verdadero fundamento de la iglesia.
b) Íntimamente conectado con los apóstoles. Y
c) Receptores de la revelación de Dios que los gentiles eran miembros de la
iglesia iguales que los judíos (Ef.3:5).
Si se dice que este grupo eran solo los apóstoles, como si era un pequeño grupo de profetas
íntimamente asociados con los apóstoles que decían cosas con calidad de Escritura, aún nos
quedamos con el cuadro de un único grupo muy pequeño de personas que proveen el
fundamento de esta iglesia universal.
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B. ¿Qué Mas Dicé La Biblia sobré él “don dé
la Profécía”
1) LOS PROFETAS NO HABLABAN CON IGUAL AUTORIDAD QUE LAS PALABRAS
DE LA ESCRITURA
Hechos 21:4, “Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el
Espíritu, que no subiese a Jerusalén”.
Los discípulos de Tiro (ellos por medio del Espíritu, exhortaron a Pablo a que no
subiera a Jerusalén).
Esto parece ser una profecía dirigida a Pablo, ¡pero Pablo la desobedeció!.
Pablo nunca hubiera hecho esto si esta profecía contuviera las propias palabras de
Dios y tuviera igual autoridad que las Escrituras.
Hechos 21:10-11, “ Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta
llamado Agabo, 11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos,
dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y
le entregarán en manos de los gentiles.
Este tipo de profecía fallida es: “Algo que Dios nos ha traído espontáneamente a la
mente”. Esta se adecuaría a la profecía de las congregaciones del N.T., arriba escrita.
Entonces Pablo dice correctamente en Hechos 28:18 que los mismos romanos en cuyas
manos lo habían entregado como prisionero (v.17) fueron aquellos que (Gr. hoitines,
v.18) “me interrogaron y quisieron soltarme por no ser yo culpable de ningún delito que
mereciera la muerte” (Hch.28:18; 23;29; y 25;11, 18-19; 26; 31-32).
Pablo agregó que cuando los judíos se opusieron él se vio obligado “a apelar al
emperador” (Hch. 28:19; comparar 25:11).
Una amplia prueba de las profecías del N.T. las encontramos en 1 Co.14.
Pablo dice. “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen, donde
sugiere que deben escuchar atentamente y entresacar lo bueno de lo malo,
aceptando un poco y rechazando el resto (porque esto es lo que implica la palabra
griega diakrino. Que aquí se traduce “y los demás juzguen”.
Es impensable que un profeta del A.T. como Isaías hubiera dicho: “Entresaquen lo
bueno de lo malo, lo que han aceptado de lo que no deben aceptar”.
Pero aquí Pablo ordena que se haga, lo que sugiere que la profecía del N.T. no tiene
la autoridad de las verdaderas palabras de Dios.
En 1 Co.14:30, Pablo permite que un profeta interrumpa a otro: “Si alguien que está
sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. (Ver más en
1Co.14:31-38)
Así todos pueden profetizar por turno. Si los profetas hubieran estado proclamando
las verdaderas palabras de Dios, de valor igual que la Escritura, se hace difícil
imaginar que Pablo haya dicho que deben ser interrumpidos sin que se les permita
terminar su mensaje. Pero eso es lo que ordena.
Pablo sugiere que nadie en Corinto, una iglesia que tenía mucha profecía, podía
expresar verdadera palabra de Dios.
Pablo en 1 Co.14:37-38: Proclama que tiene una autoridad mucho mayor que
cualquier profeta de Corinto: “Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que
esto que les escribo es mandato del Señor. Si no lo reconoce, tampoco él será
reconocido”.
6. CONCLUSIÓN:
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Esa idea popular de hoy en día, de que los profetas hablaban “las palabras del
Señor” cuando los apóstoles no estaban presentes en las iglesias de los primeros
tiempos, es una falacia, y sencillamente falsa e incorrecta.
Esta viene a ser una prueba más, que sugiere que los profetas de las congregaciones
del N.T., hablaban con menos autoridad que los apóstoles del N.T. o las Escrituras.
El problema de los herederos de los apóstoles se resuelve no instando a los cristianos
a escuchar a los profetas, aun cuando había profetas a su alrededor, sino señalando
a las Escrituras.
Así Pablo, al final de su vida, hace énfasis en su consejo a Timoteo, en “usar bien
la palabra de verdad” (2Ti.2:15), y
“Toda Escritura es” inspirada por Dios,
Útil para enseñar,
Para redargüir,
Para corregir,
Para instruir en justicia” (2Ti.3:16).
A Judas urge a sus lectores a seguir “luchando vigorosamente por la fe
encomendada una vez por todas a los santos (Judas 3).
Pedro, al final de su vida, anima a sus lectores a “prestar atención” a la Escritura,
que es “como una lámpara que brilla en un lugar oscuro” (2Pe.1;19-20),
Y les recuerda las enseñanzas del apóstol Pablo “en todas sus epístolas”
(2 Pe.3:6).
Pero sí hubo profetas que profetizaban en muchas congregaciones locales tras la muerte de
los apóstoles. Parece que no tenían la misma autoridad que los apóstoles, y los autores de
la Escritura lo sabían.
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¿Pero esta conclusión está en pugna con las prácticas y enseñanzas
carismáticas actuales?
Se afirma que:
o Si alguien realmente piensa que Dios le pone algo en la mente que debe comunicarse
a la congregación, no hay nada equivocado en decir: “pienso que el Señor pone en mi
mente esto..” o “me parece que el señor nos muestra”…” o alguna expresión similar.
o Claro que, eso no suena tan “contundente” como: “Así dice el Señor”, pero si el
mensaje viene realmente de Dios, el Espíritu Santo hará que ello suene con gran poder
para los corazones de aquellos que necesitan escuchar. ( Wayne Grudem)
o En cuanto a las prácticas carismáticas, está en conflicto con muchas, pero no con la
mayoría de las enseñanzas carismáticas.
o La mayoría de los maestros carismáticos de hoy estarían de acuerdo en que la profecía
contemporánea no tiene la misma autoridad que la Escritura.
o Aunque algunos hablarían de la profecía como que es “la palabra de Dios” para hoy,
hay un consenso casi uniforme entre todas las secciones del movimiento carismático
de que la profecía es imperfecta e impura, y que contendría elementos en los que no se
debe confiar u obedecer (Ejm. Bruce Yocum, autor de libro carismático).
o Pero debe decirse que en la práctica actual se deriva mucha confusión del hábito de
prologar las profecías con la usual frase del A.T.: “Así dice el Señor” (una frase que
nunca se pronuncia en el N.T.).
o Esto es desafortunado, porque da la impresión que las frases que siguen son las
verdaderas palabras de Dios, en tanto que el N.T. no justifica esa posición y, cuando se
hace énfasis en ellas, la mayoría delos voceros carismáticos responsables en todo
caso no desearían invocarlas para cada parte de sus profecías. De manera que no se
ganaría ni se perdería mucho si se desechara esa frase introductoria.
El don de la profecía y el Ministerio profético: Podemos decir que sobre éste punto se ha
suscitado una gran controversia.
1. Opinión de Steve Lawson en: ¿Existen Los Apóstoles y Profetas Hoy Día? Tanto la
profecía como el apostolado, “ya no están en existencia en esta época” los
argumentos se basan en
Efe.2:20:
“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”
b) Por lo que dicho por Pablo, Ellos recibieron una revelación única y directa de
parte de Dios. Cuando estos hombres apóstoles y profetas murieron, ya no
habrá otros que se levanten. Ya no hay una nueva revelación. Ya no se requiere
otro fundamento, otras bases para la iglesia de Cristo.
c) La iglesia está fundamentada en la principal piedra angular, quien es
“Jesucristo”. (Algunas palabras de Steven Lawson, en una conferencia con Mac Arthur
y Miguel Núñez).
2 Tim.3:16-17, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redarguir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
a) Se espera que el gobierno y la administración de las iglesias de hoy se lleve a
cabo por los que tengan dones de liderazgo, formalmente establecidos como
“ancianos”, conforme es la terminología del Nuevo Testamento. Maduro,
elegidos adecuadamente, tomando en consideración la sabiduría colectiva de la
iglesia entera.
b) No se debe creer que una iglesia es más espiritual o fiel a la iglesia primitiva, por
buscar declaraciones proféticas como guía o dirección; realmente, de ese modo
se parecerá menos a la iglesia del Nuevo Testamento.
c) Algunos líderes podrán poseer también el don de profecía, y otros dones más,
pero el don de profecía por sí mismo no habilita a uno más que otros para dirigir
la iglesia; esa idoneidad la confieren los dones y características que son
apropiadas para el culto en la iglesia. (1 Tim.3:1-13 y Tito 1:5-9).
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3. Bruce Yocum (autor del libro carismático, muy usado, sobre la profecía), dice:
La profecía puede ser impura – nuestros propios pensamiento o ideas pueden
mezclarse con el mensaje que recibimos – ya sea que recibamos las palabras
directamente o que solo recibamos el sentido del mensaje”.
4. John MacArthur, (en el don de la profecía/episodio 215), dice: Yo considero “al don de
la profecía” como algo que espontáneamente Dios trae a la mente en el momento; y ya
que somos falibles en el modo en cómo lo percibimos y el modo en cómo
reflexionamos acerca de eso y el modo en cómo lo expresamos, no tiene ese mismo
nivel infalible, de autoridad de la Escritura.
En cuanto a las profecías de las mujeres:
f) Las profecías actualmente, no son infalibles palabras de Dios. Teniendo en cuenta ello,
¿Entonces qué son? Y ¿Cómo Pablo insta a la Iglesia a que elijan profetizar;
encogiéndolo como uno de los mejores dones?.
o Pablo nos muestra que El Señor, puede traer algún pensamiento espontaneo a la
mente, sea en un hombre o mujer creyente, así que aquella persona que profetiza lo
comunicaría en sus propias palabras.
o Pablo llama esto una “revelación”: “Si alguien que está sentado recibe una revelación,
el que esté hablando ceda la palabra. Así todos pueden profetizar por turno”
(1Co.14:30-31).
o Pablo se refiere a algo que Dios pone en la mente, o algo que Dios podía imprimir en
la conciencia de alguien de tal manera que la persona tuviera la sensación que ello
venía de Dios.
b. Como dice Pablo en 1Co.14:3. Entonces el ministerio de la profecías debiera ser todo
aquello que sirve para:
o EDIFICAR A LA IGLESIA
o ANIMAR A LA IGLESIA
o CONSOLAR A LA IGLESIA
o DEBE REALIZARCE MANTENIENDO EL ORDEN EN LA IGLESIA
o TODOS PUEDEN HACERLO PARA CRECIMIENTO DE LA IGLESIA.
(Se entiende todos los que hayan proclamado a Cristo verbalmente en un
acto genuino y sincero. Aquellos que se distinguen como verdaderos
creyentes por una convincente confesión de fe en Cristo, pues ellos tienen
el Espíritu Santo en su interior).
Otra indicación del valor de la profecía en el N.T. era que ella podía hablar a las necesidades
de los corazones de las personas de una manera directa y espontánea.
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SOBRE SI: ¿DEBEMOS DESEAR
SERIAMENTE “PROFETIZAR”?
Sí como se ha mencionado el apóstol Pablo valoraba este don (de la profecía), de tal forma
que le dijo a los corintios
Pero debemos tener en cuenta obviamente, así como no todos son pastores, maestros o
evangelistas, tampoco no todos tienen el don de profecía.
Existe una forma de alentar este don sin caer en errores no escriturales:
Para todos los cristianos, y en especial para pastores y otros que tienen responsabilidades
docentes, sería apropiado y sabio desde el punto de vista pastoral. Se puede empezar:
a. Orando seriamente, pidiendo sabiduría del Señor, para abordar el tema en la iglesia.
b. Impartir enseñanza sobre este tema en los estudios bíblicos regulares.
c. La iglesia debe ser paciente y proceder despacio – los líderes de la iglesia no deben
ser dominantes (o tiranos-1P 5:3), paciencia para evitar ahuyentar.
d. La iglesia puede alentar ese don en las reuniones de oración, cuando alguien se ha
sentido inusualmente “guiado” por el Espíritu Santo a orar por algo (sería una oración
profética), cuando un verso bíblico ha venido a su mente, y pide leerlo, etc.
e. Si se han seguido los pasos anteriores, se puede conceder algunas oportunidades en
el culto de adoración o en grupos más pequeños de los hogares.
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f. Si el don de profecía comienza a ser utilizado en la iglesia, esta debe poner aún más
énfasis sobre el valor inmensamente superior de la Palabra del Señor, como la única
fuente a la que puede venir el cristiano a escuchar la voz del Dios vivo.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
(1 Corintios13:8-10, 13)
De ésta forma, la profecía sirve como una “señal” para los creyentes,(1Co.14:22), es una
clara demostración de que Dios obra en su medio, una “señal” de las bendiciones que Dios
dispensa a la congregación.
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BÍBLIOGRAFÍA
1.GRUDEM, Wayne A.. Teología y doctrina/Edit. Zondervan
2. GRUDEM, Wayne A.. El Don de Profecía, en el N.T. y hoy/Edit. Vida-1988
3. MACARTHR, John y LAWSON, Steve – YouTube-Video/Existen los Profetas y hoy.
https://www.youtube.com/watch?v=ICbQAha5lBs
4. LAWSON, John.
5. 1 Corinthans 11:5 - Did Paul Allow Women To Prophesy in
MACARTHUR, Jhon. 1 Corintios MNTC (Chicago: Moody, 1984), pp. 256–57.
6. Nuevo comentario Bíblico/Casa Bautista de Publicaciones
7. Wagner, C. Peter. Sus Dones Espirituales/Edit. Clie
8. Joyful Heart,. Comprender el don de profecía./Traducido al Español.
www.joyfulheart.com/scholar/preach.htm
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