Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Jerte, 10
E-28005 Madrid, 2012
Teléf. : 91 364 40 18
publicadones.ad@sandamaso.es
ISBN: 978-34-15027-18-8
D.L.: S. 79-2012
En portada: Pablo en Berea (cf. He 17,10-15). Mosaico contemporáneo en el bema de la ciudad macedonia de
Veria (Grecia).
En el pergamino sostenido por Pablo se leen estas palabras de la primera carta a los Tesalonicenses:
TÒ A.oinói' ouv, á5tA.<J)OL, tpojTCÒpev' ùpà<; «a! irapaicaA.oGuti' kv Kupícj) ’lipot), kocOcÍx; irapcXáptTt irap’ f|púi' to mó<;
Ó€l Úpác TTtpITTffTftw K a i áptOKClV 9tC¡) [ . . . ]
"Por lo demás, hermanos, os pedimos y exhortamos en el Señor Jesús: como recibisteis de nosotros el modo en
que habéis de caminar y agradar a D ios..." (1 Te 4,1).
ESCUDRIÑAR
LAS ESCRITURAS
VERBUM DOMINI
Y LA INTERPRETACIÓN BÍBLICA
EDITOR
Luis S á n ch e z Navarro
M a d r i d 20 12
EDICIONES
UNIVERSIDAD SAN DÁMASO
C O N T E N ID O
Siglas y abreviaturas....................................................................................................... 9
Presentación...................................................................................................................... 11
La sinfonía de la Palabra
A. GIMÉNEZ G O N ZÁLEZ................................................................................................ 31
PD Presencia y diálogo
PL J. M igne , Patrologia Latina (Paris)
PO Decreto Presbyterorum ordinis sobre el ministerio y vida delos pres
bíteros, del Concilio Vaticano II (1965)
SC Constitución dogmática Sacrosanctum Concilium sobre la sagrada
liturgia, del Concilio Vaticano II (1963)
VD B enedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini
(Ciudad del Vaticano 2010)
W UNT Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament
PRESENTACION
Enseguida, de noche, los hermanos hicieron salir para Berea a Pablo y Silas,
los cuales, al llegar allí, se dirigieron a la sinagoga de los judíos. Estos, de mejor
condición que los de Tesalónica, acogieron la Palabra con todo interés,
escudriñando diariamente las Escrituras para comprobar si todo era así.
En consecuencia, muchos de ellos creyeron, al igual que no pocos griegos,
tanto mujeres distinguidas como hombres
(He 17,10-12).
1 De su período como Prefecto de la Doctrina de la Fe destacan, por orden cronológico, tres inter-
vendones: "La interpretación bíblica en conflicto", en: L. S ánchez Navarro - C. G ranados (eds.),
Escritura e interpretación. Los fundamentos de la interpretación bíblica (LP 42; Madrid 2003) 19-54
exégesis", en: S ánchez Navarro - G ranados (eds.), Escritura e interpretación, 175-187. De su servicio
[Madrid 2007]; II: Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección [Madrid 2011]).
la Facultad de Teología San Dámaso celebró el 28 de marzo de 2011 13
una jornada de estudio sobre "Verbum Domini y la interpretación de la
Sagrada Escritura"; el presente volumen recoge, junto a dos colabora
P R E S E N T AC I O N
ciones elaboradas posteriormente a la luz de los diálogos que entonces
tuvieron lugar, las cuatro ponencias presentadas en esta Jornada.
Klemens Stock nos ofrece una visión global de la hermenéutica
de la Escritura según la reciente Exhortación. El lugar originario de la
interpretación bíblica es la Iglesia, y su clave de lectura, la fe eclesial;
esa misma fe requiere el recurso a la historia posibilitado por los méto
dos modernos, que con todo no deben impedir que el lector trascienda
la "letra" para captar en estos textos la Palabra de Dios viva y eficaz.
Para ello, la fe eclesial ha de impregnar la exégesis bíblica en todo su
proceder. Esta fe es la respuesta del hombre a la revelación (cf. DV 5);
Agustín Giménez González nos presenta, en su reflexión en torno a la
"sinfonía de la Palabra" (la expresión es de Benedicto XVI), el multi
forme y armónico hablar de Dios al hombre: mediante la palabra de la
creación y su Palabra revelada, testimoniada porla predicación apostó
lica, el Señor suscita la respuesta de fe, la acogida deesa Palabra sinfó
nica. Con este Dios que habla insistente y persuasivamente, su criatura
más preciada, el hombre, está llamado a entrar en diálogo de amor.
Esa Palabra revelada queda testimoniada de modo permanente
por la Sagrada Escritura "inspirada por Dios" (cf. 2 Tm 3,16). Juan
Miguel Díaz Rodelas nos muestra, en el tercer trabajo de este volumen,
las consecuencias hermenéuticas de la inspiración, que implica la ver
dad salvifica de la Sagrada Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento: una
verdad dinámica, como la Tradición que la da a conocer; la interpre
tación no puede obviar este carácter peculiar de los libros bíblicos. A
continuación Manuel Aroztegi Esnaola aborda la relación entre Palabra
de Dios y sacramento, un contexto en el que el carácter preformativo
de esa Palabra adquiere una eficacia única y desbordante; algo que
se verifica de modo eminente en la Eucaristía, hacia la que apunta la
entera Escritura.
Las dos ultimas colaboraciones amplían estas perspectivas. Al
hablar de un carácter "logocéntrico" de nuestra fe queremos expresar
cómo la exhortación Verbum Domini nos presenta una visión de la
existencia cristiana, en todas sus dimensiones (teologal y antropológi
ca, eclesial, moral y espiritual), profundamente arraigada en la Palabra
de Dios. Por último, en la línea de la Exhortación que subraya el nexo
entre la Palabra y la carne (VD 8 y 12), Carlos Granados desarrolla si
guiendo a Ezequiel el misterio del cuerpo del profeta como templo; es
decir, como lugar donde habita la Palabra. La profecía de Israel prepara
y anticipa así el misterio escatològico del Logos encarnado, el nuevo
templo donde todos los hombres podemos dar culto a Dios.
* * *
2 F.-P. D reyfus , Exégése en Sorbonne, exégése en Église: esquisse d'une théologie de la Parole de Dieu
(Paris 2007). En español, ver: Id ., "Exégesis en la Sorbona, exégesis en la Iglesia", en: C. G ranados -
A. G iménez (eds.), Biblia y ciencia de la fe (Ensayos 311; Madrid 2007) 67-113 (original: 1975).
documento de la PCB. La Exhortación insiste en la necesidad de la tarea
científica (cf. VD 32-33.35), se opone decididamente a una separación
de las dos tareas (VD 35) y muestra especialmente cuál es para los
exegetas católicos el modo justo y válido de corresponder a su tarea
en la Iglesia. El Documento tenía la misma finalidad: la primera parte
exponía "Métodos y acercamientos para la interpretación" y describía,
podemos decir, la tarea científica. Luego, tras una breve parte sobre
"Cuestiones de hermenéutica", la tercera parte ("Dimensiones carac
terísticas de la interpretación católica") y la cuarta ("Interpretación de
la Biblia en la vida de la Iglesia") estaban dedicadas precisamente a la
ya mencionada tarea en la Iglesia.
Por lo que respecta a la justa comprensión de ambas tareas
querría recordar lo que dijo el Papa Juan Pablo II con ocasión de la
presentación del documento IBI (23 de abril de 1993). Hace allí una
exhortación a los exegetas a "permanecer cerca de la predicación de
la palabra de Dios" y continúa: "Evitarán así perderse en los vericuetos
de una investigación científica abstracta, que los alejaría del verdadero
sentido de las Escrituras. En efecto, este sentido no puede separarse de
su finalidad, que consiste en poner a los creyentes en relación personal
con Dios" (EB 1252). Es precisamente la activa participación en la vida
de la Iglesia lo que favorece una justa correlación de ambas tareas.
MENSAJE DE LA BIBLIA
C) ANALOGÍA DE LA FE
EN
se ocupa de la Biblia, la Providentissimus Deus de 1893. Dice allí: "En
ESCRITURA
los restantes pasajes hay que seguir la analogía de la fe, ateniéndose
como norma suprema a la doctrina católica tal como ha sido aceptada
DE LA S A G R A D A
por la autoridad de la Iglesia" (EB 109). Estos restantes pasajes son
según la Encíclica aquellos cuyo sentido no "ha sido declarado autori
zadamente, ya por los autores sagrados bajo la inspiración del Espíritu
Santo (como sucede en muchos pasajes del Nuevo Testamento), ya
LA H E R M E N E U T I C A
por la Iglesia asistida por ese mismo Espíritu Santo, «sea con un juicio
solemne, sea con el magisterio ordinario y universal»" (EB 109). El Papa
precisa lo que significa una aplicación fiel de la analogía de la fe y dice:
"De esto se desprende que hay que rechazar como inadecuada y falsa
aquella interpretación que de alguna forma oponga entre sí a los auto
res inspirados, o que sea contraria a la doctrina de la Iglesia" (EB 109).
La analogía de la fe excluye por tanto reales contradicciones dentro de
la Biblia, o entre la Biblia y la doctrina de la Iglesia. Se trata aquí de la fi-
des quae, la fe formulada por la Iglesia. Si esta fe guía la interpretación
de la Biblia, le permite evitar las contradicciones (la doble verdad) y la
lleva a una concordancia, no forzada sino fundamental. La enseñanza
del Papa León XIII sobre la analogía de la fe fue retomada por los Papas
siguientes (Pío X, Pío XII) hasta la Dei Verbum y la Verbum Domini.
En el contexto de la fe de la Iglesia como clave para una adecua
da y auténtica interpretación de la Escritura mencionamos todavía dos
elementos: el grave riesgo que se corre cuando falta una hermenéutica
de la fe y el significado de la fides qua, de la fe viva y personal.
D) AUSENCIA DE LA FE
E) PRESENCIA DE LA FE
i-
bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso,
en todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y le ayuda a buscarlo, a conoceré y
Santo. Por eso, el Verbo, que desde el principio está junto a Dios
5 Cf. H. de L ubac , Surnaturel. Études historiques (Paris 21991 ) 205, 225; C. DIaz A zaróla , La doctrina
Teología San Dámaso [Madrid], 2003) 75-76: "La misma condición de criatura hace que un ser esté
en un proceso de cambio, de evolución, ya que sólo el Creador es inmutable, como nos han ense
ñado los Padres de la Iglesia. En el caso del hombre, su devenir se realiza a través de una 'prueba'
Oépreuve es el término que utiliza de Lubac) que recorre en el uso de su libre arbitrio, cooperando
con la acción divina. Esta prueba es del todo necesaria para que una voluntad creada alcance su
perfección, pues si no hay rechazo libre (no necesario) del mal, no puede haber mérito, ni recom
pensa, ni gloria en la voluntad creada. Ubi necesitas, nec corona est (San Agustín, De natura et
gratia, c. 65). En otros términos, el estado de inocencia original, en el caso de los hombres tanto
como en el caso de los ángeles, no es un estado de perfección, siendo ésta sólo alcanzable por la
'prueba' del ejercicio del libre arbitrio, que es dado al espíritu creado como un media vis, según
expresión de San Agustín. Recién salidos de las manos de Dios, los espíritus creados son inocentes,
pero no formalmente justos, ni buenos, ni virtuosos, pues la virtud procede de un mérito. Antes de
toda elección libre, los espíritus creados tienen un capital que es más bien 'prestado', y que debe
ser transformado en riqueza real. Mientras no haya un compromiso personal por su parte, no se
producirá ni confirmado ni depressio, y permanecerán en un estado provisional, en una indiferencia
6 Excluimos las siempre misteriosas relaciones comunicativas entre Dios y los ángeles caídos, que
7 Nótese cómo la estructura teológica de la parte I de Verbum Domini es la misma que adoptó la Dei
Verbum: no hablar directamente de la Biblia en cuanto tal, sino comenzar por el acontecimiento
de la revelación de Dios, que sale al encuentro del hombre para invitarle a la vida divina. Esta reve
pascual de Cristo y posterior envío del Espíritu Santo (cf. DV 2-4, 6). Ante esta iniciativa de Dios,
el hombre corresponde con la fe, con la donación de sí mismo a Dios en respuesta a su iniciativa
(cf. DV 5). Una vez situado el contexto adecuado de la revelación, la DV podía hablar de la Sagrada
Escritura como un elemento más que colabora, en la Iglesia y en comunión con la Sagrada Tradición
y el Magisterio, a la transmisión de la revelación (cf. DV 7-10).
el punto clave de la primera parte, pues presenta el programa de los
aspectos que trata el apartado titulado "El Dios que habla".
En un sentido propio, el sintagma "Palabra de Dios" se refiere a la
segunda persona de la Trinidad: "el Logos indica originariamente el Verbo
eterno, es decir, el Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los
siglos y consustancial a él [...] por tanto, Jesucristo, nacido de María Vir
gen, es realmente el Verbo de Dios que se hizo consustancial a nosotros.
Así pues, la expresión «Palabra de Dios» se refiere aquí a la persona de
Jesucristo" (VD 7§1). El documento no se va a detener desarrollando en
números posteriores este aspecto de Cristo como Palabra de Dios, que es
el sentido propio. Es un dato suficientemente adquirido por la tradición y
la reflexión teológica católica8. Por el contrario, la exhortación apostólica
se va a centrar en el "uso analógico del lenguaje humano en relación a la
Palabra de Dios", pues esta expresión "asume significados diferentes que
han de ser tratados con atención y puestos en relación entre ellos" (ibid.).
Benedicto XVI distingue entre dos niveles en los que hablar
análogamente de la Palabra de Dios, por otra parte intrínsecamente
relacionados e inseparables: la Creación y la historia de la salvación.
Ambas están en función del único plan de salvación9, pero cada una a
su nivel. Dice, en efecto:
8 Cf.Jn 1,1-2; CCE § 65: "«De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a
nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo» (Hb
1,1-2). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En
Él lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta. San Juan de la Cruz, después de otros muchos, lo
expresa de manera luminosa, comentando Hb 1,1-2: «Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que
es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra»".
9 VD 9: "La creación es el lugar en el que se desarrolla la historia de amor entre Dios y su criatura; por
3. LA C R E A C IÓ N C O M O M Ú S IC A D E F O N D O IO
A ) U N A M E L O D ÍA E X T E R N A A L H O M B R E
10 Cf. CCE § 31 : "Creado a imagen de Dios, llamado a conocer y amar a Dios, el hombre que busca a
Dios descubre ciertas «vías» para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también «pruebas
de la existencia de Dios», no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el
Estas «vías» para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo material y la
persona humana".
Heriste mi corazón con tu palabra y te amé. Mas también el
12 Sobre la creación como vía de acceso al conocimiento de la existencia de Dios, cf. Sal 53; Sb 13,1 ;
Hch 14,17-18; 17,27-28; Rm 1,19-22; 28-29; Constitución dogmática Dei Filius 2: "Dios, principio
y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza, por la luz natural de la razón humana,
partiendo de las cosas creadas"; DV 3; CCE § 32: "A partir del movimiento y del devenir, de la
contingencia, del orden y de la belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del
universo"; 36; 41 : "Por ello, podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones de sus criaturas,
'pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor'
(Sb 13,5)"; R. Rovira, "El principio metafisico fundamental y la estructura demostrativa de las cinco
vías tomistas para probar la existencia de Dios": Espíritu 39 (1990) 59-80; H. U. von Balthasar, "El
camino de acceso a la realidad de Dios", en: Mysterium salutis II (Madrid 21977) 29-54.
Ahora bien, no debemos imaginar que las criaturas son sim
plemente un testimonio de que Dios existe, por llevar en sí mismas
la huella e impronta del Creador. En tal caso el hablar del Verbo por
medio del universo sería una voz del pasado, como si sólo dijese: "yo
di el ser a esta criatura". Dicha situación se asemejaría a encontrar la
huella fosilizada de un dinosaurio en unas excavaciones arqueológicas:
podríamos deducir que hace muchos años por allí pasó un animal de
ciertas características y de tales dimensiones, pero dicho animal ya no
existiría. La huella del dinosaurio nos habría hablado de un animal del
pasado. Pero el hablar de Dios en la creación no es así, pues ésta no
sólo testimonia diciendo "Él me ha hecho", sino que grita a nuestra
alma "Él me está sosteniendo ahora, está en mí dándome el ser y ha
blándote a ti". De tal modo que en el presente puede escucharse la voz
del Verbo hablando hoy en sus criaturas.
13 Cf. CCE § 33-34: "Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su
sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual. La 'semilla de
eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia' su alma, no puede tener origen más
que en Dios. El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio
ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas
diversas 'vías', el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una realidad que es la
causa primera y el fin último de todo, 'y que todos llaman Dios'".
según enseña VD 9: "todo ser humano que llega al uso de razón y a la 39
14 El documento, a su vez, cita a la C omisión T eológica Internacional, En busca de una ética universal.
Un nuevo modo de ver la ley natural (12.VI.2009) § 39: "Cada ser humano que accede a a con
ciencia y a la responsabilidad tiene la experiencia de una llamada interior a hacer el bien. Descubre
que es fundamentalmente un ser moral, capaz de percibir y de expresar la llamada que, como se ha
visto, se encuentra en todas las culturas: 'Hay que hacer el bien y evitar el mal'. Sobre tal precepto
se fundamentan todos los demás preceptos de la ley natural. Este primer precepto es conocido de
modo natural, e inmediatamente, por la razón práctica, exactamente igual que el principie de no
contradicción (la inteligencia no puede simultáneamente, y bajo el mismo aspecto, afirmar y negar
una cosa de un sujeto), que está en la base de todo razonamiento especulativo, es captado intui
tiva y naturalmente por la razón teórica, en cuanto el sujeto comprende el sentido de los términos
empleados en esa expresión. Tradicionalmente, tal conocimiento del primer principio de la vida
16 Cf. CCE § 37: "Sin embargo, en las condiciones históricas en que se encuentra, el hombre expe
rimenta muchas dificultades para conocer a Dios con la sola luz de su razón: «A pesar de que la
razón humana, hablando simplemente, pueda verdaderamente, por sus fuerzas y su luz naturales,
llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios personal, que protege y gobierna el mundo
po' su providencia, así como de una ley natural puesta por el Creador en nuestras almas, sin
embargo hay muchos obstáculos que impiden a esta misma razón usar eficazmente y con fruto
su poder natural; porque las verdades que se refieren a Dios y a los hombres sobrepasan absoluta
mente el orden de las cosas sensibles y cuando deben traducirse en actos y proyectarse en la vida
exigen que el hombre se entregue y renuncie a sí mismo. El espíritu humano, para adquirir seme
jantes verdades, padece dificultad por parte de los sentidos y de la imaginación, así como de los
malos deseos nacidos del pecado original. De ahí procede que en semejantes materias los hombres
se persuadan fácilmente de la falsedad o al menos de la incertidumbre de las cosas que no quisieran
que fuesen verdaderas» [cita tomada de la encíclica de Pio XII, Humani Generis]".
17 Cf. VD 7: "Debemos ser conscientes de que nos encontramos realmente ante un uso analógico de
la expresión 'Palabra de Dios'. Es necesario, por tanto, educar a los fieles para que capten mejor sus
diversos significados y comprendan su sentido unitario. Es preciso también que, desde el punto de
vista teológico, se profundice en la articulación de los diferentes significados de esta expresión para
que resplandezca mejor la unidad del plan divino y el puesto central que ocupa en él la persona de
Cristo".
del mismo pian salvifico que Cristo, el Verbo, lleva a cabo: la diviniza
ción del hombre por medio del diálogo amoroso y performativo con
Dios18. Por eso, el mundo, lugar de la historia salvifica, no es un mundo
independiente o autónomo, sino fruto de la voluntad de diálogo de
Dios con su criatura humana, y que existe en función de dicho diálogo.
18 Por "performativo" nos referimos a un hablar de Dios que realiza lo que dice, como en Gn 1. Se
trata de una palabra que realiza lo que pronuncia sobre el ser que recibe o escucha tal palabra.
19 Cf. C ongregación para la D octrina de la Fe , Dominus lesus. Declaración sobre la unicidad y Id univer
SAGRADA ESCRITURA
20 Cf. CCE § 75-83; R. Latourelle, Teología de la Revelación (Salamanca 1985) 505-525; J. A. Sayés,
5. C O N C L U S IÓ N
1. INTRODUCCIÓN
22 Como es bien sabido, ambos aspectos de la doctrina católica sobre la Sagrada Escritura los recoge
el Vaticano II en Dei Verbum 11: "Las cosas divinamente reveladas, que en la Sagrada Escritura se
48 tender cada una de estas dos dimensiones de la Palabra de Dios escrita,
a las relaciones entre ambas y, finalmente, y aquí entramos en terreno
minado, a la originalidad representada por la hermenéutica católica en
este campo.
Para cumplir del mejor modo posible con el objetivo señalado
<
por los organizadores de este coloquio y expresado en el título de esta
exposición, me ha parecido que nos podríamos centrar en el eco que
ha encontrado en Verbum Domini la susodicha proposito de los Padres
del Sínodo de 2008, dejando para el diálogo posterior algunas de las
cuestiones que se han suscitado en los últimos años sobre el tema23.
contienen y presentan literariamente, fueron consignadas por inspiración del Espíritu Santo. Pues la
santa Madre Iglesia, en virtud de la fe apostólica, tiene por sagrados y canónicos los libros íntegros
tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, con todas sus partes, por el hecho de que, escritos
por inspiración del Espíritu Santo (cf. Jn 20,31; 2Tm 3,16; 2P 1,19-21; 3,15-16), tienen a Dios por
autor, y como tales han sido transmitidos a la misma Iglesia [...] Así pues, como todo lo que los
autores inspirados o hagiógrafos afirman debe mantenerse que ha sido afirmado por el Espíritu
Santo, por ello hay que profesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente, fielmente y sin
error la verdad que Dios, por nuestra salvación, quiso que fuera consignada en las sagradas letras.
Así que "toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para argüir, para corregir,
para instruir en la justicia: para que sea perfecto el hombre de Dios, instruido para toda obra
buena" (2Tm 3,16-17 gr.)" (EB 686-687). Para fundar la parte del texto referente a la inspiración,
Dei Verbum remite en la nota 17 con un Cf. a C onc. V a t . I, Const. dogm. de fide catholica, Dei
Filius, cap. 2: D enz. 1787 (3006). Pont. C omm . B íblica, Decr. 18 iunii 1915: D enz. 2180 (3629); EB
420. S. S. C. S. Officii, Epist. 22 dee. 1923: EB 499. Por lo que respecta a la parte del texto referente
a la verdad de la Sagrada Escritura, en nota 21 se remite, también con Cf., a S. A ugustinus, De Gen.
ad liti, 2, 9, 20: PL 34, 270-271; CSEL 28, 1, 46-47 et Epist. 82, 3: PL 33, 277; CSEL 34, 2, 354.-
S. Thomas, De Ver., q. 12, a. 2, C. C onc. T rid ., Decr. De canonicis Scriptum: D enz. 783 (1501). Leo
XIII, Litt. Encycl. Providentissimus Deus: EB 121,124,126-127.- Pius XII, Litt. Encycl. Divino afflante
Spiritu: EB 539.
23 En este último punto pueden leerse los siguientes trabajos, relativamente recientes: G. A randa
Pérez, "Inspiración: autor, libro, lector-oyente como inspirados. Implicaciones teológicas": Estudios
Eclesiásticos 83 (2008) 271-304; V. V ide, "La verdad contenida en la Biblia: en qué consiste y en qué
B U M D O M IN I: ESTADÍSTICA APROXIMADA
24 Concretamente el verbo inspirare se usa en VD15,19 (4 veces), 4 4 ,4 9 , 52, 65, 69,8 8 ,11 2 y 118;
el sustantivo inspirado, aparece en VD 19 (título general del n. y 7 veces, de las cuales una en la
nota 151 ), 62, 6 5 ,7 0 y 103. Cabe añadir el uso de sfilare (VD 19 y 74, además de la doble referen
cia a la encíclica Divino afflante Spiritu en VD 33) y afflatus (DV 30, cf. además 52) hablando de la
acción del Espíritu en relación con la Escritura; finalmente a la acción del Espíritu se alude también
25 Veritas recurre en VD 3,11,14 (2 veces), 15 (2 veces), 16,17 (4 veces), 19 (5 veces), 20, 2 5 ,2 7 , 30,
36 (2 veces), 38, 44 (2 veces), 46, 48 (3 veces), 50,72, 82 (6 veces), 86, 90, 93, 96, 98 (2 veces),
108.
27 Real A cademia Española, Diccionario de la Lengua Española. Muchos elementos de la liturgia están ins
pirados en la Escritura (n. 52); las comunidades religiosas sirvan de inspiración para la vida espiritual de
toda la Iglesia (n. 62); conviene que las formas de piedad popular se inspiren en las celebraciones litúr
gicas (65) y en las palabras de la Biblia (65); el canto litúrgico debe estar bíblicamente inspirado (70); la
catequesis debe inspirarse en la reflexión y en la vida bimilenaria de la Iglesia (74); transformación con
el Evangelio de las fuentes inspiradoras... de la humanidad (101); la evangelización y la difusión de
la palabra de Dios ha de inspirar la acción de quienes están comprometidos en la vida política y social
(101); exhortación a que todos los fieles se dejen inspirar por el himno a la caridad de S. Pablo (103);
50 de la iluminación de diversos aspectos de la vida eclesial y creyente por
parte de Dios/Espiritu Santo28.
a
o
“ 3. LA D O C T R IN A DE LA INSTI RACIÓN
¿ A) AFIRMACIONES GENERALES
D
la Palabra de Dios ha inspirado las diferentes culturas (109); manifestaciones artísticas inspiradas en la
Sagrada Escritura (112); artistas que se han dejado inspirar por los textos sagrados (112); relaciones
de los profetas (VD 15); el pueblo de Dios, sujeto de la Escritura, inspirado por Dios mismo (VD 86).
29 Se habla de libros inspirados en VD 19; de textos inspirados en VD 19.44 (cf. 49); de palabras inspi
30 VD 7: Postremo, Dei Verbum testimonio confirmatum atque divinitus inspiratum sacra Scriptum est,
Vetus etNovum Testamentum. En la misma línea se dice en VD 17: "La Sagrada Escritura, en cuanto
inspirada por Dios, contiene la Palabra divina en un modo muy singular" y, lógicamente, citando
der, corregir, instruir en la justicia; para que el hombre de Dios esté en forma, equipado para toda
31 Sacra Scriptum est locutio Dei quatenus divino afflante Spiritu scripto consignatur: VD 19, con cita
de DV 9; cf. además nn. 74 y 30. En la misma línea se considera que "la Palabra de Dios se nos da
siguiente cita que hace VD 16 de una oración epiclética prevista para 51
Sancto easque interpretan pure et digne, ut fructum capiant populi praesentes omnes: Sacamen-
tarium Serapionis II (XX), en: F.X. Funk (ed.), Didascalia et Constitutiones Apostolorum II (Paderborn
1906)161.
33 Cum ergo omne id, quod ductores inspirati seu hagiographi asserunt, retineri debeat assertum a
Spiritu Sancto, inde Scripturae libri veritatem, quam Deus nostrae salutis causa Litteris Sacris consig
nan voluit, firmiter, fideliter et sme errore docere prof ¡tendi sunt: VD 19, con cita explícita de DV 11.
34 Hic est tandem Spiritus qui sacrarum Scripturarum auctores inspirai: VD 15; cf. además 49.
52 el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo"35. En otros
casos se recurre al sustantivo y se dice que "la Biblia ha sido escrita...
bajo la inspiración del Espíritu Santo"36. La acción del Espíritu en la
composición de los libros sagrados se expresa, finalmente, en otras
frases que, aunque no recurren a la idea de la inspiración, resultan muy
significativas: tales son las que atribuyen la Escritura a la obra del Espí
ritu37 y llegan a hablar de la misma como "obra del Espíritu Santo"38.
Por otra parte, la exhortación recoge la conocida frase del Sím
bolo Apostólico que traduce la acción del Espíritu sobre los autores
sagrados en términos de "hablar por medio de los profetas"39.
Precisamente la referencia de la Escritura al Espíritu constituye
uno de los grandes temas que la Exhortación aborda de forma expresa,
dedicándole los nn. 15-16 que introduce en los siguientes términos:
"Después de habernos extendido sobre la Palabra última y definitiva
de Dios al mundo, es necesario referirse ahora a la misión del Espíritu
Santo en relación con la Palabra divina"40. La necesidad de la conside
ración de este aspecto se deduce del hecho de que resulta imposible
comprender "auténticamente la revelación cristiana sin tener en cuen
ta la acción del Paráclito"41; o lo que es lo mismo, según se concluye
tras el desarrollo en los citados dos nn., "no se puede comprender el
35 Tum ab illis Apostolis virisque apostokis, qui, sub inspiratione eiusdem Spiritus Sancti, nuntium
Spiritus Sancti afflatu: VD 30; cf. 74. La misma idea, sin recurrencia del sustantivo inspiración, se
38 Cum in nobis inspirationis conscientia imminuit; periculum est ne Scriptum veluti historici studii
obiectum, non autem ut Spiritus Sancti opus, legatur, in qua ipsam Domini vocem audire eiusque in
39 Qui per sui Spiritus vim «locutus est per prophetas»: VD 15.
40 Postquam Verbum tractavimus postremum et definitivum Dei orbi terrarum transmissum, oportet
C) INSPIRACIÓN Y HERMENÉUTICA
42 His ex omnibus rebus piane intellegere possumus cur Verbi sensus non comprehendatur, nisi Para-
Filium et Spiritum Sanctum secum fert, quam enim Irenaeus Lugdunensis appellat «üuas manus
Patris»: VD 15.
44 Hoc de pneumatologico ambitu conscii, Patres sinodales prae se terre voluerunt Spiritus Sancti pon-
dus in Ecdesiae vita et in fidelium cordibus agentis, quod ad sacram Scripturam attinet: VD 16.
45 Efficaci utique absque actione «Spiritus veritatis» (lo 14,17) Domini verba non intelleguntur: VD 16.
47 VD 16. El texto vincula, mediante una comparación, esta necesidad de la acción del Espíritu para la
el cuerpo de Cristo, el eucaristico y el de las Escrituras: Ut in Christi corpore ad nos venit Dei Ver-
bum, in corpore eucharistico et Scripturarum corpore ope Spiritus Sancti, sic per Spiritum Sanctum
id accipi et vere intellegi potest.
49 VD 16: Etiam sanctus Hieronymus firmitersibi conscius est cur «in intellegenda ea Spiritus Sancti
indigeamus auxilio, qui per Apostolum haec ipsa dictavit».
50 VD 16: Sanctus Gregorius Magnus porro eiusdem Spiritus Sancti operam in efformanda et interpre-
tanda Biblia animose effert: «Sanctorum testamentorum dicta ipse creavit et ipse aperult».
51 VD 16: Mitte Spiritum Sanctum in mentem nostram, et largire nobis discere Scripturas divinas a
Spiritu Sancto.
La necesaria referencia al Espíritu en orden a una interpretación
adecuada de las Escrituras se reitera en el penúltimo título del primer
gran apartado del cap. I de la Exhortación ("El Dios que habla")52, así
como en el que se dedica a la respuesta del hombre a la locución di
vina53. En aquel se enuncia expresamente la relación entre inspiración
y hermenéutica en los siguientes términos: "Como han afirmado los
Padres sinodales, aparece con toda evidencia que el tema de la inspira
ción es decisivo para una adecuada aproximación a las Escrituras y para
su correcta hermenéutica, que se ha de hacer, a su vez, en el mismo
Espíritu en el que ha sido escrita. Cuando se debilita nuestra atención a
la inspiración, se corre el riesgo de leer la Escritura más como un objeto
de curiosidad histórica que como obra del Espíritu Santo, en la cual
podemos escuchar la voz misma del Señor y conocer su presencia en la
historia"54. En el otro apartado referido, y, más concretamente, en VD
25 se recoge la propuesta n° 4 de los Padres sinodales: "Para acoger la
Revelación, el hombre debe abrir la mente y el corazón a la acción del
Espíritu Santo que le hace comprender la Palabra de Dios, presente en
las sagradas Escrituras"55. Con todo, el desarrollo del tema se centra,
como es lógico, en el que aborda "La hermenéutica de la Sagrada
Escritura en la Iglesia". Puesto que el P. Stock ha abordado de manera
expresa el punto de la hermenéutica en el documento pontificio, me
limitaré a referir este solo aserto: "Es el Espíritu Santo, que anima la
vida de la Iglesia, quien hace posible la interpretación auténtica de las
52 VD 19.
Scripturas aeque conveniendas easdemque congrue interpretandas, quod vero in eodem Spiritu
effici debet in quo sunt scriptae. Cum in nobis inspirationis conscientia imminuit, periculum est ne
Scriptum veluti historici studii obiectum, non autem ut Spiritus Sancii opus, legatur, in qua ipsam
55 Responsio propria hominis ad Deum loquentem fides est. Linde perspicue fit, ut [aquí comienza la
proposito 4a] «ad Revelationem accipiendam, homo mentem et cor suum actioni Spiritus Sancti
aperta praebere debeat, ut intellegat divinum Verbum sacris Scripturis praesens contentum».
Escrituras. La Biblia es el libro de la Iglesia, y su verdadera hermenéutica
brota de su inmanencia en la vida eclesial"56.
A C C IO N D E L E S P ÍR IT U Y V E R D A D D E LA E S C R IT U R A
LA V E R D A D P L E N A
56 Biblid constituunt Hbrum Ecclesiae, e t ex eorum im m anenti in vita ecclesiali exoritur quoque vera
aperiens sensum Scripturarum et nos reddens in mundo praecones credibiles Verbi salutis: VD 123.
a que VD 123 no se hace siquiera una referencia indirecta (mediante 57
el recurrente cfr), al texto joánico, a él y a la denominación del Espíritu
como Espíritu de la verdad se alude en otros números de Verbum Domi-
nP*, y, sobre todo, se cita explícitamente la afirmación del propio Jesús
en la que se precisa la acción relacionada con dicha denominación:
"El Espíritu Santo enseñará a los discípulos y les recordará todo lo que
Cristo ha dicho (cf. Jn 14,26), puesto que será Él, el Espíritu de la Ver
dad (cf. Jn 15,26), quien llevará los discípulos a la Verdad entera (cf.
Jn 1 6 ,1 3 )"59.
De acuerdo con el texto joánico, la verdad plena hacia la que
guiará el Espíritu a los creyentes se relaciona directamente en Verbum
Dimini con las palabras de Jesús: así se dice en VD 16: "Sin la acción
eficaz del «Espíritu de la Verdad» (Jn 14,16) no se pueden compren
der las palabras del Señor."60 Con todo, la afirmación que precede
inmediatamente a esta que acabamos de citar muestra a las claras que
aquella acción se entiende en general en relación con las Escrituras:
"Los Padres sinodales han querido señalar la importancia de la acción
del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y en el corazón de los creyen
tes en su relación con la Sagrada Escritura"61. A la misma conclusión
lo 14,26), quia erit Ipse Spiritus Veritatis (cfr lo 15,26), et deducet discípulos in omnem veritatem
(cfr lo 16,13). También VD 20 se refiere a esta acción del Espíritu citando las palabras de Jesús, aun
locutus est, sine intermissione cum dilecti Filii sui sponsa colloquiti, et Spiritus Sanctus, per quem
viva vox Evangelii in Ecclesia, et per ipsam in mundo resonat, credentes in omnem veritatem inducit,
dus in Ecclesiae vita et in fidelium cordibus agentis, quod ad sacram Scripturam attinet: VD 16.
permite llegar el texto de VD 123, con que abríamos este apartado62.
Por ello, en relación con la verdad, se habla principalmente de la "ver
dad revelada en las Escrituras" (VD 17), de "la verdad de las Escrituras"
(VD 19) o "de la Sagrada Escritura" (VD 36), de las "verdades de las
Escrituras" (VD 48)63, de "la verdad contenida en los libros sagrados"
(VD 19), de "la verdad de las palabras inspiradas por Dios" (VD 48); en
la misma línea se afirma que "los libros sagrados enseñan la verdad"
(VD 19).
Pero volvamos a los pasajes de Verbum Domini relativos a la
verdad y aducidos anteriormente, es decir, 15, 16 y 123. De ellos resul
tan claras dos cosas: ante todo, la dimensión cristológica de la verdad
bíblica y, por otra, su vinculación con la salvación. Ambos extremos
pueden considerarse una herencia directa del Concilio Vaticano II, lo
cual, como es lógico, no resulta nada extraño, pues, de acuerdo con la
voluntad de los Padres Sinodales, la Exhortación Apostólica pretende
situarse expresamente en continuidad con la enseñanza conciliar sobre
el tema, cuya importancia reconoce: "La promulgación de la Constitu
ción dogmática Dei Verbum sobre la divina Revelación... representa un
hito en el camino eclesial: «Los Padres sinodales... reconocen con áni
mo agradecido los grandes beneficios aportados por este documento a
la vida de la Iglesia, en el ámbito exegético, teológico, espiritual, pasto
ral y ecum énico»."64. Más todavía, al introducir en VD 19 el tema de la
verdad de las Escrituras, cuya estrecha relación con el de la inspiración
quisieron destacar los Padres Sinodales, señalando que "la profundi-
zación en el proceso de la inspiración llevará también sin duda a una
mayor comprensión de la verdad contenida en los libros sagrados", se
cita expresamente la doctrina de Dei Verbum: "Como afirma la doctri
na conciliar sobre este punto, los libros inspirados enseñan la verdad:
LA “VERDAD DE LA SALVACIÓN”
65 Curri in nobis inspirationis conscientia imminuit, periculum est ne Scriptum veluti historici studii
obiectum, non autem ut Spiritus Sancti opus, legatur, in qua ipsam Domini vocem audire eiusque
in historia praesentiam cognoscere possumus. Paires synodales praeterea merito extulerunt que-
Hacde causa processus inspirationis altius investigata procul dubio efficiet ut veritas in sacris libris
contenta melius intellegatur. Ut de hoc argumento conciliaris doctrina asserii, inspirati libri verita-
temdocent: « Cum ergo omne id, quod auctores inspirati seu hagiographi asserunt, retineri debeat
asserium a Spiritu Sancto, inde Scripturae libri veritatem, quam Deus nostrae salutis causa Litteris
Sacris consignad voluit, firmiter, fideliter et sine errore docere prof ¡tendi sunt: VD 19.
66 ... quam Deus nostrae salutis causa Litteris Sacris consignad voluit: VD 19 (cita de DV 11 : EB 687).
texto conciliar67.Por lo que respecta al tercer aspecto, es bien sabido
que la frase "la verdad... que Dios hizo consignar en dichos libros para
salvación nuestra" sustituyó a la expresión veritas salutaris que apare
cía desde el primer esquema de la Dei Verbum.68 En el texto aprobado
definitivamente por los Padres conciliares en la última sesión del Vati
cano II, más que delimitada o calificada, la verdad de la Biblia queda
vinculada "estrechamente... con el plan de salvación de Dios"69, apa
reciendo así como una "verdad de la salvación"70. De acuerdo con
esto, la verdad que Dios hizo consignar en la Sagrada Escritura no tiene
como contenido primero y principal "un conjunto de verdades dogmá
ticas, ni mucho menos" de " ... verdades de tipo histórico, filológico o
científico"; la verdad de la Biblia es "Dios mismo en persona en cuanto
se revela a los hombres y da a conocer el misterio de su voluntad"71.
Más todavía, dado que ese misterio se ha revelado definitivamente en
Jesucristo, "salvador del mundo" (cf. Jn 4,42), la verdad contenida en
la Biblia es en último término el mismo Jesucristo72. De esa relación
67 Scipturae libri veritatem [...] firmiter, fideliter et sine errore docere prof ¡tendi sunt: ibid.
68 La expresión se usa, sin embargo, en DV 7, texto citado expresamente por VD 17: "Como nos
recuerda la Constitución dogmática, Jesucristo mismo «mandó a los Apóstoles predicar a todos los
hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comu
nicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que Él mismo cumplió y
turae, quae ab antiquo ¡n Ecc/esiae traditone facía est ». Ipsa « quaerit salutis veritatem pro vita
uriuscuiusque chñstifidelis et pro Ecclesia ("La verdadera respuesta a una lectura fundamentalista
Tradición de la Iglesia, busca la verdad que salva para la vida de todo fiel y para la Iglesia").
Él ha dado su sentido definitivo a la creación y a la historia; por eso, estamos llamados a vivir el
tiempo, a habitar la creación de Dios dentro de este ritmo escatològico de la Palabra; «la economía
cristiana, por ser la alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación
radical con Dios y con Jesucristo, su enviado, nace la utilidad "poliva
lente" de la Escritura, que el texto conciliar reafirma cerrando el pasaje
correspondiente con el conocido pasaje de 2 Tm 3,16-17 [gr.].
pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo nuestro Señor (cf. 1 Tm 6,14; Tt i, 13)».
En efecto, como han recordado los Padres durante el Sínodo, la «especificidad del cristianismo se
de Dios y mediador del encuentro entre el hombre y Dios. Él, que nos ha revelado a Dios (d. Jn
1,18), es la Palabra única y definitiva entregada a la humanidad». San Juan de la Cruz ha expre
sado admirablemente esta verdad: «Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra
suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra... Porque o que
hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado a Él todo, dándonos el todo, que es su Hijo.
Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría
una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra
cosa o novedad»".
pulos son en cierto sentido «sumergidos en lo íntimo de Dios mediante
su inmersión en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es, por decirlo
así, el baño que los purifica, el poder creador que los transforma en el
ser de Dios». Y, puesto que Cristo mismo es la Palabra de Dios hecha
carne (Jn 1,14), es «la Verdad» (Jn 14,6), la plegaria de Jesús al Padre,
«santifícalos en la verdad», quiere decir en el sentido más profundo:
«Hazlos una sola cosa conmigo, Cristo. Sujétalos a mí. Ponlos dentro
de mí. Y, en efecto, en último término hay un único sacerdote de la
Nueva Alianza, Jesucristo mismo»" (VD 80)73.
E L D IN A M IS M O D E LA V E R D A D
73 In summa, vocatio ad sacerdotium consecrationem «in ventate» postulai Ipse lesus ad suos quod
attinet discípulos hanc significai necessitatem: «Sanctifica eos in ventate; sermo tuus ventas est.
S'icut me misisti in mundum, et ego misi eos in mundum» (lo 17 ,17-18). Discipuli quodammodo «in
intimam Dei naturam trahuntur per immersionem in Verbum Dei. Verbum Dei est, ut ita dicamus,
lavacrum quod eos purificai potentia creatrix quae eos in filios Dei transformat». Cum ipse Christus
Verbum Dei sit quod caro factum est (lo 1,14), est «ipsa Veritas» (lo 14,6), idcirco precatio lesu ad
Patrem «Sanctifica eos in ventate» altiore sensu sibi vult: «Redde eos unum mecum, Christo. Colliga
eos mecum. Trahe eos in me. Adest revera unus sacerdos Novi Foederis, ipse lesus Christus».
carisma seguro de la verdad»" (VD 17). Tras esta referencia comentada
a Dei Verbum 7 y 8, continúa Verbum Domini: "La tradición viva es
esencial para que la Tradición vaya creciendo con el tiempo en la com
prensión de la verdad revelada en la Escritura". Esta última debe ser
permanentemente reencontrada y reinterpretada, pero siempre desde
la conciencia de que, según se afirma en VD 19 evocando las indica
ciones de los Padres sinodales, "el tema de la inspiración es decisivo
para la una adecuada aproximación a las Escrituras y para su correcta
hermenéutica... Cuando se debilita nuestra atención a la inspiración,
se corre el riesgo de leer la Escritura más como un objeto de curiosidad
histórica que como obra del Espíritu Santo, en la cual podemos escu
char la voz misma del Señor y conocer su presencia en la historia.".
Que de esto es de lo que se trata.
UNA PALABRA EFICAZ:
PALABRA Y SACRAMENTO
Ejemplos:
(E.a) "Sí, quiero (a saber, recibir a esta mujer para que sea mi legí
77 OSE 31 §1.
78 CLBSE4.
magisteriales79. Esto ha llevado a algunos a hablar del Aóyog qipiptax;, por
analogía con el Aóyoc evoapKog80: así como el Verbo se ha hecho carne,
se ha hecho también libro o, por decirlo con mayor precisión, se ha he
cho leccionario, palabra que se proclama en la liturgia. La idea va a ser
asumida por la propia Verbum Domini en su número 18:
79 Pio XII, Divino afflante Spiritu (EB 559); DV 13; Juan Pablo II, Centenario de la "Providentissimus
Deus" y cincuentenario de la "Divino afflante Spiritu" Il (EB 1245-1246).
80 C f. V. M annucci La B iblia como Palabra de Dios. Introducción general a la Sagrada
E scritura (B ilbao 21 98 8 ) 167 .
81 E xp o sitio E va n g e lii s e c u n d u m Lucam 6 ,3 3 (PL 15, 1 67 7 ).
82 Cf. DV 13.
83 BSE. Este boletín es tan sólo un instrum ento de trab ajo para uso periodístico; por
tan to , hay que hacer un uso m ás bien p rud ente del m ism o.
84 Cf. las intervenciones de Oliveira de Azevedo (BSE 18), Muteba Mugalu (BSE 18), Han (BSE 20) y
Vithayathil (BSE 25).
En el capítulo I sobre la Palabra de Dios [del Instrumentum la-
boris] sería bueno, a mi juicio, referir el Misterio de la Palabra
de Dios también al Misterio de la Eucaristía. En efecto, es en la
Eucaristía donde la Palabra de Dios, el Verbo hecho Palabra, se
expresa con toda su fuerza significativa y performativa85.
85 BSE 21.
86 BSE 24.
es igualmente un sinsentido afirmar que la palabra que Dios dice es
una persona distinta de él87.
Tertuliano replica que lo que Praxeas dice vale para la palabra
humana, no para la divina. Según Jn 1,3 Dios ha creado todas las cosas
por medio de su palabra: ¿cómo va a carecer esta de subsistencia pro
pia, cuando es la que mantiene a todo el cosmos en el ser?88
Algo más adelante Tertuliano hace la siguiente exégesis del
“ dijo... hizo" de Gn 1. Dios antes de nada engendra a su palabra, la
cual es distinta de él por razón de la persona, no de la sustancia; des
pués, por medio de ella, lleva a cabo la creación que relata Gn 1 : de ahí
la fórmula “ dijo... hizo", que expresa que Dios todo lo creó por medio
de su palabra consustancial89. Es más, dirá Tertuliano, todo actuar de
Dios en la historia tiene lugar por medio de su palabra personal; incluso
el juicio final será llevado a cabo por medio de ella90.
Esta acción creadora de la palabra se expresa mejor mediante el
término griego "XóyoQ" que mediante el vocablo español “ palabra": en
griego Xóyoc, es, ciertamente, la palabra que se pronuncia o escribe, pero
también -por ejemplo, en Heráclito—el principio profundo que sustenta
el mundo y lo gobierna91. También el “ dabar" hebreo tiene más fuerza
que el término español “ palabra": el "dabar" es la palabra que se dice o
escribe, pero también la acción divina en el mundo92. Verbum Domini va
a hacer suya esta concepción fuerte de la palabra en los números 8 (titu-
92 Cf. H. C rouzel, Orígenes. Un teólogo controvertido (M adrid 1998) 101; L. Scheffczyk, "L a
Sagrada Escritura: Palabra de Dios y de la Iglesia", Revista Católica Internacional-Communio
23 (2001) 154- 166, aquí 155- 156; y M. Figura, "S obre la sacramentalidad de la Palabra de
Dios", Revista Católica Internacional-Communio 23 (2001) 167- 183, aquí 170- 171.
lado "Dimensión cósmica de la Palabra"), 10 ("Realismo de la Palabra")
y -como vamos a ver enseguida- 55.
A la luz de este trasfondo, leamos al pasaje en el cual el papa
explica la unidad entre palabra y sacramento:
93 VD 53.
En muchos de los textos que hemos elencado la performativi-
dad de la palabra de Dios se entiende en sentido meramente moral;
pienso que Verbum Domini ha querido mostrar que esta dimensión
moral, que no se niega, tiene un fundamento trinitario y sacramental
que la hace única.
2. V D 56: S A C R A M E N T A L I D A D D E LA PALABRA
A) E L P A R A L E L IS M O D E L A S D O S M E S A S
que la Iglesia debe nutrirse del único "Pan de vida que ofrece la
mesa de la Palabra de Dios y del cuerpo de Cristo"100. Es este el
nom bre in d ica, las grand es líneas del te m a que se va a tra ta r; se e n vía a los obispos y
101 Para el origen de esta imagen, cf. Figura, "S obre la sacramentalidad de la Palabra de D ios", 167.
102 BSE21.
difícil entender, desde el punto de vista del ecumenismo, por qué no
se puede concelebrar el sacramento de la Eucaristía con los ortodoxos
(por ejemplo), mientras que se puede celebrar con ellos el sacramento
de la Palabra de Dios [...] Si existe esta unidad entre Palabra [...] y Eu
caristía, ¿por qué negar la comunión eucaristica?".
Intervenciones como esta muestran que la idea del paralelismo
entre las dos mesas requiere clarificación. A ello hace ya referencia un
paso de la relatio ante disceptationem'03, donde dice Oueilet:
104 La historia de la redacción de e ste pasaje m u e stra que se ha aportado un cie rto m atiz
105 Más sobre esta cuestión en Figura, " S obre la sacramentalidad de la Palabra de D ios ", 168.
pensar seria una comprensión modal de la presencia del Señor, 77
[...]
Es la Eucaristía el lugar en el que se hace presente la Palabra
de acción, con toda su historia de la salvación y la escatologia.
B) M U T U A A R T IC U L A C IÓ N
109 En la misma ínea Figura, "S obre la sacramentalidad de la Palabra de D ios", 179.
como la Sagrada Escritura ilumina y explica el misterio eucaris
tico. En este sentido los Padres sinodales desean que pueda ser
promovida un reflexión teológica sobre la sacramentalidad de
la Palabra de Dios. Sin el reconocimiento de la presencia real del
incompleta.
C) EL TEXTO DE LA EXHORTACIÓN
" C o rp u s C h risti intelligitur etiam [...] S crip tu m D ei" (tam bién la Escritura de Dios
Moisés y Jesús, entre quien habló cara a cara con Dios (cf. Ex
33,11) y quien revela a Dios (cf. Jn 1,18). En efecto, el discurso
Torà, la Palabra de Dios que da vida (cf. Sal 119; Pr 9,5). Jesús
lleva a cumplimiento en sí mismo la antigua figura: "El pan de
tes a los dos discípulos. El Evangelio de Lucas nos dice que sólo
cuando Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y
(24,16).
118 Ver nrás arriba el estudio dedicado a esta cuestión por Agustín Giménez.
119 A estos escritos se puede añadir la carta a los Hebreos, que en su comienzo presenta implícitamente
a Jesús como palabra definitiva, escatològica, del Padre: "En estos días últimos nos habló en el
120 Gn 1,3.6.9 11 14.20.24.26 28.29. "Diez veces aparece el verbo «dijo». Y el pensamiento de la
palabra creadora se completa con las acciones de «llamar». La Palabra de Dios es el elemento
dominante de este maravilloso cuadro": D. M uñoz León, Palabra y Gloria. Excursus en la Eiblia y en
121 La versión de Lucas dice, aún más abiertamente: "La semilla es la Palabra de Dios" (ó \óyo$ xoü
0€oO: Le 8,11).
122 Cf. Hb 11,6b: "Pues es necesario que el que se acerque a Dios crea que existe y que da su paga a
quienes lo buscan".
la dimensión escatològica de la Palabra (cf. VD 14). En la historia com
parada de las religiones llama la atención la discontinuidad de la visión
cristiana de Dios con la que presentan otras tradiciones religiosas: dog
mas como la Trinidad divina o la encarnación del Hijo de Dios son ini
maginables para cualquier mente humana, por muy elevada que sea su
sensibilidad religiosa; los fenómenos semejantes que se pueden aducir
en otras religiones, como por ejemplo la adopción de formas humanas
por parte de las divinidades del panteón griego, guardan una distancia
tan abismal con el Credo cristiano que supera ampliamente cualquier
similitud puntual que pueda señalarse. La fe cristiana, que tardó siglos
en hallar una formulación doctrinal adecuada para expresar estas rea
lidades, las afirma no porque las haya inventado, sino porque las ha
recibido. Es la originalidad del Dios que habla y así se hace realmente
presente en la vida de los hombres, sin limitarse al papel de un Trascen
dente siempre ausente.
La Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento, es un hablar de Dios por
medio de Jesucristo; "Cristo es la Palabra viva de Dios y se explica a sí
mismo usando las palabras de la Sagrada Escritura"123. Pero el hablar de
Dios no es un simple monólogo, sino que aguarda la respuesta del hom
bre. Realmente, sabe dialogar. La historia déla salvación atestiguada en
la Escritura nos presenta a un Dios que busca al hombre, que espera su
respuesta, que respeta su libertad. "En esta visión, cada hombre se pre
senta como el destinatario de la Palabra, interpelado y llamado a entrar
en este diálogo de amor mediante su respuesta libre. Dios nos ha hecho
a cada uno capaces de escuchar y responder a la Palabra divina" (VD
22)'24. La Palabra de Dios implica por tanto la palabra del hombre; Dios
123 K. Koch, "L'annuncio di un Dio che parla. Riflessioni sul rapporto tra Rivelazione, Parola di Dio e
Sacra Scrittura", en: E. Borghi (ed.), Ascoltare, rispondere, vivere. Atti del Congresso Internazionale
"La Sacra Scrittura nella vita e nella missione della Chiesa" (1-4 dicembre 2010) (Federazione Biblica
Cattolica; Milano 2011) 61-75, aquí 74.
3. LA PALABRA D E D IO S Y EL H O M B R E
2
■<
125 Cf. L. Sánchez Navarro, "Palabra de Dios e Iglesia en el Nuevo Testamento", en: I. Carbajosa - L.
Sánchez Navarro (eds.), Palabra encarnada. La Palabra de Dios en la Iglesia (PD 20; Madrid 2008)
67-96.
92 establecido que el objetivo de este acto magisterial es "revalorizar la
Palabra divina en la vida de la Iglesia, fuente de constante renovación,
deseando al mismo tiempo que ella sea cada vez más el corazón de
toda actividad eclesial" (DV 1; cursiva nuestra). De ello se desprende
una doble afirmación:
a) La Palabra de Dios ha de estar presente, no en algunas acti
vidades o momentos de la vida de la Iglesia, sino en toda su
actividad. Su presencia ha de ser, simplemente, omnicom
prensiva. La liturgia es ciertamente su ámbito privilegiado de
lectura e interpretación, el lugar donde desarrolla al máximo
su potencialidad: "Todo acto litúrgico está por su naturale
za empapado de la Sagrada Escritura" (VD 52)126. Pero la
fecundidad de la Palabra de Dios no se limita a la liturgia:
está llamada a caracterizar todos los actos eclesiales, ya de
transmisión de la fe y de formación, ya de apostolado o de
caridad. Ningún aspecto de la vida de la Iglesia puede per
durar y dar fruto sin una referencia constante a la Palabra de
Dios transmitida en la Iglesia y atestiguada en la Escritura.
b) Esta presencia, además, no es marginal, secundaria o añadi
da. Es "su corazón": algo central en toda actividad eclesial,
que no ve en la Palabra de Dios simplemente una justifica
ción teológica o una iluminación concreta acerca de lo que
ella vive, sino que descubre en esa Palabra la raíz de la que
brota su vida entera. El origen de toda vida eclesial es el
Espíritu Santo, siempre vivo y eficaz; pero ese Espíritu habla
e inspira a través de la Escritura inspirada (cf. 2 Tm 3,16);
no sin motivo la Palabra de Dios, tal y como la atestigua la
sagrada Escritura, es descrita por la carta a los Hebreos con
esos mismos términos: "Viviente y eficaz" (Hb 4,12).
127 "The sweeping «Word-centemess» of Benedict's ecclesiology ¡s truly remarkable and unparalleled
among theologians of his generation, Catholicor otherwise": S. Hahn, Covenant and Communion.
The Biblica! Theo/ogy o f Pope Benedici XVI (Grand Rapids, MI 2009) 48-49.
<
La Escritura es una realidad espiritual, en sentido fuerte: es obra
del Espíritu, que la ha inspirado (cf. 2 Tm 3,16); "la Palabra de Dios...
se expresa con palabras humanas gracias a la obra del Espíritu Santo"
(VD 15). Y además, como "Espíritu de la verdad" hace posible su com
prensión y así conduce hacia la plena verdad (cf. Jn 16,13). "En efecto,
no se comprende auténticamente la revelación cristiana sin tener en
cuenta la acción del Paráclito" (VD 15). Esta comprensión no es me
ramente intelectual, sino vital: consiste en captar, no sólo la armonía
interna de la revelación (que se expresa en la analogía de la fe 129), sino
también la profunda sintonía que existe entre los más nobles anhelos
del corazón humano y esa revelación que atestigua la sagrada Escri
tura. La obra del Espíritu, según afirma YHWH por boca del profeta
("Pondré mi ley en su interior, y sobre sus corazones la escribiré": Jr
31,33), es la plena interiorización de la Palabra.
Siendo esto así, comprendemos la solemne declaración que
recogen los compases finales de Verbum Domini: "Nunca hemos de
olvidar que el fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y
viva es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en
la Iglesia" (VD 121; cursiva en el original). La sagrada Escritura es para
el cristiano la "lectura espiritual" por excelencia, como oportunamente
recordara el concilio Vaticano II (DV 25). Se ha escrito recientemente
a este respecto, comparando la situación actual de la Escritura en la
Iglesia con lo que supuso, hace exactamente un siglo, el resurgir de la
práctica eucaristica desde la más tierna edad:
cristiano?130
130 V. Puglia, "Introduzione", en: E. Borghi (ed.), Ascoltare, rispondere, vivere. Atti del Congresso Inter-
nazonaie “La Sacra Scrittura nella vita e nella missione della Chiesa" (1-4 dicembre 2010) (Federa
131 Cf. I. De la Potterie, María en el misterio de la Alianza (BAC 533; Madrid 1993); K. Stock, María, la
132 A este respecto afirmaba el entonces cardenal Ratzinger en 1983: "Para reflejar verdaderamente el
haz de luz [de la Palabra], o para devolverle su esplendor original, no basta estudiar su génesis histó
rica (por muy valioso que sea hacerlo); se debe alcanzar aquella profundidad mariana de la reflexión
de que habla Lucas cuando dice que María conservaba todas estas palabras meditándolas en el
corazón (2,19). La Palabra debe penetraren el corazón, debe ser retenida y conducida a la razón, de
modo que la cosa particular sea audible y reconocible partiendo del todo, y que el todo sea audible y
reconocible en la cosa particular": citado en Koch, ''L'annuncio di un Dio che parla", 75.
b) La segunda parte ("Verbum in Ecclesia") aborda, en su
sección final, "la Palabra de Dios en la vida eclesial"; y ahi
dedica un apartado a "Palabra de Dios y oración mariana"
(VD 88). Las plegarias marianas (entre las que se mencio
nan el santo Rosario y el Ángelus, así como las principales
oraciones orientales: Akáthistos y Paráklesis) representan un
recurso muy valioso como "ayuda para meditar los santos
misterios narrados porla Escritura". Pero la oración mariana
desempeña además en la vida espiritual de los fieles una
importante función: pedir a Dios "que, por intercesión de
María, nos sea dado también a nosotros el cumplir como
Ella la voluntad de Dios y acoger en nosotros su Palabra".
El objetivo de la oración mariana es que el fiel interiorice y
reproduzca en su vida la acogida de la Palabra de Dios por
parte de la Madre de Jesús.
c) El párrafo conclusivo de Verbum Domini tiene como título
"Mater Verbi et Mater laetitiae" (VD 124). En él Benedicto
XVI, inspirándose en las palabras de Isabel "Bienaventurada
la que ha creído" (Le 1,45), retoma la figura de María bajo el
signo de la alegría. Ella ha vivido el gozo que se desprende
de la escucha amorosa de la Palabra de Dios (cf. Le 11,28);
aparece así como un estímulo para todo creyente, en una
época en que el principal testimonio que puede ofrecer la
Iglesia al mundo es el de una alegría verdadera.
María y la Escritura forman por tanto un binomio que se requie
re mutuamente. El corazón de María es ese corazón nuevo en el que
está escrita, grabada a fuego, la Palabra de Dios (cf. Jr 31 y Ez 36); la
sagrada Escritura, que fue el alimento de su fe, aparece también para
nosotros como esa Palabra viva capaz de nutrir, de llenar, de vivificar,
de abrir horizontes siempre nuevos.
8. C O N C L U S IÓ N : FE EN LA PALABRA
1. INTRODUCCIÓN
133 En VD 8 se habla del significado fundamental para la revelación de este vínculo entre Palabra de
Dios y encarnación; se puede ver también VD 12 donde se define el "Verbo abreviado" como la
carne de Cristo. De un modo más general, todo el documento toma como guía la afirmación cen
288.
102 el profeta mismo es, a decir verdad, el hecho más importante de la
profecía bíblica [...] los profetas hablan con su cuerpo"135. El profeta
no sólo comunica con su palabra, lo hace también con su carne. Los
textos proféticos desvelan su más profundo mensaje cuando se tiene
en cuenta esta dimensión simbólica del cuerpo. Querríamos ilustrar
esta perspectiva a partir del análisis de una expresión sorprendente que
encontramos en la profecía de Ezequiel:
135 P. Beauchamp, Ley - profetas - sabios. Lectura sincrónica del Antiguo Testamento (Madrid 1977)
72-73.
136 Tal vez la ambigüedad es pretendida, pero en todo caso es evidente que no ha sido evitada o eli
minada. El texto se interpreta cabalmente teniendo en cuenta ambas dimensiones: una limitación
espacial y temporal que afecta al "templo" presente en el exilio. En la traducción hemos seguido a
M. G reenberg , Ezekiel 1-20 {AnBib 22; New York 1983) 190.
138 Ver W. Zimmerli, Ezechiel 7-24 (BK 13/1; Neukirchen-Vluyn 1969) 250.
139 Cf. A. Ruwe , "Die Veránderung tempeltheologischer Konzepte in Ezechiel 8-11", en: B. Ego - A.
U nge - P. Pilhofer (eds.), Gemeinde ohne Tempel. Community without Temple (WUNT 118; Tübin-
EL LIBRO DE EZEQUIEL
140 Ver M. Nobile, "'Sarò per essi un tempio per poco tempo'. Da Ezechiele all'Apocalisse: il tragitto di
un'idea", en: Id. (ed.), Saggi su Ezechiele (Roma 2009) 181-196.
141 L. Alonso Sch Okel - J.L. Scre, Profetas. Comentario II (Madrid 1980) 715 interpretan la expresión así:
"En medio del destierro les ha otorgado una presencia reducida, una especie de santuario menor; a
falta de templo y culto han tenido la ley, los sacerdotes, la palabra profètica".
142 C f H.S. Blank, "The Prophet As Paradigm", en: J.L. C renshaw - J.T. W illis (eds.), Essays in Old Testa-
ment Ethics (New York 1974) 111-130, p. 124.
Esta simbolización del profeta implica una dimensión p resen
tiva y otra descriptiva143. Sus gestos y su obediencia ejemplar se trans
forman en una exhortación para el pueblo (ver Ez 12,3). Y, al mismo
tiempo, el profeta representa una descripción anticipada tanto del cas
tigo (cf. Ez 4,8-9) como del futuro de esperanza. Esta última dimensión
positiva aparece claramente ilustrada por la forma en que se describe
la entrada del espíritu en Ezequiel (Ez 2,2). El paralelo con Ez 37,10
muestra que esta entrada del espíritu en el profeta es un preludio de
la entrada de la rüah en el cuerpo social del pueblo de Israel144. Hemos
mostrado en otro lugar cómo también la denominación del profeta,
"hijo del hombre" (ben 'àdàm), es un símbolo salvifico que prefigura
la conversión de todo Israel en "hombre" ('ác/am)145.
Acompañando a este proceso, el libro de Ezequiel trabaja tam
bién en la simbolización del Templo. Existe aquí también una dimen
sión prescriptiva (la transformación "ética" del templo a la que aludía
Nobile, cf. Ez 43,10) y otra descriptiva, anticipatoria o paradigmática
(cf. Ez 37,27-28).
La cercanía de ambos simbolismos (el del cuerpo y el del Tem
plo) en el libro de Ezequiel se puede percibir comparando Ez 28,12
con Ez 43,10. En el primer caso se trata de la descripción del rey de
Tiro, presentado como una perfecta reproducción del primer hom
bre, Adán146. Se dice de él que era "un sello de semejanza/perfección
[toknít], lleno de sabiduría y perfecto en belleza"147. En Ez 43,10 re-
143 Ver a este respecto J. Robson, Word and Spirit ¡n Ezekiel (LHB.OTS 447; New York - Loncon 2006)
201- 2 1 1 .
144 Ver C. G ranados, La nueva alianza como recreación. Estudio exegético de Ez 36,16-38 (AiBib 184;
145 Ver C . G ranados, "Ezequiel, 'hijo del hombre'", en: J M. Díaz Rodelas - M. Pérez Fernández - F.
Ramón C asas (eds.), ios m n Aún me quedas tú. Homenaje a Vicente Collado Bertomeu (Estella
2009) 147-164.
146 Ver M. G reenberg, Ezekiel21-37 (AnBib 22A; New York 1997) 590.
147 A partir de la LXX (ó^ioígxju;), de la Vg (similitudo), del Sir y, probablemente, del Tg, se podría acep
tar la corrección del término toknít que aparece en el TM por un tabnit. Si no se acepta este cambio,
106 firiéndose a la reproducción del templo se señala que los de la casa
de Israel "deberán tomar nota de esta semejanza/modelo [toknít]". El
DC/M
la traducción de fo/cn/t vendría a ser "perfección", aunque es difícil determinarlo porque el vocablo
sólo retorna en Ez 43,10. Si se acepta el cambio en 28,12, cabría tal vez postularlo también para
43,10 como sugiere F. Zorell, Lexicon Hebraicum Veteris Testamenti (Roma 1989) 899; ver, para
149 Ver G ranados, La nueva alianza, 85: "el motivo de la imago Dei se sugiere también aquí [en 2,5J
por el sintagma va r r , referido normalmente al reconocimiento de YHWH (rnrr «ara irr), que se
aplica en 2,5 (y 33,21) al reconocimiento del profeta (D3|in3=rrn|4cai *a j?t ). Reconociendo a Ez como
profeta se reconoce al mismo YHWH, porque el "hijo del hombre" es "imagen" de Dios en medio
mrr is present (cf. 43,1-5), is not far from thè thought of thè life-giving effects of rrn in 37:1-14 and
thè renewal of thè land in Edenic fashion that accompanies the renewal of the people" (R obson,
153 R uw e , ''Die Verànderung", 15: "Die «Thronwagen-Herrlichkeits-Vision» [...] dient dem Ziel, die
Ortsunabhàngigkeit der Herrlichkeit JHWHs und die unbeschrànkte Vermittlung der Gegenwart
Gottes zu propagieren. Die Aussage von Ez 11,16b, wonach JHWH den Exilierten zum Heiligtum
geworden ist, wird somit durch die Betonung der Beweglichkeit der Herrlichkeit JHWHs in den
stellen anschaulich und in der autoritativen Form einer Gottesvision dar, was Ez 11,16b begrifflich-
154 Recordemos que en hebreo "espíritu" (rúah) es gramaticalmente femenino, mientras que "gloria"
156 Ver, por ejemplo, F.-L. Hossfeld , "Ezechiel", en: E. Z enger (ed ), Einleitung in das Alte Testament
(Koln 21995) 345-360, p. 358.
5. C O N C L U S IÓ N
158 Ver P. Rota Scalabrini, "l! corpo: passione di Dio e dell'uomo. Elementi di una teologia biblica del
159 La sinonimia de ambos términos (tabnít y demüt) es notada por L. A lonso S chükel , Diccionario
CO N TEN ID O ...................................................................................................................... 7
SIGLAS Y ABREVIATURAS.............................................................................................. 9
PRESENTACIÓN................................................................................................................. 11
c) Analogía de la f e ........................................................................................... 22
d) Ausencia de la fe ........................................................................................... 23
e) Presencia de la fe........................................................................................... 24
LA SINFONÍA DE LA PALABRA
Agustín Giménez G o n zále z................................................................................... 31
5. Conclusión.......................................................................................................... 46
1. Introducción....................................................................................................... 47
3. La doctrina de la inspiración......................................................................... 50
a) Afirmaciones generales............................................................................. 50
La verdad plena................................................................................................. 56
La "verdad de la salvación"............................................................................ 59
El dinamismo de la verdad.. 62
UNA PALABRA EFICAZ: PALABRA Y SACRAMENTO 1 15
Manuel Aroztegi Esnaola......................................................................................... 65
b) Mutua articulación........................................................................................ 77
c) El texto de la exhortación........................................................................... 79
1. Introducción.......................................................................................................... 104
5. Conclusión............................................................................................................ 111