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La Drosophila melanogaster, el genoma y el cáncer

La célula es el elemento fundamental de todos los seres vivos, su agrupación en tejidos


y órganos constituye la estructura de estos mismos. Todo el ciclo y funcionamiento de
esta unidad se encuentra codificado en los genes, que en conjunto se conoce como
genoma.
Los genes son secuencias de ADN que se almacenan en el núcleo de las células,
específicamente, empaquetados en los cromosomas.
Desde finales del siglo XIX se sabe que los diferentes animales comparten los mismos
procesos básicos, a pesar de ser diferentes, aprovechando esto, se han realizado
diferentes investigaciones para conocer el funcionamiento de los genes pero aún así no
se comprende completamente. Como la Drosophila melanogaster tiene un ciclo
biológico de apenas nueve días ha sido de gran importancia para la estas
investigaciones.
El hecho de que todos compartan la misma molécula para almacenar la información
genética y su similitud estructural demuestra el alto grado de conservación de algunos
procesos en organismos diferentes.
La Drosophila comienza como un cigoto, una célula única que contiene la información
aportada por los progenitores. Pasa por varias fases, primero el blastodermo constituido
por células no diferenciadas, luego lo que será la futura piel, después el sistema
nervioso, tubo digestivo, músculos y finalmente grasa. Cada uno dará lugar a
estructuras distintas. Desde las patas y las alas, hasta las antenas y otros órganos
especializados.
Los genes responsables de estas diferencias o especialización, son los llamados genes
HOX, estos producen la transformación de un segmento a otro en un fenómeno
denominado homeosis, por eso se dice que son genes homeóticos.
Mediante la codificación de proteínas, estos genes permiten que se exprese una
determinada característica en un grupo de células, lo que posteriormente dará origen a
un tejido u órgano específico.
Los genes pueden mutar de diferentes formas y los biólogos se han dedicado a analizar
diferentes problemas mediante la investigación de estas mutaciones, y aunque no se
conocen completamente los mecanismos debido a su complejidad, cada nueva
investigación es un paso más para el avance en la búsqueda de la solución a estos
problemas.
De algunas mutaciones surge también el cáncer, una enfermedad genética que hace
que las células se reproduzcan sin límites. De todas las teorías algunas se basan en el
número de genes involucrados o de una cantidad anómala de cromosomas, pero la
más conocida dice que esta mutación surge en una célula sana por una alteración o
fallo en su duplicación, lo que da como origen células tumorales malignas.
Las células cancerosas, a diferencia de las normales (que siguen un ciclo predispuesto),
falsifican los mensajes químicos y continúan su desarrollo ignorando su programación
natural, esto expande el tumor, pero las células cancerosas ignoran los mensajes de
detención.
La alteración que lleva a la mutación de una célula normal a una cancerosa
(cancerinógenos) pueden ser varios; el tabaco, sustancias químicas, radiación UV, etc.
La mutación finalmente elimina las proteínas que inhiben la multiplicación celular, al
mismo tiempo la mutación en los oncogenes hacen que la célula se divida en
situaciones en las que no debe y consecuentemente la célula sobrevive y continúa
dividiéndose sin control.
En esto interviene algo que incapacita los genes reparadores del ADN, luego la célula
se libera de la restricción de multiplicarse y continua su invasión, finalmente en etapas
más avanzadas las células migran (metástasis) y forman nuevas colonias en otras
partes del cuerpo, impidiendo las funciones vitales.
Inestabilidad Temprana: Primeramente los genes maestros son silenciados, ocurren
errores en el proceso de duplicación del material genético. Al agregar o perder
fragmentos de cromosomas cambia la proporción génica, con el tiempo las proteínas
supresoras de los tumores no cumplen su función y el aumento de oncogenes se vuelve
peligroso.
Cuando hay un error en la división celular se producen células aneuploides, la mayoría
de estas mueren o se desarrollan lentamente, mientras más aneuploides sean mayor
será su inestabilidad y también la probabilidad de nuevas combinaciones de
cromosomas, esto hace que fallen las enzimas que copian o fijan el ADN. Cuando una
célula de este tipo sobrevive termina por formar lo que luego será una célula invasora.
Para una detección temprana del cáncer, se utilizan marcadores tumorales; moléculas
que permiten detectar su origen con un número menor de células. Los marcadores
según se observa en la tabla son en su mayoría específicos, aunque hay uno que se
repite con mayor frecuencia que otros, llamado Vimetina. En la segunda tabla no se ve
mayor relación entre los marcadores, a excepción del caso de masas en el hígado y en
el tórax, ambos tienen α-FP, también el cáncer de mama con el de ovario tienen en
común que el marcador comienza con CA, seguido de un número.
Un marcador tumoral es útil si reacciona específicamente ante la enfermedad y en los
pacientes que la padecen. Deben ser sensibles a la enfermedad y sus indicadores
dando resultados positivos con niveles elevados del marcador o negativo cuando estos
sean bajos.
Ninguna de las teorías puede aportar soluciones absolutas y por ello necesitan abrirse a
la investigación para entender los orígenes y la evolución del cáncer. Según los
conocimientos actuales el cáncer se relaciona a las proteínas producidas por el
oncogén y son sensibles a las proteínas supresoras de tumores, por lo que el
tratamiento debería apuntar a romper esta asociación para que estas desaparezcan.

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