- El risorio de Santorini, musculo triangular muy delgado, cuya base corresponde a la
región parotídea y cuyo vértice termina, como los otros músculos precedentes, en la comisura de los labios. 7.- Algunos fascículos del cutáneo del cuello, que cruzan el maxilar por debajo del masetero para recorrer oblicuamente la región y llegar hasta la comisura. Todos estos músculos cutáneos desempeñan un gran papel en la expresión de la cara. Cuando están paralizados (parálisis facial), los pliegues de la piel desaparecen en el lado lesionado, mientras que los músculos del lado sano tiran hacia si de la comisura de los labios y del surco naso labial (desviación de los rasgos fisonómicos). D. BUCCINADOR Y SU APONEUROSIS, GLÁNDULAS MOLARES: El músculo buccinador, mas profundamente situado que los músculos cutáneos, es un musculo aplanado y relativamente muy ancho que ocupa el espacio comprendido entre los dos maxilares. Se inserta por detrás: 1.- el borde alveolar del maxilar superior; 2.- en el borde alveolar del maxilar inferior; 3.- en el vértice del ala externa de la apófisis pterigoides, así como en la cintilla pterigomaxilar (aponeurosis buccinatofaringea de algunos autores), que une la apófisis pteriogoides con la extremidad posterior del borde alveolar del maxilar inferior. Desde estos diferentes puntos de origen, todos los fascículos del buccinador convergen hacia la comisura labial y allí terminan, parte en la piel y parte en la mucosa. El musculo buccinador es el que da a la mejilla su tonicidad, por lo que cuando esta paralizado, como acontece en la parálisis facial, el aire que penetra en la cavidad bucal levanta la mejilla en cada espiración; parece, según la expresión vulgar, que le enfermo <fume en pipa>. Con el musculo buccinador se relaciona una aponeurosis llamada aponeurosis buccinatriz que, situada en la cara externa del musculo, se fija por detrás en el borde anterior de la rama del maxilar, donde se confunde con la del masetero: por arriba se inserta, como el musculo, en el borde alveolar superior, y por abajo, en el borde alveolar inferior. Muy gruesa y resistente en su parte posterior, la aponeurosis buccinatriz se adelgaza gradualmente a medida que se dirige hacia delante hasta convertirse, a nivel de las comisuras, en una simple lamina celulosa. Sobre el musculo buccinador discurre horizontalmente el conducto de Stenon. Este conducto, después de su trayecto variable, pero por lo general bastante corto, perfora oblicuamente el musculo, llega a la mucosa bucal, se desliza por debajo de esta mucosa en una extensión de 5 o 6 mm, la perfora y, finalmente, se abre en el vestíbulo de la boca por un estrecho orificio, en forma de hendidura, que se encuentra situado un poco por delante del cuello del segundo molar superior. Este orificio, que ocupa algunas veces (pero no siempre) el vértice de una pequeña eminencia en forma de papila, por lo regular es fácilmente visible: por el es por donde se introducen los instrumentos destinados a practicar el cateterismo del conducto; y es por el también por donde los agentes infecciosos contenidos en la boca penetran a veces en el conducto de Stenon, llegando hasta la parótida, donde pueden producir lesiones mas o menos graves (parotiditis, paperas). Recordaremos a propósito del conducto de Stenon, que es posible hallarlo con seguridad practicando una incisión en dirección de la línea recta que une el trago a la comisura labial, línea que lo cruza mas o menos oblicuamente. Las lesiones de la porción geniana o terminal del conducto de Stenon son menos graves que las de la porción maseterina, las fistulas que les suceden son más fácilmente curables. En las cercanías del conducto de Stenon y a nivel del punto en que aquel se acoda para perforar el buccinador, se encuentran de ordinario un grupo de glándulas salivales, conocidas con el nombre de glándulas molares. Estas glándulas molares forman, ora entre el buccinador y su aponeurosis, ora en el espesor mismo del musculo, una serie mas o menos continua, que se extiende por detrás hasta las glándulas palatinas. De cada una de ellas nace un pequeño conducto excretorio, que se dirige hacia dentro, atraviesa el buccinador y va abrirse en la cara libre de la mucosa. Las glándulas molares pueden ser asiento de adenomas quísticos de la mejilla, al extirpar estos tumores el cirujano se expone a herir el conducto de Stenon, mas o menos adherente de ordinario a la bolsa quística: por eso es siempre prudente practicar el cateterismo en el curso de la operación a fin de reconocer su situación exacta. E. CAPA SUBMUSCULAR: MUCOSA BUCAL Y PERIOSTIO: La cara profunda del musculo buccinador esta tapizada por la mucosa bucal, que le adhiere íntimamente. Esta mucosa, al llegar a nivel de las inserciones inferiores y superiores del musculo, se refleja hacia arriba y hacia abajo para revestir el borde alveolar de las mandíbulas y formar las encías. Por fuera de la zona correspondiente al buccinador, la capa muscular de la región geniana descansa sobre el periostio del esqueleto de la cara, membrana que no presenta aquí ninguna particularidad digna de mención. F. PLANO ESQUELETICO: El esqueleto de la región geniana esta constituido, de arriba hacia abajo, por la cara externa del hueso alveolar, por la cara anterior del maxilar superior y por la porción media de la cara externa del cuerpo del maxilar inferior. 1.- La cara externa del hueso malar, convexa, presenta el orificio externo del conducto malar, por donde sale hacia fuera el filete nervioso del mismo nombre. En este punto se provoca por la presión un dolor muy vivo en el caso de neuralgia del nervio maxilar superior (punto malar). 2.- La cara anterior del maxilar superior, mas o menos excavada, forma la pared anterior del seno maxilar. Presenta a nuestra consideración: a.- en la parte mas alta, el agujero suborbitario, por el que salen los vasos y nervios suborbitarios b.- por debajo del agujero busorbitario, una depresión, la fosa canina, donde se inserta el musculo canino. 3.- En cuanto a la porción media de la cara externa del cuerpo del maxilar inferior nos ofrece la línea oblicua externa, que partiendo de la eminencia mentoniana, cruza la cara anterior del cuerpo del hueso a la manera de una diagonal y termina en el borde anterior de la rama ascendente. 4.- Vasos y nervios: Los vasos y los nervios de la región geniana discurren la mayoría por el tejido celular subcutáneo y en el espesor de la capa muscular. Los vasos sanguíneos son numerosos; es bien conocida la intensidad con que se colorea la piel de las mejillas bajo la influencia de una inflamación local, de hábitos alcohólicos y hasta de una simple emoción.