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Este documento explica la técnica del injerto en plantas. El injerto consiste en unir una porción de una planta (el injerto) con otra planta (el patrón) para reproducir variedades vegetales. El éxito del injerto depende de factores como la afinidad entre injerto y patrón, la unión minuciosa, el vigor recíproco y los cuidados posteriores como el desmochado y desyemado del patrón y el tutorado del injerto.
Este documento explica la técnica del injerto en plantas. El injerto consiste en unir una porción de una planta (el injerto) con otra planta (el patrón) para reproducir variedades vegetales. El éxito del injerto depende de factores como la afinidad entre injerto y patrón, la unión minuciosa, el vigor recíproco y los cuidados posteriores como el desmochado y desyemado del patrón y el tutorado del injerto.
Este documento explica la técnica del injerto en plantas. El injerto consiste en unir una porción de una planta (el injerto) con otra planta (el patrón) para reproducir variedades vegetales. El éxito del injerto depende de factores como la afinidad entre injerto y patrón, la unión minuciosa, el vigor recíproco y los cuidados posteriores como el desmochado y desyemado del patrón y el tutorado del injerto.
las plantas consiste en cosechar las semillas y sembrarlas. Pero en el caso de una variedad o cultivar de una especie determinada, las semillas constituyen un medio de reproducción poco fiel, que revierte casi siempre al tipo botánico inicial. También es posible multiplicar las plantas por esqueje, acodo o división de la mata. Estos métodos transmiten fielmente a la descendencia todas las características de la variedad o cultivar que se desea multiplicar. Pero estos métodos sólo son aplicables a unas pocas especies: - por esqueje, algunas plantas no producen raíces, o lo hacen con dificultad, lo que se traduce en un bajo porcentaje de éxitos; - por acodo, es necesario disponer de una superficie considerable para cultivar pies madre, cada uno de los cuales producirá un pequeño número de hijos; - en cuanto a la división de mata, sólo se puede aplicar a algunas especies vivaces que retoñan, o a plantas bulbosas, tuberosas o rizomatosas. CONCEPTO DE INJERTO El injerto consiste en yuxtaponer íntimamente un vegetal (o una o varias porciones de este vegetal), igualmente llamados injertos, sobre otra planta, el pie, patrón o portainjerto, que se convertirá en soporte nutricio de los primeros. Esta técnica permite: ● reproducir y propagar numerosos cultivares vegetales ornamentales o variedades de frutales que no pueden reproducirse por otro medio; ● fijar las mutaciones en variedades de frutales para mejorarlas o aumentar su número; ● adaptar árboles a la naturaleza del terreno donde deben plantarse, escogiendo adecuadamente el patrón; ● cultivar los árboles con las características deseadas, escogiendo un portainjerto con el vigor adecuado; ● reemplazar una variedad por otra en un árbol ya formado, o restaurar el ramaje después de una poda radical (reinjerto); ● obtener la formación en tallo alto con un tronco bien recto mediante el injerto intermedio de una variedad vigorosa entre el patrón y el injerto terminal; ● mejorar la afinidad entre una variedad y un patrón utilizando un injerto intermedio con una buena afinidad con las 2 partes; ● limitar la invasión de ciertos parásitos injertando sobre patrones resistentes seleccionados por estaciones de investigación agraria, por ejemplo, utilizando patrones resistentes al pulgón lanígero para el manzano, o a la filoxera para la vid; ● mejorar la calidad de los frutos de una cierta variedad, o aumentar su tamaño; ● aumentar la importancia de la floración de un arbusto; ● adelantar la fructificación de un árbol, por ejemplo, de un peral injertado sobre membrillo o un manzano injertado sobre M9 (Paradis); ● para plantas dioicas (flores masculinas sobre una planta, flores femeninas sobre otra), reunir los dos sexos sobre un mismo individuo. CLAVES DEL ÉXITO Aunque el éxito de los injertos depende en gran medida de la habilidad del jardinero, hay otros elementos que juegan un papel determinante, y que deben respetarse para asegurar un buen porcentaje de éxitos: buena afinidad entre las dos plantas, unión minuciosa, vigor recíproco, elección de la mejor época para la operación, cuidados después de la misma. Afinidad No se puede tener éxito si no hay una muy buena afinidad entre injerto y patrón, ya que entonces no se produce la soldadura, o no es duradera. La experiencia demuestra que, si injerto y patrón pertenecen a un mismo género, la operación es casi siempre posible. Si los géneros son diferentes, pero la familia botánica es la misma, es más difícil, aunque todavía hay posibilidades. Pero si pertenecen a familias distintas, la operación es imposible. He aquí algunos ejemplos: mismo género: peral sobre peral, posible; grosellero de fruta sobre grosellero de flor, posible; géneros diferentes pero misma familia: lilo sobre aligustre, posible; peral sobre membrillo, posible; membrillo sobre peral, imposible; peral sobre manzano, imposible; familias diferentes: siempre imposible. La unión. La soldadura entre injerto y patrón sólo es posible si hay un contacto íntimo de las respectivas zonas de circulación de la savia elaborada que se encuentran debajo de la corteza. Es en el cámbium (zona generatriz) donde la multiplicación de las células que hacen crecer el tronco en grosor es más activa. Con el injerto se interrumpe la circulación de la savia, y es en esta zona donde se formarán los tejidos cicatriciales (callo) que producen la unión y el restablecimiento de la circulación de la savia. Por tanto, es primordial que la zona generatriz de injerto y patrón estén en contacto. Es aquí donde se demuestra la habilidad del jardinero. Ligaduras y masillas. Salvo para pequeños injertos, siempre es necesaria una ligadura para acercar los cortes del patrón y del injerto, y asegurar una buena fijación. La rafia natural es el material más empleado. Es a la vez flexible y resistente, y no impide el crecimiento de los tejidos injertados. Además, se degrada con el tiempo, por lo que no es necesario quitar la ligadura salvo en los injertos de yema. No utilice rafia sintética, ya que no se degrada y puede estrangular la planta. También se utilizan ligaduras de goma, especialmente en cultivo industrial, para rosales y herbáceas. Con el tiempo, la ligadura acaba por romperse. La mayoría de injertos atados deben cubrirse con mástic para cerrar herméticamente la herida, evitando así la evaporación de agua y protegiéndola de agresiones y gérmenes exteriores. Utilice pastas para injerto disponibles en el mercado, y cubra abundantemente las heridas del patrón, la ligadura y los cortes del injerto. En caso de un injerto de púa a la inglesa, en el que no se precisa ligadura, también se puede utilizar cera parafinada. Vigor recíproco. En la medida de lo posible, escoja un patrón y un injerto en un estado vegetativo, vigor y robustez similares. Si el equilibrio de vigor es bueno, patrón e injerto presentan un diámetro igual por encima y por debajo del punto de unión. Si el equilibrio es malo (injerto de mayor diámetro que el patrón o viceversa), se forma una hinchazón periférica a nivel del punto de unión. Este "callo-rosquilla", más o menos prominente, se puede ver a menudo en muchos frutales. Para atenuar este fenómeno, se puede injertar sobre el patrón una variedad de vigor intermedio, que actuará de patrón para el injerto de la variedad que se desea reproducir. Época para injertar. Algunos injertos se hacen en pleno invierno, sobre plantas en reposo, pero la mayoría se hacen durante el tiempo en que la savia está en actividad, es decir, desde marzo, al principio de su subida, hasta septiembre, cuando empieza la bajada. Dentro de este período, hay que elegir un momento preciso dependiendo del tipo de injerto realizado, como se verá en el capítulo de técnicas de injerto. Cuidados después del injerto. Supervisión de las ligaduras. En los injertos atados que no precisan mástic, procure que la ligadura no estrangule la planta. Unos diez días después del injerto, si ve que la ligadura queda demasiado apretada, córtela con la cuchilla de injertar por el lado opuesto al injerto. Y, al contrario, asegúrese también de que la ligadura no se haya aflojado. En otoño, quite sistemáticamente las ligaduras de los injertos de escudete a ojo durmiendo que se hicieron en verano para permitir que los nuevos tejidos se lignifiquen. Desmochado (o descabezado) del patrón. Esta operación consiste en eliminar progresivamente o de una sola vez la parte aérea del patrón, dejando que sólo se desarrolle el injerto. Se hace tanto en los injertos a ojo velando (injerto al reinicio del crecimiento) como a ojo durmiendo (injerto durante el período de reposo). La reducción del follaje del patrón se puede hacer progresivamente a intervalos de unos 8 días, empezando inmediatamente después del injerto para los injertos en escudete a ojo velando realizados en marzo, o desde el inicio de la primavera para los injertos de escudete a ojo durmiendo realizados el verano anterior. Reduzca el ramaje del patrón, dejando un tocón de 10 a 15 cm por encima del punto de injerto, que servirá de tutor inicial al nuevo brote. El desmochado también se hace en los injertos por aproximación. Quince días después de la operación se empieza a reducir progresivamente el ramaje del patrón. El injerto no se separará del pie madre hasta pasado un año. Desyemado del patrón. En un injerto lateral Suprima las yemas que se desarrollan en el tocón, por encima del injerto. Se puede conservar un brote en el tocón restante durante cierto tiempo, para que actúe de tirasavia si el injerto se desarrolla débilmente, y en las especies en las que el tronco herido se seca rápidamente, como el arce o la haya. Suprima también todos los retoños que salen de la base del patrón. En un injerto en cabeza La operación consiste en suprimir todos los brotes del patrón desde el çsuelo hasta el injerto. Puede conservar algunos de los brotes para que actúen de tirasavia para favorecer el crecimiento en grosor de troncos delgados. Durante el crecimiento, pinceles a 2 o 3 hojas. Tutorado del injerto. Si se ha dejado un tocón por encima del injerto, utilícelo como tutor inicial del nuevo brote nacido del injerto, atándolo con rafia cuando alcance unos 15 cm. Luego utilice una estaca más larga para continuar el tutorado a medida que se vaya desarrollando. Si mantiene en posición vertical el nuevo tallo, evitará cualquier accidente que pueda desprenderlo. En árboles jóvenes injertados en corona, haga un arco por encima del injerto con mimbre o un tallo flexible. Protegerá el injerto de los pájaros, que posándose encima podrían desprenderlo. Además, proporcionará un soporte para el tutorado de los nuevos brotes del injerto. Si la corona tiene varios injertos, se necesita un soporte para cada uno. Ate listones o cañas al tronco, y fíjeles los nuevos brotes.
Supresión del tocón.
En agosto-septiembre suprima el tocón cortándolo al bies sin dejar ninguna porción de rama o de tronco. Hay herramientas especiales para esta operación, pero se reservan para los profesionales, ya que su empleo requiere cierta habilidad puesto que se podría cortar el joven brote nacido del injerto. Si no tiene experiencia, es mucho mejor que utilice las tijeras de podar. Limpie la herida con la cuchilla, y cúbrala con mástic cicatrizante. Vigilancia del estado sanitario. Revise el follaje de sus injertos. Siempre son de temer el oidio y los pulgones. Utilice algún tratamiento si es necesario.